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MAXILAR
DESARROLLO EMBRIOLOGICO
Al inicio de la cuarta semana de vida intrauterina, en el día 24 de desarrollo intrauterino
se observa la presencia del primer par de arcos faríngeos, el día 24 se forma el
segundo par
(Fig. 52 ),
el día 26 el tercer par y finalmente para el día 28 existen seis
pares de arcos faríngeos. Un arco faríngeo es un bloque de mesodermo compuesto por
una vena, un nervio, una arteria y un vaso linfático.
2° Arco Faríngeo
Figura 52. Embrión humano de 26 días. Muestra el segundo arco faríngeo.
En la quinta semana se originan los Procesos Faciales.
El mesodermo del 2do arco emigra hacia la parte lateral y cefálica del estomodeo para
formar el PROCESO MAXILAR, también se proyecta hacia la placoda nasal y va a
desarrollar los PROCESOS NASOLATERALES. También hay emigración de células
mesodérmicas en la parte media del proceso nasal, aquí va a formar el PROCESO
INTERMAXILAR, el cual va a emigrar hacia el área frontal para dar origen al
PROCESO FRONTONASAL.
El proceso intermaxilar está compuesto por tres segmentos los cuales se van a unir con
los procesos maxilares, el labial forma el labio superior (filtrum), el gingival la encía y el
palatino el paladar primario.
Entre la séptima y onceava
semana de vida intrauterina se cierran los procesos
faciales, los cuales se unen de la siguiente manera:
 El primer proceso en cerrar es el proceso mandibular.
 El proceso maxilar se une con el proceso nasolateral para así formar las alas de
la nariz y la mejilla.
 El proceso intermaxilar se une con el proceso maxilar en sus tres segmentos
para formar los labios, la encía y el paladar.
OSIFICACIÒN
Se osifica en una lámina de mesénquima superficial respecto a la cápsula nasal,
aunque no hay un centro de osificación específica, existen tres centros para tal fin.
Fig.
53
 Una masa maxilar principal, localizada en la fosa canina (6ta semana de vida
intrauterina).
 Dos premaxilares; (7a semana de vida intrauterina).
El principal aparece por encima de los gérmenes de los dientes incisivos (Os incisivum).
Y el segundo llamado paraseptal o prevomerino.
Prevomeriano
Os incisivum
Masa en Fosa Canina
Figura. 53 Esqueleto de la cara. Vista lateral mostrando los tres centros de
osificación.
ANATOMÍA
Es un hueso corto, par y simétrico, de forma irregularmente cúbica, situado en la parte
anterior media de la cara, caudal al frontal, por si solo constituye el maxilar superior
y la mayor parte del macizo facial. Forma la mayor parte de la cavidad nasal, el piso
de las órbitas, parte de la fosa infratemporal y pterigopalatina, la fisura inferior y
pterigomaxilar. Fig. 54
Cada maxilar presenta un cuerpo y cuatro apófisis: frontal, zigomática, alveolar y
palatina.
MAXILAR
Figura. 54 Esqueleto de la cara. Vista
anterior del maxilar.
CUERPO DEL MAXILAR
Tiene forma piramidal con
cuatro
superficies: Anterior o Facial, Infratemporal
(posterior), Orbitaria y Nasal
SUPERFICIE ANTERIOR O FACIAL Fig. 55
1) Fosa incisiva: la encontramos por arriba de los ápices de los dientes incisivos,
en esta fosa se inserta el músculo mirtiforme.
2) Fosa canina: es un poco mas profunda, por arriba del ápice del canino.
3) Eminencia canina: separada de la fosa canina y sirve de inserción para el
músculo canino.
4) Agujero infraorbitario: superior a la
nervios y vasos infraorbitarios.
eminencia canina, de este agujero salen
5) Apófisis cigomática: separa
a la
superficie
anterior de la
superficie
infratemporal.
6) Escotadura nasal: es lo que forma parte de la nariz, está en la parte anterior
de esta superficie, y termina en una apófisis puntiaguda.
7) Espina nasal anterior: en la parte anterior y media de la superficie anterior, ésta
se forma por la unión de las dos apófisis puntiagudas de la escotadura nasal.
8) Muesca nasal: está superior a la escotadura nasal y sirve de inserción al
músculo mirtiforme y transverso de la nariz.
4
6
5
7
2
8
1
3
Figura. 55 Maxilar, vista lateral
SUPERFICIE INFRATEMPORAL
Es cóncava con ubicación posterolateral, separada de la
superficie anterior por la
apófisis cigomática y presenta las siguientes estructuras anatómicas: Fig. 56
1) Canales alveolares: los encontramos posterior, en un número de 2 a 3; de estos
salen los nervios dentarios posteriores.
2) Tuberosidad del maxilar: en la parte más inferior por detrás del tercer molar;
esta llega a unirse con la apófisis piramidal del hueso palatino.
3) Fosa pterigopalatina: se encuentra superior y medial a esta superficie.
Apófisis
Cigomática
La apófisis separa la cara
anterior de la posterior
Canales alveolares
Tuberosidad del maxilar
Figura. 56 Maxilar. Vista lateral
SUPERFICIE ORBITARIA
Es lisa y triangular, forma el suelo de la órbita. Fig. 57
1) Borde medial: encontramos a la escotadura lagrimal, la cual se une superiormente
al etmoides, inferiormente al hueso palatino y anterior al hueso lagrimal
2) Borde posterior: es liso, redondeado, forma fisura orbitaria inferior.
3) Borde anterior: forma el margen de la órbita, y continúa con la cresta lagrimal de la
apófisis frontal.
Hueso Esfenoides
Hueso Etmoides
Borde medial y
escotadura lagrimal
Borde posterior y fisura orbitaria
inferior
Hueso Lagrimal
Hueso Cigomático
Borde anterior y
Margen de la orbita
Hueso Maxilar
Figura. 57 Maxilar Vista
superior
SUPERFICIE NASAL
Esta superficie encontramos: Fig. 58
1) Hiato maxilar o seno maxilar.
2) Meato inferior: anterior e inferior en esta superficie, recubierto de mucosa, forma
parte del conducto nasal.
3) Canal palatino mayor: inferior al hiato maxilar, en este pasa el nervio con el
mismo nombre.
4) Cresta inferior del palatino: es la desembocadura del canal palatino mayor.
Hiato maxilar
Canal palatino mayor
Meato inferior
Cresta inferior del
palatino
Figura. 58 Maxilar Vista medial
APÓFISIS DEL MAXILAR
APÓFISIS CIGOMÁTICA
Es una proyección piramidal en la que convergen la superficie anterior; infratemporal y
orbitaria. Fig. 59

