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Grupo de Servicios Informativos. Archivo Central. Minrex – 1er Trimestre de 2016 Breve acercamiento a la Segunda Intervención Militar de EE.UU. en República Dominicana Por Renier Glez. Hdez. Contenido 1. Antecedentes Históricos 1.1 La dictadura de Rafael Leónidas Trujillo 1.2 El regreso al constitucionalismo. La presidencia de Juan Bosch 1.3 Fin de la democracia. El golpe de Estado, los triunviratos militares y la inestabilidad sociopolítica. 1.4 La ebullición revolucionaria. La Revolución de Abril 2. La Intervención Militar de los Estados Unidos. 2.1 Prólogo de la invasión: La política de los Estados Unidos hacia el área del Caribe. Los intereses de los Estados Unidos en República Dominicana 2.2 La invasión y ocupación militar. La resistencia popular. El establecimiento de la Fuerza Interamericana de Paz 2.3 Fin de la Ocupación Militar 3. Breve análisis conclusivo 4. Bibliografía 1. Antecedentes Históricos 1.1 La dictadura de Rafael Leónidas Trujillo. Durante 31 años la Rep. Dominicana padeció la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo. Su tiranía, históricamente conocida como la “Era de Trujillo”, está considerada una de las más sangrientas del siglo XX. Su régimen se caracterizó por el anticomunismo, la subordinación total a los intereses de Estados Unidos, la represión de toda oposición y el culto a la personalidad. Como producto surgido de la Guardia Nacional, creada por los estadounidenses durante la primera ocupación del país en 1916, Trujillo prestó especial atención a las Fuerzas Armadas, principal sostén y garante de su dilatado régimen. El personal militar recibió generosa paga y beneficios bajo su gobierno. El ejército se amplió numéricamente, se incrementaron y modernizaron los medios militares (aviones, tanques, obuses de artillería, etc.). Trujillo mantuvo el control del cuerpo de oficiales a través del terror, el clientelismo y la frecuente "rotación de tareas". Todos los estamentos del Estado funcionaron en consonancia a sus intereses. El establecimiento del monopolio del gobierno sobre todas las grandes empresas del país constituyó la vía principal para el enriquecimiento personal del dictador y de sus allegados. La tortura y los asesinatos encubiertos a opositores fueron la tónica de su régimen, en la misma medida que el poder judicial bajo su control absoluto se mostró totalmente inoperante a la hora de juzgar y condenar esas prácticas. El gobierno de "El Jefe", como también se le conoció, fue responsable de la muerte de más de 50.000 personas. 1.2 El regreso al constitucionalismo. La presidencia de Juan Bosch El 30 de mayo de 1961 es asesinado el presidente y dictador vitalicio de República Dominicana, Rafael Leónidas Trujillo; culminado el periodo histórico conocido como “Era Trujillo”. Confirmado el asesinato del dictador en una emboscada, el líder opositor exiliado Juan Bosch regresó a su país en octubre de 1961 y dedicó sus esfuerzos a fundar e impulsar el desarrollo del Partido Revolucionario Dominicano, con el que acudió a la cita electoral de 1962 y consiguió proclamarse presidente de la República en las que se conocen como las primeras elecciones libres en la historia del país. Tomó posesión de la más alta magistratura del país el 27 de febrero de 1963 y, con el apoyo del Partido Comunista, abrazó un ambicioso programa de reformas. Bosch realizó inmediatamente una profunda reestructuración del país. El 29 de abril, se promulgó una nueva constitución liberal, la Constitución de 1963, de carácter laico. El nuevo documento concedía una libertad que los dominicanos nunca habían conocido. Entre otras cosas, declaró los derechos laborales, legalizó los sindicatos y favoreció a las mujeres embarazadas, las personas sin hogar, la familia, los derechos del niño y los jóvenes, los agricultores, y los hijos ilegítimos. Estos y otros cambios, como la reforma sobre la posesión de la tierra, golpeaban a los terratenientes conservadores y militares, sobre todo cuando se yuxtapuso en contra de tres décadas de autoritarismo somnoliento bajo el régimen de Trujillo. Sin embargo, Bosch se enfrentó a poderosos opositores. Se trasladó a romper latifundios, provocando la ira de los terratenientes. La Iglesia consideró que Bosch estaba tratando de secularizar el país. A los industriales no les gustaban los beneficios que la nueva Constitución otorgaba a la clase obrera. Los militares, que antes disfrutaban de la libertad de hacer lo que quisieran, sintieron que Bosch los sometía. También el gobierno de los Estados Unidos vio afectado sus intereses económicos y privilegios en la política dominicana, además de mostrarse escéptico ante el menor indicio de auge izquierdista en el Caribe después de que Fidel Castro se declarara abiertamente comunista. 