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Bismillahi Rahmani Rahim
En el Nombre de Dios, el Misericordioso, el Compasivo
LA QUINTAESENCIA O EL INTERIOR PROFUNDO DEL ISLAM:
ALGUNOS ASPECTOS DEL SUFISMO
Índice:
1. DENOMINACIÓN
2. EJES DEL SUFISMO
3. DICHOS Y HECHOS EXTRAORDINARIOS DE ALGUNOS MAESTROS SUFIS
4. INTIMIDAD HUMILDE CON NUESTRO CREADOR Y SEÑOR
5. OCÉANOS DE CONOCIMIENTO
6. DIOS ES TODOPODEROSO, INMENSO – NO HAY LÍMITE PARA DECIR
ALLAHU AKBAR
7. EL MÉTODO DEL SUFISMO
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8. TU REALIDAD ES TU VIDA – ENFRENTA TU REALIDAD PARA SEGUIR EL
CAMINO
.
DENOMINACIÓN
La voz sufí parece derivar, según algunos maestros del camino lo han explicado, de la
raíz sûf, (lana), aludiendo al hábito con que vestían los sufíes como muestra de
desapego del mundo. A los ascetas errantes árabes se los llamaba también los pobres (en
árabe faqîr, pl. fuqarâ), y en persa derviches (darvîsh).
“El sufismo empezó con el Profeta de Islam –Bendiciones y Paz sean sobre él (BP)como una realidad sin nombre”, explican unánimemente los maestros de la Vía.
En la eclosión inicial de la Revelación Islámica, todo estaba contenido en un solo
corpus vivo, el Profeta (BP) mismo. Y sólo el tiempo y las tendencias analíticas así
como la especialización de los conocimientos en el curso del surgimiento de la
civilización islámica determinaron posteriormente, como con las demás ciencias
islámicas, una gradual presencia ‘nominada’, es decir, que apareciera el nombre
‘sufismo’ para indicar un aspecto esencial, extraordinario, de lo que trajo el Profeta
(BP) mismo.
Por tanto, tras un período de presencia espontánea y difuminada en las tierras del Islam,
con realidades aún innominadas, la vía de la purificación de corazón (el eje del
sufismo), junto con el crecimiento y desarrollo de los vocabularios de las demás
ciencias islámicas, fue siendo gradualmente objeto de estudios, tratados y un autoreconocimiento cada vez más patentes. Tras figuras en esta línea como el Imam al
Qushayri, el Imam Junayd o el sublime expositor Imam al Ghazzali, la presencia dentro
del mundo sunnita de lo que se pasó a conocer ahora técnicamente con el nombre de
agrupaciones de sufis se observa por ejemplo en Iraq en el siglo VIII, en Bagdad y El
Cairo en el siglo IX, y posteriormente el influjo renovador de la espiritualidad de la
mano de los sufíes sunnitas pasa a ser una realidad por todo el mundo islámico, desde
Irán hasta India, y desde el Magreb hasta Anatolia y Al Ándalus.
La ascética y mística sufí (o simplemente sufismo) parte esencialmente del ejemplo
establecido por el Profeta del Islam, el Profeta Muhammad, y por sus Compañeros
dedicados intensamente a la oración y el desapego, conocidos algunos de ellos como
Ahl as Suffa o la Gente del Banco.
Hoy en día, por la influencia poderosa del materialismo en el mundo, hay por desgracia
muchos musulmanes que se han separado de esta ciencia islámica de la purificación, el
sufismo, y hay muchas mezquitas donde incluso se niega –en el colmo de la
falsificación de la historia- que el sufismo sea genuinamente islámico.
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Las consecuencias de esta innovación, de esta separación del sufismo, pueden verse en
la dolorosa realidad de muchos musulmanes que en vez de purificarse del ego, han
caído en el engaño citado y, a diferencia de nuestro Profeta (BP) y sus Nobles
Compañeros, siguen las múltiples vías del ego.
Del mismo modo que, bajo formas muy diversas, toda esta época. La época del olvido
de la espiritualidad y la primacía del ego.
EJES DEL SUFISMO
Por diferencia con la época actual, y bebiendo de la explosión espiritual que nos trajo el
Mensajero de Dios, su amado Muhammad (BP), la espiritualidad del sufismo hace
énfasis a la vez en la acción, la contemplación y la oración, buscándose:
- un estado de acción de sinceridad perfecta, modelado sobre la base del
Sagrado Corán y el ejemplo del Profeta del Islam, a quien los gnósticos sufis
conocen como el Príncipe de los Gnósticos o la Luz de la Vía hacia Dios;
- un estado de contemplación por el cual no se vea en todo sino la huella de
Dios, las luces de Dios;
- un estado de oración o más propiamente 'Recuerdo de Dios' (dhikr)
perpetuo, sin cesar, que atraviesa grados, empezando por el dhikr de la lengua,
para llegar al dhikr del corazón, seguido del dhikr del secreto, dhikr del secreto
del secreto, y así hasta varios niveles cada vez más originarios del dhikr, hasta
llegar al dhikr más allá de toda categoría y de toda conceptualización, en la zona
más honda de la huella eterna del espíritu, anegado por Dios.
Los grandes ejemplos de espiritualidad islámica fueron esparciéndose a lo largo del
mundo musulmán y, con el correr del tiempo, frente a un fenómeno paralelo de
decaimiento del nivel espiritual de las personas, las agrupaciones de personas dedicadas
a seguir la pureza del Islam original se fueron conociendo como maestros sufíes o
cofradías o tarikas sufis dentro del propio mundo sunnita al cual nunca dejaron de
pertenecer.
Una de sus grandes figuras iniciales radicó en Basora (Hassan al-Basrî, muerto el 728),
y otros vivieron en Medina y en la Meca, con un llamado que preconizaba el amor y la
bondad de Dios (Al-láh) y el sometimiento completo, en cuerpo, alma y espíritu, a Su
Voluntad, lo que llevaba, en los casos de pureza modélica, a experimentar la cercanía
'más cercana que la vena yugular ' (según una frase del Sagrado Corán) de la Presencia
Infinita de Dios, frente a la cual el ser humano queda aniquilado como la nada frente al
Uno.
