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Índice
La desconjugación del Verbo
7
La reina de las moscas
25
La tubería de plomo
31
Me estoy borrando, amor
37
Diálogo y escena imaginarios del Lazarillo de Tormes
41
El ángel Brisamel
45
El vendedor de ideas
53
El músico imposible
57
De don Quijotes, Sanchos, e hijos de la Gran Bretaña
61
Corazón de lobo
67
¿Dónde la paz?
71
El viaje de Mutatio
79
Las siete reencarnaciones de Purk
83
Monólogo
91
Tras la empalizada
95
Invisibilidad
101
El santo de la hornacina
107
La otra ciudad
113
CUENTOS EJEMPLARIZANTES (Que no ejemplares)
La desconjugación del Verbo.
Colás, mi personaje protagonista de otras aventuras –profeta, místico,
hereje, loco, cuerdo, tierno, feroz… siempre descomunal y descomedido– nos lleva de la mano, en esta ocasión, hasta la morada de los dioses
menores desconjugadores del Verbo, para darnos a conocer un mundo
¿posible? donde no caben el amor, el odio, la alegría, la tristeza, ni sentimiento alguno… Que os sea leve…
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CUENTOS EJEMPLARIZANTES (Que no ejemplares)
LA DESCONJUGACIÓN DEL VERBO
A Colás el Loco lo creé un día casi sin pretenderlo. Surgió sigilosa
e inadvertidamente, adquiriendo carta de naturaleza como personaje en
un relato que, con el lema de La Memoria olvidada, presenté a los Premios Valencia de Literatura en la modalidad de novela corta, hace muchos, muchos, años.
Ya entonces me desbordó. Carecí de la suficiente altura literaria, y
defraudé su ego vitalista, su afán de notoriedad… No supe reflejar en
mis palabras su desprecio a nuestra humanidad envilecida, criticada
desde la grandeza de un espíritu puro, burlón, tierno y entrañable…
Porque él – sabedlo – no es un ser real, ni un personaje fabulado, ni un
mito, ni una leyenda… Es algo así como mi conciencia… Y la tuya…
Y la de todos: Una especie de conciencia colectiva, de profeta, de
hombre del futuro. ¡Qué sé yo lo que es Colás el Loco!
Un día aseguró que tenía el corazón de esparto. No pude evitar
reírme. Herido en su dignidad, – serio, rígido, ausente –, tronó más
que dijo, sobrecogiéndome:
–Me crees loco en tu ignorancia. No hay mayor locura que la de
vosotros los cuerdos. Os pasáis la vida andando y desandando lo trillado sin llegar jamás a parte alguna.
–No lo entiendo. No sé que quiere decirme esta criatura con sus
afirmaciones, con sus asertos demoledores a veces, crípticos otras,
que surge ante mí en la duermevela de las noches largas, más real
que tú, lector desconocido, y también más inquietante.
Se burla de mí.
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CUENTOS EJEMPLARIZANTES (Que no ejemplares)
–Tu lenguaje, pobre aprendiz de poeta, es insuficiente para expresar siquiera una mínima parte de lo que hay al otro lado de las ideas y
de la memoria. La lengua original subyace en el inconsciente colectivo, en los genes hereditarios, en los cromosomas de las especies… Y
hay vestigios de ella donde quiera que mire el inocente, aquel que
sabe ver: En las formaciones geológicas, en el vuelo de las aves, en
ti, pequeño literato… Pero lo has olvidado. Y además, lo has olvidado por soberbia.
A veces me dejo llevar por la cólera:
–No me desprecies, maldito seas. Tú no eres quien. Solo eres mi
obra, mi creación. Y puedo matarte con el simple gesto de romper
unas cuartillas.
Se sonríe cachazudo, amistoso, casi paternal.
–No es cierto. Aunque rompas tus escritos, estoy en ti. A pesar tuyo, soy también en mí mismo. Soy el hombre-árbol-tierra-viento-ríouniverso…, arco y flecha de todas las herencias y de cuanto ha de
venir. Soy un punto en la memoria de la Sabiduría, el eslabón de la
vida y de la esencia, de la materia primigenia y del conocimiento.
Igual que tú. En definitiva: Polvo de estrellas, materia galáctica…
Como la piedra, la nube, el cristal de roca o la espora. Solo que tú no
lo sabes.