1.3 Fin de la democracia. El golpe de Estado, los triunviratos militares y la inestabilidad sociopolítica. Ante el empuje revolucionario que iba adquiriendo el popular gobierno de Juan Bosch, la jerarquía católica y la embajada de Estados Unidos encabezaron una implacable campaña de oposición a su programa que, siete meses después, provocó la caída de Bosch y la asunción del poder por parte de un triunvirato militar. Al inicio de la sublevación contra Bosch, el general Elías Wessin y Wessin, conocido anticomunista, asumió la dirección del golpe militar. Bajo su mando se encontraba el Centro de Entrenamiento de las Fuerzas Armadas conocido por las siglas CEFA, grupo élite de unos 2,000 efectivos de infantería altamente entrenado. Esta organización cuasi-independiente, originalmente establecida por Ramfis Trujillo, hijo del ex dictador, se formó para proteger al gobierno. Estacionados en la Base Aérea de San Isidro, se diferenciaban de las unidades del ejército regular, por estar equipados con tanques, cañones sin retroceso y artillería, así como por sus propios aviones de ataque. El poder fue entregado a un triunvirato civil, totalmente títere y servil a los militares. Los nuevos líderes rápidamente abolieron la nueva constitución del 63. Los dos años siguientes estuvieron marcados por una fuerte inestabilidad política con numerosas huelgas populares. Dentro de este período de incertidumbre creciente se sucedieron una serie de gobiernos de facto, encabezados por una suerte de triunviratos cívico-militares. En 1965, Donald Reíd Cabral (llamado “el americano” por su perspicaz servilismo a Washington) encabezaba el triunvirato de turno. Para ese entonces, el país caribeño estaba sumado en una crisis política y económica que llevaría indefectiblemente al colapso. 1.4 La ebullición revolucionaria. La Revolución de Abril La crisis socioeconómica y la convulsión política desembocaron en la lucha armada entre los sectores leales al derrocado presidente Bosch; los constitucionalistas encabezados por el coronel Francisco Caamaño Deno y los sectores opositores reaccionarios; la oligarquía y los militares trujillistas que apoyaba a Reíd Cabral liderados por el general Wessin y Wessin. El pueblo y los partidos de izquierdas se sumaron a la lucha al lado de las fuerzas constitucionalistas y en defensa de la democracia, iniciando el proceso cívico y revolucionario conocido como “Revolución de Abril”, también llamado en la historiografía occidental como “Guerra Civil Dominicana”. La revolución de abril de 1965, fue un movimiento cívico-militar que se caracterizó por la participación activa, militante y armada de las masas populares, con la finalidad de volver al gobierno legítimo y constitucional de Juan Bosch. En ella se produjo una alianza de clases, entre sectores de la burguesía urbana y amplios sectores de los trabajadores y obreros. Esencialmente fue una revolución democrática, en el sentido de que la misma no perseguía, como deliberadamente argumentaron los norteamericanos, establecer un régimen socialista o comunista. En realidad, el control de la revolución políticamente hablando, estaba en manos del Partido Revolucionario Dominicano de Juan Bosch, a pesar de la presencia de los partidos de izquierda, como el 14 de junio, el P.C.D. (Partido Comunista Dominicano), el M.P.D. (Movimiento Popular Dominicano), y otros. Asimismo, el control militar, de la misma estaba en manos principalmente de los militares y oficiales nacionalistas a cuya cabeza se encontraba el ya mencionado Caamaño, quien no era de afiliación comunista. Una característica muy particular de la Revolución de Abril fue que la misma estuvo localizada en la ciudad de Santo Domingo. Es decir, que la