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Transcript
Notas sobre las visiones de la Pobreza
Florencia CENDALI1
Laura MASSA2
I. Introducción
A partir de la premisa que el capitalismo se desarrolla en una dinámica de
ciclos de expansión y recesión es que diversos autores sostienen que la crisis actual
en el mundo en general, y en Argentina en particular, es diferente a las anteriores en
duración, extensión y profundidad, lo que genera –simultánea y contradictoriamentegran incertidumbre pero, a su vez, un potencial y amplio margen de acción, de
cambio.
Las coordenadas del escenario mundial actual se distinguen por la innovación
tecnológica y automatización de la producción, desdibujamiento de las fronteras de
los Estados nacionales, fragmentación del sistema productivo, globalización de los
mercados, circulación de la especulación financiera, ajuste estructural y flexibilización
laboral, así como una profundización de la desigualdad -tanto en extensión como en
heterogeneidad-.
La pobreza se inscribe en estos profundos cambios globales, al punto tal que
diversos autores hablan de “las pobrezas”, haciendo referencia a las múltiples
dimensiones que la conforman.
En este sentido, el presente trabajo tiene como objetivo reconstruir
sintéticamente las diversas concepciones acerca de la pobreza, los sujetos que
afecta, sus causas y consecuencias; dado que promoviendo una reflexión crítica
sobre el espacio que ocupa esta noción en el análisis de la dinámica social Argentina
y Latinoamericana será posible profundizar la discusión acerca de sus implicancias
1
Lic. y Prof. en Sociología (U.B.A). Estudiante de la Maestría en Políticas Sociales (U.B.A). JTP de la
asignatura Problemática de la Pobreza de Lic. en Trabajo Social (U.N.Lu) y Becaria de Investigación –
Iniciación (U.N.Lu). Contacto: [email protected]
2
Lic. En Trabajo Social (U.N.Lu). Master en Economía Social (UNGS) y Doctoranda en Ciencias
Sociales y Humanas (U.N.Lu). Profesora Adjunta de la asignatura Problemática de la Pobreza de Lic en
Trabajo Social (U.N.Lu) y Becaria de Investigación – Formación Superior (U.N.Lu)
Contacto: [email protected]
1
políticas y prácticas para la planificación e implementación de propuestas alternativas
para su superación.
En tanto que la desigualdad es el principio que tendencialmente caracteriza a
las sociedades modernas, y la pobreza es la forma constitutiva en que aquella se
manifiesta, es que consideramos que cabe reconstruir las visiones que la caracterizan
y hacen posible (o no) generar acciones orientadas a superarla.
II. Contextualización de la pobreza actual
América Latina sufre en la profundidad de las raíces de su pueblo el proceso
de globalización y neoliberalismo que se ha impuesto en las últimas décadas del siglo
XX, a partir de la instauración de los gobiernos dictatoriales, que legitimaron el
establecimiento de un nuevo modelo económico basado en la especulación financiera
y la mercantilización creciente de todas las esferas de la vida social.
Luego de la Segunda Guerra Mundial y hasta mediados de la década del `70
se desarrolló un modelo político-económico basado en dos pilares: el pleno empleo y
la solidaridad sistémica.
El Estado -como régimen de Bienestar- asumió un rol interventor,
caracterizado por mantener constante la demanda de la población para reactivar la
producción en masa y garantizar el consumo, así como el ser regulador de los
conflictos sociales, a partir de la “universalización” de las políticas públicas. El
mecanismo de integración social era el trabajo asalariado, a través del cual se
configuraban los derechos sociales3.
En este período –también conocido como “los treinta gloriosos”/ “los treinta
dorados años”- la expansión económica (y la acumulación de capital) estaba liderada
por el capital industrial, “apoyada en una organización de la producción de bases
taylorista y fordista, como estrategias de organización y gestión del proceso de
trabajo” (Iamamoto, 2003:43).
Se aplicaron estrategias que implicaban la producción en serie / en masa
dirigida al consumo masivo, una rígida división de tareas (tanto entre planificadores y
3
En Latinoamérica, el “Estado de Bienestar” se comenzó a implementar durante los gobiernos
populares; en el caso Argentino, durante el gobierno Peronista de 1945-1955.
2
ejecutores como en la fragmentación al interior de esas categorías) y la creación del
‘obrero masa’.
Esa forma de organización y desarrollo del proceso de trabajo, la
productividad industrial y los subsidios / prestamos internacionales, que se
efectivizaron con el pacto de Bretton Woods, dominó el patrón de acumulación del
periodo.
