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PEQUEÑA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
ALGUNAS NOTAS SOBRE LA FILOSOFÍA ANTIGUA EN GRECIA
El primer registro sobre alguien que pensara de forma filosófica es del 585 a. C., y es sobre
Tales de Mileto, que vivió en esa colonia griega de la costa de Asia Menor. Lo que le
caracteriza a él y a los pensadores milesios que le siguieron es su interés por emplear la
razón para buscar explicaciones naturalistas a los fenómenos que se observan. Uno de los
temas centrales de sus especulaciones era la sustancia de la que está hecha el universo, y
aunque disentían sobre cuál era, su convicción básica de que todo debe de estar hecho de
un solo material ha resistido la física moderna.
Su espíritu filosófico se, extendió rápidamente por todo el mundo griego. En el sur de
Italia, Parménides y Zenón argumentaban que nada puede crearse o destruirse, que todo lo
que existe es una realidad invariable y que, por tanto, la apariencia de multiplicidad y cambio de nuestros sentidos es una ilusión. Algunas fuentes antiguas afirman que Tales aconsejó a Pitágoras (a. 570-495 a. C.) que visitara Egipto para que aprendiera matemáticas.
Más tarde Pitágoras estableció su influyente escuela en Crotona, al sur de Italia. La
importancia de los pitágoricos reside en su convicción de que en los números está la clave
para entender la naturaleza de la realidad.
En el siglo V a. C, Leucipo fue el primer atomista. Su tesis se basaba en la idea de que el
universo está compuesto por un número infinito de partículas de materia minúsculas c
indestructibles que, mediante su combinación y movimientos, producen todos los
fenómenos. El atomismo, elaborado por Demócrito y más tarde por Epicuro, se olvidó en
la Edad Media, para resucitar en la era moderna.
Tras los atomistas, la filosofía se fijó en la naturaleza y la ética humana, sobre todo en
Atenas, donde la filosofía entró en una época dorada. Durante la democracia ateniense eran
muy apreciadas las habilidades para el debate y la argumentación, y el éxito político se
obtenía influyendo en las masas. En este ambiente prosperaron los que sabían argumentar,
sobre todo Sócrates, que discutía con cualquiera con la esperanza de adquirir
conocimientos sobre los conceptos morales.
Su método dialéctico de preguntas y respuestas tuvo un duradero impacto.
Según su alumno, Platón, Sócrates conoció a Parménides; el mismo Platón heredó sin duda
la desconfianza de este último en los sentidos como camino al verdadero conocimiento. Sus
escritos explotaban el método dialéctico de su maestro y cristalizó en sus diálogos, una obra
con la que todos los filósofos han tenido que competir hasta el día de hoy. Es famoso sobre
todo por su Teoría de las ideas, la idea de un mundo de ideas eternas más real que los
objetos físicos cambiantes que percibimos a nuestro alrededor. Platón, que era aristócrata,
atacó la democracia ateniense, basándose en que las personas no son los mejores jueces de
la política, y culpándola de la derrota en la guerra del Peloponeso y de la condena a muerte
de Sócrates en el 399 a. C.
Aristóteles, alumno de Platón, fue el primero en intentar presentar las ideas filosóficas de
una forma verdaderamente sistemática y también el primero en intentar plantear la lógica y
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clasificar formas válidas de argumentación. Tanto Platón como Aristóteles establecieron
escuelas que, con algunos
intervalos en el tiempo, resistieron el paso de los siglos, y lograron conservar la tradición
socrática de preguntaren una forma crítica y libre.
ALGUNAS NOTAS SOBRE LA FILOSOFÍA EN LA EDAD
MEDIA
En esa época, en Europa occidental, mientras las obras de Platón se asimilaban en la
doctrina cristiana, para occidente las grandes obras científicas y filosóficas de Aristóteles
habían estado perdidas durante más de mil años. El clima intelectual contrastaba con el de
la antigua Grecia. En los escritos de Platón y Aristóteles aparece una sensación de libertad,
y las discusiones podían llegar a cualquier parte; en el periodo escolástico, las conclusiones
de cualquier argumentación filosófica se predeterminaban, todo debía adaptarse a la línea
oficial de la Iglesia. Sin embargo, durante los siglos XII y XIII, las traducciones islámicas
de los textos griegos empezaron a estar disponibles en occidente. Se descubrieron algunos
textos originales de Aristóteles cuando Constantinopla fue saqueada durante la cuarta
cruzada (1202-1204). La disponibilidad de estas obras revolucionó la filosofía escolástica.
