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Cultivos de plantas a raíz desnuda 1. Fase de siembra 1.1. Preparación del suelo Una vez el terreno está limpio y listo para iniciar el cultivo, se procede a su nivelación para dejarlo con una pendiente de 2-3 %, procurando mantener el drenaje del terreno hacia la parte inferior. Los tratamientos del suelo deben hacerse en época seca. La primera consideración es controlar las características físicas del terreno, fundamentalmente compactación y drenaje. Sólo excepcionalmente será necesario recurrir a drenajes artificiales, que son costosos para la inversión de un vivero, por lo que tenderá a evitarse y hacerse necesarias a través de labores. En este caso se procederá en el siguiente orden: 1. Subsolado o alzados profundos (40 cm) 2. Gradeos 3. Desinfección y enmiendas 4. Gradeo ligero o pase de rotovator. Cuando la labor fundamental va a ser de desfonde, la época ideal de la preparación es el Otoño, cuando el suelo se encuentra con buen tempero. Una vez terminada la preparación previa se deja el terreno durante el invierno. En primavera cuando el suelo está suficientemente seco para trabajar, se comienza la preparación de las eras para el suelo seco y antes de las primeras lluvias de otoño. Las labores complementarias de gradeos se realizarán cuando el suelo presente buen tempero en otoño, dando un riego si es necesario. En primavera, al igual que en el caso anterior, se hará la preparación definitiva del terreno, generalmente un gradeo ligero o pase de rotovator. Los equipos utilizados dependen de la práctica habitual del vivero y de la textura del suelo. 1.2.Siembra en los viveros 1.2.1. Siembra en semilleros La producción de planta de muchas de nuestras especies forestales presenta el problema adicional de una difícil o escasa germinación de sus semillas. Tanto si la producción es a raíz desnuda como en envase, la siembra directa en las eras y envases con estas especies tiene como consecuencias irregularidades en la distribución de las plantas en la eras a raíz desnuda o grandes esfuerzos en la realización de raleos y reposición de ceros en los envases, además de la imposibilidad de controlar el número de plantas a producir. Para salvar esta dificultad, se utiliza la técnica de siembra en semilleros con posterior transplante de las plántulas germinadas a su lugar definitivo de crecimiento. a) Descripción del semillero y preparación Los semilleros son superficies de dimensión variable preparados específicamente para la germinación de semillas. El establecimiento de semilleros pretende lograr: 1. Suministrar unas condiciones favorables para la germinación de la semilla de aquellas especies que presentan problemas de germinación 2. Sembrar la semilla con una densidad y profundidad óptima. 3. Evitar o reducir el efecto de plagas y enfermedades en la germinación. Actualmente se tiende al uso de bandejas de germinación, habiendo prácticamente desaparecido el uso de semillero de obra. Estas bandejas se llenan de sustrato, en mezcla 1:1 ó 2:1 (turba: perlita) o perlita pura, que suministra una porosidad adecuada para la retención de agua y de aireación. Hay que tener la precaución de que haya un drenaje adecuado de las bandejas ya que es fácil que se produzcan pudriciones de raíz. b) Transplante Las especies que se siembran en semilleros deben ser posteriormente transplantadas al lugar definitivo e crecimiento. La extracción de la planta del semillero y su transplante es una fase bastante delicada y costosa. En coníferas el transplante se realiza normalmente cuando los cotiledones han emergido del suelo y se ha desprendido la cubierta seminal. En el caso de las frondosas se utiliza como criterio general la aparición de las primeras hojas verdaderas. Para el transplante se procede generalmente a regar el semillero abundantemente dejándolo drenar para facilitar la extracción de la planta. Con ayuda de una paleta de jardinería se extrae una cantidad pequeña de planta (100/200 plantas) y se colocan en una bandeja cubriéndolas con un trapo húmedo para evitar la desecación de la raíz. En el lugar definitivo de transplante se abre un orificio suficientemente grande para colocar las raíces sin que se deformen. Luego se rellena el hoyo con sustrato, presionando ligeramente alrededor de la plántula para eliminar los espacios de aire que pueden provocar la desecación de las raíces. 