La organización de los sufíes en cofradías o fraternidades (tariqas) de personas que
frecuentaban las enseñanzas de un maestro sufi alcanzó un punto de desarrollo
institucional notable en el siglo XII.
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En la actualidad, las vías (tariqas) u 'órdenes' sufis más expandidas en todo el mundo
son la qadiri y la naqshbandi, aunque hay muchas más.
El sufí recorre, a través de etapas sucesivas, los diversos estadios espirituales de
purificación del ser hasta lograr el sometimiento pleno a la Voluntad de Dios del amante
sincero de Dios. Es indispensable la guía de un maestro, o "director espiritual"
(murshid), quien ya ha recorrido las estaciones espirituales y ha llegado a la realización
espiritual, a fin de guiar al discípulo por el largo sendero de la lucha contra el ego
(nafs).
Las experiencias de los grandes maestros sufíes han inspirado una buena parte de la
lírica y la narrativa islámicas.
DICHOS Y HECHOS EXTRAORDINARIOS DE ALGUNOS MAESTROS
SUFIS
Los hombres santos sufis narran haber recibido, por gracia de Dios, estaciones
espirituales que provocan el asombro y desconcierto de quienes se acercan al estudio del
sufismo.
Sin embargo, todo maestro sufi siempre ha señalado que buscar las estaciones en sí
mismo es alejarse de ellas, pues la única búsqueda debe ser la complacencia de Dios.
Asimismo, si bien muchas veces han sido instrumentos de hechos extraordinarios que la
Divinidad opera a través de ellos, todo maestro sufi siempre ha señalado que la
búsqueda del poder de obrar milagros es una razón para alejarse de la vía, y que todo
milagro (karamat) que pueda ocurrir sólo debe venir exclusivamente por mandato de
Dios, o de Dios a través de una orden que le dicte a un maestro el Profeta Muhammad, y
nunca por deseo propio.
Algunos dichos y hechos de Shah Bahauddin Naqshband (1317-1388), maestro
consumado de la espiritualidad islámica del que recibe su nombre la tariqa naqshbandi,
pueden servir como una muestra de las ocurrencias en la vía por las que atraviesan los
maestros sufis. Las experiencias de la intimidad de los maestros con Dios se muestra
con todo bajo una gran diversidad, pero el común denominador indica una intimidad del
siervo para con su Señor, claramente por encima de la de un creyente común.
Como enseña Allah, glorificado sea, en el Sagrado Corán, Él eleva a unos siervos por
sobre otros no en razón a sus orígenes sociales, erudición, riqueza o raza, sino
únicamente por el grado de temor, humildad, sinceridad y entrega para con Dios que
muestra su siervo.
Shah Bahauddin dijo, acerca de una experiencia de su juventud, al principio mismo de
su ingreso en el camino espiritual:
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"Un día estaba sentado con un amigo en reclusión cuando los cielos se abrieron y tuve
una gran visión y escuché una voz que decía, '¿Acaso no te basta con abandonar todo y
venir a nuestra presencia solo?' Esta voz me redujo a un estado de temblor, obligándome
a huir de esa casa. Corrí a un río y me arrojé en él. Lavé mi ropa y recé dos ciclos de
oración (salat) de una manera que nunca había rezado antes, sintiendo que estaba
rezando en la Divina Presencia.
Todo se abrió para mi corazón en un estado de remoción de los velos. El universo
entero desapareció y no supe de otra cosa que no fuese rezar en Su Presencia.
En el principio de mi estado de atracción, se me había preguntado, '¿Por qué vas a
ingresar a este Camino?' Yo respondí: 'Para que cualquier cosa que yo diga y cualquier
cosa que yo quiera ocurra.' Se me respondió: 'No será así. Cualquier cosa que nosotros
digamos y cualquier cosa que nosotros queramos será así.' Yo dije: 'No puedo aceptar
eso. Se me debe permitir decir y hacer lo que yo quiera, de lo contrario no quiero este
Camino.' Luego recibí la respuesta: 'No, cualquier cosa que nosotros queremos que se
diga, y cualquier cosa que nosotros queremos que se haga, es lo que se debe decir y
hacer.' Una vez más dije: 'Lo que yo diga y lo que yo haga es lo que debe ser.'
Me dejaron sólo por 15 días hasta que me sobrevino una tremenda depresión.
Finalmente escuché una voz que dijo: 'Oh Bahauddin, cualquier cosa que quieras,
nosotros te la otorgamos.' Yo me alegré y dije: 'Quiero un Camino que conduzca a
cualquiera que lo atraviese directo a la Divina Presencia.' Experimenté una gran visión y
escuché una voz que decía: 'Se te otorga lo que has pedido.'"
En otras ocasiones, Shah Bahauddin Naqshband (qs) narró algunos acontecimientos
extraordinarios que le ocurrieron.
Así por ejemplo, relata lo siguiente:
"Un día salí con Muhammad Zahid al desierto. El era un discípulo veraz y teníamos un
pico con el cual cavábamos. Mientras trabajábamos con el pico, discutíamos tan
profundos estados de conocimiento que terminamos arrojando el pico a un costado e
ingresamos en profundidad al tema de conocimiento espiritual. Profundizamos más y
más hasta que la conversación nos condujo al tema de la naturaleza de la alabanza.
Él me preguntó: 'Oh mi shaykh, ¿hasta qué límite llega la alabanza?.' Yo dije: 'La
alabanza llega a tal perfección que aquél que alaba tiene poder para decirle a alguien
muere y esa persona morirá.' Al hablar yo estaba señalando, sin pensarlo, a Muhammad
Zahid, y él inmediatamente cayó muerto. Estuvo en el estado de muerte desde el
amanecer hasta el medio día. Hacía mucho calor. Yo estaba muy ansioso ya que su
cuerpo comenzó a deteriorarse a causa del excesivo calor. Lo arrastré bajo la sombra de
un árbol y me quedé contemplando el asunto.
