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Transcript
G.
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33I p!!/13·-'1
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I•
•
PRINCIPA LES
INTOXICACI ONES
PRODUCIDAS POR PLANT AS
EN LOS ANIMAL ES
y s u TRA T AMIENTO
Por JA IM E RO CA TO R RE S
Veterinario
Trébol v ioleta.
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plan!a~,
crecimie~to espontar~~o, q~re. ti~nen
en sus
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con
de
una gran vari11da_d de
dive rsas partes al cal01d es, glucosrdo s o extracu vos de accwn toxiCa, mas o m eno s
e né rgi ca, según el es tado de desarrollo de la planta y la especie animal que la consuma.
Los animales qu e pastau librem ente, rara vez las i nj i eren; p e ro el p eli gro de intoxicación
su ele ser mayor cuando figurau en el pi enso prepa ra do por el homb re, ya qu e estiin entonces
enma scarado s por los demiis alim ento s y sin qu e el instinto de los animales pueda actuar.
Se p ensara en una intoxi cación de es te tipo al aparecer ata cados simultiineam eute vario s
animales, de una mane ra , repentina, duran te la admini stración del pienso o poco después
de hace rlo, particularme ute si es un alim ento qu e se sumini stra por prime ra vez. Se confirma
~uando, m ediante el examen de los alimento s que componen la ra ción, se descubre la pre·
sencia de plantas r econocidas como nocivas ¡para aqu ella especie animal. Algunas veces serii
preciso r ecurrir a la inves tigación botanica y aun a las pruebas biológicas.
XI STE
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e3;; c.:i ez e innv cuas p .1ra o tJas.
'Vn r ~a
tcrnbi é r.
el grado de nocividad con las raz as y aun con las edades' y t emp eramento s. Por otra parte,
las mi smas plantas contieneu sustan cias tóxi cas en cantidades difer entes, según la época de
su r ecolección.
Las planta veneuo sas actúan, generaL11ente, sobre el aparato diges tivo, irritando y l esionando su s mucosas, y esta s alteracion es impiden a veces la absorción de los principios tóxicos ; ma s en otras ocasiones dicho s principios franquean la barrera intes tinal, determinando
un síndrom e complejo, en el qu e Clominan alteraciones ne rviosas y circulatorias, con las sigui entes manifes taciones : excitación general, contraccioues crónicas y tónicas, midriasis, taqui cardia, di snea, hip erestesia o, por el contrario, tenden cia al coma, hipotensión, hipo es taAia, etc.
~ Se diferenciau las intoxicacion es de las infeccion es, aparte del cuadro clíuico y de los anecedentes, por la falta de fi ebre.
Bien es verdad qu e mu?ha s veces es fiicil, o al m enos factible, dia gno sti car la presen cia
de into xicación; e n cambio, resulta mu chas veces cas i imposible diagno sticar euiil ha sid o
el tóxi co de la planta en cues tión, y er1J;onces debemo s r ecurrir n un tratamiento gen eral.
Ante un cuadro de intoxicación, del:le procederse sin pé rdida de tiempo a la admini stración ·de pur·gantes y vomitivos, y , si los principios tóxico s han pasado a la circulación gene ral,
es menester recurrir a los antídotos ad ecuados, qu e son de una variada naturaleza. Una profilaxis efi caz de las· intoxi cacion es alime nti cias r equi e re Iu des tru cción de toda s las plantas
tóxica s exi stentes en los pasto s.
CRIPTO GAMAS.- Eutre las plantas criptógamas fi guran alguna s familia s tóxicas ; p e ro ,
contrariamente a lo que se observa en el hombre, los casos de envenena mi ento de animales
dom és ticos por hongos son extraordinariamente raro s.
Los hon gos tóxico s ma s importantes p erte necen al género A manita (qu e se caracterizan
por tene r volva o anillo, y el him enio es en lúminas) . El Amanita m.uscaria conti ene un al·
caloide muy activo, la mu scarina, con marcada acción parasimpati co-miméti ca, de terminando,
en consecu en cia, miosis, aum e nto de las secrecion es e inhibición cardíaca. El síndrom e mu scarrmco se presenta tra s una in cubación de 1-4 hora s, caracte rizandose por irritación del
aparato di gestivo y fenóm enos ne rviosos, bi en depresivos (cefaleas, es tupor, somnolencia,
mio sis, pulso débil, tend encia al colapso ) , ya excitantes, como el delirio furio so (lo cm·a
mu scaríni ca), hipe rquin esias tóni cas, e mbria gu cz, ilusion es ópticas y auditivas, pulso frecu ente y débil, y midriasis. L a mu scarin a es hidro soluble, y se encu entra en la cutícula del
hongo, por lo qu e puede se r eliminada m ediante una cocción prolon ga da o pelando el hon go.
La dosis acti va en el caballo es de 40 mg. , bastando uno s 3 m g. para cau sar la mu erte en el
gato. Como tra tamiento es ta indicado la atropina, como prin cipio anta gónico de la mu scarina,
y ademús purgantes.
