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XV CONFERENCIA SOBRE CAMBIO CLIMATICO Y CUMBRE DE LOS PUEBLOS Propietario Avances del desarrollo del evento luego de la primera semana de su realización. RAMIRO OREGON TOVAR Rantzawsgade 8A 31192773 15 de Diciembre de 2009 XV CONFERENCIA SOBRE CAMBIO CLIMATICO Y LA CUMBRE CLIMATICA DE LOS PUEBLOS Para entender lo que viene sucediendo en Copenhague Dinamarca, es necesario hacer una breve y puntual descripción del contexto mundial actual y los intereses que se encuentran en juego. Luego de la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989. Se supuso que la disputa por la hegemonía mundial entre el capitalismo y el socialismo había concluido, por lo tanto sólo quedaba la hegemonía del pensamiento occidental encabezado por los Estados Unidos de Norteamérica. El libro que representa el análisis de ese momento viene a ser El fin de la Historia y el último hombre (en el original, The End of History and the Last Man) publicado en 1992 escrito por Francis Fukuyama, basado en su ensayo de 1989 "¿El Fin de la Historia?", publicado en el periódico de asuntos internacionales The National Interest. En el libro, Fukuyama expone una polémica tesis, la Historia humana, como lucha de ideologías ha terminado, con un mundo final basado en una democracia liberal que se ha impuesto finalmente tras el fin de la Guerra Fría. El pensamiento de Fukuyama tiene un marco histórico bastante preciso: se trata de la coyuntura desarrollada a partir de 1989 en Occidente que ha estado signada por el inicio del desmoronamiento de los regímenes del "socialismo real" en Europa del Este. A la pregunta de qué es lo que significa este momento para occidente y el mundo, el autor responde que se trata ya no de una simple coexistencia entre capitalismo y socialismo, sino de la derrota de este último y de la victoria -para Fukuyama final- del capitalismo y del liberalismo como sistema político. Se trata no solamente de que ya no existan alternativas viables al capitalismo como sistema económico, y ello estaría demostrado por el restablecimiento de relaciones de producción capitalista en Rusia, China y Europa del Este y su inclusión en la economía de mercado, sino que además se trata del triunfo de la idea occidental, que para Fukuyama es principalmente la cultura occidental de consumo. 2 "Podríamos resumir el contenido del estado homogéneo universal como democracia liberal en la esfera política combinada con un fácil acceso a video caseteras y estéreos en lo económico". Políticamente este desarrollo significa -y en ello Fukuyama utiliza a Kojévela existencia del liberalismo como estado homogéneo universal. Se trata de que, al no existir regímenes políticos superiores, y al haber fracasado los modelos que se pretendían alternativos, la democracia capitalista aparece como el régimen político absoluto e ideal. Este habría resuelto todas las inquietudes ideológicas planteadas y el país representativo de aquél, los Estados Unidos de Norteamérica, habría satisfecho incluso los máximos y extremos ideales de igualdad y libertad. Sin embargo, luego de 15 años de los sostenido por Fukuyama, el mundo sigue mostrándose dividida en pensamiento y acción: Por un lado, el crecimiento vertiginoso del capitalismo hasta llegar a su fase superior el imperialismo, más cómodamente llamada globalización: equivalente a la imposición de las leyes del mercado como único indicador de las transacciones en el intercambio de bienes, base de las diferencias cada vez más dolorosas para las grandes mayorías desposeídas. El capitalismo ha crecido como nunca antes en la historia de la humanidad, la aplastante mayoría de gobiernos neoliberales que el imperio ha logrado multiplicar en el mundo, en unos casos mediante manipuladas “elecciones democráticas”, en otros casos mediante golpes de estado “justificadas” como el caso de Honduras, donde el imperio no ha dicho nada como “defensor de la democracia”. Cuenta con el apoyo, o mejor con el sometimiento de muchos gobiernos, acallando la voluntad de los pueblos cada vez más empobrecidos. En este contexto se realiza la XV Conferencia sobre Cambio Climático organizado por las Naciones Unidas ONU, y que reúne en Copenhage capital de Dinmarca, a representantes de 192 países y más de cien líderes mundiales desde el lunes 7 hasta el viernes 18 de diciembre de 2009, en el marco de la Cumbre Mundial sobre Cambio Climático, para debatir diversos enfoques con el fin de llegar a una posición unitaria en tono a cómo disminuir los efectos del calentamiento global. Todos los países miembros de la ONU y sus gobiernos, así como organizaciones de la sociedad civil, han gestionado credenciales para la participación de sus representantes, tanto como delegados plenos como observadores. 