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“VIRUS DE LA HEPATITIS E GENOTIPO 3 EN HUMANOS Y CERDOS EN CUBA” María de la Caridad Montalvo Villalba, Jacob Canwat Owot, Benedito Corrreia, Marité Bello Corredor, Placido Pedroso Flaquet, Susel Sariego Frómeta, Meilin Sánchez Wong, Licel de los Ángeles Rodríguez Lay Departamento de Virología, Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí, Habana, Cuba. Resumen El estudio tuvo como objetivo determinar la prevalencia y los factores de riesgo asociados a la exposición del VHE en individuos que laboran en granjas de cerdos situadas al oeste de la provincia de Artemisa. La presencia del VHE en muestras de humanos y en cerdos fue evaluada y se realizo análisis filogenético. Ciento seis trabajadores (rango de edad entre 18–70 años) fueron enrolados en el estudio. Se definieron dos grupos, 69 empleados que estaban estrechamente relacionados con los credos y 37 trabajadores que no tenían contacto con los credos. Ninguno de los obreros poseía antecedentes de viajes al exterior. Las muestras de suero fueron analizados para la presencia de inmunoglobulinas (Ig) M, G y A contra el VHE HEV. Muestra de heces fueron obtenidas de 57 obreros y de 53 cerdos. Todas las heces fueron analizadas para buscar el ARN del VHE mediante trascripción reversa y RCP (TR-RCP). Los productos de amplificación fueron secuenciados y analizados filogenéticamente usando el programa MEGA5. Un total de 38 (35.8%) (95% CI: 26.2–45.4) sueros fueron positivas para anticuerpos contra el VHE (anti-VHE). La positividad a los anticuerpos fue mayor en las personas que trabajaban en contacto con los cerdos comparado con los individuos cuyas ocupaciones no era en contacto con estos animales (40.5%, 28/69, 95% CI: 28.2–52.8, versus 27.0%, 10/37, 95% CI: 11.3–42.6, respectivamente). La prevalencia de anti-HEV fue más elevada en los trabajadores en el rango de edades de 60–70 años y el tiempo de 10–13 años. El ARN del VHE fue detectado en 8 (14.0%) de 57 muestras de heces humanas y 10 (18.8%) de 53 muestras de heces de cerdos. El análisis filogenético fue realizado en 7 productos de amplificación obtenido de 3 muestras de heces humanos y 4 de cerdos. Las secuencias de VHE humanas y de cerdos estaban relacionadas estrechamente (94–99% homología nucleotídica) y pertenecían al genotipo 3 del VHE, subtipo 3a. Palabras claves: Virus de la Hepatitis E, Zoonosis, Genotipo, Epidemiología, Cerdos, Humanos. 1. Introducción El VHE es endémico en muchas regiones tropicales y subtropicales de África, Asia y América. El VHE es responsable de casos esporádicos y brotes representando un problema grande de salud en los países en vías de desarrollo. Se estima que 2.3 millones de personas están infectadas en el mundo (Purcell and Emerson, 2008). Las infecciones esporádicas de hepatitis E ocurren además en países industrializados, incrementándose el reporte de casos autóctonos (Lewis et al., 2010). Taxonómicamente, el VHE es miembro del género Hepevirus dentro de la familia Hepeviridae (Meng et al., 2011). Basado en la variabilidad genómica, el VHE está clasificado en 4 genotipos (1–4) todos ellos de un único serotipo. Los genotipos 1 y 2 han sido identificados en humanos y son transmitidos mayormente a través de aguas de beber contaminadas (Panda et al., 2007). Los genotipos 3 y 4 son zoonóticos probablemente e infectan a los humanos, cerdos, conejos y otras especies animales (Lu et al., 2006; Meng, 2010; Purdy et al., 2012). En países en desarrollo, incluida Cuba, las infecciones por el VHE ocurren en forma de brotes y casos esporádicos (de Villalba