Estoy aturdido, amigo lector. Y no es esto que hoy te cuento lo
peor. Lo peor viene ahora:
Colás el Loco, encariñado con su papel de conciencia colectiva, se
nos ha metido a redentor. Se materializa en cualquier lugar. Y, a
través de mí, quiere comentar contigo su visión distorsionada y ab-
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CUENTOS EJEMPLARIZANTES (Que no ejemplares)
surda de los aconteceres cotidianos. Casi es mejor así, que lo conozcas a través de lo que yo escribo, porque si tuvieras que oírlo directamente, no la soportarías. Cuando se lo propone, cuando de convencer se trata, el sonido de su voz es tan bello como no lo puede concebir imaginación humana. Tanto, que en mi relato original, al escucharla, los niños se quedan quietos como estatuas, los hombres se
hincan de rodillas y las mujeres lloran.
Su aspecto físico es impresionante: Gigantesco, parece una estatua
antigua erosionada por la lluvia, invadida de líquenes florecidos como los troncos de las carrascas viejas o las piedras de las umbrías, la
barba de color de musgo, y huele a agua de manantial, a tierra virgen,
a árbol descortezado.
Es el principio, la Naturaleza misma. Tal vez lo que deberíamos ser
nosotros: El ser superior, la verdad sin doblez, la pureza, la inocencia.
Es, Colás el Loco.
Colás, como os decía, se me aparece en cualquier parte. Casi
siempre inoportuno e indefectiblemente irritante.
Hoy ha interrumpido la paz y la soledad de mi paseo dominical por
las trochas de la Rodana. Sentado a horcajadas sobre la rama de un
algarrobo centenario, mordisquea hojas y ramas tiernas. Me observa
jocoso, los brazos cruzados sobre el pecho, insultantemente festivo.
Ante la mirada torva que le dedico, se ríe a carcajadas, el rostro encendido, manteniendo apenas el equilibrio en la precariedad de su postura.
Se ríe con desmesura, asustando a las ardillas y a las torcaces.
–¿Qué quieres ahora, monstruo? ¿Qué diablos te hace cosquillas
en la nariz para reír tan desaforadamente? – lo provoco.
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CUENTOS EJEMPLARIZANTES (Que no ejemplares)
Cachazudo, toma un brote tierno que frota sobre el pecho velludo,
para después, mondo, roerlo con los dientes. Me mira despacioso, y
sin dejar de reír mueve la cabeza haciendo patente su desaprobación.
Sentencioso, desgrana palabras, que se elevan con el viento hasta la
altitud de los pinos:
–Te irrita mi risa, escritorcillo, porque sabes que perteneces a una
especie ridícula. Los hombres sois un grotesco error de la Creación.
–Engreído. Te he creado yo. Por tanto, tu no eres sino un reflejo
de mí mismo.
Sus carcajadas me aturden.
–¡No te rías, engendro!
–¿Cómo no hacerlo, hombrecillo, poetastro? Si supieras cuan ridículos sois…
Con una agilidad impensable para su corpulencia, ha descendido
del algarrobo y camina a mi lado.
Ofuscado, inmerso en mi charla con Colás, no he advertido que un
grupo de mochileros – al parecer miembros todos de una familia compuesta por un matrimonio y tres hijos adolescentes – se apartan del
camino, se alejan de mí asustados ante mis voces acaloradas discutiendo con alguien a quien ellos no pueden ver. Me han tomado por un
enajenado peligroso y me miran de soslayo, con prevención y disgusto.
–Buenos días.
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CUENTOS EJEMPLARIZANTES (Que no ejemplares)
No contestan a mi saludo amable. Y los adultos apremian a los
muchachos:
–¡Vamos!
Colás, al que he dejado de prestar atención, se aleja entre la espesura venteando los aromas del bosque, siguiendo las hozaduras y las
huellas de los jabalíes, imitando el zureo de las palomas y el gorjeo
de los herrerillos. De lejos, se vuelve hacia mí, los brazos en cruz. Y
en menos de lo que cuesta decirlo, en una mudanza impensable, se
convierte en olivo centenario de los pocos que aún quedan en la
montaña abancalada, cultivada por los moriscos hace más de cuatrocientos años.