La Amanita phalloides y algunas otras : la A. verna y la A. v irosa, e ncie rran un alcaloid e
(falina ), qu e es difícilmenté arra strado por el agua de cocción; sus ve neno s son de naturaleza albuminoid ea, citotóxicos (amanitotoxina ), asociados a la amunitohcmoli sina. L a in cubación de este síndrom e vuría de 10 u 30 hora s, cursando con síntomas hemolíti cos y produciendo graves lesiones en hi gado y riñón , p e ro tamhi é n en los de mú s órganos de los atu cado s. La mu e rte se produce a los 3-10 díu s.
B ellaclona.
Otros hon gos, como el H evella esculenta, poseen asimismo un principio h emolítico, determinando h e moglobinuria e i cterícia, aparte de
otros graves tra storno s (astemia, debilidad cardíaca, para lisis gene ral ), que no siempre son
reve rsibles. La do sis activa de este principio
(iicido h evéllico ) es en el p e rro de 16 centigramos. El -Fungus laricus es .capa z de parali zar los
centros cardio-respiratorios. Citaremo s, por último, otros bon gos de nocivid ad va riable, p erte necientes a los gé neros Boletus, Lactucaria,
.
Hipoloína , e tc., e tc.
Equisetaceas.- Entre elias exi sten al guna s esp ecies veneno sas. Son las llamadas corrientem ente " colas de caballo" . Aunqu e la toxicidad
de esta s plan tas es variable e imprevi sible ;
incluso la mi sma su stan cia tóxi ca es poco cono cida. El Equisetwn palustre y el E. limoswn
ocasionau en el caballo trastorno s sensoriales,
parali sis del tren poste rior y la mu ert e. Esta s
especies su elen se r inofensivas para los bóvido s. El tratami ento qu eda redu cido a la admini stración de pm·gantes y es timulantes del sistema ne rvioso (estri cnina, ve ratrina ) .
Polipocliéiceas. - Una muy interesante es el
Pteris aquilirw (el h elecho común ), cuyas hojas contienen un tóxi co que se ha id entifi cado
con el acido filí cico. En los équidos, los tra storno s que produce afec tan a la equilibra ción,
con convulsion es, pares ias, hipote nsión, cólicos
y coloración amarilla de las muco sas. Eh los
bóvidos la intoxicación se munifi es ta por he·
343
/
.,
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'
morragias en l as mucosas n asal y vag in al, tras torno s n ervio sos, etc. La mu erte sohreviene
después de 12 a 72 horas de h ab er aparecido los primero s síntomas. E s di gno de m encion arse el h echo de qu e el rizoma de es ta planta puede ser consumido por el cerclo sin cau sarle
tra stornos. Aparte del tratamiento general, se daran es timul antes del sistema n ervi oso central
como la es tri cnina y la veratrina, en do sis apropiadas.
'
Trébol blanca,
Estramonio .
Digital.
344
FANEROGAMAS. -El número de faneró gamas tóxica s es muy elevado. Unicamente har emo s r eferencia a las especies mas p erjudi ciales.
Merecen citarse, entre las gimnosp ermas, algunas esp ecies de coníferas. Las agujas del
tejo (Taxus bacata ) contienen un alcaloid e, la taxina, nocivo para los équidos, rumiantes y
conejos. La intoxicación puede tomar un curso muy rapido , observandose como síntomas
m as des ta cados diarreas, poliuria, debilidad del pulso, disnea y parñlisis r espiratoris. El
dia gnó stico se confirma por el hallaz go de las aguja s de tejo en el estómago. Mas raramente
l as especies de Taxus afectau al cerclo.
·
Menos fr ecu ente es la intoxicación por las hojas del ]uniperus sabrina, porque su fu erte
olor y sabor desagradable es r epu gnante para los animales. Se conocen alguno s casos de enven enami ento en caballos y bóvidos, caracterizados por saliva ción intensa, pulso débil, oliguria, dilatación pupilar y lesiones de las mucosas di gestivas.
Las hojas de otras coníferas, como el ab eto (Abies alba ) y el pino (Pinus silv estris ) y
al gunas mas, contienen un aceite etéreo, el terp entinol, qu e puede ocasionar estomatitis, gastro-enteriti s, edema de la glotis y albuminuria en l os équidos y cabra s.
A marilidúceas.- Como mas importante tenemos al Narcisus poeticus, nocivo para los bóvidos, cabras y cerdos. Contienen un alcaloide, la narcisina, capaz de matar a un p erro en
la dosis de 0,1 g. por kg. de p eso vivo. Los animales intoxicado s presentau ptialismo, gastroenteritis, debilidad intensa, midriasis, etc. El tanino es el antídoto mas indicado.
Colchicúceas.-El mas importante es el cólchico de otoño (Colchicum autumnale), también se conoce vul garmente por m atap erro s. E sta planta crece en los prados muy húm edos,
florece en otoño, madurando su s grano s en mayo o junio del año siguiente. Y tanto su s
hojas como las flores y semillas contienen colchicina, alcaloid e que se oxida en el organismo, formando se entonces la oxicolchicina, de gran toxicidad.
El caballo, los óvidos y el cerclo snfren de enven enamiento por el cólchico dm·ante la pr~
m avera. En cambio, los bóvidos son ma s r esistentes a esta planta. Sin embargo, a veces p r .
sen tan los si guientes síntomas : brusca detención de la secr eción lactea al cabo de 6 a 48 hora s .de la inges tión, 'y, al pasar la colchicina a la l ech e, se pueden intoxicar los lactantes.
