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Esofagitis Eosinofílica: Estado Actual
Eosinophilic Esophagitis: Current Status
Resumen
La esofagitis eosinofílica (EE) es una infiltración por eosinófilos del esófago
presumiblemente de origen alérgico, que se presenta en niños y adultos. En adultos es más
frecuente en hombres de edad media y su característica clínica principal en esta población
es la presencia de disfagia. Esta enfermedad ha tenido gran desarrollo en los últimos 10
años con mejor entendimiento de su fisiopatología y con estudios crecientes que buscan
evaluar diferentes alternativas de tratamiento. Realizamos entonces una revisión de la
literatura describiendo la epidemiología, manifestaciones clínicas, fisiopatología,
diagnóstico, diagnóstico diferencial y opciones terapéuticas de esta enfermedad.
Palabras clave: Esofagitis eosinofílica, eosinófilia, enteropatía eosinofílica
Abstract
Eosinophilic esophagitis (EE) is an infiltration by eosinophils esophagus presumably
allergic origin, presented in children and adults. In adults is more common in middle-aged
men and their main clinical feature in this population is the presence of dysphagia. This
disease has had great development in the last 10 years with better understanding of its
pathophysiology and increasing studies that seek to evaluate different treatment
alternatives. We then review the literature describing the epidemiology, clinical
manifestations, pathophysiology, diagnosis, differential diagnosis and therapeutic options
for this disease.
Key words: eosinophilic esophagitis, eosinophilia, eosinophilic enteropathy
Introducción
La esofagitis eosinofílica (EE) es una infiltración por eosinófilos del esófago,
presumiblemente de origen alérgico, que se presenta en niños y adultos, siendo en estos
últimos más frecuente en hombres de edad media1, 2. Esta entidad se ha descrito sola o en el
contexto de un compromiso gastrointestinal más amplio, que incluye estómago e intestino
delgado, que se conoce como gastroenteritis eosinofílica (GE) 3. La EE ha cobrado gran
interés en la última década; pues al realizar una búsqueda en pubmed con el término
“eosinophilic esophagitis”, se encuentran más de 700 referencias de las cuales solo 37 son
previas al año 2000.
Epidemiología
Aunque la epidemiología de la EE no es clara, se han reportado casos en países como Chile,
Suecia, Bélgica, Grecia, Francia, España, Portugal, Alemania, Suiza, Japón, Corea, China,
Inglaterra, Italia, Holanda, Nueva Zelanda, Australia y Estados Unidos4. Los primeros
casos se describieron entre 1960 y 19705-7 y un aumento en la incidencia y prevalencia se
ha presentado en los últimos años, en parte por mayor sospecha clínica, y por otro lado
dada su naturaleza crónica, el aumento en la incidencia conlleva a un aumento de la
prevalencia8. Otra razón a considerar, es que los pacientes que padecían esta enfermedad,
muy posiblemente se diagnosticaban como Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico
(ERGE), pues se ha encontrado que muchos de ellos no mejoraban con el tratamiento
antisecretor, o no tenían evidencia objetiva de reflujo en la pH Metría3.
Estudios poblacionales han encontrado aumento en la incidencia de esta enfermedad, como
en Olmsted, Minnesota, donde era 0,35 por 100.000 personas entre 1991 y 1995, y pasó a
9,45 por 100.000 personas entre 2001 y 2005, con una prevalencia estimada en 55 por
100000 personas en el año 20069. En cuanto al género, se ha encontrado sin ninguna
explicación, que los hombres son los más afectados, con una relación hombre – mujer de 3
a 19, en edades entre los 20 y 50 años, con una edad media de 34 años 11, aunque el
diagnóstico es mayor en niños que en adultos3, 12. La EE es más frecuente en caucásicos que
en asiáticos y muy raro en personas de raza negra3, con un tiempo medio entre el inicio de
los síntomas y el diagnóstico de la enfermedad de 54 meses (rango de 0 a 180 meses) 11. Por
otro lado, un antecedente familiar de atopia, se encuentra hasta en 74% de los pacientes 12, y
10% de los pacientes tienen un familiar con antecedente de estenosis esofágica, y
aproximadamente un 8% de estos parientes tienen EE demostrada por biopsia13. Algunos
reportes han considerado variaciones estacionales de la enfermedad, lo cual apoya la
asociación con los aero-alergenos en la patogenia de la enfermedad9, 14, 15. También se ha
descrito asociación con enfermedad celiaca y mejoría con dieta libre de gluten16.
