Download CLAVES DE LA ENSEÑANZA SOCIAL DE LA IGLESIA CATÓLICA

Document related concepts

Doctrina social de la Iglesia wikipedia , lookup

Rerum novarum wikipedia , lookup

Caritas in veritate wikipedia , lookup

Sollicitudo rei socialis wikipedia , lookup

Humanismo integral wikipedia , lookup

Transcript
1
CLAVES DE LA ENSEÑANZA SOCIAL
DE LA IGLESIA PARA LA ACTUALIDAD
Agustín Ortega Cabrera (Centro Loyola e ISTIC)1
Es ya un tópico decir que la Doctrina o Enseñanza Social de la Iglesia Católica
(DSI) es uno de los mejores tesoros guardados o escondidos, como se ha repetido
muchas veces. Y, en especial, la DSI ha sido ocultada o manipulada, muchas veces, por
los poderosos y enriquecidos del mundo. En este sentido, se conoce o realza que la DSI
se ha opuesto al comunismo leninista-stalinista o colectivismo estatalista. Cosa cierta e
importante, sin duda.
Pero estos grupos de poder y riqueza, fuera y dentro de la iglesia, intentan evitar
que salga la luz que, de igual forma, la DSI no acepta al neo-liberalismo/capitalismo,
ideología y sistema hoy global, que en la actualidad, con sus injusticias y crisis, domina
el mundo. Como nos pone de relieve la historia y los estudios, en muy buena medida la
DSI se ha ido desarrollando en confrontación con estas dos ideologías2 y sistemas
predominantes de nuestro tiempo, como son el capitalismo y el colectivismo. En este
Subdirector del Centro Loyola, Centro Fe y Cultura de la Compañía de Jesús (Jesuitas
de Las Palmas de GC.) y Profesor del Instituto Superior de Teología de Las Islas Canarias
(ISTIC, Departamento de Praxis), donde imparte las materias de Doctrina Social de la Iglesia y
Teología Moral.
2 Por el carácter más divulgativo del trabajo no vamos a abundar en las notas y
referencias bibliográficas. Para consultar y profundizar sobre lo que expondremos, a
continuación, seleccionamos una bibliografía variada, cualificada y actual: Cristianismo y
Justicia, Textos olvidados de la Doctrina social de la iglesia, Barcelona, 2.006; I. Camacho,
Doctrina social de la iglesia. Una aproximación histórica, Madrid, 1.991; Cristianos en la vida
pública, Iniciación a la doctrina social de la iglesia, Madrid, 1.995; Doctrina social de la
iglesia: quince claves para su comprensión, Bilbao, 2.000; B. Sorge, Introducción a la
doctrina social de la iglesia, Valencia, 2.010; R. Antoncich-J. Munárriz, La Doctrina social de
la iglesia, Madrid, 1.995; J. Renau, Desafiados por la realidad. Enseñanza social de la iglesia,
Santander, 1.995; E. Alburquerque, Moral social cristiana, Madrid, 2.003; L. GonzalezCarvajal, Entre la utopía y la realidad, Santander, 2008; El clamor de los excluidos, Santander,
2.009; J. Y. Calvez, La enseñanza social de la iglesia, Barcelona, 1.999; Departamento de
pensamiento social cristiano (Universidad Pontificia Comillas), Una nueva voz para nuestra
época, Madrid, 2.008; R. Sierra Bravo, Ciencias sociales y doctrina social de la iglesia,
Madrid, 1.996; R. Díaz-Salazar, Nuevo socialismo y cristianos de izquierda, Madrid, 2001; A.
Alcaide Maestre, El trabajo humano, principio de vida, Madrid, 2007; J.L. Gutiérrez,
Introducción a la doctrina social de la iglesia, Barcelona., 2.012; VV. AA., Doctrina social de
la iglesia y lucha por la justicia, Madrid, 1.991.
