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Breve historia de la usurpación
En el siglo XVI algunas Bulas Pontificias adjudicaban a España islas y tierras que se
descubran hacia el occidente, trazando una línea imaginaria que se marcaba cien leguas
de la isla septentrional de Azores, San Antonio, a 360 grados al oeste de Lisboa.
Aquello se consideraba del "Nuevo Mundo".
Ese ramillete de islas y archipiélagos que hoy conocemos como Malvinas, en 1493 se
encontraban en la zona que las Bulas Pontificias entregaban a España. Por lo tanto no
necesitaba "descubrirlas" ni ocuparlas para tener derecho sobre ellas.
Y no fue hasta 1520 que Esteban Gómez de la expedición de Magallanes, con su
embarcación San Antonio, quien las descubre. Dos años después se realizan las
primeras cartas cartográficas con su inclusión, 1522 Pedro Reinel, 1527 Santa Cruz,
1541 Sebastián Gaboto, 1544 Diego Gutiérrez, etc. Y fue recién en 1592 que una
expedición inglesa al mando de John Davis divisó las islas. Pero ninguna cartografía
inglesa, de la época, la registra. Por otra parte en el año 1600 un holandés que respondía
al nombre de Sebldt o Sebald Weert, divisa las islas, aplicándoles uno de los primeros
nombres, Sebaldes o Sebaldines.
Inglaterra y España realizan un tratado de paz en 1604, dejando sin vigencia la
pretendida adquisición de las islas. Y otro en 1670 expresa que los ingleses conserven
para sí los dominios en poder de ellos en América, pero que no navegarán ni
comerciarán en las colonias que Su majestad el Rey de España tiene en las Indias.
Ambrose Cowley, otro pirata inglés en 1684 armó otra mentira "descubriendo" las ya
descubiertas islas, bautizándolas como islas Pepys. Y más tarde en 1690 John Strong,
navega el canal interior de las islas (hoy San Carlos) rebautizándolas Falkland Sond. A
este le siguieron en 1701, otra incursión de un marino Beaucheme, que llega hasta la
bahía de la Anunciación, tomando posesión de la misma. Más tarde en 1705 se produce
otra toma.
En 1748 España protesta enérgicamente ante los ingleses por una expedición con fines
de poblar las islas, dicha expedición se retira, reconociendo los derechos de España
sobre las islas.
En 1764 una expedición francesa al mando de Bougainville intenta colonizar las islas
llamándolas Maluines, asentando un puerto en la parte Oriental. Nuevamente España
protesta y le son aceptados sus reclamos. Francia ordena a Bougainville, la devolución
del puerto, previo pago por los gastos realizados.
Otro corsario ingles John Byron, realiza incursiones a las islas efectuando cartas de
navegación y espionaje en 1765 y toma posesión de la que hoy conocemos como Gran
Malvina, esperando la segunda expedición al final del mismo año que comanda John
Mc Bride. Las dos con el propósito de ocupación territorial. Mac Bride funda el puerto
de Egmont, en honor a un lord. A mediados de 1766 España redacta una Real Cédula
declarando a las islas dependencias de la Capitanía General de Buenos Aires y
nombrando gobernador a Felipe Ruiz Puente. Paradójicamente fue un 2 de abril de
1767, que Francia hace entrega de las islas a España, y los ingleses que ocupaban parte
de un islote, Puerto Egmont, no realizan ningún reclamo a favor de su soberanía.
El gobierno de Buenos Aires, en 1768 establece que ninguna posesión inglesa puede
permanecer en las islas de la corona Española y en caso de no aceptar dicho mandato, se
procederá a desalojarlos por la fuerza. Para sostener lo dicho en 1770 una escuadra
española, al mando de Juan Ignacio de Madariaga, y comandadas por tierra por el
coronel Antonio Gutiérrez, desalojan a la guarnición inglesa del puerto de Saunders.
Los ingleses reclaman ante la corte de Madrid y en 1771, España declara: "La
restitución de su majestad británica del puerto y fuerte llamado Egmont no puede ni
debe afectar, en modo alguno, la cuestión de derecho anterior de soberanía de las islas
Malvinas, llamadas también islas de Falkland".