Manifestaciones clínicas
Los pacientes adultos usualmente inician síntomas luego de los 13 años12 y se presentan
con disfagia, que puede o no ser acompañada por anormalidades morfológicas del
esófago17-19, pueden presentar además impactación de la comida e incluso se han reportado
perforaciones espontáneas (Síndrome de Boerhaave)
20
, que puede deberse en parte a
dismotilidad esofágica, lo cual indicaría compromiso de las capas musculares esofágicas21 23
. Estos síntomas son diferentes a los de la población pediátrica donde se presenta rechazo
a la comida, vómito y dolor abdominal. Se ha descrito también eosinofilia periférica e
historia de alergia24-26.
Entre los hallazgos endoscópicos se encuentran anillos esofágicos, surcos lineales,
ulceración, ondulación, pliegues mucosos transversales (“esófago felino”), múltiples
pápulas de color blanquecino o exudado granular, que puede ser confundido con cándida y
que se deben a la presencia de abscesos eosinofílicos, y menos frecuente se observa la
aparición de pólipos11, 27 - 31. La densidad del infiltrado eosinofílico no se correlaciona con
la severidad de los síntomas32. Un estudio reciente, muestra como la EE es frecuente en
pacientes con disfagia no obstructiva, donde se encontró en 100 pacientes con éste tipo de
disfagia, un diagnóstico de EE en el 22% de los casos, por lo que los autores proponen la
práctica de biopsias esofágicas de forma rutinaria en toda disfagia en éste grupo de
pacientes 33.
Fisiopatología
Como se ha mencionado, la asociación con alergias es común, sugiriendo que el
reclutamiento de eosinófilos puede ser respuesta a antígenos ambientales en individuos
predispuestos genéticamente (HLA-DR, locus de susceptibilidad genética en el cromosoma
5q22, gen de la linfopoyetina estromal tímica) 34, 35. Se ha encontrado también niveles altos
de IgE en tejido de pacientes con EE, pero no es claro su papel en la patogenia36.
Desde el punto de vista inmune, se ha encontrado aumento en la producción de citoquinas
de inmunidad celular tipo Th2, con producción de IL-13, IL-5 e IL-1513, 37, lo que se apoya
en modelos murinos que muestran que el déficit de IL-13 lleva a disminución de la EE
inducida experimentalmente, y en el mismo modelo animal, se ha encontrado que la sobreexpresión de IL-5 farmacológica o en ratones transgénicos, induce la aparición de EE,
mientras que su neutralización bloquea la expresión de la enfermedad13. La IL-15 se
encuentra aumentada 6 veces en tejidos y 2 veces en suero de pacientes con EE, activando
células T para producir citoquinas que estimulan los eosinófilos37.
En el esófago normal no hay eosinófilos y su presencia es regulada por el péptido eotaxina
3, que tiene un papel central en el reclutamiento y activación de eosinófilos mediado por
antígenos38, 39. Otras sustancias implicadas incluyen la periostina inducida por la IL-13 y
sobre-expresada en la EE, y la filagrina, proteína de barrera estructural de la piel, que es
regulado a la baja por la misma IL-13 y disminuida por tanto en la EE. La periostina regula
la adhesión de los eosinófilos y promueve el reclutamiento eosinofílico inducido por la
eotaxina 3, mientras que la filagrina al perder su función, se asocia con aumento de la
permeabilidad y susceptibilidad a los alérgenos13, 40 (Figura 1 y 2).
Figura 1. Patogénesis de la EE. Modificado de referencia 13.
Se ha encontrado también aumento en la expresión del factor de crecimiento de fibroblastos
9 (FGF-9) en la capa subepitelial del esófago en niños con EE, sugiriendo que juega papel
en la respuesta fibrogénica41, promovida también por el factor de crecimiento transformante
β (TFG-β) 13. Una vez los eosinófilos se encuentran en el tejido, persisten en el mismo por
la liberación de quimioatrayentes como IL-3, IL-5 y factor estimulante de colonias de
granulocitos y macrófagos (GM-CSF) (Figura 1)
42
. La eosinofilia causa entonces
inflamación local por liberación de productos de sus gránulos como la proteína básica
mayor (MBP), la cual es una proteína catiónica citotóxica, la neurotoxina derivada de
eosinófilos (EDN), la proteína catiónica eosinofílica (ECP) y la peroxidasa derivada de
eosinófilos (EPO)
13
. La respuesta inflamatoria en curso puede ser responsable del
desarrollo de disfagia, lo cual es apoyado por un estudio que sugiere que la presencia de
eosinófilos intraepiteliales en el esófago, se asocia con disfagia independiente del calibre
del lumen del esófago o la presencia de un estrechamiento mecánico42 (Figura 2).