et al., 2008). Además, se han reportado coinfecciones de hepatitis A y E en población abierta (Quintana et al., 2005; Rodriguez Lay et al., 2008); el análisis de la secuencia nucleotidica demostró la circulación del genotipo 1 (de Villalba et al., 2008). El cerdo es el principal reservorio del genotipo 3 y se ha reportado una elevada prevalencia en personas con exposición ocupacional a los cerdos (Drobeniuc et al., 2001). El análisis de numerosas investigaciones epidemiológicas han mostrado que la infección puede ser adquirida a través de rutas ecológicas contaminadas con los desechos porcinos (Kasorndorkbua et al., 2005; Feagins et al., 2007). Drobeniuc et al. (2001), mostraron que los centros de producción porcina proporcionan un reservorio ambiental considerable de infección por el VHE (Drobeniuc et al., 2001). Estudios previos han sugerido que diferentes factores están asociados con la exposición al VHE en personas que trabajan en contacto estrecho con los cerdos, tales como: tipo de trabajo, edad, sexo, y el tiempo de trabajo en la granja porcina (Drobeniuc et al., 2001; Li et al.,2009; Meader et al., 2009). Hasta la fecha no es han llevado a cabo investigaciones de la epidemiología del VHE en granjas porcinas cubanas. Nuestro objetivo fue describir si los empleados de las granjas porcinas presentan un elevado riesgo de infección por el VHE; identificar los factores de riesgo asociados y genotipar el VHE presente en las muestras de humanos y cerdos. En las granjas porcinas el personal en contacto directo con los cerdos presenta un elevado riesgo de infección zoonótica por VHE, mientras que los empleados con menos contacto presentan una baja prevalencia. Por tanto, dos grupos fueron definidos de acuerdo al tipo de empleo relacionado con el contacto con los cerdos. Los datos obtenidos de esta investigación podrían contribuir con el mejoramiento de la vigilancia del VHE en Cuba. 2. Materiales y métodos 2.1. Muestras de suero La investigación se desarrollo en el periodo de Febrero–Mayo 2007 en 4 granjas porcinas seleccionadas al azar en la provincial de Artemisa. La actividad económica de esta comunidad es fundamentalmente la agricultura y la cría de animales domésticos. Las granjas estaban localizadas en comunidades rurales y todas las personas que trabajaban en ellas usualmente vivían cerca de las mismas. Todas las granjas estudiadas eran al aire libre y los individuos trabajaban de 40–45-h por semana. Los individuos que participaron en el estudio estaban trabajando en estas unidades y proporcionaron el consentimiento informado para la obtención de muestras. Se colectaron muestras de suero de 106 trabajadores. Todos ellos estaban aparentemente sanos al momento del estudio y no tuvieron signos o síntomas de hepatitis ni presentaron historial de viajes al extranjero en los 3 meses previos a la investigación. Los datos demográficos y epidemiológicos (edad, sexo, ocupación, periodo de trabajo en la granja porcina, animales domésticos) fueron recogidos utilizando un cuestionario estandarizado. La distribución por sexo fue 19.8% (21/106) mujeres y 81.1% (86/106) hombres con una edad promedio de 39.9 años (rango 18–70 años). El periodo de trabajo en las granjas porcinas vario desde 1 semana hasta 38 años (promedio 10.2 años). De acuerdo al tipo de trabajo, se definieron dos grupos: (1) 69 trabajadores con contacto ocupacional con cerdos (incluyendo veterinarios, especialistas en amamantar, alimentar y medicar a los animales y personal de limpieza de los corrales); (2) 37 sin contacto ocupacional con cerdos (choferes, guardias de seguridad, trabajadores