1.2.2. Siembra en eras Es el método utilizado cuando se dispone de la calidad y cantidad de semilla suficiente. a) La elección de la época de siembra depende de varios factores. La siembra debe hacerse lo antes posible siempre que la temperatura lo permita. Normalmente se hacen siembras tempranas de primavera, aunque es posible hacer siembra de otoño para evitar el estratificado o el almacenamiento. b) La reducción de la densidad permite obtener planta de mejor calidad al reducirse el número de plantas por unida de superficie en la fase de crecimiento. Para determinar la densidad de siembra adecuada el viverista debe conocer las características morfológicas deseables en la planta lo que permite fijar el número de plantas por m2 y por tanto de semilla necesaria. c) A partir de una calidad determinada de semilla debe calcularse la cantidad necesaria para producir el número de plantas previsto. d) En el cultivo de planta a raíz desnuda se suelen hacer las siembras en líneas, para facilitar la escarda mecánica, que se realiza de forma mecanizada manteniendo la distribución de las eras. e) Se separan las líneas de siembra entre 10 y 15 cm en coníferas y de 15 y 20 cm en frondosas sembrando sobre una superficie de era completamente allanada. Especie Acer spp Aesculus hippocastanum Alnus glutinosa Berberis spp Castanea sativa Cornus spp Corylus avellana Cotoneaster spp Crataegus momogyna Especie Fagus sylvatica Vivernum spp Abies spp Cedrus spp Chamaecyparys lawsoniana Juniperus spp Semillas/m2 200/300 80/120 350 350/500 60/80 300/400 150/200 250/300 200/250 Semillas/m2 150/200 200/300 250 250 400/500 Especie Fraxinus spp Juglans nigra Juglans regia Malus sylvestris Prunus spp Pyrus spp Sorbus aucaparia Sorbus aria Tilia cordata Especie Tilia platiphyllos Pinus nigra Pnus sylvestris Taxus baccata Ginkgo biloba Semillas/m2 120/150 80/120 60/80 150/200 150/200 150/200 300/350 200/250 150/200 Semillas/m2 120/150 200/300 400/500 250/300 150/200 150/200 1.3. Cuidados en las eras durante la fase de siembra Durante la primera fase de crecimiento hasta el desarrollo de las hojas verdaderas las plantas pueden verse atacadas por predadores, por enfermedades, plagas y por la climatología, etc. Precauciones que se deben tomar: 1) Los riegos deben mantener el suelo húmedo pero evitando los encharcamientos. 2) Para evitar los depredadores se pueden aplicar bocinas, repelentes físicos o químicos, aunque en algunos casos la única solución es recurrir a cubiertas de malla plástica o metálica. 3) Para evitar plagas y enfermedades se requiere: ph bajos, buen drenaje, contenidos bajos de MO, etc, pero en caso de aparición de daños la única posibilidad es recurrir a tratamientos fitosanitarios. 4) Para evitar las malas hierbas: tratar las eras anteriormente y aplicar herbicidas compatibles con la planta forestal. 1.4. Métodos de siembra La siembra puede ser: 1) A voleo. Las semillas se distribuyen al azar sobre toda la superficie del terreno 2) En líneas. Las semillas se colocan aleatoriamente en un surco. La separación entre los surcos suele ser de 6-8 cm, y la separación de la línea del surco no más de 1 cm. 3) A golpes. Las semillas se descargan siguiendo unas líneas paralelas a la dirección del tractor, pero descargando grupos de semillas de manera discontinua. 4) Monogramo: cada semilla se coloca a distancia precisa de la anterior siguiendo una línea precisa. La densidad de cada semilla viene definida por la clase de cultivo, el tipo de suelo, la fertilidad que posee el suelo y la humedad disponible. Según la colocación de la semilla en el suelo se puede distinguir: en surcos, en llano o en caballones. Las máquinas sembradorea tienen la misión de colocar en el terreno las más diversas clases de semillas sin dañarlas; en general, la siembra se realizan siguiendo líneas, a una profundidad uniforme, pero diferente para cada semilla y según las condiciones del suelo. 1.5. Tipos de sembradora 1) Sembradoras a voleo La siembra a voleo es apropiada para semillas pequeñas, Existen de centrífuga y sembradoras de carga libre, siembra aérea y la hidrosiembra. 