En es ta intoxicación estan indicados los vomitivos y lavados gastricos con la solución
tanica, yodurada, bicarbonatada, infusión de café , etc., que prestau excelentes servicios si se
acude a tiempo. Si la asistencia es tardía, sólo puede ha cerse tratamiento sintomatico de la
gastroenteritis con diarrea sanguinolenta y fu ertes cólicos, y de la nefritis, gen eralmeñte acompañada de h ematuria y anuria. La su sp ensión de semillas de lino en grand es cantidades ej erce, administrada oportunamente, efecto s protectores.
A rúceas.- El aro o alcatraz (A rum maculatum ), que crece en Jugares sombríos y húmedos,
ocasiona graves accidentes en el caballo y otros animales. Tanto la raíz, como las partes descubiertas de la planta, contien en saponina y otros glucósidos que, aparte de producir irritaciones en el tubo digestivo, pueden ocasionar una intoxicación r evelable por la paralisis del
tercio posterior, marcha vacilante, hipotermia, midriasis, etc. La muerte alcanza a un 30
por 100 de los casos. En las plantas desecadas, la toxicidad llega a p erderse.
G rCA,m:fnc:us. -Eni:rt en··d :,~ teLt~ LdOS
ñ
l a ci z-ttñ a {~!J ú l·iunt Ít:'itU: le-n tunt) .- Su s èf eetos -¿-- d e-hêi ..
a un bongo, parasito de sus tejidos p eriféricos y aún no determinado, cuyos micelios contienen temulin a, alcaloide tóxico.
Esta intoxicación se puede presentar cu ando por tm cribado imperfec to quedan m ezclados los granos de cizaña con los de cereales, ya que la cizaña se encu entra frecuentem ente
en los sembrados de cereales.
El caballo es el animal mas sensible; son mu cho meno s los bóvidos, Y' las aves precisau
consumir cantidad es considet·ables para presentar altera ciones. Los síntomas en el caballo
son : as teni a, bradicardia, hipotensión, vómitos, diarrea s y tend encia al coma ; la muerte es
debida a paralisis respiratoris.
Esta intoxica~ión es fa cil de prevenir limpiando y cribando detenid am ente los grano s d~
ce real es.
...
Las plantas jóvenes de sorgo azucarado no es infrecu ente. que contengan al guna proporción de CNH, motivando por esta circun stancia tra storno s en los animales que las consumen.
Otras gramíneas han sido acu sad as de producir intoxicaciones en los animales. Tal ocurre
con el m aíz, cuyas inflorescencias ma sculina s parece ser que dete rminan accidentes, si son
consumida s en gran cantidad. En el vacuno que injiere tales inflorescencias "puntas", se
observau a veces tra stornos diges tivos.
L eguminosas.- Entre elias tenemo s l as siguientes : Alguno s citisos, como el llamado lluvia de oro o ébano europ eo (C. laburnum ), utili zado como planta de adorno por su s h erm osas inflorescencias. Su s hojas se han empleado como diuréti cas, y l o mi smo que el r esto
del arbu sto conti enen el alcaloide denominado citizina, muy activo en el vacuno, caballar Y
porcino, y m enos no civo para los p equ eño s rumiantes y aves de co rral. La sintomatología
da prim ero altera ciones en mu cosas y después excitación n erviosa, seguida de sopor y paralisis.
El Cytisus ramentacea posee propiedades narcóticas, que se tran smiten a la lech e de las
cabras qu e comen sus hojas y semillas.
El consumo prolongado de grand es cantidades de semillas 'de especies del género Lathyrus (Lath yrus sativ u.s, o almorta o guija; L. odoratus, o veza, etc.) ocasiona en los équ~do s ,
y mas r aramente en el cerclo y la oveja, el síndrome del latiri smo. La hipótesis de una mtoxicación se basa en la presencia en las semill as de al guna s especies del género Lathyrus de
un alcaloide volatil, que puede ser eliminado por la acción del calo r. En efecto, la toxicidad
de las semillas disminuye considerablemente por la cocción. Aunqu q la verdad era ~tiología
y pato genia del latiri smo aún n o se ha ,dilucidado de una m anera totalm ente definitiva, por
lo cual no es posible instaurar un ve rd adero tratamiento e tioló gico.
P er9 para qtl e se produ zca la citada intoxicación, se requi ere un a alim enta ción continuada y no inferior a un m es con alguna de l as plantas o semillas, qu e e jer cen acción tóxica
(de preferencia las almortas y la veza ).
Los síntomas son: en un principio se afectau los músculo s dorso-lumbures y de las extremidade p os teriores, con pa rexias, y purúlisis del terci o posteri or; mas tarde se interesa n los
n ervios va go y recurrente, provocundo en el ca ballo el ronquido o silbido laríngeo.
Cuando se apreciau los primero s síntomas, los animales han inj erido una cantidad de veneno qu e no pu ede se r eliminada por ningún procedimiento. Todo lo qu e se puede hacer
es cambiar la alimentación suprimiendo así l a h1ente del tóxico, y tratar las manifes taciones
de la intoxicación, como son las m eurJtts del r ecurrente, l esiones m edulares. Como tt·ata·
mi ento se emplea la estricnina, la veratrina y los prep arad os de an eurina o vitamina B,. La
experiencia ha demo strado qu e l a estri cnina puede curar el ronquid o ocasionado por la pa·
ràlisis latírica del r eeurrente, pero a condición de que el tratamiento con estricnina sea p er·
sistente y se emplee la vía intraqueal.