Figura 2. Activación y respuesta inflamatoria mediada por eosinófilos. Modificado de referencia 13
Diagnóstico
La EE debería considerarse siempre en el paciente con disfagia, con o sin alteraciones
morfológicas del esófago, especialmente en niños u hombres jóvenes que tengan historia de
alergias a las comidas, ambientales y/o asma o atopia33. No hay marcadores serológicos
específicos de EE, pero se puede encontrar niveles de IgE elevados y eosinofilia periférica,
aunque ésta última no está en todos los pacientes y si se presenta, en general es leve3, 44.
En los últimos años se ha establecido un consenso para el diagnóstico de EE, que incluye
hallazgos clínicos característicos (disfagia o impactación de la comida en adultos, e
intolerancia a la comida en niños), y la presencia de 15 o más eosinófilos por campo de alto
poder (CAP), en al menos una muestra de biopsia, luego de la supresión ácida con un
inhibidor de bomba de protones (IBP) por 1 a 2 meses45, además se deben tener biopsias de
estómago y duodeno normales para descartar GE; si el paciente tiene estudio de pH normal,
no requiere la supresión ácida como criterio diagnóstico45. Sin embargo un estudio reportó
que conteos de eosinófilos menor de 15 por CAP, pueden tener síntomas, hallazgos
endoscópicos y respuesta al tratamiento similar a aquellos con más de 15 eosinófilos por
CAP, además en el seguimiento a 42 semanas, se demostró que el 36% de ellos cumplió
criterios de EE46. Otros hallazgos histológicos que apoyan el diagnóstico incluyen la
presencia de microabscesos eosinofílicos, eosinófilos en capas superficiales, hiperplasia de
la capa basal, alargamiento papilar, eosinófilos degranulados, compromiso del esófago
proximal, fibrosis e inflamación subepitelial y de la lamina propia47. La obtención de varios
especímenes de biopsia mejora la sensibilidad hasta el 100% con 5 biopsias, mientras que
fue 55% con solo una48; por tanto, se recomienda tomar al menos 3 biopsias de diferentes
segmentos esofágicos, además de tomar biopsias de la mucosa de apariencia anormal3, 47.
Estudios con inmunohistoquímica, sugieren que el número de eosinófilos y su
degranulación es subestimado con coloraciones rutinarias, sin embargo no es claro si esto
tenga relevancia diagnóstica49.
Diagnóstico diferencial
Incluye varias condiciones que causan eosinofilia y alteraciones morfológicas esofágicas
(Tabla 1)50, aunque se debe tener en cuenta que algunos pacientes pueden tener hallazgos
endoscópicos sin encontrar eosinofilia tisular, por infiltración en capas más profundas del
esófago, que no quedan adecuadamente representadas en las muestras de biopsia estándar.
Tabla 1. Diagnóstico diferencial de EE
Reflujo gastroesofágico
Alergia alimentaria
Gastroenteritis eosinofílica
Candidiasis esofágica
Enfermedad celiaca
Enfermedad inflamatoria intestinal
Infección parasitaria
Alergia a medicamentos
Enteropatía autoinmune
Esofagitis viral (herpes, citomegalovirus)
Síndrome de Churg Strauss
Síndrome hipereosinofílico
Dentro de los diagnósticos diferenciales, la distinción de la EE de la ERGE es de particular
importancia, para lo cual se pueden tener en cuenta algunos puntos clave: 1. En la ERGE el
infiltrado de eosinófilos y los síntomas suelen mejorar con el tratamiento de supresión
ácida45, 51, lo que no ocurre en la EE. 2. La EE suele ser de hombres jóvenes con disfagia,
en la gran mayoría con antecedente de alergias o atopia, y con anormalidades esofágicas en
la endoscopia digestiva superior y menos probable la presencia de hernia hiatal que apoya
más el diagnóstico de ERGE52, 53. 3. A mayor número de eosinófilos en el tejido se sugiere
una causa no ácida, especialmente si el infiltrado es en esófago proximal3, 47 y se encuentra
en varias biopsias tomadas a diferentes niveles51. 4. La presencia de otros hallazgos
histológicos como compromiso subepitelial y fibrosis de la lámina propia, hiperplasia y
presencia de abscesos eosinofílicos favorece el diagnóstico de EE47. 5. Medición de niveles
de eotaxina 3 en las muestras de biopsia, por inmunohistoquímica o reacción en cadena de
la polimerasa, se ha sugerido como un parámetro útil en diferenciar la EE de la ERGE54, 55.
