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Transcript
Grupo de Servicios Informativos. Archivo Central. Minrex – 1er Trimestre de 2016
Breve acercamiento a la Segunda Intervención Militar de
EE.UU. en República Dominicana
Por Renier Glez. Hdez.
Contenido
1. Antecedentes Históricos
1.1 La dictadura de Rafael Leónidas Trujillo
1.2 El regreso al constitucionalismo. La presidencia de Juan Bosch
1.3 Fin de la democracia. El golpe de Estado, los triunviratos militares y la
inestabilidad sociopolítica.
1.4 La ebullición revolucionaria. La Revolución de Abril
2. La Intervención Militar de los Estados Unidos.
2.1 Prólogo de la invasión: La política de los Estados Unidos hacia el área del Caribe.
Los intereses de los Estados Unidos en República Dominicana
2.2 La invasión y ocupación militar. La resistencia popular. El establecimiento de la
Fuerza Interamericana de Paz
2.3 Fin de la Ocupación Militar
3. Breve análisis conclusivo
4. Bibliografía
1. Antecedentes Históricos
1.1 La dictadura de Rafael Leónidas Trujillo.
Durante 31 años la Rep. Dominicana padeció la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo.
Su tiranía, históricamente conocida como la “Era de Trujillo”, está considerada una de
las más sangrientas del siglo XX. Su régimen se caracterizó por el anticomunismo, la
subordinación total a los intereses de Estados Unidos, la represión de toda oposición y
el culto a la personalidad.
Como producto surgido de la Guardia Nacional, creada por los estadounidenses
durante la primera ocupación del país en 1916, Trujillo prestó especial atención a las
Fuerzas Armadas, principal sostén y garante de su dilatado régimen. El personal militar
recibió generosa paga y beneficios bajo su gobierno. El ejército se amplió
numéricamente, se incrementaron y modernizaron los medios militares (aviones,
tanques, obuses de artillería, etc.). Trujillo mantuvo el control del cuerpo de oficiales a
través del terror, el clientelismo y la frecuente "rotación de tareas".
Todos los estamentos del Estado funcionaron en consonancia a sus intereses. El
establecimiento del monopolio del gobierno sobre todas las grandes empresas del país
constituyó la vía principal para el enriquecimiento personal del dictador y de sus
allegados.
La tortura y los asesinatos encubiertos a opositores fueron la tónica de su régimen, en
la misma medida que el poder judicial bajo su control absoluto se mostró totalmente
inoperante a la hora de juzgar y condenar esas prácticas. El gobierno de "El Jefe",
como también se le conoció, fue responsable de la muerte de más de 50.000 personas.
1.2 El regreso al constitucionalismo. La presidencia de Juan Bosch
El 30 de mayo de 1961 es asesinado el presidente y dictador vitalicio de República
Dominicana, Rafael Leónidas Trujillo; culminado el periodo histórico conocido como
“Era Trujillo”.
Confirmado el asesinato del dictador en una emboscada, el líder opositor exiliado Juan
Bosch regresó a su país en octubre de 1961 y dedicó sus esfuerzos a fundar e impulsar
el desarrollo del Partido Revolucionario Dominicano, con el que acudió a la cita
electoral de 1962 y consiguió proclamarse presidente de la República en las que se
conocen como las primeras elecciones libres en la historia del país. Tomó posesión de
la más alta magistratura del país el 27 de febrero de 1963 y, con el apoyo del Partido
Comunista, abrazó un ambicioso programa de reformas.
Bosch realizó inmediatamente una profunda reestructuración del país. El 29 de abril,
se promulgó una nueva constitución liberal, la Constitución de 1963, de carácter laico.
El nuevo documento concedía una libertad que los dominicanos nunca habían
conocido. Entre otras cosas, declaró los derechos laborales, legalizó los sindicatos y
favoreció a las mujeres embarazadas, las personas sin hogar, la familia, los derechos
del niño y los jóvenes, los agricultores, y los hijos ilegítimos. Estos y otros cambios,
como la reforma sobre la posesión de la tierra, golpeaban a los terratenientes
conservadores y militares, sobre todo cuando se yuxtapuso en contra de tres décadas
de autoritarismo somnoliento bajo el régimen de Trujillo.