En nuestro país, las bases del Estado de Bienestar se articularon con el
proceso conocido como “sustitución de importaciones” (Ferrer, 1998). Este desarrollo
industrial favoreció una incorporación intensiva de mano de obra que impulsó
migraciones internas hacia los sectores fabriles y que posteriormente generaron el
fenómeno conocido como “urbanización de la pobreza”.
En los años posteriores, a partir de las movilizaciones y resistencias populares,
se produjeron una serie de avances que cambiaron la situación de la clase
trabajadora
argentina:
se
expandió
notablemente
la
seguridad
social,
se
“universalizaron” el acceso a la salud y a la educación y se plantearon una serie de
políticas sociales –asistenciales- para aquellas personas que no estaban “integradas”
vía el empleo formal.
Con la crisis del modelo fordista y el cambio del patrón de acumulación, se
erigió otra forma de generar excedente: “la especulación financiera”. Este tiene su
correlato en el avance del mercado -“como el único salvador posible ante la crisis”- y
el rol impuesto/ asumido al/ por el Estado, por los gobiernos dictatoriales y las elites
económicas (locales y extranjeras) de desregular, privatizar y “ONGizar” gran parte
de las intervenciones otrora estatales.
En este sentido, el mercado fue desplazando al Estado como principio
ordenador y regulador de la vida política, social y económica. Esta transformación es
causa y consecuencia del endeble sistema político de los países latinoamericanos.
Tanto a nivel mundial como nacional, el nuevo modelo de acumulación se
asentó sobre varios ‘genocidios’: el de los movimientos de construcción de poder
político, el ‘obrero’ como categoría identitaria, el ‘trabajo’ (=trabajo asalariado) como
mecanismo de integración social, el medio ambiente y la vida de innumerables
personas en todo el planeta, sea por la acción directa de la represión o por la
3
creciente pobreza y desigualdad que genera el nuevo modelo, del que las dictaduras
son portadoras y portavoces para legitimar su instauración (Massa, 2008).
En este contexto, y a pesar del retorno a la democracia en toda
Latinoamérica, hacia fines de los ’80 y durante la década del ’90 se fueron
implementando procesos de reforma del Estado impulsados por los organismos
internacionales de crédito4.
Las políticas de ajuste que marcaron estas décadas, la “crisis de la ‘deuda’
externa”, las campañas mediáticas en contra de toda intervención estatal, y el
predominio del individualismo extremo y del utilitarismo, fueron elementos que
propiciaron un clima de consenso respecto a la necesidad de reducir el exceso de
intervención del Estado’.
Desregulación, focalización, selectividad y descentralización se transformaron
en conceptos claves de la política estatal neoliberal- sea económica, laboral o social-;
y un aspecto sustancial de la estrategia es el “pasaje de las lógicas del Estado a las
lógicas de la sociedad civil” (Montaño, 1996) - que en el discurso neoliberal refiere a
todo aquello que está fuera del Estado.
Este pasaje de las lógicas del Estado a las de la sociedad civil, busca la ‘deseconomización’ de ciertos fenómenos y la ‘des-socialización’ de otros, al tiempo que
persigue la ‘des-politización’ de los aspectos ‘sociales’ y ‘económicos’. (Massa, 2008)
“El neoliberalismo quiere un ‘Estado mínimo’ sin interferir en la economía y en
la vida social de las personas (...), pretendiendo así un Estado apenas como
organización política cuya función sea la de garantizar (...) la ‘libertad’ en el
mercado, quedando por lo tanto el ‘área económica’ librada al mercado, el ‘área
social’ en manos de entidades ‘no gubernamentales’ (...), y apenas la política formal
(que canaliza, reglamenta, encubre y disminuye los impactos de los conflictos
sociales, especialmente las luchas de clases) en la órbita estatal” (Montaño,
1996:s/pág.).
4
El Fondo Monetario Internacional (FMI) "recomienda" políticas de estabilización, que apuntan a
terminar con la inflación y mejorar la balanza de pagos (disminución de importaciones).
Simultáneamente, el Banco Mundial (BM) promueve políticas de ajuste que suponen modificaciones en
la estructura económica con el objeto de equilibrar las cuentas externas y utilizar dichos recursos en
necesidades internas; según este discurso, este ahorro permitiría retornar al crecimiento económico.
4
La
reforma
del
Estado
implicó
la
instauración
de
un
modelo
no
intervencionista, que dejó de lado la solidaridad y el pleno empleo con una
orientación al exterior, que sustituyó el modelo de desarrollo nacional- y un proyecto
de desarrollo que lo hiciera factible- junto a la instauración de un modelo de libre
mercado basado en:

Liberalización del sistema de precios y las regulaciones impositivas.

Ajuste fiscal, efectuado principalmente sobre el Gasto Social.

Reforma y privatización de todos los sectores públicos del Estado.

Desdibujamiento de las fronteras de los Estados nacionales, con la
consecuente segmentación de poder en la toma de decisiones vinculadas a
la esfera económica.

Fragmentación del sistema productivo que se evidencia en dos procesos:
desindustrialización por un lado, e innovación tecnológica y automatización
de la producción en los sectores “dinámicos” por otro.

Libertad a las importaciones y quiebre de las exportaciones por la
“globalización de los mercados” que genera “islas” de riqueza en “mares”
de pobreza.

Desregulación laboral, con un consecuente aumento del desempleo y
deterioro del empleo formal.

Aumento de la desigualdad.
El resultado de esto se puede observar en:

el incremento de la brecha entre ricos y pobres, la polarización social tanto
a nivel nacional, como a nivel mundial.

la concentración de las oportunidades en los sectores mejor posicionados
para la acumulación de capital (inversiones en países donde la mano de
obra es más barata –o los trabajadores están menos organizados o donde
los controles ecológicos / ambientales son más débiles-, exigencia de sobre
calificaciones laborales para ocupar puestos de trabajo, etc.)
5

la ruptura definitiva de los débiles mecanismos de movilidad social
ascendente debido a la escasa generación de nuevos empleos y la
precarización de estos, dado que el trabajo se erigió en el mecanismo de
integración social por excelencia durante los “30 dorados”.

la exclusión de nuevos actores sociales, y la gran pauperización de la
población situada en la pobreza y en la indigencia lo que aumenta y
profundiza la desigualdad -tanto en extensión como en heterogeneidad.
La pregonada ‘necesidad’ de reducir el presupuesto del Estado y su
intervención en la economía, resultó en que numerosas políticas públicas fundamentalmente aquellas que resultaban rentables y lucrativas- fueran
transferidas a empresas privadas. Las áreas no rentables fueron consideras de
interés social por lo que permanecieron en el ámbito estatal5.
Al Estado sólo ‘le corresponde’ atender algunas necesidades básicas de los
‘extremadamente pobres’, es decir, de las personas que no pudieran financiar
privadamente los servicios que requieran.
El argumento de la mayor eficiencia -cada uno pague lo que usa y que use
lo que puede pagar- ensamblado al terrorismo de Estado de los ’70 y la fragilidad
de la democracia en las décadas siguientes, encubre la ruptura de mecanismos de
solidaridad de clase y el pasaje de ‘los derechos sociales’ al ‘merecimiento
individual’.
El ‘discurso único’ tuvo dos ejes principales: “privatización -o apertura a la
participación de capitales privados, en el caso de la seguridad social- y
arancelamiento, de servicios educativos y de salud, por sobre los básicos y
primarios, a cargo del Estado y de orientación universal. Y focalización, en el caso
de las políticas de asistencia a la pobreza, como compensación a los efectos
sociales del ajuste” (Grassi, 1999:4).
5
Al respecto Hayek, uno de los principales ideólogos del neoliberalismo, opina que las únicas dos
funciones de un gobierno legítimo consisten “en proveer una estructura para el mercado, y proveer
servicios que el mercado no puede prestar”. (Hayek, en: Merquior, 1991:191. Cit. en: Montaño,
1996).
6
En síntesis, el neoliberalismo logró desmantelar las políticas de protección
estatales, al tiempo que destruyó el mundo del ‘trabajo asalariado’, y trastocó los
procesos identitarios sostenidos en torno a ello, generando amplios ‘bolsones’ de
pobreza, así como descreimiento de las instituciones ‘representativas’.
Pero en ese contexto, de fragmentación y empobrecimiento, hubo
trabajadores –ocupados, subocupados, desocupados- que fueron creando nuevas
formas de lucha y resistencia. En muchos casos fueron las organizaciones de los
trabajadores las que atendieron las necesidades sociales abandonadas por el
Estado y generaron el reconocimiento de otras, buscando la superación colectiva
contra el sistema impuesto.
III. Caracterización de la pobreza actual
A. Diversas perspectivas que conceptualizan la pobreza
En primer lugar, señalaremos las cinco principales perspectivas que
conceptualizan la pobreza, dado que a partir de ella se construyen formas de
abordarla:
 La Tradición Clásica o liberalismo económico:
Caracteriza
a
la
pobreza
como
inevitable,
como
un
resultado
del
funcionamiento económico, pero también posible de ser “corregida” dentro del
mismo orden que la genera.
El ideario individualista de esta corriente está sustentada en que “la
propensión del hombre es intercambiar una cosa por otra y a perseguir su
propio interés económico, y la suma del interés individual, del egoísmo
individual generara el bienestar social” (Adam Smith) sustituye la ética social
de garantizar la satisfacción de necesidades de todos, por la técnica del
mercado. Con esto, despolitiza las decisiones en torno a la economía y sus
