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Transcript
Capítulo 2
El estudio del verbo en las gramáticas y en el proceso de adquisición
2.1. El verbo querer en las gramáticas y en los estudios gramaticales del español
Las referencias en las gramáticas y en diversos estudios gramaticales del español acerca
del verbo querer son pocas, en éstas se hace referencia a este verbo de dos maneras
distintas: i. por sus características gramaticales, y ii. por sus características semánticas, ya
que se trata de una forma verbal que implica considerar la actitud del hablante. La
importancia que se le ha dado a cada uno de estos puntos ha variado de acuerdo al autor.
Estos trabajos los presento enseguida.
i. Por sus características gramaticales
En las gramáticas y en los estudios gramaticales del español el verbo querer aparece
referido por el tipo de elemento que acompaña a este verbo y citan dos contextos
gramaticales: a) el verbo querer acompañado de otro verbo en infinitivo (Alarcos 1999:
143, Hernández 1984: 48-49, Lenz 1944: 412, entre otros) y, b) el verbo querer
acompañado del elemento que más otro verbo, en este contexto se identifica al que como
un elemento que introduce a una oración completiva (Gili Gaya 2003: 139-143 y
Fernández de Castro 1999: 68).
a) El verbo querer + verbo en infinitivo
Un contexto gramatical muy citado del verbo querer en estos trabajos del español es
cuando el verbo está acompañado de otro verbo en infinitivo, este contexto fue estudiado
15
para analizar si los dos verbos formaban una sola unidad como la perífrasis verbal o son
independientes.
Los trabajos del español que analizan el verbo querer en este contexto gramatical
señalan que este verbo unido a otro verbo no forma una perífrasis verbal. El único autor
que hace referencia a este verbo ubicándolo en las perífrasis de infinitivo es Roca Pons
(1958: 68-74) en su estudio sobre perífrasis verbales, el autor integra a este verbo en el
grupo de las combinaciones de un verbo auxiliar + infinitivo y cita el siguiente ejemplo:
(6) a. Querer + infinitivo:
b. Querer + infinitivo:
¿Quieres dármelo?
¿Quiero hacerlo?
Roca Pons cita estos ejemplos en aquellas perífrasis con infinitivo que hacen
referencia a orden, mandato o voluntad del sujeto. Estas referencias de orden semántico
que considera Roca Pons serán retomadas en el siguiente apartado de características
semánticas (p.21).
El resto de los autores revisados demuestran con una serie de pruebas
gramaticales el porqué el verbo querer unido a otro verbo no forma una perífrasis verbal.
Uno de los autores que defiende lo anterior es Alarcos (1999: 143), el cual afirma
que querer + un verbo en infinitivo, es difícil considerar que formen una sola unidad,
pues el verbo en infinitivo que acompaña a querer puede ser sustituido por un sustantivo.
Para comprobar lo antes dicho, el mismo Alarcos cita ejemplos como en (7)
donde el verbo querer es seguido por la forma léxica comer, y en el ejemplo (8) el verbo
querer es seguido por un sustantivo. Estos elementos que le siguen a querer no
mantienen una relación tan fuerte que parezca ser una sola unidad, pues el segundo verbo
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que aparece en (7) puede ser sustituido por un sustantivo como en (8), en otras palabras,
estos dos verbos, querer y comer se pueden separar:
(7) Quiero comer
(8) Quiero carne
Otro autor que señala algunas pruebas para comprobar que el verbo querer unido
a otro verbo no forma una perífrasis verbal es Fernández de Castro (1999: 68), quien en
su estudio de perífrasis verbales muestra también como criterio básico la sustitución del
segundo verbo por otro elemento.
