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A16. OTROS PRODUCTOS PARA EL TRACTO ALIMENTARIO Y
METABOLISMO
C
ada uno de los seres humanos es portador de al menos media docena de genes defectuosos. Y sin embargo, sólo
una de cada diez personas tendrá una alteración genéticamente determinada y una proporción sustancialmente
menor padecerá sus consecuencias en algún momento de su vida.
El motivo de que la mayor parte de las personas no experimenten los efectos nocivos de los genes defectuosos que portan es que llevan dos copias de la mayoría de sus genes, una procedente de su madre y otra de su padre.
Existen más de 10.000 condiciones específicas cuyo origen está en defectos (mutaciones) de uno solo de sus genes. Son
las enfermedades monogénicas. Hay también un amplio abanico de enfermedades que aparecen como consecuencia de
la anomalía combinada de varios genes. Se trata de las enfermedades poligénicas.
En la mayoría de los casos, un gen normal es suficiente para evitar todos los síntomas de la enfermedad. Si el gen potencialmente peligroso tiene el carácter de recesivo, entonces su pareja normal asumirá todas las funciones biológicas
asignadas a la pareja de genes. Sólo cuando las dos copias son defectuosas se desarrollará la enfermedad.
Si el gen tiene un carácter dominante, basta conque una de las copias sea anómala para que la enfermedad aparezca.
Obviamente, sólo el hijo de un progenitor portador de tal gen podrá ser afectado, y entonces la mitad (estadística) de sus
hijos se verán afectados. Es el caso de la corea de Huntington.
También hay enfermedades genéticas ligadas al cromosoma sexual X. Como los hombres sólo tienen una copia de los
genes de este cromosoma, no existen otras copias de genes que puedan contrarrestar la función defectuosa del gen anómalo situado en este cromosoma. Este es el caso de la distrofia muscular de Duchenne y de la hemofilia.
La incidencia acumulada de las metabolopatías congénitas varía notablemente entre razas, países y continentes. Según
el tipo de metabolopatía, la incidencia puede alcanzar niveles de gran importancia, aunque la gran mayoría se incluyen
dentro del grupo de las llamadas enfermedades raras.
En Europa la consideración de enfermedad rara implica una prevalencia inferior a 5 casos por cada 10.000 habitantes,
de forma similar a lo que ocurre en Japón (4:10.000). Según las leyes americanas, una enfermedad es rara cuando afecta
a menos de 200.000 personas en Estados Unidos, lo que supone aproximadamente un caso por cada 1.200 personas. La
mayor parte de estas enfermedades requieren procedimientos diagnósticos y terapéuticos muy específicos, casi siempre
inexistentes o inaccesibles.
MODELO GENERAL DE METABOLOPATÍAS
Básicamente, una alteración metabólica implica la alteración de una vía bioquímica que forma parte de los procesos fisiológicos normales del organismo. Considerando una reacción bioquímica con carácter genérico, en la que un sustrato
A es convertido en un metabolito C a través de un producto intermedio B:
A→B →C
[1]
El bloqueo del paso B → C podría conducir a uno o más de los siguientes resultados:
1. Acumulación y consiguiente aumento de los efectos de los precursores A y/o B.
2. Deficiencia y consiguiente reducción de la actividad de C.
3. Desarrollo de una ruta metabólica alternativa, con producción de metabolitos anómalos o acumulación de metabolitos normales con los producidos por otras vías fisiológicas (D y/o E):
A→B →D →E
[2]
Cuando una metabolopatía es producida por un defecto genético heredado, el fenotipo (la expresión bioquímica del genotipo) varía mucho entre los diversos pacientes, de acuerdo al resto de características específicas de cada persona.
Cualquier paciente que desarrolle una ruta metabólica alternativa, como la representada en la reacción [2], acabará provocando un cierto grado de deterioro clínico o, lo que es lo mismo, una crisis metabólica. Obviamente, cualquier proceso que incremente la actividad metabólica en general, como la fiebre, el hipertiroidismo o los estados de caquexia,
tenderá a empeorar las metabolopatías de este tipo.