3 Mientras que el centro de conferencias en Copenhague tiene capacidad para 15.000 personas y las personas acreditadas llegan a las 45.000, algunas de las cuales esperaron horas en la calle sin poder entrar. La decisión tomada por los organizadores ha sido reducir los cerca de 21.000 observadores a 7.000, para seguir recortando hasta quedarse en menos de cien el viernes 18. En el caso de Greenpeace, por ejemplo, la delegación se reduce primero de 200 ecologistas a 50, y en los próximos días a sólo unos pocos. Lo mismo ocurre con la delegación del movimiento 350.org (el número de partes por millón que piden que no rebase la concentración de CO2 en la atmósfera), que de los 350 miembros en Copenhague van a quedarse en poco menos de 50. La primera semana el funcionamiento de los grupos de trabajo, con tanta gente acreditada perdió norte, la discusión se centró fundamentalmente en mantener en vigencia del acuerdo de Kyoto y de otro lado, poniendo este tema de lado, la discusión se orientó a buscar el financiamiento para el desarrollo de proyectos orientados a la adaptación al cambio climático y la captura de carbono, bajo la responsabilidad de los países en desarrollo. Mientras que la disminución de las emisiones no estaban sobre la mesa. Es bueno recordar que el Protocolo de Kyoto sobre el cambio climáticoes un acuerdo internacional que tiene por objetivo reducir las emisiones de seis gases que causan el calentamiento global: dióxido de carbono (CO2), gas metano (CH4) y óxido nitroso (N2O), además de tres gases industriales florados: Hidrofluorocarbonos (HFC), Perfluorocarbonos (PFC) y Hexafluoruro de azufre (SF6), en un porcentaje aproximado de al menos un 5%, dentro del periodo que va desde el año 2008 al 2012, en comparación a las emisiones al año 1990. Por ejemplo, si la contaminación de estos gases en el año 1990 alcanzaba el 100%, al término del año 2012 deberá ser al menos del 95%. Es preciso señalar que esto no significa que cada país deba reducir sus emisiones de gases regulados en un 5% como mínimo, sino que este es un porcentaje a nivel global y, por el contrario, cada país obligado por Kioto tiene sus propios porcentajes de emisión que debe disminuir. Este instrumento se encuentra dentro del marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), suscrita en 1992 dentro de lo que se conoció como la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro. El protocolo vino a dar fuerza vinculante a lo que en ese entonces no pudo hacer la CMNUCC. 4 Mientras el desconcierto y desorganización campea en la Cumbre Oficial, paralelamente en los mismos días y en la misma ciudad se viene desarrollando el KLIMAFORUM 09, también denominada la Cumbre de los Pueblos organizada por las sociedad civil o las llamadas ONG´s. Como un espacio abierto para el pueblo, sus organizaciones de todo el mundo, donde se pondrá en discusión un total de 245 temas distribuidos en siete ambientes simultáneos, donde cada participante asiste libremente y tiene la oportunidad de dar sus opiniones o preguntar para una mejor comprensión de los temas en debate. Este espacio se viene convirtiendo en el lugar también de la opción política alternativa al neoliberalismo o capitalismo. La fuerza de mayor presencia ideológica y alternativas de solución a los problemas del cambio climático viene a ser la ALBA Alianza Bolivariana compuesta por los siguientes siete países: Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Ecuador, Honduras y San Vicente y las Granadinas.1 Justamente el 14 de diciembre se llegó al final de la Octava Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América que se realizó en conmemoración del 5° Aniversario de la Conferencia que dio origen al ALBA. Sus dos acuerdos principales fueron: Decidieron realizar en todos los países de la alianza un estudio clínico genético-psicosocial de personas con discapacidad con el propósito de llegar a las comunidades más alejadas, humildes y desprotegidas de la región. El segundo acuerdo es constituir una Red de Ciencia, Tecnología e Innovación dirigida a fomentar capacidades para la generación y 1 Antigua y Barbuda es una nación formada por un conglomerado de islas situada al este del Mar Caribe. Forma parte de las pequeñas