de oficina, administrador y cocineros). Todos los sueros fueron conservados a -700C hasta su uso. 2.1.1. Muestras de heces Las muestras de heces fueron obtenidas de 57 trabajadores, entre 11 y 15 especimenes de cada granja con edades entre 20-70 años. Simultáneamente, 53 cerdos Yorkshire sanos fueron seleccionados al azar y se les colecto una muestra de heces. De 10–14 especimenes de heces fueron tomados de cada granja porcina con una edad promedio de 1 a 102 semanas (s). La estratificación de las muestras por edades y estados de producción fueron 15 cerdos (<6 s); 10 (6.1–12 s); 7 (12.1– 20 s); 10 (20.1–28 s) y 11 (>28 s). Las muestras de heces fueron colectadas directamente del recto en recipientes estériles y mantenidas a -80 0C. 2.2. Detección de Ig totales anti-HEV Las Ig totales contra en HEV fue detectada mediante estuches de ELISA procedente de Genelabs Diagnostics, Singapur. El ensayo está basado en un sándwich de doble-antigeno para la detección de anticuerpos totales (IgM, IgG,IgA). Las placas están cubiertas con una proteína recombinante del marco de lectura 2 (cepa China). Los controles positivos y negativos fueron suministrados por el fabricante. El corte (CO) fue determinado calculando la media de la densidad óptica (DO) de los 3 controles negativos plus 0.3. las muestras con una DO igual o mayor que el valor del CO fueron consideradas positivas. La especificidad de este ELISA fue 98.8%, los valores predictivos positivos y negativos fueron 98.1% y 100% respectivamente (Hu et al., 2008). 2.3. Detección del ARN HEV Las muestras de suero positivas a Ig anti-HEV totales fueron analizadas para HEV RNA por un método de trascripción reversa y PCR anidado (nRT-PCR). Cincuenta y siete muestras de heces de humanos y 53 de cerdos fueron además analizadas para HEV-RNA. Se preparo una suspensión fecal al 10% y se homogenizo en agua libre de RNasa y clarificadas por centrifugación a 6,000g por 30 min a 4 0C. Doscientos microlitros (µL) de suero o de las suspensiones fecales fueron utilizados para la extracción del ARN. El RNA se obtuvo usando el estuche QIAamp Viral RNA mini Kit (QIAGEN, Hilden, Germany). El RNA se eluyo en 30 µL. El ensayo nRTPCR fue realizado en un volumen final de 50 µL con cebadores conservados que amplifican un fragmento dentro de MAL-1 (4237–4560, cepa M73218), correspondiente a la proteína RNA polimerasa RNA dependiente (Zhai et al., 2006). La talla molecular del producto de amplificación fue de 321 pb. Para cada corrida se incluyeron controles positivos y negativos. 2.4. Secuenciación y análisis filogenético de las cepas de HEV Los productos de PCR amplificados fueron purificados y secuenciados por el estuche Beckman Sequencing (Beckman Coulter, Inc.). Los fragmentos fueron analizados en un secuenciador CEQ™ 8800 Genetic Analysis System (Beckman Coulter,Inc., Fullerton). Las secuencias fueron comparadas con secuencias del VCHE disponibles en el GenBank. Los análisis filogenéticos Humanos y de los cerdos fueron realizados con el programa MEGA 5 (www.megasoftware.net). La robustez del árbol fue evaluada por valores de re muestreo obtenido de 1000 replicas. El código de amplificación y el numero de acceso al GenBank de los aislamientos humanos fueron: CUB15-2008 (FJ769237), CUB19-1999 (FJ948818), CUB90-2008 (HQ446875); y de HEV de cerdos: swCUB7-2008 (JF937673), swCUB30-2008 (JF937674); (JF937676). 