Las metabolopatías pueden clasificarse según diversos criterios. Los más comúnmente empleados son los basados en
los efectos celulares y en el tipo molecular afectado. La clasificación basada en los efectos celulares divide a las metabolopatías congénitas en:
a) Intoxicación celular: Implica un envenenamiento celular como consecuencia de la acumulación de precursores o de metabolitos anómalos.
i) Alteraciones que afectan al metabolismo de pequeñas moléculas (aminoácidos, azúcares simples, etc.)
(1) Efectos progresivos, con pocas o ninguna crisis agudas.
(2) Efectos crónicos permanentes, con rebrotes agudos eventuales asociados a descompensaciones meta-
Fecha de revisión del texto junio de 2009 1
bólicas puntuales.
ii) Alteraciones que afectan al metabolismo de grandes moléculas: relacionadas principalmente con alteraciones de las formas de almacenamiento (glucógeno, etc).
b) Déficit de producción de energía: Afecta a las células privándolas de la energía necesaria para que funcionen
adecuadamente. Suelen consistir en alteraciones mitocondriales, oxidación de ácidos grasos, etc.
c) Alteraciones de carácter mixto: Combinan en diverso grado alteraciones de los dos tipos anteriormente indicados.
La clasificación según el tipo molecular afectado es la siguiente:
a) Bases nucleicas
i) Purinas.
ii) Pirimidinas.
b) Pigmentos
i) Porfirias eritropoyéticas.
ii) Porfirias hepáticas.
c) Prótidos
i) Proteínas.
(1) Plasmáticas.
(2) Tisulares.
(3) Celulares.
ii) Aminoácidos.
(1) Catabolismo.
(2) Transporte.
(3) Depósito.
d) Glúcidos
i) Biosíntesis.
ii) Almacenamiento.
iii) Metabolismo.
iv) Transporte.
e) Lípidos
i) Hiperlipoproteinemias primarias con afectación del metabolismo de:
(1) Quilomicrones.
(2) VLDL e IDL.
(3) LDL.
(4) HDL.
ii) Lipoidosis.
iii) Lipodistrofias congénitas.
METABOLOPATÍAS CONGÉNITAS DE LAS BASES NUCLEICAS
Los requerimientos metabólicos de nucleósidos y de sus correspondientes bases nucleicas pueden ser cumplimentados
mediante la dieta o por síntesis de novo a partir de precursores. Sin embargo, la capacidad para reutilizar o reconvertir
nucleótidos a partir de restos de ácidos nucleicos propios, permite que el organismo humano pueda prescindir prácticamente de la obtención de bases purínicas y pirimidínicas a partir de los alimentos. De hecho, la vía de la reutilización
constituye la principal fuente de nucleótidos para la síntesis de ADN, ARN y cofactores enzimáticos (AMP, ATP,
GMP, etc).
La hidrólisis extracelular de los ácidos nucleicos ingeridos con la dieta se produce a través de las acciones concertadas
de diversos enzimas, principalmente endonucleasas, fosfodiesterasas y nucleósido fosforilasas. Las endonucleasas
rompen las cadenas de ARN y de ADN en sitios específicos, conduciendo a la producción de oligonucleótidos. Estos
son posteriormente digeridos por las fosfodiesterasas, que producen nucleósidos libres. Finalmente, por acción de las
nucleósido fosforilasas, los nucleósidos son escindidos en los correspondientes nucleótidos y ribosa-1-fosfato. En el caso de que las bases (nucleótidos) o los nucleósidos no sean reutilizadas, las bases purínicas sufren una degradación hasta
ácido úrico, en tanto que las pirimidínicas son transformadas en ß-aminoisobutirato, NH3 y CO2.
