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Monografía
Competencias en
educación musical
Andrea Giráldez
Universidad de Valladolid
Contribuciones de la educación musical a la
adquisición de las competencias básicas
El aprendizaje por competencias y el debate sobre los criterios para su selección, adquisición y evaluación han venido centrando la atención de pedagogos
y educadores en los últimos años. Desde la década de los noventa, la OCDE, la
Unión Europea y otros organismos internacionales han promovido estudios y
proyectos que intentan dar respuesta a las exigencias educativas que demanda nuestra sociedad. Por su parte, la Ley Orgánica de Educación, recientemente
aprobada, incluye una serie de competencias básicas cuya adquisición depende de la contribución de las distintas áreas y materias que conforman el currículo. En este artículo reflexionaremos sobre algunas de las condiciones que
han de cumplirse para que la música pueda contribuir de manera eficaz a la
adquisición de dichas competencias.
Palabras clave: educación musical, competencias básicas, currículo.
The role of music education in acquiring basic competences
In recent years, teachers and educators' attention has focused on competence-based learning and the debate on which criteria to use for selecting, acquiring and assessing these competences. Since the 1990s, the OECD, the
European Union and other international bodies have carried out a number of
studies and projects in the search for answers to our society's educational demands. The new Spanish Education Act includes a series of basic competences
whose acquisition requires contributions from all the different areas and subjects in the curriculum. In this article, we consider some of the conditions
which need to be met if music is to play an effective role in helping acquire
these competences.
Keywords: music education, basic competences, curriculum.
En las últimas décadas, el concepto de educación ha comenzado a
transformarse. En un mundo en el que los cambios se suceden a una velocidad vertiginosa y en el que los conocimientos se renuevan y multiplican casi a la misma velocidad, empezamos a comprender que la mera
adquisición y retención de datos resulta cada vez menos importante.
Los objetivos de la educación se desplazan, así, a la adquisición de una
serie de competencias básicas que engloban conocimientos teóricos,
habilidades o procedimientos y actitudes, es decir, que van dirigidas al
saber, al saber hacer y al saber estar, dotando al alumnado de los elementos necesarios para hacer frente a los retos de la sociedad actual.
En este artículo intentaremos analizar cuáles pueden ser las contribuciones de la educación musical al desarrollo de dichas competencias.
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Competencias en educación musical
Antecedentes
Desde hace aproximadamente una década, desde la Unión Europea y la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se
han venido promoviendo proyectos y estudios caracterizados por una
mirada atenta sobre los aspectos en los que ha de centrarse la educación para ofrecer al alumnado una formación adecuada al momento
histórico en el que vive y a las demandas de un futuro más o menos
próximo.
El aprendizaje por competencias y los criterios para la definición,
selección y evaluación de las competencias básicas en educación han
ocupado una parte importante de estos estudios y proyectos. Desde que
en 1997 los países miembros de la OCDE presentaran el Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA) 1 , se han sucedido y multiplicado las propuestas. En marzo de 2000, en el Consejo Europeo de
Lisboa, se estableció un marco para definir las nuevas destrezas básicas
del aprendizaje a lo largo de la vida. Este marco incluyó: las TIC y la cultura tecnológica, las lenguas extranjeras, el espíritu emprendedor y las
habilidades sociales. Posteriormente, el Consejo Europeo de Barcelona
(febrero de 2002) aumentó la lista de destrezas básicas hasta ocho, con
lo cual quedaron definidas las siguientes:
Comunicación en la lengua materna.
Comunicación en lenguas extranjeras.
Alfabetización numérica y competencias básicas en ciencia y
tecnología.
Competencia digital.
Aprender a aprender.
Competencias interpersonales, interculturales y sociales.
Espíritu emprendedor.
Cultura general. 2
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Las conclusiones del Consejo de Lisboa y el programa de trabajo exigían
especificar en qué consistían las destrezas básicas. Una de las contribuciones más relevantes en este sentido fue la del proyecto DeSeCo (Definición y Selección de Competencias), cuyo informe final constituye una
referencia fundamental por presentar una definición precisa del concepto de competencia clave 3 .
Con respecto a los planes de estudio en el ámbito de la educación
obligatoria, el Informe Eurydice4 mostró un gran interés por las competencias, entendidas como genéricas o transversales y, por tanto, independientes de una materia concreta.
