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Este trabajo “Origen y Fundamento del Pueblo Judío” ha sido publicado En M. Bergman, M. E. Crespo y G.
Cholak (compls.), Constructores de Puentes: Una Vivencia Interreligiosa (Buenos Aires: Bridge Builders, 2011),
pp. 29-42. Todos los derechos reservados.
‫ב''ה‬
Origen y Fundamento del Pueblo Judío
Por Dr. Fernando Szlajen, Ph.D.
Proyecto Constructores de Puentes
Frente a una breve exposición sobre el origen del pueblo judío,1 debo hacerlo,2 mediante la necesaria
y primordial aclaración del concepto de pueblo, el cual si bien está relacionado en la modernidad con
los de territorio y Estado, resulta extraña a estos, residiendo su diferencia en que sólo aquél depende
del juicio humano, ya que un territorio puede señalarse y describirse objetivamente, así como el
Estado puede ser referido a una institución erigida por los hombres explicada bajo su constitución y
funcionamiento, y puesto objetivamente de manifiesto ante el requerimiento de cierta documentación
específica al viajar por el mundo. Es decir, el concepto de pueblo, en distinción de los otros dos, es
habiente un factor conativo o axiológico, y esto, es debido a que el humano es el único ente en el
cosmos que no puede ser generalizado, en clara distinción con las fuerzas naturales o los átomos, los
cuales al aprender uno, conocemos absolutamente todos de su misma clase. En los humanos, si bien
son todos iguales en su naturaleza psicofísica, puede observarse diferencias individuales en su
constitución biológica, estructura psicológica, aptitudes, deseos, anhelos, intereses o tendencias,
pensamientos, ideas o caracteres, entre muchas otras cualidades, haciendo de cada individuo un
mundo distinto en sí mismo. No obstante, estas diferencias no se deducen de su humanidad, la cual
posee cada uno en igual medida. Así, desde lo biológico, el hombre identificado con un colectivo
humano singular, conformado como pueblo acorde a su participación en una etnia específica, en
tanto raza, no es aplicable al caso del judaísmo, dado que encontramos judíos de casi todas las etnias
o razas existentes, e incluso si la hacemos depender de los descendientes de Abraham, y a fortiori de
Shem,3 compartiremos dicha línea étnica con los ismaelitas,4 edomitas,5 moabitas y emonitas,6 entre
1
La denominación judío proviene de quienes pertenecían a la tribu de Iehudá (pl.iehudim, sing. iehudí. Génesis 35:23-26), uno de los
hijos de Iaakov, nieto de Abraham, quien es también llamado Israel (Génesis 25:26). Estos iehudim fueron los únicos que
sobrevivieron, luego de la destrucción y diezmo del norteño reino de Israel, con capital en Shjem, por los asirios en el 722 a.e.c. y la
del sureño reino de Iehudá, con capital en Jerusalem, por los babilonios en el 586 a.e.c./3338 c.j., destruyendo el gran templo y
siendo exiliados los iehudim a babilonia, comenzando su regreso a la tierra de Israel en el 538 a.e.c. (II Reyes, 17:3-6; 25:1-9).
2
He decidido esta forma de exposición, por parecerme la más apropiada según los requiere las circunstancias, tal como lo ha hecho
en similares condiciones, mis maestros, el profesor Yeshaiau Leibowitz y el Dr. Zvi Bekerman.
3
La cronología bíblica indica que Shem (1558-2158 del calendario judío,), de donde provienen los semitas, es uno de los tres hijos
de Noé (1056-2006 c.j), siendo el ancestro directo por la rama de Arpajshad, de Shélaj, Héber, Péleg, Réu, Serug, Najor y Téraj,
siendo este último el padre de Abraham (1948-2123 c.j.). De los tres hijos de Noé, Iéfet, Shem y Jam, surgen las setenta bíblicas
naciones primordiales del mundo y particularmente de Shem, encontramos a los asirios, entre los veintiséis pueblos que surgen de su
descendencia. Génesis 6:11; 10:1-32; 11: 25-26
4
Abraham tuvo ocho hijos, uno con Hagar, la sierva de su esposa Sará, el cual es el mayor, Ishmael, del cual descienden los
ishmaelitas, y luego Itzjak con su esposa Sará, sobre quien recae el pacto hecho por su padre con Ds, y otros seis con Ketorá. Génesis
16:1- 17:21; 21:12; 25:1-6.