acciones.
Esta tradición sostiene que el mercado es el único que debe regular el trabajo,
los salarios, etc. y que la intervención social debe estar orientada a ayudar a
7
aquellos que, por enfermedad o incapacidad, no pueden satisfacer sus
necesidades por medio del mercado. Supone una idea de “transitoriedad” de
la pobreza.
 El Darwinismo Social:
Para esta perspectiva, la pobreza es el mínimo costo para lograr un “desarrollo
social óptimo”, dado que en toda sociedad es imprescindible “la supervivencia
del más apto”.
Se basa en la tradición del liberalismo económico refiriéndose al individuo
egoísta y buscador de beneficio, y en la tradición judeocristiana dominante
que determina a las diferencias entre ricos y pobres como parte del orden
“natural y moral”, reforzando la individualización de la situación de pobreza.
 El Marxismo:
Para esta perspectiva, la pobreza es inherente a la sociedad capitalista, dado
que el mercado es el asignador de recursos en un contexto de explotación de
un grupo mayoritario de personas por otro menor. Asimismo, porque los
bienes-satisfactores de las necesidades son mercancías, cuyo fin es la
acumulación de la ganancia y no garantizar la reproducción de la vida de las
personas.
La pobreza se presenta como la expresión más tangible de la cuestión social
(es decir del la contradicción entre capital y trabajo), que sólo será superada
con la revolución total del sistema.
 La Economía Clásica en la actualidad / Neoliberalismo:
El pensamiento teórico imperante es la “teoría del derrame o goteo” donde “la
riqueza terminará desbordando hacía los más pobres”. Los neoliberales parten
de la premisa que los individuos son calculadores y maximizadores de la
ganancia, donde el móvil de toda acción en la vida social es el interés. La
racionalidad medio-fin es el principio que caracteriza esta corriente (obtener el
máximo beneficio con el menor costo posible).
8
Desde este lugar sostienen que la pobreza es transitoria – por eso usan la
imagen del goteo de la riqueza- pero, cuando la transitoriedad se prolonga en
el tiempo, suponen una individualización de la situación de pobreza.
Esta perspectiva se traduce en políticas sociales focalizadas en los grupos de
pobreza extrema que deben “certificar” su situación para “merecer” el
beneficio de los programas sociales.
En los neoliberales es posible visualizar una combinación entre:
a- haber llevado al extremo el postulado del liberalismo económico del
individuo racional – maximizar de beneficios
b- del darwinismo social, la idea de la supervivencia del más apto en la
“jungla” del mercado, donde los individuos no satisfacen “necesidades” sino
sus “gustos y preferencias”.
Al respecto, Von Hayek (1976) sostiene que las únicas dos funciones de un
gobierno legítimo consisten “en proveer una estructura para el mercado, y
proveer servicios que el mercado no puede prestar” y que “es necesario el
sacrificio de algunas vidas humanas en pos de la consecución del bien
general”.
 La visión de los Organismos Internacionales – El enfoque de las
capacidades:
“La pobreza es la INCAPACIDAD DE LAS PERSONAS de vivir una vida
tolerable: llevar una vida saludable, tener educación, disfrutar de un nivel de
vida decente, disponer de libertad política, respeto de los derechos,
seguridad, acceso al trabajo productivo y bien remunerado”. Banco Mundial.
Este enfoque encuentra su principal fundamento en el pensamiento de
Amartya Sen quien asevera que la pobreza es consecuencia de la privación de
capacidades básicas por parte de los individuos para alcanzar ciertas
funciones, logros y objetivos valiosos para salir de la vulnerabilidad y llegar a
la riqueza. Sostiene que la pobreza es el caso extremo de la desigualdad, ante
lo cual distingue entre la pobreza basada en las capacidades y la pobreza por
9
renta. Sin negar que una y otra están inevitablemente relacionadas, ya que
una opera reforzando a la otra en una dinámica que se retroalimenta
mutuamente, afirma que “la reducción de la pobreza de renta no puede ser la
motivación última de la política de lucha contra la pobreza. (…) eso sería
confundir los fines con los medios” (Sen: 2000; 119).
Su énfasis en las ‘libertades’ es riesgoso dado que pensarlas en un marco que
es constitutivamente desigual es reforzar (y recrear) esa desigualdad.
Desde esta perspectiva aparecen dos formas de pensar la pobreza:
- como una situación individual, lo que supone la culpabilización del sujeto /
los sujetos que la viven y el desarraigo de la estructura social en la que se
produce.
- como un posibilitador que reactiva “el capital social” de los pobres, concepto
que es usado para referirse a su capacidad de trabajo y las redes sociales que
construyen o pueden construir.
B. Principales atribuciones a la pobreza
Las conceptualizaciones que han sido sintetizadas en el apartado anterior,
influyen en las diferentes atribuciones sociales que se dan a la pobreza, configurando
el sentido común que impregna el imaginario colectivo y se impone sobre los pobres;
dichas atribuciones pueden centralizarse en cuatro tradiciones básicas:

Tradición ideológica-revolucionaria:
Los pobres son distinguidos como los nuevos justicieros que, de forma casi
natural,
demuestran
las
posibilidades
revolucionarias
y
de
freno
al
disciplinamiento social al organizarse y reclamar por la satisfacción de sus
necesidades.
POBRE= REVOLUCIONARIO, “SUJETO DE CAMBIO”

Tradición pintoresca-romántica:
El pobre es BUENO por naturaleza. Se presenta de dos maneras:
10
- la salida es individual o testimonial sobre la vida o la superación de la
pobreza.
- el verdadero lugar de sociabilidad es la pobreza, tradición que ha dado lugar
a desarrollos teóricos vinculados a la “cultura de la pobreza”.
POBRE= BUENO, SOLIDARIO

Tradición de la culpabilización:
El único culpable de la situación de pobreza es el propio pobre. Esta tradición
tiene relación directa con la forma de analizar el desempleo, ya que las causas
siempre son endógenas / individuales, el sujeto es responsable de su
situación. Nunca se reflexiona sobre el sufrimiento generado a partir de la
instauración de las políticas sociales y económicas del sistema capitalista ni de
su responsabilidad como causantes directas de la desigualdad.
Esta tradición se traduce en el pobre como culpable de su situación. Por eso,
las intervenciones se aplican en las fracciones de pobreza extrema con el fin
de garantizar un mínimo funcionamiento social “armónico” y, a su vez, estas
fracciones de pobreza extrema deben “certificar” sus carencias para acceder a
los beneficios de los programas sociales focalizados.
POBRE= CULPABLE ó MERECEDOR
 Tradición de “los activos”.
La idea primaria de “activos” proviene de la contabilidad, que los define como
“una entidad que posee valor de mercado o de intercambio, y que forma parte
de la riqueza o propiedad de su dueño” (Navarro Marshall, 2008), que no sólo
hace referencia a los activos reales, que son los bienes tangibles (edificios,
tierra, etc y financieros (dinero, bonos y acciones), sino también a los activos
intangibles (patentes, marcas, etc). Luego se extiende a aquellas relaciones e
instituciones informales basadas en lógicas no mercantiles como las relaciones
comunitarias, lazos de afinidad, etc.
Esta tradición viene tomando cuerpo desde la década del ‘90 en la
implementación de políticas sociales. Desde el Enfoque de Activos se plantea
11
que los pobres siguen siendo pobres porque no han usado suficientemente
sus potencialidades de desarrollo económico (ya sea por “incapacidad”, “poco
esfuerzo” o “restricciones externas” tales como las regulaciones estatales) y
que dichas potencialidades estarían en un tipo de recursos: las redes de
confianza y reciprocidad que unen a las comunidades y permiten que las
personas trabajen colectivamente para mejorar su calidad de vida.
POBRE= INDIVIDUO CON “RIQUEZA” PROPIA: SU CAPACIDAD DE TRABAJO
IV. Formas de medición de la pobreza
En la actualidad la definición de pobreza se orienta a sus posibilidades de
medición, restringiéndose a aspectos cuantificables y materiales del nivel de
vida de las personas.
Es central reflexionar sobre estas formas de medición de la pobreza, puesto
que, tanto para los sectores más importantes del capitalismo –los Organismos
Internacionales de Créditos- como para las estructuras de acción de los países
latinoamericanos sólo se puede tratar y actuar sobre la pobreza a partir de saber
cuántos y dónde se encuentran las poblaciones más vulnerables.
Esto supone, por otra parte, dejar de medir algunos aspectos y hacer hincapié
en otros en función de la perspectiva de pobreza que se adopte y la voluntad política
de combatirla; motivo por el cual es posible “retocar” los indicadores de medición:
porque no son “neutros”, ni inocentes. Su definición es resultado de disputas de
orden político, práctico e ideológico.
Presentamos tres métodos de medición de la pobreza: Necesidades Básicas
Insatisfechas (NBI), Línea de pobreza (LP) / Línea de Indigencia (LI) y los Métodos
Integrados de Medición de Pobreza (MIP).
La medición del nivel de vida de las personas se divide en dos categorías que
permiten medir la pobreza:
12
- ESTÁNDAR DE VIDA:
se mide a partir de la
LINEA DE POBREZA
Vivir con menos que otras personas
- NECESIDAD:
(LP)
se mide a partir de las
Carencia de bienes y servicios materiales
requeridos para vivir y funcionar en Sociedad
NECESIDADES
BÁSICAS
INSATISFECHAS
(NBI)
A. Línea de Pobreza (LP)
“La presente propuesta metodológica se basa en el enfoque del Ingreso. El
mismo identifica a los hogares pobres a partir de la comparación de los recursos del
hogar con una canasta normativa” (INDEC, 2007a:03). Un hogar es considerado