2) Sembradoras en línea. En las siembra en línea las máquinas deben seguir las siguientes operaciones o fases: abrir el surco; depositar la semilla; enterrarla y por último comprimir el suelo. 3) Sembradoras a golpes: Son las empleadas en los cultivos de semilla gruesa. En general constan de un recipiente cilíndrico independiente para cada línea, en cuyo fondo gira un disco horizontal con corona de muescas o plato de alveolos. 4) Sembradora monogramo: Es la misma que la anterior, pero en el alvéolo solo cabe una semilla. 1.6. Época de siembra Las semillas en vivero deben realizarse en primavera cuando se emplee semilla que no presenta letargo. Las semillas que presenten letargo interno, si no se tratan previamente para vencer el letargo, deberán sembrarse en otoño, aunque los coeficientes de germinación que se obtendrán serán mucho menores que si se hubieran tratado. Las siembras que no se hagan en primavera se pueden proteger durante el invierno cubriendo las eras con una capa de acículas, hojas secas, paja o cualquier otro material vegetal, que se deberá retirar en primavera cuando las semillas empiecen a germinar. Siempre que exista peligro por pájaros, o roedores deberá procurarse que las siembras se hagan en primavera, pues al ser más corto el tiempo que permanece la semilla en el suelo, disminuye la probabilidad de que sea destruida. 2. Fase de crecimiento La fase de crecimiento abarca desde la germinación de la planta hasta que comienza el proceso de endurecimiento previo a su envío al terreno. 2.1 Sombreado Cada especie tiene unas necesidades diferentes de luz mediante la fase de crecimiento. Las especies de temperamento delicado deben ser protegidas durante todo el período mediante el empleo de mallas de sombra. Otras especies (ej. Coníferas) necesitan crecer a plena luz, para evitar que se produzca un crecimiento inadecuado (ej. Ahilamiento). El sombreado supone la redución de la luz que llega a las plantas, lo que implica una reducción de la radiación y de la temperatura, bien durante todo el proceso de producción o durante el un período del mismo. Requiere unas instalaciones adecuadas y un manejo cuidadoso, compatible con otras mejoras de protección de la planta durante el cultivo (ej. Granizo) 2.2. Fertilización y enmiendas El planteamiento de fertilidad, cuyo objetivo es llevar el valor de la concentración de los macronutrientes presentes en e suelo a los vlalores deseables de partida, por comparación con el contenido iicial en el suelo. La fertilización o abonado ordinario, para aportar los nutrientes que se poierden en el ciclo de producción, al ser extraídos por la planta durante su crecmiento. 2.2.1. Enmiendas Para mejorar las condiciones del suelo original puede ser necesaria una enmienda. En general, seconsideran dos tipos, las enmiendas orgánicas (para mejorar el nivel de materia orgánica) y las enmiendas calizas (para corregir los suelos demasiado ácidos): a) en suelos compactos se suele realizar una enmienda orgánica a razón de 30/40 Tm/ha, lo cual supone incrementar el contenido de materia orgánica aproximadamente en un 1%. b) Si el terreno es suelto, y tiene poca capacidad de retención de agua, se puede realizar una enmienda orgánica. c) En terrenos silícios, pobres en cal y con un ph demasiado bajo, puede hacerse una enmienda caliza, mediante la adición de sulfato cálcico (yeso), carbonato cálcico o cal apagada hasta obtener un ph de 5,5 a 6. 2.2.2. Fertilización a) Los abonos orgánicos en viveros tienen como objetivo, más que la restitución de nutrientes extraídos, la recuperación del contenido de MO que las labores y la extracción tienden a disminuir. Es conveniente mantener un valor entre 2 y 4 % para asegurar una buena estructura edáfica, mantener un complejo arcillo-húmico capaz de fijar los nutrientes aportados por el abono mineral, y por último favorecer la vida microbiana y favorecer los procesos de micorrización. b) Los abonados minerales se pueden realizar anualmente para compensar las extracciones de nutrientes del suelo y deben ser equilibrados para el desarrollo de las plantas sea adecuado y para que su estado fisiológico sea tal que permita una mayor posibilidad de arraigo. Suelos básicos. Para abono nitrogenado convendrá utilizar el sulfato amónico, ya que elimina