5
Edom, es el pueblo que surge de Esav, hermano de Iaakov, hijos gemelos de Itzjak y nietos de Abraham. Génesis 25:21-30.
1
otros, sin poder singularizar el pueblo judío a partir de este criterio. Desde lo territorial, un pueblo
conformado por sus múltiples generaciones establecidas en un mismo sector geográfico a diferencia
de otro, es una característica que no se ha dado históricamente en el caso judío, dado que en
diferentes tierras hubo una constante composición de dicho colectivo humano conviviendo con otros.
El pueblo judío histórico, al menos desde hace unos 3000 años, si bien reconoció y reconoce un
territorio determinado y específico de este pueblo como “Tierra de Israel” en tanto tierra prometida
por Ds a Abraham y su descendencia por su hijo Itzjak y luego su nieto Iaakov, también llamado por
Ds, Israel, a partir del cual el pueblo de referencia lleva su nombre, no puede ser definido como un
pueblo de dicho territorio.7 Desde lo estatal, si el pueblo se define por el mecanismo de coerción y
control que éste instituye para sí mismo, son muchos los casos de sociedades habientes de
nacionalidad anterior a su sistema estatal, o bien generaciones que han vivido bajo un sistema estatal
y que no conformaron un pueblo, incluso sociedades que vivieron bajo diferentes sistemas estatales
y se reconocieron pertenecientes a un mismo pueblo, siendo el primero y el último caso aplicable al
pueblo judío, el cual nunca fue definido por su sistema estatal gubernamental dado que el carácter
diaspórico de la mayor parte de su historia, hizo que este mecanismo estuviera ausente. Así, el
pueblo judío se singularizó por siglos en ausencia fáctica de un específico y exclusivo territorio de
residencia así como de un Estado. Desde lo lingüístico, un pueblo como conjunto humano que
desarrolló por generaciones un singular idioma, el nacional, en el que se basan sus escritos,
pensamientos y producciones, no oficia de generalizado factor singularizante, dado los numerosos
distintos pueblos que comparten el mismo idioma e incluso pueblos bilingües o trilingües, o que en
definitiva su lenguaje no es la expresión de su singularidad.8 En este sentido, es verdad que el hebreo
sería el lenguaje del pueblo judío, pero no es debido a que fue el lenguaje cotidiano durante los
últimos 2500 años de la historia de este pueblo; incluso en nuestros días, el hebreo, aun con su
renovación en tanto lengua oficial del Estado de Israel, no es el idioma hablado por una gran parte
del pueblo judío. En épocas diversas, los judíos hablaron diferentes lenguas, y este fenómeno no
melló su conciencia común en tanto judíos. Y si nos referimos al hebreo como lengua principal
escrita, tampoco fue determinante, dado que durante significativos tiempos post-bíblicos, no fue el
hebreo la lengua dominante en la literatura judía, sino el arameo, en el cual se escribió la mayor y
monumental delineadora obra colectiva del pueblo judío, el Talmud,9 y la influyente traducción
6
Los pueblos de Moab y Amón, surgen de los hijos fruto de la relación incestuosa de Lot, sobrino de Abraham, con sus dos hijas,
Moab hijo de la mayor y Ben Amí de la menor. Génesis 12:5; 19:30-38. .Durante la bíblica historia del pueblo de Israel, ha existido
un vínculo no menor entre integrantes de estos pueblos y el de Israel.