Esta idea es la que nos lleva a plantearnos cuáles pueden ser las
contribuciones de la música a las diferentes competencias básicas que conforman el currículo de la Ley Orgánica de Educación (LOE). Cierto es que
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Competencias en educación musical
esta reflexión ya se ha hecho en el currículo de educación infantil y en
los currículos de las áreas de educación artística en educación primaria
y música en educación secundaria. Por ello, no vamos a reiterar lo que
allí se dice. Nuestra intención es reflexionar sobre el tipo de educación
musical que puede contribuir más eficazmente al desarrollo de las distintas competencias.
Partimos de la idea de que para que la educación musical contribuya al desarrollo de las competencias básicas es necesario que se den
ciertas condiciones en la selección y tratamiento de los contenidos, el
diseño de las actividades y la metodología. Creemos que no todos los
planteamientos y enfoques que se pueden dar a la materia cumplirán
con este cometido. Así, y por poner un ejemplo, si en las clases de música los alumnos y las alumnas no utilizan nunca las TIC, difícilmente se
contribuirá al desarrollo de la competencia «tratamiento de la información y competencia digital». De modo similar, el desarrollo de las restantes competencias dependerá de los planteamientos y enfoques
adoptados en los procesos de enseñanza y aprendizaje musical. Por tanto, en este artículo también intentaremos determinar algunas de las
condiciones que han de cumplirse para que nuestra materia contribuya
efectivamente al desarrollo de las distintas competencias.
¿Qué son las
competencias
básicas?
Puesto que el concepto competencias básicas ha sido definido en el primer artículo de este monográfico, no nos extenderemos demasiado en
este punto. No obstante, nos parece necesario aclarar a qué nos referimos al hablar de competencias.
Podemos definir las competencias clave, fundamentales o básicas
como aquellas competencias necesarias y útiles para cualquier individuo y para la sociedad en su conjunto. El término alude, más que al cúmulo de conocimientos que puedan adquirirse, a la capacidad de
utilizar los conocimientos para actuar de modo eficaz en un contexto
determinado. Por ello, como señala Noguera (2004), los rasgos diferenciales de una competencia radican en:
Constituir un «saber hacer» (que incluye un saber, pero que se
aplica).
Un «saber hacer» susceptible de adecuarse a contextos diversos.
Su carácter integrador, de modo que cada competencia abarca
conocimientos, procedimientos y actitudes.
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Al mismo tiempo, las competencias básicas son las que todas las personas (independientemente del sexo, condición social, cultural o familiar)
precisan para poder lograr
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su realización personal, ejercer la ciudadanía activa, incorporarse a la vida adulta de manera satisfactoria y ser capaz de desarrollar un aprendizaje permanente a lo largo de la vida. (MEC, 2006a)
aplicándolas a un amplio abanico de contextos.
Las competencias básicas en
la LOE
Una de las novedades del currículo de la Ley Orgánica de Educación es
la incorporación de una serie de competencias básicas que se unen a
otros elementos más conocidos por el profesorado, como los objetivos, los contenidos o los criterios de evaluación. Estas competencias
básicas, que se desarrollan a lo largo de todas las etapas educativas y
que el alumnado debe alcanzar al finalizar la educación secundaria
obligatoria,
permiten identificar aquellos aprendizajes que se consideran imprescindibles, desde un planteamiento integrador y orientado a la aplicación de
saberes adquiridos. […] Cada una de las áreas contribuye al desarrollo
de diferentes competencias y, a su vez, cada una de las competencias
básicas se alcanzará como consecuencia del trabajo en varias áreas o
materias. (MEC, 2006b)
En el marco de la propuesta realizada por la Unión Europea, en el currículo de la LOE se identifican ocho competencias básicas:
1. Competencia en comunicación lingüística.
2. Competencia matemática.
3. Competencia en el conocimiento e interacción con el mundo
físico.
4. Tratamiento de la información y competencia digital.
5. Competencia social y ciudadana.
6. Competencia cultural y artística.
7. Competencia para aprender a aprender.
8. Autonomía e iniciativa personal.
Desde las áreas de Comunicación y Representación en educación infantil, Educación Artística en educación primaria y Música en educación
secundaria se debe contribuir, como es preceptivo, al desarrollo de todas o la mayoría de las competencias antes citadas. Sin embargo, como
hemos señalado, consideramos que la educación musical por sí misma
no contribuirá directamente al desarrollo de las competencias básicas.
