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Unidad 5. INTRODUCCIÓN A LA RESPIRACIÓN CELULAR Documento elaborado con fines docentes por: GUSTAVO LOZANO CASABIANCA Biólogo M. Sc. Profesor asociado Escuela de Nutrición y Dietética Universidad de Antioquia YOENIS GARCÍA HERRERA Biólogo M. Sc. Profesor de cátedra Escuela de Nutrición y Dietética Universidad de Antioquia SEBASTIAN GARCÍA RESTREPO Estudiante Instituto de Biología Universidad de Antioquia CLARA I. ORTIZ RAMIREZ Bióloga Estudiante de maestría en Biología Universidad de Antioquia Las células vivas requieren transfusiones de energía desde fuentes externas para llevar a cabo sus múltiples tareas; por ejemplo, la unión de polímeros, el bombeo de sustancias a través de las membranas, el movimiento y la reproducción. Algunos animales obtienen energía para sus células comiendo plantas u otros animales. La energía almacenada en las moléculas orgánicas de los alimentos, en última instancia, proviene del sol. La energía fluye en un ecosistema como luz solar, y sale de él como calor. Por el contrario, los elementos químicos esenciales para la vida reciclan. La fotosíntesis genera oxígeno y moléculas orgánicas empleadas por las mitocondrias de los eucariotas (incluidas las plantas y las algas) como combustible para la respiración celular. La respiración degrada este combustible y genera ATP. Los productos de desecho de la respiración, el dióxido de carbono y el agua, son los materiales básicos de la fotosíntesis. En esta unidad se considerará de qué manera las células obtienen energía química almacenada en las moléculas orgánicas y la usan para generar ATP, la molécula que impulsa la mayor parte del trabajo celular. Después de presentar algunos conceptos básicos se introducirán las tres vías clave de respiración: la glucólisis, el ciclo del ácido cítrico y la fosforilación oxidativa (2). No se debe confundir la respiración celular con el intercambio gaseoso que se lleva a cabo en los pulmones. Catabolismo aerobio y anaerobio Como se mencionó anteriormente, el metabolismo es un conjunto de reacciones que permiten cubrir las necesidades vitales de las células y del organismo (3). En general, las rutas implicadas en el metabolismo se suelen dividir en dos fases: las llamadas rutas catabólicas o catabolismo y las denominadas rutas anabólicas o anabolismo. Ambos tipos de rutas ocurren simultáneamente en las células, con una regulación independiente (3). Las dos fases del metabolismo son opuestas. Así, se puede precisar que el catabolismo es una fase degradativa, que sirve para quemar las moléculas que se ingieren como nutrientes, o bien moléculas propias, con objeto de producir energía química, tanto en forma de nucleótidos trifosfato (por ejemplo ATP, GTP), como en forma de moléculas con poder reductor (tales como FADH2, NADH y NADPH), originando una serie de productos de desecho (a descartar CO 2, H2O, y NH4+ entre otros) (3). De las rutas catabólicas también se obtiene moléculas precursoras o intermediarias a partir de la degradación de macromoléculas (3). En general, el catabolismo es convergente; es decir, a partir de moléculas muy dispares, se acaba obteniendo una serie limitada de moléculas energéticas (3). El anabolismo es una etapa biosintetizadora o creadora, en la cual, a partir de una serie limitada de moléculas sencillas (como: acetil CoA, piruvato, aminoácidos, ácidos grasos o azucares) se sintetizan moléculas más complejas (como: ácidos nucleicos, proteínas, polisacáridos o lípidos) (3), esta fase sintetizadora suele requerir importantes cantidades de energía, ya sea en forma de nucleótidos trifosfato o de moléculas con poder reductor que proceden de las rutas catabólicas (3). El anabolismo también implica una serie de rutas metabólicas que permiten la fijación de energía y carbono desde fuentes que no son compuestos orgánicos, como ocurre en la fotosíntesis (3). En general, se puede afirmar que el anabolismo es divergente; a partir de una serie limitada de moléculas intermediarias o precursoras, se genera una gran cantidad de macromoléculas y de naturaleza muy dispar (3). Las rutas catabólicas y anabólicas, aunque opuestas, no son exactamente inversas. De hecho pueden presentar algunos pasos comunes, pero siempre existen reacciones que las diferencian y que permiten realizar dichas rutas con la mayor eficiencia posible (3). Además estos pasos diferenciales permiten una regulación independiente de cada una de estas rutas, puesto que están controladas enzimáticamente por catalizadores diferentes, y además pueden estar ocurriendo en localizaciones distintas dentro de la célula eucariota (3). En biología el término respiración tiene dos significados. El primero se refiere a la aspiración de oxigeno (O2) y la expiración de dióxido de carbono (CO2). El otro hace referencia a las reacciones de oxidación de moléculas en el interior de la célula, proceso químico que libera energía útil para los seres vivos, al cual hacemos referencia en esta unidad (4). La mayoría de las células metabolizan diversas moléculas para producir ATP (moneda energética: adenosintrifosfato) principalmente los organismos, metabolizan la glucosa para obtener energía, ya que su metabolismo es menos complejo que el resto de las moléculas orgánicas, además, cuando se utilizan otras moléculas orgánicas como fuente de energía las células las convierten en glucosa o en un compuesto que entre la vía glicolítica para convertirlos en ATP. La respiración es una función acumulativa de tres etapas metabólicas: 1) La glucolisis. 