7
Génesis 12:1-3; 13:14-17; 15:4-7, 17-21; 17:7-8; 21:1-12; 35:9-12.
8
Es interesante observar aquí el episodio bíblico de la Torre de Babel, donde la humanidad hablaba sólo un mismo idioma y poseía
un solo y mismo pensamiento o propósito, y Ds los confundió creando diversos idiomas para su dispersión obligándoles a cumplir el
mandato de llenar la tierra en lugar de concentrarse. (Génesis 1:28; 11:1-9)
9
El Talmud o Ley Oral es la columna vertebral teórica y práctica del pueblo judío, siendo una obra constituida por 6 órdenes y 63
tratados, y que recolecta la tradición oral legal y homilética, desde la revelación bíblica. El Talmud fue puesto por escrito durante los
siglos II y VI e.c., constando de la Mishná y la Guemará. Existen el Talmud Babilónico y Jerosolimitano.
2
bíblica aramea hecha por Onkelós.10 El idioma árabe fue aquél en que se escribió las obras
fundamentales de la filosofía judía,11 pudiendo indicar también el griego como el idioma en que se
compusieron algunas importantes obras filosóficas e históricas judías.12 Es decir, el reconocimiento
del idioma hebreo como singular nacional judío es debido únicamente a que la Torá fue dada en
hebreo y el pueblo judío histórico no se definió como pueblo por ser hebreo parlante sino por ser el
pueblo de la Torá, la cual fue escrita en hebreo.13 Luego, la noción de pueblo determinada en función
de su/s factor/es constituyente/s y diferencial/es de otros pueblos, no es un dato objetivo de la
realidad humana, y por ende el pueblo no es algo objetivo, sino una conciencia subjetiva existente en
un conjunto de humanos con continuidad histórica generacional concientes de que pertenecen a un
pueblo específico. Dicha conciencia nacional no es un producto de la realidad del pueblo sino que es
la causa y la condición de su existencia y realidad, y ante su desaparición también la secundará la de
dicho pueblo. Por ello, pueblos otrora existentes y vigorosos, ya no lo son a pesar que su destrucción
no fue física, sino de los factores que constituyeron aquella conciencia colectiva humana, los cuales
son variados y no pueden ser generalizados para todos los pueblos y condiciones. El pueblo judío
histórico no ha sido definido como raza, etnia, o pueblo de un territorio específico, o de un sistema
estatal determinado, ni uno de un lenguaje hablado en particular, sino como el pueblo de la Torá y
sus preceptos, el pueblo de una forma de vida y práctica específica la cual expresa la aceptación del
yugo celestial, del yugo de la Torá y sus preceptos. Esta Ley, es el factor histórico constituyente de
su unidad, conciencia y esencia nacional, la cual existió a lo largo de sus generaciones y resguardó la
identidad como biografía14 a lo largo de los tiempos, sociedades, regímenes, territorios, Estados,
10
Onkelós (35-120 e.c.), realizó una traducción comentada de la Torá al arameo, la cual resultó de tal importancia que figura en todas
las más importantes ediciones bíblicas judías, usándola como referencia exegética, leyéndola individualmente todos los Sábados
acorde a la perícopa hebrea correspondiente.
11
Entre ellas el Libro de las Doctrinas y las Opiniones de Saadia Gaón (892-942); el Libro del Kuzarí de Iehuda HaLeví (c. 1075- d.
1141); y la Guía de los Perplejos de Maimónides (1135-1204), entre otros.
12
Filón de Alejandría (c. 20 a.e.c – c. 45 e.c.), el considerado primer filósofo judío, escribió en griego 35 tratados exegéticos bíblicos
que fueron de gran relevancia en las posteriores exégesis e historia del pensamiento, trascendiendo los marcos judíos. Flavio Josefo
(Iosef ben Matitiahu, c. 37-101 e.c.), quien escribió sus obras en griego, fue uno de las grandes historiadores judíos antiguos y el más
citado en la Europa medieval.