Años después de la restitución de Puerto Egmont a España, en 1774, Inglaterra desaloja
voluntariamente el islote Saunders. Se crea en 1776 el virreinato del Río de la Plata,
incluyendo las islas a la Gobernación de Buenos Aires, ejerciendo la jefatura
unipersonal el Gobernador o el Comandante, bajo la órdenes directas del Rey y más
tarde del Virrey. Este es el período de mayor poder soberano sobre las islas Malvinas de
España.
Entre 1773 y 1777 el Gobernador español de Malvinas (el último con ese rango) fue el
Capitán Franco Gil y Lemos, en ese período convierte la jerarquía institucional de
Gobernación a Comandancia, los motivos son puramente militares, para que el Rey
centralice más su poder. Por una licencia de Gil Lemos, asume interinamente como
Comandante Ramos de Carassa, fue éste quien retomó las tareas de fortificar y
remodelar los almacenes de los cuarteles ya establecidos. Asegurando la vigilancia,
sobre todo en el ex puerto Egmont, donde acostumbraban a desembarcar los invasores
ingleses. La lista de los Comandantes de las islas Malvinas sigue cambiando, ya que
todos asumían ese lugar, por un año aproximadamente, en que un nuevo relevo y
cambio de tropas y abastecimiento llegaba. Muy pocos fueron los habitantes radicados
en ellas, se calcula que en 1793 se contabilizaban unos 150 habitantes.
Esta es la nómina de los Comandantes designados por el Virreinato del Río de la Plata
en las islas Malvinas españolas:
Ramón Carassa (1777), Salvador de Medina (1779), Jacinto de Altolaguirre (1781),
Fulgencio Montemayor (1783), Agustín Figueroa (1784), Pedro de Mesa y Castro
(1786), Ramón Clairac (1787), Pedro de Mesa y Castro (1788), Ramón Clairac (1789),
Juan José de Elizalde (1790), Pedro Pablo Sanguineto (1791), Juan José de Elizalde
(1792), Pedro Pablo Sanguineto (1793), Juan Aldana y Ortega (1794), Pedro Pablo
Sanguineto (1795), Juan Aldana y Ortega (1796), Luis de Medina y Torres (1797),
Francisco Xavier de Viana (1800), Ramón Fernández de Villegas (1801), Bernardo
Bonavia (1803), Antonio Leal de Ibarra (1803), Bernardo Bonavia (1804), Antonio Leal
de Ibarra (1805), Bernardo Bonavía (1806), J.C. Martínez (1807), Gerardo Bordas
(1810) y Pablo Guillén (1810).
Cuando la gobernación del Río de la Plata se radicó en Montevideo, (1811) convertida
en fuerte realista, ordenó a las fuerzas en las islas Malvinas abandonar la comandancia y
evacuar las islas. A partir del 25 de mayo de 1810 con el primer gobierno patrio, y en
medio de una tumultuosa revolución y pocos medios, obligó a nuestros hombres a
dedicarse exclusivamente al territorio continental. Apenas consolidado el gobierno
nacional y bajo el nombre de "Provincias Unidas del Río de la Plata" se ocuparon del
territorio insular "Islas Malvinas" nombrando: concesionarios, comisionarios y
comandantes políticos militares. El dominio de las islas por títulos jurídicos de España,
ahora en poder del gobierno de las Provincias Unidas, le daba derechos a administrar y
regir, y autorizar por ejemplo, la caza y la pesca. Así lo hizo, a solicitud de Enrique
Torres, se le suministró un permiso de desembarcar en las islas Malvinas, con el
propósito de cazar lobos marinos. Permiso fechado el 30 de enero de 1813. Como hasta
la fecha (1820) no se había establecido ninguna comandancia fija en las islas, se le
comisionó a David Jewett con su embarcación "La Heroica" a tomar posesión de ellas, a
nombre del Supremo Gobierno de las Provincias Unidas. Así fue, que el 6 de noviembre
de 1820, en el Puerto Soledad sobre las ruinas de la antigua fortificación, se enarbola
por vez primera la bandera nacional, disparándose 21 cañonazos como saludo obligado.
Jewett permaneció por un año en el cargo y fue remplazado por el Teniente Coronel
Guillermo Masonn. Para proteger nuestras aguas y costas territoriales, por los estragos
cometidos por buques extranjeros, que se negaban a pagar derechos, la Honorable Junta
de Representantes de Buenos Aires, sanciona la ley de caza y pesca a pedido del
Comandante político militar de Patagones Coronel Gabriel de Oyuela. Luego se le
acoplaron varios decretos a esta ley, la última del 22 de octubre de 1829.