1
2
escrito, entre otros aspectos, vamos a poner de relieve como la DSI deslegitima
moralmente al capitalismo, lo niega en su entraña y principios más básicos. Y propone
valores y claves distintas, para realizar la civilización del amor y la globalización de la
solidaridad.
- Primeramente subrayar que es esencial en el Evangelio y en la Tradición, en
los Santos Padres o Doctores de la iglesia y en la Enseñanza de la Iglesia3, que el
proyecto de Jesús, es decir, el Reino de Dios, la espiritualidad o vida cristiana y el
seguimiento de Jesús: es incompatible con la acumulación posesiva de bienes, esto es,
con las riquezas, con el ser rico. Ya que la riqueza, es decir, el ser rico es obra o fruto
de la injusticia social, del robo a los pobres, de la codicia y el egoísmo, que es el
principal mal o pecado para el Evangelio de Jesús. Porque lo que Dios ha creado y
destinado, universalmente, para compartirlo fraternal y solidariamente entre toda la
humanidad, unos pocos, los ricos, lo usurpan y hurtan a los pobres. Acumulando así
bienes y recursos en manos de unos pocos potentados y ricos, esto es, surge la riqueza
que es injusta e inmoral.
- El amor, unido inseparablemente, a la solidaridad, valores o virtudes
constitutivas en el cristianismo y de todo ser humano, nos debe llevar a compartir no
sólo lo que nos sobra- todas las riqueza, hasta que dejemos de ser ricos-, hasta
quedarnos con lo imprescindible y necesario. Sino incluso compartir con los otros, con
los pobres, hasta eso que nos es necesario para vivir, como nos recuerda el Vaticano II
La DSI tiene sus fuentes y fundamentos en la palabra de Dios, en la Sagrada Escritura
(SE), que ha sido transmitida y actualizada por la tradición viva de la iglesia, como los Santos
Padres, Doctores y Santos de la iglesia. Y que, a su vez, se actualiza en el magisterio
contemporáneo de la iglesia. Los valores o principios y claves que vamos a ver, como por
ejemplo la injusticia de las riquezas, la prioridad del destino universal de los bienes sobre la
propiedad, etc. se encuentran ya presentes y manifiestos en la SE y en esta tradición. Por
ejemplo en toda la fecundidad del la obra y mensaje social de los Padres de la iglesia, con los
Padres griegos como los Padres capadocios o San Juan Crisóstomo o los latinos con San
Ambrosio y San Agustín. Obviamente en esta tradición hay que destacar la enseñanza moral y
social de Santo Tomás de Aquino, o su continuación con los más que significativos autores de
la Escuela de Salamanca. Tales como F. de Vitoria, D. Soto, Bartolomé de las Casas y, a
posteriori, .F. Suarez que son claros antecedentes y precursores de lo que hoy conocemos como
derecho humanos, el derecho internacional o desarrollo humano de los pueblos, claves
esenciales de la actual DSI.
4 Concilio Vaticano II, Constitución Pastoral Gaudium et Spes (GS)
3
3
(GS 69) 4 y Juan Pablo II (SRS 31)5. Es como, en el Evangelio, la viuda del templo, que
entrega hasta lo que necesita, y a la que Jesús pone como ejemplo o paradigma de la
vida de fe y amor (Lc 21, 1-4).
- De esta forma, frente al capitalismo, la DSI antepone la vida y dignidad de
todas las personas al materialismo economicista, al dinero, lucro y el beneficio. Y es
que la libertad y la vida, la centralidad y dignidad de todas las personas es sagrada e
inviolable. Ya que son imagen del Dios Trinitario: de Dios Padre que en el Hijo y
Espíritu nos ha creado y dado la vida; que han sido salvadas por la entrega de JesúsCrucificado; y que son animadas o vivificadas por el Espíritu Santo, sus templos (GS
24). En esta línea, el trabajo y el trabajador, su persona y dignidad o derechos, sus
condiciones laborales humanas y justas: están por encima del capital, del mercado y sus
leyes, de los medios de producción y del beneficio o rendimiento-productividad
económica. Tal como enseñó todo esto magistralmente Juan Pablo II en LE6. Lo que
desmonta la entraña de este neoliberalismo/capitalismo, que ha provocado la injusta
crisis actual.