Sin embargo, Bosch se enfrentó a poderosos opositores. Se trasladó a romper
latifundios, provocando la ira de los terratenientes. La Iglesia consideró que Bosch
estaba tratando de secularizar el país. A los industriales no les gustaban los beneficios
que la nueva Constitución otorgaba a la clase obrera. Los militares, que antes
disfrutaban de la libertad de hacer lo que quisieran, sintieron que Bosch los sometía.
También el gobierno de los Estados Unidos vio afectado sus intereses económicos y
privilegios en la política dominicana, además de mostrarse escéptico ante el menor
indicio de auge izquierdista en el Caribe después de que Fidel Castro se declarara
abiertamente comunista.
1.3 Fin de la democracia. El golpe de Estado, los triunviratos militares y la
inestabilidad sociopolítica.
Ante el empuje revolucionario que iba adquiriendo el popular gobierno de Juan Bosch,
la jerarquía católica y la embajada de Estados Unidos encabezaron una implacable
campaña de oposición a su programa que, siete meses después, provocó la caída de
Bosch y la asunción del poder por parte de un triunvirato militar.
Al inicio de la sublevación contra Bosch, el general Elías Wessin y Wessin, conocido
anticomunista, asumió la dirección del golpe militar. Bajo su mando se encontraba el
Centro de Entrenamiento de las Fuerzas Armadas conocido por las siglas CEFA, grupo
élite de unos 2,000 efectivos de infantería altamente entrenado. Esta organización
cuasi-independiente, originalmente establecida por Ramfis Trujillo, hijo del ex
dictador, se formó para proteger al gobierno. Estacionados en la Base Aérea de San
Isidro, se diferenciaban de las unidades del ejército regular, por estar equipados con
tanques, cañones sin retroceso y artillería, así como por sus propios aviones de
ataque.
El poder fue entregado a un triunvirato civil, totalmente títere y servil a los militares.
Los nuevos líderes rápidamente abolieron la nueva constitución del 63.
Los dos años siguientes estuvieron marcados por una fuerte inestabilidad política con
numerosas huelgas populares. Dentro de este período de incertidumbre creciente se
sucedieron una serie de gobiernos de facto, encabezados por una suerte de
triunviratos cívico-militares. En 1965, Donald Reíd Cabral (llamado “el americano” por
su perspicaz servilismo a Washington) encabezaba el triunvirato de turno. Para ese
entonces, el país caribeño estaba sumado en una crisis política y económica que
llevaría indefectiblemente al colapso.
1.4 La ebullición revolucionaria. La Revolución de Abril
La crisis socioeconómica y la convulsión política desembocaron en la lucha armada
entre los sectores leales al derrocado presidente Bosch; los constitucionalistas
encabezados por el coronel Francisco Caamaño Deno y los sectores opositores
reaccionarios; la oligarquía y los militares trujillistas que apoyaba a Reíd Cabral
liderados por el general Wessin y Wessin.
El pueblo y los partidos de izquierdas se sumaron a la lucha al lado de las fuerzas
constitucionalistas y en defensa de la democracia, iniciando el proceso cívico y
revolucionario conocido como “Revolución de Abril”, también llamado en la
historiografía occidental como “Guerra Civil Dominicana”.
La revolución de abril de 1965, fue un movimiento cívico-militar que se caracterizó por
la participación activa, militante y armada de las masas populares, con la finalidad de
volver al gobierno legítimo y constitucional de Juan Bosch. En ella se produjo una
alianza de clases, entre sectores de la burguesía urbana y amplios sectores de los
trabajadores y obreros. Esencialmente fue una revolución democrática, en el sentido
de que la misma no perseguía, como deliberadamente argumentaron los
norteamericanos, establecer un régimen socialista o comunista. En realidad, el control
de la revolución políticamente hablando, estaba en manos del Partido Revolucionario
Dominicano de Juan Bosch, a pesar de la presencia de los partidos de izquierda, como
el 14 de junio, el P.C.D. (Partido Comunista Dominicano), el M.P.D. (Movimiento
Popular Dominicano), y otros. Asimismo, el control militar, de la misma estaba en
manos principalmente de los militares y oficiales nacionalistas a cuya cabeza se
encontraba el ya mencionado Caamaño, quien no era de afiliación comunista.