misma no se expandió hacia los pueblos del interior del país, no obstante, muchos revolucionarios y personas simpatizantes del gobierno de Bosch, se trasladaron del interior a la capital, para participar en los eventos convocados por el gobierno. Para el 25 de abril, Reíd Cabral estaba apresado en el Palacio Presidencial, y al día siguiente República Dominicana tenía nuevo presidente, Molina Ureña. Enfrascados en una lucha intestina, la denominada “Junta de San Isidro” (junta militar reaccionaria opuesta a Caamaño Deno). La incapacidad de las tropas opositoras, comandadas por Wessin y Wessin para resistir a los constitucionalistas, llevó a los jefes militares por su parte a solicitar la intervención militar norteamericana que ya era un hecho puestos que los norteamericanos comandaban, sobornaron y patrocinaron lo que en principio fuese una guerra civil, para luego convertirse en una guerra patria contra los ``Yankees´. 2. La Intervención Militar de los Estados Unidos. 2.1 Prólogo de la invasión: La política de los Estados Unidos. hacia el área del Caribe. Los intereses de los Estados Unidos. en República Dominicana La isla “La Española”, actualmente territorio de Haití y República Dominicana, forma parte de las Grandes Antillas, en el Mar Caribe. La zona del Mar Caribe ha estado en los planes norteamericanos intervencionistas desde principios del siglo XIX, aunque su interés aumentó luego de la adquisición de Luisiana y Florida. El Mar Caribe fue definido como una de las zonas de mayor influencia por Alfred Mahan, a fines del s. XIX, quien se encargó de analizar diversas cuestiones estratégicas en su obra “Estrategia Naval”. En tal sentido, el historiado en la rama militar Alfred T. Mahan * dice, “el Mar Caribe es la llave estratégica para los dos grandes océanos, el Atlántico y el Pacífico, que son nuestras dos principales fronteras marítimas” Entre las islas estudiadas por Mahan, “La Española” (a la que en toda su obra se refiere como Haití), adquiere una gran importancia. Afirma además que, “desde el punto de vista militar, Cuba y Haití son una prolongación de Florida”. Por lo tanto, podemos afirmar que, dada la condición de país oceánico de los Estados Unidos, el control o la injerencia sobre el Golfo de México y el Mar Caribe, era de suma importancia estratégica para aquel país. El control sobre esa zona marítima conjuntamente con sus islas permitiría a los Estados Unidos en tiempos de conflicto bélico, negar las aguas y la costa sur del país a otras potencias e impedir el acceso al Canal de Panamá. En este sentido, una de las primeras acciones en las que pusieron de manifiesto el interés por el Mar Caribe fue el tema Cuba. Finalmente desembocaría en la guerra Hispano-CubanaNorteamericana de 1898, que culminaría con la derrota del país europeo y la ocupación norteamericana de Cuba entre otros territorios insulares de España por parte de los Estados Unidos. Entrado el siglo XX, Estados Unidos intervendría en República Dominicana en 1906, cuando el país insular había contraído importantes deudas con países europeos, y Estados Unidos había firmó un acuerdo provisional que luego se convertiría en el acuerdo “Modus Vivendi” de 1907, por medio del cual se hizo cargo de las deudas dominicanas, a cambio del control de sus aduanas. A partir de 1906, empresas norteamericanas realizaron estratégicas inversiones en República Dominicana. Particularmente importantes fueron las inversiones en la industria azucarera, uno de los principales productos de la isla, y para la década de 1910, cerca de la mitad de los ingenios azucareros eran propiedad de empresas norteamericanas que monopolizaban ese sector. Para 1916, ya con una situación política inestable en la nación insular, los Estados Unidos realizan una intervención militar (Primera Intervención Militar en República Dominicana), comenzando el día 15 de mayo, para formalizar la ocupación en noviembre de 1916, cuando la ciudad de Santo Domingo fue puesta bajo el mando del capitán Knapp. La ocupación se prolongaría hasta 1924, tiempo en el que se llevó a cabo un proceso de reestructuración política, económica y militar. Para la época de la segunda intervención, el interés de los Estados Unidos por la isla ya no pasaba exclusivamente por cuestiones