Al principio se veía a Aristóteles como una amenaza, y la Iglesia prohibió el estudio de sus
obras, pero un hombre quedo tan impresionado por el filósofo griego que convirtió en la
misión de su vida unir a Aristóteles y la Iglesia. Santo Tomás de Aquino, del norte de
Italia, quiso reconciliar los escritos de Aristóteles con el cristianismo platonizado. El
resultado, conocido como tomismo, sigue siendo la línea oficial de la actual iglesia
católica, y todos los seminaristas deben estudiarla.
Dios y el Bien
Así, los proyectos filosóficos de los antiguos griegos arraigaron en el antiguo imperio
romano y en la iglesia católica. El cristianismo se había convertido en un tipo de
platonismo porque se ocupaba de la vida disoluta de este mundo en contraste con el mundo
ideal al que aspiramos. El cuerpo es solo un hogar temporal para el alma por lo que el
genuino conocimiento sólo se obtiene cuando el alma regresa al otro mundo. El bien de
Platón se había convertido en el Dios cristiano, la fuente de la existencia y del
conocimiento, y el objetivo último al que aspiramos. Este paradigma perdura a pesar de la
reconciliación de la filosofía de Aristóteles con la doctrina católica. Los escritos de
Aristóteles fueron inmensamente importantes en el Renacimiento, que vendría después. Sin
embargo, es irónico que después de disentir de forma vehemente sobre la teoría de las
ideas de Platón durante su vida, Aristóteles se reconciliara con Platón mil quinientos años
después de su muerte.
La filosofía no había muerto, pero la religión la oprimía tanto que los eruditos debían
ejercitar su energía intelectual mediante áridos debates sobre temas cada vez más
marginales. Sin embargo, en pocos siglos, Europa sería testigo de una serie de asombrosas
revoluciones intelectuales que cambiarían el mundo, Tanto en la ciencia como en las artes,
la religión y la filosofía, las viejas ideas se desecharon y su lugar lo empezaron a ocupar
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nuevos modelos de pensamiento. Las ideas de Platón y Aristóteles, que habían mantenido
su dominio sobre occidente al menos durante 1.800 años, se cuestionaron, examinaron y a
menudo rechazaron a medida que Europa experimentaba un periodo de crecimiento
intelectual que no existía desde la antigua Grecia.
LA EDAD MODERNA
A medida que la Edad Media finalizaba, empezó a florecer en Europa un espíritu de
renacimiento intelectual y artístico. Durante este periodo de innovación y descubrimiento,
surgió una nueva generación de pensadores que desafió la visión medieval ortodoxa sobre
el orden del universo y la sociedad.
El humanismo y el auge de la ciencia
El Renacimiento representó la aparición de un nuevo humanismo en las artes y de un
vigorizado espíritu de descubrimiento en la ciencia. Se inició en Italia a mediados del siglo
XIV y se extendió rápidamente al resto de Europa. Este periodo de crecimiento e
innovación tuvo lugar con un telón de fondo de cambios sociales y económicos radicales
que tuvieron lugar a causa de la rápida expansión de las ciudades. A medida que estas
crecían, la economía agrícola se desarrolló como respuesta a un aumento de la demanda, y
las nuevas tecnologías ayudaron a aumentar la productividad. Esto, junto con el
movimiento de cercamiento, que pretendía convertir las tierras comunes en privadas,
obligó a los campesinos y siervos a abandonar el campo y vivir en las ciudades. A medida
que una nueva clase de ricos comerciantes surgía, el sistema feudal daba paso al
capitalismo.
Además, los textos latinos y griegos de la Antigüedad eran cada vez más accesibles, y
muchos de los pensadores de la época descubrían una herencia alternativa a la tradición
aristotélica y platónica que había dominado la vida intelectual durante tanto tiempo. A
través de los elegantes versos de Lucrecio y Cicerón, las filosofías paganas del estoicismo y
el epicureísmo volvieron a la vida.
