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LO SENSIBLE Y LO IDEAL La actividad laboral, el trabajo, es un proceso que involucra un transporte de energía. En general toda actividad, todo aquello que involucre cambio, está asociado a ello. Todas son formas en las cuales se manifiesta la energía. El alimento que el hombre consume proviene del cambio de la energía solar o la de otros nutrientes que las plantas absorben, los animales hacen lo propio con la que reciben del ambiente y ambos, plantas y animales la aportan al hombre para que la transforme en actividades internas y la intercambien con su ambiente. La manifestación del transporte conlleva una emisión de señales. Considere una empresa cuyo horario de trabajo es de 8 am – 12 m y de 2 pm – 6 pm. Si en la entrada se coloca un cartel con la palabra Activa que informa cuando la empresa labora, la situación es la opuesta si el cartel dice Inactiva. El aviso es una señal que tiene dos posiciones opuestas (Activa/Inactiva), (Abierta/Cerrada), (On/Off), (1,0), según sea su valor existe o no actividad, transformación de energía. Siempre se presenta alternancia entre las dos posiciones, un ciclo se asocia a la existencia de una pareja de estados opuestos secuenciales y se designa periodo el lapso que tarda en ejecutarse un ciclo. Si existen muchos, ellos pueden tener períodos diferentes, en este caso, el primero de ellos va de las 8 am – 2pm, dura 6 horas y el próximo se realiza en 18 horas, de las 2pm hasta las 8 am. La frecuencia informa el número de ciclos que se ejecutan por unidad de tiempo, en este caso, su valor es de 2 ciclos cada 24 horas. En las fases activas hay una transformación de energía que se transporta al exterior de la empresa, en la inactivas cesa tal proceso. Adicionalmente, en este caso, la transformación varia continuamente dentro del lapso activo, habrá personas que laboran, pero otras no lo hacen, por ello, la energía no siempre tiene el mismo valor, habrá alzas y subidas. La intensidad de la señal indica la magnitud de la energía que se produce e intercambia con el ambiente de la empresa, en un cierto instante, ella varía lo largo del ciclo desde un valor cero en la fase inactiva hasta los diferentes valores que se produzcan en el activo. El espectro de la distribución energética en la señal informa el patrón de la distribución de la transformación de la energía y su transporte, y puede variar de ciclo a ciclo. Toda señal se identifica por el tipo de sensor que la capta y los espectros de frecuencia e intensidad en el lapso que dure su existencia. Durante el mismo, de acuerdo con los espectros que presenta, transporta energía e información. Platón en el Mito de la Caverna, tomando la concepción de Parménides de Elea, dividió el cosmos en dos mundos diferentes, el sensible, al cual se accede directamente a través de los sentidos y el ideal, donde existen las formas, las ideas. Para él, en el inicio existió Dios y una materia amorfa, a la cual el Creador (Demiurgo) fue adscribiéndole las ideas y así originó los entes del mundo sensible, ellos pueden concebirse como proyecciones, sombras, de los ideales. Para Platón no puede existir una entidad material si no preexiste previamente la idea, el concepto, que la proyecta. En el artículo se plantea una visión totalmente opuesta, donde lo básico son los entes del mundo sensible y solo el hombre, mediante el pensamiento llega a generar lo abstracto, lo ideal. Lo sensible precede lo ideal. La materia viviente evolucionó hasta llegar al hombre y éste pasó de una fase inicial afectiva, a un estadio superior, donde, en los momentos actuales, la razón, el pensamiento formal, se complementa con el afecto. Ahora conocemos de épocas remotas donde el hombre no existía –tampoco la razón-, pero donde lo hicieron otras entidades vivientes. Ello demuestra lo incorrecto del planteamiento platónico. El artículo esboza como el autor aprecia se generan en el hombre las sensaciones, las vivencias, los conceptos, las ideas. Su origen está siempre en las entidades que le son externas, las que conforman el mundo sensible. Se denominará sensación la respuesta que cualquier órgano sensorial genera frente a un estímulo, su nivel queda constreñido al elemento sensor, la percepción es la vivencia de la sensación, y se produce en el cerebro, al