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EL OTRO 24 DE MARZO
La imposible visión parcial de memoria, verdad y justicia
DDHHPP.org
Jueves, 24 de Marzo de 2016
La praxis visceralmente ideológica de memoria, verdad y justicia que actualmente demuestran
los militantes y organizaciones auto definidas defensoras de derechos humanos, quita la
esencia misma de esos pilares. Con esa conducta, se aleja la cohesión social, el rencuentro de
opiniones diversas, la pacificación social, las bases de un nuevo contrato social. Y se instala, la
división de la sociedad, la amnesia parcial o el olvido de una vivencia compartida, el
monopolio de la victimización, la ausencia total de responsabilidad en hechos pasados,
solamente ciertas victimas reconocidas como tal…Ese contexto conflictual es propicio a la
emergencia de la imaginación, de un pasado y de héroes dudosos, de situaciones confusas,
donde los adeptos de la ucronia se manifiestan. Se constata simplemente los discursos, las
expresiones, bajo la forma de reivindicaciones que son sinónimos de venganza. ¿Esa es la
sociedad argentina que quieren construir esos defensores de derechos humanos?
Es inexistente la utilización de la trilogía conceptual (memoria, verdad, justicia), realizada por
asociación forzosa por la cual se busca asignarle un estatus sagrado y trascendental, cuando
individualmente, intrínsecamente, no se puede hablar de ellas como una unicidad. Solo un
discurso militante y sin valor gnoseológico puede aun tener presencia. Esta posición no se
puede validar ni desde las ciencias sociales o jurídicas, ni desde una ética humanista, es
irresponsable y contraria a los principios de protección de los derechos humanos que esos
actores dicen defender.
“En el mundo entero, la memoria, el pasado y la historia han venido a ser unas apuestas
políticas y mediáticas mayores. Propia de dirigentes, Estados y partidos durante mucho tiempo,
la utilización del pasado con finalidades políticas e identitarias se desplazó hacia los márgenes
y los pueblos a partir de la emergencia de la memoria y de las memorias. Gran cantidad de
medios y soportes las llevan, transportan, modifican, hacen visibles” [1]. Para el profesor
Benjamin Stora y experto en temas de memorias: “La política tiene el poder de poner fin a una
guerra de memorias, sin favorecer la amnesia, sino haciendo acto de reconocimiento y
reparación” [2].
Por ello, los componentes de ese tríptico hibrido necesitan recurrir a la óptica analítica para
invalidar la imaginaria unidad indisociable:
- Paul Ricœur [3], en sus reflexiones, recuerda el abuso de la memoria, sea ella impedida,
manipulada u obligada.
· “La memoria impedida, corresponde un tratamiento individual, en el terreno de lo patológico.
La dificultad de recordar un traumatismo. La memoria manipulada, es netamente política, es la
manipulación ideológica de la memoria, la imposición de una historia oficial selectiva, la
utilización de una estrategia de victimización en la medida que reivindicar la posición de
victima pone la sociedad en deuda con ellas, y a partir de ese constato, la victima aparece
legitima de denunciar, protestar, reclamar. El carácter narrativo de los hechos es el principal
agente de la ideologización de la memoria. La memoria obligada es el deber de memoria que
como tal no es un abuso de memoria, es un verdadero deber que consiste de hacer justicia a las
víctimas en general, a identificarlas. Al respecto, el autor dice que es “útil” poner un límite a la
revancha de los vencedores y evitar añadir “los excesos de la justicia a los de la lucha”.
- Para el reconocido profesor Pierre Nora, la memoria divide, pero de una manera profunda “la
memoria es la vida en evolución permanente, abierta a la dialéctica del recuerdo y de la
amnesia, inconsciente de sus deformaciones sucesivas y vulnerable a todas las utilizaciones y
manipulaciones, susceptible de permanecer latente durante largos periodos y de bruscos
despertares, tiene sus raíces en lo concreto, en el espacio, el gesto, la imagen, el objeto.
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La memoria es mágica, afectiva, se acomoda únicamente con los detalles que la confortan, se
alimenta de recuerdos borrosos, globales o flotantes, particulares o simbólicos, sensible a todas
las transferencias, pantallas, censuras o proyecciones e instala el recuerdo en lo sagrado. Por
naturaleza ella es múltiple, colectiva, plural e individualizada. [4].
- El filósofo Tzvetan Todorov recuerda que “hay que utilizar la memoria, no para limitarse a su
desgracia y dar lecciones de moral, que es la postura más fácil, sino para ir de su propia
desgracia a la desgracia de los demás, y no reclamar para sí el estatus exclusivo de ex víctima.
Es más meritorio, luchar contra las injusticias presentes, en la cual podemos buscar la causa en
el pasado, en lugar de siempre quejándose de su mala suerte al afirmar que es único,
incomparable con la desgracia de los demás” [5]. Luego describe el hecho que “quien vive
obsesivamente atrapado en sus recuerdos, los vuelve estériles y, aún peor, “se condena a sí
mismo a la angustia sin remedio, cuando no a la locura” [6].
- Para las Naciones Unidas la justicia, reconocida como un conjunto de valores esenciales, son
pilares de la sociedad y el Estado o de normas codificadas aplicadas por los jueces para
impartir justicia, proteger los derechos cuando son desconocidos….Los magistrados y las
organización de derechos humanos no puede ignorar que “la justicia es un ideal de
responsabilidad y equidad en la protección y reclamación de los derechos y la prevención y el
castigo de las infracciones. La justicia implica tener en cuenta los derechos del acusado, los
intereses de las víctimas y el bienestar de la sociedad en su conjunto. Se trata de un concepto
arraigado en todas las culturas y tradiciones nacionales y, a pesar de que su administración
normalmente implica la existencia de mecanismos judiciales de carácter oficial, los métodos
tradicionales de solución de controversias son igualmente pertinentes. La comunidad
internacional ha venido colaborando durante más de medio siglo para estructurar en forma
colectiva los requisitos sustantivos y procesales de la administración de justicia [7].