Una característica muy particular de la Revolución de Abril fue que la misma estuvo
localizada en la ciudad de Santo Domingo. Es decir, que la misma no se expandió hacia
los pueblos del interior del país, no obstante, muchos revolucionarios y personas
simpatizantes del gobierno de Bosch, se trasladaron del interior a la capital, para
participar en los eventos convocados por el gobierno.
Para el 25 de abril, Reíd Cabral estaba apresado en el Palacio Presidencial, y al día
siguiente República Dominicana tenía nuevo presidente, Molina Ureña. Enfrascados en
una lucha intestina, la denominada “Junta de San Isidro” (junta militar reaccionaria
opuesta a Caamaño Deno).
La incapacidad de las tropas opositoras, comandadas por Wessin y Wessin para
resistir a los constitucionalistas, llevó a los jefes militares por su parte a solicitar la
intervención militar norteamericana que ya era un hecho puestos que los
norteamericanos comandaban, sobornaron y patrocinaron lo que en principio fuese
una guerra civil, para luego convertirse en una guerra patria contra los ``Yankees´.
2. La Intervención Militar de los Estados Unidos.
2.1 Prólogo de la invasión: La política de los Estados Unidos. hacia el área del Caribe.
Los intereses de los Estados Unidos. en República Dominicana
La isla “La Española”, actualmente territorio de Haití y República Dominicana, forma
parte de las Grandes Antillas, en el Mar Caribe. La zona del Mar Caribe ha estado en
los planes norteamericanos intervencionistas desde principios del siglo XIX, aunque su
interés aumentó luego de la adquisición de Luisiana y Florida. El Mar Caribe fue
definido como una de las zonas de mayor influencia por Alfred Mahan, a fines del s.
XIX, quien se encargó de analizar diversas cuestiones estratégicas en su obra
“Estrategia Naval”. En tal sentido, el historiado en la rama militar Alfred T. Mahan *
dice, “el Mar Caribe es la llave estratégica para los dos grandes océanos, el Atlántico y
el Pacífico, que son nuestras dos principales fronteras marítimas” Entre las islas
estudiadas por Mahan, “La Española” (a la que en toda su obra se refiere como Haití),
adquiere una gran importancia. Afirma además que, “desde el punto de vista militar,
Cuba y Haití son una prolongación de Florida”. Por lo tanto, podemos afirmar que,
dada la condición de país oceánico de los Estados Unidos, el control o la injerencia
sobre el Golfo de México y el Mar Caribe, era de suma importancia estratégica para
aquel país. El control sobre esa zona marítima conjuntamente con sus islas permitiría a
los Estados Unidos en tiempos de conflicto bélico, negar las aguas y la costa sur del
país a otras potencias e impedir el acceso al Canal de Panamá. En este sentido, una de
las primeras acciones en las que pusieron de manifiesto el interés por el Mar Caribe
fue el tema Cuba. Finalmente desembocaría en la guerra Hispano-CubanaNorteamericana de 1898, que culminaría con la derrota del país europeo y la
ocupación norteamericana de Cuba entre otros territorios insulares de España por
parte de los Estados Unidos.
Entrado el siglo XX, Estados Unidos intervendría en República Dominicana en 1906,
cuando el país insular había contraído importantes deudas con países europeos, y
Estados Unidos había firmó un acuerdo provisional que luego se convertiría en el
acuerdo “Modus Vivendi” de 1907, por medio del cual se hizo cargo de las deudas
dominicanas, a cambio del control de sus aduanas. A partir de 1906, empresas
norteamericanas realizaron estratégicas inversiones en República Dominicana.
Particularmente importantes fueron las inversiones en la industria azucarera, uno de
los principales productos de la isla, y para la década de 1910, cerca de la mitad de los
ingenios azucareros eran propiedad de empresas norteamericanas que
monopolizaban ese sector. Para 1916, ya con una situación política inestable en la
nación insular, los Estados Unidos realizan una intervención militar (Primera
Intervención Militar en República Dominicana), comenzando el día 15 de mayo, para
formalizar la ocupación en noviembre de 1916, cuando la ciudad de Santo Domingo
fue puesta bajo el mando del capitán Knapp. La ocupación se prolongaría hasta 1924,
tiempo en el que se llevó a cabo un proceso de reestructuración política, económica y
militar. Para la época de la segunda intervención, el interés de los Estados Unidos por
la isla ya no pasaba exclusivamente por cuestiones económicas o geoestratégicas, sino
también políticas para in creando una situación de dependencia con los Estados
Unidos de los futuros gobiernos, que subordinara los intereses nacionales de cualquier
programa de desarrollo para el país. En 1959, ya se había producido la revolución
cubana, que comenzaba a llevar a vías de hechos el programa del Moncada.
