Download h.s. amar es reparar - Hora Santa de Reparación de los Sagrados
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AMAR ES REPARAR OFRECIMIENTO TODOS DE RODILLAS: DIRECTOR: Señor mío Jesucristo, que por amor a los hombres estás día y noche en este sacramento lleno de piedad y de amor, llamando y recibiendo a todos los que vienen a Ti. Te damos gracias por habernos llamado a tu presencia para estar esta hora junto a Ti. Te damos gracias por habernos dado por madre espiritual a tu propia Madre. Adoramos tu divino Corazón de donde proceden tus amorosos dones. TODOS: Te adoramos Jesús. Sálvanos. DIRECTOR: Derrama, Señor, tu Espíritu, sobre quienes adoramos y proclamamos la presencia de tu Hijo en el misterio de nuestra fe. TODOS: Gloria y alabanza a Ti, Santísima Trinidad, único y eterno Dios. Te adoramos profundamente y te ofrecemos el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación de todos los sacrilegios e indiferencias con que eres ofendido, y por los méritos infinitos de tu Sagrado Corazón, te pedimos la conversión de los alejados, de los indiferentes y de los infieles. LECTOR 1: El acto o hecho de hacer enmienda. Implica la intención de restaurar las cosas a su condición de normalidad y pureza, a como estaban antes de que algo malo fuese hecho. Se aplica generalmente a recompensar por las pérdidas sufridas o los daños causados por una mala acción moral. Con respecto a Dios, significa recompensar con mayor amor por el fracaso en el amor a causa del pecado; significa restaurar lo que fue injustamente tomado y compensar con generosidad por el egoísmo que causo la injuria. En el Antiguo Testamento se habla de reparar la Casa de Dios, el Templo. Cristo vino para restaurar los daños del pecado en la casa de Dios que es su pueblo vivo. Él se ofreció en reparación por todos nuestros pecados en la Cruz. Razón de reparar si ya Jesús ha reparado perfectamente entregándose en la cruz por nuestros pecados. Ejemplo de los santos Los santos saben que hay una imperiosa necesidad de interceder y reparar las ofensas y sacrilegios que tanto ofenden al Señor. San Pablo: Ahora me alegro por los padecimientos que soporto por vosotros, y completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia, (Colosenses 1,24) Conocerle a él, el poder de su resurrección y la comunión en sus padecimientos hasta hacerme semejante a él en su muerte, (Filipenses 3,10) La entrega de Cristo es perfectamente meritoria pero hay que recordar que nosotros somos el cuerpo de Cristo y como tal hemos de entrar en su sacrificio. Si no reparamos con Cristo no somos cuerpo suyo. 1 También vosotros, cual piedras vivas, entrad en la construcción de un edificio espiritual, para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, aceptos a Dios por mediación de Jesucristo. (I Pedro 2,5) LECTOR 2: San Francisco El Señor lo llamo a reparar la Iglesia que está en ruinas. Él nos enseña, en su oración por la paz, a reparar poniendo el bien donde hay mal. La Hermana Marie de Saint-Pierre recibe el siguiente mensaje del Señor: "La tierra está cubierta de crímenes. La violación de los tres primeros Mandamientos de Dios ha irritado a mi Padre. El Santo Nombre de Dios es blasfemado y el Día Santo del Señor profanado, lo que colma la medida de iniquidades. Estos pecados se han elevado hasta el Trono de Dios y provocado Su ira, la que pronto se desatará si Su justicia no es apaciguada. En ninguna época estos crímenes llegaron a tal magnitud." Esto era advertido hace 165 años atrás. Con anterioridad se le había presentado el Señor a la monja diciéndole que las continuas blasfemias, que hasta los niños proferían, herían profundamente su Divino Corazón. La blasfemia es una flecha envenenada que hiere Su Divino Corazón. TODOS DE RODILLAS: Oración de la Flecha Dorada: "Que el Santísimo, Sacratísimo, Adorabilísimo, Misteriosísimo e Inefable Nombre de Dios sea alabado, bendecido, amado, adorado y glorificado, en el Cielo, en la tierra y bajo la tierra, por todas las criaturas de Dios, y por el Sagrado Corazón de nuestro Señor y Salvador Jesucristo en el Santísimo Sacramento del altar”. Padre nuestro, Ave María, Gloria. Amén. LECTOR 2: También a la Hermana Marie de Saint-Pierre le fue pedido comuniones de reparación por la profanación del domingo (pecado contra el tercer Mandamiento). En el siglo pasado, hacia los años 30 el Señor se manifiesta a Santa Faustina Kowalska. Se trata de las apariciones y conocida devoción de la Divina Misericordia. También habla en ellas del castigo que exige su justicia ante