Para comprobar esta situación, en (9a) se observa que en la pregunta ¿Quiere
hablar contigo?, el segundo verbo, hablar puede ser sustituido por otro elemento y lo
comprueba en dos respuestas aceptables: puede ser omitido (Sí quiere) o puede ser
sustituido por otro verbo (Sí quiere hacerlo). Además Fernández de Castro señala que el
infinitivo que acompaña a un verbo como querer también puede ser sustituido por un
sustantivo una conversación, como en (9b), o por un pronombre la como en (9c),
inclusive, por una oración completiva que hables con él como en (9d):
(9) a. ¿Quiere hablar contigo? Sí quiere Sí quiere hacerlo
b. ¿Quiere una conversación contigo?
c. Sí, la quiere
d. ¿Quiere que hables con él?
De igual forma, Hernández (1984: 481-492) en su gramática señala que el verbo
querer no forma una perífrasis verbal porque el segundo verbo se puede separar y lo
comprueba aplicando varias pruebas gramaticales. El autor cita el siguiente ejemplo:
(10) a. Quiero terminar el trabajo pronto
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b. * El trabajo quiere ser terminado pronto (el trabajo no decide por sí solo)
c. Quiero que el trabajo sea terminado pronto (por mí)
d. ¿Qué quiero?
e. Lo quiero (clítico)
El autor afirma que los dos verbos de (10a) querer y terminar se pueden separar y
lo comprueba con los ejemplos (10b-e). Una prueba para reconocer que no es una
perífrasis es la aplicación de un cambio a oración pasiva, pues resulta agramatical y lo
muestra en el ejemplo (10b). Al aplicar la pasiva se realizan dos cambios, la inserción del
verbo ser + participio y el cambio de orden del sujeto y del objeto, ambos forman la
oración el trabajo quiere ser terminado por mí. En esta oración gramaticalmente bien
formada no se acepta concordancia semántica entre el trabajo y querer porque querer
necesita un sujeto animado y en este caso el trabajo no es animado y no decide por sí
solo, lo cual nos da una oración semánticamente no aceptable. Si fuera una verdadera
perífrasis aceptaría todos los cambios a pasiva.
Otra prueba que señala Hernández para mostrar que los verbos querer y terminar
se pueden separar, es la posibilidad de reemplazar la información del segundo verbo, en
el ejemplo (10c) se muestra que el verbo terminar puede ser reemplazado por la forma
que el trabajo sea terminado pronto por mí; y en (10d) se muestra la separación de
ambos verbos al realizar una pregunta sólo con un verbo y no con los dos juntos, ¿qué
quiero?; y finalmente en (10e) nos dice que el segundo verbo, terminar, puede ser
reemplazado por un clítico como lo.
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Hernández señala un único caso donde el querer + un verbo en infinitivo forma
una sola unidad, y lo acepta como perífrasis verbal, es específicamente en la oración
quiere llover, ejemplificada en (11):
(11) Parece que quiere llover
Este ejemplo está formado por el verbo querer + el verbo impersonal llover, si
aplicamos los criterios antes expuestos, el verbo llover no puede ser sustituido por un
sustantivo o por el clítico lo. En esta oración no es posible separar ambos verbos, si se
realiza dicha separación, se perdería el significado original de la enunciación, ya que aquí
no depende de la voluntad de ningún individuo el que llueva.
En tanto que, en el ejemplo (12) con la expresión parece que quiere que llueva, el
verbo querer se encuentra seguido del elemento que más el verbo llover en subjuntivo, en
esta oración ambos verbos han sido separados por el elemento que, el cual le da un
significado diferente, la tercera persona del singular implícita en quiere es directamente
la voluntad de este individuo quien tiene todos los deseos de que llueva.
(12) Parece que quiere que llueva
La descripción gramatical de este tipo de oraciones donde los dos verbos están
separados por el elemento que se describen en el siguiente apartado.
b) El verbo querer + que + verbo
Un contexto menos referido en las gramáticas del español fue el verbo querer en las
oraciones completivas. En este contexto el verbo querer es seguido del elemento que, el
cual introduce a esta oración.