2) El ciclo del Ácido Cítrico (Ciclo de Krebs). 3) La fosforilación oxidativa: transporte de electrones y la quimiosmosis. La respiración celular como un proceso redox En muchas reacciones químicas hay una transferencia de uno o más electrones de un reactante a otro. Esta trasferencia de electrones se llama reacciones de óxidoreducción, o reacciones redox (2). En una reacción redox la pérdida de electrones de una sustancia se llama oxidación, mientras que la adición de electrones a otra sustancia se llama reducción (Note que la “adición” de electrones se llama “reducción”; los electrones cargados negativamente añadidos a un átomo reducen la cantidad de carga positiva de ese átomo) (2). Es posible generalizar la reacción redox de este modo: Xe-+ Y X + Ye- Donde: Xe- se oxida a X, y Y se reduce a YeEn la reacción generalizada, la sustancia X (el donador de electrones) se llama agente reductor; ya que reduce a Y, que acepta el electrón donado. La sustancia Y (el que acepta electrones) es el agente oxidante; ya que oxida a X al extraer su electrón (2). Dado que la trasferencia de un electrón requiere tanto a un donador como un aceptor, la oxidación y la reducción siempre ocurre de forma conjunta (2). Es importante entender que esta trasferencia de electrones lleva consigo una trasferencia de energía que puede ser utilizada en trabajo celular. Técnicamente la respiración celular se define incluyendo los procesos que requieren O2: el ciclo del ácido cítrico, la fosforilación oxidativa además de la glucolisis que no requiera de oxigeno (2). La multitud de enzimas que catalizan las oxidaciones celulares canalizan los electrones desde centenares de sustratos diferentes a sólo unos cuantos tipos de transportadores universales de electrones como el NAD+ y FAD. La reducción de estos transportadores en los procesos catabólicos permite la conservación de la energía libre que se produce en la oxidación de los sustratos. El NAD + y FAD son coenzimas hidrosolubles que experimentan oxidación y reducción reversibles en muchas de las reacciones de transferencia de electrones del metabolismo. Los nucleótidos FAD (Flavín adenín dinucleótido) derivado de la vitamina riboflavina y NAD+ (Nicotinamida adenina dinucleótido), un derivado de la vitamina niacina son coenzimas hidrosolubles que experimentan oxidación y reducción reversibles en muchas de las reacciones de transferencia de electrones del metabolismo. (5) Las enzimas llamadas Deshidrogenasas (Ilustración 13) eliminan un par de átomos de hidrógeno (dos electrones y dos protones) del sustrato (por ejemplo, un azúcar), oxidándolos. La enzima entrega los dos electrones junto con un protón a su coenzima, NAD+. El otro protón se libera como ión hidrógeno (H+) a la solución que lo rodea (2): Ilustración 13. Reacción de una deshidrogenasa Se ilustra la acción de la enzima alcohol-deshidrogenasa que, junto con NAD+, actúa sobre una molécula de etanol para convertirla en acetaldehído. Al recibir dos electrones cargados negativamente pero solamente un protón con carga positiva, el NAD+ tiene su carga neutralizada cuando se reduce a NADH. El nombre NADH indica el hidrógeno que se ha recibido en la reacción. El NAD + es el aceptor de electrones más versátil de la respiración celular y funciona en varios de los pasos redox durante la degradación los nutrientes (2). Los electrones pierden muy poca energía potencial cuando se transfieren de los alimentos al NAD+. Cada molécula de NADH formada durante la respiración representa energía almacenada que puede emplearse para sintetizar ATP cuando los electrones completan su “caída” a favor de un gradiente energético desde el NADH hasta el oxígeno (2). Parte de los pasos de la glucolisis y el ciclo del ácido cítrico son reacciones redox, en las cuales enzimas deshidrogenasas transfieren electrones desde los sustratos al NAD+, para formar NADH (2). En la fosforilación oxidativa, la cadena transportadora de electrones acepta electrones de los productos de degradación de las etapas anteriores: (glucolisis y el ciclo del ácido cítrico) a través de NADH y pasa estos electrones de una molécula a otra (2). Al final de la cadena, los electrones se combinan con el oxígeno molecular y los iones hidrógenos (H+) para formar agua; la energía liberada en cada paso de la cadena se almacena en una forma que la mitocondria puede emplear para síntesis de ATP (2). Revisión general de algunas reacciones del metabolismo de carbohidratos Muchas de las tareas que debe realizar la célula, como el movimiento y la síntesis de macromoléculas requieren de energía. Una gran parte de las