- La DSI promueve así la solidaridad, la justicia y el bien común, desde la
opción por los pobres. Los pobres (empobrecidos, oprimidos y excluidos) son presencia
(sacramento) del Cristo Pobre y Crucificado. Ellos son los sujetos principales de la
salvación liberadora en el amor y la justicia que nos regala Jesús, como no enseña toda
la tradición de la iglesia y recogen los obispos españoles (IP 9 y 132)7. Los pobres son
así protagonistas del compromiso por la justicia, en contra de las causas injustas de la
desigualdad social de la pobreza. Los pobres deben ser los actores y artífices principales
del desarrollo, promoción y liberación integral, como nos enseña todo esto el Vaticano
II (AA 8)8. Todo lo cual se opone al individualismo, hedonismo y competitividad del
neoliberalismo/capitalismo, que impone el beneficio, productividad y la ganancia como
valor supremo. Como vamos a seguir viendo, la ética y la justicia social son las esferas
5
6
Juan Pablo II, Encíclica Sollicitudo Rei Socialis (SRS).
Juan Pablo II, Encíclica Laborem Exercens (LE).
Conferencia Episcopal Española, La Iglesia y los Pobres (IP). Este documento no es muy
conocido y es muy importante para la DSI.
7
8
Concilio Vaticano II, Decreto Apostolicam Actuositatem (AA).
4
que fundan y dinamizan la actividad social, económica o política, en contra de este
liberalismo/capitalismo mercantilista y tecnicista.
- En esta óptica, la DSI promueve y se compromete por el principio básico del
destino universal o común de los bienes (GS 69, LE 14), que tiene prioridad absoluta
sobre la propiedad privada, a la que grava una hipoteca social. Para que, de esta forma,
se distribuya de forma equitativa y justa estos recursos y bienes entre toda la
humanidad. Por ejemplo, como clave esencial de la cuestión social y de la DSI, a través
del trabajo y de un salario digno para las personas y sus familias (LE 19). Mediante un
muy necesario e imprescindible sistema fiscal, que sea justo. Donde tributen y paguen
los ricos, hasta dejar de serlos, para que no haya pobres.
- Asimismo, la DSI, en especial Juan Pablo II (LE 14-15), nos enseña que la
actividad económica o laboral y empresarial se debe socializar. La propiedad del
trabajo, de la empresa o de los medios de producción deben ser socializados,
participados y protagonizados por todas las personas trabajadoras Ya que ellas deben
sentir que trabajan en algo propio. Lo que revierte otra clave de fondo del sistema neoliberal y capitalista, según la cual la propiedad de la empresa o medios de producción es
solamente para unos pocos, los más poderosos o enriquecidos. Como se observa, el
cristianismo y la iglesia enseñan o defienden la propiedad privada o, mejor dicho,
personal para todo/as, para toda la humanidad. Frente al colectivismo estatalista o
leninista-stalinista, ideología y sistema que es, asimismo, totalitario y opresor. Pero
siempre desde la prioridad incondicional del destino universal de los bienes, desde el
acceso y uso común de estos bienes. En contra (deslegitimando) igualmente la
contradicción e injusticia profunda, inherente del capitalismo, que es inhumano e
inmoral ya que solo permite y defiende la propiedad privada (egoísta e individualista)
para unos pocos acaudalados, los ricos y poderosos.