Los yeros (Er-villia sativ a) producen envenenami ento s mortales en el èerdo. En las demas
especies son raro s.
La rud a cabruna (Galea officinalis ), de acción oxitócica, intoxica a los óvid.os que la con·
sumen durante la é poca de la floración.
La judía de Java (Phaseolus limatus ) contiene un glucósido, que es la fa seolunatina, se·
mej ante a l a ami gdalina, qu e, por llevar p equeñas ~ antid a d es de CNH, da lu ga r a una into·
xicación parecida a los alimento s cianogenéticos. Se previene m acerando l as semillas en agu a
durante veinticuatro horas o sometiéndolas a cocción.
La soja (Soja hispida ) no es tóxica; p e ro cuando los animales son sometido s· a una ali·
mentación prolongada con soja desgrasada con tricloro etileno , son víctima s de al gun os tras·
to rno s (!Iemorra gias n a sales, diarrea san guinolenta, etc.).
Los altramuces (Lupinus) provocau a veces una intoxicación Hamada lupinosis, atribuí da
a una su stancia originada por el desarrollo de algunos h ongos p arasitos sobre las semillas
de esta s plantas. Se presenta en rebaños de óvi dos crue l as con su men en gran cantidad. La
sintomatolo gía consiste en ictericia grave con degeneración grasa y atrofia amarilla aguda
del hígado, sobreviniendo la muerte a los 4·5 día s de la enfermedad. En la mayoría de los
cas os sigue una marcha crónica que conduce a la caqu exia. Como tratamiento. se preconizan
pur gantes oleosos y agua acidulada, al objeto de imp edir la ab sorción; son útiles a es te
fin el acido tani co, acético, ta r trico y cítrico. Y adem as del cambi o completo de la alimenta·
ción, con exclusión de los altramuces, se hara el tratamien to del síndrome h epatico.
El trébol (Tri folium· hibriclum ) si admini stra do en gran des cantidades al caballo, enfer·
mau a veces de m odo grave, p resentando ptiali smo, gastro enteritis, edemas, etc.
UMBELIFERAS.- La planta tóxica ma s importante de es te gén ero es la cicuta.
La cicuta mayor, o m anch ada (Conium m aculatum ), abundante en aquellos su elos cuya
egetación adventícia no es extirpada regularmente. T odas su s p artes son tóxi cas, habiéndo·
observado accidentes en los équido s, bóvidos, ce rdo , cabra, ganso, pato, etc. que injieren
ojas o semillas. Su toxicidad se debe a un alcaloide llamado cicutina o conicina, que se
encu entra en las partes verd es en la proporción del 0,02·0,05 p or "100, y de un 0,07 por 100
o mas en los fruto s. Este alcal oide es capa z de m atar al p erro a 'la do sis de 5 m g. por kilo de
peso vivo. La enfermedad dura desde algunas hor as h asta quin ce día s, y se caracteriza por
sintomas de excitación, taqui cardia, abolición del r eflej o p upilar, gastro enteritis y mu erte
po- paralisis diafra gmatica.
La cicuta m enor, o p erejil del diablo (Ae th usa cynapium ) es m en os tóxica que la mayor,
siendo el cuadro clínico analogo. El alcaloide sc den omina cinapiña.
La ci cuta acuatica, o viro sa, crece en las ribera s de l os rí os, pantano s, estanques y pra·
dera s turbo sas, presentando un olor fu erte y nau seabund o. To da ella es veneno sa, sobre todo
la raíz, por contener gran cantidad de un zumo l echo so r ico e11¡ cicutoxina, alcaloide resis·
't.ente a la desecació11 y capaz de matar al p erro y al ga to en dosis de 50· m g. p or kilo de
p eso vivo. Los síntom as varían con la especie animal; en l os cab allos hay inapetencia, em·
botamiento sensorial y cólicos; en los b óvidos, meteo rismo y di arrea; en l os cerd os, vómi·
to s y convulsiones, y en el conejo, p anílisis del tcrcio p os terio r. Y en todo s ellos se ocasio·
na la muerte en plazo breve.
El n abo del diablo (Oenanthie crocata ) contiene oen antin a, esp ecialmente en la r aiz.
Produce envenenamientos en los caballos, bóvidos y cerdo s, con un sínd rom e parecido al de
la intoxicaci ón por la estricnina. El Oenanthie Phelanclium , o felandrio acu atico, contien e
el tóxico felandrina.
Meno s interés que las citadas ofrecen otras umb elíferas, que intoxicau m as raram ente a
los animales, como el Chaerophyllum temulum, cu yas par tes h erbaceas contien en un prin·
cipio narcótico y paralizante para los b óvidos y cerdo. El Sium latifollium, que intoxica a
las vacas de l ech e, comunicando ad emas a és ta un olor !esp ecial
Acónito.
A ltramuces.