Por delante se funde con la superficie facial.

Por atrás se continúa con la superficie infratemporal.

Por arriba se articula con el hueso malar.

Por abajo un borde separa la superficie facial de la infratemporal.
Espina nasal
anterior
Apófisis
Cigomática
Superficie
Infratemporal
Apófisis
Pterigoides
Figura. 59 Vista lateral de la
apófisis cigomatica
APÓFISIS FRONTAL
Se proyecta posterosuperior entre el hueso nasal y lagrimal.
Fig. 60

En su borde anterior se une con el hueso nasal.

Su borde posterior se une con el lagrimal.

En su superficie lateral tiene una cresta lagrimal anterior para el ligamento
palpebral interno y se continúa por abajo con el margen infraorbitario.

El borde superior se articula con la porción nasal del hueso frontal.

Su superficie medial forma parte de la pared nasal lateral.
Hueso
Nasal
Apófisis
Frontal
Hueso
Lagrimal
Figura. 60 Vista lateral de la apófisis
frontal
APÓFISIS PALATINA
Es gruesa (más por delante), fuerte y horizontal; forma gran parte del suelo nasal y el
paladar. Fig. 61

Su superficie superior es convexa, lisa y forma la mayor parte del suelo nasal, en
la parte anterior está el canal incisivo.

En su superficie inferior es cóncava y desuniforme.

El borde lateral se continúa con el cuerpo maxilar.

El borde medial es mas gruesa por delante, se eleva para formar la cresta nasal
y junto con la del otro lado forma el surco para el vómer.

El borde posterior se une con la lámina horizontal del palatino.
Lámina horizontal del
palatino
Apófisis Palatina
Figura. 61 Vista medial de la
apófisis palatina

La parte posterolateral presenta 2 surcos para los vasos y nervios palatinos
mayores.