13
M. Rosenak enfatiza la importancia del lenguaje en los siguientes términos: “By language, I referred to the canons, the way of
thinking and imagining, the Basic assumptions and procedures of a culture (or a field of study or realm of experience) that give it a
specific identity.” Y esto resulta de relevancia aún mayor en la cultura judía dado que en hebreo a diferencia del latín o el griego, y
mucho de los idiomas modernos, “palabra” y “cosa” se dice de la misma forma ‫ דבר‬davar, indicando que la palabra no es lo que
denota la cosa, sino que es la misma cosa, constituyéndose así el pueblo judío en la propia concreción de la Torá y sus preceptos. Ver
Fernando Szlajen, Filo-Sofía del Judaísmo: construyendo nuestro destino.(Buenos Aires, 2006), p.21. Fernando Szlajen, “Visión
Judía de la Homosexualidad: Monoteísmo, Pulsiones y la No Intercambiabilidad del Ser Humano” GCJC (Julio, 2009). Michael
Rosenak. “Educated Jews: Common Elements”, en Visions of Jewish Education (Cambridge, 2003). p.180.
14
El concepto actual de identidad judía refiere a un mero producto hereditario cuya naturaleza es marginalmente simbólica o auto
referencial desde lo emotivo o intelectual. Este ilusorio concepto moderno permite manipular ideológicamente culturas y por ende
pragmatismos, para apropiarse de una cierta cualidad o del imaginario atributo de un ser judío. Como diría Lévinas, “Pour des
millions d’israélites asimiles a la civilisation ambiante, le judaïsme ne peut même pas se dire culture: il est une sensibilité difusse
faite de vuelques idées et souvenirs, de quelques coutumes et émotions, d’une solidarité avec les juifs persécutés en tant que juifs.”
En cambio la biografía judía, evitando la indexicabilidad, es decir, el uso de palabras causales del aislamiento del hombre de su
contexto, resulta inescindible del hacer, de la práctica y narrativa por la cual describo mi vida en tanto judía, no pudiendo delegar o
eludir la responsabilidad de ser el propio judío, el actor fundamental que continúa y hace de hecho existir el judaísmo. De esta forma,
asistiendo a la reconstrucción del concepto original de cultura, (lat. cultus) no como el actual y evasivo de un saber teórico, sino
como el trabajar, practicar y cuidar algo específico, tal como se entiende la agricultura o puericultura, trabajar el campo o criar al
niño respectivamente. Y así lo dice la Torá en Deut. 32:46-47 “Poned vuestro corazón en todas las palabras que hoy pongo como
testimonio ante vosotros, para que las ordenéis a vuestros hijos, a fin que cuiden de cumplir todas las palabras de esta Ley. Porque
esta no es cosa vana para vosotros, porque es vuestra vida…” Ver Fernando Szlajen, Filosofía del Judaísmo:construyendo nuestro
destino. (Buenos Aires, 2006).