económicas o geoestratégicas, sino también políticas para in creando una situación de dependencia con los Estados Unidos de los futuros gobiernos, que subordinara los intereses nacionales de cualquier programa de desarrollo para el país. En 1959, ya se había producido la revolución cubana, que comenzaba a llevar a vías de hechos el programa del Moncada. Nunca ha estado en los planes de los Estados Unidos el permitir que en algún país se consoliden gobiernos de cualquier tendencia que pongan en peligro sus intereses de todo tipo, menos aún en los que se encuentran próximos a su territorio, los cuales históricamente han considerado que tienen que actuar según su conveniencia, y por añadidura si este se proclama socialista. La creciente inestabilidad política en República Dominicana, y la inminente posibilidad de que el gobierno quedará en manos de nacionalistas populares (que pudieran en el futuro realizar una revolución democrática), este fue uno de los factores más determinantes para realizar la intervención armada. 2.2 La invasión y ocupación militar. La resistencia popular. El establecimiento de la Fuerza Interamericana de Paz La segunda intervención norteamericana en la República Dominicana fue producto de una serie de acontecimientos. El primero de estos hechos ocurrió el 30 de mayo de 1961 con el asesinato del dictador Trujillo. Tras este asesinato se produjo la celebración de elecciones democráticas en 1962. Siete meses después, el 25 de septiembre de 1963, el presidente Juan Bosch fue víctima de un golpe de estado y salió al exilio. Su gobierno fue sucedido por una secuencia de triunviratos civilesmilitares impuestos por las Fuerzas Armadas y la Policía. El 24 de abril de 1965 se sublevaron dos guarniciones de las Fuerzas Armadas que querían restaurar el gobierno constitucional de Juan Bosch. Se produjeron confrontaciones entre el bando militar que favorecía a Bosch, denominado bando constitucionalista o rebelde, y el bando militar que había propiciado el golpe de estado, denominado bando “leal”. El 28 de abril, violando los principios establecidos en la carta de las Naciones Unidas, de la Organización de Estados Americanos (OEA) y del Derecho Internacional, los Estados Unidos intervienen unilateralmente en el país y comienzan a desembarcar tropas norteamericanas. La intervención militar norteamericana se produjo en pleno apogeo de la revolución de 1965, por medio de la cual valerosos dominicanos “empuñaron las armas” para exigir en las calles “bajo el tableteo de las metralletas”, el retorno al poder del Profesor Juan Bosch, quien fue derrocado de la Presidencia por la oligarquía, un sector de la Iglesia Católica y una gran parte del empresariado de ese entonces. En las primeras horas de la mañana del 28 de abril, por órdenes del Presidente de los Estados Unidos, Lyndon B. Johnson, desembarcaron por los puertos de Haina y Santo Domingo, unos 500 soldados norteamericanos de la 82 División Aerotransportada (luego llegarían a 42 000) con el “noble propósito” de salvar a la nación dominicana del comunismo, debido a que los constitucionalistas, con el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó a la cabeza, tenían prácticamente ganada la revolución patriótica, pues la derrota del ejército opositor y la policía nacional en manos del general Wessin y Wessin era cuestión de tiempo (de los 30,000 soldados, pilotos, marinos y policías dominicanos, al inicio de la guerra civil, el general Wessin y Wessin ahora mandaba una tropa diezmada a menos de 2400 soldados y sólo 200 policías nacionales.) Una vez más en la Historia el Imperialismo arrebataba el triunfo a las fuerzas nacionalista. En horas de la noche de ese día, el Embajador norteamericano en la República Dominicana, envió un cable a su gobierno en los Estados Unidos: “Los generales en San Isidro están desahuciados, algunos llorosos, unos están histéricamente y a punto de tocar retirada, mientras los comunistas se llevarán la victoria”. Con este comentario la administración norteamericana se posicionó en contra de la causa revolucionaria dominicana y se inició una campaña de descrédito para las fuerzas rebeldes al invocar el sentimiento anticomunista. Ya que en la memoria de las autoridades de los Estados Unidos aún