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libro de La salud
cardiovascular
del Hospital
ClínicO
san carlos y
la Fundación
BBVA
libro de La salud
cardiovascular
del Hospital
ClínicO
san carlos y
la Fundación
BBVA
Dirigido por
Antonio López Farré
Carlos Macaya Miguel
La decisión de la Fundación BBVA de publicar el presente libro no implica reponsabilidad alguna sobre
su contenido ni sobre la inclusión, dentro de esta obra, de documentos o información complementaria
facilitada por los autores.
No se permite la reproducción total o parcial de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, ni su
incorporación a un sistema informático, ni su transmisión por cualquier forma o medio, sea electrónico,
mecánico, reprográfico, fotoquímico, óptico, de grabación u otro sin permiso previo y por escrito del
titular del copyright.
datos internacionales de catalogación
Libro de la salud cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos y de
la Fundación BBVA / dirigido por Antonio López Farré y Carlos Macaya
Miguel. — 1.ª ed. — Bilbao : Fundación BBVA, 2009.
696 p. ; 26 cm
ISBN: 978-84-96515-92-5
1. Enfermedad cardiovascular. I. López Farré, Antonio. II. Macaya
Miguel, Carlos. III. Fundación BBVA, ed.
612.1
Primera edición, 2009
© los autores, 2009
© Fundación BBVA, 2009
Plaza de San Nicolás, 4. 48005 Bilbao
isbn: 978-84-96515-92-5
depósito legal: M-28122-2009
Edición y producción: Editorial Nerea, S. A.
ASESOR CIENTÍFICO EDITORIAL: José Julio Robles Gardeazabal
DISEÑO y maquetación: Eurosíntesis Global, S. L.
impresión Y Encuadernación: Dédalo Offset, S. L. U.
Impreso en España - Printed in Spain
Los libros editados por la Fundación BBVA están elaborados sobre papel con un 100%
de fibras recicladas, según las más exigentes normas ambientales europeas.
Relación de autores
directores
Dr. Antonio López Farré y Dr. Carlos Macaya Miguel
autores
Dr. Fernando Alfonso. Médico especialista en Cardiología
Intervencionista. Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico
San Carlos, Madrid.
Dr. Sergio Alonso Orgaz. Biólogo especialista en Biología
Molecular y Celular. Unidad de Investigación Cardiovascular
del Hospital Clínico San Carlos, Madrid
Dr. Lucio Cabrerizo. Médico especialista en Endocrinología y
Nutrición. Jefe de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del
Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínico San
Carlos, Madrid. Profesor asociado de Ciencias de la Salud de la
Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.
Dra. Victoria Cachofeiro. Doctora en Ciencias Biológicas. Profesora titular de Fisiología de la Facultad de Medicina de la
Universidad Complutense de Madrid.
Dr. Elpidio Calvo Manuel. Médico especialista en Medicina
Interna. Coordinador del Servicio de Medicina Interna I del Hospital Clínico San Carlos, Madrid. Profesor titular de Medicina de la
Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.
Dra. Paloma Aragoncillo Ballesteros. Médico especialista en
Anatomía Patológica. Servicio de Anatomía Patológica II del
Hospital Clínico San Carlos, Madrid. Profesora Asociada de
Anatomía Patológica de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.
Dra. Victoria Cañadas Godoy. Médico especialista en Cardiología.
Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos, Madrid.
Dra. Tamara Archondo Arce. Médico especialista en Cardiología. Becaria de la Unidad de Arritmias del Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos, Madrid.
Dr. José Luis Carrasco. Médico especialista en Psiquiatría. Coordinador de la Unidad de Psiquiatría de Enlace del Hospital Clínico San Carlos, Madrid. Catedrático de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.
Dr. Luis Azcona. Médico especialista en Cardiología. Servicio
de Cardiología del Hospital Clínico San Carlos, Madrid.
Dra. Camino Bañuelos. Médico especialista en Cardiología.
Unidad de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista del
Hospital Clínico San Carlos, Madrid.
Dr. Roque Cardona Hernández. Médico especialista en Pediatría. Unidad de Diabetes. Sección de Endocrinología Pediátrica
del Hospital Sant Joan de Déu, Barcelona.
Dr. Santos Casado Pérez. Médico especialista en Nefrología.
Jefe consultor del Servicio de Nefrología y Unidad de Hipertensión de la Fundación Jiménez Díaz-Capio, Madrid.
Dr. Emilio Cervera Barba. Médico especialista en Medicina
Familiar y Comunitaria. Unidad Docente de Medicina Familiar
y Comunitaria del Área 7 de Atención Primaria, Madrid.
Dr. Alberto Barrientos. Médico especialista en Nefrología.
Jefe del Servicio de Nefrología del Hospital Clínico San Carlos,
Madrid. Catedrático de Nefrología de la Facultad de Medicina
de la Universidad Complutense de Madrid.
Dr. David Chaparro Pardo. Médico especialista en Medicina
Interna. Médico adjunto del Servicio de Urgencias del Hospital
Clínico San Carlos, Madrid.
Marian Bas Villalobos. Ingeniero industrial. Coordinadora de
Gestión del Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San
Carlos, Madrid.
Dr. Javier Cobiella Carnicer. Médico especialista en Cirugía
Cardíaca. Servicio de Cirugía Cardíaca del Hospital Clínico San
Carlos, Madrid.
Dr. Ramón Bover Freire. Médico especialista en Cardiología.
Unidad de Insuficiencia Cardíaca del Instituto Cardiovascular
del Hospital Clínico San Carlos, Madrid.
Dra. Blanca Cobos del Álamo. Médico residente de Obstetricia
y Ginecología de la Fundación Hospital Universitario Alcorcón,
Madrid.
Dr. Miguel Ángel Cobos. Médico especialista en Cardiología.
Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos, Madrid.
Dra. Cecilia Corros Vicente. Médico especialista en Cardiología. Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos,
Madrid.
Dr. Rafael Cuervo. Médico especialista en Medicina Interna.
Servicio de Urgencias del Hospital Clínico San Carlos, Madrid.
Dr. Federico Cuesta. Médico especialista en Geriatría. Servicio
de Geriatría del Hospital Clínico San Carlos, Madrid. Profesor
asociado de Ciencias de la Salud de la Facultad de Medicina
de la Universidad Complutense de Madrid.
Dra. Eva Delpón. Catedrática de Escuela Universitaria de la
Universidad Complutense de Madrid.
Dr. Manuel Díaz-Rubio. Médico especialista en Medicina
Interna y Aparato Digestivo. Jefe del Servicio de Aparato
Digestivo del Hospital Clínico San Carlos, Madrid. Catedrático
de Medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad
Complutense de Madrid.
Isabel Díez. Periodista. Jefa de Prensa del Hospital Clínico San
Carlos, Madrid.
Dr. Carlos María Elvira Martínez. Médico de Admisión y Documentación Clínica. Jefe del Servicio de Admisión y Documentación Clínica del Hospital Clínico San Carlos, Madrid.
Dr. Javier Escaned Barbosa. Médico especialista en Cardiología Intervencionista. Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos, Madrid.
Dr. Cesáreo Fernández Alonso. Médico especialista en Geriatría. Servicio de Urgencias del Hospital Clínico San Carlos,
Madrid.
Dr. Miguel Fernández Arquero. Biólogo especialista en Biología Molecular y Celular. Servicio de Inmunología del Hospital
Clínico San Carlos, Madrid.