margen que con el lenguaje se le haya dado algún nombre, si este fuese el caso, la vivencia, la percepción se nombrará como un concepto, una idea. Todo ser viviente tiene como meta superior mantener la vida, no solo la propia, sino la de su especie. A nivel afectivo dicha meta se restringe al yo del individuo y de su especie, pero al aparecer la razón, el hombre se da cuenta (en realidad gatea en este estadio) que su existencia también se relaciona con la sobrevivencia de todo su entorno, de su ambiente. En los organismos de pocas células la memoria genética que garantiza la continuidad biológica de la vida y descansa en el azar obtener del ambiente los recursos necesarios para su sobrevivencia. No hay centro de decisión, lo externo se procesa instintivamente, lo cual guarda semejanza con la atracción, la indiferencia o el rechazo que se observa en un simple imán. Cuando las entidades vivientes adquieren movilidad, el azar pasa a un segundo plano y aparece un centro afectivo que direcciona el movimiento hacia el logro, en su entorno, de aquello que garantiza la vida del individuo. La memoria genética solo mantiene la subsistencia de la especie. Ahora las sensaciones, las percepciones, toman un papel relevante para asistir al centro afectivo. El proceso evolutivo llevó al hombre a adquirir razón y con ella aparece un centro de dirección racional sustentado fundamentalmente con el manejo del lenguaje. Ahora, la sobrevivencia parece depender del albedrio del individuo o de sus colectividades, sin embargo, aunque a la razón le cueste reconocerlo, en lo momentos actuales todavía el centro afectivo direcciona la conducta. El centro racional presume que es el superior, pero la realidad –en la mayoría de los hombres- es que están dirigidos por el afectivo. Quien direccione este centro llevará al individuo hacia donde la razón del centro director quiera. En el hombre la dependencia de la vida está asociada a lo genético, lo afectivo y lo racional. El primero, que inicialmente fue autónomo, independiente de lo externo, va siendo paulatinamente modificado por la razón, normalmente, a instancia, directa o indirectamente, de algún centro afectivo. Las relaciones con el entorno siempre se han vinculado estrechamente a lo afectivo y lo racional. Las conductas dependen mucho de los recuerdos almacenados en las memorias asociadas a dichos centros. El cerebro evolucionó para albergar dichas memorias, las cuales puede acceder, según la necesidad, de manera separada o vinculada. Sin que signifique la obligatoriedad de su certeza, se considera que la memoria no genética (histórica) tiene dos caras, que operan de manera similar, en un lado se almacenan los recuerdos afectivos y en el otro, los racionales, pero existen punteros, marcadores, que pueden enlazar los recuerdos de un tipo con los del otro. Hay una cierta semejanza con una moneda, donde se ve cada cara como independiente, pero cuando se usa en transacciones comerciales, se tiene una integración, en tales casos, una sin la otra, no tendría valor alguno. La estructura que se esboza permite al hombre tener por separado recuerdos afectivos y racionales, pero cuando fuese necesario, los vincula, los acopla, los asocia. Toda experiencia no tiene que ser transformada en un recuerdo, si el tiempo que tarda en desarrollarse es muy corto o la misma no se repite con una frecuencia mínima, ella solo se graba, por un lapso ínfimo, en una memoria de corto plazo o inmediata. Si el recuerdo se graba en tal zona de la memoria, se pierde casi inmediatamente. Si la experiencia se repite varias veces, por lapsos no muy cortos o si está acompañada por una fuerte sensación afectiva, el recuerdo pasa a la zona de largo plazo (memoria mediata) y estará disponible para ser activado por el control afectivo, racional o ambos en cualquier instante futuro. Las percepciones se almacenan en grupos de neuronas cerebrales. Cada una de ellas tiene dos posiciones, dos estados operativos (Activo/Desactivo), (On/Off), (1/0). Considere que el conjunto lo forman 3 neuronas. Las alternativas que se presentan son las siguientes: 000, 001, 010, 011, 100, 101,110 y 111, luego se pueden almacenar hasta 8 datos diferentes. Suponga que están conectadas a interruptores que activan 3 luces en una cierta pantalla (como la que se usa en