· El Tribunal supremo español, sala penal, en la sentencia 101, del 27 febrero 2012, c/Baltasar
Garzón Real, precisó que: “El proceso penal tiene una misión específica: hacer recaer un
reproche social y jurídico sobre quien resulte responsable de un delito. El derecho a conocer la
verdad histórica no forma parte del proceso penal”. El método de investigación judicial no es el
propio del historiador.
- “Las exigencias de contradicción efectiva, de publicidad, de igualdad de partes, de oralidad,
la disciplina de garantía de la prueba, el contenido esencial del derecho a la presunción de
inocencia, etc, como notas características del sistema penal de enjuiciamiento, se compaginan
mal con la declaración de la verdad histórica de un hecho”.
- “La búsqueda de la verdad es una pretensión tan legítima como necesaria. Corresponde al
Estado a través de otros organismos y debe contar con el concurso de todas las disciplinas y
profesiones, especialmente a los historiadores. Pero no corresponde al juez de instrucción, cuya
función aparece definida en la ley procesal con un objeto de indagación que se va concretando
en el devenir procesal y ve limitado su ejercicio por las normas que rigen el proceso penal y el
derecho penal sustantivo”.
- No procede mezclar la verdad histórica con la forense, pues la histórica es general e
interpretable, no está sometida a la perentoriedad de términos y plazos y, con frecuencia,
precisa de cierta distancia temporal para objetivar su análisis. La judicial, por el contrario, se
constriñe a un hecho, impone unas consecuencias con carácter coercitivo, está sometida a
requerimientos temporales y formales y es declarada con observancia de las garantías propias y
se refiere a la depuración penal de una responsabilidad exigida desde una acusación.
· El 19 marzo 2016, el presidente francés François Hollande, en el discurso pronunciado con
motivo del “Día Nacional del recuerdo y recogimiento a la memoria de las víctimas civiles y
militares de la guerra de Argelia y los combates en Túnez y Marruecos”, recordó algunos
principios esenciales [8].
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- “Ocho años terrible, ocho años que vieron el desplazamiento de millones de personas, ocho
años de combate, de atentados, de exacciones, de secuestros, de torturas y de represión que
causaron la muerte de miles de argelinos y de decenas de miles de franceses, soldados que
están movilizados porque era su deber. Ocho años de una guerra que nadie se atrevió a decir su
nombre pero que contenía todos los horrores. Ocho años que marcaron Francia y provocó un
cambio de gobierno. Ocho años que enlutaron terriblemente Argelia. Ocho años que
destruyeron numerosas familias de un lado y otro del Mediterráneo.
- El sentido de este día nacional es rendir homenaje a todas las víctimas civiles o militares que
murieron durante la guerra, es honorar todos los dolores y reconocer todos los sufrimientos. Es
recordar los militares y fuerzas del orden enviados del otro lado del Mediterráneo, heridos,
muertos o desaparecidos.
- Ese recuerdo doloroso debe ser un factor de reconciliación y de unidad.
- La grandeza de un país se mide por su capacidad de mirar a su historia, a no ocultar
elementos para glorificarse de otros que serían inútiles, es la capacidad de asumir la historia
por lo que es, por lo que nos enseña, por las lecciones que conviene aprender. Esa grandeza se
mide también por la capacidad de convocar la historia, no para dividir sino para reunir. Es ser
capaz de reconciliar todas las memorias y de reconocerlo. Alimentar la guerra de memorias, es
quedarse prisionero del pasado, hacer la paz de memorias, es mirar hacia el futuro.
CITAS Y REFERENCIAS
[1] Las guerras de memorias en el mundo, Hermes n° 52, Paris, Octubre 2008. Número
coordinado por Pascal Blanchard, Marc Ferro e Isabelle Veyrat-Masson,
[2] Benjamin Stora, La guerre des mémoires : la France face à son passé colonial (entretiens
avec Thierry Leclere). La Tour d’Aigues, Éditions de l’Aube, 2007,
[3] Paul Ricœur in La memoria, la historia, el olvido, de Buenos Aires, Fondo de Cultura
Económica, 2004
[4] Les Lieux de mémoire (Los lugares de la memoria ) de Pierre Nora, Ed. Gallimard, Paris,
1997
[5] http://auzette.over-blog.com/article-27965260.html Les abus de la mémoire.
[6] Los abusos de la memoria, Tzvetan Todorov. Barcelona, Ed. Paidós, 2000
[7] Consejo de Seguridad. Informe del Secretario General de la ONU, S/2004/616, del 03
agosto 2004.
[8] Discurso del Presidente François Hollande in « Journée nationale du souvenir et de
recueillement à la mémoire des victimes civiles et militaires de la guerre d’Algérie et des
combats en Tunisie et au Maroc ». http://www.elysee.fr/declarations/article/discours-lorsde-la-journee-nationale-du-souvenir-algerie-maroc-tunisie/
Por: COLECTIVO POR LA DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS DE LAS
PERSONAS PRIVADAS DE LA LIBERTAD Y ACCESO A LA JUSTICIA.
DDHHPP.org
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