3
culturas, etc. De esta forma podemos observar que el pueblo judío caracterizado por una forma de
vida específica ceñida a la Torá y sus preceptos, constituyéndose en su tradición,15 comienza su
devenir de forma familiar con Abraham como su primer patriarca y el pacto que Ds hace con él,
sellado con la preceptuada circuncisión de su prepucio y la de todos sus descendientes,16 por el cual
cumpliendo éste los preceptos y leyes que Ds le comanda, eternas para todas las generaciones,
obtiene a su hijo Itzjak de su esposa Sará y la promesa de la tierra más tarde denominada tierra de
Israel. Dicho pacto se transmite y ratifica a través de dicho hijo y su nieto Iaakov/Israel y sus doce
hijos más una hija, de los cuales surgen las doce tribus de éste pueblo.17 Esta es la denominada época
de los patriarcas, caracterizada por el lazo entre Ds y cada uno de aquellos, mediante revelación y
transmisión del pacto, siendo la vida acorde a la ley dictada de Ds además del vínculo familiar y
luego el tribal, los factores de cohesión grupal. Aquí, no hay división de funciones, dado que lo
divino, sacerdotal y civil convergen en el patriarca. Unos 400 años después, Moisés, un descendiente
de Leví, hijo de Iaakov, comandado y guiado por Ds, libera a su pueblo de la esclavitud egipcia y lo
conduce a la tierra prometida a sus ancestros.18 En esta época acontece la entrega de la Torá
formalizada como Ley Escrita y Oral, en el monte Sinaí frente a todo el pueblo de Israel. Esta será la
época de la liberación y la propia concepción de nación, instituida por un completo conjunto de leyes
que comandan cada uno de los aspectos de la vida individual y colectiva. Aquí se produce una
delegación de potestades, desde su concertación en manos de Moisés a una casi republicana división
de poderes y funciones, por las cuales Moisés, por dictado divino, conservando el liderazgo político
y profético, delega a su hermano Aarón y sus hijos, el sacerdotal, e instituye premieres, jueces y
magistrados.19 Es precisamente aquí, donde al íntegro pueblo de Israel, o actual pueblo judío, se le
entregó, en el monte Sinaí, la Ley de forma completa, bajo la cual debe regirse. Esta Torá, como Ley
escrita y oral, bajo la cual todo judío está comandado a vivir, fue transmitida por Moisés al profeta
Yeoshúa, luego a los ancianos, a los demás profetas, a los sabios de la Gran Asamblea,20 y luego
codificados por los tanaítas o repetidores quienes escribieron la Mishná y los amoraítas o
comentadores, quienes la interpretaron y compusieron la Guemará, constituyendo el ya mencionado
Talmud, el cual fue estructurado y editado por los saboraim o ponderadores; y posteriormente
interpretados y ampliados por los gueonim, o prodigios grandes sabios y directores de academias
talmúdicas; y luego por los rishonim o primeros, y ajaronim o últimos, todos principales sabios y
15
Del latín traedere, transmitir, mismo significado de la palabra hebrea ‫ מסורת‬masoret, transmisión, proveniente del verbo ‫למסור‬
limsor, transmitir, el cual comparte su raíz con ‫ מוסר‬musar, moral o disiciplina. De la misma forma en la cultura judía por masoret se
entiende la Ley Oral o Talmud, las leyes y costumbres que fueron transmitidas de generación en generación. Así, la tradición judía es
la transmisión de las leyes, costumbres y creencias, es decir, todo un aparato que constituye el marco disciplinario práctico judío. La
Weltanschauung judía. Ver Fernando Szlajen, “The Lost Jewish People and The Relevance of Practices.” KolDor E-Journal (March,
2008).
16
Génesis 17: 9-27
17
Ver nota 6. Génesis 35:22-26. Éxodo 1:1-5. Números 1: 4-15. Los trece hijos de Iaakov fueron Reuben, Shimón, Leví, Iehudá,
Isasjar, Zebulún, Diná, Gad, Asher, Dan, Naftalí, Iosef y Biniamín. Las doce tribus fueron constituidas por diez hijos de Iaakov,
Reuben, Shimón, Iehudá, Isasjar, Zebulún, Biniamín, Dan, Asher, Gad, Naftalí, más dos nietos hijos de Iosef, Menashé y Efraím.
18
Éxodo, capítulos del 3 al 14.
19
Éxodo 18:13-27; Deuteronomio 16:18.