METABOLOPATÍAS CONGÉNITAS DE LOS PIGMENTOS
La biosíntesis del grupo hemo resulta de una extremada importancia fisiológica, ya que este núcleo es una parte esencial de moléculas de gran importancia metabólica, como la hemoglobina, la mioglobina o los diferentes tipos de citocromos. El proceso de biosíntesis del grupo hemo es bastante complejo, ya que requiere la participación de un número
elevado de enzimas específicas y tiene lugar en lugares diferentes de la célula, produciéndose en diferentes células y órganos del cuerpo.
2
Las porfirias constituyen un grupo de enfermedades caracterizadas por la inactividad completa o parcial de uno o varios de los ocho enzimas implicados en la síntesis del grupo hemo. El defecto puede ser congénito o adquirido. La consecuencia bioquímica es una acumulación de ciertas porfirinas o de sus precursores.
La deficiencia total o parcial de alguno de los enzimas es susceptible de provocar un tipo específico de porfiria. Tradicionalmente, las porfirias son clasificadas en hepáticas y eritropoyéticas (médula ósea), atendiendo al lugar principal
de expresión de la deficiencia enzimática.
METABOLOPATÍAS CONGÉNITAS DE LAS PROTEÍNAS Y DE LOS AMINOÁCIDOS
El número de potenciales alteraciones metabólicas que afectan a proteínas y aminoácidos es enorme, aunque afortunadamente su incidencia, salvo raras excepciones, es mínima. Aun así, su conocimiento, siquiera sea sinóptico, es importante para poder comprender el impresionante entramado bioquímico que implica la regulación fisiológica del organismo.
PROTEÍNAS
- Proteínas del plasma: El plasma sanguíneo contiene una cantidad importante de proteínas (7 g/dl), con funciones
muy diversas. Su lugar de síntesis principal es el hígado, aunque las inmunoglobulinas son producidas en el sistema
linfocitario y determinadas hormonas proteicas lo son en glándulas específicas.
- Proteínas titulares: La formación de depósitos tisulares anómalos de proteínas o de sus productos metabólicos recibe el nombre genérico de amiloidosis. En realidad, el material proteico depositado se conoce como sustancia
amiloide, cuya composición varía según el tipo de amiloidosis.
- Proteínas celulares: Se distinguen básicamente dos tipos de metabolopatías que afectan a las proteínas intracelulares:
° Síntesis defectuosa o ausencia total de proteínas estructurales. Dentro de este apartado se incluye a un amplio
grupo de anemias hemolíticas congénitas.
° Almacenamiento anómalo en lisosomas. Una de las misiones esenciales que tienen los lisosomas (pequeños
orgánulos intracelulares ricos en enzimas de muy diverso tipo) es degradar muchas de las sustancias (proteínas,
lípidos, glúcidos, y sus diversas combinaciones estructurales) producidas por la propia célula. De ahí, que la
deficiencia de un enzima específico provoque la acumulación del correspondiente sustrato, potencialmente lesivo para la célula y, en última instancia, para el conjunto del organismo. Se trata de una amplia variedad de
deficiencias enzimáticas que provocan la acumulación de diversas sustancias en el interior de los lisosomas:
glucoproteínas, mucopolisacáridos, glucolípidos, oligosacáridos, etc.
IMIGLUCERASA es una forma modificada de la enzima humana beta-glucocerebrosidasa y se emplea cuando el nivel de
actividad de esta enzima es inferior al normal. Cataliza la hidrólisis del glucolípido glucocerebrósido a glucosa y ceramida como parte de la vía normal de degradación de los lípidos. Su utililzación en la enfermedad de Gaucher se debe
a que ésta se caracteriza por un déficit funcional de la actividad enzimática de beta-glucocerebrosidasa y por la acumulación resultante del lípido glucocerebrósido en macrófagos tisulares que se congestionan y se denominan células de
Gaucher. Estas células se encuentran principalmente en hígado, bazo y médula ósea, apareciendo de forma esporádica
en pulmón, riñones e intestino, causando secuelas hematológicas y esqueléticas.