Dr. Antonio Fernández-Ortiz. Médico especialista en Cardiología. Jefe de la Unidad Coronaria del Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos, Madrid. Profesor asociado
de Cardiología de la Facultad de Medicina de la Universidad
Complutense de Madrid.
Rosa María Gacimartín García. Diplomada en Enfermería.
Coordinadora de Enfermería del Instituto Cardiovascular del
Hospital Clínico San Carlos, Madrid.
Dra. Sofía Garrido Elustondo. Médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública. Unidad de Formación e Investigación del Área 7 de Atención Primaria, Madrid.
Dr. Juan Jorge González Armengol. Médico especialista en
Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Clínico
San Carlos, Madrid. Coordinador de Telemedicina del Hospital
Clínico San Carlos, Madrid.
Dr. Juan González del Castillo. Médico especialista en Medicina Interna. Coordinador del Servicio de Urgencias de la Fundación Hospital Universitario Alcorcón, Madrid.
Dra. Montserrat González Estecha. Médico especialista en
Análisis Clínicos y en Bioquímica Clínica. Responsable de la
Unidad de Elementos Traza del Servicio de Análisis Clínicos
del Hospital Clínico San Carlos, Madrid.
Dr. Fernando González Romo. Médico especialista en Microbiología Clínica y Parasitología. Servicio de Microbiología Clínica del Hospital Clínico San Carlos, Madrid. Profesor asociado
de Microbiología Médica de la Universidad Complutense de
Madrid.
Dr. Javier Guerra Aguirre. Médico especialista en Medicina
Familiar y Comunitaria. Subdirector gerente del Hospital Clínico San Carlos, Madrid.
Dra. Natalia de las Heras. Doctora en Ciencias Biológicas.
Especialista en Fisiopatología Cardiovascular. Profesora de
Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.
Dra. Rosa Ana Hernández Antolín. Médico especialista en
Cardiología. Jefe de Sección de la Unidad de Hemodinámica
y Cardiología Intervencionista del Instituto Cardiovascular del
Hospital Clínico San Carlos, Madrid. Profesora asociada de Cardiología de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.
Dr. Lorenzo Hernando Marrupe. Médico especialista en Cardiología. Servicio de Cardiología del Hospital Clínico San Carlos,
Madrid.
Dr. José Antonio Herrero Calvo. Médico especialista en Nefrología. Servicio de Nefrología del Hospital Clínico San Carlos,
Madrid. Profesor asociado de la Facultad de Medicina de la
Universidad Complutense de Madrid.
Dr. Aser García Rada. Médico especialista en Pediatría. Hospital Infantil Universitario Niño Jesús, Madrid.
Dra. Petra Jiménez Mateos-Cáceres. Bióloga especialista en
Biología Molecular y Celular. Unidad de Investigación Cardiovascular del Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San
Carlos, Madrid.
Dr. Juan Carlos García Rubira. Médico adjunto del Servicio de
Cardiología. Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San
Carlos, Madrid.
Dra. Pilar Jiménez Quevedo. Médico especialista en Cardiología.
Unidad de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista del
Hospital Clínico San Carlos, Madrid.
Dr. José María Ladero Quesada. Médico especialista en Medicina Interna y Aparato Digestivo. Jefe de sección del Servicio
de Aparato Digestivo (Unidad de Hígado) del Hospital Clínico
San Carlos, Madrid. Profesor titular de la Facultad de Medicina
de la Universidad Complutense de Madrid.
Dr. Vicente Lahera. Médico especialista en Fisiopatología Cardiovascular. Catedrático de Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.
Dr. Antonio López Farré. Doctor en Bioquímica y Biología
Molecular. Jefe de la Unidad de Investigación Cardiovascular
del Servicio de Cardiología del Hospital Clínico San Carlos,
Madrid. Profesor asociado de la Facultad de Medicina de la
Universidad Complutense de Madrid.
Dra. Pilar Matía. Médico especialista en Endocrinología y
Nutrición. Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital
Clínico San Carlos, Madrid.
Dr. Guillermo Moñux Ducajú. Médico especialista en Angiología y Cirugía Vascular. Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Clínico San Carlos, Madrid.
Dr. Alfonso Moreno González. Médico especialista en Farmacología. Jefe del Servicio de Farmacología Clínica del Hospital
Clínico San Carlos, Madrid. Catedrático de Farmacología de la
Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.
Dr. Javier Moreno. Médico especialista en Cardiología. Cardiólogo y médico adjunto de la Unidad de Arritmias del Hospital
Clínico San Carlos, Madrid.
Dr. Jesús López Lafuente. Médico especialista en Radiología y
Radiodiagnóstico. Servicio de Radiología de la Fundación Hospital Universitario Alcorcón, Madrid.
Dr. Ángel Nieto Sánchez. Médico especialista en Medicina
Interna. Servicio de Medicina Interna III del Hospital Clínico
San Carlos, Madrid. Profesor asociado de Toxicología de la
Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.
Dr. Juan José López-Ibor. Médico especialista en Psiquiatría.
Director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital
Clínico San Carlos, Madrid. Catedrático de Psiquiatría de la
Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.
Dra. María José Núñez Orantos. Médico especialista en Medicina Interna. Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital
Clínico San Carlos, Madrid.
Dr. Carlos Macaya Miguel. Médico especialista en Cardiología. Jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Clínico San
Carlos, Madrid. Catedrático de Cardiología de la Facultad de
Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.
Dr. José María Maroto Montero. Médico especialista en Cardiología. Jefe de la Unidad de Rehabilitación Cardíaca del
Servicio de Cardiología del Hospital Ramón y Cajal, Madrid.
Director de la Unidad de Rehabilitación Cardíaca de ECOPLAR,
Madrid.
Dr. Luis Carlos Maroto. Médico especialista en Cirugía Cardiovascular. Servicio de Cirugía Cardíaca del Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos, Madrid.
Dra. María Marqués Vidas. Médico especialista en Nefrología.
Servicio de Nefrología del Hospital Clínico San Carlos, Madrid.
Dr. Jaume Marrugat. Médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública. Director del Programa de Investigación en
Procesos Inflamatorios y Cardiovasculares, y de la Unidad de
Lípidos y Epidemiología Cardiovascular del Instituto Municipal de Investigación Médica, Barcelona.
Dr. Isaac Martínez López. Médico residente de 3.er año del
Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Clínico
San Carlos, Madrid.
Dr. F. Javier Martín-Sánchez. Médico especialista en Geriatría.
Servicio de Urgencias del Hospital Clínico San Carlos, Madrid.
Dr. Carlos Olivier Gómez. Médico especialista en Urología.
Jefe adjunto del Servicio de Urología del Hospital Clínico San
Carlos, Madrid.
Dr. Nicasio Pérez Castellano. Médico especialista en Cardiología, Arritmias y Electrofisiología Cardíaca. Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos, Madrid.
Dr. Leopoldo Pérez de Isla. Médico especialista en Cardiología. Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos,
Madrid.
Dra. M.ª Teresa Pérez de Prada. Bióloga especialista en Biotecnología. Unidad de Investigación Cardiovascular del Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos, Madrid.
Dra. Elisa Pérez-Cecilia Carrera. Médico especialista en Microbiología Clínica y Parasitología. Servicio de Microbiología
Clínica del Hospital Clínico San Carlos, Madrid. Profesora asociada de Microbiología Médica de la Facultad de Medicina de
la Universidad Complutense de Madrid.