En el aula del Taller Literario, departimos sobre la conveniencia
de aglutinar una serie de cuentos para ser recogidos y publicados en
un libro al final del curso, cuando Colás, entrometido, por su cuenta,
y sin encomendarse a Dios ni al Diablo, me ha forzado proponer lo
absurdo como eje central de los relatos.
Incomprensiblemente, todos han aceptado mi sugerencia sin someterla siquiera a discusión. Y no ha sido virtud mía ni deseo de los
compañeros llegar tan rápidamente a un acuerdo, sino la presencia de
Colás que, amparado en mi complicidad indeseada, lo ha susurrado
al oído de cada uno – seductor y convincente – sin que nadie haya
sabido negársele.
–¡Ya ves! – me dice – tantos problemas como tenéis que tratar en
ese mundo enloquecido en que vivís, y vais a escribir relatos sobre lo
absurdo, simplemente porque tú, impelido por mí, lo has propuesto.
Esto viene a corroborar mi teoría de que los hombres no sois más que
unos pobres primates privilegiados. Os viene grande la situación
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CUENTOS EJEMPLARIZANTES (Que no ejemplares)
hegemónica que ocupáis como especie animal que se ha arrogado la
dirección en el destino del planeta Tierra.
–¿Qué tema hubiéramos debido de tratar, pues, según tú?
–Alguien de clase ha dicho que lo auténticamente absurdo es despilfarrar el dinero instalando una lujosa carpa en el solar del antiguo
convento de la Mare de Dèu de l´Olivar para acoger – fastos y jolgorio – la colocación de la primera piedra de una nueva Sede Social de
Cultura. Cuando, debido a la crisis, se le están reduciendo los sueldos a los empleados públicos y congelando las pensiones a los jubilados. Y tiene razón.
Colás, toma aire ruidosamente y prosigue:
–Pero… ¿Por qué no hacer extensiva esta crítica a los que han instalado la carpa, cuando se gastan riadas de dinero - ¡tan necesario! - en el
faraónico complejo arquitectónico de la Ciutat de les Arts i les Ciències, dirigido por el ínclito pesetero don Santiago Calatrava?
(L’Hemisfèric, El Museo de las Ciencias Príncipe Felipe, l’Umbracle,
l’Oceanogràfic, l’Ágora, l’Assut de l’Or…) ¡Qué derroche de edificios
sin apenas utilización…! Y no solo eso. ¿Qué podemos decir del Encuentro de las Familias con la suntuosa recepción a Benedicto XVI, del
circuito de Fórmula Uno, diseñado contra todo juicio y razón, de la
America´s Cup, donde la élite, los multimillonarios, brindan con champagne francés y se burlan de vuestros bobalicones dirigentes, pagados
y felices – ¡mentecatos! – con los regalos recibidos del ―divino‖ Louis
Vuitton, ufanos y engordando su ego con la amistad interesada del pijerío y del hatajo de sinvergüenzas enriquecidos gracias a los pingües
beneficios obtenidos en la ejecución de las obras, en la erección de los
edificios, en la dirección de los eventos…?
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¿Y no sabes qué temas tratar, dices?
Colás está irritado. Y cuando se enfada, es mejor no provocarlo.
Por lo tanto permanezco en silencio hasta que, poco a poco, su imagen se difumina.
Cuando, acabada la clase, cruzo el patio del Castillo, aún oigo su
voz, tenue, lejana:
¿Y no sabes qué temas tratar, dices?
Hoy, Colás, de buena mañana, me está esperando sentado sobre
uno de los bancos de piedra de la plaza, frente a mi casa. Su mirada
es acusadora:
–Sois la escoria de cuantos animales pueblan la Tierra.
Me preparo, paciente, para recibir una de sus severas regañinas:
–¿No te avergüenza comprobar de lo que sois capaces los de vuestra especie? ¿Cómo podéis vivir tranquilos sabiendo que uno de los
vuestros ha tenido estómago para aserrar las patas a la pobre perrilla
Mila? ¿Cómo acosáis a uno de los pocos jueces que es – valiente –
capaz de enfrentarse a terroristas, narcotraficantes, defraudadores…?
Me tapo los oídos. No estoy dispuesto a soportar una de sus retahílas admonitorias.
Ante mi negación a escucharle, se yergue cuan alto es y deja oír
su voz terrible:
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CUENTOS EJEMPLARIZANTES (Que no ejemplares)
–Lo tengo decidido, escritorcillo, voy a desconjugar para ti el
Verbo y los verbos. Tal vez así comprendas…
–¿Desconjugar? Eso es un palabro que no significa nada. El verbo
conjugar no tiene antónimos.