La principal diferencia entre la imiglucerasa con la ALGLUCERASA es que la primera es obtenida mediante ingeniería
genética, en tanto que la última es obtenida por métodos extractivos a partir de placentas humanas. La eficacia es similar, pero los riesgos de contaminación biológica de la imiglucerasa son claramente inferiores a los de alglucerasa. También la limitación del suministro queda resuelta por la biotecnología.
MIGLUSTAT un iminoazúcar que actúa como inhibidor de la glucosiltransferasa específica de ceramidas y de las alfa
glucosidasas I y II, impidiendo la síntesis de glucocerebrósidos y, por tanto, su acumulación lisosomal. Ha sido autorizada para el tratamiento de la enfermedad de Gaucher de tipo 1 leve o moderada, y solo para aquellos casos en los que
no resulta apropiada la terapia de sustitución enzimática.
Esta enfermedad, conceptuada como rara por su muy baja prevalencia, se caracteriza por la acumulación de glucosilceramida (glucocerebrósido), como consecuencia de un déficit de ß-glucosidasa ácida (ß-glucocerebrosidasa). La glucosilceramida es un intermedio normal en el catabolismo de globósidos y gangliósidos, y su hidrólisis a ceramida y glucosa está catalizada por el enzima indicado. Existen tres formas clínicas diferenciadas de la enfermedad de Gaucher, todas
ellas caracterizadas por hepatomegalia y lesiones óseas. Los tipos 2 y 3 presentan complicaciones neuronales (agudas y
crónicas, respectivamente). El tipo 1, el más común, carece de este tipo de complicaciones.
AGALSIDASA (ALFA Y BETA): Estas dos formas constituyen una forma de terapia de restauración enzimática para la enfermedad de Fabry, consistente en un error genético del catabolismo de los glucoesfingolípidos procedente de una deficiente actividad de la hidrolasa galactosidasa A. El defecto enzimático provoca una deposición sistémica de gliosfingolípido ceramida trihexósido (Gb3 o CTH), un tipo de glucoesfingolípido, en los fluidos orgánicos y lisosomas de las
células musculares lisas y endoteliales de los vasos sanguíneos. También hay acumulación en las células ganglionares y
otros muchos tipos de células en el corazón, los riñones, sistema nervioso y los ojos, entre otros.
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Aunque el tratamiento no es curativo, la restauración enzimática parece permitir una paulatina reducción o incluso desaparición de los depósitos patológicos de esfingolípidos, con una mejora significativa de la sintomatología y estabilización de diversas funciones orgánicas.
LARONIDASA es una forma recombinante de α-L-iduronidasa humana, autorizada para el tratamiento de reemplazo enzimático a largo plazo en pacientes con un diagnóstico confirmado de mucopolisacaridosis I para tratar las manifestaciones no neurológicas de la enfermedad. El tipo I de mucopolisacaridosis (MPS I) es la forma más grave de las mucopolisacaridosis, que da lugar a un acúmulo en diversos tejidos de glucosaminoaglucanos.
Todo los pacientes con MPS I producen una excreción urinaria excesiva de dermatán sulfato y de heparán sulfato. Están
afectados casi todos los tejidos del organismo, con aparición de gargolismo (presencia anómala de células vacuoladas
típicas, cargadas de lisosomas repletos de mucopolisacáridos). Su evolución progresiva, si no es controlada, suele conducir a la muerte al comienzo de la segunda década de la vida. La prevalencia de MPS I en la Unión Europea es de
0,025 por 10.000 personas.
GALSULFASA es la forma recombinante de la N-acetilgalactosamina-4-sulfatasa humana, enzima que cataliza la hidrólisis de la porción sulfato del dermatán sulfato. Está indicada para el tratamiento enzimático sustitutivo del síndrome de
Maroteaux-Lamy, o mucopolisacaridosis IV (MPS IV).
