Prueba de detección del VIH
La Prueba de detección del VIH , desde el punto de vista del diagnóstico molecular, consiste en una prueba como ELISA o Western blot, en el que se inmovilizan en el gel proteínas específicas del virus (de la envuelta, la polimerasa, etc.), que interaccionarán con los anticuerpos que ha desarrollado un paciente enfermo que están presentes en la sangre.Este complejo proteína-anticuerpo es revelado mediante la adición de un anticuerpo unido a una enzima que produce una reacción colorimétrica. Esta prueba solo permite distinguir entre presencia o ausencia del virus (aunque, según el prospecto del propio test, ni siquiera permite eso), pero no el grado de virulencia, para lo que hay que realizar pruebas de carga viral mediante técnicas de PCR o RT-PCR que permitan cuantificar el nº de copias del virus por ml, mediante una amplificación específica de zonas concretas de su genoma.