futbol). Cuando una neurona está activa la luz asociada se enciende. No hay duda alguna de que si cada combinación se asocia con el nombre de una persona diferente, el arreglo de luces de la pantalla atraerá la atención del individuo que tiene asociada tal combinación. Se indicó que con 3 neuronas se pueden almacenar 8 datos diferentes pero si existen 4 veces tal número, es decir, 12 de ellas, el número de datos que se puede almacenar es 4096, lo que es 512 mayor que el número inicial. Un factor de 4 en el aumento del número de neuronas produjo otro de 512 en los datos almacenados. Cuando se recuerda que en el cerebro existen millones de neuronas, la información que se puede almacenar es prácticamente inconmensurable. El resto del escrito se dedica a explicar como se supone la generación de vivencias y de los conceptos e ideas. Una pregunta interesante a hacerse en este momento es ¿Quién se da cuenta del arreglo de luces o neuronas activadas? Como respuesta decimos: la conciencia. pero ¿Ella tiene existencia propia o está formada por otra parte diferente del cerebro?. Quienes la consideran externa al hombre la ubican en un espacio diferente al sensible o el ideal, la asocian al espiritual. Ceso la especulación al respecto, dejo al lector buscar la respuesta que lo satisfaga. De las entidades del mundo sensible se emiten señales que son captadas por los diferentes sentidos, aunque solo será sentida por el órgano o los órganos que están calificados para detectarlas, es decir, entrar en resonancia con la o las señales. Si ellas están acompañadas por otras que las nombran (palabras orales, escritas, gestos), las vivencias crean conceptos, ideas. La modelación que se presenta es con toda seguridad, muy simple, pero creo puede dar una ideal general de como es el proceso integral de la percepción humana. Para llegar a la vivencia, a la percepción, se necesitan 3 etapas, 3 procesos, uno que apreciamos fuera del hombre y los otros dos que los juzgamos internos, ellos son: la emisión, la sensación y la percepción. La primera ocurre fuera de la sustancia humana, la segunda en el sensor y la tercera en el cerebro. El resultado de la vivencia siempre tiene asociado un valor afectivo (su valor puede ser cero), pero la razón puede agregarle un significado intuitivo o nominal (ostensivo o lexicográfico). Proceso a nivel del emisor: Cada entidad externa al hombre emite señales (él puede ser igualmente un emisor, ellas pueden ser percibidas por si mismo y por otros entes del mundo sensible), las cuales son captadas por los sensores adecuados, los que entran en resonancia con ellas. Una entidad emite múltiples señales simultáneas, cada una de ellas se caracteriza por su espectro, siempre cambiante, en la frecuencia y en la intensidad. Este punto de partida es la fuente del mundo sensible que irradia el conocimiento absoluto, lo que el hombre termina apreciando es un reflejo de tal iluminación. A continuación se analiza el caso de una señal percibida por un sentido específico. Si existen varias simultaneas se integran los resultados, pero para cada estímulo se sigue el proceso que se describe para la señal única. El siguiente diagrama de flujo esquematiza el proceso que ocurre en el emisor. Proceso a nivel de la entidad sensible. Resultado: Emisión de señal. Inicio Generación de la señal Emisión de la señal Nivel: Ente del mundo sensible Salida Figura 1.-Esquema de la generación y emisión de una señal externa. Proceso a nivel del receptor sensorial: Esta etapa ya es interna al hombre, lo cual plantea la interrogante, que posteriormente se tratará de responder, de como validar su existencia en otros individuos. La señal la percibe el sensor adecuado y la decodifica, es decir transforma su espectro de frecuencia e intensidad, su información contenida, en una seria de pulsos eléctricos que se envían a un área particular del cerebro, donde activan un conjunto de neuronas. Para que el sensor capte la señal se requiere que su intensidad esté dentro de los umbrales de percepción del receptor. Si ella está por debajo del mínimo no se percibe y si es muy alta produce dolor y finalmente el colapso del receptor, también la frecuencia tiene que estar en la zona donde se capta. Si es baja, no se percibe y si supera el límite superior, tampoco la captamos, además, si la