Los pacientes con MPS IV ven como el dermatán sulfato que no se puede degradar se va acumulando en diferentes tejidos, dando lugar a problemas osteomusculares, como alteraciones de la movilidad, dolor y rigidez de las articulaciones
o falta de destreza manual, obstrucción respiratoria superior y agudeza visual.
IDURSULFASA es la forma recombinante de la iduronato-2-sulfatasa (I2S), que permite la metabolización de los glucosaminoglucanos (GAG) dermatan sulfato y heparan sulfato en los lisosomas celulares. Su acumulación es responsable
de las manifestaciones clínicas de la enfermedad de Hunter o mucopolisacaridosis II.
La enfermedad de Hunter tiene efectos muy negativos sobre la calidad de vida de los pacientes, como consecuencia de
la combinación de los efectos sobre los huesos y sobre las funciones respiratoria y cardiaca. En las fases más avanzadas
de la enfermedad, la continua acumulación de GAG provoca una progresiva disfunción orgánica que acorta notablemente la esperanza de vida en estos pacientes. De hecho la muerte suele acontecer durante la segunda o tercera década
de vida, generalmente como consecuencia de un fallo cardiaco y/o respiratorio.
AMINOÁCIDOS
Aunque consideradas en su conjunto la incidencia de este tipo de metabolopatías puede alcanzar hasta 1:500 recién nacidos vivos, la enorme diversidad de patologías hace que muy pocas de ellas presenten una incidencia superior a
l:20.000 habitantes.
Se distinguen tres tipos de metabolopatías de aminoácidos:
1) Defectos en el catabolismo.
2) Defectos en transporte de membrana.
3) Defectos en el almacenamiento celular.
De todos ellos, las metabolopatías más comunes son las que afectan al catabolismo de los aminoácidos, ya que suponen
más del 80% del total. Se trata de enfermedades hereditarias de patrón autosómico recesivo, consistente básicamente en
la ausencia o funcionamiento anómalo de uno o varios enzimas que provoca la interrupción de la correspondiente vía
metabólica, conduciendo a la acumulación de precursores o de productos catabólicos.
MERCAPTAMINA está indicada en la cistinosis nefropática, aunque no cura la enfermedad ni tan siquiera permite recuperar la funcionalidad de los órganos afectados por los depósitos de cistina. Sin embargo, permite limitar notablemente
la progresión de los efectos nocivos sobre el desarrollo, los riñones o la córnea, por citar los más significativos.
La mercaptamina reduce de forma significativa el contenido lisosomal de cisteína. La cistina es un aminoácido muy insoluble, formado por la condensación oxidativa de dos moléculas de cisteína. La mercaptamina es capaz de catalizar, a
través de un proceso químico de tipo reductor, el desdoblamiento de cistina en dos moléculas de cisteína. El resultado
de esta reacción es una mezcla de cisteína y de complejo cisteína-mercaptamina. Estos dos productos de la reacción no
son tan dependientes como la cistina del mecanismo de transporte a través de la membrana lisosomal, con lo que pueden salir fuera de los lisosomas, reduciendo por consiguiente el contenido en cistina de estos últimos. Todo este proceso
químico conduce a una disminución de la cantidad de cistina acumulada en las células (y específicamente, en lisosomas) de los pacientes afectados de cistinosis.
FENILBUTIRATO SÓDICO es un profármaco, que es rápidamente transformado en el organismo (hígado y riñon) en fenilacetato. Este último es susceptible de reaccionar con la glutamina, formando fenilacetil-glutamina, que es eliminado
con la orina. Así pues, la fenilacetil-glutamina se convierte en una forma alternativa a la urea para la excreción de nitrógeno orgánico. En este sentido, por cada gramo de fenilbutirato administrado se estima que se producen hasta 150 mg
de fenilacetil-glutamina.
