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Obesidad y dieta mediterránea
Basándose sobre fuentes primarias y secundarias, se presenta el estado de situación
de la obesidad y su relación con la dieta mediterránea.
Existe correlación positiva entre la obesidad y el desarrollo de enfermedades
cardiovasculares, diabetes melitus 2 y cáncer, entre otras. Ello ha motivado su
clasificación como epidemia y ser considerada una enfermedad crónica no
transmisible por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Múltiples estudios coinciden en establecer una relación inversa entre la obesidad y la
adopción de la dieta mediterránea, razón por la que la OMS promueve la adopción
de políticas públicas asociadas a este patrón alimentario.
I. ¿Qué es la Obesidad?
La obesidad es definida por la OMS como “una acumulación anormal o excesiva de
tejido adiposo, a un nivel que deteriora la salud”1. Según una estimación del año
2010 de dicha organización, aproximadamente 500 millones de adultos padecían de
obesidad y alrededor de 43 millones de niños menores de cinco años tenían
sobrepeso2. En este contexto, la OMS ha considerado la obesidad como la epidemia
del siglo XXI y una de las mayores amenazas para la salud pública en los países
desarrollados o en vías de desarrollo3.
Una ingesta energética persistente superior al gasto, produce un excedente
energético que se acumula en forma de grasa corporal y -en el tiempo- produce
sustancias perjudiciales para la salud4. El estado de obesidad se determina en
función del Índice de Masa Corporal (IMC) 5. Un valor mayor que 30 kg/m2 se
considera obesidad, según estándares mundiales para adultos. Los malos hábitos de
alimentación suelen ser consecuencia de cambios ambientales y sociales asociados
al desarrollo y a la falta de políticas de apoyo en sectores relacionados con la salud,
la disponibilidad de alimentos y la educación6.
“Obesidad y sobrepeso”. Nota descriptiva N° 311. Marzo de 2011. Disponible en: http://bcn.cl/2mks
(Octubre 2011).
2
OMS. Centro de prensa. “Sobrepeso y Obesidad”, Nota descriptiva N° 311. Marzo 2011. Disponible en:
http://bcn.cl/2mkt (Octubre 2011).
3
Organización Mundial de la Salud. “Dieta, “Nutrición y prevención de enfermedades crónicas”. Informe
de una consulta mixta de expertos OMS/FAO. Serie de Informes Técnicos 916. Ginebra, 2003.OMS 2003.
Disponible en: http://bcn.cl/2mku (Octubre 2011).
4
VALENZUELA B., Andrea; ARTEAGA LL., Antonio y ROZOWSKI N., Jaime. Rol de la dieta mediterránea
en la prevalencia del síndrome metabólico. Revista Chilena de Nutrición [en línea] 2007, vol. 34 [citado
2011-10-05]. Disponible en: http://bcn.cl/2mkv (Octubre 2011).
5
El IMC se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos, por el cuadrado de su talla en metros
(unidades en Kg/m2). (N. del A.)
6
Vio D, Fernando. “The Prevention of Obesity in Chile”. Rev. chil. nutr. 2005, vol.32, n.2 pp. 80-87.
Disponible en: http://bcn.cl/2mkw (Octubre 2011).
1
Biblioteca del Congreso Nacional. Contacto: Rafael Torres M., Asesoría Técnica Parlamentaria.
[email protected], anexo 3912 (Valparaíso) y 1869 (Santiago). Equipo de trabajo: Luz Lobos F. y Edith
Montenegro V. Universidad de Chile
2
II. Consecuencias de la obesidad
El incremento del IMC es proporcional al aumento de mortalidad por patologías
cardiovasculares, diabetes y otras7. En la actualidad se acepta que la obesidad es
una enfermedad crónica que requiere un tratamiento médico a largo plazo para
alcanzar una reducción de peso mantenida y reducir la morbilidad y mortalidad
asociadas8. El aumento del IMC también se relaciona con trastornos del aparato
locomotor. Los niños obesos sufren dificultad respiratoria, mayor riesgo de fracturas
e hipertensión, y presentan marcadores tempranos de enfermedad cardiovascular,
resistencia a la insulina y efectos psicológicos. Además de lo anterior, tendrán una
mayor probabilidad de muerte prematura, discapacidad y obesidad en la adultez9 10.
III.
Alimentación y dieta mediterránea
Según la OMS, existe evidencia significativa de una relación inversa entre la
obesidad y la ingesta elevada de fibra alimentaria, cuya fuente principal se
encuentra en las frutas y las verduras, alimentos presentes dentro del patrón de la
dieta mediterránea11. Su ingesta está asociada con menor incidencia de patologías
cardiovasculares y cáncer, mayor longevidad y mejor calidad de vida12 13.
La dieta mediterránea tradicional se caracteriza por la abundancia de vegetales; el
aceite de oliva como fuente principal de grasa; un consumo moderado de pescado,
mariscos, aves de corral, productos lácteos (yogur, quesos) y huevos; el consumo
bajo de carnes rojas y aportes diarios de vino consumido generalmente junto con
las comidas14 15 16. Presenta un bajo aporte de grasas saturadas, alta en grasas
monoinsaturadas, balanceada en ácidos grasos poliinsaturados17, baja en proteínas
de origen animal y rica en antioxidantes y en fibra. La evidencia epidemiológica,
confirma la dieta mediterránea como un patrón de consumo saludable18 19.