La nueva ciencia
A los pensadores del Renacimiento les interesaba la alquimia y lo oculto, pero también la
ciencia, y el final de la era escolástica se precipitó a causa de una creciente disposición de
los científicos de la época a cuestionar las teorías recibidas sobre el mundo, teorías en las
que la Iglesia solía invertir mucho. Un cortesano inglés, Francis Bacon (1561-1626),
propuso una nueva aproximación sobre un intento científico que se conocía como método
de inducción. Aconsejó a los científicos que empezaran a partir de observaciones del
mundo y que las utilizaran como base para establecer teorías generales. Esta aproximación
contrastaba con la tendencia de los pensadores medievales a someterse a la autoridad de los
modelos tradicionales sobre el funcionamiento del mundo.
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La expresión más evidente de esta aproximación fue la revolución cosmológica (que siguió
a los descubrimientos de Galileo, en el siglo XVII. La imagen tradicional del universo,
respaldada por la física aristotélica y la cosmología neoplatónica, ubicaba a la Tierra en el
centro, y a todos los cuerpos celestes alrededor de ella en una órbita fija. Los filósofos
escolásticos implantaron esta cosmología, que estaba profundamente entrelazada con su
visión metafísica del lugar del hombre, la Creación y Dios. Pero Galileo, mediante sus
observaciones a través de un telescopio fabricado por él mismo, vió que el Sol tenía
manchas que cambiaban de posición, lo que sugería que la Tierra se movía alrededor del
sol. Basándose en esta y en otras observaciones, pudo respaldar convincentemente el
modelo heliocéntrico (que órbita alrededor del Sol) propuesto por Copérnico unos setenta
años antes. Este descubrimiento, más que ningún otro, demostró que, al menos en lo que
respecta a la ciencia, la Iglesia y los antiguos se habían equivocado.
La Iglesia no comprendió la obra de Galileo y le obligó a retractarse bajo amenaza de
tortura. Sin embargo, la marea estaba cambiando, y la Iglesia al final no pudo resistir el
auge del nuevo espíritu crítico.
Una nueva era
Bajo la influencia de los antiguos atomistas, Galileo, Gassendi y Hobbes resucitaron la
visión mecánica de la naturaleza del universo. Estos filósofos empezaron a centrarse en el
ser humano y el mundo natural, en vez de en Dios y el otro mundo.
En el norte de Europa, el Renacimiento también provocó la reforma protestante, que
ocurrió cuando una serie de pensadores religiosos se rebelaron contra la Iglesia y abogaron
por un regreso a las enseñanzas de la Biblia. Reformadores como Erasmo de Rotterdam,
Calvino y Lutero cuestionaron las enseñanzas del catolicismo, y en 1517 se inició la
Reforma de forma oficial, cuando Lutero clavó sus 95 tesis en la iglesia de Witttenberg, en
Alemania, desafiando la autoridad de la Iglesia. Los protestantes estaban en contra de la
visión católica de que Dios solo podía alcanzarse a través de la institución de la Iglesia, y
enfatizaban la relación personal del individuo con Dios. Más tarde, el cisma resultante
dentro de la Iglesia liberó el collar de fuerza del pensamiento escolástico.
Aunque el Renacimiento fue muy importante para las artes y la ciencia, el verdadero
impacto sobre la filosofía aún tenía que producirse. Hacia principios del siglo XVII, el
escenario estaba preparado para una nueva generación de filósofos libres del dogma
religioso y que intentaban regresar al espíritu de la antigua Grecia. Al frente de. ellos estaba
el filósofo francés Descartes (1596-1650). Inspirado por las obras científicas de Galileo,
intentó aplicar el método matemático a todas las áreas de la comprensión humana para
crear un cuerpo de conocimiento sobre ciertas verdades obtenidas por la razón pura. Al
hacerlo, rompió con el pasado y añadió un nuevo fundamento a la filosofía y la ciencia.