señal yace en la zona adecuada, tiene que mantenerse más allá del tiempo de captación del receptor, de no ser así tampoco se percibirá el estímulo. En el caso de no haber aprehensión no hay información de salida, pero si la señal se capta adecuadamente se recodifica en un conjunto de estímulos eléctricos que igualmente tienen un espectro de frecuencia e intensidad. Las señales eléctricas que se emiten van a un área particular del cerebro y en el hombre ocurre una sensación. El diagrama de flujo de la figura 2 muestra lo descrito, el proceso de decodificación de la señal inicial, su posterior recodificación en señales eléctricas y su envío desde el receptor sensorial a una zona particular del cerebro. Proceso a nivel del sensor. Resultado: Sensación Inicio Recepción de la señal externa NO Fin del proceso Frecuencia entre umbrales permitidos No hay sensación SI Nivel: Receptor sensorial Intensidad entre umbrales permitidos NO SI NO Adecuado tiempo de captación · · Sensación Codificación en señales eléctricas. Envío a grupo de neuronas específicas Salida Figura2. Captación del estimulo del emisor externo, decodificación, recodificación y emisión de señales eléctricas equivalentes. Proceso a nivel del cerebro: El cerebro está formado por un conjunto interconectado, vía las dendritas, de neuronas, cada una puede, como ya se mencionó, tener dos estados posibles (Activo/Desactivo), (On/Off), (1,0). La neurona que recibe la señal eléctrica se activa, tal condición informa sobre la recepción del estímulo eléctrico. El conjunto de señales emitidas por el sensor genera un patrón en las neuronas del área cerebral asociada al sensor, dicho patrón es un reflejo, una “sombra” de la sensación, obviamente, es transitorio, cambia según lo haga el estimulo captado por el receptor sensorial. Para que tal sombra se transforme efectivamente en una sensación, debe permanecer el tiempo suficiente para que se convierta de transitorio a permanente, es decir debe ser mayor que el tiempo mínimo que tarda el cerebro para grabarlo. Este patrón constituirá un recuerdo. Al inicio es solo una información que se almacena en las memorias de corto plazo (afectiva, racional o ambas). Si la sensación se repite con frecuencia o se asocia con una situación afectiva intensa, se convierte en recuerdo y pasa a la zona de la memoria de largo plazo, donde es cuasi permanente, pudiendo ser evocado en un instante posterior. El envejecimiento, las lesiones cerebrales, la falta de evocación, hace que el recuerdo se torne difuso, degradado y al final se borre. La percepción es el conocimiento que la conciencia muestra cuando se produce una sensación. Un sentido cualquiera se excita por un conjunto de señales externas y en consecuencia genera un espectro de señales eléctricas equivalentes. La conciencia es el detector que el cerebro tiene para decodificarlas y hacernos conocer una información sensorial equivalente. Cuando se estudian las respuestas de los animales que no poseen razón se concluye que en ellos existe un centro de decisión afectivo que percibe las sensaciones y direcciona su conducta. Tres respuestas son factibles: atracción, indiferencia y rechazo o, placer, indiferencia y dolor. Las sensaciones que producen atracción o placer se dirigen a la conservación del individuo y de la especie, las que producen rechazo o dolor tienen la dirección opuesta y por ello. el principio de la tendencia natural de conservación de la vida lo hace conocer al centro de decisión de la conducta. Las sensaciones que se aprecian indiferentes son prácticamente neutras en referencia a lo indicado, no atentan, ni favorecen, la tendencia al mantenimiento de la vida. La percepción o vivencia es ocurre en el cerebro. Hay señales que tienden a producir una información simple, tal como ocurre con un sonido, pero en el caso visual siempre tenemos conciencia de una serie de atributos como espacio, forma, volumen, color, movimiento, etc. Toda percepción simple tiene asociada un significado, un conocimiento y una carga afectiva. Si ella no se vincula con un gesto o una palabra (oral o escrita) que la nombre, que le asigne un significante, la llamaremos proto-idea o vivencia no nominal, pero cuando exista el acople entre significante y significado la nombraremos idea. Las ideas pueden ser manipuladas, combinadas, entrelazadas