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Unidad 1 • Antecedentes históricos ANTECEDENTES HISTÓRICOS HISTORIA Y SOCIEDAD. LA “POLIS” GRIEGA. SÓCRATES. PLATÓN. ARISTÓTELES. ROUSSEAU. HISTORIA Y SOCIEDAD. Los grupos humanos tienen una dimensión histórica. Una de las características de la realidad en general y, por tanto, de la realidad social, es la temporalidad, la historicidad, que constituye para nosotros, la base y supuesto de nuestra situación, presente en todas las formas de nuestra vida. El hombre está vinculado por la historia como lo está por la sociedad, a pesar de que, por otra parte, constituye la razón de ser una y otra. La historia se ofrece siempre como un producto humano, como una historia del hombre, un algo que el hombre posee y que además, de hacer y poseer, es capaz de narrar, descubrir, conocer y tomar postura frente a ello. Con relación a la historia, el ser humano exterioriza dos de sus cualidades esenciales: la libertad y la necesidad. La primera, en cuanto se despega de lo que acontece y proyecta lo que quiere hacer; la segunda, en cuanto se halla inmerso en un decurso histórico que determina sus propias posibilidades. Para modelar el futuro es necesario sujetarse a las limitaciones que impone el pasado. Hemos de admitir con Ortega, que nos encontramos como prisioneros de un contorno inexorable. El hombre es, pues, un ser histórico, un ser que tiene historia, aunque hay que entender que no es un ser exclusivamente histórico –como pretendía Croce- ya que, además de historia es biografía, y la historia es humanidad, producto humano. De ahí precisamente su importancia para el conocimiento de la propia naturaleza del hombre y de la vida social del mismo, porque la sociedad sólo es sociedad históricamente: intrínsecamente es algo pretérito, que viene de un pasado y “lo que solemos llamar sociedad es una abstracción – legítima desde el punto de vista metódico- operada mediante una sección en la continuidad histórica de la realidad social”. ESTRUCTURA DE LA “POLIS” GRIEGA. La organización político-social típica en Grecia fue la “polis” que constituía un verdadero estado en miniatura (Estado-ciudad) completamente autónomo, como su fisonomía, su derecho, su personalidad y su vida propia. A) Dentro de la polis existían tres clases sociales distintas, política y jurídicamente: 1) Los ciudadanos: eran los miembros de la polis, o sea los únicos que podían tomar parte en la vida política. Era un privilegio que se adquiría por nacimiento de padre y made atenienses, si bien en casos excepcionales podía conquistarse y también perderse. 2) Los extranjeros residentes (“metecos”): eran libres (plenitud de derechos sociales), pero no podían tomar parte en la vida política de la polis (carencia de derechos políticos). 3) Los esclavos: carecían de derechos políticos y su situación social puede equipararse a la de las clases asalariadas de la actualidad. Existían en cantidad muy numerosa (aproximadamente una tercera parte de la población la integraban los esclavos). B) Las instituciones políticas vigentes en Atenas durante la plenitud de su régimen democrático (siglo V a. de C.) eran fundamentalmente tres: 1) La asamblea (Ecclesia): integrada por todos los ciudadanos mayores de 18 años; poseía poderes soberanos. 2) El Consejo de los Quinientos (Bulé): constituía la primera magistratura de la República (su estructura recuerda el sistema representativo de los parlamentos modernos). Era el órgano ejecutivo central del gobierno y tenía determinados poderes legislativos. 3) Los tribunales, considerados como “la clave de todo el sistema democrático” (Sabine). Sus miembros –jurados- eran nombrados por elección y sorteo. Eran 501. C) Sintetizando, afirma GLOTZ que “La democracia ateniense del siglo aparece como el ejercicio de la soberanía por ciudadanos libres e iguales bojo la égida de la ley, que protege a unos ciudadanos contra otros y defiende también los derechos de los individuos contra el poderío del Estado y los intereses del Estado contra los excesos del individualismo”. Estos ideales democráticos quedaron reflejados en un famoso discurso pronunciado por PERICLES ante las víctimas del Peloponeso (la llamada “Oración fúnebre de Peribles”), del que entresacamos los siguientes párrafos: “Nuestra Constitución se llama democrática, porque su fin es la utilidad del mayor número y no de una minoría; en los asuntos privados aseguramos la libertad ante la ley; en la vida pública, la consideración no se atribuye al nacimiento