Mientras contemplaba, una inspiración vino a mi corazón desde la Divina Presencia
diciéndome que le dijera: 'Oh Muhammad, ¡vive!' Se lo dije tres veces. En respuesta a
esto, su alma lentamente ingresó a su cuerpo y la vida lentamente volvió a él.
Gradualmente volvió a su estado original. Fui a mi shaykh (maestro) y le conté lo que
había ocurrido. Me dijo: 'Oh hijo mío, Dios te ha dado un secreto que no le ha dado a
ningún otro.'"
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Otro maestro sufi, Sheij Alauddin al-Attar, narró de Shah Bahauddin Naqshband (qs) lo
siguiente:
"En una oportunidad el rey de Transoxiana, Sultan Abd Allah Kazgan, vino a Bukhara.
Decidió ir de caza alrededor de Bukhara y mucha gente lo acompañó. Shah Bahauddin
Naqshband estaba en una aldea cercana. Cuando la gente se fue de caza Shah
Naqshband fue a la cúspide de una colina y permaneció allí sentado.
Mientras estaba allí sentado entró a su corazón el pensamiento de que Dios había dado
un gran honor a los santos. A causa de ese honor, todos los reyes de este mundo
deberían inclinarse ante ellos.
El pensamiento aún no se le había ido del corazón, cuando un caballero con una corona
en la cabeza como la de un rey, se acercó a él y desmontó su caballo. Con gran
humildad saludó a Shah Naqshband y permaneció en su presencia de la manera más
amable. Se inclinó ante el shaykh pero el shaykh no lo miró. Lo mantuvo de pie durante
una hora.
Finalmente Shah Naqshband lo miró y le dijo: '¿Qué haces aquí?' El dijo: 'Soy el rey
Sultan Kazgan. Salí a cazar y olí un aroma hermoso, lo seguí hasta aquí y te encontré
sentado en medio de una poderosa luz.' El hecho de haber pensado 'todos los reyes de
este mundo deberían inclinarse ante los santos' se había vuelto realidad. Es así como
Dios honra los pensamientos de Sus santos".
INTIMIDAD HUMILDE CON NUESTRO CREADOR Y SEÑOR
Uno de los santos y maestros sufis que más impacto han tenido sin duda en los últimos
siglos de la historia del sufismo es el Imam Ahmad Faruqi as-Sirhindi (1563-1624) (qs),
otro de los grandes shaykhs naqshbandis, conocido como el Renovador (Mujaddid) del
segundo milenio del Islam, según un hadiz o dicho de nuestro Profeta (BP) que avisó
que al principio del siguiente milenio del Islam vendría un renovador especial para
volver a las gentes hacia el camino puro del Sagrado Corán y la Sunnah o Práctica
Modélica del Profeta (BP).
El Imam Ahmad Faruqi as-Sirhindi (qs) narró en cierta ocasión lo siguiente:
"Acompañé hoy a uno que alcanzó el fin de los fines, el polo espiritual de todas las
criaturas, el perfecto ser humano, Shaykh Muhammad al-Baqi. A través de él yo recibí
increíbles bendiciones. Por su bendición se me otorgó el poder de atracción que me
permitió alcanzar a cada ser humano que Dios había creado. Se me honró con la
obtención de un estado que combina el estado del fin, con el estado del principio. Yo
logré todos los estados de búsqueda y alcancé el fin, lo cual significa 'alcanzar el
nombre de ar-Rabb' (el Sostenedor), por el apoyo del León de Dios, asad Allah, 'Ali ibn
Abi Talib, que Dios ennoblezca su rostro.
Fui elevado al estado del Trono, que es la Realidad de la Verdad del Profeta
Muhammad, por apoyo de Shaykh Shah Bahauddin Naqshband, luego fui elevado más
alto, al estado de la Belleza que es el estado de la Verdad de los polos espirituales de
Muhammad, por apoyo del espíritu santo profético.
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Fui apoyado por Shaykh Alauddin al-Attar del cual recibí los estados de los más
elevados polos espirituales de la presencia de Muhammad. Luego el cuidado celestial de
Dios me atrajo y ascendí a un estado que está más allá de los polos espirituales, el
estado original especial. Aquí el apoyo del Gran-Intercesor, Abdul Qadir Yilani, me
empujó hacia el estado del origen de los orígenes.
Luego se me ordenó que volviese a descender, y mientras descendía pasé por los otros
39 Caminos espirituales (tariqas sufis) que existen aparte de las tariqas Naqshbandi y
Qadiri. Vi los estados de sus shaykhs. Ellos me saludaron.
Arrojaron sobre mí sus tesoros y todos sus conocimientos privados, que revelaron sobre
mis realidades que nunca habían sido reveladas a otra persona en mi tiempo. Luego en
mi descenso me encontré con Khidr [el santo inmortal iniciador de otros santos en el
conocimiento gnóstico, mencionado en el Sagrado Corán] y él me adornó con el
conocimiento espiritual antes de alcanzar el estado de los polos espirituales.".
El Imam ar Rabbani (qs), tras sus experiencias espirituales, narra haber llegado al estado
de la completa sumisión y cercanía a Dios, a través de la completa sumisión y cercanía
al Profeta Muhammad (BP), a cuyo camino, como quien sigue el polvo de los pasos de
un gigante, se adhirió interna y externamente en estado de plena pureza.
Las elevadas experiencias espirituales narradas a veces por los maestros sufíes ocurren a
un siervo que está completamente entregado, en humildad y servicio impecables, al
Señor Dios. Y Dios otorga estas gracias inmerecidas como recompensa a sus siervos
amados.
Siguiendo la "vía" (tarîqa) de un maestro (Shéij o, como también se escribe, Shaykh),
se puede llegar a una estación espiritual donde el 'ojo' contempla al Ser Supremo, frente
al cual toda la Creación es 'menos de una mota de polvo suspendida en la nada', lo que
técnicamente se ha denominado en el lenguaje del sufismo como "el aniquilamiento de
sí mismo en Dios" (fanâ).
