Download (2014-11-27) Celebración de la Corona de Adviento

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La celebración está organizada para realizarla alrededor de la mesa, a la hora del
almuerzo o de la cena del domingo correspondiente, aunque también podría
realizarse en la cena del sábado anterior o en otro momento oportuno, la misma
es propicio realizarla en familia o al abrigo de las personas más cercanas.
Se prepara con anterioridad una guirnalda o corona que nos sirve para contar los
domingos del Adviento. Consiste en un aro de madera, cerámica, metal o
cualquier otro material, el cual se forra de follaje del campo, preferiblemente ciprés
por el sentido tan navideño que tiene en Costa Rica, y cuyo color simboliza la
esperanza. El aro sirve para sostener cuatro velas, tres de ellas moradas y una
rosada, que marcan los domingos. Esta es la indicación básica, pero no intenta ser
freno para la creatividad de los fieles.
Se insiste, sí, en el color de las velas para guardar coherencia entre lo que se vive
en la liturgia de la Iglesia con las devociones de religiosidad popular del hogar. El
orden para encender las velas es, según el color litúrgico de los domingos de
Adviento: morada, morada, rosada, morada.
La primera reunión y el encender la primera vela constituyen la bendición de la
guirnalda.
Primer Domingo
¡Velemos!
Para iniciar la celebración quien preside (P) invita a todos (T) a hacer la señal de
la cruz:
P/ En el nombre del Padre...
T/ Amén
Y con estas o semejantes palabras saluda a los presentes
P/ Encendemos, Señor, esta luz, como aquel que enciende su lámpara para salir,
en la noche, al encuentro del amigo que ya viene. En esta primer semana de
Adviento queremos levantarnos para esperarte preparados, para recibirte con
alegría. Muchas sombras nos envuelven. Muchos halagos nos adormecen.
Queremos estar despiertos y vigilantes, porque tú traes la luz más clara, la paz
más profunda y la alegría verdadera. ¡Ven, Señor Jesús!
¡Ven, Señor Jesús!
T/ Amén
Luego, la persona que haya sido elegida para iluminar la guirnalda enciende una
candela morada, mientras todos hacen un silencio meditativo. El que preside
concluye el rito diciendo:
¡Aleluya, aleluya!
¡Manifiéstanos, Señor,
tu misericordia y danos tu salvación!
Los presentes responden
Aleluya, aleluya.
De inmediato el que preside dice:
Hoy el Señor nos pide estar alertas
porque no conocemos el momento.
Escuchemos esa palabra y sintamos en el
corazón el deseo de que el Señor venga a
liberarnos de nuestras oscuridades.
Luego, el que esté más capacitado para hacerlo,
procede a leer el evangelio del día.
De la Buena Noticia de Jesucristo según san Marcos
13, 33-37
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «Mirad, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento. Es igual que un hombre
que se fue de viaje y dejó su casa, y dio a cada uno de sus criados su tarea,
encargando al portero que velara. Velad entonces, pues no sabéis cuando vendrá
el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al
amanecer; no sea que
venga inesperadamente y os encuentre dormidos.
Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: ¡Velad!»
Palabra del Señor.
Preces
Las preces que se proponen están redactadas para que después de los
puntos suspensivos, la familia o el grupo que se reúne la complete con una
petición.
Hoy vamos a pedir por:
Por todos los que sirven a las personas enfermas en los hospitales, casas
de habitación y centros de asistencia, para que Dios…
Por quienes se encuentran en tránsito de muerte y por
acompañan, para que Dios…
quienes les
Por aquellas personas que investigan y trabajan buscando mejoras sociales
y ecológicas, para que Dios…
Atentos a la llegada del Señor que se acerca dirigimos nuestro corazón al
Padre y digamos: Padre nuestro...
Gracias Dios, que eres cuál padre y madre bondadosos, porque nos nutres con los
frutos de la tierra.
Segundo Domingo
¡Preparemos!
Para iniciar la celebración quien preside (P) invita a todos (T) a hacer la señal de
la cruz:
P/ En el nombre del Padre...