Dr. Julián Pérez-Villacastín. Médico especialista en Cardiología y Electrofisiología Cardíaca. Jefe de la Unidad de Arritmias
del Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos,
Madrid.
Dr. Juan José Picazo. Médico especialista en Microbiología
Clínica y Parasitología. Servicio de Microbiología Clínica del
Hospital Clínico San Carlos, Madrid. Catedrático de Micro­
biología Médica de la Facultad de Medicina de la Universidad
Complutense de Madrid.
Dr. Javier Pindado Rodríguez. Médico especialista en Cardiología. Unidad de Arritmias del Hospital Txagorritxu, VitoriaGasteiz.
gía y Cirugía Vascular del Hospital Clínico San Carlos, Madrid.
Profesor asociado de Cirugía de la Facultad de Medicina de la
Universidad Complutense de Madrid.
Dr. Fernando José Reguillo Lacruz. Médico especialista en
Cirugía Cardiovascular. Servicio de Cirugía Cardíaca del Hospital Clínico San Carlos, Madrid.
Dr. Jacobo Silva Guisasola. Médico especialista en Cirugía
Cardiovascular. Servicio de Cirugía Cardíaca del Hospital Clínico San Carlos, Madrid.
Dra. M.ª Teresa Reina Gutiérrez. Médico especialista en Angiología y Cirugía Vascular. Jefe de Sección del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Clínico San Carlos, Madrid.
Dr. Juan Tamargo. Médico especialista en Farmacología Clínica. Catedrático de Farmacología de la Facultad de Medicina
de la Universidad Complutense de Madrid.
Dr. José Manuel Ribera Casado. Médico especialista en Geriatría. Jefe del Servicio de Geriatría del Hospital Clínico San Carlos, Madrid. Catedrático de Geriatría de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.
Dra. Raquel del Valle. Médico especialista en Cardiología. Servicio de Cardiología del Instituto Cardiovascular del Hospital
Clínico San Carlos, Madrid.
Dr. José Luis Rodrigo López. Médico especialista en Cardiología. Unidad de Imagen Cardíaca del Hospital Clínico San Carlos, Madrid. Profesor asociado de Cardiología de la Facultad de
Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.
Dr. Carlos Verdejo Bravo. Médico especialista de Área del
Servicio de Geriatría del Hospital Clínico San Carlos, Madrid.
Profesor asociado de Medicina de la Facultad de Medicina de
la Universidad Complutense de Madrid.
Dr. Miguel Ángel Rubio. Médico especialista en Endocrinología y Nutrición. Jefe de la Unidad de Obesidad del Servicio
de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínico San Carlos,
Madrid. Profesor asociado de Ciencias de la Salud de la Facultad
de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.
Dr. Isidre Vilacosta. Médico especialista en Cardiología.
Médico adjunto del Servicio de Cardiología del Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos, Madrid. Profesor
asociado de Cardiología de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.
Dr. Juan Ruiz García. Médico residente de Cardiología. Hospital General Universitario Gregorio Marañón, Madrid.
Dr. José María Villalón. Médico especialista en Medicina del
Deporte. Jefe del equipo médico del Club Atlético de Madrid.
Dr. Juan Manuel Ruiz Liso. Médico especialista en Anatomía
Patológica. Jefe de Servicio de Patología del Complejo Hospitalario de Soria.
Dr. Pedro Villarroel González-Elipe. Médico especialista en
Medicina Interna. Coordinador del Servicio de Urgencias del
Hospital Clínico San Carlos, Madrid. Profesor asociado de
Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.
Mayka Sánchez. Periodista. Especialista en salud y medicina
del diario El País.
Dr. Antonio Segura. Médico especialista en Medicina Interna
y en Medicina Preventiva y Salud Pública. Servicio de Investigación del Instituto de Ciencias de la Salud, Talavera de la
Reina. Profesor asociado de Salud Pública del Departamento
de Ciencias Médicas en el Centro de Estudios Universitarios de
Talavera de la Reina de la Universidad de Castilla-La Mancha.
Dr. Francisco Javier Serrano Hernando. Médico especialista
en Angiología y Cirugía Vascular. Jefe del Servicio de Angiolo-
Dra. Ana Villegas. Médico especialista en Hematología y
Hemoterapia. Jefe del Servicio de Hematología y Hemoterapia
del Hospital Clínico San Carlos, Madrid Catedrática de Hematología de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.
Dr. José Luis Zamorano. Médico especialista en Cardiología.
Director del Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San
Carlos, Madrid. Profesor de Patología Médica de la Facultad de
Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.
Índice general
Presentación
12. Hipertensión arterial
Francisco González y José Soto Bonel . ......................................................................... 17
Introducción
13. Alteraciones del colesterol
y enfermedad cardiovascular
Antonio López Farre y Carlos Macaya Miguel ................................................. 19
la cardiología actual
1. Breve historia del corazón y de
los conocimientos cardiológicos
Javier Escaned Barbosa ............................................................................................................. 23
2. Anatomía del corazón
Paloma Aragoncillo Ballesteros ................................................................................. 35
3. Fisiología cardíaca
Juan Carlos García Rubira ..................................................................................................... 41
4. El electrocardiograma
Luis Azcona . .................................................................................................................................................... 49
Santos Casado Pérez ................................................................................................................. 121
Victoria Cachofeiro ....................................................................................................................... 131
14. Insuficiencia renal: factor de riesgo
de enfermedades cardiovasculares
Alberto Barrientos ......................................................................................................................... 141
15. La enfermedad cardiovascular
en el trasplante renal
María Marqués Vidas y Jesús López Lafuente . ........................... 149
16. La anemia en la patología cardiovascular
de las enfermedades renales
José Antonio Herrero Calvo ......................................................................................... 157
5. La prueba de esfuerzo o ergometría
17. Enfermedades hepáticas
y enfermedad cardiovascular
Miguel Ángel Cobos y Blanca Cobos del Álamo ........................ 57
José María Ladero Quesada ......................................................................................... 165
6. El ecocardiograma
18. VIH y corazón
Leopoldo Pérez de Isla ................................................................................................................ 65
7. Nuevas técnicas de imagen
para ver el corazón
José Luis Zamorano ......................................................................................................................... 71
8. Telemedicina y corazón
Juan Jorge González Armengol ................................................................................ 77
9. Fármacos cardiovasculares
Ramón Bover Freire y Alfonso Moreno González ..................... 87
factores de riesgo cardiovascular
10. Epidemiología cardiovascular
Antonio Segura y Jaume Marrugat ................................................................ 101
María José Núñez Orantos
y Juan González del Castillo ........................................................................................ 173
19. Infección y riesgo de
enfermedad cardiovascular
Fernando González Romo,
Elisa Pérez-Cecilia Carrera y Juan José Picazo ............................ 181
20. Sepsis y riesgo de
enfermedad cardiovascular
Pedro Villarroel González-Elipe ............................................................................. 187
21. La edad y el envejecimiento del corazón
José Manuel Ribera Casado ......................................................................................... 195
11. Diabetes y riesgo cardiovascular
22. Factores de riesgo cardiovascular
en los niños y los adolescentes
Vicente Lahera y Natalia de las Heras ........................................................ 111
Aser García Rada y Roque Cardona Hernández . .................... 203
23. Las enfermedades cardiovasculares
en la mujer
Camino Bañuelos ............................................................................................................................ 213
24. Disfunción eréctil, marcador de
riesgo cardiovascular
Carlos Olivier Gómez ................................................................................................................ 221
25. Marcadores sanguíneos utilizados
en el diagnóstico y pronóstico del
riesgo cardiovascular
Petra Jiménez Mateos-Cáceres .............................................................................. 231
enfermedad de las arterias coronarias
26. Qué es la arteriosclerosis coronaria
Antonio Fernández-Ortiz .................................................................................................. 241
27. Qué es la angina de pecho
Elpidio Calvo Manuel y Ángel Nieto Sánchez . ........................... 249
28. Qué es el infarto agudo de miocardio
Antonio Fernández-Ortiz .................................................................................................. 259
29. Cómo se forma un trombo en las arterias
coronarias y su prevención por Aspirina®
Antonio López Farré y Carlos Macaya Miguel ............................ 269
30. Signos y síntomas del infarto
de miocardio y de la angina
Luis Azcona . ............................................................................................................................................... 279
31. Dolor torácico:
¿es siempre de origen coronario?