actividades de la célula están dedicadas a obtener energía del entorno y a emplear esa energía para activar reacciones que la necesitan (1). La degradación de carbohidratos, particularmente glucosa, es la principal fuente de energía celular (1). Glucólisis La degradación oxidativa completa de la glucosa a CO2 y H2O puede escribirse así: 𝑪𝟔 𝑯𝟏𝟐 𝑶𝟔 + 𝟔𝑶𝟐 → 𝟔𝑪𝑶𝟐 + 𝟔𝑯𝟐 𝑶 La reacción produce una gran cantidad de energía libre: ∆G= -686 Kcal/mol. Para convertir esta energía en una forma utilizable, la glucosa se oxida dentro de las células en una serie de pasos acoplados a la síntesis de ATP (1). Por cada molécula de glucosa degradada a CO2 y H2O en la respiración, la célula sintetiza cerca de 38 moléculas de ATP, cada una de ellas con aproximadamente 7.3 Kcal/mol de energía libre (2). La respiración intercambia el gran saldo de energía depositada en una sola molécula de glucosa (686 Kcal/mol) por muchas moléculas de ATP, que es más práctico en el caso de la célula para poder gastar cuando realiza trabajo (2). La glucolisis, la etapa inicial en la degradación de la glucosa, es similar prácticamente en todas las células. La glucolisis ocurre en ausencia de oxígeno y puede proporcionar toda la energía metabólica de organismos anaerobios (1). En células aerobias, sin embargo, la glucolisis es solo la primera etapa en la degradación de la glucosa (1). La reacciones de la glucolisis ocurren en el citosol (2) y dan lugar a la degradación de la glucosa a piruvato con una ganancia neta de dos moléculas de ATP (1). La vía de la glucolisis se descompone en diez pasos, que pueden dividirse en dos fases: inversión y producción de energía (2). Durante la fase de inversión de energía, la célula gasta ATP y cuando se produce ATP mediante la fosforilación a nivel del sustrato y el NAD + se reduce a NADH mediante los electrones liberados de la oxidación de los alimentos (2). Fase de inversión de energía: 1) La glucosa entra a la célula y es fosforilada por la enzima hexocinasa que transfiere un grupo fosfato del ATP al azúcar. Convirtiendo la glucosa en glucosa-6-fosfato. 2) La glucosa-6-fosfato se reorganiza por medio dela fosfoglucoisomerasa para convertirse en su isómero fructosa-6-fosfato. 3) La fosfofructocinasa transfiere un grupo fosfato desde un ATP al azúcar, es decir invierte otra molécula de ATP en la glucolisis. Hasta aquí se han usado dos ATP. Con dos grupos fosfatos en sus extremos opuestos el azúcar esta lista para ser escindida por la mitad. Este es el paso central de la regulación de la glucolisis, la fosfofructocinasa es regulada de forma alostérica por el ATP y sus productos (2). 4) La aldolasa escinde la molécula de azúcar en dos azucares de tres carbonos diferentes: la dihidroxiacetona fosfato y el gliceradehido-3-fosfato. Estas dos azucares son isómeros entre sí (2). 5) La isomerasa cataliza la reacción reversible entre los dos azucares de tres carbonos. Esta reacción nunca alcanza el equilibrio en la célula porque la siguiente enzima de la glucolisis usa solamente como sustrato el gliceraldehido-3-fosfato (y no la dihidroxiacetona fosfato), lo que atrae el equilibrio de la reacción al gliceraldehido-3-fosfato que es utilizado a través de los otros pasos de la glucolisis (2). Fase de compensación de energía: 6) La triosa fosfato deshidrogenasa cataliza dos reacciones secuenciales mientras mantiene al gliceraldehido-3-fosfato en su sitio activo. En primer lugar, el azúcar se oxida por la trasferencia de electrones y de H + al NAD+, para formar NADH (una reacción redox). Esta reacción es exergónica y la enzima emplea la energía liberada para unir un grupo fosfato al sustrato oxidado y formar un producto de energía potencial muy elevado. La fuente de los fosfatos es el reservorio de iones fosfato inorgánicos que siempre está presente en el citosol (2). En consecuencia la reacción que tiene lugar en este paso es que gliceraldehido-3-fosfato mediante la triosa fosfato deshidrogenasa une dos grupos fosfato al azúcar y forma el 1,3bifosfoglicerato. 7) La glucolisis produce cierta cantidad de ATP por fosforilación a nivel del sustrato. El grupo fosfato añadido en el paso previo se transfiere al ADP en una reacción exergónica. Por cada molécula de glucosa que empieza la glucolisis, el paso 7 produce dos ATP, dado que cada producto después de la escisión esta duplicado, aquí los dos ATP invertidos en la fase de inversión de energía quedan saldados. Las dos moléculas de 1,3-bifosfoglicerato se transforman en dos moléculas de 3-fosfoglicerato (que no es una azúcar) mediante la acción de la fosfogliceroquinasa. El grupo carbonilo que caracteriza una azúcar se ha oxidado a un grupo carboxilo (-COO-), el distintivo de un ácido orgánico (2). La fosforilación a nivel de sustrato es un modo de síntesis de ATP que ocurre cuando una enzima transfiere un grupo fosfato desde una molécula de sustrato al ADP, más que por la adición de un fosfato inorgánico al ADP como ocurre en la fosforilación oxidativa. “Molécula de sustrato” se refiere aquí a una molécula orgánica generada durante el catabolismo de la glucosa (2). 