Detrás de los incisivos está la fosa incisiva, existen 2 canales incisivos laterales
que ascienden hasta la mitad de la cavidad nasal y llevan la arteria palatina
mayor y nervio nasopalatino.

Atrás de la fosa incisiva está la sutura palatina intermaxilar medial. Fig. 62
Agujeros
Palatinos
menores
Apófisis Palatina
Agujero
Palatino Mayor
Fosa incisiva
Figura. 62 Vista inferior del paladar óseo.
APÓFISIS ALVEOLAR
Es gruesa, arqueada, amplia por detrás y con los alvéolos para las raíces de los
dientes. Fig. 63

El alvéolo del canino es más profundo por tener raíz más grande.

El de los molares son más anchos y subdivididos por tabiques en tres por el
número de raíces.

El de los 1° premolares puede que se subdividan en dos.

Y los incisivos y 2° premolares son únicos.

El buccinador se inserta en la cara externa de la apófisis hasta el primer molar.
Apófisis
Alveolar
Figura. 63 Vista inferior del hemipaladar óseo
derecho.

La apófisis alveolar en edades tempranas varía en el tamaño, ésta reduce su
dimensión debido a que aloja a órganos dentaria deciduos y en comparación
con los órganos dentarios permanentes sus dimensiones aumentan. Fig. 64
CAMBIOS DEL MAXILAR CON LA EDAD
A continuación se presentan los cambios más relevantes que ocurren en el maxilar
durante el paso del tiempo en el individuo.
En el recién nacido: Fig. 65

Las dimensiones transversal y sagital son mayores que la vertical.

La apófisis frontal es prominente.

El cuerpo está formado por la apófisis alveolar.

Sus alvéolos casi llegan al suelo de la órbita.

El seno maxilar es un simple pliegue en la pared nasal lateral.
Órganos
Dentarios
Permanentes
Órganos
Dentarios
Deciduos
Apófisis Alveolar
Figura. 64 Esqueleto de la cara que muestra la dentición mixta.
Apófisis frontal
Apófisis Alveolar
Figura. 65 Esqueleto de la cara que muestra el maxilar en edad temprana.
En el adulto: fig. 66

La dimensión vertical es mayor. (A causa del desarrollo de la apófisis alveolar y
el agrandamiento del seno maxilar).
En la vejez: Fig. 67

Figura.66 Muestra la dimensión vertical del maxilar en un individuo
adulto.
El hueso revierte hacia la forma infantil: disminuye su altura y grosor
Reborde residual del
maxilar
Reborde residual del maxilar
Figura. 67 Muestra el cráneo de un anciano.
MÚSCULOS QUE SE INSERTAN EN EL MAXILAR
1.-ORBICULAR DE LOS PÁRPADOS: plano, ancho y elíptico.
Se divide en 3 partes: Fig. 68
 Orbitaria; nace de la parte nasal del hueso frontal y ligamento palpebral medial,
apófisis ascendente del maxilar, sus fibras forman elipses completas. Las fibras
superiores se mezclan con la parte frontal del occipitofrontal y del superciliar y
unas en la piel y el tejido subcutáneo de la ceja, constituye el depresor de la ceja.
Las fibras de abajo se mezclan con las inserciones del elevador común de la
nariz y labio superior y cigomático menor.
 Palpebral: nace del ligamento palpebral medial y en hueso debajo de este.
 Lagrimal: se encuentra detrás del saco lagrimal.
2.-MÚSCULO DE LA NARIZ: conformado por la parte transversal que nace lateral a la
escotadura nasal. Y la parte alar, nace más abajo del trasverso y se dirige hacia el ala
de la nariz. Fig. 68
3.-ELEVADOR PROPIO DEL LABIO SUPERIOR: va del borde orbitario inferior y por
encima del agujero suborbitario. Desciende debajo del elevador común del ala de la
nariz y labio superior, y del cigomático menor. Fig. 68
4.-ELEVADOR COMÚN DEL ALA DE LA NARIZ Y LABIO SUPERIOR: nace de la
parte superior de la apófisis ascendente del maxilar y se divide en:
 Parte medial; que se inserta en el cartílago alar mayor de la nariz y la piel.
 Parte lateral; llega al labio superior mezclándose con el elevador propio del labio
superior y orbicular de los labios. Fig. 68
1.-Orbitaria
1.-Palpebral
4
3
2
Figura .68 Visión anterior de los planos superficial y profundo de la musculatura facial.
5.-CANINO: nace de la fosa canina, debajo del agujero suborbitario y se inserta en la
columnela, lateral al ángulo de la boca. Fig. 69
5
Figura. 69 Plano profundo de la musculatura facial.
PATOLOGÍAS DEL MAXILAR
Se clasifican en:

TRAUMÁTICAS

METABÓLICAS

GENÉTICAS
PATOLOGÍAS TRAUMÁTICAS
FRACTURAS DEL MAXILAR
Los factores etiológicos fundamentales de las fracturas craneofaciales son los
accidentes de tráfico (causa más frecuente), agresiones, traumatismos casuales,
accidentes deportivos y laborales. Son más frecuentes en varones jóvenes.
El tratamiento de estas fracturas ha cambiado radicalmente durante las dos últimas
décadas, los conceptos tradicionales (intervenciones diferidas, incisiones mínimas,
exposiciones limitadas de los fragmentos óseos, osteosíntesis con alambres de acero y
bloqueo intermaxilar prolongado) han sido sustituidos por:

Tratamiento temprano y en una sola fase de todas las lesiones de tejidos
blandos y duros.

Exposición amplia de todos los focos de fractura.

Reducción anatómica precisa de todos los fragmentos y fijación rígida de los
mismos con placas, miniplacas, microplacas y tornillos de titanio.

Reconstrucción de los arbotantes verticales y transversales de los huesos
faciales.

Injertos óseos primarios para la reconstrucción de los segmentos óseos
desaparecidos o conminutos.

Suspensión del periostio y tejidos blandos para evitar el efecto de envejecimiento
asociado con la desperiostización de grandes superficies del esqueleto facial.
DIAGNÒSTICO

Radiología convencional. Proyecciones de Waters, Caldwell y radiografías
laterales de cráneo.

Tomografía axial computarizada. Indicada en todas las fracturas complejas del
tercio medio facial.
CLASIFICACIÓN
René Le Fort clasificó las fracturas maxilares en tres tipos, según el trayecto de la línea
de fractura.
 FRACTURA LE FORT I
El trazo de fractura es horizontal, por encima de los ápices de los dientes superiores,
afectando al seno maxilar, al septum nasal, al hueso palatino y a la apófisis pterigoides
del esfenoides. Fig. 70
CLÌNICA
Figura. 70 Vista lateral oblicua mostrando la fractura
Le Fort I.

Movilidad de toda la porción dento-alveolar del maxilar.

Normalmente el paciente tiene la boca abierta para que los dientes no le
choquen con los antagonistas y le produzcan dolor.

Suele haber desviación de la línea media del maxilar y las piezas de un lado
están más bajas que las del otro.

No tienen ni equimosis ni edemas periorbitarios, pero suelen tener gran edema
en el labio superior, ya que este suele estar lesionado.
TRATAMIENTO.
La clave del tratamiento de esta fractura es la fijación del fragmento maxilar a una
mandíbula estable. Por lo tanto, toda fractura mandibular previa debe ser reducida y
fijada con osteosíntesis.
La fractura debe ser desimpactada totalmente (para impedir la recidiva) con maniobras
manuales o con la ayuda de los fórceps de Rowe-Killey. Los dos fragmentos del fórceps
son situados en cada fosa nasal y en la cavidad bucal. La tracción se hace
verticalmente mientras el ayudante mantiene firmemente la cabeza en posición. El
cirujano se mantiene con los codos pegados al cuerpo y sostiene fuertemente las dos
ramas de la pinza tirando progresivamente y efectuando pequeños movimientos a
derecha y a izquierda para desimpactar. Se pueden utilizar los movilizadores de Tessier
apoyándose sobre una o dos tuberosidades del maxilar. Con la reducción se debe
poder restablecer la oclusión que tenía el paciente previamente a la fractura.
La inmovilización se puede realizar con un bloqueo intermaxilar que se mantiene entre
cuatro y seis semanas. Mientras el paciente lleva la boca cerrada por el bloqueo, la
alimentación será líquida. El paciente succionará los alimentos por el espacio
retromolar. Tradicionalmente, para conseguir una mayor estabilización de la fractura, se
asociaba al bloqueo unos alambres de suspensión con los que se fijaba la fractura
maxilar a un punto estable más craneal en el esqueleto facial. Las suspensiones más
utilizadas son el reborde infraorbitario, a la apertura piriforme o circunzigomáticas. Las
suspensiones deben ser utilizadas con precaución en las fracturas conminutas, ya que
pueden producir una pérdida de dimensión vertical del tercio medio de la cara.
Para conseguir una fijación de la fractura que disminuya o elimine las seis semanas de
bloqueo intermaxilar hay que emplear osteosíntesis con miniplacas en los arbotantes
verticales (pared lateral de la apertura piriforme y arbotante zigomático-maxilar). La
utilización de miniplacas en forma de “L “ permitirá evitar lesionar los ápices dentarios.
Cuando exista una fractura sagital del paladar asociada se inmovilizará con miniplacas
en el proceso alveolar y en el paladar. La utilización de una férula palatina de acrílico
impedirá el colapso de los segmentos cuando las miniplacas no aporten la suficiente
estabilidad.
 FRACTURA LE FORT II (FRACTURA PIRAMIDAL)
La línea de fractura se extiende a través de los huesos nasales y el septum hacia abajo
y hacia atrás por la pared medial de la órbita, cruza el reborde infraorbitario y pasa por
el arbotante zigomático-maxilar. Fig. 71
Figura. 71 Vista lateral, mostrando la fractura Le Fort II
CLÌNICA