pobre si su ingreso resulta menor que la línea de pobreza (LP) y es indigente si es
menor a línea de indigencia (LI).
La línea de pobreza representa el monto de dinero que permite adquirir
cantidades mínimas de bienes y servicios indispensables para satisfacer necesidades
alimentarias y no alimentarias consideradas esenciales. La fuente tradicional de este
enfoque son las encuestas a hogares, por un lado las que indagan los ingresos y por
otro las que miden los gastos.
El método utilizado para en este enfoque consta de las siguientes etapas:
1- Cálculo de la línea de pobreza, lo cual implica
a- Determinación de las cantidades mínimas que se requiere para satisfacer
las necesidades alimentarias y esenciales.
b- Valuación de las cantidades
2- Comparación entre el ingreso de cada hogar y la línea de pobreza. (Beccaria
L., 1994)
13
Por debajo de la LP, la “Línea de Indigencia” (LI) procura establecer si los
hogares cuentan con ingresos suficientes como para cubrir una canasta de alimentos
capaz de satisfacer un umbral mínimo de necesidades energéticas y proteicas. De esta
manera, los hogares que no superan ese umbral son considerados indigentes.
El procedimiento parte de utilizar una Canasta Básica de Alimentos (CBA), de
costo mínimo, determinada en función de los hábitos de consumo de la población.
Una vez establecidos los componentes de esta canasta se los valoriza con los precios
al consumidor (IPC) para cada periodo de medición.
NO POBRE
LP
------------- (puede comprar Canasta de Bienes y Servicios)
POBRE
LI
------------- (sólo puede comprar Canasta Básica de Alimentos)
INDIGENTE
Dado que los requerimientos nutricionales son diferentes según la edad, el
sexo y la actividad de las personas, es necesario hacer una adecuación que refleje
las características de cada persona con relación a sus necesidades nutricionales. Para
ello se toma como unidad de referencia la necesidad energética (2700 Kcal.) del
varón adulto (de 30 a 59 años, con actividad moderada) y en función del sexo y
edad de las personas construyendo así una tabla de equivalencia. A esa unidad de
referencia se la denomina “adulto equivalente”.
La fijación de las Líneas de Pobreza e Indigencia se realiza en función de los
miembros de los hogares a partir de una tabla de equivalencias (TABLA 1).
En la más reciente estimación en Argentina, una “familia tipo” necesita
$952,30 para no caer en la pobreza y el umbral de la indigencia se ubica en $445.
La “familia tipo ideal” en la Argentina está compuesta por 4 personas, una
pareja y dos hijos: un jefe varón de 35 años, su esposa de 31, un hijo de 5 y una
hija de 8. El inconveniente es que la fijación de la canasta no se condice con la
realidad, más allá que las familias pobres tengan o no más de dos hijos, es relevante
14
tener en cuenta el sentido político de tomar solo dos niños como referencia, cuyas
exigencias energéticas son aproximadamente un tercio menor (en cada uno) que el
adulto equivalente, disminuyendo la cantidad de alimentos para satisfacer los
requerimientos calóricos (lo que supone menos dinero para ello).
Los estudios estadísticos y prospectivos realizados por la CEPAL afirman:
“Entre las ventajas de este método respecto de otros figura su menor necesidad de
información, y que no es necesario fijar expresamente un componente noalimentario de la línea de pobreza. A su vez, la mayor crítica surge del hecho de
utilizar un criterio nutricional como indicador de bienestar, debido a que no
garantizaría consistencia con indicadores más apropiados como el gasto en consumo.
La relación entre gasto y consumo energético puede variar de acuerdo a gustos,
niveles de actividad física, precios relativos, etc. y estas variaciones no
necesariamente corresponden a cambios en el bienestar” (CEPAL, 2001:19)
TABLA1: Tabla de Equivalencia
Necesidades energéticas y unidades consumidoras según edad y sexo
Edad
Menor de un año
1 año
2 años
3 años
4 a 6 años
7 a 9 años
Sexo
Ambos
Necesidades
energéticas
(kcal)
Unidades
Consumidoras/
adulto
equivalente
880
1.170
1.170
1.170
1.170
1.170
0,33
0,43
0,50
0,56
0,63
0,72
10 a 12 años
13 a 15 años
16 a 17 años
Varones
2.230
2.580
2.580
0,83
0,96
1,05
10 a 12 años
13 a 15 años
16 a 17 años
Mujeres
1.980
2.140
2.140
0.73
0.79
0.79
18 a 29 años
30 a 59 años
60 y mas años
Varones
2.860
2.700
2.210
1,06
1,00
0,82
18 a 29 años
30 a 59 años
60 y más años
Mujeres
2.000
2.000
1.730
0,74
0,74
0,64
15
B. Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI)
Este método de medición clasifica a los hogares como pobres si no logran
cubrir al menos uno de los 5 indicadores que se miden (INDEC – Argentina, 2007b):

