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PLANTAS TÓXICAS III: APOCYNACEAE, ARISTOLOCHIACEAE, BERBERIDACEAE,
EUPHORBIACEAE
APOCYNACEAE
Comprende esta familia unos 200 géneros y aproximadamente 2000 especies (medicinales,
ornamentales y/o tóxicas) principalmente arbustos o herbáceas lianoides. Presenta una distribución predominantemente pantropical con pocos representantes en las zonas templadas. Se
caracterizan por poseer hojas simples y por lo general opuestas, aunque en ocasiones pueden
aparecer en verticilos como es el caso de la adelfa (Nerium oleander L.). Las flores, constituidas
por cinco pétalos soldados en una corola, pueden disponerse en inflorescencias cimosas o
racemosas o ser solitarias y axilares como ocurre en las especies del género Vinca. Los frutos
pueden ser bayas, cápsulas o folículos.
Dentro de esta familia se encuentran especies que contienen heterósidos cardiotónicos (Strophanthus spp., Nerium oleander L.) cuyo estrecho margen terapéutico puede originar cuadros de
toxicidad grave y especies que contienen alcaloides indólicos, con actividades farmacológicas muy
marcadas (Rauwolfia, Catharanthus roseus).
Adelfa
Las hojas de Nerium oleander L. (Apocinaceae), contienen heterósidos cardiotónidos cardenólidos, responsables de la actividad y de la toxicidad de las mismas.
La adelfa es una especie originaria de Asia
Menor que crece espontánea en toda el
área mediterránea, cerca de ribazos y
zonas húmedas. Se cultiva en muchos
lugares como planta ornamental. Es un
arbusto que permanece verde todo el año,
con hojas lanceoladas, coriáceas, de margen entero, corimbos terminales de flores
de color rosa, rojo o blanco y frutos en
folículos alargados con pequeñas semillas
en su interior.
La droga contiene flavonoides, ácido ursólico y como principios activos heterósidos
cardiotónicos. El mayoritario es el oleandrósido u oleandrina, que se hidroliza en oleandrosa y oleandrigenina (16-acetoxigitoxigenina).
Todos los órganos de la adelfa contienen heterósidos cardiotónicos por lo que toda la planta
puede ser causa de intoxicaciones, aunque normalmente son las hojas y las semillas las responsables de las mismas, sobre todo en niños. Incluso algunos autores piensan que el consumo de
agua estancada contaminada con hojas o flores de adelfa puede originar intoxicaciones.
Se citan diversos casos de intoxicación por hojas de adelfa, siendo los síntomas: náuseas y
vómitos, dolor abdominal, problemas en la visión, bradicardia, shock cardiovascular, etc. En
muchos casos esta intoxicación es voluntaria, es decir, se debe a intentos de suicidio (aunque no
suele ser mortal). El tratamiento consiste en lavado gástrico o carbón activo, a veces asociado a
sorbitol. También puede administrarse atropina o antiarrítmicos o, recurrir a otras estrategias como
el electrochoque. En algún caso se ha tratado con fragmentos de anticuerpos Fab antidigoxina,
aunque su valor es discutido. En la investigación toxicológica de envenenamiento por cardiotónicos, actualmente la técnica de elección parece ser HPLC-EM, mediante la cual es posible detectar
oleandrósido (heterósido mayoritario en la adelfa) en sangre y orina de los intoxicados.
También los animales pueden intoxicarse por consumo de adelfa (con relativa frecuencia) como
ocurre con los herbívoros (bovinos, équidos), o animales domésticos como los perros o incluso
pájaros. Respecto a la dosis tóxica, se considera que con el consumo de hojas secas, de tan sólo
el 0,005 % del peso del animal, la intoxicación puede ser letal (10-20 hojas para un caballo adulto.
DL50: 50 mg/kg en bovinos y 30 mg/kg en asnos).