la salinidad. El suelo debe contener materia orgánica o en su defecto debe añadirse la necesaria para facilitar la liberación del N del sulfato. Para abono fosforado se indica el superfosfato a causa de su ph, que se neutraliza fácilmente. Para abonos potásicos el ClK por la misma razón. Suelos ácidos. Se pueden aplicar como fosfatados (fosfatos bicálcicos o las escorias Thomas), como potásicos (sulfatos potásicos o cenizas vegetales) y como cálcicos. Algunas recomendaciones: 1) Deben tenderse a abonados tempranos en la mañana para que la superficie foliar esté seca en la noche, lo que evita e riesgo de algunas enfermedades como Botrytis. 2) Después de cada aplicación debe hacerse un riego de lavado para evitar daños o quemaduras a las hojas. 3) La programación mensual de la fertilización debe adaptarse a las fases de la producción, así la primera aplicación de fertilizante se suele retrasar hasta que las semillas han germinado y están totalmente establecidas. 4) El control de los niveles de N es el factor más importante para la manipulación del crecimiento de las plántulas, y su valor varía considerablemente durante las fases de producción. Las reglas generales son: Moderados niveles de N durante la fase de establecimiento Altos niveles durante la etapa de crecimiento Bajos niveles durante la etapa de endurecimiento Para la aplicación de fertilizantes, el equipo de aplicación y la concentración deben controlarse cuidadosamente: 1) Fertilización con N. Cuanto antes se realice la aplicación tanto mejor es la respuesta, debiendo procurar la fertilización mediante aplicaciones de poca cantidad pero de forma frecuente. 2) Fetilización con P. La respuesta al P es más lenta pero puede ser necesaria en el establecimiento de un nuevo vivero. El fertilizante utilizado debe asegurarse la adecuada absorción del nutriente por las plantas, por lo que debe colocarse próximo a las raíces, y en condiciones adecuadas de ph. Para suelos arenosos se utilizan fertilizantes muy solubles como el sulfato amónico. Para suelos ácidoarenosos se utiliza el superfosfato cálcico (0-25-0). Cuando el ph es alto y hay gran concentración de Ca se suele utilizar el superfosfato triple (0-45-0). 3) Fertilización den K. El potasio tampoco manifiesta una respuesta rápida: la fertilización debe hacerse antes de la siembra y deben completarse con fertilización superficial en Julio y durante el segundo año. 4) Fertilización con Ca. Debe controlarse el contenido de Ca para evitar el aumento de pH, que favorece la proliferación de plagas. Las enmiendas se realizan para valores del pH menores o iguales a 5. La fertilización con dolomía es preferible en viveros forestales al incorporar Mg. 2.3. Riegos El crecimiento de la planta, tanto en el vivero como en el lugar definitivo de plantación, está condicionado por la disponibilidad de agua. Por ello, puede considerarse que el agua en calidad y cantidad suficiente es el factor más importante para la elección y funcionamiento de un vivero forestal. El agua se requiere en un vivero por tres razones principales: 1. Crear condiciones de humedad adecuadas en el substrato para permitir la germinación, crecimiento y desarrollo de la planta 2. Suministrar el medio para la disolución y absorción de los nutrientes incorporados a través de la fertilización 3. Proteger el cultivo de agentes climáticos extremos, como heladas temperaturas excesivas. Sistemas de riego: 1. Aspersión: Es el sistema de riego más generalizado, bien solo o en combinación con otros sistemas. 2. Riego a manta: Se realiza mediante la inundación completa de la era, bien con la formación o no de caballones. Es un método que se ha utilizado tradicionalmente en muchos viveros, sobre todo en viveros volantes dotados con pocos medios o para determinadas formas de producción. Las ventajas fundamentales son el elevado consumo de agua, la necesidad de mano de obra y que produce la compactación en la superficie de la era o en la base del caballón limitando la capacidad de infiltración de agua en el suelo. Descripción y cálculo de la red: El diseño de la red de riego de un vivero, tiene algunas particularidades con respecto a un sistema convencional propio de cultivos agrícolas. En el caso que nos ocupa se parte en general de la distribución de las áreas de cultivo ( superficie verde) en una serie de cuarteles (Invernaderos, umbráculos y áreas exteriores) y unidades de riego. Esto determina las superficies que deben ser regadas y los puntos de la red de riego. A partir de esta situación, debe tenerse en cuenta algunas consideraciones en el diseño de la red: 1. Dividir la red de riego en función de las infraestructuras de cultivo, pudiendo existir sectores con sistema fijo (por ejemplo, un invernadero o umbráculo), y otros con sistemas semifijos (eras al exterior o umbráculos). 