Para lograrlo es necesario adaptar los planteamientos metodológicos,
los recursos didácticos y otras medidas organizativas y funcionales
atendiendo a los requerimientos del nuevo currículo. Estas adaptacio52 | Eufonía
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Competencias en educación musical
nes, como veremos a continuación, tendrán características específicas
según se trate de contribuir a una u otra competencia.
¿Cómo puede
contribuir
la música
a la adquisición
de las competencias básicas
del currículo?
La música contribuirá de manera directa a la «competencia cultural y
artística» al permitir que cualquier individuo adquiera los conocimientos y habilidades necesarios para realizar una práctica musical activa,
pueda disfrutar, como oyente, de la música que escucha o se interese
por la vida musical de su entorno.
Siendo la música uno de los ámbitos que conforman la competencia cultural y artística, podemos intentar definir a una persona «competente» musicalmente hablando. Se trataría, sin duda, de alguien que ha
podido desarrollar una serie de capacidades de las que puede valerse incluso una vez finalizada su escolarización y a quien podríamos describir,
en el marco de su vida cotidiana, como alguien capaz de:
Cantar, tocar «de oído» (o, eventualmente, leyendo partituras),
bailar o participar en un grupo musical.
Comprender y disfrutar de la música que escucha.
Interesarse por músicas de diversos estilos, épocas y culturas,
con la capacidad para emitir juicios críticos acerca de la música
que escucha.
Desarrollar un compromiso personal con la música, interesándose por la vida musical de su comunidad, apoyándola y participando activamente en ella.
Utilizar la música en procesos creativos, ya sea inventándola o
seleccionando músicas adecuadas para crear montajes audiovisuales y para otras actividades cotidianas o artísticas.
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Aunque creemos que todas las personas pueden, en mayor o menor
medida, alcanzar las capacidades descritas, consideramos que el éxito
depende de los objetivos y contenidos que se consideren prioritarios y de
los planteamientos metodológicos del profesorado.
Para llegar a expresarse a través de la música (cantando, tocando
un instrumento o bailando) es necesaria una práctica reiterada a lo largo de toda la escolarización.
Disfrutar de la música depende, en gran medida, de nuestra capacidad para comprenderla, lo cual depende, a su vez, del conocimiento
de algunos de los elementos del lenguaje musical y del desarrollo de habilidades específicas.
El interés por músicas de diversos estilos, épocas y culturas dependerá de la variedad del repertorio presentado en el aula (difícilmente
podremos alcanzar este objetivo si en clase sólo escuchamos música
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clásica de los siglos XVI al XIX ) y de cómo éste se presenta. A su vez, la capacidad para emitir juicios críticos supone de un ambiente de clase en
el que se anima al alumnado a expresar sus opiniones y críticas y se está
abierto a confrontaciones y discrepancias.
El desarrollo de un compromiso personal con la música puede derivar del conjunto de actividades realizadas en el aula, pero requiere de
planteamientos atentos a la vida musical de la comunidad, que ayuden
al alumnado a interesarse por las actividades que se desarrollan y, cuando sea posible, a participar en algunas de ellas.
Finalmente, el desarrollo de capacidades que permitan utilizar la
música en procesos creativos depende directamente de las experiencias
creativas que tengan lugar en el aula. Si en las clases de música no se
programan y desarrollan sistemáticamente actividades relacionadas
con la creación musical, si no se impulsa a los alumnos a imaginar, experimentar o buscar y proponer soluciones sin miedo a equivocarse, difícilmente se obtendrán los resultados deseados.
La contribución de la música a la «competencia social y ciudadana» también puede llegar a ser muy relevante. Muchas de las actividades que se realizan en el aula de música exigen la cooperación y la
coordinación de todos los miembros del grupo. Entre ellas, cabe mencionar el canto colectivo, la danza o la interpretación instrumental, en
las que el alumno aprenderá a escuchar y a ser escuchado, a esperar
turno para actuar, a respetar opiniones, etcétera. Sin embargo, hay
otras que podrían potenciar el desarrollo de esta competencia. Nos referimos concretamente a la composición colectiva, la elaboración de
trabajos en grupo, la programación de conciertos y otras actividades en
el contexto del aula. En todas estas actividades es imprescindible contar
con un clima de clase basado en el respeto mutuo, que estimule al
alumno para que pueda expresar sentimientos, aceptar los propios errores, valorar los esfuerzos propios y ajenos, dar estímulo a quien lo necesite, apoyar y sentirse apoyado.