20
Mishná, Pirkei Avot 1:1
4
eximios juristas divididos cronológicamente por el código legal llamado Shulján Aruj o Mesa
Preparada, escrito por el Rab Yosef Karo (1488-1575), uno de los más importantes jurisconsultos
del judaísmo.21 Así, como ya he demostrado, el elemento en el que se cristalizó la constitución y
continuidad del judaísmo, fue en la Ley, formalizada en lo que se conoce actualmente como la
Halajá,22 conjunto de leyes que regula toda actividad y procedimientos del judío/a desde su
nacimiento hasta su fallecimiento, tales como lo dietario, conducta social y personal, marital,
comercial-laboral, ritual, fúnebre, etc., cuya recopilación más importante por su sistematización y
ordenamiento la encontramos en el último código legal citado. En este sentido es importante aclarar,
que en ningún momento estoy refiriéndome a los judíos a través de las generaciones sino a la entidad
histórica llamado pueblo judío. En otras palabras, así como la sociedad moderna está organizada
estatal y gubernamentalmente, sobre la base de la ley y el derecho, sin implicar esto que dicha
sociedad esté compuesta por individuos quienes en su totalidad cumplen dichas leyes, dado que hay
transgresores, criminales, delincuentes y evasores en mayor o menos medida, y hasta quienes ni si
quieran conocen las leyes, análogamente, el judaísmo histórico estuvo basado y fundamentado en la
aceptación de la Torá y sus preceptos, aun cuando durante sus generaciones hubo transgresores, y
aquellos quienes ignoraron dicho yugo y sus leyes. Esto no sólo es atestiguado por las fuentes
bíblicas y talmúdicas, y la historia posterior y hasta nuestros días, sino incluso por producciones
especulativas de diferentes ideologías dentro del propio pueblo de Israel, o pueblo judío. Ejemplo de
ello, es Saadia Gaón, de tendencia filosófico racionalista quien manifiesta explícitamente que el
pueblo judío no es tal sino en virtud de su Torá, de sus Leyes,
23
y por otro lado Iehuda HaLeví, de
tendencia neoplatónica, aunque pragmática y apologética, quien declara que el pueblo judío no hace
a otros sujetos iguales a los judíos por meras declaraciones verbales sino por obras relativas a las
prácticas comandadas por la Ley de la Torá.24 En otras palabras, el pueblo judío está basado en una
comunidad de prácticas y forma de vida legal, más que en una comunidad de ideas. En este sentido
es importante ver el hecho que la revelación en el pueblo judío se ha dado en el desierto y en formato
de ley, a diferencia de otros pueblos en los cuales según sus tradiciones, sus revelaciones fueron
dentro de una civilización, con su marco legal dado, y en formato de dogma de fe.
La historia del pueblo judío, tendrá su época de conquista de la tierra prometida,25 donde se
asentarán las tribus de éste pueblo, para luego entrar en la época de los jueces y posteriormente de
21
Tanaim, hasta el siglo II e.c., Amoraim, desde el II hasta el VI e.c., Saboraim desde el VI al VII e.c., Gueonim del VII al XI e.c.,
Rishonim del XI al XVI e.c. y Ajaronim, del XVI al actual.
22
‫הלכה‬, Halajá, proviene del verbo ‫ללכת‬, lalejet, cuyo significado es caminar o conduicirse. La Halajá sería el conjunto de leyes que
indican cómo el judío debe conducirse en cada una de las situaciones de su vida.
23
Saadia Gaón, op.cit.. III: 7. Saadia ben Yosef (892-942), fue uno de los principales filósofos judíos, traductor, comentarista, jurista,
formalizador litúrgico, y director de la academia talmúdica de Sura (Babilonia), fundador de la actividad científica-especulativa en el
judaísmo. La fuente bíblica citada por Saadia, además de tener en cuenta las ya citadas, es Jeremías 31:35-36.
24
Yehudá haLeví, op.cit. I: 115. Yehuda HaLeví, (c.1075- d.1140), fue filósofo, médico y uno de los mejores apologistas, así como
uno de los poetas más excelsos y relevantes del judaísmo e igualmente influyente en la lírica religiosa y litúrgica, componiendo más
de 800 poemas.