Una estación espiritual que ha sido descrita como la culminación verdadera del estatuto
ontológico de 'Representante de Dios', Khaliphatullah, en la tierra, con un rango logrado
superior en gnosis y estaciones espirituales a la de los mismos ángeles, ya que los
ángeles por su naturaleza no pueden transgredir los mandatos de Dios, pero el hombre
ha recibido el secreto de acercarse a través de una elección y un esfuerzo de purificación
a la sumisión veraz y plena.
Una estación espiritual del amor desbordante y universal.
Ibn Arabi (qs), uno de los más grandes maestros sufíes, escribió, por ejemplo:
“Por Dios, que siento tanto amor que parece como si los cielos pudieran partirse en dos,
las estrellas caer y las montañas huir, si yo los obligara a cargar con él. Tal es mi
experiencia del amor.
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“Sin embargo, Dios me reafirmó en esta experiencia del amor, a través de la fuerza que
he heredado del ‘señor de los amantes’ (el Profeta Muhammad – BPP)”
Escribió asimismo:
“Sean todas las alabanzas para Dios, quien creó el amor (al-hawâ), un santuario al que
dirigen su camino los corazones de todos los hombres cuya formación espiritual está
completa, y una Ka'ba circunvalada por los secretos que hay en los pechos de los
hombres refinados de espíritu.”
OCÉANOS DE CONOCIMIENTO
Mawlana Sheij Nazim, gran maestro de la orden naqshbandi, descendiente del Profeta del Islam y de
Jalaluddin Rumi. En numerosas oportunidades ha hablado desde su propia experiencia acerca de las
realidades espirituales del sendero hacia Dios.
Un elemento que diferencia al sufismo islámico del 'misticismo' entendido en su sentido
emotivo y religioso habitual, es que el cultivo de la vía es una ciencia o 'ílm', la ciencia
de las estaciones del corazón y de la lucha contra el nafs, cuyos maestros dominan con
las correspondientes técnicas espirituales para permitir que el discípulo avance en el
proceso.
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Asimismo, quien tiene en definitiva 'la llave' del discípulo es el Maestro perfecto, el
cual siempre mantiene conexión espiritual viva e ininterrumpida con el Maestro de los
Maestros del sufismo, el Profeta Muhammad mismo, de cuyas luces beben todos los
grandes santos sufíes. A esta conexión de transmisión del conocimiento espiritual desde
el Profeta mismo se la denomina 'silsila' o vía ininterrumpida de transmisión.
Otro elemento que caracteriza al sufismo y lo diferencia de los estados habituales de los
místicos es la ciencia de la gnosis, o la ciencia del conocimiento por excelencia,
contemplativo, de orden supra-mental. La gnosis misma atraviesa estados y requiere
condiciones, que los grandes maestros sufis deben conocer para poder llevar a sus
discípulos a través del sendero de lo Real.
Como ‘ilm o ciencia, las realidades espirituales de los maestros sufíes son asimismo en
cierto sentido intersubjetivas, a diferencia de los estados meramente místicos, que sólo
son conocidos por el místico que los experimenta.
Son numerosos los casos de estos conocimientos y visiones intersubjetivas entre los
maestros sufíes.
La gnosis implica asimismo un conocimiento de la religión de naturaleza muy especial,
un conocimiento especialmente puro. De modo que el maestro sufi se convierte en
conocedor preeminente del Camino hacia Dios traído por el profeta Muhammad (BP) y
en seguidor fiel del Profeta mismo, de quien recibe las luces de la santidad y la gnosis.
Por ejemplo, en el caso de la comprensión del Sagrado Corán, cada gran maestro sufi
tiene un nivel de conocimiento del mismo que descubre muchos conocimientos allí
contenidos que sólo el espíritu sincero recibe como un regalo de Dios.
Shaykh Ibn Arabi (qs), uno de los mas grandes shaykhs o maestros sufíes, cuyas obras
son estudiadas con gran interés tanto dentro como fuera del mundo islámico, señalaba,
por ejemplo, hace varios siglos atrás, lo siguiente:
“Dios tiene un reino especial, reservado a los secretos, desde el cual infunde los
espíritus de las letras a todo el cosmos. La palabra divina “…y he infundido en él
de Mi Espíritu” (Sagrado Corán, 15:20) contiene setenta mil fuerzas, de modo que el
corazón del gnóstico recibe cada día setenta mil secretos: cada fuerza confiere un
secreto y cada secreto otorga una de las ciencias de la divinidad, y esto cada uno de
los días del mundo”.
En su obra magna, las Iluminaciones de la Meca, Ibn Arabi (qs) menciona asimismo por
ejemplo:
«La servidumbre es sumisión total y pura, de conformidad con la esencia misma de
la naturaleza del siervo (dzatiyya li-l-’abd). [ ... ] únicamente la realizan los que
habitan la Vasta Tierra de Allah que contiene lo contingente (hudût) y lo eterno
(qidam). Es la Tierra de Allah, el que mora allí ha realizado la verdadera
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servidumbre con respecto a Él; a tal creyente Allah lo adjunta a Sí mismo, pues Él
dijo: “Oh Mis siervos que créeis, Mi Tierra es vasta, adoradme pues” (Sagrado
Corán 29:57), aludiendo con ello a esa Tierra de la que hablamos. Yo mismo adoro
allí a Allah desde el año 590 [del cómputo islámico], y ahora estamos en el 635. Esa
Tierra es imperecedera e inmutable; es por eso por lo que Allah ha hecho de ella la
morada de Sus siervos y el lugar de Su adoración [ ... ]. Es una Tierra espiritual,
inteligible y no sensible (ard ma ‘nawiyya ma’qûla gayr mahsûsa)… ».
A las inmensidades del conocimiento celestial se refería A esto aludió el Shaykh Abû
al-’Abbâs al Mursî (r.a.), cuando dijo: “No hay habido, ni hay, Walî [Gnóstico] de Allah
del que no me haya sido informado en cuanto a su nombre, genealogía, o destino”; y
dijo esto otro:
“No hay semilla que asiente en los úteros, de la que Allah no me informe, y de si
será varón o hembra”.