2. Las alas de riego deben adaptarse en tamaño y forma a la distribución de infraestructuras procurando un trazado lo más simétrico posible. 3. Las unidades de riego deben tener un tamaño adecuado al tipo de cultivo (raíz desnuda/ envase), y a las condiciones de diseño ( diámetro de las tuberías y pérdidas de carga) 4. Hacer un cálculo hidráulico de la red concreta, para que los equipos de bombeo trabajen siempre en las mismas condiciones, y no se sobredimensione, lo que puede crear costes innecesarios. 5. Toda red de riego debe prever la mano de obra tanto para su utilización como para su mantenimiento, sin lo cual no está garantizado su adecuado funcionamiento. 2.4. El Repicado Consiste en recortar o podar el sistema radicular de las plantas con el fin de transformar, mejorando la forma y estructura del mismo, para hacerlo más corto, fasciculado y adecuado para el posterior arranque, plantación y arraigo. Consecuencias de no haber repicado: Longitud más larga del sistema radicular, lo que además de dificultar el arranque en vivero, obligaría en monte a realizar agujeros más profundos de plantación. Escasa ramificación radicular por ausencia de raíces secundarias, lo que comprometería la posibilidad de arraigo de las plántulas. Efectos del repicado: Estímulo del sistema radicular, con mayor desarrollo de las raíces secundarias Mejor proporción entre la parte aérea y el sistema radicular, lo que permite mantener la planta en el vivero durante más tiempo y con espaciamientos más reducidos. La época recomendable para el repicado es: el final del invierno o principio de primavera para las coníferas, y el final del otoño principio de invierno para las frondosas. La profundidad del repicado suele ser 10-15 cm. Una raíz de más de 18 cm de longitud da posteriormente problemas en la plantación. En todo caso, antes de realizar el repicado en una era concreta, hay que extraer una muestra suficiente de plantas para, sobre ella, determinar la profundidad de labor. Los procedimientos más usuales de repicado son los siguientes: Repicado apical mecanizado: se aplica al tractor que consiste en una cuchilla horizontal, que se hace penetrar en el suelo a un profundidad graduable por un enganche accionado por mandos hidraúlicos. Se dispondrá de zona de maniobra en los extremos de las eras, y el suelo debe estar despedregado. Algunos aperos tienen movimiento de vaivén, que facilita la penetración, el corte y el avance. Si el plano de la cuchilla está inclinado con respecto al suelo, su paso produce un ligero alzado de las plantas que da lugar a un repicado adicional de las raíces laterales. Esto también se consigue disponiendo una barra horizontal detrás de la cuchilla. Cuando las plantas están sobre caballones se puede emplear un repicador en forma de ala simétrica que trabaja dos caballones contiguos. La hoja cortadora ha de mantenerse muy bien afilada, para evitar que se embroce y arrastre la vegetación subterránea que no puede cortar, destruyendo la era bajo la que se desplaza. Repicado lateral mecanizado: las raíces de ciertas coníferas, sobre todo los pinos, reaccionan al anterior repicado horizontal, produciendo mayor número de raíces laterales y más largas. Este mayor desarrollo se produce en sentido perpendicular al corte. Este excesivo crecimiento lateral puede dificultar el establecimiento de la planta en su lugar de asiento definitivo. En lugar de esperar a recortar las raíces en el momento de arranque y clasificación, es más sencillo y eficaz cortar la raíz dentro de la tierra. Este repicado se practica pasando discos verticales a lo largo de las eras, y por el centro de las interlíneas, alcanzando la misma profundidad que la que se