La Ilustración
La evolución intelectual y social que tuvo lugar en Europa alcanzó su cima en el siglo
XVIII con la Ilustración. Los pensadores posteriores a Descartes empezaron a ver que
surgía una nueva era de la razón, una que al fin rechazaba los grilletes del medievo
caracterizados por una adhesión esclavista a la tradición, la autoridad y la superstición. La
ciencia se convirtió en la defensora de la rebelión contra el dogma de los filósofos católicos
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medievales. Francis Bacon había apelado a los científicos para que determinaran por sí
mismos la estructura del mundo natural, una estructura que él describía mediante una
metáfora legal como la ley de la naturaleza- Los avances científicos, sobre todo los de
Isaac Newton (1642-1727), llenaron de optimismo a los filósofos de la Ilustración, que se
ocupaban del progreso social y científico y que se hacían llamar librepensadores forjando
un nuevo y brillante futuro. En Francia, el grupo de intelectuales conocido como
philosophes y que incluía a Voltaire, Rousseau y Diderot, produjo una gran colección de
información llamada La enciclopedia, cuya ambición era catalogar el conocimiento
humano según el espíritu de la nueva ciencia. Rousseau desafió directamente al antiguo
orden al declarar que lodos los hombres son libres, y la presión social para que se
estableciera un sistema de gobierno más igualitario llevó a la Revolución francesa, en 1789,
a la que siguió la guerra revolucionaria y las napoleónicas, que sacudieron el orden político
establecido.
Racionalismo
Tras Descartes, la evolución de la filosofía se desarrolló en dos tendencias opuestas. La
racionalista y la empirista. La primera tendencia representada por filósofos como Spinoza y
Leibniz mientras que Locke, Berkeley y Hume en Gran Bretaña , junto con los philosophes
de París, representan la segunda. Los racionalistas, al igual que Descartes, consideraban
que la razón es la vía adecuada para establecer el conocimiento. Les influyeron los éxitos
contemporáneos del uso de las matemáticas en la ciencia y creían que, mediante el método
de deducción de los primeros principios era posible crear una gran teoría que lo explicara
todo, con lo que iniciaron una tradición de creación de un sistema metafísico. Spinoza
modeló de forma explícita su construcción intelectual a partir del método axiomatico de la
geometría euclidiana. En dicha construcción los axiomas y definiciones que parecen
evidentes y reconocibles a través de la razón son los que se establecen primero, y a partir
de ellos se deduce una serie de conclusiones sobre la naturaleza del universo. Dios, cuyo
conocimiento se puede descubrir de forma racional, sigue siendo el principio central de
estos sistemas, que presentan elementos del aristotelismo en su comprensión de los
conceptos básicos, como el de la sustancia.
Empirismo
La reacción británica a la nueva ciencia no consistió en enfatizar el papel de las
matemáticas, sino el de la observación empírica y en sospechar de la creación de sistemas.
John Locke, el primero de los tres grandes empiristas británicos de esta época, adoptó un
tono más modesto, ya que solo pretendía describir cómo se adquiere el conocimiento a
partir de la experiencia. Así, intentó determinar los límites de lo que el ser humano era
capaz de saber. Locke rechazaba la visión, asociada a los pensadores racionalistas, de que
tenemos un conocimiento innato de los principios abstractos, y argumentaba que todo
nuestro conocimiento proviene exclusivamente de nuestros sentidos. Por eso el proyecto
empirista de renovación era más radical que el de los racionalistas: la creación de un cuerpo
de conocimiento implicaba empezar de cero, lo que se relacionaba con el rechazo de los
empiristas a todas las distinciones conceptuales heredadas de la tradición aristotélica. Fue
este último rechazo de las enseñanzas ortodoxas, sobre todo de las que todavía se asociaban
a la Iglesia, el que preparó el camino del liberalismo moderno y dio empuje a los nuevos
ideales sociales y políticos.
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El segundo de los tres empiristas británicos, George Berkeley, es famoso por llevar la
aproximación de Locke a su extremo lógico y negar que podamos conocer cualquier cosa
que esté más allá de la mente. Según él, la simple idea de que hubiera un mundo material
más allá de nuestra percepción era una contradicción de términos.
El tercero, David Hume, intentó aplicar a la mente los principios que Newton había
aplicado al mundo; en otras palabras, buscó alguna ley subyacente que explicara sus obras.