Grandshaykh Abdallah al-Faizi ad-Daghestani (1891-1973), conocido como el Sultán
de los awliya (o los santos de Dios) de su época y el Gran Maestro de Mawlana Shaij
Nazim al-Qubrusi, dijo una vez, en referencia a nueve muy grandes awliya o santos –
gnósticos, Sultanes de entre los santos en el dominio espiritual, en toda la historia del
Islam:
"Ellos recitan el Corán no como lo hacemos nosotros, que lo leemos de principio
a fin, sino que lo recitan con todos sus secretos y realidades internas. Porque
Dios ha dicho: 'wa la ratbin wa la yabisin illa fa kitabin mubin [Sagrado Corán
6:59]'. 'No hay nada húmedo o seco que no esté inscrito en un libro claro'. No
hay ninguna de las creaciones de Dios en todos los universos creados que no
haya sido ya mencionado, con todos sus secretos, en un Libro Claro, el Corán.
El santo [de entre ellos] que recita el Sagrado Corán … está por lo tanto
recitándolo con todos los secretos de cada creación, de principio a fin. Dios dio a
cada letra del Corán, según los nueve altos maestros de la Orden Naqshbandi
(esta fue la primera vez que el shaykh mencionaba este secreto), doce mil
conocimientos. El Corán contiene alrededor de 600,000 letras, entonces por cada
letra, estos santos pueden tomar 12,000 conocimientos.
Cada uno de estos nueve santos difiere del otro en su nivel. Podríamos decir que
uno de ellos por ejemplo, podía recitar el Sagrado Corán por el poder del sultan
adh-dhikr [la recitación del Corán con todos sus secretos], lo cual significa
abarcar 12,000 significados en cada letra, solo una vez en la vida. Otro pudo
recitarlo tres veces en su vida. El tercero pudo hacerlo nueve veces en su vida.
Otro pudo recitarlo 99 veces en su vida.
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El secreto difería desde un santo a otro. Shah Naqshband pudo hacerlo 999 veces
en su vida. Ahmad al-Faruqi pudo recitarlo 9,999 veces en su vida. Shaykh
Sharafuddin [el Gran Shaykh de Shaykh Abdullah ad-Daghestani] pudo recitarlo
19,999 veces”.
Grandshaykh Abdullah (qs) se detuvo en ese momento. Pero Mawlana Shéij Nazim
prosiguió explicando: "En cada aliento Grandshaykh Abd Allah Daghestani exhalaba
sultan adh-dhikr e inhalaba sultan adh-dhikr. Solía completar el secreto del Corán dos
veces en cada aliento".
El propio Mawlana Shaykh Nazim al Hakkani ha recibido las estaciones espirituales de
los 39 Grandes Shaykhs precedentes de la Cadena Dorada, que es como se conoce a la
cadena de transmisión iniciática (silsila) del conocimiento sufí nakshibendi y que se
remonta a Sayyidina Abu Bakr as Siddiq y de él, que Dios abunde sobre él Su
complacencia y Sus secretos, al Maestro Insuperable y Original de los Polos de entre los
gnósticos de Allah, Sayyidina Muhammad, que la bendición y la paz de Allah sean
sobre él en el número de lo par y de lo impar.
Como explicaba Gran Shaykh Sharafuddin ad-Daghestani (qs), maestro de Grand
Shaykh Abdullah ad-Daghestani (qs):
“Cuando la tarika continúa de un maestro a otro, se mueve hacia arriba. Cuando
el secreto se pasa de un shaykh a otro el rango se incrementa por la adición del
secreto del sucesor al secreto que el recibe. A su vez el rango del Profeta
está
siempre incrementándose en cada momento, elevándose aun mas, así también el
de los santos-gnósticos de su Comunidad [que reciben estaciones nuevas desde
él ]. Ése es el significado del versículo coránico, ' Y por encima de todo el que
posee conocimiento hay un mayor conocedor' (12:76)”
De dicha cadena dorada bendita, y de las estaciones espirituales heredadas de los
Grandes Shaykhs precedentes de la silsila, Mawlana Shaykh Nazim ha recibido la
autorización única, entre los awliyá contemporáneos, para instruir, en los tiempos
próximos de Sayyidina Mahdi, la paz sea sobre él, acerca de los Secretos del Sagrado
Corán.
Cada Gran Maestro en el sufismo, cada noche, se reúne con los demás Maestros en una
asamblea especial, un asunto acerca del cual, sin embargo, es muy poco lo que se dice
hacia el exterior. Pues las bendiciones de Allah están reservadas para aquel que se
esfuerza sinceramente en entregarse a Él, glorificado y exaltado sea.
Los propios Grandes Maestros sufis, sin embargo, no obstante las estaciones espirituales
y el conocimiento o gnosis que pueden recibir por gracia de Dios, señal siempre que
todo lo que el más grande de ellos recibe no llega a ser una gota en relación a un
océano, siendo el océano, en la comparación, el conocimiento o gnosis místico11
espiritual que tiene de Dios el Profeta Muhammad mismo (BP), el Líder de los
Mensajeros de Dios, la paz sea con todos ellos.
Cuando los grandes maestros han 'visto' sin velos la realidad espiritual del Mensajero de
Dios, Sayyidina Muhammad, afirman haber han comprendido la realidad de su primacía
y de su rango único e insuperable, original y mediador.
Y todos enseñan, asimismo, que la Realidad que se le muestra al Mensajero y Amado de
Dios, Sayyidina Muhammad (BP), con todo lo inmensa que es, y con todo y recibir
siempre más y más gracias y dones de su Señor, no es más que apenas una gota frente a
los Océanos Ilimitados que el Señor, Allah, glorificado sea, tiene de Sí Mismo.
Nadie jamás puede asemejarse a Allah, el Uno Absoluto, ni decir que le ha comprendido
o conocido enteramente, pues, de principio a fin, el Señor es el Señor, y el siervo es el
siervo.