ni a la fortuna, sino únicamente al mérito, y no son las distinciones sociales, sino la competencia y el talento, los que conducen a la conquista de los honores; una igualdad comprendida de este modo, que deja campo abierto a la valía personal, no perjudica en nada a la libertad; consideramos al ciudadano ajeno a los asuntos políticos no como un amigo de la quietud, sino como un ser inúti l.” SÓCRATES. Nació en Atenas (470-399) y ha sido considerado como el “padrino de la filosofía occidental” (Catlin). Sólo se tienen de él noticias indirectas a través de su gran discípulo Platón, quien mezclando sus ideas con las del maestro nos presenta un Sócrates filósofo; - de Jenofonte, quien nos dibuja los rasgos humanos de Sócrates; - de Aristóteles, que nos describe al Sócrates mordaz e impetuoso. Como los sofistas, centra Sócrates todo sus interés en el hombre para conseguir una sólida educación moral: es el fundador de la ética especulativa basada en la máxima délfica de conocerse a sí mismo, Sócrates es el descubridor del alma y es quien distingue por primera vez las ideas de ser y deber ser, cuando elabora las normas éticas que deben regir la sociedad, cuya práctica se identifica con su conocimiento (virtual equivale a conocimiento). Es característico en Sócrates el deber rígido de la obediencia a las leyes, aunque éstas no respondan a la idea natural de justicia, deber que no fue violado por él ni en el momento mismo de su muerte. PLATÓN. 1) Nació en Atenas (428-348). Pertenecía a una familia noble, lo que le facilitó el camino para dedicarse a la política. De su maestro Sócrates heredó su afición a la filosofía. Platón vivió durante una época de franca decadencia del estado-ciudad: la disciplina y la moralidad clásica se habían relajado, la ciudad de Atenas había sido diezmada por la peste, Pericles había sido depuesto, Atenas vencida por Esparta en la guerra del Peloponeso, Sócrates asesinado con apariencias de legalidad… Por repugnancia, pues, se aleja de la vida pública y viaja por Cirene, Egipto, Sicilia e Italia meridional. Permanece en la corte de Dionisio de Siracusa, para terminar siendo vendido como esclavo por el propio tirano. En 388 fundó en los jardines dedicados al héroe Academo su escuela –“Academia”- que perduraría hasta la época de Justiniano (siglo VI). Interrumpiendo su labor docente, realiza Platón un segundo y tercer viaje a Siracusa, esperando influir en Dionisio II, pero sin éxito, Siguió su magisterio hasta su muerte († 348) en colaboración con su discípulo Aristóteles. Algunas de la obras de Platón han suscitado cuestiones acerca de su autenticidad. Sus primeros libros aparecen vinculados a Sócrates (Apología, Critón, Gorgias, Protágoras, etc.). Marcan una segunda etapa los diálogos escritos durante su época de madurez filosófica (Felón, Banquete, Fedro, República). Sus últimos libros fueron El Político, Critias y las Leyes. La obra de Platón es de una riqueza literaria extraordinaria. Desde el punto de vista político-social nos interesan fundamentalmente los tres diálogos: LA REPÚBLICA, EL POLÍTICO Y LAS LEYES. 2) “LA REPÚBLICA”: el Estado ideal y su estructuración. La República es una obra enciclopédica en la que se elaboran todos los aspectos o facetas del saber humano, pero que refleja constantemente la idea socrática que identifica la virtud con el conocimiento. De esta identificación deduce Platón que el sabio o filósofo es el único que tiene título para tener un poder decisivo en el gobierno. Las dos tesis fundamentales de la teoría político-social de Platón son: a) “El gobierno debe ser un arte basado en el conocimiento exacto” (Sabine). De ahí que Platón considerara la ignorancia y a l incompetencia de los políticos como el principal de los abusos que se cometían en las democracias. b) “La sociedad es una mutua satisfacción de necesidades por personas cuyas capacidades se complementan entre si” (Sabine). La sociedad se concibe, pues, como un sistema de servicios mutuos regulado por el principio de la división de trabajo y la especialización de tareas. En La República, Platón no aspira a describir un Estado existente en la realidad, sino que se mueve en el terreno del “deber se o de lo ideal”. 