Luis Vernet de Hamburgo y Jorge Pacheco de Buenos Aires, se asocian y solicitan al
gobierno de Buenos Aires la autorización para el comercio de carnes, cueros y ganado
vacuno en la isla Oriental de Malvinas. Para ello ofrecían la refacción de los edificios
para tenerlos a disposición de las autoridades, haciéndose cargo de las reparaciones y
ampliaciones. El 28 de agosto de 1823 por decreto firmado por Martín Rodríguez y
Bernardino Rivadavia acordándoles la concesión, con habilitación para usufructuar los
bienes referidos, agrega el Gobierno de Buenos Aires... "en la inteligencia que
semejante concesión jamás podrá privar al Estado del derecho que tiene a disponer de
aquel territorio del modo que crea más conveniente a los intereses generales de la
Provincia, y lo cual se verificará tan luego que sus recursos le proporcionen el poder de
establecerse en él de un modo efectivo y permanente...".
En diciembre de 1823 Pacheco se dirigió al gobierno solicitándole, la autorización para
la partida hacia Malvinas y la petición para que el capitán de milicias retirado Don
Pedro Areguatí, se le otorgue el título de Comandante de Soledad, sin. goce de sueldo.
Fundamenta la petición con los siguientes términos: "De este modo Señor Exmo. se
posesiona la provincia de aquella abandonada Isla, y aun hace que paguen los buques el
derecho de anclaje de que escrupulosamente se dará cuenta al erario (sic), porque
Areguatí piensa formar de los mismos peones una Compañía de cívicos con sus cabos y
sargentos, para darle a esta operación toda la representación posible en obsequio de una
propiedad (sic), de la Patria, 'levando las armas y municiones de cuenta de la
negociación, y si V.E. tuviese a bien destinar algunos cañones de fierro para defender el
punto de incursiones de piratas en aquellas abandonadas baterías, serían reparadas, y
puestas en aptitud de que sirvan al Gobierno para restablecer el presidio".
El gobierno atendió el pedido y bajo decreto del 18 de diciembre de 1823, otorga los
terrenos bajo la precisa obligación de hacer constar "la mensura y amojonamiento para
que pueda optar a los títulos de propiedad". También se nombra a Areguatí como
Comandante de la Isla, haciendo saber su decreto a todas las personas "para que lo
reconozcan por comandante a fin de que se conserve el orden y se eviten excesos".
Disponiendo "a todo buque que arribase, ya sea por aguada, víveres u otro motivo, se le
cobrará el derecho de ancoraje". Por otro decreto se le concede a Vernet los terrenos
baldíos de la Isla Soledad y de los Estados y a Pacheco los terrenos de la parte sudeste
de la isla, con la promesa de parte de estos de edificar a su cargo una colonia en el lapso
de tres años.
El gobierno de Buenos Aires nombra a Luis Vernet como Comandante Político y
Militar, delegándose "en su persona toda la autoridad y jurisdicción necesaria" Vernet,
pasa de ser un modesto concesionario, a representante político del Gobierno bonaerense,
en el sello de la documentación se podía leer, "Armas de la Patria. Comandancia de
Malvinas y adyacentes".
Vernet, preparó mapas, nombró agentes en el exterior, para promover la llegada de
colonos, segmentó las islas en partes (11), y otorgó tierras para la radicación y
explotación. En el año 1831 Vernet diseñó un plan para organizar la caza de ballenas y
focas, en aplicación de la ley de pesca. Acorde con estas leyes se tomaron medidas
punitivas contra tres goletas norteamericanas: Superior, Harriet y Breakwater, de estas
tres dos fueron capturadas, lo que generó graves problemas diplomáticos con los
Estados Unidos y obviamente con su cónsul en Buenos Aires, Jorge Slacum, que
justamente era representante de los intereses económicos de dichos pesqueros.
Como no podía ser de otra forma, los "primos" de los piratas ingleses, encabezados por
el cónsul Slacum quién mandó utilizar la fuerza con su corbeta de guerra, Lexington, al
mando del Comandante Silas Duncan, éste desembarcó en las islas ocupó los edificios,
capturó a los "culpables" de la detención de las naves pesqueras norteamericanas y
destruyó todo a su paso, incautando todas las mercaderías del almacén más cueros y
herramientas. Regresando a Montevideo en febrero de 1832.