A \ AMIGDALACEAS. -Entre
elias tenemos va rias esp ecies que pueden ocasionar enven e·
Wa mientos a los anim ales que injieren los !mesos de sv ~ frut os (ce reza, ciruela, almendras
amarga s) e incluso su s ho jas (laurel, cerezo, m elo cotón, etc.). La toxicidad es de}ida al
CNH liberado en la descomposición de un glu cósido, la ami gdalin a, por la acción ,el fer·
m ento emulsina. El CNH impide la h ema tosis por combinarse con la h emo globina, detenien·
do al mism o tiempo las oxidaciones celulares, porque se un e a1 F e del fermento respirato·
rio de Warburg, iuactivandole. El caballo mu ere eu veinte minuto ~, como consecuencia de
injerir 15 gr. de una solu ción al 1,5 por 100 de acido prúsico (CNH); do sis m enores m atau
• los dem as animales.
En la intoxicaci ón po r los frutos y h ójas citados se obse rvan los si guientes síntomas:
enroj ecimiento de las mucosas, inquietud , convulsiones, paralisis y debilidad cardíaca. La
mu erte sobreviene por insuficiencia en la h ematosis, agravada po r p aralisis r espiratoria.
Como tratamiento se r ecomiend an los vómitos y el lava do gas trico. El m ejor antídoto es tít
co nstituído p or la combinación de un nit ri ~o con el hip osulfito de sodio, o con el azul de
me tileno. Lo que se pretend e es fo rmar m etah emo gl obina, qu e form a con l os cianicos un a
cianohem oglobina qu e no es tóxica.
Generalmente se comi enza co n la inhalación de nitrito de amilo du rante treinta segund os,
que se r epite a interval os de tres minutos. Y a continuación se inyectan i ntraveno sam ente
nitt·ito sódico al 2 por 100 (10·20 c. c.); lliposulfito sódico al 30 por 100 (40·50 c. c.), o azul
de m etil en o al 1 p o r 100 (100 ·c. c.).
El tratamiento sintomatico es indispensab le, y en él n o de ben faltar las inhal aci ones, o
inyecciones subcut,ñneas de oxigeno pu ro.
CARIOFILACEAS.- -El ti zón del trigo (Agrostem ma githago ), qu e abunda en l as mie·
ses, es n ocivo para mu ch os anim ales. Las citadas semill us, qu e 5e encu entran en los grano
imperfectamente cribado s, co nti cncn un glu cósido, l a githagina, sapotoxinn, sapon ina, qu e,
aparte de otros efec tos, determin a un a intensa h emolisis. El cab allo presenta con m as fre·
cuencia tra stornos del sistema n ervioso central ; en el cerdo, trastornos di gestivos, y en los
b óvidos son frecu entes am bas forma s. Se aco mp añan generalmente con h em oglobinuria, dia·
rreas de tipo sa nguin olento y enroj ecimiento de las mucosas.
CR UCIFERAS.-Entre ella s ten em os l a mo sta za silvestre (Sina pis arvensis), la m ostaz a
blanca (Sinapis alba ), la mo staza negra (S. brassica nigra ), l os r úbanos silvestres (Raphanus
mphanistrum ), col zas y nabo s silves tres (Brassica napus y Brassica rapa), etc. Las plantns
Cólchico.
345
Cicuta.
Eléboro.
citadas co ntiene n en su s semillas, y en menor cantidad en las hoja s,
un aceite e téreo picante y acre, que irrita las mucosas. Los síntomas
co rresponden a una gastro enteritis, acompañada muchas veces también de una n efriti s intensa.
La intoxicación puede se r mortal, especialmente cuando es prod ncida por las mostazas silves tres.
Para destruir es tas plantas se debe regat·, e n días secos, con una
solu ción de sulfato de hierro al 15-20 por 100.
Algunas especies de arbu sto s del géne ro evonymus utilizadas como
plantas de adorno conti enen en su s hojas, brotes y fruto s un principio no civo , que provoca enteritis violenta' e n los animale.s qu e los
consumen (ca bras, principalmente) .
RANUNCULAC EAS.-Esta familia cu enta co n gran núm ero de esp ecies tóxicas. Tales son la hiet·ba sardónica (Ra nzmculus scelerata ),
que crece en las praderas bajas y húm edas; el R . arvensis, o de los
campos; el R . nemorosus, abundante en los terreno s de montaña, y
otras del mismo gé nero , gue co ntie nen un aceite e téreo que irrita
las paredes del tuho diges tivo. La in gestión de estas plantas, aun cuando sean en p eq ueña s cantidades (35-100 gr.), producen gravísimas intoxicacion es, e n un plazo variable entre algunas horas y do s-tres día s.
Los síntoma s so n: ptialismo, dolores cólicos, emi sio nes frecuentes de
orina rojiza y n eg ruzca, vértigos, convulsiones y panílisis. La mu er te
sob revie ne casi siempre en muy poco ti empo. La toxicidad de esta s
plantas puede ser disminuïda por la desecación. A la contracción de
los mú sculo s de la cara, el R. scelerata debe el nombre de hie rba sardónica.
Al guna s anémonas y •ciertas especies de los géneros Caltha y Clematis producen intoxicaciones muy semejantes.