Manuel Díaz-Rubio ....................................................................................................................... 291
32. Enfermedad de las arterias coronarias.
La coronariografía
Lorenzo Hernando Marrupe ....................................................................................... 299
33. Tratamiento invasivo del infarto y la angina
Rosa Ana Hernández Antolín .................................................................................... 307
34. Revascularización quirúrgica de
las arterias coronarias: el baipás
Jacobo Silva Guisasola ........................................................................................................... 315
disfunción de la célula cardíaca
39. La insuficiencia cardíaca aguda.
Causas y consecuencias
F. Javier Martín-Sánchez ..................................................................................................... 351
40. La insuficiencia cardíaca crónica
Ramón Bover Freire ..................................................................................................................... 359
41. La miocardiopatía hipertrófica
Victoria Cañadas Godoy ..................................................................................................... 369
42. El trasplante cardíaco
Fernando José Reguillo Lacruz .............................................................................. 377
43. Rehabilitación cardíaca
José María Maroto Montero ........................................................................................ 385
anomalías en el ritmo cardíaco
44. Cómo se comunican eléctricamente
las células del corazón
Javier Moreno ........................................................................................................................................ 395
45. Qué es una arritmia y cómo
funciona un marcapasos
Tamara Archondo Arce y Julián Pérez-Villacastín ................ 401
46. La fibrilación auricular
Juan Tamargo y Eva Delpón ........................................................................................ 405
47. Cómo ocurre la muerte súbita
Javier Pindado Rodríguez ................................................................................................ 419
48. La resucitación cardíaca
Nicasio Pérez Castellano .................................................................................................... 427
49. La ablación de taquicardias
Nicasio Pérez Castellano .................................................................................................... 435
50. La genética cardiovascular y su utilidad en
la prevención de la muerte súbita cardíaca
Antonio López Farré y Carlos Macaya Miguel ............................ 443
enfermedad de las válvulas cardíacas y del pericardio
51. Válvulas cardíacas:
funcionamiento y enfermedades
35. Las células madre o progenitoras
52. Estenosis aórtica del anciano
M.ª Teresa Pérez de Prada ................................................................................................ 321
36. Utilidad de las células progenitoras en la
cardiopatía isquémica
Pilar Jiménez Quevedo ......................................................................................................... 327
José Luis Rodrigo López ..................................................................................................... 457
Carlos Verdejo Bravo y Raquel del Valle . ............................................... 463
53. Prótesis valvulares cardíacas
Luis Carlos Maroto ......................................................................................................................... 471
37. Células sanguíneas y enfermedad coronaria
54. El pericardio
Ana Villegas ................................................................................................................................................ 333
Cecilia Corros Vicente .............................................................................................................. 479
38. La inflamación y la enfermedad coronaria
55. Qué es la endocarditis
Miguel Fernández Arquero y Sergio Alonso Orgaz . ........ 343
Isidre Vilacosta ...................................................................................................................................... 487
enfermedad de las arterias y de las venas
56. Qué es una dilatación de la aorta ascendente
Javier Cobiella Carnicer ........................................................................................................ 497
57. Qué es una dilatación de la aorta torácica
y abdominal
Francisco Javier Serrano Hernando ............................................................... 505
58. Qué es y cómo se produce la disección aórtica
Isidre Vilacosta ...................................................................................................................................... 513
59. Isquemia de los miembros inferiores
Francisco Javier Serrano Hernando
y Guillermo Moñux Ducajú ........................................................................................... 519
60. Las carótidas enfermas
M.ª Teresa Reina Gutiérrez e Isaac Martínez López ........... 527
61. Enfermedades de las venas.
Varices y trombosis venosa profunda
Guillermo Moñux Ducajú ................................................................................................. 537
consejos de prevención y estilo de vida
62. Dieta mediterránea y prevención
cardiovascular: mito o realidad
Juan Manuel Ruiz Liso y Juan Ruiz García . ........................................ 549
63. Desnutrición y corazón
Federico Cuesta y Pilar Matía .................................................................................... 559
64. El sobrepeso en el enfermo cardiovascular
Lucio Cabrerizo y Miguel Ángel Rubio .................................................... 567
65. Alcohol y tabaco en la
patología cardiovascular
Rafael Cuervo . ........................................................................................................................................ 577
66. El estrés en las enfermedades cardiovasculares
Cesáreo Fernández Alonso ............................................................................................ 583
68. El corazón del deportista
José María Villalón y Antonio López Farré . ....................................... 597
69. El cuidado del paciente cardiovascular
Rosa Gacimartín García ........................................................................................................ 605
aspectos sociales de la enfermedad cardiovascular
70. Enfermedad cardiovascular y psiquiatría
José Luis Carrasco y Juan José López-Ibor ....................................... 613
71. Del síntoma a la enfermedad cardiovascular:
el papel del médico de familia
Emilio Cervera Barba y Sofía Garrido Elustondo ................... 621
72. Efectos cardiovasculares de
los contaminantes ambientales
Monserrat González Estecha . .................................................................................... 629
73. Diferencias entre hombres y mujeres
en la incidencia de las enfermedades
del corazón
Carlos María Elvira Martínez . ...................................................................................... 637
74. Cómo se publica un artículo
en una revista científica
Fernando Alfonso ........................................................................................................................... 643
75. Cómo valorar un servicio de cardiología
Marian Bas Villalobos . .............................................................................................................. 651
76. Impacto de las enfermedades
cardiovasculares en los medios
de comunicación
Isabel Díez y Mayka Sánchez ..................................................................................... 661
77. Aportaciones de la investigación
en el área cardiovascular en España
Javier Guerra Aguirre . .............................................................................................................. 669
67. La actividad sexual en los enfermos
del corazón
Índice alfabético .......................................................................................................................................... 679
Créditos fotográficos y de ilustraciones .................................................. 695
David Chaparro Pardo ............................................................................................................ 591
Presentación
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son un grupo de
trastornos del corazón y los vasos sanguíneos que incluyen
la enfermedad coronaria (ataques al corazón), la cerebrovascular (ictus), la hipertensión (tensión alta), la insuficiencia
cardíaca y la enfermedad cardíaca reumática, entre otras.
Las ECV constituyen la primera causa de muerte
en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud.
En Estados Unidos causan el 35,3% de los fallecimientos.