La consecuencia de la activación de esta vía metabólica alternativa es una reducción de los niveles de amoníaco y de
glutamina en sangre, reduciendo así los riesgos derivados de la hiperamonemia. Por ello, el medicamento ha sido autorizado para la terapia adjunta en el tratamiento de los trastornos crónicos del ciclo de la urea, con deficiencia de carbamilfosfato sintasa, ornitina transcarbamilasa o arginina succinato sintasa.
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El ÁCIDO CARGLÚMICO es un análogo estructural del ácido N-acetil-L-glutámico, el activador imprescindible del enzima N-acetil-L-glutamato sintasa (NAGS), primero del ciclo de la urea (Krebs Henseleit). El ácido carglúmico activa este enzima a nivel hepático, normalizando los niveles plasmáticos de amoniaco en los pacientes afectados, habitualmente
en 24 horas. Si el tratamiento se administra con anterioridad al desarrollo de lesiones neurológicas irreversibles, puede
facilitar en los pacientes un crecimiento físico y un desarrollo psicomotriz normales.
La deficiencia de N-acetil-L-glutamato sintasa (NAGS) es la enfermedad congénita más infrecuente de todas las metabolopatías relacionadas con el ciclo de la urea, estimándose una prevalencia de 0,00125 por 100.000 en la Unión Europea. Obviamente, se trata de una enfermedad rara. Se trata de una patología que limita gravemente el proceso de desintoxicación del amoniaco, motivo por el cual suele tener un curso letal rápido en la mayoría de los casos. El objetivo
del tratamiento en estos pacientes es mantener el control metabólico, especialmente en lo que se refiere a los niveles
sanguíneos de amoniaco y de glutamina, con el fin de prevenir los efectos nocivos, especialmente a nivel neuronal.
NITISINONA ha sido autorizada para el tratamiento de pacientes con diagnóstico confirmado de tirosinemia hererditaria de tipo I (TH-1) o tirosinemia hepatorrenal, en combinación con dieta restrictiva de tirosina y fenilalanina.
Se trata de una enfermedad de carácter autonómico y recesivo, provocada por la deficiencia del enzima fumarilacetoacetato hidrolasa (FAH), que cataliza el último paso bioquímico en el catabolismo fisiológico del aminoácido tirosina.
Como consecuencia de ello, se produce una acumulación de maleilacetoacetato y de fumarilacetoacetato, que son rápidamente transformados en succinilacetoacetato y succinilacetona. Ambos metabolitos, en especial este último, son mutagénicos y tóxicos directos, atribuyéndosele buena parte de la patogenia de la enfermedad. Particularmente, la succinilacetona es un potente inhibidor del enzima profobilinógeno sintasa, enzima implicado en la cascada bioquímica de
formación de las porfirinas y del grupo Hemo. De hecho, se considera que ésta es la etiología bioquímica de las crisis
neuropáticas de tipo profiria que se observa en la mayoría de los pacientes.
La BETAÍNA se emplea para el tratamiento de la homocistunuria, ya que reduce los niveles de homocisteína en sangre
al facilitar su reconversión en metionina, en una reacción catalizada por el enzima betaína-homocisteína metiltransferasa. La homocistinuria es una enfermedad rara, cuya incidencia estimada a nivel mundial es del orden de 1:335.000 nacidos, aunque con diferencias notables entre regiones geográficas. Se la considera como la segunda metabolopatía de
los aminoácidos más común, tras la fenilcetonuria. Se trata de una deficiencia genéticamente heredada, con carácter recesivo, por el que el aminoácido metionina no es correctamente metabolizado, como consecuencia de la incapacidad para producir cantidades adecuadas de cistationina beta-sintasa (CBS) o de 5,10-metileno-tetrahidrofolato reductasa
(MTHFR), o por defectos metabólicos del cofactor cobalamina (cbl). La principal consecuencia es la acumulación de
homocisteína en la sangre y en la orina de los pacientes.