T/ Amén
Y con estas o semejantes palabras saluda a los presentes
Los profetas mantenían encendida la esperanza de Israel. Nosotros, como un
símbolo, encendemos estas dos velas. El viejo tronco está rebrotando se
estremece porque Dios se ha sembrado en nuestra carne...
Que cada uno de nosotros, Señor, te abra su vida para que brotes, para que
florezcas, para que nazcas y mantengas en nuestro corazón encendida la
esperanza. ¡Ven pronto, Señor! ¡Ven, Salvador!
T/ Amén
Luego, la persona que haya sido elegida para iluminar la guirnalda procede
encender dos velas moradas, mientras todos hacen un silencio meditativo. El que
preside concluye el rito diciendo:
¡Aleluya, aleluya!
Preparen el camino del Señor,
allanen sus senderos.
todos los hombres verán
la Salvación de Dios
Los presentes responden
Aleluya, aleluya.
De inmediato el que preside dice:
Hoy se nos dice que tenemos que cambiar de vida para esperar así, la venida del
Señor. Escuchemos esa palabra y pongámosla en práctica.
Luego, el que esté más capacitado para hacerlo,
procede a leer de evangelio del día.
De la Buena Noticia de Jesucristo según san Marcos 1,1-18
Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.
Está escrito en el profeta Isaías: «Yo envío mi mensajero delante de ti para que te
prepare el camino. Una voz grita en el desierto: “Preparad el camino del Señor,
allanad sus senderos.”» Juan bautizaba en el desierto; predicaba que se
convirtieran y se
bautizaran, para que se les perdonasen sus pecados, y él los bautizaba en el
Jordán.
Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se
alimentaba de saltamontes y miel silvestre.
Y proclamaba:
-«Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para
desatarlo las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con
Espíritu Santo.»
Palabra del Señor.
Preces
Las preces que se proponen están redactadas para que después de los
puntos suspensivos, la familia o el grupo que se reúne la complete con una
petición.
Hoy vamos a pedir por:
Por las y los educadores, para que Dios…
Por los catequistas y evangelizadores, para que Dios…
Por todas las personas que practican algún deporte, para que Dios…
Atentos a la llegada del Señor que se acerca dirijamos nuestro corazón al
Padre
y digamos: Padre nuestro...
Gracias Señor, por el trabajo de las personas que cultivan la tierra y las aguas,
pues permite que tengamos estos alimentos en nuestra mesa.
Tercer Domingo
¡Testimoniemos!
Para iniciar la celebración quien preside (P) invita a todos (T) a hacer la señal de
la cruz:
P/ En el nombre del Padre…
T/ Amén
Y con estas o semejantes palabras saluda a los presentes
En las tinieblas se encendió una luz, en el desierto clamó una voz. Se anuncia la
buena noticia: ¡El Señor va a llegar! ¡Preparen sus caminos, porque ya se acerca!
Adornen su alma como una novia se engalana el día de su boda. ¡Ya llega el
mensajero! Juan Bautista no es la luz, sino el que nos anuncia la luz. Cuando
encendemos estas tres
velas cada uno de nosotros quiere ser antorcha tuya para que brilles, llama para
que calientes. ¡Ven, Señor, a salvarnos, envuélvenos en tu luz, caliéntanos en tu
amor
T/ Amén
Luego, la persona que haya sido elegida para iluminar la guirnalda procede a
encender dos velas moradas y una rosada mientras todos hacen un silencio
meditativo. El que preside concluye el rito diciendo:
¡Aleluya, aleluya!
El espíritu del Señor está sobre mí,
él me envió a evangelizar a los pobres.
Los presentes responden
Aleluya, aleluya.
De inmediato el que preside dice:
Hoy el Señor nos da señales para
reconocer en Él al Mesías. El Señor ha sido
anunciado por un gran profeta. Juan
disminuye, Cristo crece.
Luego, el que esté más capacitado para hacerlo,
procede a leer el evangelio del día.
De la Buena Noticia de Jesucristo según san Juan
1, 6-8. 19-28
Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan:
Éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos
vinieran a la fe.