Edema de los tejidos blandos del tercio medio.

Equímosis bilateral periorbitaria y subconjuntival.

Deformación notoria de la nariz.

Aplastamiento y alargamiento de la cara.

Dificultad al abrir y cerrar la boca.

Mordida abierta.

No hay movilidad de malares ni arcos zigomáticos.
TRATAMIENTO
Basado en los mismos principios enunciados para las de Le Fort I: desimpactación,
reducción, restablecimiento de la oclusión previa y bloqueo intermaxilar. Se puede
utilizar la suspensión circunzigomática, pero tiene los mismos inconvenientes que los
comentados para las de Le Fort I. Es preferible la fijación rígida con miniplacas a través
de incisiones en párpado inferior, vestíbulo labial superior y coronal.
 FRACTURA DE LE FORT III (DISYUNCIÓN CRANEOFACIAL)
Es una verdadera separación de los huesos de la base del cráneo. El trazo de fractura
pasa por la sutura nasofrontal, por la pared medial de la órbita hasta la fisura orbitaria
superior, de ésta a la fisura orbitaria inferior y por la pared lateral de la órbita hasta la
sutura cigomaticofrontal y cigomaticotemporal
Fig.72
Hacia atrás se fracturan las apófisis
pterigoides del esfenoides, normalmente a un nivel superior al que aparecen en las
otras fracturas de Le Fort I y II. Fig. 73
CLÌNICA
Los mismos signos ya enumerados en las de Le Fort II, a los que hay que añadir:

Edema de la cara que impide separar los párpados para explorar el globo ocular.

Anestesia de las mejillas, con más frecuencia que en la Le Fort II, por afectación
del nervio infraorbitario.

Desplazamiento y movilidad de malares y arcos zigomáticos.

Rinorrea de líquido cefalorraquídeo.

Movilidad de toda la cara.