Antillas con la isla de Guadalupe (Francia) al sur, Montserrat al sudoeste, San Cristóbal y Nieves en el oeste y San Bartolomé al noroeste. Es miembro de la Mancomunidad de Naciones. La Mancomunidad de Dominica es una isla y un Estado del Mar Caribe, específicamente entre los territorios franceses de ultramar de Guadalupe al norte y Martinica al sur; pertenece a la Mancomunidad Británica de Naciones. No debe ser confundida con la República Dominicana, otra nación caribeña. San Vicente y las Granadinas es un país isleño situado al norte de Venezuela y de la isla de Granada, en la cadena de las Antillas Menores del Mar Caribe. Su territorio de 389 km² comprende la isla principal de San Vicente y las dos terceras partes de las Granadinas del norte. El país tiene una historia colonial británica y ahora es parte de la Mancomunidad Británica de Naciones y de la CARICOM. 5 transferencia de conocimientos y tecnologías en sectores clave del desarrollo socioeconómico. Además, una declaración expresa que adjuntamos líneas abajo, sobre el cambio climático, a donde estarán presentes Hugo Chávez y Evo Morales, como encargados de presentarlos, ante los asistentes a la Cumbre de los Pueblos, en una actividad especial. Texto completo de la Declaración Especial sobre Cambio Climático aprobada en la VIII Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA)con miras a la XV Conferencia de las Partes a celebrarse en Copenhague: 1. Los Jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros de la Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos, reunidos en su VIII Cumbre, celebrada en La Habana, Cuba, del 13 al 14 de diciembre de 2009, convinieron reafirmar la Declaración Especial sobre Cambio Climático adoptada en la VII Cumbre del ALBA-TCP, efectuada en Cochabamba, Bolivia, el 17 de octubre de 2009. 2. Observaron con profunda preocupación que el estado de las negociaciones previas a la XV Conferencia de las Partes demuestra que los países desarrollados, principales responsables del cambio climático y de sus impactos adversos, no tienen la intención de alcanzar resultados justos y balanceados en Copenhague, tras casi tres años de negociaciones para la adopción del segundo periodo de compromisos de reducción de gases de efecto invernadero de los países desarrollados, bajo el marco del Protocolo de Kyoto, y tras dos años de negociación en el grupo de trabajo sobre cooperación a largo alcance para un acuerdo de la conferencia de las partes que permita una aplicación plena, efectiva y sostenible de la Convención, en total conformidad con sus principios y compromisos. 3. Deploraron que los países desarrollados hayan encaminado sus esfuerzos a alterar y quebrantar los principios y compromisos del régimen legal vigente, con el objetivo de perpetuar sus patrones de producción y consumo insostenibles, y la dependencia y marginación 6 4. 5. 6. 7. 8. de los países en desarrollo, al intentar desplazar la carga que representan la mitigación y la adaptación a dichos países. Reafirmaron, en ese contexto, que la intención por parte de los países desarrollados de imponer un acuerdo político que condene al 80 por ciento de la población mundial a vivir en el subdesarrollo y la pobreza, resulta inaceptable, no pueden ser una opción política y ha constituido un serio obstáculo para alcanzar un resultado justo y equitativo en Copenhague. Ratificaron que la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático y su Protocolo de Kyoto representan el régimen jurídico vinculante vigente que norma la respuesta y la cooperación internacional para el enfrentamiento al calentamiento global, como resultado del consenso alcanzado por la comunidad internacional para encarar lo que representa uno de los problemas más graves que amenazan a la humanidad y a la propia vida y existencia de algunas naciones en vías de desarrollo. Rechazaron categóricamente los intentos de hacer fenecer esto instrumentos, anularlos o sustituirlos por nuevos acuerdos que erosionen o alteren las obligaciones jurídicamente vinculantes que en ellos contrajeron. Constataron, un vez más, que la crisis ambiental resultante del incremento de las temperaturas en la atmósfera es consecuencia del sistema capitalista, del prolongado e insostenible patrón de producción y de consumo de los países desarrollados, de la aplicación e imposición al resto del mundo de un modelo de desarrollo absolutamente depredador, y de la falta de voluntad política para el cumplimiento pleno y efectivo de los compromisos y obligaciones previstas en la Convención y el Protocolo de Kyoto. Subrayaron que los países desarrollados, que comprenden solamente el 20% de la población mundial, contrajeron una deuda climática con los países en desarrollo, las futuras generaciones y la Madre Tierra, al sobre consumir el espacio atmosférico y al haber generado aproximadamente tres cuartas partes de las emisiones históricas mundiales. 