los tantos y graves pecados del mundo, y da a los a los hombres la posibilidad de evitarlos mediante la confianza que se ponga en su Divina Misericordia y la misericordia que se practique sobre los demás. Además, el Señor le enseña a la santa la oración de la Coronilla de la Divina Misericordia en la que se ofrece al Padre el sacrificio del Hijo, en términos eucarísticos, como propiciación por los pecados propios y de todo el mundo. LECTOR 3: Santa Margarita María Alacoque recibe del Señor revelaciones de su Sagrado Corazón, y el 16 de Junio de 1675 le da el siguiente mensaje: 2 "Mira este Corazón que tanto ama a los hombres y que nada ha dejado para sí, hasta llegar aún a consumirse y agotarse Él mismo, para dar testimonio de su amor. Y, como pago, he recibido mayormente solo ingratitud, por sus irreverencias y sacrilegios, y por la frialdad y desprecio que manifiestan hacia Mí en el Sacramento de Amor (el Santísimo Sacramento). Y lo que es más penoso para Mí es que ellos son corazones consagrados a Mí". Nuestro Señor pide reparación y promete grandes gracias para aquellos que practiquen la devoción a su Sagrado Corazón. También la reparación es un llamado a la santidad, puesto que seremos verdaderos intercesores y reparadores en la medida en que más santa y pura sea nuestra vida, a imagen del gran Intercesor, Jesucristo, y de su Santísima Madre. Almas víctimas reparadoras han sido en estos últimos tiempos las místicas Sor Josefa Menéndez, Teresa Neumann, Marthe Robin y la Beata Alexandrinha da Costa. LECTOR 4: La Virgen María: En Lourdes, en 1858, Nuestra Señora advirtió a la humanidad que tenía que hacer penitencia. La Virgen en Fátima, les pidió a los niños videntes una intensa vida de reparación por los pecadores. Ellos respondieron heroicamente (Beatos Francisco y Jacinta). Antes que apareciese la Santísima Virgen en Fátima, el ángel de la Paz se les presentó a los tres pastorcitos enseñándoles a reparar por los atroces crímenes cometidos contra Dios y también a interceder por los pobres pecadores; y ambas, reparación e intercesión, fueron hechas ante el Santísimo Sacramento. Ocho años más tarde a Sor Lucía el Niño Jesús le mostraría el Corazón Inmaculado de su Madre y se le revelaría la devoción de los cinco primeros sábados en reparación por las injurias cometidas con el Inmaculado Corazón. El 19 de Septiembre de 1846, aparecía la Santísima Virgen a los niños pastores Maxim y Melanie en La Salette, Francia, adviertendoles sobre la profanación del Día del Señor y el crimen de blasfemia. Es decir los pecados contra el segundo y el tercer Mandamiento. Dijo la Virgen: "Si mi pueblo no vuelve a Dios por la penitencia, me veré forzada a dejar caer la Mano de mi Hijo, que ahora está tan pesada que escasamente logro mantenerla por mucho tiempo." LECTOR 5: En los años 50, el Cielo nuevamente hace revelaciones a una religiosa, la Venerable Madre María Elena Aiello, nacida en 1895 y fallecida en 1961. Sus revelaciones están aprobadas por la Iglesia y su causa de beatificación está avanzada. El 8 de Diciembre de 1956 se le aparece la Virgen triste llorando y le dice: "La gente está ofendiendo demasiado a Dios. " "Este gran manto que tú ves, es la expresión de mi misericordia para cubrir a los pecadores y salvarlos. Los hombres, en cambio, se cubren ellos mismos con más inmundicia todavía y no 3 quieren confesar sus faltas. Por ello, la justicia de Dios pasará sobre el mundo pecador para purificar la humanidad de tantos pecados abiertamente cometidos, y ocultos, especialmente esos que corrompen a la juventud! "Para salvar a las almas, deseo que sea propagado en el mundo la consagración al Corazón Inmaculado de María, Mediadora de los hombres unido a la Misericordia de Dios y a la Reina del Universo. "Una vez más, el mundo se verá afligido de una gran calamidad, con revoluciones sangrientas, con grandes terremotos, con hambrunas, con epidemias, con terribles huracanes, con inundaciones de ríos y mares. Pero, si los hombres no vuelven a Dios, fuego purificador caerá de los cielos, como tormentas de nieve; sobre esas gentes, y una gran parte de la humanidad será destruida. "Los hombres ya no hablan de acuerdo al verdadero espíritu del Evangelio. La inmoralidad de este tiempo ha llegado a un pico. Pero, los hombres no escuchan mis advertencias maternales, por eso el mundo debe ser pronto purificado." Luego profetiza guerras y momentos de gran tribulación para la Iglesia y el mundo. "El único medio valido para aplacar la Justicia Divina es orar y hacer penitencia, volviendo