A dosis terapéutica, las hojas de adelfa poseen propiedades tónicas cardiacas. Recientemente
se está investigando el efecto anticancerígeno de un extracto de adelfa, así como de oleandrósido
y oleandrigenina
ARISTOLOCHIACEAE
Única familia que forma parte del orden Aristolochiales, está representada en zonas templadas y
tropicales por 7 géneros y aproximadamente 600 especies de las cuales la mayoría (500) corresponden al género Aristolochia. Son herbáceas trepadoras, en ocasiones arbustos, con hojas
simples y alternas de forma acorazonada, enteras, con nervadura palmeada. Las flores pueden
aparecer en inflorescencias racemosas o cimosas o bien solitarias con situación axilar. El periantio
está constituido por tres tépalos petaloideos soldados formando un tubo coloreado muy vistoso
que en la zona de los órganos sexuales está abultado (utrículo).
Aristoloquias
Se conocen en Europa Aristolochia baetica, A. rotunda, A. clematitis, A. pistolochia y A. paucinervis. En las Baleares existe una
especie endémica A. bianorii. Las dos especies mas utilizadas en
medicina tradicional han sido A. clematitis L. y A. serpentaria L.
Numerosas especies del género Aristolochia contienen en sus
órganos subterráneos el llamado ácido aristolóquico, que realmente es una mezcla de diversos componentes (ácidos aristolóquicos: derivados nitrofenantrénicos). La mayor parte son plantas
muy tóxicas responsables de diversas intoxicaciones, muchas
veces por confusión con otras especies.
Los ácidos aristolóquicos originan nefrotoxicidad en conejo y rata.
Igualmente dosis elevadas producen daños en el riñón en humanos. También han mostrado ser en roedores uno de los mas
efectivos agentes cancerígenos conocidos. Son mutagénicos
frente a diversas cepas de Salmonella typhimurium y genotóxicos en test de Drosophila. Metabolitos del ácido aristolóquico pueden formar complejos con el ADN. Además existe la posibilidad de
que pasen a la leche materna y por lo tanto afectar a los lactantes.
Es muy conocida y siempre citada la sustitución accidental de Stephania tetrandra por Aristolochia
fangchi, debido probablemente a la similitud de sus nombres vulgares en China. La primera de
ambas especies formaba parte de una fórmula empleada en el tratamiento de pérdida de peso.
Aristolochia fangchi es una especie muy tóxica (ácidos aristolóquicos) y produjo unos 70 casos de
nefritis fibrosa en Bélgica. Muchos de los pacientes necesitaron transplante de riñón y en algunos
de ellos se detectaron lesiones neoplásicas (cambios precancerosos) en el tracto urinario. Uno
de los pacientes desarrolló cáncer urotelial.
El hecho citado constituyó un desgraciado accidente, pero sirvió para dar la voz de alarma sobre
la necesidad de someter las plantas medicinales a un riguroso control.
La Agencia Española del Medicamento ha considerado de interés sanitario la publicación de una
nota informativa acerca de las alteraciones renales, como carcinomas uroteliales y fibrosis renales
intersticiales padecidas por personas que han utilizado preparados que contienen especies
pertenecientes al género Aristolochia. Cita que en algunos casos la ingestión ha sido accidental
(Bélgica: A. fangchi en lugar de Stephania tetrandra) y en otras ocasiones se ha utilizado A.
manshuriensis en lugar de Clematis armandi, C. montana o Akebia quinata, especies que reciben
la misma denominación en chino, las cuatro especies contienen ácido aristolóquico. También se
cita un caso de fibrosis renal intersticial rápidamente progresiva, sucedido en Cataluña con
Aristolochia pistolochia L. Dicha nota informativa dice que debe tomarse como medida la de
impedir la venta, suministro e importación de: a) todas las especies o sus derivados galénicos, del
género Aristolochia (en el Anexo 1 figura un listado de los nombres botánicos y comunes); b) las
especies vegetales o sus derivados galénicos, que pueden contener ácidos aristolóquicos o ser
confundidas con especies de Aristolochia (Anexo 2); c) así como de cualquier preparado manufacturado (Anexo 3) en el que se indique en su etiquetado que contiene plantas medicinales con
los nombres comunes “Mu Tong”, “Fangji” o “Fang Ji”, o una planta de las especies vegetales
descritas en los apartados a) y b) anteriores.