8) Luego el 3-fosfoglicerato mediante la fosfogliceromutasa reubica en grupo fosfato restante y forma el 2-fosfoglicerato. 9) Al 2-fosfoglicerato mediante la enolasa se le extrae una molécula de agua y produce fosfoenolpiruvato. Los electrones del sustrato se reordenan, de modo que el fosfato remanente queda muy estable y prepara al sustrato para la siguiente reacción (2). 10) La última reacción de la glucolisis produce más ATP por la transferencia del grupo fosfato de fosfoenolpiruvato al ADP mediante la piruvatoquinasa formando piruvato. Dado que este paso ocurre por duplicado por cada molécula de glucosa, se producen dos ATP. En total la glucolisis ha empleado dos ATP en la fase de inversión de energía (paso 1 y 3) y ha producido cuatro ATP en la fase de compensación de energía (paso 7 y 10) con una ganancia neta de dos ATP (2). La ganancia adicional se almaceno en el paso 6, en el NADH, que media la síntesis de ATP por fosforilación oxidativa si hay oxigeno presente (2). La glucosa se ha degradado y oxidado a dos moléculas de piruvato, el producto final de la vía glucolítica, si hay oxigeno presente, la energía química del piruvato puede ser extraída por el ciclo del ácido cítrico (2). Ilustración 14. Puntos de regulación enzimática en la glucólisis Ilustración 15. Esquema general de la Glucolisis Formación de la Acetil coenzima A En células eucarióticas, la glucolisis tiene lugar en el citoplasma, el piruvato entonces se transporta a la mitocondria donde su oxidación completa a CO 2 y H2O proporciona la mayor parte dela energía derivada de la degradación de la glucosa (1). La glucolisis libera menos de una cuarta parte de la energía química almacenada en la glucosa; la mayor parte de la energía permanece almacenada en las dos moléculas de piruvato. Si hay oxigeno molecular presente, el piruvato ingresa en la mitocondria por medio de transporte activo, el piruvato es convertido en un compuesto llamado acetil CoA (2), mediante la descarboxilación oxidativa del piruvato en presencia de la coenzima A (CoA-SH) que funciona como transportador de grupos acetilo en diversas reacciones metabólicas (1). Este paso, la unión entre la glucolisis y el ciclo del ácido cítrico, es llevado a cabo por un complejo multienzimático que cataliza una serie de reacciones que se pueden resumir así: 1) El grupo carboxilo (-COO-) del piruvato que ya está completamente oxidado y, por lo tanto, tiene poca energía química, es eliminado y pasa a formar parte de una molécula de CO2, este es el primer paso en el cual se libera CO2 durante la respiración (2). 2) El fragmento de dos carbonos remanentes se oxida y forma un compuesto llamado acetato, la forma ionizada del ácido acético. Una enzima transfiere los electrones extraídos al NAD+, y se almacena energía en forma de NADH (2). 3) Por último la coenzima A, un compuesto azufrado derivado de la vitamina B, se une al acetato con un enlace inestable que vuelve muy reactivo al grupo acetilo (el acetato unido). El producto de este enlace químico, la acetil CoA, está preparado ahora para proveer su grupo acetilo al ciclo del ácido cítrico para continuar su oxidación (2). Ilustración 16. Síntesis del Acetil CoA Se ilustra la conversión de Piruvato en Acetil CoA. El piruvato debe entrar a la mitocondria por medio de transporte activo. El complejo de la piruvato deshidrogenasa cataliza los tres pasos que se describen en el texto. El grupo acetilo de la Acetil CoA entrará al ciclo del ácido cítrico. La molécula de CO 2 se difundirá hacia el exterior de la célula. Ciclo del Ácido Cítrico El ciclo del ácido cítrico también conocido como Ciclo Tricarboxílico o Ciclo de Krebs (2), en honor a Hans Krebs, el científico germano-británico que en gran medida fue responsable del descubrimiento de esta vía metabólica en la década de 1930. El ciclo tiene ocho pasos, cada uno de los cuales es catalizado por una enzima especifica (Ilustración 17). El ciclo genera un ATP en cada vuelta, mediante fosforilación a nivel de sustrato, pero la mayor parte de la energía química se transfiere al NAD + y a la coenzima relacionada FAD mediante reacciones redox. Posteriormente las coenzimas reducidas, NADH y FADH2, transportan su carga de electrones de alta energía hacia la cadena de transporte de electrones (2). 1) La acetil CoA añade su grupo acetilo de dos carbonos al oxaloacetato, lo que produce citrato. 2) El citrato se convierte en su isómero, isocitrato, por eliminación de una molécula de agua y la adición de otra. 3) El citrato pierde una molécula de CO2 y el compuesto resultante se oxida reduciendo NAD+ a NADH. 4) Se pierde otro CO2, el compuesto resultante se oxida y reduce NAD+ a NADH. La molécula remanente se une después la coenzima A mediante un enlace inestable. 5) La CoA es desplazada por un grupo fosfato que se transfiere al GDP, formando GTP, y luego al ADP, formando ATP (fosforilación a nivel de sustrato). 6) Se trasfieren dos hidrógenos al FAD formando FADH2 y oxidando succinato. 7) La adición de la molécula de agua reorganiza el sustrato. 