Nunca ha estado en los planes de los Estados Unidos el permitir que en algún país se
consoliden gobiernos de cualquier tendencia que pongan en peligro sus intereses de
todo tipo, menos aún en los que se encuentran próximos a su territorio, los cuales
históricamente han considerado que tienen que actuar según su conveniencia, y por
añadidura si este se proclama socialista.
La creciente inestabilidad política en República Dominicana, y la inminente
posibilidad de que el gobierno quedará en manos de nacionalistas populares (que
pudieran en el futuro realizar una revolución democrática), este fue uno de los
factores más determinantes para realizar la intervención armada.
2.2 La invasión y ocupación militar. La resistencia popular. El establecimiento de la
Fuerza Interamericana de Paz
La segunda intervención norteamericana en la República Dominicana fue producto
de una serie de acontecimientos. El primero de estos hechos ocurrió el 30 de
mayo de 1961 con el asesinato del dictador Trujillo. Tras este asesinato se produjo
la celebración de elecciones democráticas en 1962. Siete meses después, el 25 de
septiembre de 1963, el presidente Juan Bosch fue víctima de un golpe de estado y
salió al exilio. Su gobierno fue sucedido por una secuencia de triunviratos civilesmilitares impuestos por las Fuerzas Armadas y la Policía. El 24 de abril de 1965 se
sublevaron dos guarniciones de las Fuerzas Armadas que querían restaurar el
gobierno constitucional de Juan Bosch. Se produjeron confrontaciones entre el
bando militar que favorecía a Bosch, denominado bando constitucionalista o
rebelde, y el bando militar que había propiciado el golpe de estado, denominado
bando “leal”. El 28 de abril, violando los principios establecidos en la carta de las
Naciones Unidas, de la Organización de Estados Americanos (OEA) y del Derecho
Internacional, los Estados Unidos intervienen unilateralmente en el país y
comienzan a desembarcar tropas norteamericanas.
La intervención militar norteamericana se produjo en pleno apogeo de la
revolución de 1965, por medio de la cual valerosos dominicanos “empuñaron las
armas” para exigir en las calles “bajo el tableteo de las metralletas”, el retorno al
poder del Profesor Juan Bosch, quien fue derrocado de la Presidencia por la
oligarquía, un sector de la Iglesia Católica y una gran parte del empresariado de
ese entonces.
En las primeras horas de la mañana del 28 de abril, por órdenes del Presidente de
los Estados Unidos, Lyndon B. Johnson, desembarcaron por los puertos de Haina y
Santo Domingo, unos 500 soldados norteamericanos de la 82 División
Aerotransportada (luego llegarían a 42 000) con el “noble propósito” de salvar a
la nación dominicana del comunismo, debido a que los constitucionalistas, con el
coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó a la cabeza, tenían prácticamente
ganada la revolución patriótica, pues la derrota del ejército opositor y la policía
nacional en manos del general Wessin y Wessin era cuestión de tiempo (de los
30,000 soldados, pilotos, marinos y policías dominicanos, al inicio de la guerra
civil, el general Wessin y Wessin ahora mandaba una tropa diezmada a menos de
2400 soldados y sólo 200 policías nacionales.) Una vez más en la Historia el
Imperialismo arrebataba el triunfo a las fuerzas nacionalista.
En horas de la noche de ese día, el Embajador norteamericano en la República
Dominicana, envió un cable a su gobierno en los Estados Unidos: “Los generales
en San Isidro están desahuciados, algunos llorosos, unos están histéricamente y a
punto de tocar retirada, mientras los comunistas se llevarán la victoria”. Con este
comentario la administración norteamericana se posicionó en contra de la causa
revolucionaria dominicana y se inició una campaña de descrédito para las fuerzas
rebeldes al invocar el sentimiento anticomunista. Ya que en la memoria de las
autoridades de los Estados Unidos aún estaba fresca la crisis de los misiles (Crisis
de Octubre) y la confrontación con Cuba y la Unión Soviética, mientras la opinión
pública de ese país debatía a diario los enfrentamientos que ocurrían en
Vietnam.Las noticias mundiales de ese entonces estaban enfocadas en las guerras
de Vietnam y Santo Domingo.