DIOS ES TODOPODEROSO, INMENSO – NO HAY LÍMITE PARA DECIR
ALLAHU AKBAR
La experiencia de la sumisión a Allah, azza wa jal, abre, si así lo quiere nuestro Señor,
el panorama de una contemplación y rendición cada vez mayores a aquel Único sin
Segundo que es el Señor de los Cielos y la Tierra, Señor de todos los Mundos, Allah,
subhana wa ta’ala, de modo que ningún siervo, hombre, jinn, hombre o ángel, ni ningún
Profeta, ni siquiera Sayyidil Awwalin wal Akhirin, el Maestro de los Primeros y los
Últimos y Sello de todos los Mensajeros, Sayyidina Ahmad Muhammad al Mustafa,
sallallahu ‘alayhi wa sallam, podrían nunca decir, respecto a Allah, glorificado Sea: Le
conozco por entero.
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Explica este punto Maulana Sheij Nazim al Haqqani del siguiente modo:
“¡Allah Todopoderoso, Su Existencia, Su Personalidad no puede ser como la de
ninguna otra cosa! ¡Imposible! Y Allah Todopoderoso, desde antes de la eternidad
y por siempre hasta la eternidad, Él es el Creador, Él crea. No piensen que cuando
Él está creando algo, Él está dándoles a Sus Criaturas algo de Su divina Esencia.
¡No! Si Él (estuviera) dándoles a Sus criaturas algo de Su Esencia, Él sería como
nosotros; nosotros podemos tomar y nosotros podemos dar…
La gente hace una pintura y dice: “Éste es Dios.” ¡Astaghfirullah! ¡Que Allah me
perdone (por siquiera oír eso)!
¡Sí! En el tamaño de un átomo Él puede crear un espacio que es como este
universo, millones, billones, trillones etc. de veces el nuestro, y Él puede ordenarle
(a ese universo) que esté dentro del tamaño de un átomo.
Las cosas que nuestros Maestros nos están diciendo … ¡no crean que sus
indicaciones van dirigidas a nuestro ser físico! El ser físico no comprende nada.
Pero esas palabras (de los Maestros) están dirigidas a nuestra espiritualidad y
nuestras almas (son las que) están nadando a través de estos Océanos desconocidos
de Reinos de Poder. Y ése es nuestro límite, y no podrás llegar a una comprensión
más allá de ese límite; ni siquiera tu imaginación podrá llegar a nada más allá de
ese límite.
13
Cada vez que te mueves hacia los Océanos verdaderos de los Reinos de Poder, te
encontrarás a ti mismo moviéndote con ese átomo. Como un barco que se está
moviendo a través de un océano. El barco está acortando distancias, pero siempre
está en ese océano … Como decía un Wali (un Santo del Islam): “Allah - Huwa ‘al ‘an
kama kan”. El Señor de los Cielos es (ahora) como siempre fue, y es desde la preeternidad hasta toda la eternidad (el mismo) y no puedes encontrar un camino hasta
ese ‘manzar’ (miradero), hasta esa vista, para mirar más allá de esta creación y
observar. ¡No puedes pasar esa distancia y alcanzar el fin de la creación y mirar
Quién es Allah! Es imposible. Pero este deseo, este deseo profundo le enseña al
hombre a pedir (alcanzar algo) más allá de sus niveles y moverse a través de
incontables distancias, a través de incontables niveles, a través de incontables
horizontes para encontrar el último horizonte y llegar a La Realidad. ¡Y es
imposible!”. (De su sohbet: La Unidad de Dios es Insondable).
Todo el que se acerca a Allah, glorificado sea, viene a Él únicamente como siervo,
incluso el siervo perfecto originario, impecable, el mayor que jamás ha habido. Aquello
que puede llegar a conocerse de Allah, se conoce a través del Profeta Muhammad
(saaws); sin embargo, este conocimiento jamás es un conocimiento completo de Allah.
Alguien le preguntó una vez a Mawlana Shaykh Nazim:
“¿Tiene Muhammad (saaws) conocimiento completo de Allah?”.
Mawlana respondió:
“El conocimiento de Muhammad (saaws) es como un océano para los profetas y los
awliyá, pero al lado de océano de conocimiento de Allah, el océano de Muhammad
(saaws) es sólo una gota, ¡una muy pequeña gota! Porque el conocimiento de
Muhammad (saaws) es limitado aunque esté siempre en expansión y el océano de Allah
es ilimitado infinito … No puedes alcanzar el conocimiento completo de Allah el
Poderoso, ¡nunca!” (Mercy Oceans, pp. 101-102).
EL MÉTODO DEL SUFISMO
¿Cómo han recorrido este Camino aquellos que han llegado a su meta? ¿De qué modo
los siervos ennoblecidos por su Señor han guiado a otros a la Proximidad de la
Misericordia Divina?
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Shaykh Abdul Kerim Effendi, maestro en la tariqa naqshbandi haqqani por autorización de su Gran
Maestro, maulana Shaykh Nazim al Haqqani.
Para recorrer el Camino de la sumisión a Dios, el sufismo o tasawwuf al islami tiene el
método del seguimiento y obediencia al Mensajero Final y Sello de los anteriores,
Sayyidina Muhammad, la paz sea con él.
No obstante la popularidad del nombre de sufismo en varios círculos, hoy en día es cada
vez más escaso encontrar una vía de tasawwuf que preserve el método de los maestros
para la sumisión a la Voluntad Divina.
Hoy en día, en el diverso escenario del sufismo en Occidente, uno puede encontrarse
con programas, cursos, lecciones, seminarios, estudios, ejercicios de respiración, de
meditación, de activación de los Lataif, de los chakras, de visualización, prácticas de
retiros en el campo para desarrollar nuestras potencialidades, muy variados, todos ellos
afirmando ser el método de una u otra tarika para que el estudiante ascienda
espiritualmente.
Incluso no musulmanes pretenden enseñar sufismo. ¿No escribió acaso Osho sobre
sufismo, aquel gurú de los rolls royce y el sexo libre?