19
En términos de Dubois et al (1979: 121) “en español las completivas pueden ser
introducidas por la conjunción “que” o emplear el infinitivo, precedido o no por alguna
preposición, estas oraciones desempeñan el papel de un sintagma nominal sujeto o
complemento”
Las referencias a este contexto gramatical que realizan autores como Hualde et al
(2001) señalan que cuando el verbo querer aparece como un verbo principal en una
oración completiva, lo hace en oraciones completivas de subjuntivo y que en este
contexto el querer registra características semánticas específicas, es un verbo no asertivo,
de voluntad.
Estos autores señalan la existencia de completivas de indicativo y completivas de
subjuntivo de acuerdo con el verbo principal. “Las completivas de indicativo acompañan
a verbos de contenido asertivo fuerte como decir y confirmar y verbos de contenido
asertivo débil como creer y opinar. En general, las completivas con subjuntivo aparecen
con verbos no asertivos, verbos de voluntad como querer y desear”, Hualde et al (2001:
254-255).
En los siguientes ejemplos (13-16) se muestran oraciones completivas de
indicativo con verbos de contenido asertivo.
(13) Dice que quiere comer mucho
(14) Confirmó que quiere ganar
(15) Creen que se morirá
(16) Opina que quiere los datos
En tanto que en (17-18) verbos como querer y desear registran oraciones
completivas con subjuntivo por ser verbos no asertivos, de voluntad.
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(17) Quiero que comas mucho
(18) Deseo que comas mucho
Las referencias semánticas que se realizan sobre este verbo se encuentran
ampliadas en el siguiente apartado.
ii. Por sus características semánticas
De los autores revisados en las gramáticas del español, éstos hacen referencia a las
características semánticas del verbo querer calificando los diferentes significados que
identifican en este verbo.
Uno de los primeros autores que hace referencia a estas características del verbo
es Lenz (1944: 412), el cual cita al verbo querer dentro de las oraciones que se forman
con un verbo + un infinitivo, y señala que en este contexto el querer es un verbo que debe
analizarse desde la perspectiva de modalidad, ya que al ir unido con un segundo verbo
adquiere matices semánticos distintos que si se presentara solo.
Roca Pons en su estudio (1958: 68-74) hace referencia al verbo querer y lo ubica
en las perífrasis de infinitivo, pero además señala que las características semánticas del
verbo son de orden o de mandato como en el ejemplo (19a) que muestra una oración
interrogativa con una orden atenuada equivalente a un ruego, mientras que en (19b) el
verbo presenta una expresión relacionada con la voluntad del individuo.
(19) a. Querer + infinitivo:
b. Querer + infinitivo:
¿Quieres dármelo?
Quiero hacerlo
Roca Pons hace referencia a la dificultad de marcar las diferencias semánticas que
lleva el verbo, y específicamente en la voluntad del individuo señala lo siguiente: “Dentro
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de este grupo de verbos deben ir todas las expresiones relacionadas con voluntad.
Naturalmente, aquí, como en otras ocasiones, nos encontramos con el problema de los
límites” (1958: 68-74).
Este autor introduce la problemática de los límites, pero no hace una referencia
clara a los límites que pudieran identificarse en verbos como éstos.
Alcina y Blecua (1975: 782) estudian el valor semántico que se manifiesta en la
unión de dos verbos y citan al verbo querer como un verbo que presenta un matiz de
alternativa o posibilidad de que se realice la acción planteada por el verbo. Esta
alternativa se ilustra en el ejemplo (20) con quiero cantar, el cual que implica que el
sujeto de primera persona del singular tiene toda la voluntad o intención de cantar, más
no hay una seguridad de que esta acción se realice. En quiero que cantes, ambos verbos
están separados por el elemento que, ambos tienen sujetos distintos, la primera persona
del singular solicita a una segunda una acción, por lo tanto, el verbo adquiere un
significado de orden o mandato.