A causa de la destrucción de los norteamericanos, Vernet solicitó al gobierno nacional
equipamiento y voluntarios para la tarea de reconstruir la colonia, porque sólo habían
quedado veintitrés habitantes. Juan Manuel de Rosas, nombra al Sargento Mayor de
Artillerías, Esteban José Francisco Mestivier, como Comandante Civil y Militar de las
Islas Malvinas, el 10 de septiembre de 1832 el Ministerio de Guerra y Marina decreta
dicho nombramiento. La goleta Sarandí arriba a Malvinas el 10 de octubre, ante la tropa
y habitantes asume sus funciones de Comandante Mestivier.
Meses después una sublevación de los efectivos desata una rebelión en la que pierde la
vida el Comandante Mestivier. Cuando el comandante Pinedo de la goleta Sarandí llega
a puerto días después, se encuentra con las novedades, por lo que tiene que asumir el
cargo de comandante interino.
El 2 de enero de 1833 arribó al puerto el navío de guerra de bandera inglesa, Clio, al
mando de John James Onslow. Pinedo ni intentó defender la posesión, embarcó la tropa
y zarpó rumbo a Buenos Aires, dejando izada en tierra la Bandera Argentina, al cuidado
de Juan Simón, a quien nombró Comandante Político y Militar de las Islas.
Desde hace 171 años el invasor inglés mantiene en su poder las Islas Malvinas, sólo por
breves e inolvidable momentos "Ellas" retornaron a sus legítimos dueños .. los
argentinos. Ahora cada uno de nosotros debe imponerse un deber, enseñar y difundir a
sus hijos y familiares la Historia de Nuestras Malvinas.
Rosas y Malvinas
Muchos acusan a Rosas de entreguista por el hecho de haber ofrecido a los ingleses las
Malvinas por el pago del empréstito adeudado. Esa acusación, es no conocer la picardía
y astucia diplomática de Rosas.
Si bien hubo litigios desde tiempo atrás, lo cierto es que para 1829 la Confederación
ejercía la ocupación y el derecho sobre las islas, sin cuestionamientos.
Para esa fecha, un grupo de comerciantes ingleses interesados en la explotación ovina y
de trafico marino, liderados por Mr John Thwaites, incitan a Woodbine Parish, que roba
roba los documentos y antecedentes que se encontraban en el Archivo de Gobierno de
Buenos Aires y el diecinueve de noviembre de 1829 escribe al Foreign Office que las
islas, de alto valor estratégico para el Foreign Office, deben ser obtenidas para
Inglaterra, en “pago” del empréstito Baring.
Forbes, representante norteamericano, denuncia la maniobra destacando el valor
estratégico. Inglaterra entonces decide tomarlas por la fuerza.
La ocupación se produce durante el gobierno de Balcarce, y a mediados de 1833 se
comenta en Londres que el gobierno argentino retiraría su representante, lo que
preocupa a los comerciantes.
Instalado Rosas en el poder, nunca consentirá la ocupación, sino que trata de recuperarla
con picardía diplomática; en efecto, se las ofrece en transacción por el empréstito a los
ingleses en forma extraoficial a través de Moreno, para que , en caso de ser aceptado el
ofrecimiento, fuera rechazado por la Legislatura provincial, pero quedaría el
reconocimiento ingles sobre los derechos de la provincia.
Similar estrategia usaría respecto a la Patagonia, que los ingleses no reconocían como
nuestra. Esto surge claramente de la interpretación de una carta dirigido por David
Robertson de la casa central Baring, a Ferdinand White, representante de Baring en
Buenos Aires:
“Ud. no desconocerá que Rosas ofreció arrendar una porción de la Patagonia a la Casa
Baring a manera de una seguridad colateral por esta deuda. Los señores Baring
declinaron considerar la cuestión a causa, según yo creo, de que tenía dudas sobre si la
Patagonia pertenecía a Buenos Aires y se supone que una de las razones por la cuales
Rosas hizo el ofrecimiento fue conseguir de Inglaterra la sanción de los derechos de
Buenos Aires a la Patagonia”. Cabe aclarar que Baring no era solo uno financista
usurero, sino que además era un asesor financiero del gobierno ingles.
Lamentablemente esta vez la astucia de Rosas no alcanzo a engañar la experiencia del la
diplomacia pirata. Por otro lado, Rosas peleaba en dos frentes al mismo tiempo.