8) El sustrato se oxida reduciendo el NAD+ a NADH y regenerando oxaloacetato Sistema de transporte de electrones La cadena de transporte de electrones es una colección de moléculas insertas en la membrana interna de la mitocondria. El plegamiento de la membrana interna forma crestas que incrementan el área de la superficie y proporciona espacio para las miles de copias de la cadena presentes en cada mitocondria (2). La mayor parte de los componentes de la cadena son proteínas que existen en complejos multiprotéicos numerados del I al IV. Fuertemente unidos a estas proteínas se encuentran los grupos prostéticos, compuestos no proteicos esenciales para las funciones catalíticas de ciertas enzimas (2). Durante el transporte de electrones a lo largo de la cadena, los transportadores de electrones alternan entre estados reducidos y oxidados a medida que aceptan y donan electrones; cada componente de la cadena se reduce cuando acepta electrones de su vecino que se encuentra “hacia arriba”, el cual tiene una afinidad menor por los electrones (es menos electronegativo). Luego regresa a su forma oxidada cuando cede electrones a su vecino más electronegativo “hacia abajo” (2). Los electrones extraídos de los alimentos por el NAD+, durante la glucólisis y el ciclo del ácido cítrico, se transfieren del NADH a la primera molécula de la cadena de transporte de electrones. Esta molécula es una flavoproteína, denominada así puesto que tiene un grupo prostético llamado Flavina mononucleótido (FMN en el complejo I). Ilustración 17. Ciclo del Ácido Cítrico En la siguiente reacción redox, la flavoproteína vuelve a su forma oxidada en tanto cede electrones a una proteína con hierro-azufre (Fe-S del complejo I) fuertemente unidos. La proteína con hierro-azufre luego cede los electrones a un compuesto llamado ubiquinona. Este transportador de electrones es una pequeña molécula hidrófoba, y el único miembro de la cadena de transporte de electrones que no es proteico. La Ubiquinona se mueve dentro de la membrana y no reside en ningún complejo en particular (2). La mayor parte de los transportadores de electrones restantes entre la ubiquinona y el oxígeno son proteínas llamadas citocromos. Su grupo prostético, llamado grupo hemo, tiene un átomo de hierro que acepta electrones y los dona (es similar al grupo hemo de la hemoglobina, excepto que el hierro de ésta transporta oxígeno y no electrones). La cadena de transporte de los electrones tiene varios tipos de citocromos, cada uno de los cuales es una proteína diferente con un grupo hemo ligeramente diferente que acarrea electrones. El último citocromo de la cadena, el Cyt a3, pasa sus electrones al oxígeno, que es muy electronegativo. Cada átomo de oxígeno también capta un par de iones hidrógeno de la solución acuosa y forma agua (2). Otra fuente de electrones para la cadena de transporte es el FADH2, el otro producto reducido del ciclo del ácido cítrico. El FADH2 añade sus electrones a la cadena de transporte de electrones en el Complejo II, a un nivel de energía más bajo que el NADH. En consecuencia, la cadena de transporte de electrones proporciona alrededor de un tercio de energía menos para la síntesis de ATP cuando el donante electrónico es FADH2 en lugar de NADH (2). La cadena de transporte de electrones no sintetiza ATP de forma directa. Funciona para facilitar la caída de electrones desde los nutrientes al oxígeno, fraccionando una gran caída de energía libre en una serie de pasos más pequeños que liberan energía en cantidades manejables. La mitocondria acopla ese transporte de electrones y la liberación de energía a la síntesis de ATP, mediante un mecanismo llamado quimiosmosis. Ilustración 18. Cadena Transportadora de Electrones Dentro de la membrana interna de la mitocondria se encuentran muchas copias de un complejo proteico llamado ATP sintasa, la enzima que sintetiza ATP a partir de ADP y fosfato inorgánico. En el transporte de iones contra un gradiente, las bombas iónicas utilizan ATP como fuente de energía; en el modo inverso de este proceso, la ATP sintasa emplea la energía de un gradiente iónico existente para impulsar la síntesis del ATP (2). La fuente de poder para la ATP sintasa es una diferencia en la concentración de H+ (gradiente de protones) de lados opuestos de la membrana interna de la mitocondria. Este proceso, en el cual la energía almacenada en forma de un gradiente de iones hidrógeno a través de una membrana se emplea para impulsar el trabajo celular, como la síntesis de ATP, es denominado quimiosmosis (2). La ATP sintasa es un complejo de múltiples subunidades con cuatro partes principales, cada una de las cuáles está formada por múltiples polipéptidos: un rotor en la membrana mitocondrial interna; un pomo que sobresale hacia el interior de la matriz mitocondrial; un vástago que se extiende desde el rotor al pomo y un “estator” que se encuentra anclado cerca del rotor que mantiene el pomo quieto. Los iones hidrógeno fluyen por un espacio estrecho entre el estator y el rotor, y ocasionan que éste y su vástago unido roten, de forma similar a una corriente de agua