–Me lo acabo de inventar. Te lo regalo. Desconjugaré para ti el
Verbo (segunda persona de la Santísima Trinidad), el verbo (como
palabra, como representación de la idea) y todos los verbos conjugables del idioma.
Ante mi gesto de incomprensión, continua con su perorata:
–Has de saber que en el principio fue el Verbo. El Verbo estaba en
Dios y el verbo era Dios. Por medio del Verbo todas las cosas fueron
hechas, y en él estaba la vida y era la luz de los hombres. Por tanto, es
al Verbo al que se le atribuye la naturaleza humana cuando se dice que
―el Verbo se hizo carne‖. Si lo desconjugamos volveremos al principio
de los tiempos y será de nuevo La Creación. Tendremos así, en nuestra
mano, la oportunidad impagable de hacerla bien, porque la que tenemos no es más que una miserable chapuza. Así pues, desconjugaremos
todos los verbos y sus tiempos. De modo que no podremos decir hacía
frío o calor porque simplemente no hacía, ni es de día o de noche por
que no es, ni estará nublado o raso porque no estará… Y así con cada
uno de los verbos. Por último, tomaremos el verbo-palabra materializador de las ideas e inventaremos un vocabulario nuevo y hermoso
que haga ser a las cosas con solo nombrarlas.
Huyo de él. No lo soporto, no entiendo lo que dice; pero me persigue, omnipresente, hasta que, al fin, aburrido, se despide con un
¡hasta mañana! conminatorio.
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CUENTOS EJEMPLARIZANTES (Que no ejemplares)
Me he despertado tarde. El reloj de la mesita señala las ocho treinta. Mi dormitorio está en penumbra, apenas iluminado por la leve
claridad difusa que penetra desde la calle a través del balcón encortinado. Aunque mis ojos y mi razón están todavía turbios y somnolientos, aprecio algo raro que me despabila y me saca de la cama.
La luz, los colores…Debe estar nublado. Me asomo a la plaza.
Los árboles proyectan sombra. ¿Entonces…? Las buganvillas florecidas, las acacias, los rosales de la entrada…Todo, dentro y fuera de
la casa, es color sepia. Mi imagen en el espejo, los bodegones colgados en la pared, las aves del paraíso bordadas en la colcha… ¿Me
estaré quedando ciego?
Sentado en el sillón, los codos sobre las rodillas, oculto los ojos entre
las manos durante un rato, esperando que al destapármelos todo vuelva a
ser en colores, como siempre. Pero no. Sepia. El mundo es sepia.
Colás está sentado en el suelo con las piernas encogidas, entrelazadas, como un fakir.
–Ha empezado la desconjugación – me dice – Salgamos a la calle
y comprobarás cómo sucede.
Iniciamos el paseo, callados. Todo es como siempre pero unicolor.
Solo rompen, dividen los espacios, los sombra-luces de un sol de
pesadilla.
Observo las macetas colgadas en las rejas.
–Nunca había visto geranios beiges – digo por decir algo.
–No. – contesta Colás – no son rojos ni beiges, no son.
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CUENTOS EJEMPLARIZANTES (Que no ejemplares)
En efecto, los geranios han desaparecido. Quedan las macetas
desprovistas de flores.
–Tu desconjugas, yo desconjugo, él desconjuga – ríe Colás.
–No hay plantas. Sólo quedan las macetas.
–Ni solas ni acompañadas. No quedan.
Las macetas desaparecen también.
–¿Vas entendiendo lo que es desconjugar?
No salgo de mi asombro. Todo cuanto se nombra delante o detrás
de un verbo, deja de ser.
Al regreso del paseo, las calles, las casas, los jardines, han desaparecido en su totalidad o en parte. Según Colás estamos deconstruyendo, que no destruyendo el mundo que nos rodea. Hasta tal punto es así
que, a veces, creo flotar porque no encuentro asfalto ni ladrillo ni hierba ni tierra bajo mis pies, pero sigo caminando a pie firme, sin suelo.
pero sin vacío. No os lo puedo explicar de otra manera. Las cosas no
son, pero no dejan de ser. ―Por medio del Verbo todas las cosas fueron
hechas‖. He aquí el misterio. No seré yo quien lo resuelva.