3) LA PROPIEDAD, LA FAMILIA Y LA EDUCACIÓN. Para conseguir la armonía perfecta de todos los seres humanos en la sociedad, de acuerdo con los principios enunciados, era necesario seguir dos caminos: eliminar los obstáculos que se oponen. A la primera necesidad responde la teoría comunista de Platón; a la segunda, su teoría pedagógica. a) La propiedad y la familia son, para Platón, los obstáculos que se oponen a la unidad del Estado y el semillero de todas las facciones y violencias que en el mismo se desarrollen en consecuencia, ambas instituciones deben ser abolidas. b) La República es además un tratado sobre educación. El concepto platónico de educación no se refiere a la simple asistencia de los niños a la escuela, sino que es mucho más amplio: tiene por misión preparar a los ciudadanos para conseguir la armonía política. El plan de enseñanza comprendía dos partes: la gimnasia para la preparación del cuerpo y la música para la del espíritu (música equivalía a todo lo relacionado con las “musas”, abarcaba todas las ramas de la cultura). Ambos principios se complementaban. 4) “EL POLÍTICO” Y “LAS LEYES” En estos diálogos, Platón abandona la actitud utópica y general que adoptó en su gran diálogo de La República, y se enfrenta con las realidades políticas y con la vida concreta; abandona el “paradigma celestial” para elaborar un Estado ideal “de segundo grado” que sea realizable, práctica o históricamente. Indudablemente que los fracasos obtenidos en Siracusa contribuyeron a la elaboración de estos últimos diálogos (Las Leyes principalmente ) que reflejan un gran desengaño. a) NECESIDAD DEL DERECHO: en La República, Platón había prescindido de la idea de derecho totalmente innecesaria y hasta perturbadora en una sociedad regida por filósofos, cuyos conocimientos son muy superiores a los que suponen las normas jurídicas. Pero ante la imposibilidad de encontrar al verdadero “filósofo-rey”, es necesario acudir a lo que pueda sustituirlo más ventajosamente, que es, en suma, el saber jurídico elaborado por la experiencia y cristalizado en las normas legales. b) EL ESTADO REAL: en El Político clasifica Platón seis formas de gobierno distinguiendo las tres sometidas a la ley de las tres corrupciones antijurídicas correspondientes: las primeras son la monarquía (gobierno de uno), la aristocracia (gobierno de pocos) y la democracia moderada (gobierno de todos). Cuando estas formas de gobierno se apartan de la ley, degeneran, respectivamente, en tiranía, oligarquía y democracia extremada (Aristóteles y Polibio adoptarán posteriormente esta clasificación). Sin embargo, estas formas simples no son estables, porque la estabilidad resulta de la armonía de fuerzas contrapuestas. De ahí que Platón, en Las Leyes, se decide por una forma mixta de gobierno que combine el principio monárquico de la sabiduría y el principio democrático de la igualdad. Veamos como concebía Platón la organización del Estado real perfecto: - Instituciones sociales: en cuanto a la propiedad privada, establece Platón que debe igualarse de un modo absoluto la propiedad de la tierra, de modo que todos posean un extensión análoga y en cuanto a la propiedad de bienes muebles, se limita su monto fijándose como máximo el que corresponde al valor de cuatro lotes de tierra. La familia se respeta, si bien se sujeta a un intervencionismo político. La educación, como en La República, sigue siendo una institución obligatoria, si bien debe regirse por un sistema de instituciones pedagógica. La religión también se institucionaliza, regulándose los ritos y condenando la incredulidad. - Instituciones políticas: Concibe Platón tres instituciones fundamentales: una asamblea general de ciudadanos, como facultades electivas; un consejo de 360 miembros (se nombran a doble número y eliminando a la mitad por sorteo) pertenecientes a una cuarta parte de ellos a cada una de las cuatro clases sociales que surgen según la cantidad de bienes muebles que se posean, y los magistrados, en número de treinta y siete, elegidos por triple elección (se nombran primero 300, luego se seleccionan 100 y finalmente 37). También habla Platón de una cuarta institución, el “consejo nocturno” –compuesto por diez magistrados o “guardianes de la ley” más antiguos, el director de educación y ciertos sacerdotes virtuosos- que se considera superior a la ley y viene a constituir un paralelo de “filósofo-rey” de La República. ARISTÓTELES. A) Nació en Estagira (384-322 a. de C.), colonia macedónica de Grecia. Su padre era el médico de la corte del rey de Macedonia y la formación científica influye notablemente en la actitud filosófica de Aristóteles. Ingresa en la Academia de Platón, donde permanece hasta la muerte del maestro. En 343 es preceptor de Alejandro y en 334 vuelve a Atenas donde fundó en un bosque consagrado a Apolo Licio y a las musas, su escuela (“Liceo”) que después recibiría el nombre de “peripatética”. Se inicia entonces el período más fecundo de su vida como maestro y como escritor. Muerto Alejandro en 323, se produjo en Atenas un movimiento antimacedónico, durante el cual se acusa a Aristóteles de impiedad, viéndose obligado a huir a Eubea, donde murió. Escribió Aristóteles dos clases de obras: 1) los esotéricas destinadas al gran público y de fino estilo literario, y 2) las acromáticas que tenían el carácter de notas o apuntes de cátedra, sobre materias especializadas. Distingue cuatro grupos de ciencias: 1) Las LÓGICAS, como el Organon. 