Hay que tener cuidado por consiguiente para encontrar una vía recta, ya que respecto al
tesoro más preciado, si bien estará protegido por el mayor número de candados,
depositado en el lugar más recóndito con los guardias más expertos, también es cierto
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que habrá un gran número de impostores que afirmarán a la credulidad pública haber
hallado dicho tesoro a fin de obtener prestigio, u ofrecer en venta una pobre imitación,
hábilmente hecha, para obtener ganancias cuantiosas a costa del engaño. La Verdad
jamás se vende.
Recordamos, al respecto, como un shaykh contemporáneo, Shaykh Abdul Kerim
Effendi, es particularmente incisivo y claro respecto a todas estas formas que tan
frecuentemente dan a lugar a peregrinos fenómenos y casos de espiritualidad Acuario
(New Age), en nada relacionados ni con la historia de su propia tariqa naqshbandi ni, por
supuesto, con lo que su GranShaykh, Mawlana Shaykh Nazim, enseña y transmite a
quienes van a visitarlo.
Islam no es hinduismo, no es budismo, no es zen; ni es una mezcla sincrética New Age.
Islam es Islam.
Y ciertamente hay un modo de avanzar, una tarbiyya o entrenamiento de lucha contra el
ego para el murid o discípulo que sigue a un Maestro o shaykh sufi. Es cierto, asimismo,
que, dependiendo de los Maestros y las épocas, esta tarbiyya, al deber tomar en cuenta
el punto y estado de partida de cada persona interesada sinceramente en limpiarse de las
cargas del ego, se ha expresado históricamente en formas variadas.
No sólo las tarikas tienen, en ese aspecto, diferencias entre sí, sino que, al estar este
aspecto en el dominio contingente y volátil de cómo se presentan y encarnan en cada
época y pueblo las pasiones humanas que nublan nuestro espíritu, cada tarika puede
mostrar asimismo una transformación externa en el transcurso del tiempo.
Sin embargo, reconociendo todas esas diferencias, ínsitas en la condición humana
misma y cuya pluralidad ya era reconocida por el Profeta mismo del Islam -que la
bendición y la paz de Dios se prodiguen sobre él-, no es menos cierto asimismo que
todas estas diferencias, si han de permanecer dentro de estas variaciones legítimas en lo
que se da en llamar la historia del sufismo, siempre se alimentan y se dirigen,
invariablemente, hacia la Fuente de la cual todas ellas son apenas expresiones concretas:
la Sabiduría del Maestro por excelencia, el Imam o Líder de Profetas y de todas las
Naciones de Creyentes, el aclamado por los ángeles y la Creación, el más amado e
íntimo de Dios, el Sol de la Gnosis y siervo de Dios: nuestro maestro Sayyidina
Muhammad, que Dios le prodigue en bendiciones y paz.
Y, teniendo en cuenta ello, cabe hacer respecto a todos estos programas, cursos,
respiraciones, etc., mencionados al inicio, algunas severas observaciones.
Recordemos unas palabras de un sohbet de Shaykh Effendi crucial para entender estos
asuntos:
Lo más importante en lo que nos estamos concentrando son las buenas maneras (el
adab, o comportamiento correcto). El Profeta (alayhi salatu wa salam) dijo: "He
sido enviado a completar las buenas maneras".
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Entiendan lo que les estoy diciendo. Aprendan cómo amarse el uno al otro. No nos
estamos amando el uno al otro. Debemos aprender cómo hacerlo.
El Islam no se concentra en uno mismo; no se concentra en el individualismo. El
Islam se concentra en aquél que tienes frente a ti. Concéntrate en la persona que
tienes frente a ti. Tú dale a ése y Allah te dará a ti.
El Santo Profeta vino a completar las buenas maneras. La gente primero debe
tener buenas maneras, buena conducta, y entonces cuando siguen las huellas del
Profeta (alayhi salatu wa salam) completarán sus buenas maneras. Seguir al
Profeta debe llevarte a la más elevada estación que te hará comprender entonces:
"Oh, mi Señor me ha creado en Ahsani Taqweem (la más perfecta de las formas)
(referencia a palabras de un versículo del Sagrado Corán)".
Así es, la más perfecta de las criaturas. La más perfecta en todo, en la forma, en lo
material, en lo espiritual, en todo lo más perfecto. Así que aquél que acepte lo que
Allah le dé se convertirá en lo más perfecto. Un día, llegará a esa estación.
Como menciona muchas veces Shaykh Abdul Kerim Effendi, si a una persona nueva en
el camino se le da una práctica, como ocurre con muchos irresponsables, que le hace ver
cosas no habituales, colores, resplandores (que juzgará, correcta o incorrectamente,
como del mundo espiritual), lo más seguro es que esa persona, de seguir en esa vía, se
convertirá en un Firaún, en un Faraón (en términos de robustecimiento del nafs o ego)
que pensará satisfactoriamente de sí mismo, con una pretensión sutil y bien oculta de
estar alcanzando algún tipo de superioridad o élite, y dirá: Ya estoy avanzando. Pero en
ese mismo acto, en ese riesgo en que tan fácil se cae, su ego habrá sido atrapado y se
habrá hecho más fuerte. Y se le habrá creado una adicción a ese elemento.
Lejos de haber avanzado, al hombre de hoy en día en esa situación se le habrá iniciado
una vía de extravío.
El Shaytan, nos recuerda Shaykh Effendi, es muy astuto y tiene miles de maneras de
engañar a las personas. Hay también un ego ritualista, un ego religioso, y, en el caso de
los que andan de meditación en meditación, de ejercicios que llaman iniciáticos a otra
serie de ejercicios iniciáticos, de libros esotéricos a libros esotéricos, lo más seguro es
que el shaytan les tienda una trampa para alimentar a esa persona por allí por donde esa
persona tiene una debilidad en su ego.