25 ANIVERSARIO DE LA GESTA HEROICA DE LA RECUPERACION DE
MALVINAS.
(por Vcom. (R) Horacio Ricciardelli - VGM) (1)
"Para defender la causa de la independencia no se necesita otra cosa que orgullo
nacional" (Brig. Gral. José de San Martín)
Nuestras Islas Malvinas fueron ocupadas violentamente por Gran Bretaña, el 2 de enero
de 1833, mediante el ataque de John Onslaw al comando de la corbeta "Clío",
erradicando por la fuerza a toda una población argentina, desde el momento que la
misma G.B. reconoció a la Rep. Argentina o Confederación Argentina, como heredera
jurídica, geográfica y continuidad histórica del Ex- Virreinato del Río de la Plata,
creado por real cédula del 1º de agosto de 1776, cuya creación definitiva se operó en
1778. Su superficie era de 5.500.000 Km2 y comprendía todas las posesiones extra
continentales, a las cuales incluía las Malvinas. En esa línea histórica pasaron más de 22
gobernadores.
Desde esa usurpación por la fuerza ilegal mantuvieron su intransigencia e intemperancia
a querer sentarse a las mesa de negociaciones pese a que desde la creación de la
O.N.U.(Organización de las Naciones Unidas) en 1945, y su comité de Descolonización
(1946), en cual la misma G.B. puso a disposición, entre 43 posesiones y otros territorios
de ultramar a las Islas Malvinas.
Es interesante saber que el duque de Wellington (General del Ejército Británico)
vencedor de la famosa batalla de Waterloo, donde venció a Napoleón Bonaparte y
proyecta a G.B. como potencia imperial frenando en el continente europeo la fuerza
arrolladora de los ejércitos franceses y que junto a la batalla naval de Trafalgar, España
y Francia unidas, G.B. pasa a aplicar su concepción geopólitica de expansión a través de
los mares del mundo, necesitando imperiosamente ocupar los enclaves que dominan los
pasajes marinos y/o por su importancia los lugares geográficos claves para su expansión
continental y mundial, decía lo siguiente:"He repasado los papeles concernientes a las
Islas Falkland (Malvinas). No resulta de ninguna manera claro para mí que jamás
hayamos poseído la soberanía sobre estas islas".
En el año 1965 la Asamblea General de la ONU, aprobó la resolución 2065, por la cual
invita a los gobiernos de la Argentina y G. Bretaña a examinar y negociar, además de
encontrar una solución pacífica así como considerar los "intereses" y no los "deseos" de
la población de las Malvinas, como quería G.B. Estos habitantes impostados por la
fuerza por haber erradicado violentamente una población autóctona, perdían el derecho
a la "autodeterminación" que siguen invocando hasta hoy.
El triunfo argentino en las ONU (2065) traía aparejado un gran dilema en la futura
política exterior británica:
- O cumplía de buena fe por lo dispuesto y entablaba serías negociaciones con la
Argentina, lo cual terminaría tarde o temprano con el reconocimiento de nuestra
soberanía por las Islas Malvinas...
- O argüía algún curso de acción que le permitiera zafar de la ONU, demorando sus
efectos resolutorios...
- O se preparaba para enfrentarse, violentamente con Argentina.
En el período 65/69 el gobierno Laborista Británico de Harold Wilson y su ministro de
Relaciones Exteriores, Michael Stewart, redactaron el "memorándum de entendimiento"
con argentina, que expresaba que G.B. "reconocería la soberanía argentina sobre las
Islas Malvinas, cuando tuviera evidencias de que los intereses de los isleños estén
satisfechos".
Consecuente con esto, la Argentina de buena fe, en la década del '70, en su primera
mitad, estuvo dedicada a negociaciones bilaterales urgidas por la ONU, Resoluciones
2621 y 3160, por las cuales la Argentina dio asistencia continental a las islas:
alargamiento de la pista de aterrizaje, comunicaciones aéreas regulares, facilidades para
la salud y educación de los isleños, abastecimiento de gas y combustible, víveres frescos
todas las semanas en vuelos LADE (Línea Aérea del Estado), etc.
Pese a ello, un nuevo gobierno Inglés demoró y congeló las negociaciones bilaterales,
volviendo a una estrategia de no hablar de Soberanía Argentina y hacerse los distraídos
con la ONU, cuyo Consejo de Seguridad integra con EEUU, RUSIA, CHINA Y
FRANCIA en forma permanente, teniendo voz, voto y veto.