Algunas plan tas vivaces del género Ilelleborus (Il. viridis, niger y
fo etidus), que crecen, espontaneamente, en los bosques de m ontaña y
so n cultivadas como ornamentales, provocan también intoxicaciones,
de bidas a su riqueza en h eleborina y h ele borcina, glucósidos de acción acumulativa qll e paraliza la mu sculatura y el n ervio vago. Los
animales intoxica do s presentan salivación intensa, vómitos, cóli cos, diarreas, timpanismo, desapa ri,ción de la rumia y de la secreción lacteu,
crujidos de clientes, co nv ulsiones, pulso rapido, respira cióu acele rada,
abatimi ento, e tc, y mu eren después de uno o dos días. Para que se
manifiesten los síntom as de envencnami ento es preciso qu e l os animales inji e ra n de 15 a 40 gram os de raíces ó 1.000 gramo s de hoja s de
esta s pl anta s.
Al gunas especies de acónitos (Aconitum napellus, A . authora, A. paniculatum ) son muy venenosas. Todas elias co nti enen el alcaloide acon itina, cuya actividad es ta n grand e que mata a tm ca ballo en la dosis
de 5 mili gramo s. El Aconitum lycoctonum no contien e aconitina, pero
sí otros alcaloid es llam ado s licoctonitina y mio ctina, de acción sem ejante a la del curare. Se han observado intoxicacion es espontímea s en
l os équi.dos, bóvid os y cabras. D espués de una primera fase de trastorno s di ges tivo s aparece una se ri e de síntomas, debidos a la excitación
de los ce ntro s motores (espasmo del diafra gma, co nvulsiones, !emblores, e tc.). La tempe ra tura desciende mucha s veces por debajo de
los 36", y al cabo, a lo sumo, de tres o cuatro días, sucumb en.
SOLANACEAS.- Las partes verdes de algunas solunaceas, co mo la
p atata, con tienen solanina, glu cósido de propiedades tóxicas. Es fr ecuente la intoxicación por el co nsumo de las hojas de p atata o tubérculo s germinado s. Los aniruales mas se nsibles son los bóvidos, ce rdos y cabra s, l os cu ales pueden presentar tres forma s: nerviosa, con
sopor, y panílisis digestiva, con vó mito s, meteorismo y diarrea, y exantemú ti ca, ca racte rizada por la presentución de un eczema vesiculoso,
co n lo calización preferente en cuello, nalga s y proximidades del uno.
346
Acedera.
La hi erba mora, el tomate y la be renj ena, contienen igualmente solanina.
'
Otras solamíceas tóxi cas son: la b ellado na (A tropa belladona ), q~
co ntiene los alcaloides atropin a e hiosciamina. Suele observarse en
bóvidos, équidos ly cabras, y se caracteriza por una midriasis intensa,
excitación, taquicardia y paralisis muscular.
Para inves tigar la atropina se debe recurrir a comprobar su acción
dilatadora de la pupila por instila ción sobre la mucosa conjuntival de
un conejo.
El b eleño (Ilycscianum nige r ) co nti ene hioscin a e hio sciamina ; l a
intoxicación se asemeja a la producida por la b elladona (midriasis, exci tación, pm·alisi s, e tc.) .
Otro tanto cabe decir de los accidentes producid os por la injestión
de estramonio (Datura stramonium), y en todo s estos casos deb e tene rse en cu enta que los alcaloides pasan a la leche.
En los bóvidos y cabras se han observado enven enami ento s por
injes tión de plantas de tabaco (Nicotirw tabacum ). La ni co tina produce
j •:ritación d ru;.~mlcDsas deLapar2to digestiva., vómi tos, diar ·ea, po
liuria y paralisis.
a.
ESCROFULARA CEAS.-El mas inte resa nte es el di gital (Digitalis
purpurea), que co ntiene vario s glucósidos: digitalina, digitaleína, digitoxina y di gi tonina. La di gitonina tiene propiedades h emolíticas, y las
restantes actúan so bre el co razón. La intoxicación se observa con lmas
frecueticia en el ca ballo, y sigu e un curso rapido, con epitialismo, diarreas, poliuria, tra stornos del eqnilibrio y paralisis.
Menos frecu entes e importantes son las intoxicaciones por otras
plantas de es ta familia.
A
Ciertas eri caceas silvestres (géneros Azalea y Ledwn) , y cultivadatW
(Rhododemdrwn ), r.ontienen en su s hoja s principios nocivo s qu e pro- ducen gas tro enteritis h e mornígicas en los animales.
La !aureola (Daphue m ezerewn ), a rbusto p erteneeiente a las timelaceas, que crece en los bosqu es de montaña, produce gas triti s, cólicos,
abatimiento, y también pústulas y vejigas sobre la piel y mucosas.
EUFORBIACEA S.-Entre elias tenemo s a las Mercurialis annua y
p erennis, que conti enen metilamina y trim e tilamin a, y pueden producir tras torno s graves (abatimien to, fi e bre, h emoglobinuri a, debilidad
ca rdíaca y paralisis) e incluso la mu erte.
A lgunas plantas del géne ro Euforbia co nti e nen en el latex de sus
tallo s un princi pi o irritante de la piel y 1nu cosas. Los rumiantes que
los con sumen presentau graves tra storno s.
El boj (Bux us sempen·ivens ) contiene un principio tóxi co que actúa
so bre el sistema nervioso central.