En Europa son responsables de 4,3 millones de muertes
al año. Incluso cuando no son mortales, estas afecciones
pueden dejar secuelas que limitan severamente la calidad
de vida de los afectados. Suponen, además, una importante carga económica para las sociedades y la ciudadanía,
que en la Unión Europea se estima en 192.000 millones de
euros al año entre asistencia sanitaria, pérdida de productividad y cuidados familiares.
Desde la invención en 1903 del electrocardiograma,
la investigación en esta área se ha convertido en paradigma de la capacidad de la ciencia para mejorar la calidad
de vida de las sociedades contemporáneas y ha arrastrado
en este empeño a otros ámbitos de la medicina. Esos hitos
recorren los siglos XX y XXI y entre ellos figuran el primer
trasplante de corazón, el baipás, la angioplastia y los desfibriladores implantables o el uso de la terapia genética
para desarrollar nuevos vasos sanguíneos en humanos, así
como los ensayos con células madre para la regeneración
del músculo cardíaco dañado por el infarto.
El ingente esfuerzo investigador desarrollado en este
terreno durante los últimos sesenta años se ha traducido
en mejoras para el diagnóstico y el tratamiento (también
farmacológico) que han elevado sustancialmente la tasa de
supervivencia. Según los Institutos Nacionales de la Salud de
Estados Unidos, las tasas de muerte por enfermedades cardiovasculares se han reducido en un 63% en las últimas tres
décadas y las muertes por ictus han descendido un 70%.
El protagonismo del ciudadano en la prevención
mediante la adopción de estilos de vida saludable y su participación activa en el manejo de la enfermedad a través
del autocuidado han adquirido un papel creciente según
ha avanzado el conocimiento sobre los factores de riesgo
de las ECV. No en vano, tabaco, obesidad, sedentarismo
e hipertensión son condicionantes graves y principales
sobre los que cada individuo puede influir optando por
una dieta equilibrada, haciendo ejercicio regularmente y
dejando, en su caso, de fumar.
Se abren aquí apasionantes campos de actuación
para las autoridades sanitarias y educativas, así como para
las sociedades científicas, unidades asistenciales y otras
entidades que promueven la mejora de oportunidades individuales y colectivas, en un entorno al que no es ajeno el
debate sobre la búsqueda de soluciones imaginativas que
contribuyan a la sostenibilidad financiera del sistema sanitario. Estudios recientes muestran que las personas que a
partir de los 50 años abordan con decisión cinco factores de
riesgo —tabaco, sobrepeso u obesidad, inactividad física,
presión arterial elevada, colesterol alto y diabetes tipo 2—
pueden añadir entre ocho y once años a su vida. Asimismo,
se ha comprobado que las mujeres que mantienen su peso
en niveles adecuados, consumen una dieta sana, practican
regularmente ejercicio suave (como andar), no fuman y
beben moderadamente tienen un 82% menos de ataques al
corazón e ictus que las que no cuidan estos aspectos.
Este libro sobre salud cardiovascular está pensado,
diseñado y escrito para ofrecer la información más actualizada con un lenguaje inteligible que huye de tecnicismos y
mantiene al mismo tiempo el máximo rigor científico, con
el objetivo siempre puesto en el lector al que va destinado:
el ciudadano. Es resultado de la colaboración entre la Fundación BBVA y el Hospital Clínico San Carlos, que ha puesto
al frente, en la tarea de dirección y coordinación de la obra,
libro de la salud cardiovascular
a los doctores Carlos Macaya Miguel y Antonio López Farré,
responsables de la clínica y la investigación en materia cardiovascular en el centro. Ellos han dirigido el trabajo de
noventa y dos profesionales de reconocido prestigio, a
través de setenta y siete capítulos que explican de manera
comprensible los fundamentos científicos y médicos que
nos permiten entender los conceptos, patologías y hasta
mecanismos moleculares implicados en la prevención, el
tratamiento y la investigación cardiovascular más actual.
La Fundación BBVA y el Hospital Clínico San Carlos
ponen en sus manos este volumen en la confianza de
poder ayudar a sus lectores, pues el primer paso para
afrontar debidamente un potencial problema de salud es
estar bien informado, es decir, poder situarlo en su contexto y entenderlo. Es deseo de ambas instituciones que
esta información adecuada y rigurosa permita ampliar el
espacio de toma de decisiones sobre su salud por parte de
todas las personas.
Francisco González
Presidente de la Fundación BBVA
José Soto Bonel
Director Gerente del Hospital Clínico San Carlos
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Introducción
El conocimiento científico de la salud cardiovascular es
complejo, al igual que su cuidado, y el rápido avance en las
investigaciones y la continua publicación de nuevos resultados de investigaciones suponen un reto para todos los
que nos dedicamos a este campo. Sin embargo, la difusión
a la población general no se corresponde con ese ritmo de
generación de conocimiento, y su transmisión es limitada.
El ordenamiento jurídico y los principios éticos
coinciden en reconocer a los ciudadanos el derecho a la
protección de la salud y a recibir información adecuada y
veraz sobre la enfermedad. En la actualidad, los canales de
comunicación se han multiplicado y la aparición de Internet ha revolucionado y facilitado el acceso a contenidos
también en este campo. Estas nuevas herramientas requieren un esfuerzo añadido por parte de los investigadores
y los clínicos, que deben asumir un papel de liderazgo y
adaptarse a las nuevas formas de comunicación y a los
destinatarios de los mensajes. En ocasiones los profesionales emplean expresiones llenas de tecnicismos incomprensibles para el ciudadano, que puede sentirse reticente
a solicitar explicaciones adicionales. Ésta y muchas otras
razones hacen necesaria la creación de fuentes de información manejadas por los profesionales pensando en las
necesidades del ciudadano.
Por ello, la Fundación BBVA, consciente de la importancia de comunicar a la población general el estado
actual del conocimiento científico sobre salud cardiovascular, impulsa la presente obra, escrita por profesionales de
reconocido prestigio nacional e internacional, que dedican
todos sus esfuerzos a cuidar de la salud cardiovascular
desde su labor clínica, quirúrgica o de investigación. La
obra no se concibe como un manual de medicina o de cardiología, sino como un libro de consulta para el ciudadano.
Esto no ha sido óbice para mantener un elevado nivel científico a lo largo de sus setenta y siete capítulos. El espíritu
que ha guiado a los autores a la hora de escribir los textos
está perfectamente reflejado en la frase del filósofo griego
Aristóteles: «Piensa como piensan los sabios, mas habla
como habla la gente sencilla». El lector va a encontrar la
explicación de las patologías cardiovasculares, su origen,
forma de diagnóstico y tratamiento. Cada capítulo se cierra con una serie de preguntas que recogen las dudas más
comunes y obtienen una respuesta breve pero ilustrativa.
Adicionalmente, un resumen final permite una lectura
rápida de los contenidos al tiempo que sintetiza las ideas
fundamentales de cada entrega.
Los directores de la obra quisiéramos agradecer en
primer lugar a la Fundación BBVA sus iniciativas en Biomedicina, que van desde el impulso a la investigación básica y
clínica, hasta la difusión a la ciudadanía del conocimiento
en esta área, pasando por la formación de los profesionales
mediante seminarios y cursos especializados.