estaba fresca la crisis de los misiles (Crisis de Octubre) y la confrontación con Cuba y la Unión Soviética, mientras la opinión pública de ese país debatía a diario los enfrentamientos que ocurrían en Vietnam.Las noticias mundiales de ese entonces estaban enfocadas en las guerras de Vietnam y Santo Domingo. El presidente de Estados Unidos Lyndon B. Johnson, convencido de la derrota de las fuerzas leales y por temor a la creación de "una segunda Cuba", ordenó a las fuerzas armadas estadounidense restaurar el orden. La decisión de intervenir militarmente en la República Dominicana fue una decisión personal de Lyndon Johnson. Todos los asesores civiles habían estado en contra de la intervención armada inmediata en una actitud cautelosa en espera de que la parte lealista opositora pudiera poner fin a la guerra civil. El presidente Johnson, sin embargo, siguió el consejo de su embajador en Santo Domingo, W. Tapley Bennett, quien señaló la ineficiencia y la indecisión de los líderes militares dominicanos. Bennett sugirió que Estados Unidos interpusiera sus fuerzas entre los rebeldes y los de la Junta, aplicando así un alto el fuego. Estados Unidos pudo entonces pedirle a la Organización de Estados Americanos (OEA) negociar un acuerdo político entre las facciones opuestas. El jefe de Estado Mayor General Wheeler justificó la invasión expresando que "su ocupación sin previo aviso era para evitar que República Dominicana se vuelva comunista." Citando como la razón oficial para la invasión la necesidad de proteger las vidas de los extranjeros, ninguno de los cuales habían sido muertos o heridos, una flota de 41 buques de la VII Flota de la Armada fue enviado para bloquear la isla, y se lanzó una invasión de infantes de marina y parte de la 82. ª División Aerotransportada del Ejército el 29 de abril. También, se desplegaron aproximadamente 75 miembros de la compañía E del 7th Special Forces Group. Por último, se enviaron 42,000 soldados e infantes de marina a la República Dominicana, los cuales evacuaron a 1.172 personas rumbo a los Estados Unidos, norteamericanos, miembros del gobierno del triunvirato y artistas que filmaban una película en Santo Domingo. En total Estados Unidos desplegó 42,420 militares para asegurar la ocupación temporal del país. Finalmente los Estados Unidos, como ejercían un control absoluto en la década del sesenta sobre la OEA, lograron presionar a los demás países del área para crear una Fuerza Interamericana de Paz (FIP). El 6 de mayo, la X Reunión de Consulta aprobó la Resolución III, que creaba la Fuerza Interamericana de Paz (FIP), la que se conformó con los contingentes que “voluntariamente” aportaron las naciones participantes (art. 1 de la resolución). El 13 de mayo el General Imbert comenzó la Operación Limpieza y sus fuerzas tuvieron éxito en la eliminación de focos de resistencia rebelde en las afueras de Ciudad Nueva y en la ocupación y silenciamiento de Radio Santo Domingo. La operación terminó el 21 de mayo. El 14 de mayo los estadounidenses establecieron un "corredor de seguridad" que conectaba la Base Aérea de San Isidro y el Puente Duarte con el Hotel Embajador y la Embajada de los Estados Unidos en el centro del territorio de Santo Domingo, los estadounidenses acordonaron esencialmente la zona constitucionalista de Santo Domingo. Se bloquearon las carreteras y se establecieron patrullajes de forma continua. Unas 6,500 personas de muchas naciones fueron evacuadas. Las fuerzas armadas estadounidense suministraron ayuda por vía aérea a gran parte de las fuerzas nacionales reaccionarias. A mediados de mayo, presionada por los los Estados Unidos la mayoría de la OEA votó a favor de llevar adelante la operación, la reducción de las fuerzas estadounidenses y su sustitución por la Fuerza Interamericana de Paz (IAPF en sus siglas en inglés). La Fuerza Interamericana de Paz se estableció formalmente el 23 de mayo. Los siguientes países enviaron efectivos en cifras de: Efectivos = soldados Brasil - 1130 Honduras - 250 Paraguay - 184 Nicaragua - 160 Costa Rica - 21 policías militares El Salvador - 3 oficiales de Estado Mayor El primer contingente en llegar fue una compañía de fusileros de Honduras, que fue respaldada luego por destacamentos de Costa Rica, El Salvador