Tratamiento
No hay clara evidencia para el tratamiento de la EE y hasta ahora se ha basado en
experiencia clínica, series de casos y pequeños estudios, 13, 56 de otro lado, no es claro si el
alivio sintomático es suficiente o si es necesaria la resolución del infiltrado eosinofílico.
Supresión ácida:
La terapia con IBP suele ser ineficaz o lograr solo respuesta parcial3, 45, sin embargo, la EE
y ERGE pueden mimetizarse o coexistir57; además, en el diagnóstico se incluye demostrar
eosinofilia luego del tratamiento con IBP (o estudio de pH normal)
45
, por lo que la
supresión ácida es una opción de tratamiento. La terapia con IBP también puede ser útil en
la EE, pues el esófago inflamado estaría con riesgo de daño tisular aún con exposición
fisiológica al ácido58 y un subgrupo de pacientes pueden tener ERGE coexistente57.
Terapia dietaria:
Los hallazgos de reacciones alérgicas dentro de la fisiopatología de la EE, soportan como
una medida racional la eliminación de ciertos alimentos de la dieta como parte del
tratamiento, aunque su efectividad a largo plazo no es clara59 - 61. Con ello se trata de evitar
el tratamiento farmacológico, sin embargo, esta terapia tiene riesgos potenciales debido al
uso de dietas elementales ricas en aminoácidos pero bajas en otros nutrientes, con riesgo de
desnutrición, además son difíciles de seguir por los pacientes, más aún cuando requieren
sonda nasogástrica2, lo que implica además riesgo de aversión a la comida20.
Estas dietas han sido evaluadas principalmente en niños, donde la serie más grande de 146
niños con restricción dietaria con pruebas alérgicas cutáneas, mostraron resolución de la EE
en el 77% de pacientes, siendo los huevos, leche y soya los principales alérgenos
identificados61. En cuanto a dietas elementales, una serie de 51 niños y adolescentes62, que
fueron tratados con una dieta elemental de aminoácidos libres de jarabe de maíz y
triglicéridos de cadena mediana, administrados por vía oral en 3 pacientes o por sonda
nasogástrica en los 48 pacientes restantes, y que además podían consumir agua y una fruta
(uva o manzana) o el jugo puro de estas y quienes tenían IBP concomitante; presentaron
mejoría significativa en 49 de los 51 pacientes, tanto clínica como histológicamente al mes
de tratamiento, pero no hay resultados a largo plazo, aunque se les iba reintroduciendo
alimentos cada 5 a 7 días según la evolución clínica. En otro estudio de 60 niños, que se
trataron con dieta elemental o de eliminación de 6 comidas asociadas con alergia (proteína
de leche de vaca, soya, trigo, huevos, maní y comida de mar) 63, se encontraron resultados
satisfactorios en ambos grupos, aunque con más aceptación y menor costo en la dieta de
eliminación de 6 alimentos. Esta misma dieta se evaluó en un estudio de 23 adultos, donde
el 94% presentó respuesta sintomática y el 78% histológica64 y en 6 pacientes al
reintroducir la comida se encontró un posible alimento que explicaba la EE, siendo el más
común la leche y el trigo en 50% de los casos.
Esteroides sistémicos:
En general mejoran tanto los síntomas como los hallazgos histológicos al disminuir el
infiltrado eosinofílico en el tejido; sin embargo, una vez son suspendidos, la mayoría de
pacientes presentan reaparición del cuadro, por lo que su papel a largo plazo no es claro2, 3.