Los ácidos aristolóquicos y sus derivados lactámicos mostraron actividad antineoplásica en
ensayos subclínicos, sin confirmar en humanos. Estimulan la fagocitosis y se pueden emplear en
algunas afecciones inflamatorias. Los extractos de aristoloquia han sido recomendados en casos
de artritis, gota, etc. Las raíces de A. indica son reputadas en la India como emenagogas y
abortivas.
BERBERIDACEAE
La familia Berberidaceae está representada en zonas templadas principalmente del hemisferio
norte. Según Izco y col. (1997), está constituida por un número relativamente pequeño de géneros, aproximadamente 12, que incluyen unas 650 especies. Son arbustos o plantas herbáceas
perennes con hojas alternas o a veces subopuestas, simples o compuestas. Las flores suelen
agruparse en inflorescencias paniculiformes o racemiformes, aunque a veces son solitarias como
en el caso de Podophyllum. Estas flores son siempre hermafroditas e hipóginas, cíclicas y trímeras. El fruto puede ser una baya, una cápsula o un aquenio.
Algunos de sus representantes, debido a la vistosidad de sus hojas y flores se emplean como
ornamentales. Otros, debido a su contenido en alcaloides o lignanos presentan actividades
biológicas de interés en terapéutica, pero su uso indiscriminado puede ser causa de toxicidad.
Este el caso del podofilo.
Podofilo
La droga está constituida por el rizoma y raíces desecados de dos especies de Podophyllum
pertenecientes a la subfamilia Podophylloideae: P. peltatum L. podofilo de América del Norte
conocido como “mayapple” y P. emodi Wall. (= P. hexandrum Royle, = P. sikkimensis Chatterjee)
podofilo de la India.
El podofilo americano (P. peltatum) es una
pequeña planta herbácea, vivaz por su
rizoma, que crece espontánea en los
bosques húmedos y umbríos de las regiones orientales de Canadá y de los EEUU.
El tallo aéreo de unos 30 cm de alto, termina por dos grandes hojas opuestas palmatilobuladas en cuya axila nace una flor
solitaria de color blanco. El fruto es una
baya amarilla que contiene numerosas
semillas. Al ser este fruto la única parte de
la planta que carece de toxicidad, se consume fresca para la fabricación de mermeladas y zumos frutales en el sur de USA.
El rizoma, muy largo (1 m), se recolecta en otoño una vez marchita la parte aérea.
Este rizoma contiene una cantidad importante de minerales, almidón, compuestos resinosos y
taninos. También contiene flavonoides como astragalina (3-glucosido de kenferol) y quercetina.
Los principios activos están contenidos en la resina, denominada resina de podofilo o podofilino
figurando como oficinal en distintas ediciones de las Farmacopeas.
Los principales componentes de la resina son ciclolignanos. El componente mayoritario es la
podofilotoxina, en una proporción del 20% en el podofilo americano y de hasta un 40% en el
podofilo de la India. En la resina de podofilo americano también se han aislado las ∀-peltatinas
(desmetil-4' podofilotoxina)(5%) y ∃-peltatina (10%). En la planta fresca se han separado las
formas heterosídicas: glucósido de podofilotoxina, su derivado desmetilado y los glucósidos de
peltatinas.
Los indios americanos lo utilizaron como vermífugo y emético, empleándose la resina como
catártico. Sin embargo fue retirado en el año 1942 por su elevada toxicidad. Ese mismo año se
describió científicamente su empleo para el tratamiento de verrugas descubriéndose algunos años
después sus efectos citotóxicos.