CALIDAD DE LA VIVIENDA: Hogares que habitan en una vivienda de tipo
inconveniente (pieza de inquilinato, vivienda precaria u otro tipo). Por vivienda
precaria se hace referencia a los materiales de la construcción de pisos,
paredes y techo.

HACINAMIENTO: Número de personas en el hogar según el número de
habitaciones de la vivienda (tres o más personas por habitación).

CONDICIONES SANITARIAS DEFICIENTES: Hogares que habitan en
viviendas que no tienen retrete o tienen retrete sin descarga de agua para la
eliminación de excretas.

ESCOLARIDAD: Hogares que tienen algún niño en edad escolar (6 A 12
años) que no asiste a la escuela.

CAPACIDAD DE SUBSISTENCIA: Hogares que tienen 4 ó más personas
por miembro ocupado y en los cuales el jefe tiene bajo nivel de educación
(sólo asistió dos años o menos al nivel primario).
Este método propuesto por la CEPAL en 1970 comenzó a utilizarse en
Argentina luego del retorno a la democracia en 1984 por el INDEC con el objeto de
identificar a los hogares que no alcanzaban a satisfacer un conjunto de necesidades
indispensables y aceptadas como universales. Los datos básicos obtenidos habían
sido recolectados por los Censos de Población y se hallaban disponibles para ser
analizados.
Lo positivo de este método es que, al obtener la información de datos
censales, permite desagregar la población por radio censal y construir mapas de
pobreza, zonas geográficas y estratos poblacionales, localizando a las poblaciones
específicas para políticas sociales focalizadas.
Entre las limitaciones que posee se pueden enumerar: la falta de continuidad
en el estudio –a diferencia de los datos muestrales-, ya que sólo se realizan cada 10
16
años y se tarda demasiado tiempo en la sistematización, los indicadores tienen una
mayor adecuación para las áreas urbanas, sólo muestran situaciones extremas y no
distingue la graduación. En ese sentido es posible afirmar que la pobreza es tratada
como un fenómeno único y homogéneo sin diferenciación; no existen indicadores
para medir temas tan centrales asociados a la pobreza como la salud, la nutrición, el
alfabetismo, el vocabulario, el nivel de lecto escritura, etc.
Asimismo, el gran inconveniente de nuestro país es que no reconoce el
empobrecimiento masivo de las ultimas dos décadas, la pauperización creciente y el
fenómeno de los nuevos pobres.
C. Método Integrado de Medición de Pobreza (MIP)
En los últimos tiempos se define y mide a los pobres integrando ambos
métodos de medición. Se cruzan los resultados de la LP con los de la NBI, ya que
ambas
metodología
poseen
una
visión
parcial
de
la
pobreza
y
con
la
complementariedad de estrategias se logra una definición y focalización de la misma.
En consecuencia, la caracterización de los diferentes tipos de pobreza más
trascendentes surge a partir de la integración de las metodologías, por medio del
cruce de sus variables resultantes. Se obtienen 3 tipos de pobreza (CEPAL, 2001):
LP
NBI
INGRESO MENOR A LP
POBREZA ESTRUCTURAL
(EJ: varias generaciones
PRESENCIA DE NBI
de pobreza extrema /
crónica)
AUSENCIA DE NBI
INGRESO MAYOR A LP
POBREZA INERCIAL
(EJ: Diferentes tipos de
clases)*
NUEVOS POBRES /
NO POBRE
POBREZA RECIENTE
(EJ: Clase media y alta.
(EJ: Clase trabajadora y
Hogares en condiciones de
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media pauperizada)
“Integración Social”)
* La categoría de “Pobreza Inercial” es problemática y ampliamente criticada en los
países Latinoamericanos, ya que la mayoría de las áreas conurbanas no poseen las
condiciones normatizadas de saneamiento, más allá de la situación socioeconómica.
Tal es el ejemplo de los Countries del conurbano bonaerense en la Argentina: un
muy alto nivel económico que se observa acompañanando a la carencia de servicios
de agua y disposición de excretas conectados a una Red.
D. Mediciones alternativas
Las principales críticas a los métodos para identificar la pobreza se basan en
las diferentes omisiones al medir el nivel de vida de las personas. Las dos faltas más
importantes se dan en el campo de la educación y la salud:

Campo educativo:
Cantidad y calidad educativa de los miembros de los hogares. En la actualidad
se mide la cantidad de años que las personas están en el sistema educativo
formal, pero no se tiene en cuenta:
- los saberes que se imparten en las dependencias educativas.
- su apropiación por parte de las personas (recordemos que la desnutrición,
por ejemplo genera retrasos en el aprendizaje, falta de concentración, etc.)

Campo de la salud:
Ningún método mide la salud de la población. A pesar de que se podrían
calcular varios factores en hospitales y demás centros de Atención Primaria de
Salud.
18
Entre otras categorías de medición se podría evaluar: la calidad dentaria, la
edad de la primera menstruación en mujeres, la calidad de la piel, etc.
Por otra parte, se encuentra el debate sobre el “peso”, ya que en muchos
casos no es indicador de nutrición, el excesivo consumo de alimentos ricos en
hidratos de carbono garantiza peso pero no calidad nutricional. Este proceso,
conocido como “el hambre oculto” (Aguirre, 2005), afecta a grandes grupos
de población.
En el caso de los sectores populares se debe a que la ingesta hidratos de
carbono es mas “rendidora”, “llenadora” y barata, tales como los guisos de
fideos, arroz o harina de maíz.
Mientras que en los sectores medios y altos, la no delgadez, asociada a la
mala nutrición, se debe a la comida chatarra y al sedentarismo.
La omisión de no considerar estos indicadores –o generar nuevos- está dada
por la crítica de no poseer un método ni herramientas específicas que lo harían
representativo de la población.
Por otro lado, existe un método alternativo para medir la pobreza que genera
grandes controversias, el “Método de la Pobreza Subjetiva”.
La medición subjetiva busca ser un método sin arbitrariedades o juicios de
valor, dónde la definición de la pobreza esté dada por las percepciones de la
población y no por quien realiza el estudio.
“Miles de personas que cubren mes a mes sus necesidades básicas de
subsistencia se siente pobres por no poder alcanzar el nivel de vida que desean, que
en general incluyen el acceso a productos y servicios vinculados con la vivienda, la
educación, la salud y la tecnología, o por haber perdido el nivel de vida que tuvieron
en períodos anteriores” (Giarrizzo, 2007:03). Se relaciona casi exclusivamente con el
ingreso y el consumo, midiendo la búsqueda del bienestar, se pregunta como
ejemplo: ¿Cuál es el ingreso mínimo que usted y su familia requieren para vivir?.
Este método es abiertamente criticado por no ser representativo y por no
tener seguridad sobre su veracidad porque las respuestas de los encuestados pueden
ser inexactas, menospreciadas o exageradas, sobretodo porque los Medios masivos
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de Comunicación, en el marco del consumismo capitalista irracional, incitan
permanentemente a la adquisición de mercancías que en general son irrelevantes o
de baja prioridad para la vida.
Para concluir, las formas de medición de la pobreza son centrales porque
impregnan la definición, la caracterización de la sociedad y las formas de acción
frente a la pobreza y la desigualdad creciente… “Alguien que es pobre es alguien
psicológicamente más vulnerable, con menos esperanzas para el futuro, que tiene
más probabilidades de enfermarse y morir, que domina un vocabulario menor y tiene
más dificultades en expresarse. Es alguien cuya vida es más insegura e impredecible,
cuyos niños tendrán menor tamaño físico y un desarrollo psicomotor más tardío, es
alguien que probablemente comerá una comida cuantitativamente insuficiente y
cualitativamente inconveniente, que trabajará en ocupaciones más peligrosas e
insalubres, que habrá perdido más dientes y que beberá agua menos potable. No
existen hoy en la Argentina datos fidedignos para medir mucho de estos hechos,lo
cierto es que disminuyen y pervierten la condición humana de decenas de millones
de nuestros compatriotas y hermanos”. (Escudero y Diloretto, 2005)
V. Propuestas de acción ante la pobreza actual
En la actualidad hay dos esferas dominantes de acceso a bienes y servicios
que permitan satisfacer necesidades: el Mercado y el Estado.
El mercado, asevera la teoría neoclásica, ser el mejor asignador de recursos,
pero sabemos que la satisfacción de necesidades vía este mecanismo es desigual y
legitimadora de esa desigualdad, puesto que supone un encuentro de “iguales” que
adquieren bienes y servicios en función de su escala de “gustos y preferencias”,
naturalizando que la producción de esos bienes, su circulación y acceso es desigual.
El Estado también es un mecanismo de asignación de recursos, dado que
opera en la distribución primaria de ingreso, a través de la política económica y
laboral y secundaria del ingreso, vía la política social.
En el contexto actual, el Estado interviene a partir de políticas sociales
focalizadas y fragmentarias, suponiendo una escisión de los sujetos que atiende
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según las múltiples “carencias” que los aquejan y las posibilidades de “certificarlas”
(o no).
Por otra parte, una gama de estas intervenciones son ejecutadas por
organizaciones del “tercer sector”, a las que son atribuidas las responsabilidades de
selección de la población beneficiaria, el otorgamiento del beneficio y, así como, la
demostración de la “eficacia” de sus acciones.
Finalmente, el Estado ha venido promoviendo la “Responsabilidad Social
Empresaria” que implica la realización de acciones “sociales” por parte de las
empresas a partir de las cuales quedan exentas del pago de impuestos.
Estos tres tipos de acciones tienen un indicador común: todas invisibilizan que
el acceso debería ser en clave de derechos.
En este sentido es que aparecen nuevas formas de hacer frente a las crisis y a
las situaciones de pobreza: las estrategias de organización y acumulación de poder
político de los sectores que viven o necesitan vivir del trabajo, que han sido los
principales perjudicados por los cambios ocurridos a partir de la instauración del
modelo neoliberal.
Pese a las diferencias espaciales y temporales que presentan los movimientos
sociales latinoamericanos surgidos al calor de las modificaciones del modelo de
acumulación, exhiben algunos rasgos comunes:
En primer lugar, se evidencia una búsqueda de autonomía, tanto de los
Estados como de los partidos políticos tradicionales, fundada sobre la creciente
capacidad de los movimientos para asegurar la subsistencia de sus integrantes.
Segundo, trabajan por la reafirmación de la identidad de los sectores sociales que los
conforman. En tercer lugar, fortalecen la formación de sus propios intelectuales.
Además, se preocupan por la organización del trabajo y la relación con la naturaleza,
promoviendo nuevas relaciones de producción que no sean explotadoras ni
destructoras del medio ambiente.
Por último, aparece un proceso de construcción de identidad en torno al
anclaje territorial –muchas veces acotado- en el que estos movimientos se
desarrollan.
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La nueva territorialización es una respuesta estratégica a la crisis de la vieja
territorialidad de la fábrica y la hacienda, desde las cuales se construyen proyectos
populares cuyo horizonte supone la capacidad de producir y reproducir la vida.
Los trabajadores van encontrando la forma de organizarse y ocupan
empresas, crean cooperativas y reclaman la estatización de las fábricas bajo control
obrero. Esas “nuevas” formas de producir y de relacionarse socialmente se están
ensayando y se va extendiendo la idea de que es necesario volver a producir, volver
a trabajar, pero de otra manera.
Asimismo en el campo, los desplazados de sus tierras resisten, con un
concepto diferente al de tierra como propiedad y mercancía; se relacionan con
movimientos de otros países latinoamericanos y crean alianzas con organizaciones
populares urbanas del país. Muchas de estas formas incluyen consideraciones
ecológicas sobre la generación de procesos de desarrollo sustentable y lucha contra
la contaminación.
Los Movimiento de Trabajadores Desocupados -“los piqueteros”- son una
parte fundamental de este proceso de reorganización y de creación de formas de
resistencia y de lucha acordes al momento histórico.
A pesar de la heterogeneidad que lo caracteriza, estas organizaciones
construyen una alternativa política-social de no sólo nuevas formas de organización y
de protesta social, que confrontan con el sistema capitalista, sino también aspectos
de un nuevo modelo productivo que se enmarca en la propuesta de otra economía,
ya que se promueven valores tales como la autonomía, la democracia participativa,
la igualdad, la solidaridad y la sensatez ecológica. En varias de las organizaciones
actuales estos aspectos encierran una nueva concepción del trabajo ligada a la idea
de autogestión y asociación colectiva para la transformación.
“El sentido de la resistencia reside en su capacidad de constituir estructuras
solidarias de la acción que pueda intervenir en el proceso de totalización del cálculo
medio–fin para someterlo a las necesidades de la reproducción de la vida humana,
que siempre incluye como su condición de posibilidad la vida de la naturaleza.”
(Franz Hinkelammert, 1995; 324).
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