alcanzó con el repicado apical. Repicado manual: se emplea una pala recta de jardinero que se clava en un lateral de la línea de plantas a una distancia de la planta igual a la profundidad a la que se quiere repicar, con una inclinación de 45º. Es un procedimiento de menor rendimiento y precisión que el mecanizado, quedando frecuentemente muchas plantas sin repicar, las cuales crecen más en altura que las compañeras. Únicamente se aplica en viveros volantes de pequeña superficie. En algunos casos es recomendable usar dos palas con actúan con un ligero retraso una respecto a otra a ambos lados de la línea y dando golpes sobre el mango para lograr el corte, lo que evita que algunas raíces resulten desplazadas en lugar de cortadas. 2.5. Cuidados culturales al cultivo El cultivo de la planta, además de las actividades principales de riego, fertilización y repique, requiere de otros cuidados culturales para mejorar las condiciones de crecimiento de las plantas: 2.5.1. Control de las malas hierbas: El crecimiento incontrolado de malas hierbas es uno de los problemas principales de los viveros, principalmente a raíz desnuda. La práctica de cultivo al mantener unas condiciones ideales para el crecimiento de las plantas emperoran el problema. Sin embargo, el tratamiento del problema no es sencillo. Un buen control de plantas adventicias supone: Una prevención anticipada del problema controlando las fuentes posibles de contaminación (agua de riego, , cultivos próximos, limpieza inadecuada del vivero, etc.), ya que una vez invadido el vivero, el problema es más difícil de controlar. No introducir semillas con los estercolados. Como se sabe, muchas especies vegetales diseminan a través del ganado, siendo capaces de atravesar el tubo digestivo de las mismas para diseminarse con su estiécol. Por eso, el estiércol debe procurarse que esté bien hecho y bien curado, y en general, se desaconseja su uso y se recomienda su sustitución por compost. Usar materiales sin semillas extrañas. Utilizar preferiblemente agua de pozo o agua bien filtrada. Control de malas hierbas en el cultivo. Una vez que la mala hierba se ha instalado es necesario proceder a su eliminación. Para ello pueden utilizarse dos procedimientos: Escardas mecánicas: las escardas mecánicas se realizan por corte o siega, por enterramiento o impidiendo mecánicamente el desarrollo de las malas hierbas. Se debería ejecutar antes de la floración de las especies afectadas para evitar la diseminación, aunque esto no siempre es posible por la diversidad de especies implicadas. Además algunas especies poseen mecanismos de regeneración vegetativa. Los procedimientos utilizados son laboreos, mediante alzados y gradeos repetidos de las zonas no cultivadas. El efecto es un arranque y un enterramiento simultáneo. En zonas cultivadas se recurre a escardas mecánicas entre líneas mediante el uso de cultivadores que al actuar sobre las entrelíneas, van arrancando las malas hierbas. Posteriormente se repasa todo de forma manual, sobre todo en las propias líneas de siembra Escarda manual: arranque a tirón con la mano o escarda con herramienta manual. Con la mano se extraen las mala hierbas que resultan inaccesibles para las herramientas al encontrarse contiguas o intercaladas entre las plantitas de una misma fila , a las que el golpe de una herramienta dañaría. Con herramientas se destruyen las hierbas que nacen en espacios despejados de plantitas como son las entrelíneas de siembra. Se aplica también la escarda 3. manual como remate de las escardas mecánicas, pues tras el paso de los aperos de escarda, siempre queda una banda de hierbas a lo largo de las líneas. Coberturas opacas: colocación de tiras de papel o plástico opaco entre las líneas, que impiden la reproducción de las malas hierbas en el suelo cultivado. Como en las líneas de siembra el crecimiento de estas hierbas no resulta alterado, su extracción debe realizarse a mano. Escardas químicas: consiste en la aplicación de herbicidas. Tiene gran facilidad de aplicación y un coste reducido, aunque los inconvenientes se derivan de la selectividad con que actúan y de los efectos sobre el proceso de micorrización, extremo este último que hay que probar en cada caso. Para cultivo de coníferas son selectivos