El término de regulación macroprudencial se caracteriza por el enfoque en la regulación financiera dirigida para mitigar el riesgo del Sistema financiero como un todo (o “riesgo sistemático""). Tras la crisis financiera, a finales del decenio de 2000, hubo un creciente consenso entre los responsables políticos y los investigadores económicos acerca de la necesidad de reorientar el marco regulatorio hacia un perspectiva macroprudencial.