Este libro es un ejemplo más del alto compromiso
que la Fundación BBVA tiene con la sociedad. Nos gustaría también agradecer la dedicación y orientación del
Departamento Editorial de la Fundación BBVA, que ha
hecho posible el buen fin de este proyecto, sin olvidar
el esfuerzo, dedicación y entusiasmo que el personal de
la Unidad de Investigación Cardiovascular del Hospital
Clínico San Carlos ha aportado. Si hemos conseguido nuestro objetivo, que no ha sido otro que trasladar el conocimiento de la salud cardiovascular a la sociedad, solamente
usted, lector, nos lo podrá decir. Nosotros hemos puesto
nuestro saber e ilusión para intentar conseguirlo.
Antonio López Farré y Carlos Macaya Miguel
Profesionales de la salud cardiovascular
Hospital Clínico San Carlos, Madrid
Directores
la cardiología
actual
Capítulo 1
Breve historia del corazón y de
los conocimientos cardiológicos
Dr. Javier Escaned Barbosa
Médico especialista en Cardiología Intervencionista. Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos, Madrid
El corazón: ese órgano tan especial
Abrir un libro sobre el corazón es distinto a abrir cualquier otro libro de medicina. Antes de que se interese o
se ­preocupe por temas relativos a lo cardiológico, el lector de tal texto habrá hecho uso de lo cardial en innumerables campos de su expresividad verbal, sentimental o
religiosa. ¿Qué es lo que hace del corazón un órgano tan
especial para que tenga vigencia hablar hoy de él en términos similares a como lo hacíamos en la Edad Media? ¿Por
qué el lenguaje cotidiano está plagado de expresiones que
tienen que ver con él? ¿A qué se debe que el primer trasplante de corazón se viviera colectivamente, junto con la
llegada del ser humano a la Luna, como uno de los mayores acontecimientos científicos y sociales del siglo xx? ¿Por
qué se percibe socialmente que, frente a otras áreas de la
medicina, ha sido en el tratamiento de las enfermedades
cardíacas donde se han producido los mayores avances?
Como decíamos, la historia del corazón es tan rica
y está tan inextricablemente unida a la de la cardiología,
que limitarse estrictamente al catálogo y la cronología de
los desarrollos médicos mermaría la riqueza del tema. En
este breve capítulo se intenta abordar ambas historias de
forma conjunta, aceptando ejes que incluyan lo temporal,
lo cultural y lo científico, buscando algunas de las claves
que expliquen la constante presencia de lo cardíaco y la,
a veces, inexplicable lentitud con la que se avanzó en el
conocimiento de su fisiología y de sus enfermedades.
El enorme prestigio social de la ciencia en nuestra sociedad
puede hacer pensar erróneamente que los científicos del
siglo xviii —considerados actualmente pioneros en el estudio de la fisiología cardiovascular—, compartían el mismo
ideario que los investigadores actuales, cuando se lee el
siguiente texto escrito por L. P. Hartley: «El pasado es un país
extranjero. Allí hacen las cosas de otro modo». Recordando
así que viajar en el tiempo es también cambiar de cultura,
en los siguientes párrafos se irán desglosando algunos de
estos avances.
La preponderancia de lo cardíaco
¿Qué hace de lo cardíaco un tema central de nuestra emotividad y expresividad? La pregunta, como un pequeño
caballo de Troya, lleva incluida su propia respuesta. El simbolista Juan Eduardo Cirlot señala que precisamente la
idea de la centralidad es uno de los atributos más importantes y antiguos de lo cardíaco. Situado en el medio del eje
cerebro-corazón-sexo, que constituye el esquema vertical
del cuerpo, el corazón es centro, por ejemplo, en la manera
de nombrar los dedos de la mano (el central se denomina
dedo corazón); en las portadas de las revistas de automóviles o de informática, lo más importante del coche o del
ordenador es su corazón; asimismo, en la momificación
ritual de los cadáveres realizada en el antiguo Egipto, el
único órgano que se preservaba era el corazón, centro
necesario para el cuerpo en la eternidad.
23
libro de la salud cardiovascular
Se encuentran referencias a la centralidad del corazón en muchos relatos. Por ejemplo, en el maravilloso
libro Carta sobre Hayy ibn Yakzam, del filósofo andalusí Ibn
Tufayl, escrito en el siglo xii y conocido siglos más tarde
por El filósofo autodidacto. Cuando su protagonista, Hayy,
amamantado y criado por una gacela, realiza desesperadamente una disección del cuerpo de su querida madre
que acaba de fallecer, «pensó que el daño que le había
conducido a tal estado radicaba en un miembro oculto a
sus ojos, situado en el interior del cuerpo; suponía que si
llegaba a este órgano y quitaba de él el obstáculo que le
había sobrevenido, volvería la gacela a su estado, había de
extenderse por el cuerpo el alivio y recuperaría sus funciones como anteriormente las tenía». Hayy concluye que tal
órgano es el corazón: «Sin duda alguna está en el centro y
no hay dificultad en que sea el que yo busco, sobre todo
considerando la excelencia de su posición, la elegancia de
su forma, la dureza de su carne y la envoltura que lo protege, distinta de la de los otros órganos que conozco». Tras
abrir el corazón y examinarlo, concluye: «No puedo menos
de creer que lo que busco está en él, pero que se ha marchado y lo ha dejado vacío; y a consecuencia de esto ha
sobrevenido al cuerpo la paralización actual, ha perdido las
percepciones y se ha visto privado de los movimientos».
Este texto expresa muy bien el legado aristotélico
recogido por los árabes, donde están presentes no sólo
la metáfora del corazón como centro, sino también la del
corazón como habitáculo del alma y del entendimiento:
una metáfora importantísima de lo cardíaco que subyace
a expresiones como «te llevo en mi corazón», «entraste en
mi corazón» o, al ofrecer nuestro amor, «te entrego mi corazón». En algunas ocasiones, estas figuras literarias hacen
referencia a la impronta aristotélica e hipocrática del corazón como órgano productor de fuego o calor vital que se
verá más adelante. En otras, forman parte del imaginario
religioso, que hace que todo hecho trascendental encuentre un asiento en el órgano central del ser humano. Así, en
el cristianismo se podría considerar como introductor de
la metáfora del corazón al importantísimo santo africano
Agustín de Hipona. Antes de san Agustín, el asiento por
excelencia de lo religioso era la sangre. Sería harto interesante seguir la imaginería religiosa del corazón de Jesús
o de María para encontrar las múltiples referencias a este
órgano como habitáculo del alma, asiento de la pasión
religiosa o fuente de luz y calor divinos. También se podría
entrar en la historia del corazón como reliquia que muestra
estigmas de la pasión de Cristo en la estela del corazón de
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santa Teresa de Jesús, que presentaba la herida de la lanza,
o en la de la abadesa Chiara della Croce, que mostraba no
sólo la cruz y el látigo, sino también la corona de espinas, la
columna de los azotes, los tres clavos, la lanza y la esponja.
Los clavos parecían tan verídicos y afilados que el obispo
de Spoleto, encargado de instruir la investigación sobre
el milagro, se habría pinchado al tocarlos. Paralelamente,
en la tradición del islam, el corazón ha sido considerado
un órgano sensorial, un tercer ojo, sensible a las emociones y que permite reconocer las tonalidades anímicas de
las personas.