En la actualidad no se utiliza la resina completa, ya que es más efectiva la podofilotoxina en
solución etanólica al 25% por vía tópica que además produce menos irritaciones locales. Esta
sustancia se emplea para el tratamiento de verrugas genitales, en infecciones por condiloma
acuminado, epiteliomatosis, queratosis y papilomas laríngeos. Con la podifolotoxina se consiguen
recesiones entre un 20 a un 98% dependiendo de la localización de las verrugas, frecuencia del
tratamiento y complicaciones del propio paciente (enfermos inmunodeprimidos). Los efectos
adversos que produce son locales y temporales y pueden ser debidos, en parte, a las acciones
antivíricas (podofilotoxina, picropodofilotoxina, desoxipodofilotoxina, picropodofilotoxina y las
peltatinas son activas frente a herpes simple y rubeola) de estos compuestos. Además, se ha
comprobado que reducen la capacidad liberadora del virus por la célula infectada, propiedad que
presentan también otros antimitóticos como la colchicina o la vincristina.
O
Por otra parte, podofilotoxina y peltatinas inhiben el crecimiento de
tumores experimentales en ratón. Su mecanismo de acción es del tipo
de acoplamiento a la tubulina, impidiendo su polimerización en microtúbulos por lo que interrumpe la división celular en las fases G2 y M
del ciclo celular. El hecho de que las formas glucosídicas aunque
menos activas que sus geninas correspondientes, fuesen también
mucho menos tóxicas dio lugar a la búsqueda de derivados hemisintéHO HO
HO
ticos de esas formas glucosídicas que tuvieran actividad como agentes
HO
anticancerosos. Así se obtuvieron los derivados glucosilados de la
epipodofilotoxina: etopósido y tenipósido que inhiben la síntesis y
replicación del DNA por actuar sobre la topoisomerasa II, enzima
Ingenol
encargado de modificar la topología del DNA mediante la ruptura y
recomposición de los filamentos de DNA con objeto de realizar la duplicación.
En la bibliografía se describen varios casos de intoxicación con esta planta ocasionados en su
mayor parte por la confusión de especies, como consecuencia de un error en el nombre vulgar.
En Estados Unidos esta planta se conoce con los nombres de mayapple y mandrake, por lo que
puede confundirse con la Mandragora officinarum, planta que posee alcaloides tropánicos.
La sintomatología del cuadro tóxico consiste en trastornos gastrointestinales, vómitos, náuseas
diarrea, dolores abdominales y en casos mas graves trombocitopenia, leucopenia, alteraciones
en la función hepática y alteraciones del SNC (ataxia sensorial, alteraciones de la consciencia).
EUPHORBIACEAE
Segun Izco y col. (1997), es una familia muy amplia que comprende mas de 300 géneros y
aproximadamente 7500 especies. Se distribuye principalmente en regiones tropicales y en menor
medida en zonas templadas. Pueden ser árboles, arbustos a veces espinosos o plantas herbáceas
anuales o perennes. Como característica común, salvo pocas excepciones, presentan tubos
laticíferos con látex de color blanco muchas veces irritante.
Las hojas pueden ser simples o compuestas como en el caso de Ricinus, alternas o menos
frecuentemente verticiladas u opuestas. Muchas de sus especies están adaptadas a climas áridos,
quedando en este caso sus hojas reducidas a simples espinas. Con frecuencia, las flores se
presentan en inflorescencias especiales, denominadas ciato, que constan de un involucro de 5
brácteas que alternan con glándulas nectaríferas y rodean a una flor femenina alrededor de la
cual se disponen 5 grupos (cincinios) de flores masculinas uniestaminadas. Los frutos son con
frecuencia cápsulas tricocas dehiscentes. Las semillas contienen en ocasiones (Ricinus) grandes
concentraciones de sustancias lipídicas.
Algunas especies de esta familia son medicinales habiéndose empleado durante siglos. El aceite
de ricino se ha empleado como purgante y las glándulas de kámala, glándulas que recubren el
fruto de Mallotus philippinensis (Lamk.) Muell. Arg. cuyo principio activo floroglucínico denominado
rotlerina posee propiedades antiparasitarias, se ha empleado en veterinaria. Otras se utilizan
como ornamentales, como es el caso de la Euphorbia pulcherrima Willd. ex Klotzsch. conocida
como flor de pascua cuyas hojas, de color rojo, son hoy día elemento indispensable para la
decoración navideña. Y otras se emplean en alimentación, como por ejemplo los rizomas de
Manihot esculenta (mandioca) especie de origen americano, o como fuente de materiales industriales, como es el caso de Hevea brasiliensis, utilizada para la producción de caucho.