Las semillas del ricino (Ricinu.s connmis) contienen, al mi smo tiempo que el aceite simplem en te purgan te, una substan cia albuminoidea,
la ricina, muy semej ante a las toxina s bacterianas. L a sensibilidad de
los animales sigu e es te o rd en: óvidos, bóvidos, équido s y sui dos. El
cu adro sintomatico es el si gui en te: gastroenteritis h emo rrñgica, debilidad general, co nvulsion es, espasmos, e tc. Lit muerte ocurre por parúlisis de los centros r espiratorios. La lech e de las h embras que han
co nsumido es ta s semillas presenta tambi én la toxicid ad. La ricina pierde su s propiedad es nocivus por las acciones del calor. Por su naturaleza albuminoidea pueden ser vacunado s los animales con una preparución especial de ri cina; operación qu e les co nfie re un a gran r esistencia a los efectos venenosos, y la ca rn e de los animales vacunados es
perfectarnente comes tible para el hombt'e.
POLIGO •ACEAS.-El denominudo tri go sa rra ceno (Polygonum fago pyrum ) ¡mede producir los graves trustoruo s del fa gopiri smo , sobre
todo si después de la inj estión est!Ín exp ues tos u la acción de la luz,
B eleño.
Adormidera.
->duciéndose síntomas que son de dos ela ses : nerviosos (con parali~ . y cutaneos (con dermitis eritematosa).
Las acederas (Rumcx acetflsa y R. acetosella) con tienen acido oxalico, y cuando son consumidas en gran cantidad por los équidos y los
rumi an tes, producen gastroenteritis, diarrea y paralisis. Como tratami en to se recomienda la magnesia calcinada, agua de cal o carbonatos
alcalinos. La inyección intravenosa de bicarbonato sódico puede ser salvadora. Como tratamiento sintomatico, los estimulan tes de la respiración y circulación.
El género Linum, perteneciente a las linaceas, cuenta con dos esp ecies interesa ntes desde el punto de vista toxicoló gico: el li no silvestre y el lino cultivado , que conticne un fuerte tóxico, de acción narcótica, y liD glucósido de acción cianogenética. El caballo suele intoxicarse con el lino silves tre, y los óvidos con el lino cultivado.
PAPAVERACEAS.-La s adormideras (Papcwer somniferum), las
aiuapolas (Papaver rhr:cas) y otras plantas de este género, pro-vocan
envenenamientos graves por su riqueza en alcaloides del opio (mo rfina,
tebaïna, narco tina, e tc.), especialmente en bóvidos, cerdos, pa to s y mas
raramente à óvidos.
Al gunas compuestas, como la Lactuca virosa y el Helianthus tuberosus, producen intoxicacion es amilogas.
Alimenticios parasitados por plantas venenosas.-Los mas fr ecu entes so n los ocasionados por la injestión de ce reales o leguminosas o
mezcladas con diferentes clases de hongos o rnohos. Los envenenarniento s producidos por hongos inferiores no ti enen otro tratamiento que el
A ·1tomatico y la supresión del alimento de donde procede el tóxico.
El centeno (Secale cereale) tiene fr ecu entemente co mo parasito un
hon go llamado co rn ezu elo del centeno (Clav iceps purpurea), que al ser
consumido, provoca los tra stornos tóxicos conocidos con el nombre de
ergo ti smo, el cual puede presentarse en forma aguda, poco frecuente
(êon hipersensibilidad, tra storno s nerviosos, cegu era, convulsion es y
muerte), y generalmente no tien en tra tamien to eficaz. Y la forma subaguda (con paralisis y aborto en l as h embras ges tantes).
El tratamiento, aparte del general, como en toda s las intoxicaciones,
puede ha cerse a base de un purgante como el aceite de ricino. Como
antídoto general se recomienda el salol, a dosis de 10 gramos en los
grandes animales. Por l a via paren te ral se adm inistmra acetilcolina,
pero en co mbina ción con la morfina o hidrato de cloral, la dolantina
o la novalgina, al objeto de disminuït· los dolores cólicos, y que ad emas pueden ser exacerbados por la ace tilcolina. En los pequeños anímales h erbívoro s pueden ser útiles las inhalaciones de nitt·ito de amilo
y el nitrito sód ico al interior.
Las paralisis, el es tupor o la insensibilidad se tratanín sintomati came nte.
TRATAMIENTO GENERAL DE L AS INTOXICACIONES
POR PLANTAS
Es preferentemente en las intoxicaciones donde siempre debe buscarse la
posibilidad de establecer un tratamiento etiológico, puesto que las medicaciones
sintomaticas son siempre 'terap éuticas en precario, a las '!Ue se recurre a falta dd
otra cosa mejor. Precisamente en las intoxicaciones el diagnóstico etiológico es
mas difícil, a causa de la raoidez con que, en general,. evolucionan ios trastorno9
ocasionades por los tóxicos y la necesidad de que el tratamiento se establezca
rapidamente.
Salvo en los carnívoros, las intoxicaciones suelen adoptar un ti!Jo enzoótico,
que crea ciertas dificultades para establecer un diagnó stico diferencial con algunas enfermedades infectocontagiosas.