y Nicaragua. Brasil presentó la mayor unidad, un batallón de infantería reforzada. El general brasileño Hugo Alvim asumió el mando de las fuerzas terrestres de la OEA, y el 26 de mayo las fuerzas armadas de los Estados Unidos comenzaron a retirarse. Los combates continuaron hasta el 31 de agosto de 1965, cuando se declaró una tregua. La mayor parte de las tropas estadounidenses abandonaron poco después el país y las operaciones de mantenimiento de la paz fueran entregadas a las tropas brasileñas, pero una presencia militar de los Estados Unidos se mantuvo hasta septiembre de 1966. Las fuerzas constitucionalistas y el pueblo dominicano combatieron con fervor patriótico a los invasores, quienes a pesar de sus sofisticados armamentos sufrieron cuantiosas bajas. Aproximadamente 400 soldados estadounidenses fueron baja y alrededor de 900 heridos en acción combate y enfrentamientos urbanos. Las tropas estadounidenses no lograron derrotar militarmente al frente de fuerzas pro revolucionarias, pero sí lograron mantener la ocupación y con la introducción de la Fuerza Interamericana de Paz, las negociaciones de la OEA y sus maniobras políticas dentro del país, acallaron el fervor patriótico revolucionario (Caamaño se vio obligado a renunciar a la presidencia interina) y restablecieron el antiguo orden trujillista bajo el camuflaje del reformismo. 2.3 Fin de la Ocupación Militar La crisis fue paulatinamente cediendo. El 30 de agosto se firmó un acuerdo para poner fin a la lucha armada. El 3 de septiembre, Héctor García Godoy asumía la presidencia de manera provisoria, a la vez que renunciaba Caamaño Deno bajo presión de los Estados Unidos. Se convocó a elecciones para el 1º dejunio de 1966, las que se llevaron a cabo bajo el control de la FIP. En esas elecciones “consideradas amañadas” resultó ganador, el ex presidente Joaquín Balaguer (cuarto presidente títere de Trujillo), el cual contó con el apoyo abierto del gobierno estadounidense. Bosch derrotado, nunca recuperó el poder. Balaguer solicitó el retiro de la FIP. La Fuerza Interamericana de Paz se retiró el 21 de septiembre de 1966. La República Dominicana vivió una relativa estabilidad política seguida de una opresión por parte del gobierno de Balaguer, quien con astucia política pasaría a dominar la República Dominicana durante los próximos doce años. 3. Breve análisis conclusivo El gobierno de Juan Bosch fue en gran medida una excepción en la historia dominicana hasta ese momento: unas elecciones libres, un gobierno liberaldemocrático que expresó su preocupación por el bienestar de todos los dominicanos, especialmente los de circunstancias modestas, aquellos cuyas voces nunca antes habían sido realmente escuchadas en el Palacio Nacional. El haber limitado la fuerza de la Revolución de Abril en el entorno de la capital dominicana fue determinante en que el incipiente movimiento social no culminara en un proceso revolucionario. La ausencia de la masividad nacional, impidió la mayor afluencia de los indispensables recursos humano-materiales y el protagonismo de las clases explotadas (proletariado obrero, campesinado) minimizó las bases ideológicas haciendo inerte el programa político de los constitucionalistas. La Intervención Militar de los Estados Unidos en República Dominicana representó un importante retroceso para el movimiento revolucionario en el área del Caribe. Las descoordinaciones entre las fuerzas progresistas y los nacionalistas dominicanos impidieron en gran medida que se evolucionara hacia un proceso más radical y seguir el ejemplo de Cuba de instaurar una revolución socialista tras la sangrienta dictadura batistiana. Finalmente, la ocupación militar estadounidense apagó los últimos focos de resistencia popular y prolongó los remanentes del régimen de Trujillo hasta fundirse con la nueva oligarquía pos trujillista, que aún en la actualidad; es dueña y gobierna la mitad oriental de la isla La Española. 4. Bibliografía Fondo sobre República Dominicana del Archivo Central del Minrex. Mahan, Alfred T., “Estrategia Naval”, Vol. II, Escuela de Guerra Naval, Buenos Aires, 1935. González Lonzieme, Enrique. “Breve historia de las batallas navales”, Ed. Claridad, Buenos Aires, 1994. 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