Esteroides tópicos:
Algunos estudios han demostrado utilidad de este tipo de tratamiento. Una serie de 21
pacientes adultos recibió fluticasona 220 µg (1 puff) 2 veces al día sin uso de cámara
espaciadora65, con la idea de tragar el aerosol y enjuagar su boca con agua. Todos los
pacientes tuvieron mejoría de la disfagia en pocos días de iniciado el tratamiento,
que permaneció un mínimo de cuatro meses. Tres pacientes tuvieron recidiva requiriendo
tratamiento adicional, aunque no se evaluó el resultado histológico. Su ventaja en el estudio
al compararlo con el esteroide sistémico es que el único efecto adverso observado fue la
boca seca. Otro estudio, pero en este caso en niños (36 pacientes), administró fluticasona
deglutida (440 µg 2 veces al día) o placebo por 3 meses, presentando remisión histológica
más frecuente en el grupo de fluticasona (50% vs 9%, p=0.047)66
La seguridad a largo plazo no está bien establecida, pero se ha descrito candidiasis
esofágica67 y esofagitis por herpes68, además las dosis de fluticasona mayores a 440 µg al
día pueden tener efectos sistémicos como cataratas y supresión adrenal69, 70.
Se ha usado también budesonida tópica con respuesta adecuada, así en un reporte de casos
de 2 niños que fallaron a tratamiento con fluticasona71 y un reporte posterior del mismo
grupo, pero en este caso con 20 niños, presentaron mejoría histológica en el 80% de los
casos72, donde la dosis en menores de 1 año fue de 1 mg día y en los mayores de 1 año de 2
mg día. En ambos reportes se uso un preparado de budenosina mezclado con sucralosa para
convertirlo en una suspensión. Un estudio adicional con 24 niños asignados a budesonida o
placebo, encontró mejoría del 87% en el grupo de budesonida, mientras que en el grupo
placebo ninguno respondió clínica o histológicamente73. Otro estudio en adolescentes y
adultos (36 pacientes) administró budesonida 1 mg 2 veces al día o placebo por 15 días, y
luego de completar el tratamiento se encontró respuesta clínica e histológica en el grupo de
budenosina74. La eficacia a largo tiempo se ha evaluado en 2 estudios; en el primero se tuvo
un seguimiento medio de 3 años75, donde el 91% de 32 pacientes presentaron recurrencia
de los síntomas a los 8,8 meses en promedio después de suspender el esteroide. Un segundo
estudio publicado recientemente, evaluando la eficacia a 50 semanas de seguimiento, donde
28 pacientes recibieron budenosida a dosis bajas de 0,25 mg 2 veces al día o placebo,
encontró remisión clínica completa en el 35,7% de pacientes y parcial en el 14,3% del
grupo de budesonida, mientras en el grupo placebo ninguno logró remisión, además no se
presentaron efectos adversos importantes76.
Esteroide sistémico vs tópico:
Un estudio en niños comparó estos 2 tipos de tratamiento77; 80 pacientes se asignaron a
prednisona (dosis de 1 mg/kg/dosis 2 veces al día, máximo 30 mg) o fluticasona deglutida
(dosis de 2 puff 4 veces al día de 110 µg por puff en los de 1- 10 años y 220 µg por puff
para los mayores de 11 años). Los resultados mostraron mejoría de síntomas en casi todos
los pacientes en un promedio de 4 semanas, con mejoría histológica en ambos grupos,
aunque siendo más importante en el grupo de prednisona; sin embargo, una vez suspendido
el tratamiento, a las 24 semanas, se encontró una tasa de recaída del 45% de los pacientes
en ambos grupos. Al evaluar la seguridad de los tratamientos, se encontró que el 40% del
grupo de prednisona presentó efectos adversos, mientras que en el grupo de fluticasona un
15% presentaron candidiasis esofágica. Por tanto, si bien la prednisona parece ser mejor
para corregir el infiltrado histológico, su menor seguridad y poca efectividad a largo plazo
de ambos tipos de terapia, favorecen el uso en primera instancia de la fluticasona deglutida.
Análogos de purina:
La azatioprina y 6-mercaptopurina mostraron mejoría de síntomas e histológica en 3
adultos que tenían una EE dependiente de esteroides78, pero faltan más datos que permitan
recomendar este tipo de tratamiento.