2.5. Análisis estadístico swCUB87-2008 (JF937675) and swCUB92 Los datos fueron expresados en porcentajes y la prevalencia de anti-HEV de cada grupo específico fue estimada con un 95% intervalo confidencia (IC). La comparación de la prevalencia de acuerdo al dato epidemiológico fue realizada con el programa chi-square test by NCSS 2000. Un resultado estadísticamente significativo fue considerado cuando el valor de la p≤0.05. 3. Resultados 3.1 Prevalencia de anti-VHE en trabajadores de granjas porcinas Un total de 38 de 106 muestras de suero fueron positivas a Ig Total anti-VHE para una prevalencia global de 35.8% (I C 95%: 26.2–45.4). el ritmo de positividad de anti-VHE fue elevado en personas que trabajaban en contacto con cerdos 40.5% (28/69) (IC 95%: 28.2–52.8), comparado con aquellos individuos que no cumplían esta condición 27.0% (10/37) (IC 95%: 11.3–42.6). La prevalencia de anti-VHE según el sexo no tuvo significación estadística (23.8% féminas vs.38.8% hombres) (Tabla 1). La diferencia observada en la positividad de anti-VHE entre hombres y mujeres que trabajaban en contacto con cerdos fue 43.8% y 25.0%, respectivamente. Mientras que el índice de sueros positivos a Ig total según el sexo en el grupo de trabajadores no relacionados con cerdos fue similar (23.8% vs. 22.2%). La prevalencia de anti-VHE demostró una tendencia linear al incremento a partir del grupos de edad mayor de 41 años (Tabla 6). La prevalencia global de antiVHE alcanzó su máximo valor (71.4%) en el grupo de edad de 61-70 años. En esta edad no se encontró diferencias significativas entre los grupos de trabajadores relacionados o no con cerdos (80.0% vs. 50.0%). Según el tiempo de trabajo en las granjas porcinas no se encontró una tendencia linear al incremento de la seroprevalencia del anti-VHE en ningún grupo de trabajo (Tabla 6). La prevalencia más elevada se detectó en el grupo de 10 y 13 años de trabajo en granjas porcinas, la cual fue estadísticamente significativa (valor p= 0.033). En este grupo la prevalencia fue alta en las personas que trabajaban en contacto con cerdos (80.0%) al compararlo con las personas que no tienen contacto laboral con estos animales (33.3%). La distribución del anti-VHE dependiente de la crianza de animales domésticos fue ligeramente similar entre los trabajadores en general (Tabla 6). Teniendo en cuenta esta variable, la prevalencia de anti-VHE fue mayor para los trabajadores que tienen contacto estrecho con cerdos en las unidades y no tienen animales en la casa (60.0%). Tabla 1. Factores de riesgo asociados a la prevalencia de Ig Totales anti-VHEen personas que trabajan en granjas porcinas, Cuba, 2007. % anti-VHE positivo (+/n) Ocupación en Ocupación sin contacto con contacto con credos credos n=69 n=37 25.0 (3/12) 22.2 (2/9) 43.8 (25/57) 28.5 (8/28) 18-20 0 (0/3) 0 (0/0) 21-30 40.9 (9/22) 25.0 (2/8) 31-40 23.0 (3/13) 20.0 (2/10) 41-50 40.0 (6/15) 27.2 (3/11) 51-60 54.5 (6/11) 33.3 (2/6) 61-70 80.0 (4/5) 50.0 (1/2)* 0-1 27.2 (3/11) 14.2 (2/14) 2-5 26.6 (4/15) 30 (3/10) 6-9 50.0 (7/14) 50.0 (1/2) 10-13 80.0 (8/10) 33.3 (2/6) 14-17 40.0 (2/5) 50.0 (1/2) >17 28.5 (4/14) 33.3 (1/3) Variable Gen.: Fem Mas p Total 23.8 (5/21) 38.8 (33/85) 0.711 0.261 Grupos edad (años) 0 (0/3) 36.6 (11/30) 21.7 (5/23) 34.6 (9/26) 47.0 (8/17) 71.4 (5/7) 0.710 0.739 0.797 0.742 0.890 Tiempo trabajo (años) 20.0 (5/25) 28.0 (7/25) 50.0 (8/16) 62.5 (10/16) 42.8 (3/7) 29.4 (5/17) 0.098 0.485 0.318 0.033* 0.993 0.742 Animales domésticos Si No 31.4 (22/59) 26.9 (7/26) 60.0 (6/10) 27.2 (3/11) 34.1 (29/85) 42.8 (9/21) 0.436 0.283 Nota: *, p Valor ≤0.05, Gen, género; Fem, femeninas; Mas, masculinos. 