que hace girar un molino hidráulico. El vástago que gira provoca cambios estructurales en el pomo estacionario y activando sitios catalíticos en las subunidades que constituyen el pomo, de modo que se combinan ADP y fosfato inorgánico para sintetizar ATP (2). Crear el gradiente de H+ es la función de la cadena de transporte de electrones. La cadena es un transformador energético que emplea el flujo exergónico de electrones para bombear H+ a través de la membrana, desde la matriz de la mitocondria al interior del espacio intermembranal. El H+ tiene una tendencia a retroceder y atravesar la membrana para difundirse a favor de su gradiente. Las ATP sintasas son los únicos sitios de la membrana que tienen permeabilidad absoluta para iones H+. Los iones pasan a través de un canal presente en la ATP sintasa, que emplea el flujo exergónico de H+ para impulsar la fosforilación del ADP. Así, la energía almacenada en un gradiente de H+ a través de una membrana acopla las reacciones redox de la cadena de transporte de electrones a la síntesis de ATP (2). ¿De qué manera la cadena de transporte de electrones bombea los iones hidrógeno? Ciertos miembros de la cadena aceptan y liberan protones junto con los electrones. En ciertos pasos a lo largo de la cadena, la transferencia de electrones hace que los H+ sean captados y liberados en la solución del entorno. Los transportadores de electrones están dispuestos espacialmente en la membrana, de modo que el H+ se capta desde la matriz mitocondrial y se deposita en el espacio intermembranal. El gradiente de H+ resultante se conoce como fuerza motriz protónica, haciendo hincapié en la capacidad del gradiente para llevar a cabo trabajo. La fuerza retroimpulsa al H+ a través de la membrana empleando canales específicos de H+ que aportan las ATP sintasas (2). En las mitocondrias, la energía para la formación del gradiente procede de las reacciones redox exergónicas y la síntesis de ATP es el trabajo realizado. Pero la quimiosmosis ocurre también en cualquier lugar y en otras variaciones. Por ejemplo, los cloroplastos emplean la quimiosmosis para generar ATP durante la fotosíntesis; en estos orgánulos, la luz (en lugar de la energía química) impulsa tanto el flujo de electrones a lo largo de una cadena de transporte de electrones como la formación del gradiente de H+ resultante. A raíz de su importancia central para las conversiones energéticas, la quimiosmosis ha ayudado a unificar el estudio de la bioenergética. Peter Mitchell recibió el Premio Nobel en 1978 al formular la original propuesta del modelo quimiosmótico (2). Rendimiento energético de la respiración aeróbica de una molécula de glucosa Durante la respiración, la mayor parte de la energía fluye en la siguiente secuencia: Glucosa NADH Cadena de transporte de electrones fuerza motriz protónica ATP (2). Es posible hacer la contabilidad para calcular las ganancias de ATP que se producen cuando la respiración celular oxida una molécula de glucosa a 6 moléculas de dióxido de carbono. Los tres momentos importantes son la Glucólisis, el ciclo del ácido cítrico y la Cadena de transporte de electrones, que impulsa la fosforilación oxidativa (2) (Ilustración 19). Ilustración 19. Rendimiento energético de una molécula de glucosa La cuenta suma los 4 ATP producidos de forma directa por la fosforilación a nivel de sustrato durante la glucólisis, y el ciclo del ácido cítrico, a las muchas más moléculas de ATP generadas por la fosforilación oxidativa. Cada NADH que transfiere un par de electrones desde los alimentos a la cadena de transporte de electrones, contribuye suficientemente a la fuerza motriz protónica para generar un máximo de aproximadamente 3 ATP (2). Hay tres razones por las que no podemos establecer un número exacto de moléculas de ATP generadas por la degradación de una molécula de glucosa. En primer lugar, la fosforilación y las reacciones redox no están directamente acopladas entre sí, de modo que el cociente de moléculas de NADH con respecto al número de moléculas de ATP no es un número entero. Sabemos que 1 NADH resulta en el transporte de 10 H+ a través de la membrana mitocondrial interna, y sabemos también que en algún lugar entre 3 H+ y 4 H+ deben volver a entrar a la matriz mitocondrial por medio de una ATP sintasa para generar 1 ATP (2). Por tanto, 1 NADH genera suficiente fuerza protomotríz para la síntesis de entre 2,5 y 3,3 ATP; por lo general se redondea y se afirma que 1 NADH puede generar cerca de 3 ATP. El ciclo del ácido cítrico también aporta electrones a la cadena de transporte de electrones vía el FADH2, pero dado que entra después en la cadena (complejo II), cada molécula de éste transporte de electrones es responsable de la transferencia de H+ para la síntesis de solo 1,5 ATP a 2 ATP (2). En segundo término, el rendimiento en ATP varía ligeramente de acuerdo con el tipo de lanzadera empleada para transportar los electrones desde el citosol a la mitocondria. La membrana interna de la mitocondria es impermeable al NADH, de modo que el NADH presente en el citosol queda segregado