Download El ISIS y la dinámica del genocida

Document related concepts
no text concepts found
Transcript
El País
El ISIS y la dinámica del genocida
El psiquiatra y antropólogo francés Richard Rechtman
estudia los procesos
que convierten a jóvenes anodinos en islamistas
radicales y verdugos sin alma
•
Consulte otros temas en el suplemento IDEAS
Guillermo Altares 29 NOV 2015 - 00:00 CET
•
•
•
Enviar
Imprimir
Guardar
Desde los atentados contra la revista satírica Charlie Hebdo y el supermercado judío
Hypercacher, incluso antes, desde que ciudadanos de toda Europa comenzaron a acudir
a Siria para combatir bajo la bandera negra del terror del Estados Islámico (ISIS),
Francia ha tratado de responder a una pregunta: ¿cómo es posible?, ¿qué lleva a unos
jóvenes franceses a cometer crímenes atroces, no sólo en Francia sino también en
Oriente Próximo? La masacre del 13-N en París (130 personas muertas y tres centenares
de heridos) ha hecho todavía más urgente encontrar una respuesta que es dudoso que
exista.
Las tertulias de radio y televisión, la prensa, pero también las mesas de novedades de las
librerías, se han llenado de todo tipo de análisis sobre el proceso de radicalización. A
expertos que llevan décadas estudiando el islamismo radical, como Olivier Roy, Gilles
Kepel o Farhad Khosrokhavar, se están sumando nuevas voces como las que acudieron
a un congreso en París en mayo, cuyas conclusiones aparecieron justo estos días en
Francia en un libro, L’ideal et la cruauté (El ideal y la crueldad), coordinado por Fethi
Benslama.
El psiquiatra y antropólogo Richard Rechtman (París, 1958) ofrece en este volumen una
de las visiones más interesantes y novedosas. Frente a la mayoría de expertos, que
parten del estudio del islamismo radical y de Al Qaeda, Rechtman ha logrado articular
una mirada diferente porque ha pasado más de 30 años estudiando los mecanismos que
llevaron a la barbarie de los Jemeres Rojos en Camboya. No sostiene que el ISIS esté
llevando a cabo un genocidio como el de Camboya en los setenta, pero sí que los
procesos que convierten a jóvenes aparentemente anodinos en verdugos son parecidos.
“Se puede trazar solo un paralelismo con los pequeños verdugos de Camboya y también
con lo que llamo los genocidas en general”, explica durante una entrevista en su
consulta de psiquiatra en París, situada cerca de los Jardines de Luxemburgo.
“Establezco una diferencia entre el genocidio y los genocidas. El genocidio tiene una
definición jurídica, muy precisa, la exterminación de un pueblo. No es a lo que me
refiero, sino a que dentro del genocidio están los genocidas, los que llevan a cabo el
crimen, que encontramos en los procesos bélicos o incluso en el terrorismo”, prosigue
Rechtman, autor de libros como The Empire of Trauma. An Inquiry into the Condition
of Victimhood [El Imperio del trauma: una investigación sobre la condición de víctima]
(Princeton University Press, 2009) o Les vivantes [Las vivientes] (Editions Léo Scheer),
novela ambientada durante el genocidio de Camboya.
Richard Rechtman en su consulta en París. / Xosé Bouzas
Este investigador, director de Investigación en la École des Hautes Études en Sciences
Sociales de París y director adjunto del Institut de Recherche Interdisciplinaire sur les
Enjeux Sociaux (IRIS), agrega: “Hasta ahora los terroristas atacaban sobre todo
objetivos simbólicos, su idea era matar a seres humanos para atacar un símbolo. Pero
me parece que el ISIS es un caso diferente. En los atentados contra Charlie Hebdo
mataron a caricaturistas para atentar contra la libertad de expresión como objetivo y
mataron a judíos para atacar al sionismo. Pero los atentados del 13-N no tienen nada
que ver, matan a gente por lo que son no por lo que representan. Un policía es asesinado
porque es policía, un judío porque es judío, un dibujante porque es dibujante y eso es
algo que también encontramos en otros procesos genocidas, donde la gente es asesinada
por lo que se supone que deben ser. Pero en el caso del Jemer Rojo, en su búsqueda del
pueblo nuevo, no importaba lo que pensasen las víctimas, el solo hecho de ser es
suficiente para ser asesinado”.
“En Camboya se decía que, si no matabas, morías. Con el EI es mucho más complicado,
porque se suicidan”
Las teorías de Rechtman recuerdan a relatos sobre los verdugos, obras cuya lectura
resulta difícil de olvidar como No matarían una mosca, de Slavenka Drakulic, sobre los
Balcanes –cuenta el caso de un vecino ejemplar, que acabó con una ampolla en el dedo
que utilizaba para disparar tras pasar horas asesinando musulmanes en Srebrenica– o
Aquellos hombres grises. El batallón 101 y la solución final en Polonia, de Christopher
Browning, sobre un grupo de policías alemanes jubilados que asesinaron a decenas de
miles de judíos durante la II Guerra Mundial. También hay ecos del impresionante libro
del mexicano Sergio González Rodríguez sobre los asesinos del narco mexicano, El
hombre sin cabeza, o del documental de Joshua Oppeinheimer sobre las masacres
anticomunistas en Indonesia en los sesenta, The Act of Killing.
“Es más cómodo identificar a los verdugos como gente malvada, sádica, pero no es así”,
explica. “Los genocidas hacen lo que les piden sin hacerse preguntas. Aquí además hay
una dimensión de teatralidad, que los terroristas manejan muy bien. Los miembros del
ISIS son occidentales, conocen Europa y a la vez Oriente Próximo, así que tienen un
conocimiento excepcional de lo que nos aterroriza y a la vez les glorifica”. Preguntado
sobre si como psiquiatra puede encontrar una patología común en los terroristas del
ISIS, responde con un rotundo no: “No existe una explicación psicológica. Hay un
momento en que toman una decisión: hacerlo. La cuestión que nos plantea el ISIS es
que, hasta ahora, para explicar a los verdugos se decía muchas veces que esa gente no
tenía elección. En Camboya se decía que, si no matabas, morías. Con el ISIS es mucho
más complicado porque se suicidan. Pero creo que eso demuestra que no es el miedo a
la muerte lo que les hace actuar, es un discurso que se lanza posteriormente cuando se
dan cuenta de lo que han hecho”.
¿Y el islam no tiene nada que ver con el proceso de radicalización del ISIS? “No
podemos decir que el islam no tenga nada que ver con esto, podemos afirmar que los
musulmanes europeos no tienen nada que ver. Es como si dijésemos que el comunismo
no tiene nada que ver con los Jemeres Rojos, no se puede decir, hay una relación,
aunque no encontramos nada en el comunismo que pueda explicar por sí solo lo que
ocurrió en Camboya. Lo que hay es una utilización del islam, hay un tipo de encuentro
entre una forma particular de violencia colectiva, que provoca asesinatos, y una
ideología. Y existen en el islam elementos que son favorables a este encuentro”.