Obstrucción de vías respiratorias, por descenso del maxilar y, por lo tanto, del
paladar blando.
Figura. 72 Vista anterior del cráneo muestra
fractura Le Fort III.
Figura. 73 Vista lateral del cráneo muestra
fractura Le Fort III.
TRATAMIENTO
Los principios generales de tratamiento enunciados anteriormente, son también
aplicables para la disyunción craneofacial. Preferiblemente se debe realizar fijación
rígida con miniplacas y reconstrucción de las zonas conminutas o defectos óseos de
más de 5-7mm con injertos óseos primarios.
Los injertos óseos son excepcionalmente efectuados en primera intención. Son
utilizados si existen pérdidas de sustancia ósea a nivel de los pilares caninos,
zigomáticos, a nivel de las paredes orbitarias, en caso de defecto de proyección malar,
o sobre una zona de conminución fracturaría importante. Se utilizará de preferencia la
cortical externa del parietal, fina pero poco maleable. Se puede también utilizar hueso
iliaco monocortical o bicortical para los pilares y más raramente costilla dividida y
modelada. El hueso iliaco y la costilla se reabsorben con el tiempo.
Los biomateriales no reabsorbibles se deben evitar en las reconstrucciones
traumatológicas de carácter séptico, sobre todo en las zonas próximas a las cavidades
COMPLICACIONES
Las secuelas son frecuentes: cicatrices antiestéticas y pigmentación cutánea,
ensilladura nasal, alteraciones de la oclusión, latero desviación mandibular o
deformación del macizo facial, limitación de la abertura bucal, alteraciones oculares y
palpebrales como el ojo redondo, dolores secundarios periarticulares o del trigémino.
Patologías metabólicas
QUISTE
Los quistes son cavidades que se presentan en tejidos duros o blandos, generalmente
revestidos por una cubierta o membrana epitelial de diversa histología (escamosa
estratificada, cilíndrica ciliada, etc.) con un contenido de variable consistencia, y
rodeados por una cápsula o pared de tejido conjuntivo organizado, acompañada a
veces de un componente de tipo inflamatorio (linfocitos, plasmocitos).
Los Quistes están formados por tres estructuras bien definidas:
Fig. 74
A) Una cavidad central o luz.
B) Un revestimiento epitelial que es diferente dependiendo del tipo, pudiendo ser
plano estratificado queratinizado o no queratinizado, seudo estratificado, cilíndrico o
cuboidal.
C) Una cápsula o pared exterior, constituida por tejido conjuntivo que contiene
fibroblastos y vasos sanguíneos.
Los quistes son lesiones cavitarias, y cuando se producen en el interior de los maxilares
debe comportarse en la imagen como todas las lesiones que causan perdida de la
densidad ósea focalizada, (Fig.75) de modo que en las imágenes radiográficas
convencionales ya sean del tipo intraoral o extraorales, producen imágenes
redondeadas, radiolucidas, definidas y que dependiendo de su velocidad de crecimiento
podrían ofrecer un halo radiopaco periférico.
Fig. 76
Generalmente son cavidades
uniloculares, pero también pude verse como cavidades multiloculares, según el
comportamiento especifico del quiste que se trate
Figura.74 Estructura que forman un quiste.
Nunca puede hacerse un diagnostico en forma positiva a partir de los hallazgos
radiográficos, dado que muchas enfermedades neoplásicas y metabólicas parecen
radiográficamente quistes. Los quistes generalmente tienen un contorno lubular
redondeado y liso y pueden ser de un aspecto multilocular.
Figura. 75 Radiografía oclusal superior, muestra área de quiste entre
los centrales.
Figura. 76 Radiografía Oclusal superior, Derecha muestra área d quistes entre centrales e
Izquierda muestra área de quiste entre lateral y canino
ENFERMEDAD DE PAGET
La enfermedad de Paget es del hueso es una enfermedad caracteriza por resorción
anormal y anárquica y la deposición del hueso, (Fig. 77) dando lugar a la distorsión y el
debilitamiento de los huesos afectados. La enfermedad afecta principalmente a
personas mayores y rara vez se encuentra en paciente menores de 40 años de edad.
Los hombres son más afectados que las mujeres, y los blancos que los negros.
La enfermedad del maxilar superior, que es mucho más común que la participación de
la mandíbula, las primeras etapas de la enfermedad de Paget revelan una disminución
de radiodensidad del hueso y la alteración del patrón trabecular.
Figura.77 Película periapical que muestra la enfermedad de Paget en los
maxilares.