Por otra parte, la adquisición de la competencia social y ciudadana
supone la superación de estereotipos sociales y culturales. La aceptación y respeto por las capacidades propias y ajenas a la hora de hacer
música y el conocimiento y disfrute de las músicas de diferentes culturas permitirán avanzar en este sentido. Para que esto último sea posible,
el repertorio usado tanto en las actividades de interpretación como en
las de audición debe ser lo más diverso posible.
La contribución a la competencia «tratamiento de la información
y competencia digital» también puede llegar a ser muy relevante, en la
medida en que estos recursos se incorporen de manera sistemática durante toda la escolarización. No basta con programar una actividad
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Competencias en educación musical
puntual, sino que es preciso conseguir una verdadera integración en la
que el alumnado pueda aprovechar las posibilidades que ofrecen las TIC
tanto en los procesos de creación, interpretación y audición musical como en los de búsqueda de información.
A través de la competencia «autonomía e iniciativa personal» se
pretende, fundamentalmente, desarrollar habilidades y cualidades personales que permitan tomar decisiones con criterios propios e imaginar
y llevar a cabo proyectos, individuales o colectivos, con constancia y
responsabilidad, buscando soluciones y aprendiendo de los errores. La
contribución a esta competencia desde el aula de música puede llegar a
ser muy relevante siempre y cuando se dé un espacio para que el alumno pueda tomar sus propias decisiones, se le impulse a aventurarse, a
equivocarse, a no tener miedo a fallar, a elegir o a descubrir sus propias
aptitudes y posibilidades de acción. Asimismo, es fundamental programar actividades basadas en proyectos individuales, en pequeño y gran
grupo en los que los alumnos, guiados por el docente, tengan que trabajar de forma autónoma y tomar sus propias decisiones para conseguir
el resultado deseado.
La competencia «aprender a aprender» guarda, en cierto sentido,
relación con la anterior, en tanto su finalidad principal es la de alcanzar
la autonomía en el aprendizaje. Esto supone tomar conciencia de las
propias capacidades, del proceso y de las estrategias necesarias para
desarrollarlas, así como de lo que se puede hacer por uno mismo y con
ayuda de otras personas o recursos (MEC, 2006a, p. 689). Nuestra meta
es que todos nuestros alumnos adquieran la capacidad de continuar un
aprendizaje musical de forma autónoma, que posean el entrenamiento
y los conocimientos necesarios para tomar sus propias decisiones musicales y la motivación para seguir aprendiendo música durante toda su
vida. La educación musical nos brinda numerosas posibilidades para
conseguirlo, siempre que estemos dispuestos a ayudar al alumnado a
reflexionar sobre sus dificultades o sus propios errores, y a orientarle
para que encuentre el modo de superar las primeras o corregir los últimos. Asimismo, son sumamente útiles todas aquellas situaciones en las
que podemos ayudar al alumnado a tomar conciencia de las estrategias que entran en juego en el aprendizaje musical, como la atención, la
concentración, la memoria, la escucha, la coordinación, la planificación, la resolución de problemas, etcétera. Finalmente, no podemos dejar de mencionar el papel cada vez más relevante que juegan las TIC en
los procesos de autoaprendizaje y la necesidad de incorporar estos recursos en el aula de modo que el alumno pueda echar mano de ellos
tanto durante su escolarización como en el futuro, usándolos como una
herramienta fundamental a la hora de aprender a aprender.
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Competencias en educación musical
En lo que se refiere a la «competencia en comunicación lingüística» la música puede contribuir tanto a la comunicación oral como a la
comprensión lectora a través de la adquisición y el uso de un vocabulario musical específico, la utilización de diferentes variantes del discurso
(especialmente la descripción y la argumentación) o la lectura comprensiva de textos especializados. También se colaborará a través del
trabajo con canciones y otras obras musicales provistas de textos, tanto
al producir mensajes en los que se integran el lenguaje verbal con el
lenguaje musical como al aplicar las destrezas básicas que permiten escuchar, comprender y apreciar el valor poético o literario de los textos
(tanto en la propia lengua como en lenguas extranjeras) de las distintas
canciones.