La circulación de la sangre
«¡Anda, cómo está hoy la circulación!» La queja del taxista
escuchada durante los días en que escribí este capítulo me
llevó a la comprensión repentina de que para un ciudadano madrileño del siglo xxi muchos trastornos cardiovasculares son, efectivamente, problemas de tráfico. Explicar
la circulación de la sangre antes de que llegasen los problemas de tráfico debió de ser difícil; sin embargo, hoy resulta
habitual recurrir a este tipo de comparaciones. Sin ir más
lejos, la analogía más efectiva que el autor del presente
capítulo ha encontrado para explicar a los pacientes qué es
la circulación colateral es la de las carreteras secundarias,
a las que se recurre en caso de encontrar cerrada o colapsada la autopista (verbigracia, la arteria principal).
Naturalmente, es necesario ser un estudioso o
ponerse a indagar en el tema para saber que fue Andrea
Cisalpino, un anatomista de la escuela de Padua, el primero
en emplear el término circulación en 1571 para referirse
al movimiento de la sangre dentro de un circuito anatómico. Fue en su obra Quaestionarum Peripateticarum, que
se puede traducir con el sugestivo título de Preguntas para
hacerse mientras conversamos paseando, algo por cierto
muy saludable tanto para la circulación sanguínea como
para la del tráfico. Sin embargo, no hace falta ser un erudito
para caer en la cuenta de que la palabra circulación deriva
de círculo. Ése es el quid para entender a Cisalpino. La búsqueda de una solución circular fue algo extremadamente
común en la ciencia del Renacimiento que a él le tocó
vivir. Galileo la encontró para el movimiento de los astros,
y William Harvey (coetáneo de Galileo) la asumió para el
movimiento de la sangre en el cuerpo. En realidad, no hay
que olvidar que, a la hora de buscar soluciones redondas,
todos permanecían todavía bajo el influjo de Aristóteles,
y el movimiento circular de las esferas continuaba en el
mundo supralunar, donde reina la perfección.
Breve historia del corazón y de los conocimientos cardiológicos
Para los primeros fisiólogos griegos, como Hipócrates
y Galeno, existía un vínculo entre la salud y el equilibrio de
determinados humores o factores de vitalidad: por ejemplo, la bilis se relacionaba con la digestión y la flema con la
capacidad lubricante necesaria para el funcionamiento del
cuerpo. La sangre era considerada el licor de vitalidad por
excelencia: cuando la sangre caliente salía a borbotones,
la vida se escapaba del cuerpo. La sangre se generaba en
el hígado (un órgano que, por cierto, compite antropológicamente con el corazón como asiento de la vitalidad) y
llegaba al corazón, donde se fundía con el aire aportado
por los pulmones para crear el pneuma vital (el aliento
racional que en la filosofía estoica informa y ordena el universo). Así, el corazón era el órgano generador del fluido
vital que distribuía vida y calor por todo el organismo.
Todavía se desconocía el papel motor del corazón con relación a la movilización de dicho fluido o el de su circulación
en el cuerpo. Empédocles de Agrigento consideraba, por
ejemplo, que el movimiento de la sangre era un ir y venir
análogo al de las mareas. Se creía, además, que la sangre
venial (de color rojo oscuro) y la arterial (de color rojo vivo)
poseían funciones diferentes.
Aunque hasta el Renacimiento no se sospechase
que la sangre es bombeada por el corazón al resto del
cuerpo, esta idea ya existía en China 2.000 años antes
de Cristo. «La sangre fluye constantemente y nunca se
detiene... No puede hacer otra cosa que fluir constantemente como un río, o el sol y la luna en sus órbitas. Se
puede comparar a un círculo sin principio ni fin», recoge
el Nei Ching, canon clásico de medicina interna atribuido
al Emperador Amarillo, Huang Ti. El retraso en nuestra
cultura posiblemente obedezca a que la teoría galénica
encontró un fuerte apoyo en las tradiciones religiosas del
cristianismo y del islam, consolidándose como la explicación canónica de la fisiología corporal e impidiendo el
éxito de otras explicaciones.
Pero volvamos a los comentarios del taxista: «¿Quiere
usted que probemos por la M-40? Damos un poco más
de vuelta que por la M-30, pero tal y como está esto...». La
verdad, un profesional del transporte público es toda una
fuente de inspiración para estas cosas de lo cardiovascular
porque, efectivamente, el movimiento que sigue la sangre
en el cuerpo no se ciñe a un círculo, sino a dos circulaciones o círculos. La primera en descubrirse fue la que denominamos circulación menor, es decir, la que va del corazón
derecho al corazón izquierdo pasando a través de los pulmones. Su descubrimiento fue realizado por un aragonés
Y tenía corazón, de Enrique Simonet (Museo de Málaga). En esta
magnífica pintura se cruzan elementos simbólicos que van del título
(implícitamente misógino) a las tensiones establecidas entre Eros y
Tánatos, amor y muerte, juventud y vejez. El corazón, sostenido aquí
en la mano del médico como elemento central del cuadro, es el fulcro
para los múltiples simbolismos presentes en la pintura.
universal, Miguel Servet. Esta aportación motivó, junto con
su oposición a la doctrina de la Trinidad, que fuese procesado y condenado a la hoguera por la Santa Inquisición en
Ginebra (Suiza). Servet describió los cambios en la coloración de la sangre como resultado de su oxigenación en
los pulmones, y refutó la teoría de Galeno según la cual
la sangre pasaba directamente de las cámaras cardíacas
derechas a las izquierdas a través de poros de los tabiques
musculares que las separaban, describiendo la continuidad de conductos vasculares que conectaban el ventrículo
derecho y la aurícula izquierda. Hoy en día se especula con
la posibilidad de que Miguel Servet hubiese encontrado
apoyo para su trabajo en un documento de alrededor del
año 1250 d. C. del damasceno Ibn Al-Nafis, traducido por
Andrea Albago, cónsul de Venecia en Damasco y médico
en la Universidad de Padua, uno de los centros más importantes del conocimiento médico del Renacimiento. En cualquier caso, el trabajo de Servet no fue recuperado hasta
pasadas varias décadas, ya que sus observaciones anatómicas y fisiológicas se recogieron en el texto fundamentalmente teológico (Cristianismo Restitutio) que le acompañó a
la hoguera y que fue incluido en el índice de la Inquisición.
El médico inglés William Harvey (1578-1657) ha
pasado a la historia como el descubridor de la circulación de
la sangre, lo que se recoge en uno de los textos más importantes de la historia de la ciencia, Exercitatio Anatomica de
Motu Cordis et Sanguinis in Animalibus (Estudio anatómico
sobre el movimiento del corazón y de la sangre en los animales). Con cierto resentimiento, su compatriota y gran cirujano
William Hunter apuntaba años más tarde que «era tanto lo
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libro de la salud cardiovascular
que otros habían descubierto que poco más le quedaba a
él que combinarlo en un sistema». Aunque ello fuese cierto,
le correspondería a Harvey el éxito de lograr lo que hoy se
llama un cambio de paradigma científico. En cualquier caso,
Harvey, formado en Padua con Fabrizio d’Acquapendente,
concluyó que «la sangre se mueve dentro del cuerpo del
animal en un círculo continuo, y que la acción o función
del corazón es producir dicho bombeo; ésta es la única
razón del movimiento y latido del corazón». Este hecho
hace recomendable una discusión en mayor profundidad.