(20) Quiero cantar/quiero que cantes
Seco (1980: 188-189) hace referencia al verbo querer en su estudio de frases
verbales y señala que se trata de un verbo que se presenta en oraciones que indican
modalidad subjetiva. Este autor menciona que el verbo manifiesta información que
expresa voluntad o deseo de una visión subjetiva por parte del individuo que realizará la
acción verbal, y cita el siguiente ejemplo:
(21) Yo no quiero aceptar eso
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Para Gili Gaya (2003: 139-143) el verbo querer es un verbo que expresa el fin o la
intención de una acción y no un verbo de mandato, prohibición o ruego. El querer es
visto como una acción no terminada, es decir, como una intención o petición.
En términos generales, las características del verbo querer a las que hacen
referencia las gramáticas del español revisadas me llevaron a observar que los autores
coinciden en la manera de abordarlo, ya sea destacando sus características gramaticales o
semánticas, aún cuando los datos en que se fundamentan sus observaciones no son
amplios. En los trabajos se señalan tanto sus contextos gramaticales, las posibilidades en
términos de construcción que puede presentar, como sus características semánticas, los
distintos significados que puede asumir.
2.2. Estudios del verbo en el proceso de adquisición
En este apartado se presentan algunas investigaciones que analizan el estudio del verbo
en el proceso de adquisición, las cuales muestran datos relacionados con el contexto
gramatical, la edad o usos que registran ciertos verbos en lenguas como el inglés, kaluli,
español y hebreo. Sólo las tres primeras hacen referencia específica al verbo querer.
El estudio del verbo en el proceso de adquisición ha sido abordado en los
diferentes niveles lingüísticos, ya sea fonológico, morfológico, sintáctico o semántico.
En esta revisión muestro aquellas investigaciones que hacen referencia a ciertas
características gramaticales y morfológicas que están relacionadas con el presente
trabajo.
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Una de las lenguas más documentadas es sin lugar a dudas el inglés, enseguida
presento los trabajos realizados en esta lengua por Tomasello (1992), Tomasello y
Merriman (1995), y Theakston et al (2002).
El trabajo de Tomasello (1992: 140-141) señala dos referencias importantes del
uso del verbo querer que realiza su hija Travis de 1; 00 a 2; 00 años de edad: la edad en
que se registra y el tipo de oración en que se produce. Este autor señala que a los 20
meses la niña hizo saber que quería algo, ella usó la entonación acompañada de un
señalamiento con su mano para solicitar algo que estaba cerca de ella, estas dos variables
le indicaban lo que la niña quería. Tomasello señala que a los 23 meses de edad, la niña
aprendió a utilizar los verbos querer ‘want it’ y necesitar ‘need it’. El ejemplo (22),
formado por un sujeto más un verbo, indica que la niña usa esta oración cuando solicita
algo que está sobre el librero y en (23), un ejemplo que muestra una oración formada por
un sujeto más dos verbos, want to get, la niña indica que quiere que la tomen en sus
brazos, esta última se registró a los 24 meses:
(22) I want....
‘yo quiero’
(23) I want to get in your lap ‘yo quiero estar en tu regazo’
Este autor afirma que en el inglés no existe una diferencia clara en el uso que
realizan los niños con los verbos querer y necesitar, pero posiblemente ocurra lo mismo
en el lenguaje del adulto, pues ambos son verbos con características de deseo.
En otro trabajo Tomasello y Merriman (1995: 85-105) señalan que la edad en que
se presentan los primeros verbos en inglés es a la edad de 1;07 años de edad (19 meses) y
lo ejemplificaron con los verbos cut y visit.
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Un trabajo que fue apoyo metodológico en el inicio del análisis del verbo querer
en el español fue el realizado por Theakston et al (2002: 783-811) con el verbo go ‘ir’ del
inglés. Este es un estudio longitudinal de once niños monolingües de clase social media,
en el cual se analizan y documentan los contextos gramaticales que registra este verbo en
el proceso de adquisición.