Es cosa conocida de todos que, por instinto, los animales rehusan la injestión
de las plantas tóxicas; pe ro no de be exagerarse la 'importancia de esta defensa
natural, porque incluso plantas que normalmente son rechazadas, pueden ser
injeridas en é!J ocas de hambre y sequías.
Ricino .
Si en el caso de una intoxicación no se puede llegar de momento a un diagnóstico -etiológico exacto, al 'menos debe intentarse o j¡rocurarse determinar si e·l
tóxico es de naturaleza mineral u organica; en el primer caso, si es acido o alcali, y en el segundo, si la sustancia activa es alcaloide, glucósido, aceite esencial o hidrocarburo, iporque tales precisiones 1de grupo permiten establecer una terapéutica mejor orienfada.
En la terap éutica de toda intoxicación han · de lllenarse siemJHe las siguientes
indicaciones de tipo general.
1.• Evitar que nuevas cantidades de la sustancia tóxica actúen, ya suprimiendo la fuente de la misma o separando por diversos artificios inclusa algunas
•
cantidades de la que ya se encuentra en el organismo de los animales.
2. • Impedir la absorción del tóxico, y si ésta se ha realizado, desnaturalizar
el veneno hasta hacerlo inofensiva, si es posible, o proteger los órganos sensibles
contra la acción nociva.
3 .• Acelerar la eli'l'linación del veneno.
4.' Tratar los síntomas de la intoxicación.
Al objeto de cumplimentar la primera indicación , se cambiara fundamentalmente la alimentación, no tanto en cuanto a la clase de los alimen tos como a su procedencia. Se suministrara un agu a de bebida dei pe •·fectas condiciones higi én1cas.
Si los animales siguen el régimen de pastoreo, se cambiara de Jugar de pastos. En
la medida de lo posible, quedaran en reposo y se procurara molestaries mínimamente.
Cuando la sustancia tóxica se encuentra aún en el estómago, ·debe• procurarse
expulsaria, ya mediante el lavado de estómago con la sonda gastrica y líquidos
apropiados, según lo que se seoa 'de la naturaleza del tóxico, .ya recurriendo a los:
vomitivos de acción rapida. En ningún caso debe llegarse a ·una distensión excesiva del estómago, para evitar su posible rotura. El liQuido del lavado, especialmente el de las primeras porciones extraídas, así como muestras del ipienso y agua de:
bebida, deben ser reservados como muestra útil para posteriores analisis que acla·
raran e! 'diagnóstico.
En los animales que vomitan, el vómito debe provocarse. Así, en el perro se
dara subcutaneamente 0,5-1 centigramo de clorhidrato de apomorfina. La solución·
concentrada de sal puede ser un buen emético, a falta de otro mas eficaz, a
excepción en el cerdo. En los cerdos se recurre al sulfato de veratrina por vía.
hipodérmica, en dosis de 1 a 3 centigramos, y al sulfato de cinc, de 0,5 a 1 gramo.
En los rumiantes puede recurrirse a la apertura quirúrgica de la panza Jy expul sió n manual de su contenido.
Los purgantes pueden ser útiles no sólo como evacuantes, sino porque crean
en el intestino :condiciones que se oponen a la faci I absorción. Como purgantes se
recomiendan en las diversas especies a .Ja pilocarpina, acetilcolina, !entina, etc., por
vía parenteral.
Son muy útiles las soluciones de tan ino y los cocimientos de -sustancias que
lo contengan , porque el tanino o acido tanico, forma sales insolubles con la mayo·
ria de los alcaloides o glucósidos, pudiendo usarse la sigui~nte fórmula:
Cocimiento de ho jas de nogal. ... .................. ..
Cocimiento de simientes de li no ....... .. .. .. ....... .
A los grandes animales en dos veces.
1 litro.
1
Cuando se sospecha que el tóxico se encuentra en el intestina, puede administrarse carbón animal, ya que se opone a la absorción intestinal del tóxico.
El bicarbonato sódico precipita los alcaloides y muchos metales, y venenos
organicos no alcaloides. Se le puede asociar al tanino, cuya acción refuerza.
La leche puede ser de gran beneficio en ·: muchas intoxicaciones, y puede ser empleada sola o como vehiculo de otros antídotos.
Cuando el tóxico se encuentra en la sangre, puede intentarse una intensa sangr i;¡,, seguida de transfusión de sangre o suero glucosado Q suero sanguíneo hipertónico. En algunos casos da resultada, como antídoto múltiple, el hiposulfito sódico o las sales organicas de calcio, como el gluconato, por via intravenosa.
Record ad que . muchos de los tratamientos señalados son de poca utilidad en
los rumiantes a causa de su anatomia del digestivo.
Si no es posible emplear el antfdoto especifico, hacer el tratamiento sintomi tico, que consiste en administrar, de una parte; sustancias cuya acción sea
de efecto contrario al que se observa que produce el tóxic o, ·y ·de otra parte medi cación apropiada a reducir las consecuencias sintomaticas de la actuación del ve neno .
Referente al tratamiento especifico de algunas intoxicaciones por plantas, ya
las hemos señalado al principio de este trabajo, no olvidando nunca que, ademas,
debemos hacer siempre el tratamiento general y sintomatico, y 'que de la precocidad
de este tratamiento dependera en gran parte los resultades obten idos con el mi smo.
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