Como dijo Shaykh Effendi algunas veces (mencionamos sus palabras bajo nuestro libre
recuerdo, no necesariamente literal):
“Aprender tasawwuf para la gente, para los murids de antaño, era otra cosa. Hoy
ya no puedes hacer eso. No te puedes engañar. Si quieres engañarte, ehh, yo te
mostraré muy fácilmente cómo no te puedes engañar. Hoy todos sueñan con ser
puestos en khalwa, en retiro. Todos quieren volar en estos días. Subhan Allah.
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¿Khalwa? Qué khalwa si ni siquiera pueden estar un sólo día sin pensar en el
hambre. Ése es su khalwa. Por eso hoy tiene que ser diferente. Los caminos del ego
llevan a muchas personas a buscar estas ilusiones. Son sólo ilusiones. Ven o
escuchan alguna u otra cosa extraña y ya se creen casi shaykhs. MashaAllah. Diles
entonces una palabra que no les guste y verás cómo reaccionan los que andan
volando. Lo he visto tantas veces. Pero lo que encuentran así no es progreso real.
Por eso hoy tiene que ser distinto. Con estas cosas simples que hacemos. Poco a
poco. Nuestro objetivo es sólo ser siervos de Dios. No pedimos nada. Es haram, le
está prohibido a un murid, esperar algo. E inshaAllah, de un modo distinto, al final
llegarán a algunos asuntos.
En esta vía, el shaykhs les pondrá una espesa capa en sus ojos, para que sus egos
no se disparen con cosas extrañas. Y mientras tanto, vas haciendo simplemente tu
trabajo. Y es como cuando al final llegas a un sitio y te hacen abrir los ojos, pues
los tenías cerrado, y dices: Subhan Allah, ¿en verdad he caminado todo esto?
Hoy hay tantas cosas allí afuera. Pero esto que les digo es real. He observado en
mi vida tantos caminos y grupos, aquí y allá. Y les digo: alhamdulillah, aquí hay
una vía. Quien lo quiera o lo crea, bien por él; y quien no, también. No buscamos
satisfacer las expectativas de nadie. Sólo seguimos en nuestro asunto”.
Tal como Maulana Shaykh Nazim menciona: no hay título más honroso ante la Divina
Presencia que el de ser simplemente siervo. Y dice asimismo: esta tarika, nuestra vía, es
una fábrica de ceros: la gente viene creyendo que son algo, queriendo ser algo, y les
enseñamos a ser cero, cero, cero, cero.
TU REALIDAD ES TU VIDA – ENFRENTA TU REALIDAD PARA SEGUIR EL
CAMINO
Maulana Shaykh Nazim dice que el hombre de esta época está molido, deshecho, ha
perdido su identidad y sus maneras. Necesita ser re-hecho. Los hombres no saben
comportarse como hombres, y las mujeres han perdido su femineidad. Las familias no
saben ser familias, los padres, padres, los hijos, hijos. Los murids, murids, y los
llamados shaykhs, ser shaykhs.
Y todo eso es aprender adab y servicio -siempre con el zikr diario y el semanal y
atender y seguir los sohbets y desarrollar en el corazón de modo natural un vínculo
afectivo con el shaykh-.
Alcanzado ese punto, entonces pueden venir otras cosas, pero sobre esta base
construida.
Pueden venir muchas otras cosas distintas, pero lo primero es lo primero.
Eso implica que hay que aprender un modo de vida. No solo conductas cosméticamente
espirituales, ni un bagaje inicial de lecturas profundas de teología o doctrinas
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cosmológicas o simbologías o numerología, sino algo real para nuestro verdadero punto
de inicio y nuestra condición de hoy en día: verdadera reeducación y composición de
nuestra forma de ser. Implica un cambio verdadero.
El método es la vida. Nosotros de principio a fin. Porque lo que tienes que rendir ante
Dios es todo tu ser. De una vida egoísta a una vida no egoísta. De una vida en la que
somos esclavos de nuestras pasiones a una vida en la que controlamos al ego y afluye
nuestro espíritu. De una vida en la que nuestras prioridades son el trabajo, el dinero, la
profesión, todo lo que hay en este mundo, a una vida en la que nuestra prioridad es
Allah. De una vida en la que andamos sin fe en Dios, a una vida en la que nuestro pecho
se expande con la aceptación humilde y entusiasta de Dios, sus profetas y sus
mensajeros, culminando en su último y más noble Profeta, Sayyidina Muhammad,
saaws, y el Libro excelso, el Sagrado Corán.
Sobre esta base imprescindible y auténtica, que es lo que es el camino del Islam, un
modo de vida ordenado en función a Dios, vienen varios componentes. Sin uno de esos
componentes, la figura pierde balance y el resultado nuevamente no puede ser una
realización espiritual auténtica.
Islam, el modo de vida, viene con las oraciones diarias, con el ayuno, los demás pilares,
las abstenciones conocidas, y un centramiento de nuestro ser en aspectos que permiten
que el zikr encuentre su lugar apropiado.
Cuando los shaykhs de antaño hablaban de los principios de una tariqa (como los
muchas veces tan publicitados once principios de la tarika naqkshibendi), presuponían
que los murids estaban firmes en su intento de vivir un modo de vida sobre el cual los
principios funcionan. Pero esos principios no eran más que elementos naturalmente
insertados.
Un shaykh verá cuál es nuestra vida. Muchos que apenas hacen el zikr mínimo diario,
son excelentes murids para su vista que ve debajo de la superficie. Muchos que abundan
en ayunos y zikr diario sólo logran engrosar sus egos.
El shaykh es la referencia para saber cómo andar hacia la Presencia de Dios, cómo
mantener el balance en todos los asuntos.
Y el final del camino, salir puro de esta vida a la otra vida, ésa es la más grande
ma’rifatullah para el común de los buscadores espirituales, un enorme éxito en sí
mismo, y no podrá haber logros de otro orden si no hay primero esta base y plataforma
esencial.
Glorificado sea Dios, el Único y Eterno.
Wa min Allahu Tawfiq – Y de Dios proviene el auxilio.
Tarika Nakshibendi Hakkani del Perú
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