SAPROPTERINA ha sido autorizada como medicamento huérfano para el tratamiento de la hiperfenilalaninemia en pacientes adultos y pediátricos (>4 años) con fenilcetonuria que han mostrado responder a este tratamiento. Se trata de una
forma sintética de la tetrahidrobiopterina (BH4) natural, cofactor natural del enzima fenilalanina hidroxilasa (FAOH),
enzima implicado en la transformación metabólica del aminoácido fenilalanina a tirosina. La existencia de cantidades
insuficientes o una reducción de la actividad este enzima se traduce en un nivel elevado de fenilalanina en la sangre, que
si es persistente puede conducir a la aparición de fenilcetonuira, susceptible de provocar graves daños neurológicos e
incluso la muerte a lo largo del desarrollo infantil. La tetrahidrobiopterina solo puede ser regenerada a partir de la dihidrobiopterina mediante dihidropterina reductasa (DPHR), por lo que la deficiencia de este último enzima impide también la actividad de la fenilalanina hidroxilasa (FAOH) y, en consecuencia, el mismo efecto que su déficit pero a través
de un mecanismo indirecto.
METABOLOPATÍAS CONGÉNITAS DE LOS GLÚCIDOS
Se trata de un conjunto de patologías extremadamente infrecuentes, con incidencias inferiores a un caso por cada
200.000 nacidos vivos para la mayoría de ellas, si se exceptúa la galactosemia (cuya incidencia es de 1:20.000).
Afectan a los procesos de almacenamiento, biosíntesis, metabolismo y/o transporte de mono y disacáridos. Este tipo de
enfermedades raramente tienen tratamiento específico, aunque se obtienen en general buenos resultados mediante el
empleo de dietas especiales.
La glucosa, principal fuente de energía para el organismo, es almacenada en forma de glucógeno tanto en el hígado como en los músculos esqueléticos, siendo posteriormente liberada a partir de él mediante la acción de una batería de enzimas. La ausencia o el funcionamiento deficiente de uno o varios de estos enzimas impide o reduce la formación endógena de glucosa o neoglucogénesis y con ello, el aporte de energía imprescindible para el correcto funcionamiento de
las células.
Hasta el momento se han descrito 11 tipos diferentes de enfermedades del almacenamiento del glucógeno o glucogenosis, que afectan al hígado, a los músculos o a ambos. Algunas de ellas producen pocas complicaciones, en tanto que
otras pueden llegar a ser mortales. Todas tienen un carácter hereditario autosómico recesivo, salvo la IX que está ligada
al cromosoma X (sexual). La incidencia global de este tipo de patologías es inferior a 1:100.000 nacidos vivos, siendo
más comunes las enfermedades de Pompe (1:100.000) y de Von Gierke (1:200.000).
Entre las patologías hereditarias asociadas a alteraciones del metabolismo de mono y disacáridos destacan por su relativa importancia la intolerancia a la fructosa y, especialmente la galactosemia.
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La ALGLUCOSIDASA ALFA es una forma recombinante de la alfa-glucosidasa ácida,α-1,4-glucosidasa o maltasa ácida,
responsable la degradación del glucógeno lisosomal, mediante la hidrólisis de los enlaces glucosídicos de tipo α-1,4 y
α-1,6. La deficiencia o el mal funcionamiento de este enzima están asociados a la enfermedad de Pompe. La administración de alglucosidasa alfa es capaz de restaurar la capacidad enzimática de fraccionamiento del glucógeno lisosomal,
facilitando la estabilización o la restauración del músculo cardiaco y respiratorio.
Esta metabolopatía, en especial en su forma de inicio precoz, prácticamente condena a muerte a la mayor parte de los
niños que la padecen o, en su defecto, a graves deterioros e insuficiencias orgánicas que limitan extremadamente el desarrollo del niño. Es evidente que es necesario mucho más conocimiento sobre los efectos a medio y largo plazo del tratamiento, pero, por el momento, es la mejor respuesta que puede obtenerse de la farmacología, hasta que la terapia génica pueda hacerse cargo de ella, en términos eficientes.
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