Su conclusión escéptica fue que, además de la razón, otra cosa gobierna el
funcionamiento de la mente y es la base de nuestras creencias. Hume también es importante por sus ataques devastadores contra las creencias religiosas.
El pensador alemán Manuel Kant es otra de las figuras claves de la filosofia de la
Ilustración. Kant consideraba que su obra era una síntesis del racionalismo y el empirismo,
y afirmaba que la base de la adquisición del conocimiento era una revolución copernicana
que tenía lugar en la mente.
LA EDAD CONTEMPORÁNEA
La muerte de Kant en 1804 culminó un periodo que consideraba la ciencia y la
racionalidad como el camino al conocimiento del mundo y al progreso social. Mientras los
cambios políticos y tecnológicos se aceleraban y la fe en la razón se erosionaba, el
pensamiento occidental iba a tomar una nueva dirección.
El siglo XIX
El movimiento romántico que siguió a la Ilustración no se conformaba con una interpretación racional de la realidad, sino que buscaba una dimensión emocional v espiritual
como respuesta al mundo y al lugar del hombre en él. La base de esta evolución fueron los
cambios económicos y sociales que inició la revolución industrial, sobre todo, la aparición
de una nueva clase de trabajadores industriales empobrecidos. Las humillantes condiciones
en las que estaban atrapados y las divisiones sociales proporcionaron el impulso de las
filosofías socialista y utilitarista, que pretendían enfrentarse a los males de la industrialización.
Idealismo absoluto y otras corrientes filosóficas
La primera parte del siglo XIX estuvo dominada por el movimiento idealista absoluto de
Alemania. Los idealistas estaban imbuidos del espíritu metafísico y recuperaron algunas de
las ambiciones de los grandes creadores de sistemas del siglo XVII, Spinoza y Leibniz. Las
tres grandes figuras de esta escuela, Fichte, Schelling y Hegel, eran hijos de pastores
protestantes y habían estudiado teología, por lo que su influencia religiosa era evidente. Al
igual que Kant, consideraban que la conciencia humana era el principal hecho metafísico,
pero en vez de imponer simplemente una forma sobre la realidad, consideraban que la
mente o el espíritu la constituían. Si el universo se identifica con el pensamiento, al reflejarnos en el yo, podemos conocer la mente o el espíritu absoluto que caracteriza a la
realidad. Entre las disciplinas más estudiadas por el idealismo absoluto señalamos la teoría
del conocimiento y la metafísica.
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La inevitable reacción en contra de este optimismo metafísico fue un renovado respeto
hacia la investigación empírica como base del conocimiento. En Francia, el positivismo de
Auguste Comte rechazaba cualquier teoría que afirmara que el conocimiento no estaba
basado en la investigación científica, y consideraba que pensamiento religioso y el
metafísico estaban anticuados. Argumentaba que la sociedad debía tratarse como un objeto
de estudio científico, y acuñó el término sociología. Entre las disciplinas más estudiadas
por el positivismo señalamos la teoría del conocimiento y la filosofía de la ciencia.
En Inglaterra, Mill defendía un proyecto empirista comparable e intentó realizar una lógica
inductiva del descubrimiento. En cuanto a la política, Mill era liberal, y desarrolló la ética
utilitarista de su padre, James Mill, y de Jeremy Bentham para realizar una reforma social.
Entre las disciplinas más estudiadas por el utilitarismo señalamos la filosofía de la ciencia,
la teoría del conocimiento, la ética y la filosofía política.
En 1848, Marx, más radical, mediante el Manifiesto comunista apeló al derrocamiento del
sistema capitalista y de la sociedad de clases. Entre las disciplinas más estudiadas por el
marxismo señalamos la filosofía política.
Otro de los aspectos importantes de, la filosofía del siglo XIX, el vitalismo, está
representado por Schopenhauer y Nietzsche, que, de formas distintas, se posicionaron en
contra de la fe en la razón y la ciencia. Schopenhauer aceptaba la idea de Kant de la
existencia de una realidad incognoscible bajo las apariencias, pero aceptaba una esencia
irracional de la experiencia humana. Nietzsche también se oponía a la idea de la Ilustración
de que la razón es la fuerza básica de la vida. Kierkegaard es otro filósofo que merece ser
citado (dentro del existencialismo cristiano) defendía la realidad de la conciencia subjetiva
individual. Entre las disciplinas más estudiadas por estos tres últimos filósofos señalamos la
teoría del conocimiento y la ética.