25
Siglo XIII a.e.c. Libro de Ieoshúa.
5
los reyes,26 cuyos más relevantes fueron Shaúl, David y su hijo el sabio rey Salomón,27 siendo este
último quien construye el Beit HaMikdash o Gran Templo de Jerusalem.28 Doscientos años luego de
la muerte del rey Salomón, y la división de los reyes de forma independiente para el norteño de
Israel y para el sureño de Iehudá,29 Asiria invade y diezma el reino del norte, provocando la
desaparición de diez de las doce tribus, mientras que 136 años después, Babilonia conquista el reino
de Iehudá, en ese momento gobernado por Tzidkiahu, destruyendo el Gran Templo y deportando a
los Iehudim, (judios), para luego de 70 años regresar del exilio a su tierra, Israel. En esta época de
Jueces y Reyes, se produce una difusión tribal y centrípeta del liderazgo, donde el sacerdocio oficia
de elemento de cohesión política y legal. En primera instancia el poder civil pasa a manos de los
jueces, mientras que luego los reyes, generan un sistema monárquico unificador en lo civil y político,
donde se observan períodos de anarquismo e idolatría. La tarea de los profetas en toda ésta época fue
siempre la de amonestación crónica a la autoridad civil para evitar que se corrompan por el propio
poder impuesto sobre ellos, intentando mantenerlos en el cumplimiento de la Ley. En este sentido, el
profeta presenta una concepción unívoca y unilateral conquistando toda su personalidad y su
actividad, toda su vida; no repara en las circunstancias de la realidad que lo rodea, no negocia entre
el deber ser y el poder ser, sino que prosigue en su camino a toda costa y precio. Tampoco hace
concesiones con lo contestatario, sino que se apega a su misión e intenta la concreción completa de
su visión. En el Judaísmo el profeta no es un oráculo, alguien que ve anticipadamente aquello que
sucederá ineludiblemente, más allá de lo que las personas puedan hacer, sino aquél que ve aquello
que deba suceder acorde a lo que las personas hacen, pero que sus severas amonestaciones y
acciones son en orden a cambiar las conductas de quienes no deciden guiarse ni guían a los demás
acorde a la voluntad divina,30 para modificar así y consecuentemente aquello que sucederá.
Vendrá luego la construcción del segundo Templo en Jerusalem,31en el cual rige el período de la
Gran Asamblea o Sanedrín. Posteriormente Israel es sometida por las dinastías Lágidas de Egipto,32
durante las cuales se escribe la Septuaginta, o traducción de la Biblia al griego por los setenta sabios.
La tierra de Israel, luego de un período de helenización va a ser sometida por la dinastía seléucida de
Siria,33 durante la cual los judíos son perseguidos por Antíoco Epifanes,34 provocando la conocida
revuelta de lo Macabeos liderada por Iehuda HaMacabí, y la renovada independencia, dando lugar a
la festividad de Januká, o fiesta de las luminarias, debido a los hechos milagrosos sucedidos en dicha
26
Desde el siglo XII al VI a.e.c. Libro de Jueces y Libros de Reyes I y II.
El rey Shaúl, el primero de Israel gobernó entre el 1020 y 1000 a.e.c. I Samuel 9-31. David fue el segundo rey, quien gobernó
entre 1010 y 970 a.e.c. y autor del libro de Tehilim o Salmos. I y II Samuel. Salomón, el tercer rey de Israel reinó entre el 970 y 930
a.e.c., y fue el autor del libro de Kohelet o Eclesiastés. I Reyes y II Crónicas.
28
Siglo IX a.e.c.
29
Siglo VIII a.e.c.
30
Tosafot al Tratado Ievamot del Talmud Babilónico, 50a. Estos Tosafot (adiciones o suplementos) son comentarios talmúdicos
realizados entre los siglos XII y XIV.
31
516 a.e.c. Libro de Ezrá.