2) Las TEÓRICAS: basadas en la contemplación: matemática, física y metafísica. 3) Las PRÁCTICAS: basadas en la acción: ética, política, economía. 4) Las POÉTICAS: basadas en la producción: poética y retórica. B) LA CIENCIA POLÍTICA. Nace con Aristóteles una concepción general de la ciencia política que incluye tanto los ideales como las realidades. “Esta nueva ciencia política – escribe Sabine – era no sólo empírica y descriptiva, sino hasta en algunos puntos independiente de toda finalidad ética, ya que un estadista puede tener necesidad de ser perito en el gobierno, aun para regir un Estado malo”. En síntesis, así como Platón contemplaba una sociedad lógicamente homogénea, Aristóteles vuelve la mirada hacia la sociedad heterogénea, variada, secular con que nos enfrentamos en la vida real. Con Aristóteles, la ética y la política se convierten en disciplinas totalmente distintas, aunque relacionadas. C) EL ESTADO Y EL CIUDADANO. 1) Concepto del Estado: para definir el Estado, Aristóteles apela a la clásica teoría del género próximo y la diferencia última. El género próximo y la diferencia última. El género próximo lo constituye el concepto de comunidad. Aristóteles distingue varias especies de comunidad, una de las cuales, es concretamente el Estado. Lo que constituye la diferencia específica de la polis es la idea de “autarquía o independencia total”. El Estado es la única comunidad en la que la naturaleza humana encuentra su completo desarrollo. 2) Origen del Estado: así como “por naturaleza” el Estado es la primera de las comunidades, en cuanto al tiempo, la familia es anterior al Estado y representa la comunidad más primitiva. De la primitiva familia patriarcal, nace una forma superior que es la aldea, y de la cual a la vez, se origina la comunidad política. 3) El ciudadano: los individuos son elementos de un todo (organismo político) al que se hallan inmersos desde su nacimiento. La naturaleza humana es eminentemente social en cuanto que los individuos se necesitan recíprocamente para satisfacer sus necesidades. El concepto de ciudadanía derivaba de la participación de los hombres en las tareas de gobierno y suponía la idea de la igualdad humana y el deber de sumisión a la ley. D) FORMAS DE GOBIERNO Existen tres formas sanas o puras de gobierno: monarquía, aristocracia y democracia moderada; y las tres formas corruptas, despóticas o impuras correspondientes: tiranía, oligarquía y democracia extremada. E) ESTRUCTURACIÓN DE LA MEJOR FORMA POLÍTICA El mejor estado posible en la práctica no responde a ninguna de las formas simples enunciadas. Su estructuración debe basarse en una armoniosa combinación de los principios democrático y oligárquico. Como Platón, Aristóteles se decide por la forma mixta de gobierno. Pero por encima de la organización política, la forma política más perfecta debe basarse, según el Estagirita, en un factor social: la existencia de una numerosa clase media. Aristóteles es “el filósofo del sentido común de la clase media” (Catlin); el defensor de la aurea mediocritas. “Sólo cuando el número de la clase media supera al de los dos extremos – leemos en La Política – o al de uno de ellos, sólo entonces hay una posibilidad de gobierno permanente: porque entonces no existen peligros de conspiración entre los ricos y los pobres contra la clase media.” JUAN JACOBO ROUSSEAU. a) Nació en Ginebra (1712-1778). Su historia fue la de un “vagabundo sentimental”. De 1728 a 1742 es el protegido errante de Madame de Warens y obedeciendo más a los dictados del estómago que del corazón – se convirtió al catolicismo. Se introduce en la sociedad parisina: conoce a Diderot y a D’Alambert, se le invita a colaborar en la Enciclopedia y en 1749 se le ofrece la oportunidad que aprovecha para convertirse en un personaje de talla mundial a raíz de la discusión abierta en la Academia