El corazón como bomba
Hoy resulta difícil pensar en el corazón, en términos de fisiología, como algo diferente a una bomba. Por eso, muchos
pacientes utilizan frecuentemente expresiones como
«el corazón no bombea suficiente» o «habrá que cambiar
la bomba» para describir su enfermedad. Sin embargo, la
idea del corazón como bomba fue auténticamente revolucionaria en su momento. Basta con revisar un libro fundacional del pensamiento moderno, el Discurso sobre el
método, del francés René Descartes, para darse cuenta del
estímulo que supusieron los trabajos de William Harvey
sobre el filósofo galo: un importante número de páginas
de la citada obra cartesiana se dedica a los trabajos de
Harvey. Según Descartes, no era para menos: si un órgano
de la importancia del corazón no era sino una bomba, si
toda persona portaba en su interior un ingenio mecánico
en el mismísimo lugar donde residía lo más excelso del ser
humano, ¿no habría entonces que cuestionarse si la condición humana no sería análoga a la de autómatas mecánicos que, con creciente verosimilitud, eran utilizados en la
ópera y en otros divertimentos de la época?
Así pues, con Harvey y Descartes se abandona el
corazón como morada del alma y de lo más excelso, y se
inicia el paradigma maquinal del corazón actual. Los primeros fisiólogos cardiovasculares, como Richard Lower o
Stephen Hales, realizaron estudios con el sistema cardiovascular de caballos y otros animales y avanzaron en el
concepto de la función del corazón como bomba; mostraron, por ejemplo, las oscilaciones de la presión arterial con
los latidos del corazón. Pero fueron Carl Ludwig y Adolph
Fick —uno de sus más brillantes alumnos en Leipzig
(Alemania)—, quienes realizaron un progreso fenomenal
en el papel del corazón como bomba. Basándose en estudios con corazones animales y diseñando instrumentos
que permitían cuantificar parámetros de la función cardíaca, Ludwig y sus discípulos lograron establecer, sin
26
lugar a dudas, la función que desempeña el corazón en
la circulación sanguínea. Fick, excepcionalmente dotado
para el pensamiento matemático, estableció en 1856,
a la edad de 27 años, la relación existente entre el flujo
sanguíneo y el intercambio gaseoso a través de los pulmones, algo que permitió (¡y que todavía permite hoy en
día!) calcular, a partir de la concentración sanguínea de
oxígeno, el volumen de sangre bombeado por el corazón
por minuto (un parámetro importantísimo, denominado
en cardiología gasto cardíaco). Otro discípulo de Carl
Ludwig, Otto Frank, realizó grandes avances al desarrollar un concepto de bomba aplicable a un órgano constituido por músculo, es decir, sin paredes rígidas como
las bombas mecánicas. Su trabajo, complementado por
el del fisiólogo inglés Ernest Starling, permitió relacionar la capacidad contráctil del corazón y su consumo
de oxígeno con el llenado de las cámaras cardíacas. En
la actualidad se hace cotidianamente uso de la ley de
Frank-Starling para tratar a pacientes que presentan un
deterioro importante de la capacidad de bomba del corazón (por ejemplo, tras un infarto de miocardio extenso),
optimizando el funcionamiento de este órgano al ajustar
el grado de llenado del sistema vascular con fluidos.
Pero si ésta es la función primordial del corazón,
¿cuál es el mecanismo que regula su actividad de bombeo? Necesariamente habrá de variar dependiendo del
esfuerzo físico que se realice. En 1948 el farmacólogo estadounidense Robert Ahlquist, estudiando el efecto de la
adrenalina en el corazón, descubrió que existían dos tipos
de receptores moleculares, a los que llamó alfa y beta, cuya
estimulación se asociaba a modificaciones en la frecuencia
y en el vigor de la contracción cardíaca.
Un órgano eléctrico
Uno de los aspectos más intrigantes para todo el que se
inicia en la fisiología del corazón es el papel que desempeña la electricidad en su funcionamiento. Muchos términos utilizados en la cardiología incluyen el prefijo electro-.
La palabra electrocardiograma, por ejemplo, tiene algo de
misterio: a algunos pacientes les sugiere un trasfondo
de alta tecnología, mientras que a otros les resulta simplemente impronunciable. (Como anécdota, una paciente
mayor comentó en la consulta hace tiempo que le habían
hecho un guadarrama.) Las series televisivas han popularizado el choque eléctrico aplicado in extremis al pecho
del paciente en la dramática parada cardíaca; asimismo,
cuando a un paciente se le propone la realización de un
Breve historia del corazón y de los conocimientos cardiológicos
estudio electrofisiológico le resulta, al mismo tiempo, algo
aterrador e incomprensible.
El descubrimiento de que tras el automatismo y la
contracción cardíaca subyacía la capacidad de las células
de este músculo para generar y conducir impulsos eléctricos se produjo tras bastantes investigaciones. Las primeras, como muchas otras en la medicina, tuvieron lugar
en circunstancias sórdidas, como las del médico francés
Nysten, que realizó experimentos de estimulación eléctrica en el corazón de un convicto decapitado en la guillotina; publicó sus observaciones en 1802. Nysten observó
no sólo que era posible reactivar la contractilidad del
corazón del ajusticiado aplicando corriente eléctrica,
sino también que la capacidad de reaccionar frente a ella
desaparecía de forma no homogénea en sus diferentes
partes. No fue ésta la primera comunicación científica
que relacionaba la electricidad con el funcionamiento
cardíaco. Antes, en 1774, Aldini manifestó haber resucitado a un niño con éxito mediante estimulación eléctrica
intermitente en el pecho.
Relatos como Frankenstein o el moderno Prometeo
(1818), de Mary Shelley, o Conversación con una momia (1845),
de Edgar Allan Poe, dan cuenta de la fascinación que originaba el galvanismo entre la sociedad romántica. No era
para menos: ver moverse miembros amputados o hacer
saltar ranas decapitadas al aplicarles el simple roce de un
electrodo remite fácilmente a la restauración del impulso
vital arrebatado por la muerte, el impulso que Miguel
Ángel había logrado transmitir gráficamente en la bóveda
de la Capilla Sixtina mucho antes de descubrirse la electricidad. Ensimismado al contemplarlo, uno se pregunta: ¿no
habría sentido el mismísimo Adán un breve calambre en
aquel rozar de dedos con Yahvé Dios?
Los documentos que demuestran la fascinación
por la espontaneidad del latido cardíaco y los intentos para
comprenderla se reparten a lo largo de un extenso período:
desde los comienzos de la era cristiana hasta principios del
siglo xix. Es entonces cuando, con el desarrollo de la fisiología experimental, se realizan estudios que comienzan a
desvelar hechos importantes. Se observó, por ejemplo, que
la contracción se origina en zonas concretas del corazón
(Remak y Stannius) y que está modulada por la acción de
determinados nervios (Ernest y Edward Weber, Albert von
Bezold). Un hallazgo crucial, realizado por el médico inglés
Michael Foster y sus discípulos en Cambrigde (Reino Unido),
fue que las fibras cardíacas transmitían la contracción de
unas a otras, es decir, que eran fisiológicamente continuas.
Quizá habría que reconocer a Weidmann como el descubridor de la capacidad generadora espontánea de estímulos
rítmicos, lo que se denomina capacidad de marcapasos,
en determinados tejidos cardíacos. Posteriormente, otros
médicos y fisiólogos, entre los que se cuentan Purkinje, His
y Tawara, identificaron tejidos con funciones espec