vía la razón, las proto-ideas o vivencias no nominales, con el afecto. El lenguaje es el vehículo de la razón para operar con las ideas, ensamblándolas de acuerdo a ciertas reglas lógicas que conforman la sintaxis. El afecto lo es para las proto-ideas. Toda protoidea que asigne un significante, un nombre, la llamaremos nominal. La tabla siguiente muestra las alternativas de existencia de los tipos de proto-ideas. EXISTENCIA Caso 1 Proto-idea no nominal Sola Proto-idea nominal ------ Entidad resultante: Proto-idea Caso 2 -----Sola Proto-idea Caso 3 Vinculadas Vinculadas Idea Las percepciones, las vivencias que son proto-ideas conforman las entidades más simples del espacio abstracto y el centro afectivo puede combinarlas –al margen de tener un nombrepara generar un pensamiento. Una pintura, una pieza musical son ejemplos de tales concatenaciones. Muchas veces quien asigna el significado, deja abierto al albedrio de cada hombre su interpretación. Un cuadro abstracto es un ejemplo simple de ello, solo su autor sabe su significado, pero cada persona busca y defiende la que estima posee. Las ideas, conforman las entidades más complejas del espacio abstracto y el centro racional puede igualmente combinarlas para generar un pensamiento. El cerebro, vía la actividad racional puede romper el vínculo entre significante y significado y asociarle a cada símbolo (escrito, oral, gestual) uno particular, propio del individuo, pero ello conlleva como resultado la imposibilidad de establecer comunicaciones con otros individuos, salvo hayan acordado una codificación especial, la cual permitirá intercambiar información solo entre quienes la conozcan. Cada lenguaje es una muestra clara de ello, palabras, sonidos y gestos son interpretados de manera diferente por diferentes conjuntos humanos. Es interesante darse cuenta que muchas son las veces que cuando leemos un libro, escuchamos una pieza musical o vemos una pintura, no entendemos lo que allí se quiere significar, solo se aprecian pedazos separados de información. Cuando la razón es el principal centro de dirección debería operar exclusivamente con ideas cuya carga afectiva sea nula, pero ¿Cuántas veces no se usa el gesto o la palabra como disparador de emociones en la persona con la que nos comunicamos? En tales situaciones nuestro centro racional genera mensajes lingüísticos cuyo objetivo no es simplemente el intercambio de los significados, sino actuar sobre el centro afectivo receptor, buscando que los asocie con la carga afectiva que, usualmente, existe inhibida. Lo interesante, es que si analizamos nuestra conducta, nuestro centro racional ha sido conducido de manera consciente o inconsciente por nuestro centro afectivo. Solamente un computador es capaz de establecer comunicaciones libres de la carga afectiva. El diagrama de flujo que sigue resume el proceso formativo de percepciones a partir de una sensación, el resultado siempre es una proto-idea, una vivencia o percepción no nominal. Proceso a nivel del cerebro. Resultado: Percepción, vivencia, proto-idea. Inicio Recepción de señales eléctricas en neuronas específicas Crear patrón transitorio (sombra) en memoria de corto plazo Fin del proceso Borra patrón transitorio NO Nivel: Cerebro Tiempo de aprehensión adecuado SI Almacenar patrón en memoria de largo plazo Percepción o vivencia de la proto-idea Salida Figura 3. Transformación de la sensación de una señal en vivencia, percepción. Al final del proceso perceptivo la proto-idea está almacenada en la memoria de largo plazo, forma un recuerdo, tiene un significado. Cuando se perciben varias sensaciones simultáneas, cada señal crea a una proto-idea con un significado simple, y se deben combinar todas para adquirir un significado completo, adicionalmente, si hay una señal que añade una proto-ideal nominal, es decir que asigna un significante al significado previo, se produce una asociación de todas las proto-ideas para generar una idea. El próximo diagrama de flujo muestra como se realiza el proceso de integración, el resultado final puede ser una proto-idea mas compleja con un significado mas completo o una idea, si existe una señal que le asigne nombre. Proceso de integración a nivel del cerebro. Resultado: Percepción, vivencia, proto-idea complejas o Percepción, vivencia, Idea. Inicio