de Dijon sobre el tema: “El progreso de las artes y de las ciencias, ¿ha contribuido a corromper o a purificar las costumbres?” Defendió Rousseau la primera opinión y obtuvo un premio. Sus ideas, expuestas primeramente en su “Discurso sobre las arte y las ciencias”, fueron desarrolladas posteriormente en el “Discurso sobre los orígenes y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres” (1754). Sigue siendo Rousseau un maniático inspirado que a raíz de un viaje a su ciudad natal, se convierte nuevamente al calvinismo y se dedica a escribir sus mejores libros: La Nouvelle Héloise (1761); Emile (1762) y Le Contrat Social (1762). Sus libros fueron condenados y quemados públicamente. Huyó a Berna y después a Inglaterra. Regresó a Francia y aún vivió once años. Murió víctima de un ataque de apoplejía. b) EL ESTADO DE NATURALEZA. Su sistema político-social (vinculado a los moldes que ofrecen las Sagradas Escrituras) es, en síntesis, la racionalización de un plan de salvación cuyos factores principales son : 1) el primitivo estado de inocencia; 2) la caída; 3) la situación de miseria; 4) el método de redención, y 5) el nuevo estado de virtud y felicidad. En otras palabras, el hombre es naturalmente bueno, la sociedad corrompe esta bondad y, por tanto, es necesario volver a la virtud primitiva. c) EL CONTRATO SOCIAL. El Contrato Social fue el medio de que se valió Rousseau para resolver prácticamente toda la problemática política. El Discurso había sido una “evocación y una apología melancólica del estado de naturaleza”. El Contrato Social se enfrenta ya con la realidad. Se plantea Rousseau el problema de hallar la forma de resistir al hombre civilizado el goce de los derechos naturales de libertad e igualdad (en los que reside la base de la felicidad primitiva); se trata de armonizar el individualismo con el colectivismo, el hombre anárquico con la sociedad organizada; de “encontrar una forma de asociación que defienda y proteja con toda la fuerza común la persona y los bienes de cada asociado y a través de la cual, cada uno, uniéndose a todos, no obedezca más que a sí mismo, y quede tan libre como antes”. El instrumento para conseguir la asociación deseada, en la que la pertenencia a un grupo político no destruya la libertad del individuo es el CONTRATO SOCIAL, cuyo contenido se puede reducir a una sola cláusula: “La subordinación completa de cada asociado, con todos sus derechos, a la comunidad entera.” El Contrato Social no es un hecho histórico sino un procedimiento dialéctico para la fundación racional del Estado. Se trata de un postulado de la razón, una verdad no histórica, sino normativa o reguladora. d) LA VOLUNTAD GENERAL Y LA SOBERANÍA. La primera consecuencia del Contrato Social de Rousseau es el reconocimiento de la soberanía del pueblo. Este principio de la soberanía nacional, elaborado de una época dominada aún por elementos feudales, fue extraordinariamente revolucionario. En el cuerpo político que surge del pacto social, el hombre no está sujeto a ningún otro individuo, sino simplemente a la “volonté générale”, es decir, a la voluntad de la comunidad. El verdadero soberano es la voluntad general. Se trata, además, de un poder inalienable, indivisible, imprescriptible, ilimitable, y en su propia esfera, infalible. Según Rousseau, la “voluntad general” tiene siempre razón, y en ningún modo debe confundirse con la suma algebraica de las voluntades individuales de los individuos (voluntad de todos). La ley no es otra cosa que la expresión de la voluntad general (procede de todos y se aplica a todos). “Se puede decir que aquí ha nacido el mito de la voluntad de la mayoría, que no sólo tiene la suma fuerza compulsiva política, sino que, ante todo, encarna la justicia absoluta” (Holstein). e) EL GOBIERNO: ABSOLUTISMO DEMOCRÁTICO. Podemos afirmar que las ideas político-sociales más importantes de Rousseau son las siguientes: 1) La afirmación de que el pueblo es la fuente de toda autoridad política. 2) La idea de que el gobierno es un simple agente o mandatario del pueblo soberano. 3) La subordinación de la legislación y la administración al bien de la comunidad. 4) La concepción del Estado como un ente orgánico y no como un simple mecanismo. 5) La justificación de toda obligación política mediante el consentimiento de la mayoría. 6) La negación del antagonismo entre la libertad y la autoridad, pues aquélla se concibe como la sumisión a la voluntad general (el hombre está constreñido a ser libre dentro del Estado).