Los pacientes con enfermedad de Paget muestran las altas elevaciones en los niveles
séricos de fosfatasa alcalina, pero por lo general tienen calculan color normal y los
niveles de fósforo. Aunque la enfermedad de Paget es crónica y lentamente progresiva,
rara vez es la causa de la muerte, en pacientes con una mayor participación limitada,
no hay síntomas. El tratamiento a menudo no es necesario. En los pacientes
asintomáticos, la terapia sistémica no suele ser a menos que la fosfatasa alcalina es
más que el 25% al 50% por encima de lo normal. Cuando el dolor sintomático, el hueso
se observa más frecuentes y, a menudo pueden ser controlados por la aspirina o
analgésico después. Las complicaciones neurológicas, como define o alteraciones
visuales, puede ser consecuencia de la invasión ósea en los nervios craneales que
pasa a través de orificios del cráneo
CASO CLINICO DE LA ENFERMEDAD DE PAGET REALIZADO POR EL CMF
ENRIQUE A. MARTINEZ MARTINEZ Fig. 78 – 86.
Figura.78 Aspecto clínico del paciente
Figura.79 Radiografía anteroposterior.
Figura.80 Vista inferior de la región afectada
Figura.81 Imagen clínica intrabucal
Figura.83 Osteotomía de la lesión.
Figura.85 Sutura de la incisión con puntos interpapilares
Figura.82 Abordaje de la lesión
Figura.84 Excisión bilateral de la
lesión
Figura.86 Aspecto clínico de la lesión
ABSCESO PERIAPICAL
Es un cuadro en el que se produce una supuración de forma rápida en el periápice, la
formación de pus hace que se vaya expandiendo y se produce un edema (hinchazón)
de la zona gingival que se puede extender a los espacios aponeuróticos.
Fig.87
La muerte pulpar puede ser un trauma relacionado, y el diente puede contener
ni una cavidad ni una restauración. En la primera etapa, la liga periodontal periapical
fibras pueden presentar inflamación aguda, pero no la formación de abscesos franca
Las etapas iniciales producen dolor del diente afectado, que a menudo se alivia con la
aplicación directa de presión. Con la progresión, el dolor se hace más intenso, a
menudo con extrema sensibilidad a la percusión, la extrusión de los dientes, y la
hinchazón de los tejidos. El diente afectado no responde a las pruebas pulpares frío o
eléctrico. Dolor de cabeza, malestar general, fiebre y escalofríos puede estar presente
Con la progresión, el absceso se extiende a lo largo del camino de menor
resistencia. La purulencia puede extenderse a través de los espacios medulares de la
zona apical que resulta en la osteomielitis, o puede perforar la corteza y se extendió de
manera difusa a través del tejido blando (como celulitis).
Figura.87 Fístula Cutánea Crónica indicando la presencia de absceso periapical
OSTEOMIELITIS
Término aplicado a cualquier proceso inflamatorio de los huesos o de la médula ósea,
que habitualmente se debe a una infección producida por microorganismos como
Staphylococcus aureus, estreptococos, Mycobacterium tuberculosis, y otros muchos,
así como por diversos hongos.
Enfermedades sistémicas crónicas, el estado inmunológico y trastornos asociados con
la disminución de la vascularización de los huesos parecen predisponer a las personas
a la osteomielitis. El consumo de tabaco, el abuso de alcohol, abuso de drogas
intravenosas, la diabetes mellitus, las fiebres, la malaria, anemia, desnutrición, cáncer y
síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) se han asociado con una mayor
frecuencia de osteomielitis.
Figura.88 Muestra la zona de la lesión
en la hemiarcada superior izquierda.
Los síntomas suelen ser escalofríos seguidos de fiebre, con dolor intenso y tumefacción
en la zona inflamada. La inflamación se inicia en la cavidad medular y produce el
reblandecimiento y erosión de los huesos largos, siendo frecuente la formación de
abscesos purulentos y la extensión rápida a todo el hueso con la posterior necrosis de
las partes duras. Fig.88
En ocasiones, parestesia del labio inferior, drenaje o exfoliación de los fragmentos de
hueso necrótico puede ser descubierto. Un fragmento de hueso necrótico que se ha
separado del hueso vital adyacentes se conoce como un secuestro.
La osteomielitis aguda se produce cuando una aguda inflamación proceso participativo
se propaga a través de los espacios medulares del hueso y no ha habido tiempo
suficiente para que el cuerpo reaccione a la presencia de infiltrado inflamatorio. La
osteomielitis crónica se produce cuando la respuesta defensiva conduce a la