Así llegamos al 2-abril-82, casi 150 años de intransigencia en querer hablar de soberanía
Argentina sobre la Malvinas, por eso independientemente de un gobierno dictatorial y
represivo, el desembarco de ese día se hizo sin derramar una gota de sangre, salvo la de
argentinos que recuperan para el patrimonio nacional, parte de su territorio cercenado
por el engaño y el fraude histórico, geográfico y jurídico de G.B, mandando la flota
colonialista más grande de su historia, 140 buques de guerra y logísticos, a 14.000 Km
de distancia, apoyados y sostenidos logísticamente por EEUU y la OTAN
(Organización del Tratado del Atlántico Norte), alianza militar de la Unión Europea,
todos ellos unidos para acallar los derechos soberanos Argentinos y reconocidos por la
Comunidad Internacional.
Por eso la Guerra Nacional de Malvinas, repito, con independencia de los Dirigentes
Militares que ejercían una feroz dictadura militar liberal y al servicio de los intereses
extranjeros, la causa Malvinas no nace el 2-abril-82, ni termina el 14- junio-82; fue una
batalla histórica inscripta en moldes de oro, como fue el rechazo de la primera invasión
inglesa (1806) y segunda invasión inglesa (1807) sobre la gran aldea de Buenos Aires,
que fueron rechazadas por el valor y el coraje de toda una población que no llegaba a
casi 40.000 habitantes, pero estaba conciente, como decía el Gral. Belgrano: " Ni amos
viejos ni amos nuevos" y para la gran desesperación de Inglaterra que no podía por la
vía militar adueñarse del Virreinato del Río de Plata, y como todo un pueblo combatió
unido en la causa de la Defensa y Reconquista de Buenos Aires, siendo la sorpresa para
los racistas ingleses que hasta los esclavos negros pelearon con fiereza y así lo hicieron
notar en los juicios militares de Beresford y Whitelocke.
Como la Guerra por la Independencia en América del Sur, con San Martín y Bolivar a la
cabeza de Ejércitos Libertadores, o resistiendo en la Vuelta de Obligado, y Punta
Quebracho por la pretensión Imperialista de Inglaterra y Francia de querer la libre
navegación de nuestros ríos interiores.
Malvinas está inscripta en esas grandes luchas contra el colonialismo Anglo-Americano
que actualmente se viven, en Afganistán e Irak, en la cual la guerra en el Atlántico Sur
vino a sacarle la careta a estos imperialistas que se la dan de democráticos y defensores
de los valores culturales y humanos del mundo, cuando en realidad pretenden el libre
saqueo de las riquezas en especial de Argentina y América Latina, devastando todo a su
paso como Atila y sus bárbaros Hunos.
Por esta causa justa, se opusieron los poderes internacionales del momento, siendo los
que actualmente dirigen las campañas des-malvinizadoras desde afuera y desde adentro
con los cipayos de turno que no escatiman recursos, que sacan al mismo pueblo
argentino a través de la usuraria, fraudulenta e ilegal deuda externa, o llevándose
nuestras riquezas y la renta nacional, o sumiendo en la miseria y el hambre al pueblo
argentino.
Testigos de esta lucha son los 649 muertos, Oficiales, Suboficiales, Conscriptos de las
Fuerzas Armadas, de Seguridad, Civiles y Voluntarios que acudieron por el clarín de la
defensa soberana a ofrendar sus vidas por la PATRIA, no por intereses mezquinos,
subalternos y denigratorios de individuos inescrupulosos y faltos de valor y coraje para
entender que esta era una guerra histórica contra un enemigo histórico.
También son testigos vivientes con profundas heridas físicas y psicológicas, como
también los que se han suicidado por no tener la comprensión de las autoridades de un
reconocimiento y apoyo a sus combatientes, ni haberles explicado que pelearon por la
Patria. En fin, todos los combatientes que gracias a Dios, somos testimonio de las
grandes proezas hechas en el campo de Batalla Malvinas y Georgias del Sur,
reconocidas por el mismo enemigo y no por los amanuenses débiles y cobardes que
consideran a la Guerra inútil. Inútiles e incapaces son aquellos que quieren denigrar y
des-malvinizar los hechos reales de los cruentos combates donde se mostró el coraje y la
gallardía de nuestros combatientes.