Op.Cit. “Dieta, “Nutrición y prevención de enfermedades crónicas”.
“La obesidad como enfermedad crónica: una visión general”. Disponible en: http://bcn.cl/2mkr
(Octubre 2011).
9
Op.Cit. “Sobrepeso y Obesidad”.
10
Op.Cit. “Dieta, “Nutrición y prevención de enfermedades crónicas”.
11
Ibid.
12
Simopoulos AP. The Mediterranean diets: “What is so special about the diet of Greece? The scientific
evidence”. J Nutr 2001; 131: 3065S-73S. Disponible en: http://bcn.cl/2mkq (Octubre 2011).
13
Knoops KT, De Groot LC, Kromhout D, y otros. Mediterranean diet, lifestyle factors, and 10-year
mortality in elderly european men and women: The HALE proyect. JAMA 2004; 292: 1433-9. Disponible
en: http://bcn.cl/2mkp (Octubre 2011).
14
“Dieta Mediterránea y la Unesco”. Disponible en: http://bcn.cl/2mkm (Octubre 2011).
15
Op.Cit. “What is so special about the diet of Greece? The scientific evidence”.
16
Op.Cit. “Mediterranean diet, lifestyle factors, and 10-year mortality in elderly european men and
women: The HALE proyect”.
17
Las grasas saturadas sólo presentan enlaces simples en su estructura molecular, las insaturadas –en
cambio- presentan uno (mono insaturadas) o varios (poliinsaturadas) dobles enlaces. Las grasas
insaturadas son un factor que contribuye a bajar el colesterol en la sangre. Grasas. Medline Plus.
Disponible en: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/002468.htm.
18
Op.Cit. “Rol de la dieta mediterránea en la prevalencia del síndrome metabólico”.
19
Op. Cit. “Dieta Mediterránea y la Unesco”.
7
8
3
IV.
Evidencia de los beneficios de la dieta mediterránea
La dieta mediterránea es uno de los patrones alimentarios más conocidos y
estudiados, asociado con beneficios para la salud humana20. Su ingesta está
asociada a la disminución de triglicéridos, presión sistólica y diastólica, glucosa,
aumento de los niveles de colesterol HDL, prevención y control de la diabetes tipo 2
y la obesidad abdominal. El tejido adiposo es importante en el metabolismo de los
lípidos y la glucosa y en la producción de mediadores bioquímicos relacionados con
dicho síndrome21,22,23. Cabe señalar que la adopción de la dieta mediterránea es
altamente costo-efectiva para la prevención primaria y secundaria del síndrome
metabólico y sus componentes individuales24 25.
Entre los posibles mecanismos fisiológicos subyacentes a la dieta mediterránea,
podrían incluirse el efecto de su alto contenido en fibra y la relativamente baja
densidad energética de la dieta sobre la saciedad26.
V. Políticas públicas y dieta mediterránea
El 16 de noviembre del año 2010, el comité intergubernamental de la UNESCO,
acordó inscribir la dieta mediterránea en la lista representativa del patrimonio
cultural inmaterial de la humanidad, considerándola un patrimonio cultural inmenso
y milenario, evolutivo, dinámico y vital27.
Dado que uno de los pilares de esta dieta es el consumo de frutas y verduras, la
OMS ha respaldado estrategias gubernamentales como el movimiento “5 al día”,
iniciativa que comenzó a funcionar en Estados Unidos en el año 1989 y se extendió
en Europa a diferentes países durante el año 1995. El Programa Chile se incorporó
como una estrategia de promoción de la salud que se inició el año 2004 e incluye
una serie de acciones tendientes a promover el consumo de verduras y frutas en al
menos cinco porciones al día y de diferentes colores, acción que ha tenido gran
impacto en el conocimiento de la necesidad de consumir estos alimentos en la
población28 .
Hu FB, Willett WC. “Optimal diets for prevention of coronary heart disease”. JAMA 2002; 288:2569 –
78. Disponible en: http://bcn.cl/2mky (Octubre 2011).
21
Ibid.
22
Giugliano D, Esposito K. “Mediterranean diet and metabolic diseases”. Curr Opin Lipidol 2008;19:63–
8. Disponible en: http://bcn.cl/2mkx (Octubre 2011).
23
Kastorini, C., Milinois H., Espocit,o K. , “The Effect of Mediterranean Diet on Metabolic Syndrome and
its Components. A Meta-Analysis of 50 Studies and 534,906 Individuals”. J ACC. Vol 57. Nº11. 2011.
Disponible en: http://bcn.cl/2mkn (Octubre 2011).
24
Ibid.
25
“La ATP III (Adult Treatment Panel III) define el síndrome metabólico (SM) como un conjunto de
factores de riesgo interrelacionados, de origen metabólico, que parecen directamente promover el
desarrollo de enfermedad cardiovascular ateroesclerótica”. Síndrome Metabólico” Disponible en:
http://bcn.cl/2ngc (Octubre 2011).
26
Op.Cit. “The Effect of Mediterranean Diet on Metabolic Syndrome and its Components. A Meta-Analysis
of 50 Studies and 534,906 Individuals”
27
“La Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO se enriquece con 46 nuevos
elementos.” Disponible en: http://bcn.cl/2mko (Octubre 2011).
28
Ibid
20