producción de tejido de granulación, que posteriormente se forma un tejido cicatrizar
denso, en un intento a la pared de la zona infectada.
La osteomielitis aguda. Si la formación de abscesos evidente se observa, el tratamiento
de la osteomielitis aguda consiste en antibióticos y drenaje. Estudio microbiológico del
material infeccioso suele revelar una infección poli microbiana de organismos que
normalmente están presentes en la cavidad oral. Los antibióticos seleccionados con
más frecuencia son la penicilina, clindamicina, cefalexina, cefotaxima, tobramicina y
gentamicina.
La osteomielitis crónica es difícil de manejar médicamente, probablemente debido a los
bolsillos de los huesos muertos y de los organismos están protegidos de los antibióticos
por el muro circundante de tejido conectivo fibroso. La intervención quirúrgica es
obligatoria. Los antibióticos son similares a los utilizados en la forma aguda, sino que
debe ser administrado por vía intravenosa en dosis altas. El alcance de la intervención
quirúrgica depende de la extensión del proceso, la eliminación de todo el material
infectado hasta el hueso hemorragia buena es obligatoria en todos los casos. Para
lesiones de pequeño tamaño, el legrado, la eliminación de hueso necrótico, y
aplanamiento son suficientes.
En los pacientes con más extenso osteomielitis, descortezado o dehiscencia a menudo
se combina con el trasplante de fragmentos de hueso esponjoso, cuando hay
persistencia de la osteomielitis, la resección del hueso enfermo seguido de la
reconstrucción inmediata con un injerto autólogo es necesaria.
PATOLOGÍAS GENÉTICAS
LABIO Y PALADAR HENDIDO
El labio y paladar hendido pueden presentarse simultáneamente pero también pueden
ocurrir por separado.
Es importante
distinguir las
fisuras aisladas
de
casos asociados
con síndromes
específicos. Aunque la mayoría de las fisuras faciales son aisladas anomalías. La
causa de las fisuras no sindrómicas no sigue un patrón simple de herencia mendeliana,
pero parece ser heterogéneos.
Por lo tanto la propensión a la hendidura desarrollo puede estar relacionado con una
serie
de genes importantes.
Alrededor
del
80%
de
los
casos de fisuras
labiales se unilateral, con un 20%bilaterales. Aproximadamente el 70% de las fisuras
labiales unilateral se producen en el lado izquierdo. Las fisuras labiales completas se
extiende hacia arriba en la fosa nasal, pero una fisura labial incompleta no implica
la nariz. Fig.89, 90.
El paladar hendido es un defecto congénito de las estructuras que forman la bóveda
palatina, y se caracteriza por una hendidura o apertura en el paladar. La apertura en el
labio o el paladar puede ser unilateral o bilateral. Fig.91, 92.
El manejo
del
tratamiento debe
paciente con una fisura orofacial es
incluir
un enfoque
un
reto,
idealmente
multidisciplinario, incluyendo
a
el
(pero no
limitados) un pediatra, un cirujano oral y maxilofacial, otorrinolaringólogo, cirujano
plástico, odontopediatra, ortodoncista, protesista, patólogos del habla y el genetista. La
reparación
quirúrgica implica
a
menudo múltiples
procedimientos primarios
y
secundarios a lo largo de la infancia. El cierre del labio principal se realiza
generalmente durante los primeros meses de vida, seguida más tarde por la reparación
del paladar. Prótesis y aparatos ortopédicos a menudo se utilizan para moldear o
expandir los segmentos maxilares antes del cierre del defecto del paladar, tarde en la
infancia, los injertos de hueso autógeno puede ser colocado en el área del defecto
óseo alveolar. Tejidos
blandos secundaria y
procedimientos ortognática, se
puede
utilizar para mejorar la función y la apariencia estética.
Figura.89 Fisura labial unilateral incompleta
izquierda.
Figura.90 Fisura labial unilateral completa hacia la
fosa nasal
Figura.91 Fisura labial bilateral completa hacia las fosas nasales.
Figura.92 Fisura palatina
comunicando la cavidad oral y las
fosas nasales.
CASO CLINICO DE CIERRE DE FISURA LABIAL REALIZADO POR EL CMF
ENRIQUE A. MARTINEZ MARTINEZ Fig.93-99.
Figura.93 Aspecto clínico preoperatorio
Figura.94
Colocación de la
sonda endotraqueal
Figura.95 Colocación de
injerto autólogo
Figura.96 Rotación de
los colgajos para el
cierre de la fisura
labial.
Figura.97 Cierre de
la fisura labial.
Figura.98 Sutura
de los colgajos
rotados.
Figura.99 Aspecto
clínico
posoperatorio de 3
meses de
evolución.