a Dios con dolor sincero por las faltas cometidas, y entonces el castigo de la Divina Justicia será mitigado por misericordia. La humanidad nunca encontrará paz si no regresa a mi Inmaculado Corazón como Madre de Misericordia y Mediadora de los hombres, y al Corazón de mi Hijo Jesús". TODOS DE RODILLAS: ACTO DE CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARIA (Papa Pío XII) ¡Oh Reina del Santísimo Rosario, auxilio de los cristianos, refugio del género humano, vencedora de todas las batallas de Dios! Ante vuestro Trono nos postramos suplicantes, seguros de impetrar misericordia y de alcanzar gracia y oportuno auxilio y defensa en las presentes calamidades, no por nuestros méritos, de los que no presumimos, sino únicamente por la inmensa bondad de vuestro maternal Corazón. En esta hora trágica de la historia humana, a Vos, a vuestro Inmaculado Corazón, nos entregamos y nos consagramos, no sólo en unión con la Santa Iglesia, cuerpo místico de vuestro Hijo Jesús, que sufre y sangra en tantas partes y de tantos modos atribulada, sino también con todo el Mundo dilacerado por atroces discordias, abrasado en un incendio de odio, víctima de sus propias iniquidades. Que os conmuevan tantas ruinas materiales y morales, tantos dolores, tantas angustias de padres y madres, de esposos, de hermanos, de niños inocentes; tantas vidas cortadas en flor, tantos cuerpos despedazados en la horrenda carnicería, tantas almas torturadas y agonizantes, tantas en peligro de perderse eternamente. Vos, oh Madre de misericordia, impetradnos de Dios la paz; y, ante todo, las gracias que pueden convertir en un momento los humanos corazones, las gracias que preparan, concilian y aseguran la paz. Reina de la paz, rogad por nosotros y dad al mundo en guerra la paz por que suspiran los 4 pueblos, la paz en la verdad, en la justicia, en la caridad de Cristo. Dadle la paz de las armas y la paz de las almas, para que en la tranquilidad del orden se dilate el reino de Dios. Conceded vuestra protección a los infieles y a cuantos yacen aún en las sombras de la muerte; concédeles la paz y haced que brille para ellos el sol de la verdad y puedan repetir con nosotros ante el único Salvador del mundo: Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad. Dad la paz a los pueblos separados por el error o la discordia, especialmente a aquellos que os profesan singular devoción y en los cuales no había casa donde no se hallase honrada vuestra venerada imagen (hoy quizá oculta y retirada para mejores tiempos), y haced que retornen al único redil de Cristo bajo el único verdadero Pastor. Obtened paz y libertad completa para la Iglesia Santa de Dios; contened el diluvio inundante del neopaganismo, fomentad en los fieles el amor a la pureza, la práctica de la vida cristiana y del celo apostólico, a fin de que aumente en méritos y en número el pueblo de los que sirven a Dios. Finalmente, así como fueron consagrados al Corazón de vuestro Hijo Jesús la Iglesia y todo el género humano, para que, puestas en El todas las esperanzas, fuese para ellos señal y prenda de victoria y de salvación; de igual manera, oh Madre nuestra y Reina del Mundo, también nos consagramos para siempre a Vos, a vuestro Inmaculado Corazón, para que vuestro amor y patrocinio aceleren el triunfo del Reino de Dios, y todas las gentes, pacificadas entre sí y con Dios, os proclamen bienaventurada y entonen con Vos, de un extremo a Otro de la tierra, el eterno Magníficat de gloria, de amor, de reconocimiento al Corazón de Jesús, en sólo el cual pueden hallar la Verdad, la Vida y la Paz. ACTO DE REPARACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARIA ¡Oh Inmaculado Corazón de María, traspasado de dolor por las injurias con que los pecadores ultrajan vuestro Santísimo nombre y vuestras excelsas prerrogativas! Aquí tenéis, postrado a vuestros pies, un indigno hijo vuestro que, agobiado por el peso de sus propias culpas, viene arrepentido y lloroso, y con ánimo de resarcir las injurias que, a modo de penetrantes flechas, dirigen contra Vos hombres insolentes y malvados. Deseo reparar, con este acto de amor y rendimiento que hago delante de vuestro amantísimo Corazón, todas las blasfemias que se lanzan contra vuestro augusto nombre, todos los agravios que se infieren a vuestras excelsas prerrogativas y todas las ingratitudes con que los hombres corresponden a vuestro maternal amor e inagotable misericordia. Aceptad, ¡oh Corazón Inmaculado!, esta pequeña demostración de mi filial cariño y justo reconocimiento, junto con el firme propósito que hago de seros fiel en adelante, de salir por vuestra honra cuando la vea ultrajada y de propagar vuestro culto y vuestras glorias. Concededme, ¡oh Corazón amabilísimo!, que viva y crezca incesantemente en vuestro santo amor, hasta verlo consumado en la gloria. Corazón de María, menospreciado por los hombres. ¡Oh Corazón Inmaculado de María, compadécete de nosotros! Refugio de pecadores, ruega por nosotros. 