Antialérgicos:
Hay reportes de tratamiento con cromoglicato de sodio y antihistamínicos2,
3
con poca
respuesta, también el antileucotrieno montelukast se usó en un paciente con GE con
compromiso esofágico79, presentando disminución de la eosinofilia periférica pero sin
mejoría clínica e histológica. Se ha reportado mejoría sintomática con dosis muy altas (100
mg día) sin respuesta histológica, y con reaparición de los síntomas al suspenderlo2. Una
serie de 8 pacientes tratados con montelukast (4 a 10 mg día), encontró respuesta clínica
completa en 1 paciente y parcial en 2 pacientes, sin efectos adversos en el seguimiento a 32
meses, pero no evaluaron la respuesta histológica80.
Terapia biológica
El mepolizumab es un anticuerpo monoclonal contra la IL-5, la cual como ya se explicó
juega un papel central en la enfermedad, al encargarse del reclutamiento de los eosinófilos;
sin embargo hasta el momento son muy pocos los pacientes tratados con este medicamento.
Un reporte de 4 pacientes adultos encontró mejoría clínica, histológica y disminución en la
eosinofilia periférica81. Un estudio adicional controlado con placebo de 11 pacientes
adultos, mostró reducción de la eosinofilia tisular, pero sin mejor respuesta al aumentar la
dosis; tenían además disminución en niveles de TGF-β, aunque con poca mejoría clínica82.
Por otro lado el omalizumab, que es un anti-IgE, se ha evaluado mostrando disminución de
la eosinofilia periférica pero sin disminuir la eosinofilia tisular3. Se ha usado también el
anti-TNF infliximab en un grupo de 3 adultos sin mejorar los síntomas o la eosinofilia83.
Dilatación esofágica:
Puede mejorar la disfagia pero no la inflamación84, 85, además se asocia a complicaciones
que pueden poner en riesgo la vida del paciente. En un estudio con 161 pacientes con EE
(293 dilataciones), encontraron desgarros profundos de la mucosa en el 9,2%, sangrado
mayor en 0,3% y perforación esofágica en el 1%. Los factores de riesgo de complicaciones
incluían, la presencia de una luz estrecha en el tercio superior y medio del esófago en
comparación al tercio inferior, la estenosis luminal que no podía ser atravesada por el
endoscopio estándar y el uso de dilatadores Savary86. Se recomienda esta terapia solo en
pacientes con estenosis sin respuesta al tratamiento médico3.
En la tabla 2 se resumen las opciones de tratamiento farmacológico87 y en la figura 3 se
presenta un algoritmo de tratamiento.
Tabla 2. Tratamiento farmacológico de la EE
Medicamento
Recomendación
IBP
Puede usarse como terapia complementaria
Esteroides tópicos
Tratamiento de primera línea
Esteroides sistémicos
Solo en enfermedad grave, refractaria o urgente
Estabilizadores de mastocitos
No mejoría clínica ni histológica
Antileucotrienos
Mejoría clínica?, no mejoría histológica
Azatioprina
Mejoría clínica, se necesitan más estudios
Mepolizumab
Reduce eosinófilos pero la mejoría clínica es poca
Omalizumab
Reduce eosinofilia periférica pero no tisular
Infliximab
No mejoría clínica, ni de la eosinofilia
Terapias con anti-IL-13, anticuerpos anti-eotaxina
Terapias futuras
3 o anti FGF-9 podrían valorarse en el futuro
Figura 3. Algoritmo de tratamiento de la EE. Modificado de referencia 87
Pronóstico
El pronóstico de la EE no está bien establecido, los pacientes no tratados generalmente
permanecen con síntomas y en los que reciben tratamiento, generalmente la sintomatología
reaparece al suspenderlo2, 3. Datos en adultos reportan progresión de la enfermedad a un
compromiso fibroestenótico con disfagia, sin embargo que proporción de pacientes
presentan esta enfermedad progresiva no es conocido1. El seguimiento más largo
corresponde a un grupo de 30 adultos con 7,2 años de seguimiento promedio88, en los
cuales todos los pacientes sobrevivieron con buen estado nutricional, aunque la mayoría
persistió con disfagia (29 de 30 pacientes), siendo más común en aquellos con eosinofilia
periférica. La eosinofilia tisular persistió en todos los pacientes, aunque el grado de
eosinofilia tiende a disminuir. No se encontró progresión a estómago o duodeno, ni
tampoco se registro malignidad esofágica.
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