–¿Y ahora? – pregunto a Colás.
–Ahora nosotros somos Dios y hemos de construir un mundo nuevo.
Con el nuevo día se ha hecho la luz. Los colores son ahora inimaginablemente brillantes. Para que podáis entenderme os diré, que el
color del mundo es como cuando, manipulando el mando del televi-
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CUENTOS EJEMPLARIZANTES (Que no ejemplares)
sor, reforzamos la intensidad de los rojos, los verdes y los amarillos,
convirtiendo la pantalla en una explosión bellísima e irreal que nos
hace pensar: Así debieran ser de bonitas las cosas… Pues así es este
mundo nuevo que Colás y yo estamos reinventando.
Reinventamos todo. Todo lo hacemos a nuestro gusto y capricho:
–Solo tienes que pensarlo y será – me ha dicho el gigante loco.
Las mujeres, guapísimas. Los hombres, apuestos. Todos amables.
Nadie pasa ante nadie sin dedicarle una sonrisa. Las calles, los paseos,
los parques están inmaculados. Ni un solo graffiti indeseable molesta
en el entorno Solo los muros desguarnecidos de los extrarradios exhiben algunas pintadas que se pueden calificar como auténticas obras
de arte. Los perros andan con bozal y ni una sola deposición ensucia
los espacios reservados para recreo de los humanos. La gente habla en
voz baja, sin gritos. Los automovilistas ceden el paso a los peatones
aun cuando no haya paso de cebra. Los chicos son educados y no se
ríen de los ancianos ni hacen gestos procaces a las mujeres.
Todo cuanto nos rodea está a nuestra satisfacción, pero en nuestro
poder omnímodo hemos dispuesto también que: Los políticos dediquen todo su tiempo y sus esfuerzos en beneficio de la comunidad,
nunca en luchas intestinas ni en beneficio propio; que la oposición se
haga con nobleza, sin malos modos, criticando con amabilidad únicamente lo que se crea sinceramente mejorable y brindando al gobierno ejerciente ideas constructivas y colaboración; que no haya
pobres, pero tampoco millonarios, porque nadie puede viajar en dos
coches a la vez ni ponerse tres abrigos uno encima del otro ni vivir
en cinco casas distintas.
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CUENTOS EJEMPLARIZANTES (Que no ejemplares)
Hemos dispuesto, por tanto, que se prescinda de todo aquello que
exceda a nuestras necesidades perentorias y a unas comodidades sin
lujo. Tenemos, eso sí, hospitales, escuelas y magníficas residencias
para ancianos y para cuantos necesiten atenciones especiales. Funcionan a la perfección y con la máxima puntualidad, aviones, trenes y
autobuses. No existen las drogas ni hay programas cutres en la televisión. En cambio han aumentado sobremanera los de formación para
jóvenes y adultos. Se dedica una buena parte del erario público para la
investigación. Han desaparecido el cáncer, el sida y todo tipo de enfermedades víricas. No hay nadie desocupado aunque no tenga trabajo
remunerado. No se sabe lo que es el hambre. Han dejado de utilizarse
las energías fósiles y se produce cuanta energía necesitamos a través
de fuentes eólicas y solares. Por tanto no hay emisiones contaminantes al espacio y ha desaparecido el agujero de ozono.
Ya no son necesarias las armas. Ni atómicas ni convencionales,
porque no hay ejércitos. Ningún tipo de religión impone leyes ni costumbres y quienes son practicantes no se empeñan en proselitismos
trasnochados. Y los dirigentes de los gobiernos de todo el mundo están
constantemente comunicados para acudir a resolver la más mínima
disidencia de lo que debe ser un entendimiento absoluto, universal.
Colás me explica no sé qué invención de una célula sintética que
injertada en el genoma humano permite crear vida artificial. Después
de investigaciones y ensayos de la maquinaria biológica, se han creado bacterias diseñadas para resolver todo tipo de problemas medioambientales y de energía. Al genoma de la bacteria le llaman Mycoplasma mycoides al cual le han añadido secuencias de ADN, para
poder distinguirlo de uno natural… Todo ello se ha conseguido utilizando varios tipos de sustancias mezcladas en un sintetizador químico a partir de información proporcionada por un ordenador.
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