3.2 Detección de ARN-VHE y análisis filogenético de las secuencias nucleotídicas. El ARN-VHE fue detectado en 1 (2.63%) de las 38 muestras de suero anti-VHE positivas, analizadas por RT-PCR anidada. Ocho muestras de heces de origen humano (14.0%) de las 57 fueron ARN-VHE positivas y de estas 7 fueron positivas a Ig total anti-VHE. Seis muestras de heces humanas ARN-VHE positivas fueron colectadas de personas con contacto ocupacional con cerdos. Entre las 53 muestras de heces de cerdos estudiadas 10 (18.8%) fueron positivas al ARN-VHE. La distribución de la positividad según la edad se comportó <6 sem, 13.3% (2/15); 6.1–12 sem, 10.0% (1/10); 12.1–20 sem, 42.8% (3/7); 20.1–28 sem, 30.0% (3/10) y >28 sem, 9.0% (1/11). El análisis filogenético fue realizado con 7 productos de amplificación obtenidos de 3 muestras humanas y 4 de cerdos. Las secuencias nucleotídicas fueron comparadas con otras secuencias del VHE depositadas en el GenBank. La homología de los 7 aislamientos osciló de 84% a 97% con cepas del genotipo 3 a nivel nucleotídico (Figura 1). Todos los aislamientos cubanos fueron agrupados en el subtipo 3 a, los que mostraron una homología elevada de nucleotído con la cepa US1. Las secuencias humanas estaban muy relacionadas con las secuencias de cerdos, y esta osciló de 94 a 99%. La distancia nucleotídica entre las cepas humanas fue 0-3% y para los aislamientos de cerdos fue de 0-4%. Figura 1. Árbol filogenético del VHE construido con 211 nucleótidos de la región de la polimerasa viral. El análisis fue realizado con el método de máxima verosimilitud con el modelo de Jakes-Cantor. Los valores de re-muestreo para 1000 repeticiones >70% son mostrados en los nodos del árbol. 4. Discusión. Varias encuestas sero epidemiológicas se han llevado a cabo para evaluar el riesgo zoonótico de la infección por VHE en grupos ocupacionales. Este estudio se realizó en granjas de cerdos de comunidades rurales, donde los empleados trabajaban 40– 45-h por semanas. En estas unidades habían personas con ocupaciones relacionadas con cerdos y otras con ocupaciones que carecían de contacto con estos animales. La seroprevalencia global de anti-VHE encontrada en os trabajadores de llas granjas porcinas fue significativamente elevada al compararla con la seroprevalencia de este marcador estimada en población abierta, usando un estuche serológico similar (35.8% vs. 10.0%, p0001) (Villalba et al., 2010). Este hallazgo indica que los empleados de estos centros se exponen al VCHE y constituyen un grupo de riesgo en la transmisión del la hepatitis E en Cuba. Una prevalencia similar de anti-VHE fue reportada en población que estba en contacto con cerdos de Fujian (33.3%) y Yunnan (39.9%) en China, considerada un país endémico (Yan et al., 2007; Li et al., 2011). Según el tipo de trabajo, una elevada seroprevalencia de anti-VHE fue observada en individuos cuyas ocupaciones estaban vinculadas directamente con cerdos (40.5%),no obstante esta diferencia al compararla con el otro grupo (27.0%) no fue significativa. Por tanto, las personas que laboran en estas granjas pudieron exponerse al VHE independientemente de su categoría ocupacional. Sin embargo es notable que el anti-VHE fue 13.0% más elevado para individuos que trabajaban en contacto estrecho con ganado porcino, ya que estos frecuentemente se exponen a residuos provenientes de estos animales. Bajos índices de prevalencia de antiVHE fueron reportados en Holanda (11%) y España en individuos que trabajan directamente con cerdos (Bouwknegt et al., 2008; Galiana et al., 2008). Por otro lado, altos índices fueron detectados en Moldavia (51%) y China (75.9%) (Drobeniuc et al., 2001; Zheng et al., 2006). La exposición al VHE en empleados que no laboran directo con cerdos podría tener lugar en la