de la maquinaria de la fosforilación oxidativa. Los dos electrones del NADH capturados en la glucólisis deben converger en la mitocondria o uno de varios sistemas de lanzaderas de electrones. De acuerdo con el tipo de lanzadera, en un tipo celular particular, los electrones pasan bien al NAD+ o al FAD. Si los electrones pasan al FAD, como en las células del cerebro, solo aproximadamente 2 ATP pueden resultar de cada NADH citosólico. Si los electrones pasan al NAD+ de las mitocondrias, como en los hepatocitos y los cardiomiocitos, el rendimiento es de alrededor de 3 ATP (2). Una tercera variable que reduce el rendimiento de ATP es el uso de la fuerza motriz protónica generada por las reacciones redox de la respiración para conducir otros tipos de trabajo. Por ejemplo, la fuerza motriz protónica impulsa la captación de Piruvato desde el citosol por parte de la mitocondria. Por tanto, si toda la fuerza motriz protónica generada por la cadena de transporte de electrones se empleara para conducir la síntesis de ATP, una molécula de glucosa podría generar un máximo de 34 ATP producidos mediante la fosforilación oxidativa más 4 ATP (netos) desde la fosforilación a nivel de sustrato, para dar un rendimiento total de aproximadamente 38 ATP (o solo cerca de 36 ATP si estuvieran funcionando las lanzaderas menos eficientes (2). Eficiencia energética del proceso de la respiración celular de una molécula de glucosa Ahora nos hallamos en condiciones de realizar una estimación aproximada de la eficiencia de la respiración; es decir, el porcentaje de energía química almacenada en la glucosa que ha sido realmacenada en el ATP. Es necesario recordar que la oxidación completa de una molécula de glucosa libera 686 Kcal de energía. La fosforilación del ADP para formar ATP almacena al menos 7,3 Kcal por mol de ATP. Por tanto, la eficiencia de la respiración es de 7,3 Kcal por mol de ATP multiplicado por 38 moles de ATP por mol de glucosa, dividido por 686 Kcal por mol de glucosa, lo que iguala a 0,4. Así, aproximadamente un 40% de la energía almacenada en la glucosa se ha transferido para almacenarse en forma de ATP. El resto de la energía almacenada se pierde en forma de calor. Empleamos parte de éste calor para mantener nuestra temperatura corporal relativamente elevada (37ºC) y disipamos el resto mediante la sudoración y otros mecanismos de enfriamiento (2). La respiración celular es notablemente eficiente en esta conversión energética (2). La fermentación La fermentación permite que algunas células produzcan ATP sin emplear oxígeno. Dado que la mayor parte del ATP generado por la respiración celular es el trabajo de la fosforilación oxidativa, nuestra estimación de la producción de ATP a partir de la respiración depende de un suministro adecuado de oxígeno a la célula. Sin el oxígeno electronegativo para impulsar los electrones a lo largo de la cadena de transporte, la fosforilación oxidativa cesa. Sin embargo, la fermentación proporciona un mecanismo por el cual algunas células pueden oxidar combustible orgánico y generar ATP sin el uso de oxígeno (2). Cabe recordar que la oxidación se refiere a la pérdida de electrones a cualquier aceptor de electrones, no solamente al oxígeno. La glucolisis oxida glucosa a dos moléculas de piruvato. El agente oxidante de la glucólisis es el NAD+, no el oxígeno. En total, la glucólisis es exergónica, y parte de la energía que se vuelve disponible se emplea para producir 2 ATP (neto) por fosforilación a nivel de sustrato. Si el oxígeno está presente, entonces se sintetiza ATP adicional por la fosforilación oxidativa, cuando el NADH cede los electrones tomados de la glucosa a la cadena de transporte de electrones. Pero la glucólisis genera dos ATP, haya o no oxígeno presente; es decir, si las condiciones son aeróbicas o anaeróbicas (2). El catabolismo anaeróbico de los nutrientes orgánicos puede producirse por fermentación. La fermentación es una extensión de la glucólisis que puede generar ATP solamente por fosforilación a nivel de sustrato, en tanto haya suficiente suministro de NAD+ para aceptar electrones durante el paso de oxidación de la glucólisis. Sin algún mecanismo para el reciclado de NAD+ a partir del NADH, la glucólisis rápidamente vaciará el reservorio de NAD+ de la célula al reducirlo en su totalidad a NADH y se detendrá por carecer un agente oxidante. En condiciones “aerobias”, el NAD+ se recicla de forma productiva a partir de NADH por la transferencia de electrones a la cadena de transporte de electrones. La alternativa “anaeróbica” consiste en transferir electrones desde el NADH hasta el piruvato, el producto final de la glucólisis (2). La fermentación se compone de la glucólisis más las reacciones que regeneran NAD+ transfiriendo electrones del NADH al piruvato o a derivados del piruvato. El NAD+ puede, entonces, emplearse de nuevo para oxidar azúcar mediante la glucólisis, que rinde dos moléculas de ATP por cada fosforilación a nivel de sustrato. Hay muchos tipos de fermentación que difieren en los productos finales que se forman a partir del piruvato. Dos