32
323-197 a.e.c. Estas dinastías llevan dicho nombre por Lago, padre de Ptolomeo I, aunque también se la conoce como dinastías
ptolemaicas.
33
200-142 a.e.c. Esta dinastía era una de las más extensas del imperio helenístico, como consecuencia de la muerte de Alejandro
Magno y la repartición de su herencia de conquista, en la guerra de los Diácodos.
34
167-164 a.e.c.
27
6
reconquista del Gran Templo de Jerusalem, independencia y libertad.35 Luego, Pompeyo al frente de
los romanos conquista aquella tierra,36 pasando a ser un territorio vasallo del imperio romano, y
luego de cien años, ante la decretada supresión por Roma, del culto y vida judía, hubo una revuelta
general,37 la cual culminó en la destrucción total de Jerusalem conjuntamente con el Gran Templo,
cientos de miles de judíos asesinados38más otros miles vendidos como esclavos, y el trágico hecho
de Massada. Durante esta época, por sobre todo en el siglo I e.c. funcionaron dos de las grandes
escuelas talmúdicas, denominadas la casa de Hillel39 el viejo y la casa de Shamai,40 la cuales fueron
de relevancia superlativa en la interpretación de la Ley escrita y la tradición rabínica. Podríamos
concluir esta breve exposición con la subsecuente gran revuelta de Bar Kojbá41 contra la opresión
romana, la cual finaliza con el martirio de muchos de los grandes sabios judíos, entre ellos Rabí
Akivá.42 Época, ésta, en la cual el gran Shimón bar Iojai, escondido con su hijo durante 13 años en
una gruta en la Galilea, dado que los romanos habían decretado su muerte, escribió el Zohar, libro
fundamental y pilar de la mística judía o Kabalá. Esta última revuelta mencionada culmina con la
decisión e implementación por parte de Adriano de borrar todo vestigio de Israel, arando con bueyes
la ciudad de Jerusalem y cambiando el nombre de la Provincia de Judea por el nombre de un antiguo
rival extinto, los filisteos, creando el nombre de Palaestina y a Jerusalem denominándola Aelia
Capitolina. Casi un siglo después, se culmina la compilación de la Mishná por Rab Yehuda
HaNasí,43 y el Rab Nehuna ben Kahana escribe el Sefer HaBahir o Libro de la Claridad, otro de los
pilares de la mística judía. Entrando en la época de los amoraim y saboraim, donde se finaliza la
compilación y edición del Talmud Babilónico y Jerosolimitano. La historia del pueblo judío sigue
hasta nuestros días, pero como dije al principio de éste articulo, más allá de algo normativo, sino más
bien descriptivo y determinado como hecho histórico, el pueblo judío, como tal, surge y se mantiene
definido por su forma de vida acorde a la Ley de la Torá. En el siglo 19, surgió una crisis que
produjo una brecha profundizada y ampliada en cada generación hasta la actualidad, crisis producida
por la distinción entre judeidad y judaísmo. Gran parte del colectivo reconocido hoy como pueblo
judío, ya sea en la conciencia de los judíos como de los no judíos, no es definido como de hecho por
el judaísmo histórico, aun cuando no pocos en su seno luchamos, de forma particular o colectiva,
para hacer seguir existiendo aquel programa de vida específico judío, la mayoría menosprecia el
judaísmo reconociendo la judeidad, como un sentimiento marginalmente simbólico y yermo de aquél
contenido axiológico, espiritual y práctico que expresa la nacionalidad judía, como el corpus
reconocido como judaísmo histórico. Esta es la crisis que estamos viviendo actualmente.
35
164 a.e.c
63 a.e.c.
37
66 e.c.
38
70 e.c.
39
Tanaíta (70 a.e.c.-10 e.c.)
40
Tanaita (50 a.e.c.-30 e.c.)
41
135 e.c.
42
50- 135 e.c.
43
135-220 e.c.
36
7