El siglo XX
Filosofía analítica
Hacia inicios del siglo XX, los herederos del positivismo de Comte prepararon los
cimientos de las matemáticas y cuestionaron la categorización aristotélica de la lógica.
Frege intentó demostrar que la lógica y las matemáticas son aspectos interrelacionados del
mismo dominio de pensamiento humano; Russell argumentaba que todas las dificultades
filosóficas podrían resolverse si se aclarase la verdad de la estructura lógica del lenguaje
que yace bajo la superficie.
Este nuevo interés en el lenguaje se fue alejando de la búsqueda de un lenguaje ideal de
completa claridad científica para acercarse a un mayor respeto hacia el discurso ordinario.
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Wittgenstein y otros creían que las confusiones filosóficas eran el resultado del mal uso del
lenguaje ordinario. Sin embargo, lo importante de esta afirmación era que se concentraba
en cuestiones de significado y atención rigurosa a los detalles de la argumentación
filosófica.
Estas tendencias llegaron a caracterizar lo que se llegó a conocer como filosofía analítica,
que dominó el mundo anglosajón durante el siglo XX.
Su influencia en el estilo de la filosofía de los pensadores contemporáneos aún es evidente
en la actualidad. Entre las disciplinas más estudiadas por la filosofía analítica señalamos la
lógica, la teoría del conocimiento y la filosofía de la ciencia.
Fenomenología
Mientras, en Alemania, se empezaban a colocar los cimientos de una tradición alternativa.
Husserl regresó a la idea de Descartes de que la filosofía debería iniciarse con el tema del
pensamiento. Acuñó el término fenomenología para describir una aproximación a la
filosofía que se limitaba a describir lo que era directamente aparente para la conciencia.
Heidegger, a través de su crítica de Husserl, desarrolló una teoría del ser que tenía como
punto central al "Dasein", el ser humano y la forma en la que se encuentra en el mundo. La
influencia de Heidegger sobre los posteriores pensadores ha sido inmensa, sobre todo en la
fenomenología existencial de Sartre. Entre las disciplinas más estudiadas por la
fenomenología señalamos la teoría del conocimiento.
Marxismo
Las dos guerras mundiales, el Holocausto y las revoluciones comunistas de Rusia y China
tuvieron un gran impacto en la filosofía política de la época. La versión materialista de
Marx por parte de Lenin, seguida por el este socialista, se empezó a ocupar de temas como
el papel del Partido Comunista en los cambios. Al igual que Marx, consideraba que la
filosofía era una herramienta para cambiar el mundo, no una descripción desinteresada de
él, y creía que era un arma en esa lucha. Sin embargo, hacia finales del siglo XX, la
adhesión a las grandes narrativas, como la visión marxista de la historia, fue
desapareciendo. Entre las disciplinas más estudiadas por el marxismo señalamos la filosofía
política.
Postmodernismo
Varios pensadores del siglo XX pusieron en duda cada vez más la seria búsqueda de
consideraciones sistemáticas y completas de la realidad y la visión optimista del progreso
humano que prevalecía desde el Renacimiento. Desde el final de la segunda guerra
mundial, sus puntos de vista se habían ido uniendo hasta formar el movimiento conocido
como postmodernismo. Su actitud sigue el aspecto de la filosofía del siglo XIX que
criticaba los valores de la Ilustración, representado por la filosofía de Kierkegaard y la
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sospecha de la noción del conocimiento objetivo o verdad única de Nietzsche, que creía que
la idea de la verdad era un disfraz del poder y que la racionalidad era una imposición de las
distinciones humanas sobre un mundo irracional. Estas ideas influyeron profundamente en
filósofos del siglo XX como Lyotard y Foucault. Entre las disciplinas más estudiadas por el
postmodernismo señalamos la teoría del conocimiento y la ética.
(Extractos de Law, Stephen: Filosofía. Ed. Espasa. Madrid 2008.)
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