- La DSI desde la clave de la subsidiariedad, imprescindible en la vida pública,
promociona una verdadera democracia económica-sociopolítica, en la que todos los
ciudadanos y trabajadores participen y protagonicen esta actividad socio-económica,
política y laboral. Frente al fundamentalismo o totalitarismo del mercado impuesto por
5
el neo-liberalismo/ capitalismo. Ya que la DSI con Pablo VI (PP 33)9 y Juan Pablo II
(CA 35 y 48)10 nos recuerda que la economía, el comercio y el mercado deben ser
controlados y regulados por el estado y la sociedad civil. Y cimentados en la ética, en la
justicia social e igualdad. Lo contrario, como han recordado los Papas, el mercado
funcionado solamente de forma automática o mecánica (supuestamente libre): genera
por sistema injusticia y desigualdad social. Aunque a su vez, en oposición al
colectivismo, por dicho principio subsidiario el estado está al servicio de las personas y
debe ser protagonizado por la sociedad civil, en el marco de la ética con los valores de
participación o co-gestión social, justicia y bien común,
- En este sentido, nos enseña la DSI, los precios de los bienes o productos, las
condiciones laborales (salarios, horarios…), etc. no deben sólo estar regidos por la
supuesta libre competencia o mercado, por la oferta y la demanda, por un acuerdo o
contrato mercantil entre las partes. Desde las entrañas o claves de fondo de toda la
actividad económica y laboral, el mercado, la economía y el trabajo tendrán éticamente
que estar orientados y regulados por el bien universal, la justicia social e igualdad. Su
centro y finalidad son las necesidades básicas y los derechos de las personas, en
especial desde y con los pobres y excluidos.
- Al contrario de esta doctrina del liberalismo-capitalismo, la economía y el
mercado, la técnica y el trabajo o la empresa no pueden funcionar por si solas, de
manera autónoma o automática, “liberalizada”, “desregularizada”…., como dicen los
“dogmas” neoliberales. Que lo que pretenden solamente es la búsqueda de más
productividad o crecimiento económico.
Como nos muestra la DSI y enseña
actualmente Benedicto XVI (CIV 41-42, 57 y 67)11, el mercado y la empresa deben
estar unidas, articuladas por las otras estancias o esferas humanas. Tales como el estado
y la sociedad civil, por lo ético y social, por lo solidario y político para el bien común.
Tienen que estar cimentadas en la participación y protagonismo de todas las personas y
los grupos ciudadanos o sociales. Dando lugar así una democracia participativa, real y
Pablo VI, Encíclica Populorum Progressio (PP).
Juan Pablo II, Encíclica Centesimus Annus (CA).
11 Benedicto XVI, Encíclica Caritas in Veritate (CIV).
9
10
6
co-gestionada, para la justa distribución y realización de los recursos, bienes y
capacidades (humanas, sociales y espirituales).
- Juan Pablo II (CA
43) y el reciente compendio de DSI (369-72)12 han
deslegitimado el actual neoliberalismo-capitalismo, de tipo fundamentalmente
especulativo-financiero, que ha causado esta crisis. Ya que frente a esta economía
especulativa e irreal (financiera y bancaria, bursátil o accionarial). Donde el dinero se
reproduce así mismo, sin mediar esfuerzo o trabajo alguno, la DSI nos muestra que este
dinero o los frutos económicos no puede ser obra de esta especulación. Porque la
creación de dinero y de activos, monetarios o económicos debe ser resultado del
trabajo, del empleo real que genera bienes, recursos o servicios. Tiene que ser obra del
dinamismo laboral y social para el bien común y el desarrollo social, integral y
sostenible.
- Y lo mismo, evidentemente, se puede aplicar a los créditos o hipotecas con sus
intereses: usureros, abusivos y especulativos, que son inmorales e injusto. A lo largo de
su historia, al igual que otras tradiciones religiosas, el cristianismo y la iglesia,
básicamente, se ha opuesto a la usura. Es decir, no acepta como éticos los créditos con
intereses, que provocan especulación, injusticia y no permiten la dignidad de las
personas y de las familias, impide el desarrollo liberador de los pobres, como ya
manifestaba León XIII (RN 1)13 y hoy continua enseñando Benedicto XVI (CIV 65). Se
vuelve así, como nos recuerda la DSI, a la función original de las finanzas y de una
banca ética o solidaria: la promoción del empleo, el desarrollo real y humano; en
definitiva, la dignidad de las personas y el bien común de las sociedades.