El presidente de Estados Unidos Lyndon B. Johnson, convencido de la derrota de
las fuerzas leales y por temor a la creación de "una segunda Cuba", ordenó a las
fuerzas armadas estadounidense restaurar el orden. La decisión de intervenir
militarmente en la República Dominicana fue una decisión personal de Lyndon
Johnson. Todos los asesores civiles habían estado en contra de la intervención
armada inmediata en una actitud cautelosa en espera de que la parte lealista
opositora pudiera poner fin a la guerra civil. El presidente Johnson, sin embargo,
siguió el consejo de su embajador en Santo Domingo, W. Tapley Bennett, quien
señaló la ineficiencia y la indecisión de los líderes militares dominicanos. Bennett
sugirió que Estados Unidos interpusiera sus fuerzas entre los rebeldes y los de la
Junta, aplicando así un alto el fuego. Estados Unidos pudo entonces pedirle a la
Organización de Estados Americanos (OEA) negociar un acuerdo político entre las
facciones opuestas.
El jefe de Estado Mayor General Wheeler justificó la invasión expresando que "su
ocupación sin previo aviso era para evitar que República Dominicana se vuelva
comunista." Citando como la razón oficial para la invasión la necesidad de
proteger las vidas de los extranjeros, ninguno de los cuales habían sido muertos o
heridos, una flota de 41 buques de la VII Flota de la Armada fue enviado para
bloquear la isla, y se lanzó una invasión de infantes de marina y parte de la 82. ª
División Aerotransportada del Ejército el 29 de abril. También, se desplegaron
aproximadamente 75 miembros de la compañía E del 7th Special Forces Group.
Por último, se enviaron 42,000 soldados e infantes de marina a la República
Dominicana, los cuales evacuaron a 1.172 personas rumbo a los Estados Unidos,
norteamericanos, miembros del gobierno del triunvirato y artistas que filmaban
una película en Santo Domingo. En total Estados Unidos desplegó 42,420 militares
para asegurar la ocupación temporal del país.
Finalmente los Estados Unidos, como ejercían un control absoluto en la década
del sesenta sobre la OEA, lograron presionar a los demás países del área para
crear una Fuerza Interamericana de Paz (FIP). El 6 de mayo, la X Reunión de
Consulta aprobó la Resolución III, que creaba la Fuerza Interamericana de Paz
(FIP), la que se conformó con los contingentes que “voluntariamente” aportaron
las naciones participantes (art. 1 de la resolución).
El 13 de mayo el General Imbert comenzó la Operación Limpieza y sus fuerzas
tuvieron éxito en la eliminación de focos de resistencia rebelde en las afueras de
Ciudad Nueva y en la ocupación y silenciamiento de Radio Santo Domingo. La
operación terminó el 21 de mayo. El 14 de mayo los estadounidenses
establecieron un "corredor de seguridad" que conectaba la Base Aérea de San
Isidro y el Puente Duarte con el Hotel Embajador y la Embajada de los Estados
Unidos en el centro del territorio de Santo Domingo, los estadounidenses
acordonaron esencialmente la zona constitucionalista de Santo Domingo. Se
bloquearon las carreteras y se establecieron patrullajes de forma continua. Unas
6,500 personas de muchas naciones fueron evacuadas. Las fuerzas armadas
estadounidense suministraron ayuda por vía aérea a gran parte de las fuerzas
nacionales reaccionarias.
A mediados de mayo, presionada por los los Estados Unidos la mayoría de la OEA
votó a favor de llevar adelante la operación, la reducción de las fuerzas
estadounidenses y su sustitución por la Fuerza Interamericana de Paz (IAPF en sus
siglas en inglés). La Fuerza Interamericana de Paz se estableció formalmente el 23
de mayo. Los siguientes países enviaron efectivos en cifras de:
Efectivos = soldados
Brasil - 1130
Honduras - 250
Paraguay - 184
Nicaragua - 160
Costa Rica - 21 policías militares
El Salvador - 3 oficiales de Estado Mayor
El primer contingente en llegar fue una compañía de fusileros de Honduras, que
fue respaldada luego por destacamentos de Costa Rica, El Salvador y Nicaragua.