Aprehender proto-idea no nominal Ultima proto-idea no nominal NO Integrar proto-ideas SI NO SI Idea definitiva Adjuntar marcador Nivel: Cerebro Proto-idea nominal Proto-idea definitiva Fin Figura 4. Integración de percepciones, vivencias o proto-ideas simples. El proceso de integración de proto-ideas no nominales asocia (integra), los grupos de neuronas que retienen la información de las vivencias simples, en la memoria afectiva a largo plazo. Cuando a tal conjunto se le asigna una proto-idea nominal, se genera en la memoria racional un patrón neuronal, un puntero, un marcador, que registra la información donde se encuentra en la memoria afectiva a largo plazo la integración indicada. No se aspira, con la descripción hecha, establecer el funcionamiento de una entidad tal compleja como es el cerebro, solo se presenta el esbozo de lo que se presume más simple. Si recordamos lo que se dijo al inicio del proceso, la percepción equivaldría a encender las luces de una pantalla, pero como aparece la conciencia que capta la percepción y el centro de dirección que la conduce a realizar tal proceso, está mas allá de lo que se aspira presentar. Existen acciones voluntarias o involuntarias que combinan las vivencias e ideas para formar pensamientos, entrelazamiento entre las mismas. En el caso del lenguaje, ellas se unen, para que el cerebro pueda entender el significado integral de la concatenación habida, mediante una estructura lógica, la sintaxis, pero en los sueños, donde usualmente solo se presentan imágenes, existe una tendencia ¿aparente? en la concatenación a solo ser coherente por trozos, allí se empalman las vivencias sin el ordenador lógico de la sintaxis ¿existirá una que aun no entendemos?. Cuando estamos despiertos o en los ensueños que tenemos en tal condición, necesariamente hay una relación entre la continuidad que se observa en la percepción directa de lo sensible y la concatenación de las ideas del lenguaje o en la unión de las proto-ideas percibidas. Al soñar dormido se rompe la necesidad de tal concatenación y nuestros recuerdos se estructuran de una manera, que si tienen un significado, le cuesta a la razón entenderlo porque ella no es el centro que ordena. Al vivir despiertos tenemos una unidad, al hacerlo dormidos, tenemos otra. Recapitulando, recordamos que las 3 etapas asociadas a la percepción ocurren en dos espacios diferentes, el primero, externo al hombre, en el mundo sensible, donde se originan las señales que percibe y el segundo, dentro del individuo que las procesa. La emisión es un proceso general, pero la transformación de las señales externas en vivencias es particular, propia de cada persona. Entonces surge una pregunta fundamental ¿Por qué el colectivo humano se comporta como si tuviese la misma vivencia? ¿Por qué cuando usamos el lenguaje apreciamos respuestas similares en los elementos del colectivo humano?. Considere la situación donde un padre camina de la mano de su hijo de 3 o 4 años y al llegar a una esquina donde existe un semáforo, el padre lo señala y sin decir palabra alguna cruzan la calle cuando la luz está verde, cuando es roja hace el mismo gesto, pero evita el cruce. Si este proceso lo repite muchas veces el niño termina asociando el gesto y el color con el permiso para cruzar. Analicemos el proceso indicado: 1.-El gesto, que es un significante, asocia un significado a la señal del semáforo. El señalamiento es una forma muy simple de darle significante a la relación entre el color del semáforo y el permiso de cruce. Tal definición se define ostensiva y constituye una herramienta básica para desarrollar el lenguaje en los niños. 2.-Inicialmente se establece un vínculo, entre el gesto, el color del semáforo y la acción realizada, pero paulatinamente el niño descarta el gesto y correlaciona directamente el color del semáforo con el significado que el gesto inducia. Esta nueva asociación, es una vivencia cuasi intuitiva (lo es si el niño aprehende el significado sin haber señalamiento alguno) y es una idea si está asociada al lenguaje gestual. Si la aprehensión es intuitiva se genera una proto-idea. La intuición percibe el significado sin la necesidad de que exista una definición. 3.