propia granja, probablemente en aéreas compartidas por todos los trabajadores, como instalaciones sanitarias, y comedores. Además, los empleados usualmente almuerzan alimentos preparados en estas unidades, que en ocasiones consiste en derivados cárnicos o vísceras obtenidas de los animales en cría, al menos una o dos veces en la semana. El riesgo de exposición al VHE en personas que trabajan en granjas de cerdos podría estar asociado a la propia prevalencia del virus en áreas rurales, donde ellos viven. De cualquier manera esto solo es una especulación, ya que estudios de prevalencia de VHE no se han realizado en comunidades rurales de Cuba. Varios autores, han reportado alta prevalencia de hepatitis E en poblaciones que residen en áreas no urbanas y en las vecindades de granjas porcinas (Zheng et al., 2006; Saffar et al., 2009). El pico de prevalencia de anti-VHE dependiente del sexo fue mayor en hombres con ocupaciones relacionadas con cerdos. Un hallazgo similar fue reportado en población abierta, pero la razón que explique este comportamiento no está definida (Dalton et al., 2008). Alto índice de prevalencia de anti-VHE fue encontrado en el grupo de edad de 61–70 años, en ambos grupos ocupacionales. U incremento similar de la positividad a este marcador con la edad fue descrito en estudios previos (Panda et al., 2007; Li et al., 2011). Este resultado es de esperar, si las personas que trabajan en estas unidades sufren infecciones repetidas por el virus. De esta forma las reactivaciones o booster sucesivos naturales inducen un significativo incremento de los anti-VHE totales a medida que avanza la edad. Otra explicación podría ser debido al curso crónico de la infección por VHE, pero esta ha sido reportada en individuos inmunocomprometidos mas que en personas inmunocompetentes (Gerolami et al., 2011; Kamar et al., 2012). La prevalencia de anti-VHE se incremento con el periodo de trabajo en las granjas. Este marcador tvo una asociación significativa con los trabajadores con 10–13 años de labor en estos centros. Una correlación linear de anti-VHE con el tiempo de trabajo se observó en encuestas sero epidemiológicas realizadas en granjas y veterinarios de Moldavia y Estados Unidos, respectivamente (Drobeniuc et al., 2001; Huang et al., 2002;Meng et al., 2011). Con relación a la tenencia de animales domésticos, el anti-VHE no se relacionó con esta variable, una elevada prevalencia fue encontrada en trabajadores con ocupaciones en contacto con cerdos, aun sin tener animales en su casa. Esto sugiere que las ocupaciones relacionadas con cerdos, constituye un riesgo para exponerse al VHE. Hasta el momento, la ruta por la cual el VHE es trasmitido a humanos en las granjas de cerdos, es desconocida. Quizás, el contacto con residuos provenientes de estos animales, el consumo de agua y alimentos contaminados con el virus, podría ser la fuente de contagio en estos centros. Tomando en cuenta que los hábitos culinarios en Cuba, no incluyen el consumo de carnes crudas o semicrudas, sugerimos que una investigación debe llevarse a cabo para identificar si el VHE está presente en suministro de aguas o en muestras ambientales de las granjas estudiadas. Aunque en el momento del estudio ningún trabajador tenía síntomas y signos de hepatitis aguda, el ARN-VHE fue detectado en muestras humanas, lo cual sugiere un comportamiento subclínico de la hepatitis E en estos trabajadores o la presencia de infecciones abortivas. Algunos autores, encontraron la explicación de este fenómeno a la circulación de cepas del VHE menos virulentas o la persistencia de inmunidad