No era él la luz, sino testigo de la luz.
Y éste fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén
sacerdotes y levitas a Juan, a que le preguntaran:
- «¿Tú quién eres?»
Él confesó sin reservas:
- «Yo no soy el Mesías.»
Le preguntaron:
- «¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?»
El dijo:
- «No lo soy.»
- «¿Eres tú el Profeta?»
Respondió:
- «No.»
Y le dijeron:
- «¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado,
¿qué dices de ti mismo?»
Él contestó:
- «Yo soy la voz que grita en el desierto: “Allanad el camino del Señor”,
como dijo el profeta Isaías.»
Entre los enviados había fariseos y le preguntaron:
- «Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?»
Juan les respondió:
- «Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que
viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia.»
Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan
bautizando.
Palabra del Señor.
Preces
Las preces que se proponen están redactadas para que después de los
puntos suspensivos la familia o el grupo que se reúne la complete
Hoy vamos a pedir por:
Por las religiosas, religiosos y ministros de la Iglesia que dan testimonio de
Cristo en medio de las dificultades, para que Dios…
Por las madres y padres de familia, para que Dios…
Por todas las personas que siembran las semillas de la bondad, verdad y
belleza en todo el orbe, para que Dios…
Atentos a la llegada del Señor que se acerca dirijamos nuestro corazón al
Padre
y digamos: Padre nuestro...
Gracias único y eterno Dios, por quienes han preparado con cariño y ternura estos
alimentos que vamos a degustar.
Cuarto Domingo
¡Alegrémonos!
Para iniciar la celebración quien preside (P) invita a todos (T) a hacer la señal de
la cruz:
P/ En el nombre del Padre...
T/ Amén
Y con estas o semejantes palabras saluda a los presentes
P/ Una vez más nos reunimos, atendiendo al anuncio de la llegada de Dios
nuestro Señor. Se acerca la gran fiesta de Navidad, la fiesta del nacimiento de
nuestro Señor Jesucristo en Belén y en cada uno de nuestros corazones.
Preparémonos a recibir a nuestro Salvador reuniéndonos en torno a esta corona.
T/ Amén
Luego, la persona que haya sido elegida para iluminar la guirnalda procede a
encender las cuatro velas mientras todos hacen un
silencio meditativo. El que
preside concluye el rito diciendo:
¡Aleluya, aleluya!
La Virgen concebirá
Y dará a luz un hijo a quien pondrá por
nombre Emmanuel, Dios con nosotros
Los presentes responden
Aleluya, aleluya.
De inmediato el que preside dice:
Se nos narra como fue la encarnación de Jesús. Escuchemos esa palabra y
sintamos en el corazón el deseo de que el Señor venga a nuestro corazón como lo
hizo en María.
Luego, el que esté más capacitado para
hacerlo, procede a leer el evangelio del día.
De la Buena Noticia de Jesucristo según san Lucas 1, 26-38
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea
llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la
estirpe de David; la virgen se llamaba María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo:
- «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo:
- «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu
vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se
llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará
sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.»
Y María dijo al ángel:
- «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»
El ángel le contestó:
- «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su
sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios.
Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya
está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay
imposible.»
María contestó:
- «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.»
Y la dejó el ángel.
Palabra del Señor.
Preces
Las preces que se proponen están redactadas para que después de los
puntos suspensivos, la familia o el grupo que se reúne la complete con una
petición.
Hoy vamos a pedir por:
Por las niñas y niños, sin distingo de nacionalidad, credo, etnia ni
procedencia familiar, para que Dios…
Por quienes atraviesan el dolor de la guerra, para que Dios…
Por quienes han convertido el odio, la venganza y el egoísmo como su modo
de vida, para que Dios…
Atentos a la llegada del Señor que se acerca dirijamos nuestro corazón al
Padre
y digamos: Padre nuestro...
Gracias Señor, por darnos en Jesús, María y José, ejemplo de
sencillez y
confianza en tu divina providencia, asiste con tu benevolencia y nuestra
solidaridad a quienes les falta el alimento y el abrigo en estos momentos.