-En la medida que la razón va madurando la vinculación entre significante y significado se realiza vía el lenguaje (oral, escrito). La definición deja de ser intuitiva u ostensiva y pasa a lexicográfica. Las memorias de largo plazo básicamente definen quienes somos. 4.-Posiblemente las definiciones ostensiva e intuitiva son manejadas por el centro afectivo y la lexicográfica por el racional. En las primeras se intuye la existencia de una carga afectiva, mientras que en las segundas pareciera que no. Hay situaciones donde una palabra evoca emociones, pero ello está necesariamente asociado a eventos previos donde con la palabra ocurrieron hechos que nos marcaron afectivamente, sin embargo es usual que paulatinamente la palabra abandone tal carga y quede casi exclusivamente asociada a lo racional. Si nos encontramos con un tigre sentiremos miedo, pero cuando leemos la palabra tigre, casi con certeza, solo percibimos su idea, despojándola de toda carga afectiva previa. 5.-El padre, con toda seguridad, estima que su hijo percibe los colores de igual manera que él, pero suponga que el infante tiene una mutación genética de manera que el color rojo lo percibe verde y éste lo vive como rojo. Las percepciones son diferentes pero las conductas terminan siendo iguales. ¿Cómo podría el padre conocer que la percepción de su hijo no coincide con la suya?. A colores percibidos como diferentes se tiene la misma respuesta, luego no se puede conocer la diferencia entre las percepciones por la simple observación de la conducta, entonces ¿Por qué el padre tiene tal creencia? 6.-Creo que la respuesta yace en la observación que el hombre hace sobre su conformación interna, para él, ambos tienen los mismos sensores, órganos, etc, por ello presume, parece obvio, que tendrán percepciones similares. De ser esto así, la unicidad de la respuesta depende de lo almacenado en la memoria genética, la cual, entonces, no solo mantiene la sobrevivencia de la especie, sino que es portadora de aquello que permitirá la comunicación entre individuos de una misma especie, lo cual es muy importante en el su sobrevivencia. 7.-Tal como sucede con el tiempo, cada individuo tiene sus percepciones propias, pero opera con aquellas definiciones que son válidas para el colectivo. Existe la vivencia propia y otra operacional, no necesariamente coincidente con la individual, sino con las respuestas que el conjunto social produce como consecuencia de los mismos estímulos del mundo sensible. Cuando un individuo percibe una entidad, adquiere conciencia de sus propiedades, de sus cualidades, las cuales no tienen que coincidir totalmente con las que presenta otro ente. ¿Cómo puede el hombre identificar la clase, la especie? La respuesta yace en determinar las cualidades comunes a todos los elementos que considera la integran. Este proceso es totalmente racional ya que el hombre opera con las ideas. Así como la conciencia se da cuenta de, ese darse cuenta no es notar exclusivamente la existencia, es establecer comparaciones y otros tipo de relaciones lógicas entre los atributos, las propiedades, por ejemplo, juzgar si son iguales o diferentes, mayores o menores, etc. Una entidad pertenece a una clase si verifica todas las cualidades que se considera la definen. La especie, la clase, es ahora una entidad ideal universal, es, por así decir, la esencia de la especie. El conjunto de atributos -todos ideas- se integra en una supra idea, la universal, la esencia. El conjunto no necesariamente está formado por muchas propiedades, en algunos casos una sola es suficiente, así la clase “hombre” se puede definir lexicológicamente como “un ser pensante”. La relación entre hombre y pensar es biunívoca, definida una, la otra queda totalmente determinada. Cuando las ideas se integran mediante el lenguaje en frases, lo indicado en el párrafo previo se puede manejar con mayor libertad, lo que permite extrapolar un significado literal a otro diferente. Como ejemplo, considere las expresiones “nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar, que es el morir”. Ni vida significa rio, ni mar morir, sin embargo nuestra razón no tiene dificultad para hacer una correlación, una equivalencia, la cual es poética, figurada. Me parece que lo desarrollado es suficiente para que se aprecie si el esbozo presentado puede ser considerado aceptable para mostrar la diferencia y similitudes entre lo sensible y lo ideal.