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¿Algo nuevo bajo el sol? Revuelo han causado las afirmaciones del Papa Francisco sobre la economía, en su exhortación apostólica Evangelii Gaudium1. Las críticas provenientes en general de los sectores liberales pretenden ver en sus declaraciones un claro sesgo marxista. Rush Limbaugh, conocido locutor estadounidense y una de las estrellas mediáticas del "Tea Party" afirmó: “Lo que dice el Papa es puro marxismo. Es triste ver cuán equivocado está el papa Francisco (…). Es triste porque este Papa deja ver muy claro que no sabe de lo que habla cuando se trata del capitalismo, socialismo, y así sucesivamente (…). "Lo que vemos aquí, es que alguien ha escrito esto por él o lo ha influenciado. Es puro marxismo lo que sale de la boca del Papa (...). No soy católico, pero conozco lo suficiente como para saber que habría sido inconcebible que un Papa creyera o dijera esto hace tan sólo unos años". Greg Mankiw, un profesor de Harvard en su blog (30 de noviembre) criticaba la retórica papal, especialmente al utilizar el término “teoría del derrame” (trickle-down”), pues según este profesor esta expresión tiene un sentido peyorativo utilizado por la izquierda contra la economía de libre mercado. Ante dichas críticas el padre Lombardi El director de la Oficina de Prensa del Vaticano, aclaró a los periodistas que la Evangelii Gaudium “debe ser leída y comprendida en su naturaleza”, es decir, no es un texto de economía. Durante una conferencia de prensa (4 de diciembre), un periodista preguntó sobre una presunta relación entre la exhortación y el marxismo. El padre Lombardi desestimó este vínculo, agregando que solo responde “a las preguntas que merecen la pena tomar en serio”. Más moderada es la crítica de Samuel Gregg, director de investigación del Acton Institute quien afirma que “una serie de afirmaciones de este documento y algunos de los supuestos que subyacen a esas declaraciones son bastante cuestionables”. Otro economista del Cato Institute, Daniel J. Mitchell, declara a La Tercera: “Yo no soy un experto en teología papal, así que no sé si es correcto decir que estoy sorprendido (con su exhortación apostólica). Sin embargo, puedo decir que se equivoca sobre el capitalismo”. En otra entrevista a la BBC expresa: “Si el tema es el capitalismo, basta ver su propio continente. Tenemos a Chile con un sistema de libre mercado arriba, tenemos a su país, Argentina, con una economía mixta más abajo y 1 En nuestro país dicha exhortación, al igual que muchos otros documentos, ha pasado prácticamente sin pena ni gloria. después tenemos a Venezuela con una economía controlada por el gobierno, que es un desastre económico. Entonces está equivocado con el capitalismo”. Llama la atención que algunos sectores liberales rasguen vestiduras por las palabras del pontífice, considerando que él sólo reitera, con un lenguaje más “coloquial” y estilo diferente, lo que sus predecesores ya han expresado en estas materias. O sea nihil novum sub sole. Pero como lo que gratis se afirma gratis se niega, examinemos brevemente las expresiones más “controvertidas”: 1) Crítica a la teoría del chorreo: “En este contexto, algunos todavía defienden las teorías del «derrame», que suponen que todo crecimiento económico, favorecido por la libertad de mercado, logra provocar por sí mismo mayor equidad e inclusión social en el mundo. Esta opinión, que jamás ha sido confirmada por los hechos, expresa una confianza burda e ingenua en la bondad de quienes detentan el poder económico y en los mecanismos sacralizados del sistema económico imperante. Mientras tanto, los excluidos siguen esperando” (N° 54). Recordemos el discurso de Juan Pablo II en nuestro país, (Cepal 1987): “los pobres no pueden esperar! Los que nada tienen no pueden aguardar el alivio que les llegue por una especie de rebalse de la prosperidad generalizada de la sociedad”. 2) Crítica a una “economía de la exclusión” e inequidad: “Así como el mandamiento de «no matar» pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir «no a una economía de la exclusión y la inequidad». Esa economía mata” (53). Esta crítica proviene (sólo que expresada de manera diferente), desde León XIII (Rerum novarum, 1891) en adelante; 3) El Papa crítica también la exacerbación del consumo: “Los mecanismos de la economía actual promueven una exacerbación del consumo, pero resulta que el consumismo desenfrenado unido a la inequidad es doblemente dañino del tejido social” (N° 60). Desde Juan Pablo II la DSI viene denunciando permanentemente y en múltiples ocasiones este flagelo: Cito una de las tantas alusiones del Papa a propósito de la Navidad: “La simplicidad del pesebre contrasta con esa imagen de la Navidad que proponen de modo insistente los mensajes publicitarios. También la bonita tradición de intercambiarse, entre familiares y amigos, regalos con motivos de la Navidad corre el riesgo de perder su auténtico sentido navideño en medio de esa mentalidad consumista” (Angelus, 2002); 4) Que decir de la crítica a la idolatría del dinero (N° 55). Ella se encuentra tanto en el Antiguo (Ex, 32, 1-35), como en el Nuevo Testamento (Mateo, 6, 24). ¿Por qué tanto revuelo entonces? Se me ocurren dos posibilidades, entre otras: a) se desconoce el Magisterio social anterior a Francisco (y esto se aplica también a muchos católicos), y b) el Papa pone nuevamente el dedo en la llaga, al recordar algunas verdades incómodas que causan cierto escozor. Eugenio Yáñez Profesor Universidad Adolfo Ibáñez