El análisis documenta tres tipos de oraciones que registra el verbo go, como las
que se muestran en (24):
(24) a. go + adverbio: I go here; he went fast
b. go + frase preposicional: It goes in there
c. go + infinitivo: He´s going to hit it
El resultado del análisis señala que estos tres tipos de contextos gramaticales no se
adquieren de igual manera, el más utilizado por los niños monolingües del inglés fue el
(24c) going to hit, es decir, un verbo + otro verbo en infinitivo, mientras que los tipos de
oraciones menos utilizado fueron el (24a) I go here; he went fast integrada por un verbo
+ adverbio y el (24b), It goes in there formado por un verbo + frase preposicional.
En kaluli, una de las 700 lenguas que se hablan en Nueva Guinea y estudiada por
Scheffelin (1985: 54-57), se señala que los niños a la edad de 20 a 24 meses primero
adquieren nombres comunes como términos de comida, magu ‘plátano’, jun ‘espárragos’
para posteriormente producir sus primeros verbos dimina ‘dar’, hamana ‘ir’.
Cuando Scheffelin hace referencia a estos primeros verbos afirma que a los 27
meses aproximadamente, los niños producen oraciones con un solo verbo como comer
pero su significado es yo quiero comer, véase (25).
(25) n‫כ‬l
Comer
25
‘Yo quiero comer’
Las referencias citadas en kaluli, acerca del verbo querer son limitadas; sin
embargo, es un dato que nos indica cómo se registra inicialmente este verbo en esta
lengua.
Por otra parte, un dato relacionado con el uso del tiempo en el verbo es la que
realiza Berman (1985: 268) con el hebreo, en el cual señala que los niños en esta lengua
aprenden inicialmente el tiempo presente.
En español cito dos trabajos que hacen referencias importantes acerca del verbo,
el realizado por López Ornat et al (1994) y el trabajo de Rojas (en prensa), en el primero
se señala el uso del tiempo en diversos verbos y en el segundo se hace referencia al verbo
querer en una oración gramatical.
López Ornat et al (1994: 37) realizan un estudio longitudinal del habla espontánea
con una niña de Madrid, en donde analizan morfológicamente un grupo de verbos. Una
de las conclusiones importantes que muestra esta investigación es el hecho de que el
tiempo presente es el más utilizado, éste emerge a los 25-26 meses de edad, los autores
señalan que aún en etapas posteriores a esta edad, el tiempo presente en el español
muestra una mayor ocurrencia.
En el trabajo de Rojas (en prensa) se analiza la vinculación y unión de estructuras
tempranas entre los verbos, el verbo querer es señalado como un verbo que
aproximadamente a los 24 meses domina entre los verbos infantiles con una alta
producción y uso. El verbo querer es de los verbos que en español presentan un uso
frecuente en construcciones complejas de verbo - verbo o en oraciones completivas.
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La autora señala que en este verbo morfológicamente predomina el uso de la
primera persona del singular, y en términos de construcción se observa una preferencia
por un infinitivo después del verbo querer. Véanse los ejemplos (26) y (27).
(26) ¿Quiedes bed e cachodo?
‘¿Quieres ver el cachorro?’
(27) yo quieo que te levantas
‘yo quiero que te levantes’
2.3. Resumen
Si resumimos lo expuesto en este capítulo, en las gramáticas del español se muestra que
el verbo querer es un verbo transitivo que tiene la posibilidad de presentar diversos
recursos gramaticales para ocupar el argumento objeto en una oración. En términos
semánticos, el verbo querer ha sido estudiado como un verbo que puede asumir distintos
significados, de intención, mandato, o una orden atenuada equivalente a un ruego.
En las edades tempranas de la lengua, el verbo querer es señalado como un verbo
que se produce tempranamente, aproximadamente a los 27 meses para el inglés
(Tomasello 1992) y aproximadamente a los 24 meses para el español, con productividad
en diferentes recursos gramaticales (Rojas en prensa).
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