previa al virus HEV (Mitsui et al., 2000;Dell’Amico et al., 2011). El ARN-VHE fue detectado en 18.8% de las muestras fecales de cerdos en todos los estados de producción porcina, ningún animal tenia evidencia clínica de algún proceso infeccioso. Los resultados sugieren que el contacto con residuos de cerdos independientemente de su edad, podría ser fuente de exposición al virus en estos centros. La prevalencia general de la excreción del VHE en cerdos del estudio fue más baja que la observada en España (23.3%) (Fernandez-Barredo et al., 2006). Dos investigadores encontraron que los cerdos que excretaban VHE no tenían signos clínicos de hepatitis no otro proceso infeccioso similar a nuestros resultados y explicaron que esto obedece a la infección asintomática de estos animales en Corea (Choi and Chae, 2003). El análisis filogenético basado en 211 nucleótidos del MAL1 demostró que los aislamientos cubanos de cerdos y humanos estaban muy relacionados entre ellos y se agruparon en el genotipo 3, subtipo 3 a, del VHE. Este genotipo ha sido aislado de humanos y cerdos y está distribuido a nivel mundial (Bhatia et al.,2008; Liu et al., 2012). Además, es conocido que el genotipo 3 es un agente zoonótico (Meng 2010; Aggarwal 2011). La elevada identidad nucleotídica entre los aislamientos del VHE de este estudio, sugiere una fuente común de infección, probablemente ligada con una trasmisión cruzada de especie. El análisis de las secuencias del MAL1 entre los aislamientos del genotipo 3 (humanos y cerdos) mostró una alta variabilidad nucleotídica (1–6%) al compararlo con los aislamientos del genotipo 1 (0–1.6%), previamente descrito en Cuba (de Villalba et al., 2008). Como hipótesis, varios autores plantean que la variabilidad intragrupo del genotipo 3 podría estar asociada con las diferencias entre los sistemas de replicación (animales, humanos) (Kabrane-Lazizi et al., 2001; Zhang et al., 2005). Finalmente, al observar la ausencia de ictericia o síntomas de hepatitis viral aguda en empleados positivos al ARN-VHE, nosotros consideramos que los individuos que trabajan en estas granjas podrían sufrir de infecciones por VHE no reconocidas o silentes. Por tanto, la morbilidad de la infección por VHE estimada por brotes y casos esporádicos podría estar sub-estimada en Cuba. Para concluir, nuestro estudio demuestra que el VHE tiene una prevalencia notable en las granjas porcinas estudiadas. Nuestras recomendaciones son tomar medidas preventivas y establecer la vigilancia del VHE en las granjas de cerdos cubanas, con una especial atención a las personas con enfermedades hepáticas crónicas de base. Agradecimientos Nuestros agradecimientos a todas las personas que trabajaban en las granjas porcinas estudiadas, por su colaboración. Además, agradecemos al Dr. Ming Guan por suministrarnos los estuches para la serología de VHE y Dr. Magnolia, jefa del laboratorio clínico del IPK donde se realizaron las enzimas hepáticas. Por último, nuestro agradecimiento a la Dr. María Teresa Pérez-Gracia por la revisión crítica del manuscrito. Referencias Aggarwal, R., 2011. Hepatitis E: Historical, contemporary and future perspectives. J. Gastroenterol. Hepatol. 26 Suppl. 1, 72-82. Bhatia, V., Singhal A., Panda S.K, Acharya S.K., 2008. A 20-year single-center experience with acute liver failure during pregnancy: is the prognosis really worse? Hepatol. 48, 1577-1585. Bouwknegt, M., Engel, B., Herremans, M.M., Widdowson, M.A., Worm, H.C., Koopmans M.P., Frankena, K., de Roda Husman, A.M., De Jong, M.C., Van Der Poel, W.H., 2008. 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