los herbicidas HEXAZINONA 25% y HEXAZINONA 90%, cada uno de ellos con sus condiciones particulares de aplicación, asistida por algún técnico competente en la materia. En cultivo sobre frondosas la selectividad se consigue mejor sobre las especies caducifolias actuando en invierno, para especies perennes el problema es mayor. Para reducir al máximo los riesgos se recomienda la realización previa de algunos ensayos, tanto de dosis diferentes como de época de aplicación y prácticas culturales, procurando recurrir a la consulta de técnicos especializados y a la experiencia de otros viveros. Binas: Consiste en la escarificación de la capa superficial del suelo. La operación consiste en la remoción de una capa de 2-5 cm de espesor mediante un binador. Fase de despacho Corresponde al momento que la planta está lista para su envío al terreno, y por tanto, ha alcanzado los criterios de calidad establecidos y el estado fisiológico adecuado para su plantación. Los pasos que deben darse son: 1) Alzado. El alzado consiste en la extracción de las plantas de las eras para su preparación y transporte. La planta normalmente queda con la raíz al descubierto (raíz desnuda) por lo que los daños que puede sufrir, tanto durante la operación de remoción (pérdida de biomasa radical), como en su manejo (desecación) afectan a la supervivencia final en el terreno. El alzado se realiza, a ser posible, de forma mecanizada mediante el uso de cuchillas repicadoras o alzadoras. La fecha ideal se basa en la experiencia y época de plantación (otoño/invierno/primavera). El momento más adecuado es por la mañana temprano o cuando el tiempo sea húmedo, intentando reducir al mínimo la desecación. El terreno al pase de la cuchilla queda suelto y la planta se extrae manualmente. Algunos viveros cuentan con máquinas alzadoras dotadas de pequeñas cintas que dejan las plantas listas para el empaquetado. 2) Selección. Es un proceso continuo que comienza mucho antes de la entrega de los plantones. Durante la fase de crecimiento cualquier plantón que muestra síntomas de alguna enfermedad debe ser destruido inmediatamente, así como ir desechando todas aquellas plantas defectuosas de forma periódica durante los clareos de la planta en las eras. 3) Conteo y empaquetado. Simultáneamente al conteo la planta se va empaquetando según cantidades conocidas, para facilitar el control de las cantidades, transporte y plantación. Los paquetes se hacen en cajas especiales sin presionar excesivamente la planta evitando deformaciones o daños físicos, garantizando un transporte sencillo y con garantías de calidad ( ni desecaciones ni calentamientos excesivos). Las formas de almacenamiento de la planta extraída y agrupada en mazos dependerá del tiempo que se prevea que va a estar en esas condiciones. De forma general, se deberá a proceder a un embalaje que sea rígido para evitar golpes, permeable al aire para permitir la respiración de las plantas y que mantenga la raíz en oscuridad para evitar el deterioro de las micorrizas. Para almacenamientos cortos se puede emplear cajas opacas de cartón encerado, de madera o de plástico. Para almacenamientos prolongados en los que la falta de luz de la parte aérea pueda ser perjudicial, se embala en sacos de plástico transparente, previo recubrimiento de las raíces con arpillera o musgo humedecido. La parte aérea estará seca para evitar fermentaciones. Se dispondrán las plantas verticales y los cierres herméticos. Se conservarán a una temperatura entre 4-7ºC. El transporte de la planta debe asegurar que ésta no sufra corrientes de aire; por lo que los vehículos deben ser de caja cerrada perfectamente, o bien cubierta herméticamente con lona. Se hará lo más rápidamente posible, con cuidado en las operaciones de carga y descarga y sin apilar los embalajes cuando sean flexibles. 