Desde el punto de vista de la «competencia en el conocimiento y la
interacción con el mundo físico» podemos colaborar en la conservación
del medio ambiente identificando y proponiendo soluciones para los
problemas generados por el exceso de ruido, la contaminación sonora y
el uso indiscriminado de la música, problemas que afectan de manera
directa a los adolescentes. También contribuiremos en gran medida a
crear hábitos de higiene física, favoreciendo el conocimiento y cuidado
del propio cuerpo para lograr un mayor bienestar. Esto se concreta, por
ejemplo, en los contenidos relativos a la técnica vocal que implican un
conocimiento del propio cuerpo, del funcionamiento del aparato respiratorio o de una correcta emisión vocal, valorando la necesidad de un
uso correcto de la voz, no únicamente para conseguir resultados musicales óptimos, sino también para prevenir problemas de salud.
Finalmente, la música puede contribuir a la «competencia matemática» de manera parcial toda vez que se trabaja en torno a temas que
ponen en evidencia las estrechas relaciones que existen entre música y
matemáticas, como la métrica musical, la proporcionalidad, las escalas y los intervalos, las series armónicas, la aplicación de conceptos de las
matemáticas y la física relativos a la acústica y al comportamiento de
los materiales sonoros o el uso de las matemáticas para la formalización
y el cálculo de ciertos aspectos de las composiciones musicales.
De la intención
a la acción
Para conseguir lo propuesto en el epígrafe anterior es importante que
los profesores de música puedan reflexionar y tomar conciencia del potencial educativo de las distintas actividades musicales que se realizan
en el aula y diseñen y desarrollen un proyecto curricular acorde con los
requerimientos de la nueva ley en todo lo referido al desarrollo de las
distintas competencias básicas. También es importante que tanto los docentes del área como el claustro en general y toda la comunidad educa56 | Eufonía
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Competencias en educación musical
tiva sean sensibles a las posibilidades que ofrece la educación musical
en este sentido, dejando de considerar, como muchas veces ocurre, a la
música como una actividad lúdica y complementaria. El desarrollo y adquisición de las distintas competencias básicas por parte del alumnado
sólo será posible si somos capaces de conjugar las aportaciones de todas
y cada una de las áreas del currículo.
Notas
1. Para más información sobre el Proyecto PISA, véase: OECD e INSTITUTO DE
ESTADÍSTICA DE LA UNESCO (s.f.). «Aptitudes básicas para el mundo de mañana.
Otros resultados del Proyecto PISA 2000» en UNESCO: Institute for Statistics.
Disponible en: <www.uis.unesco.org/TEMPLATE/pdf/pisa/exec_sum_spa.pdf>
(Última visita: 30 de marzo 2007).
2. Programa detallado de trabajo acerca del seguimiento de los objetivos de
sistemas de educación y formación en Europa (2002/C 142/01). Algunas de las
demandas de este primer informe fueron reiteradas en el informe provisional
conjunto del Consejo y de la Comisión acerca del progreso del programa de trabajo Education and Training 2010. Disponible en: <http://ec.europa.eu/education/policies/2010/et_2010_en.html> (Última visita: 30 de marzo 2007).
3. En este informe, los términos «competencia» y «competencia clave» fueron
preferidos al de «destrezas básicas», el cual fue considerado demasiado restrictivo dado que se utilizaba generalmente para referirse a la alfabetización y a la
alfabetización numérica básica.
4. EURYDICE. Key Competencies. A developing concept in general compulsory
education. Survey 5. Disponible en: <www.eurydice.org/ressources/eurydice/pdf/
0_integral/032EN.pdf> (Última visita: 30 de marzo 2007).
Referencias
bibliográficas
MEC (2006a). Real Decreto 1513/2006, de 7 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas de la Educación Primaria. BOE n. 293, del 8 de diciembre de 2008.
MEC (2006b): Real Decreto 1631/2006, de 29 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas correspondientes a la Educación Secundaria
Obligatoria. BOE del 5 de enero de 2007.
NOGUERA, J. (2004). Las competencias básicas. Disponible en: <http://endrino.
cnice.mecd.es/~afef0026/material/curspisa/ponencia_Noguera%20copia.doc>
(Última visita: 30 de marzo 2007).
OCDE (2005): «The Definition and Selection of Key Competencies. Executive
Summary» en Organisation for Economic Co-operation and Development. Disponible en: <www.oecd.org/dataoecd/47/61/35070367.pdf> (Última visita: 30
de marzo 2007).
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de contacto
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