¿Porqué la "dama de hierro", borracha, cuando dejó de ser 1ra. Ministra de G.B. firmó
un decreto que por 99 años no se podían exhumar ningún documento sobre la guerra de
Malvinas?. Porque al día de hoy si dicen las verdaderas pérdidas, tamaño escándalo se
produce en G.B. Acaso van a blanquear que tuvieron siete Buques de Guerra hundidos:
Shefield, Ardent, Antelope, Coventry, Atlantic Conveyor, Sir Galahad y buque de
desembarco F-4 (Fearless). O fuera de Combate, cinco: Glasgow, Antrim, Argonaut, Sir
Tristan, Glamorgan. O averiados de distinta consideración, doce: porta-aviones Hermes
e Invencible, Arrow, Alacraty, Brilliant, Broadsword, Sir Lancelot, Sir Bedivere,
Fearless, Avenger, Plymouth, Exeter. O los 31 aviones destruídos (19 "Sea Harrier" y
12 "Harrier"), 16 aviones dañados que aterrizaron (10 "Sea Harrier" y 6 "Harrier" y más
de cuarenta helicópteros de combate, deconociéndose cuantos de ellos iban en el
transporte Atlantic Conveyor. Se calcula el costo de ese material destruido en más de
u$s 2.000 Mill.
Hablan de 235 soldados ingleses muertos en Malvinas, ¿será esa cifra? o solo son
ingleses sin contar Nepaleses, Chinos, Australianos, Canadienses, etc.
Algún día se sabrá. ¿Se hundieron Destructores tipo 42, como el Shefield y la Coventry,
con arsenal nuclear?. ¿Estaban dispuestos, perdido por perdido a usarlo? ¿Porque no
reconocen el ataque al Porta-aviones Invencible, cuando murieron dos pilotos de la
Fuerza Aérea Argentina, 1er.Ten. Castillo y 1er. Ten.Vázquez.
El 13-jun-82, escribía el Alte. Woodward, en su diario:"Francamente, si los argentinos
pudieran sólo respirar sobre nosotros (en ese momento) nos caeríamos...Tal vez ellos
estén igual. Solo cabe esperar que así sea, de otra manera estamos listos."
De esta naturaleza estamos hechos los Argentinos y así hemos de conservarnos en el
devenir histórico.
La argentina nunca fue imperialista o expansionista, por ello perdió casi la mitad de su
heredad histórica que fue el virreinato del Río de la Plata, jamás fue a luchar guerras
ajenas, en lugares distantes y mucho menos para conquista y saqueo.
Fuimos magnánimos al Independizar casi medio continente suramericano, sin pretender
nada a cambio, fuimos los creadores, a través de la Doctrina del Dr. Drago, la no
intervención de las Flotas de Guerras, para el cobro compulsivo de las deudas externas,
como pretendieron una coalición europea usurera, en contra de la Rep. Hermana de
Venezuela.
Los Héroes de nuestra historia, los Héroes de la Guerra del Atlántico Sur, son tales
porque la Argentina, la Madre, pare a sus hijos con esa sangre, y cuando corre esa
sangre, no hay derrota que aniquile una vocación de justicia y grandeza nacional que
corre por las venas de los Argentinos, hombres y mujeres que llegarán pese a todo. Por
eso duelen los muertos, los heridos, los suicidados, pero más duele vivir sin dignidad ni
orgullo nacional. La causa Malvinas es un sentimiento Nacional y Popular, como otros
de nuestra historia reciente, caso del Gral.Perón.
En las historias de los hechos bélicos, hay dos clases de hombres, los Gladiadores y los
Escribas; dentro de éstos últimos están los que relatan los hechos a la realidad y los
otros, los mercenarios, bien pagos por el imperio inglés para distorsionar la verdad.
"En ese sentido la ocupación británica de 1833, fue en esa época un acto de
injustificable agresión... (Memorándum Oficial de la Cancillería Británica, 17-sept1946). Para terminar hay que desterrar el término invasión, agresión o cobarde agresión,
dado que nadie invade lo que es de él, en este caso las ¡¡Malvinas son Argentinas!!
(1) El Vcom. (R) Horacio Ricciardelli es autor de "Los Protocolos de la Corona
Británica - Etrategia Anglo-americana" Edit. Struhart)