Brasil presentó la mayor unidad, un batallón de infantería reforzada. El general
brasileño Hugo Alvim asumió el mando de las fuerzas terrestres de la OEA, y el 26
de mayo las fuerzas armadas de los Estados Unidos comenzaron a retirarse. Los
combates continuaron hasta el 31 de agosto de 1965, cuando se declaró una
tregua. La mayor parte de las tropas estadounidenses abandonaron poco después
el país y las operaciones de mantenimiento de la paz fueran entregadas a las
tropas brasileñas, pero una presencia militar de los Estados Unidos se mantuvo
hasta septiembre de 1966.
Las fuerzas constitucionalistas y el pueblo dominicano combatieron con fervor
patriótico a los invasores, quienes a pesar de sus sofisticados armamentos
sufrieron cuantiosas bajas. Aproximadamente 400 soldados estadounidenses
fueron baja y alrededor de 900 heridos en acción combate y enfrentamientos
urbanos. Las tropas estadounidenses no lograron derrotar militarmente al frente
de fuerzas pro revolucionarias, pero sí lograron mantener la ocupación y con la
introducción de la Fuerza Interamericana de Paz, las negociaciones de la OEA y sus
maniobras políticas dentro del país, acallaron el fervor patriótico revolucionario
(Caamaño se vio obligado a renunciar a la presidencia interina) y restablecieron el
antiguo orden trujillista bajo el camuflaje del reformismo.
2.3 Fin de la Ocupación Militar
La crisis fue paulatinamente cediendo. El 30 de agosto se firmó un acuerdo para
poner fin a la lucha armada. El 3 de septiembre, Héctor García Godoy asumía la
presidencia de manera provisoria, a la vez que renunciaba Caamaño Deno bajo
presión de los Estados Unidos. Se convocó a elecciones para el 1º dejunio de 1966,
las que se llevaron a cabo bajo el control de la FIP. En esas elecciones
“consideradas amañadas” resultó ganador, el ex presidente Joaquín Balaguer
(cuarto presidente títere de Trujillo), el cual contó con el apoyo abierto del
gobierno estadounidense. Bosch derrotado, nunca recuperó el poder. Balaguer
solicitó el retiro de la FIP. La Fuerza Interamericana de Paz se retiró el 21 de
septiembre de 1966.
La República Dominicana vivió una relativa estabilidad política seguida de una
opresión por parte del gobierno de Balaguer, quien con astucia política pasaría a
dominar la República Dominicana durante los próximos doce años.
3. Breve análisis conclusivo
El gobierno de Juan Bosch fue en gran medida una excepción en la historia
dominicana hasta ese momento: unas elecciones libres, un gobierno liberaldemocrático que expresó su preocupación por el bienestar de todos los
dominicanos, especialmente los de circunstancias modestas, aquellos cuyas voces
nunca antes habían sido realmente escuchadas en el Palacio Nacional.
El haber limitado la fuerza de la Revolución de Abril en el entorno de la capital
dominicana fue determinante en que el incipiente movimiento social no culminara
en un proceso revolucionario. La ausencia de la masividad nacional, impidió la
mayor afluencia de los indispensables recursos humano-materiales y el
protagonismo de las clases explotadas (proletariado obrero, campesinado)
minimizó las bases ideológicas haciendo inerte el programa político de los
constitucionalistas.
La Intervención Militar de los Estados Unidos en República Dominicana representó
un importante retroceso para el movimiento revolucionario en el área del Caribe.
Las descoordinaciones entre las fuerzas progresistas y los nacionalistas
dominicanos impidieron en gran medida que se evolucionara hacia un proceso más
radical y seguir el ejemplo de Cuba de instaurar una revolución socialista tras la
sangrienta dictadura batistiana.
Finalmente, la ocupación militar estadounidense apagó los últimos focos de
resistencia popular y prolongó los remanentes del régimen de Trujillo hasta
fundirse con la nueva oligarquía pos trujillista, que aún en la actualidad; es dueña
y gobierna la mitad oriental de la isla La Española.
4. Bibliografía
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Sitio Web Wikipedia, la enciclopedia libre: Ocupación estadounidense de la
República Dominicana (1916-1924)
Sitio Web Wikipedia, la enciclopedia libre: Ocupación estadounidense de la
República Dominicana (1965-1966)
Sitio Web Foro de Historia Militar el Gran Capitán: Guerra Fría en
Latinoamérica.