5 ¡Oh dulce Corazón de María, sed la salvación mía! Ave María, Padre nuestro, Gloria. Amén. La situación hoy es mucho peor que en los tiempos antiguos. Basta pensar en los abortos legalizados, en las experimentaciones con células embrionarias, en la degeneración de las costumbres, el diluvio de inmoralidad que se propaga por televisión y otros medios, la moda altamente ofensiva a Dios, la corrupción de la juventud, los ataques a todo lo que es santo, el satanismo abierto y publicitado, los sacrilegios que a diario se comenten, el uso de anticonceptivos y abortivos, todos los sacrilegios, profanaciones, pecados contra el Primer Mandamiento, la absoluta falta de conciencia de pecado y el desafío a la Ley de Dios y la falta de fe en la Iglesia en medio de un mundo de Apostasía, etc. Por tanto, la necesidad de reparación es más grande que nunca. Pero, no sólo de reparación sino de intercesión. También la reparación es un llamado a la santidad, puesto que seremos verdaderos intercesores y reparadores en la medida en que más santa y pura sea nuestra vida, a imagen del gran Intercesor, Jesucristo, y de su Santísima Madre. LECTOR 6: JESÚS NOS HABLA: Tú que te encuentras aquí, me eres particularmente muy querido… Eres alma enamorada y compasiva que me sabes a miel y a néctar de las más exquisitas flores… Yo me encontraba en la hora más horrenda y angustiosa de mi Pasión… Te veía en las sombras del Huerto de Getsemaní, tal como estas ahora demostrándome tu amor. Tú me mas, más, mucho más, que otros de tus hermanos; por esto, tienes un derecho mucho más grande de mi confianza… ¡Te amo tanto, por compartir mis tedios, los abandonos y las torturas de mi Corazón agonizante en esta visita! ¡Siento un gran consuelo al ver que no se ha perdido en el vacío, la súplica que le hice a mi esposa Margarita María, cuando le pedí esta hora de intimidad amorosa, en favor de mi reinado y por la conversión de los desdichados pecadores! Haz siempre está guardia de honor y desagravio… ¡Ámame!... Vela conmigo… Labra mi triunfo en la Hora Santa, haciéndome siempre con fervor de caridad y sacrificio… No me abandones en las horas de las tentaciones; en esos momentos tan amargos en que he apurado el cáliz de mi Pasión. No voy a llamar a las legiones de ángeles que están siempre a mi servicio… ¡NO!... Quiero llorar contigo que eres mi redimido, sostenido por los brazos de mis amigos fieles. Mi Corazón está herido; está llorando el Corazón agonizante de tu Hermano Primigenio que muere nuevamente por tu amor; soy tu herencia que jamás te será arrebatada. ¡Cómo se siente aliviado mi Sagrado Corazón, con éste desagravio que ahora me haces! Ven siempre sin demora; vuela hacia mi altar y prométeme el gran consuelo de una Comunión reparadora, frecuentemente. 6 ¡Siempre ansío esta hora! ¡Hora venturosa de tu visita, en la que Dios recobra su heredad, al precio su Sangre! Yo te bendigo porque tuve hambre y tú dejando el reposo, viniste a partirme el pan de la caridad; te considero mío, porque tuve sed y me diste compasión y lágrimas; Yo te abrazo sobre mi pecho lastimado, porque estuve triste en la soledad de la prisión y me hiciste deliciosa compañía. En verdad te digo, que tu nombre ya está escrito para siempre con letras de fuego y sangre en lo más profundo de mi corazón enamorado. Descansa en él, como yo descanso ahora en el tuyo… Hijo preferido de mi amor. DIRECTOR: Gracias por esta Hora en que nos has permitido adorarte y desagraviarte por todas las ofensas que has recibido. Ven, Señor; ven y entra en nuestros corazones para que ardan con el fuego de tu amor y sean solo tuyos. Venga sobre nosotros tu reino de justicia, de amor, de paz y que la tierra se llene de tu gloria. Que toda la tierra te rienda homenaje de adoración y de acción de gracias por tu inmenso poder, por tu grandeza y por tu bondad infinita. Amén. Fuentes: José Luis Lazcano Espinoza “Cuarenta visitas a Jesús Sacramentado” P. Justo Antonio Lofeudo “Reparación” corazones.org P.J Jesús Ceja Álvarez “Hora Santas de Adoración a Jesús Sacramentado 2” Sacerdote: Luis González Tostado “Alabemos a Jesucristo y a la Virgen María” 7