7 9. Reconocieron que para lograr el objetivo de estabilizar las concentraciones de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera a un nivel que prevenga una interferencia peligrosa en el sistema climático, los países Anexo 1 deben volver a las concentraciones de gases de efecto invernadero muy por debajo de 300 ppm de GEI, con el propósito de retornar a temperaturas lo más cercanas posibles a los niveles preindustriales. 10.Destacaron que esta deuda climática en el marco más amplio de la deuda ecológica comprende tanto una deuda de emisiones como una deuda de adaptación, que debe ser honrada por los países desarrollados a través de: a) Compromisos vinculantes de reducciones domésticas sustanciales y reabsorción de emisiones de gases de efecto invernadero de tal forma que se garantice el derecho al desarrollo de los países en vías de desarrollo. b) Cumplimiento de sus compromisos de transferencia efectiva de tecnología, asegurando que sea accesible, asequible, adaptable y eliminando todas las barreras relacionadas con los derechos de propiedad intelectual, para que los países del Sur puedan emprender un proceso de desarrollo que no siga los patrones de consumo y contaminación del Norte. c) Cumplimiento y garantías en la provisión efectiva de recursos financieros públicos adicionales, adecuados, previsibles y sostenibles, enfatizando que los requerimientos para la adaptación de los países en desarrollo se han incrementado como consecuencia de la crisis climática. Para evitar una catástrofe climática mayor, los países desarrollados deben proveer del 6% por ciento de su GDP a favor de los países en desarrollo haciendo una contribución medible (notificable y verificable) hacia el pago total de su deuda climática. 11.Resaltaron que para lograr la aplicación efectiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático y del Protocolo de Kyoto se deben los órganos competentes para la adaptación, transferencia de tecnología y desarrollo de capacidades, así como mecanismos financieros mejorados. 8 12. Rechazaron categóricamente los intentos de traspasar responsabilidades de mitigación a los países en desarrollo, así como el establecimiento de condicionalidades para la transferencia de recursos financieros y tecnológicos para combatir el cambio climático, y exigieron que se respete el derecho al desarrollo sostenible de estos países, en un ambiente sano, ecológicamente equilibrado, y con el espacio atmosférico requerido. 13. Destacaron que los países desarrollados intentan desconocer esta deuda climática, que es la expresión concreta de su responsabilidad histórica en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático y del Protocolo de Kyoto y que, por ello, están promoviendo un nuevo acuerdo donde su culpabilidad no quede en evidencia. 14. Enfatizaron la necesidad de cambiar los patrones de consumo y estilos de vida en los países desarrollados y de reformar el sistema económico, comercial y financiero internacional. 15. Rechazaron las soluciones de mercado y la venta de bonos de carbono para resolver los problemas del cambio climático, porque ellas se inscriben en la misma lógica que provocó el estallido de la más grave crisis económica y financiera global después de la Gran Depresión, que generó millones de desempleados y agravó la pobreza y la crisis alimentaria de los países en desarrollo. Asimismo, destacaron que los mercados de carbono permiten a aquellos que causaron el cambio climático seguir contaminando, mientras que la carga de la reducción de las emisiones se traspasa a los países en desarrollo. 16.Manifestaron que la necesidad de proveer a los países en desarrollo con recursos financieros adecuados para atender la totalidad de los gastos adicionales generados por los impactos del cambio climático, no es un asunto de mercado, sino una obligación legal y moral, derivada de los compromisos asumidos por los países desarrollados bajo la Convención. 