4) Almacenamiento y transporte. La planta bien empaquetada facilita considerablemente el almacenamiento, si éste es requerido, así como el transporte de la planta. La duración y condiciones del transporte vienen determinadas por la distancia entre el vivero y el lugar de plantación, así como por la programación y coordinación con los equipos de plantación. Lo ideal es que la duración de este periodo se reduzca al mínimo posible ya que es un momento crítico para la supervivencia de la planta. En España, la práctica habitual es despachar la planta directamente al terreno sin almacenamiento intermedio. En caso de que este fuera inevitable por desfases entre el alzado y el despacho, debe hacerse en cámaras frigoríficas a temperaturas próximas a 0ºC, en caso contrario las pérdidas de viabilidad pueden ser bastante importantes. Otra operación relacionada con el almacenamiento es el denominado aviverado a realizar en el mismo vivero o en monte antes o después del embalaje que corresponda. Se realizan zanjas sobre el suelo natural con una pared vertical y otra inclinada. Luego se recubren las raíces con tierra o musgo y se riega abundantemente. Así pueden permanecer dos o tres semanas sin problemas. En caso de heladas se protegerán por la noche con lonas o plásticos. 4. Transplante en vivero Las plantas del vivero lógicamente van precisando mayor espacio conforme van creciendo. Cuando una planta va a permanecer más de un año en el vivero habría dos soluciones posibles: o sembrar a baja densidad, lo que incrementa las malas hierbas y obliga a utilizar mucho terreno; o, tras un primer año de cultivo a alta densidad, proceder a su transplante a un mayor espaciamiento. Este transplante suele ser obligado también cuando alguna planta no ha sido vendida tras su primer año. Si esto no se hiciera, las plantas crecerían débiles y delgadas (ahiladas), y perderían finalmente su capacidad de arraigar en la repoblación final. Así con transplante, el primer año crecen juntas, aprovechando mejor el espacio y en el segundo año se les da una mayor densidad, adecuada a su tamaño final. Densidades recomendadas en vivero por m2 verde. Altura final prevista en la planta (cm) 10-20 Especies de sol nº/ m2 Otras especies nº/ m2 100-250 125-300 20-40 40-60 60-80 80-200 60-150 40-100 100-250 75-200 50-125 Como es lógico y habitual, en caso de procederse al transporte, se aprovecha para el repicado manual de las raíces de las plantas transplantadas. El transplante, por tanto, implica un movimiento de plantas, además de su repicado, mientras que el repicado se realiza “in situ”. El transplante implica un repicado, pero no al revés. El primero busca además un mayor espaciamiento, el segundo sólo el fasciculado y poda de las raíces. El repicado “in situ” busca evitar el transplante y exige siempre la siembra en densidad final. Hoy en día se está reduciendo la práctica del transplante y de su repicado manual asociado. 5. Maquinaria y herramientas La dotación de maquinaria depende, principalmente de la superficie del vivero, y también de las características de la producción y del método de cultivo. En cuanto a las herramientas, en el vivero se utilizarán básicamente las mismas herramientas manuales que en la jardinería en general, puesto que las labores a realizar son, en ocasiones, las mismas y en otras ocasiones son muy similares. Por tanto, se proveerá en azadas, azadillas, picos, palas, escobas, rastrillos, mochilas de tratamiento, etc., Para los trabajos de laboreo y siembra se utilizará un tractor de alrededor de 50 CV, o motocultores. Se necesitarán acoplar sembradoras agrícolas de precisión para la aplicación mecanizada de la semilla forestal. Se requerirá dosificadores (abonadoras) para aplicar el abono en su justa medida. Para las escardas arados, vertederas, discos, aperos con rejas, etc. Para el riego se necesitará elementos de fuerza para dar presión al agua, elementos para conducirla y, por último, elementos para dosificar el agua según las necesidades y constitución del vivero. Para ello se utilizará elementos de goteo, difusión y microdifusión. En las labores de repicado se necesitará la cuchilla horizontal de profundidad regulable, discos verticales afilados y palas rectas para el repicado manual. Se requerirá los equipos de protección para plagas y enfermedades. Dosificadores de plaguicidas Para el transporte de la planta en el vivero es necesario un remolque. Si se quiere hacer el propio compost es conveniente una trituradora, para hacer más fácil la descomposición de la materia vegetal sobrante. Para la poda y otros cortes es necesario contar con: segadora, desbrozadora, motosierra, tijeras de corte y poda, navajas afiladas, etc.