Sin embargo, también en esta familia existen especies que presentan una elevada toxicidad.
La propia mandioca, posee heterósidos cianogenéticos que por lo general no son eliminados
totalmente durante su preparación, causando cuadros de toxicidad crónica en las zonas tropicales
donde se consume. Por un lado parece ejercer una actividad antitiroidea originada por los tiocianatos producidos en el metabolismo de los cianuros y por otra una toxicidad neuronal debida a los
propios cianuros (polineuropatia, ataxia de nervios ópticos y auditivos).
Entre las euforbiaceas tóxicas, cabe destacar las especies pertenecientes al género Euphorbia
vulgarmente conocidas como euforbias o lechetreznas, abundantes en nuestro país, y el propio
ricino. Existen además otros géneros tóxicos, muchos de ellos de zonas tropicales, como Croton,
Aleuritis, Jatropha, etc.
Euforbias
Género con mas de 1500 especies, representado en Europa por aproximadamente 100. Presentan en su composición ésteres diterpénicos muy complejos y altamente tóxicos que ejercen una
acción irritante de piel y mucosas y lo que es mas grave, se han relacionado con cierta actividad
carcinogenética.
En el látex de las Euphorbia se han identificado ésteres del ingenol y del 5-desoxi-ingenol que
presentan actividad irritante sobre intestino (purgantes), piel (enrojecimiento, hinchazón, vesicación) y ojos (conjuntivitis).
Son muy numerosos los trabajos que describen los efectos tóxicos de estas plantas, siendo
consideradas en USA la tercera causa de toxicidad debida a plantas, después de Philodendron
spp y Diffenbacia spp., dentro del grupo de tóxicos de origen vegetal.
Ricino
Ricinus communis L. es un arbusto de tallos leñosos con hojas rojizas,
grandes palmatilobuladas y bordes dentados de forma irregular. Las
flores, masculinas y femeninas, se agrupan en cimas reunidas en
racimos; el fruto es una cápsula globulosa generalmente cubierta de
espinas, con tres cavidades y en cada una, una semilla lisa, brillante,
jaspeada de diversos colores y con una prominencia carnosa en su
extremo superior. Es originario de África pero está repartido en la
actualidad por todo el mundo.
Las semillas de ricino son muy tóxicas debido a que contienen una toxina llamada ricina, lectina
glicoproteica constituida por dos cadenas polipeptídicas, A y B, unidas entre si por un puente
disulfuro. Esta toxina parece interferir con la síntesis proteica. La dosis mínima mortal es de 0,4
µg/kg en rata por vía parenteral.
Las semillas pueden causar intoxicaciones muy graves, incluso mortales, principalmente en niños.
En la literatura se indica como dosis potencialmente tóxica en niños, tres semillas y, entre cuatro
y ocho semillas para un adulto. Los síntomas de la intoxicación son vómitos, diarrea, dolores
abdominales y elevación transitoria de creatinina sérica. Otras manifestaciones parecen ser
necrosis hepática, problemas renales, hipotensión, convulsiones. El tratamiento en primer lugar
supone la evacuación del tóxico y si es
necesario, mantener el equilibrio de agua
y electrolitos. También los animales pueden intoxicarse con las semillas de ricino,
bien por el consumo de tortas residuales,
después de extraer el aceite, como directamente por las semillas.
Mediante un ensayo en el cual se sometió
a grupos de ratas a una exposición por
inhalación de ricina en forma de aerosol,
se comprobó que en el mecanismo de la
toxicidad de la ricina por inhalación, juega
un importante papel la apoptosis de macrófagos alveolares, lo que permite el
desarrollo de estrategias terapéuticas nuevas en la intoxicación por ricina.
Por expresión de las semillas y con calentamiento se obtiene el aceite de ricino, empleado como
purgante drástico. Su principal componente es el ácido ricinoleico, un ácido graso insaturado y con
un grupo hidroxílico, de 18 átomos de carbono. Actualmente se utiliza en diversas industrias.
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