17.Alertaron que los intentos de los países desarrollados de impulsar la adopción de un acuerdo que viola los principios de responsabilidad histórica, de equidad y responsabilidades comunes pero diferenciadas, atenta contra el derecho al desarrollo de los países en vías de 9 desarrollo y representa una grave afectación de los derechos de la Madre Tierra. 18.Ratificaron su voluntad de trabajar desde posiciones cohesionadas para participar y contribuir de manera constructiva a las deliberaciones de Copenhague y cualquier proceso ulterior, con el fin de llegar a un resultado justo, balanceado y equitativo que permita alcanzar el objetivo primero de la Convención en plena concordancia con sus principios y compromisos. 19. Demandaron enfáticamente a los países desarrollados para que, de manera efectiva y convincente, demuestren su voluntad política de cumplir plenamente sus obligaciones actuales y futuras, mediante compromisos serios, ambiciosos y comparables bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático y del Protocolo de Kyoto. 20. Reconocieron que las medidas voluntarias orientadas a la mitigación, alternativas a las tradicionales de mercado, adoptadas por algunos de los países miembros de la ALBA, deben ser reconocidas, compensadas financieramente y promovidas a nivel mundial. Particularmente, reconocieron y apoyaron la iniciativa del Ecuador denominada YasuníITT, como innovadora y vanguardista en el enfrentamiento del problema del cambio climático. 21.Reafirmaron que la posición de los países de la ALBA sobre cambio climático, refleja una concepción del desarrollo no basada en la mercantilización de la naturaleza, sino guiada por el paradigma del Buen Vivir, que supone relaciones de armonía y respeto con la naturaleza y con los demás. Conclusión Preliminar antes de la finalización de los eventos: El fin de la primera semana de deliberaciones dejó el impacto de una crecida de los 43 diminutos países unidos en la Asociación de Pequeños Estados Insulares (AOSIS, por sus sigla en inglés). Apoyados por más de 100 naciones y grupos civiles pusieron sobre la mesa una propuesta de acuerdo legalmente vinculante, real, al decir de observadores en la capital danesa: mantener la temperatura por debajo de 10 1,5 grados centígrados y reducir rápidamente las emisiones de gas de carbono (CO2) a 350 partes por millón. Versiones circulantes en el Bella Center, sede del foro global, refieren que de inmediato los países ricos cerraron filas en torno a una serie de temas y emprendieron maniobras para dividir a los pobres. Se habla hasta de intimidación a la pequeña ínsula del Pacífico de Tuvalu, que ajustó sintonía con el llamado mundo en desarrollo y lideró el reclamo de la gran mayoría golpeada por un calentamiento global que no provocó. En un intercambio con organizaciones no gubernamentales, representantes del Grupo de los 77 (G-77) denunciaron que la meta de limitar el alza de la temperatura a dos grados, como quieren los países desarrollados, significa la muerte de África y de los estados insulares. Entre otros objetivos, el G-77 instó a reducciones radicales de las emisiones de CO2 de las potencias desarrolladas a 52 por ciento para 2017 y así sucesivamente hasta un posible 100 por ciento para 2030. También abogó por una propuesta financiera de 10 mil millones de dólares anuales, algo definido como una miseria similar al Plan Marshall de Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial. Durante el fin de semana, más de 150 mil personas se unieron en la mayor demostración sobre el clima jamás vista, con escenarios repetidos en diversas ciudades de todas las latitudes, donde se realizaron alrededor de tres mil vigilias que demandaron justicia climática mediante un trato real. En Copenhague fueron detenidos unos mil 200 manifestantes, en medio de una actuación policial considerada extrema en respuesta a algunos desórdenes menores muy criticada, pues las protestas eran abrumadoramente pacíficas y positivas, comentaron testigos entre los moradores de la ciudad. Un juicio se generalizó, la AOSIS se creció con el mundo entero y se pronunció por un acuerdo real y justo, mientras las naciones poderosas 11 fallaron en el intento de liderar el vital proceso para frenar la destrucción del planeta. Ahora, a nivel ministerial, tienen otra oportunidad con la preparación del tope definitivo de los jefes de Estado y/o gobierno el próximo fin de semana. Empero, mientras más se politizan las negociaciones, mayor se perfila la brecha que separa a los dos desequilibrados polos presentes en la XV Conferencia de las Naciones Unidas sobre cambio climático. Copenhague, 15 de diciembre de 2009. 12