- De ahí que, como estamos viendo, la DSI y los Papas hayan negado y estado en
contra, deslegitimándola moralmente, de la cultura o ideología y sistema políticoeconómico del (neo-) liberalismo y del capitalismo, por ser inhumano e injusto. Ya que
se trata de una ideología y sistema imperialista, que desprecia la ética o justicia social y
la vida de las personas, está plagado de vicios e inmoralidades, como nos enseñó Pío XI
Elaborado, a indicación de Juan Pablo II, por el Pontificio Consejo “Justicia y Paz”.
León XIII, Encíclica Rerum Novarum (RN). Esta encíclica se considera como el
primer documento de la DSI conocida como tal, la DSI contemporánea.
12
13
7
(QA 105-108)14.
En su misma raíz le es inherente al sistema capitalista: su
inhumanidad e inmoralidad, el producir males, injusticias o crisis, como mostró Pablo
VI en su memorable discurso a los empresarios en 1.964 (PVI)15.
Así, Juan Pablo II describió al capitalismo como inhumano, ya que impone una
falsa concepción antropológica y ética-cultural con su visión parcial, egoísta e
individualista de la libertad humana. El capitalismo antepone el individualismo y el
beneficio a la dignidad del ser humano, frente a la sociabilidad y libertad espiritual,
ética o solidaria e integral del la persona y de su visión antropológica-cristiana (CA 33,
35 y 42). Y el mismo Papa describió al neo-liberalismo que, insistimos, es para la DSI
inseparable del capitalismo: como pecado que clama el cielo (EA 56)16. Asimismo,
como ya hemos indicado, Juan Pablo II (LE 12-15) ha negado de forma contundente y
moralmente la estructura básica del capitalismo. Ya que antepone el capital a la
dignidad del trabajo y del trabajador, impone la propiedad privada sobre el destino
universal y socializador de los bienes que, como vimos, para la DSI tienen la prioridad
moral.
Frente al desarrollismo individualista, economicista y consumista de este
neoliberalismo/capitalismo, la iglesia enseña que la economía y el desarrollo han de ser:
solidario, para todas las personas, para toda la humanidad; e integral, para toda la
persona, en todas sus dimensiones; y sostenible ecológicamente, como nos transmitió
todo esto paradigmáticamente Pablo VI en la PP. Este desarrollo y promoción del amor
fraterno, la paz y la justicia con los pobres va realizando el Evangelio de Jesús, el Reino
de Dios, la civilización del amor y la globalización de la solidaridad que culmina en la
vida plena-eterna.
La transmisión y puesta en práctica DSI es una clave constitutiva del sentido y
ser de la iglesia, de su misión evangelizadora. De ahí que es básico que se encuentre, de
14
Pio XI, Encíclica Quadragesimo Anno (QA).
Pablo VI, Discurso a los empresarios (PVI). Este importante texto junto con otros
muy significativos, y a veces desconocidos, de la DSI, se pueden encontrar en el citado
cuaderno realizado por Cristianismo y justicia, Textos olvidados de la Doctrina social de la
iglesia, Barcelona, 2.006.
16 Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Ecclesia in América (EA).
15
8
forma transversal, en toda educación y formación de la fe, en la catequesis, pastoral, etc.
Y que se difunda y se realice en la sociedad civil y en el mundo. Porque al igual que la
moral, la DSI está dirigida a toda la humanidad, no sólo a los cristianos. Ya que es
accesible por la razón y el corazón, promueve la humanización, la paz y la dignidad. La
DSI es caudal de solidaridad, justicia y amor liberador entre las personas y pueblos
desde y con los pobres de la tierra.