tipos comunes son la Fermentación alcohólica y la Fermentación ácida láctica (2). Fermentación alcohólica: En la fermentación alcohólica, el piruvato se convierte en etanol en dos pasos. El primer paso libera dióxido de carbono del piruvato, que se convierte en el compuesto de dos carbonos denominado acetaldehído. En el segundo paso, el acetaldehído es reducido por el NADH a etanol. Esto regenera la provisión de NAD+ necesaria para la continuación de la glucólisis. Muchas bacterias llevan a cabo la fermentación alcohólica en condiciones anaeróbicas. La levadura (un hongo) también lleva a cabo la fermentación alcohólica. Durante miles de años, los seres humanos han empleado las levaduras en la fabricación de cerveza, de vinos y en la panificación (2). Fermentación láctica: Durante la fermentación ácida láctica, el piruvato se reduce directamente por acción del NADH para formar lactato como producto final, sin liberación de CO2 (el lactato es la forma ionizada del ácido láctico). La fermentación ácida láctica, por ciertos hongos y bacterias, se emplea en la industria láctea para elaborar queso y yogur (2). Las células de músculo humano sintetizan ATP mediante la fermentación ácida láctica cuando hay escasez de oxígeno. Esto ocurre durante las etapas iniciales de un ejercicio extenuante, cuando el catabolismo de los azúcares para producir ATP sobrepasa el suministro de oxígeno proveniente de la sangre para el músculo. En estas condiciones, las células cambian de la respiración aeróbica a la fermentación. El lactato que se acumula puede provocar fatiga muscular y dolor, pero es eliminado de forma gradual por la sangre por medio del hígado. El lactato se convierte nuevamente en piruvato por acción de las células hepáticas (2). Lípidos y Proteínas en el Ciclo de Krebs Hasta aquí, se ha tratado la degradación oxidativa de la glucosa de forma aislada del resto de la economía metabólica total de las células. Pero, de hecho, la glucólisis y el ciclo del ácido cítrico son los principales cruces de varias vías catabólicas y anabólicas (biosintéticas). Se ha mencionado a la glucosa como combustible para la respiración celular. Pero las moléculas de glucosa libre no son comunes en las dietas de los seres humanos ni otros animales. Nosotros obtenemos la mayor parte de nuestras calorías en forma de grasas, proteínas, sacarosa y otros disacáridos y almidón, un polisacárido. Todas estas moléculas orgánicas de los alimentos pueden ser empleadas por la respiración celular para sintetizar ATP (2). Las proteínas también pueden emplearse como combustible, pero primero deben ser digeridas a sus aminoácidos constituyentes. Muchos de los aminoácidos, por supuesto, se usan por el organismo para construir nuevas proteínas. Los aminoácidos presentes en exceso son convertidos por enzimas en intermediarios de la glucólisis y del ciclo del ácido cítrico. Antes de que los aminoácidos puedan alimentar la glucólisis o el ciclo del ácido cítrico, sus grupos amino deben eliminarse, en un proceso llamado desaminación. El nitrógeno de desecho se excreta de los animales en forma de amoníaco, urea u otros productos de desecho (2). El catabolismo también puede obtener la energía almacenada en las grasas obtenidas de los alimentos, o bien de las células de almacenamiento del organismo. Después de que las grasas son digeridas a glicerol y ácidos grasos, el glicerol se convierte en gliceraldehído-3-fosfato, un intermediario de la glucólisis. La mayor parte de la energía de una grasa se almacena en los ácidos grasos. Una secuencia metabólica denominada oxidación beta degrada los ácidos grasos a fragmentos de dos carbonos, que entran en el ciclo del ácido cítrico como acetil CoA. Las grasas constituyen un excelente combustible. La oxidación de los ácidos grasos de cadena larga a acetil CoA es una ruta central de producción de energía en muchos organismos y tejidos (5). En el corazón y en el hígado de mamíferos, por ejemplo, proporciona hasta el 80% de las necesidades energéticas en todas las circunstancias fisiológicas (5). Un gramo de grasa oxidada por la respiración produce más ATP que un gramo de hidrato de carbono. Lamentablemente, esto también significa que una persona que está tratando de perder peso debe trabajar duramente para emplear la grasa almacenada en el organismo porque hay muchas calorías almacenadas por cada gramo de grasa (2). REFERENCIAS 1. Cooper G, Hausman R. La célula. 5a ed. Madrid: Marbá Libros, S.L; 2011. 2. Cambell, NA. Biología. 7a ed. Madrid: Editorial Médica Panamericana; 2007. 3. Feduchi, Blasco, et al. Bioquímica conceptos esenciales. Madrid: Editorial Médica Panamericana; 2010. Disponible en: http://books.google.com.co/books?id=DhDxOpmcIfIC&pg=PA201&dq=catabolis mo+aerobio+y+anaerobio&hl=en&sa=X&ei=AE39U8f2MoS_sQSq2IDoBA&ved =0CBoQ6AEwAA#v=onepage&q=catabolismo%20aerobio%20y%20anaerobio &f=false 4. Audersik T, Audersik G, Byers EB. Biología: La vida en la tierra. 8a ed. México: Pearson Education; 2008. 5. Nelson DL, Cox MM, Lehninger AL. Principios de Bioquímica. 4a ed. Barcelona: Omega; 2005.