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Notas sobre las visiones de la Pobreza Florencia CENDALI1 Laura MASSA2 I. Introducción A partir de la premisa que el capitalismo se desarrolla en una dinámica de ciclos de expansión y recesión es que diversos autores sostienen que la crisis actual en el mundo en general, y en Argentina en particular, es diferente a las anteriores en duración, extensión y profundidad, lo que genera –simultánea y contradictoriamentegran incertidumbre pero, a su vez, un potencial y amplio margen de acción, de cambio. Las coordenadas del escenario mundial actual se distinguen por la innovación tecnológica y automatización de la producción, desdibujamiento de las fronteras de los Estados nacionales, fragmentación del sistema productivo, globalización de los mercados, circulación de la especulación financiera, ajuste estructural y flexibilización laboral, así como una profundización de la desigualdad -tanto en extensión como en heterogeneidad-. La pobreza se inscribe en estos profundos cambios globales, al punto tal que diversos autores hablan de “las pobrezas”, haciendo referencia a las múltiples dimensiones que la conforman. En este sentido, el presente trabajo tiene como objetivo reconstruir sintéticamente las diversas concepciones acerca de la pobreza, los sujetos que afecta, sus causas y consecuencias; dado que promoviendo una reflexión crítica sobre el espacio que ocupa esta noción en el análisis de la dinámica social Argentina y Latinoamericana será posible profundizar la discusión acerca de sus implicancias 1 Lic. y Prof. en Sociología (U.B.A). Estudiante de la Maestría en Políticas Sociales (U.B.A). JTP de la asignatura Problemática de la Pobreza de Lic. en Trabajo Social (U.N.Lu) y Becaria de Investigación – Iniciación (U.N.Lu). Contacto: [email protected] 2 Lic. En Trabajo Social (U.N.Lu). Master en Economía Social (UNGS) y Doctoranda en Ciencias Sociales y Humanas (U.N.Lu). Profesora Adjunta de la asignatura Problemática de la Pobreza de Lic en Trabajo Social (U.N.Lu) y Becaria de Investigación – Formación Superior (U.N.Lu) Contacto: [email protected] 1 políticas y prácticas para la planificación e implementación de propuestas alternativas para su superación. En tanto que la desigualdad es el principio que tendencialmente caracteriza a las sociedades modernas, y la pobreza es la forma constitutiva en que aquella se manifiesta, es que consideramos que cabe reconstruir las visiones que la caracterizan y hacen posible (o no) generar acciones orientadas a superarla. II. Contextualización de la pobreza actual América Latina sufre en la profundidad de las raíces de su pueblo el proceso de globalización y neoliberalismo que se ha impuesto en las últimas décadas del siglo XX, a partir de la instauración de los gobiernos dictatoriales, que legitimaron el establecimiento de un nuevo modelo económico basado en la especulación financiera y la mercantilización creciente de todas las esferas de la vida social. Luego de la Segunda Guerra Mundial y hasta mediados de la década del `70 se desarrolló un modelo político-económico basado en dos pilares: el pleno empleo y la solidaridad sistémica. El Estado -como régimen de Bienestar- asumió un rol interventor, caracterizado por mantener constante la demanda de la población para reactivar la producción en masa y garantizar el consumo, así como el ser regulador de los conflictos sociales, a partir de la “universalización” de las políticas públicas. El mecanismo de integración social era el trabajo asalariado, a través del cual se configuraban los derechos sociales3. En este período –también conocido como “los treinta gloriosos”/ “los treinta dorados años”- la expansión económica (y la acumulación de capital) estaba liderada por el capital industrial, “apoyada en una organización de la producción de bases taylorista y fordista, como estrategias de organización y gestión del proceso de trabajo” (Iamamoto, 2003:43). Se aplicaron estrategias que implicaban la producción en serie / en masa dirigida al consumo masivo, una rígida división de tareas (tanto entre planificadores y 3 En Latinoamérica, el “Estado de Bienestar” se comenzó a implementar durante los gobiernos populares; en el caso Argentino, durante el gobierno Peronista de 1945-1955. 2 ejecutores como en la fragmentación al interior de esas categorías) y la creación del ‘obrero masa’. Esa forma de organización y desarrollo del proceso de trabajo, la productividad industrial y los subsidios / prestamos internacionales, que se efectivizaron con el pacto de Bretton Woods, dominó el patrón de acumulación del periodo. En nuestro país, las bases del Estado de Bienestar se articularon con el proceso conocido como “sustitución de importaciones” (Ferrer, 1998). Este desarrollo industrial favoreció una incorporación intensiva de mano de obra que impulsó migraciones internas hacia los sectores fabriles y que posteriormente generaron el fenómeno conocido como “urbanización de la pobreza”. En los años posteriores, a partir de las movilizaciones y resistencias populares, se produjeron una serie de avances que cambiaron la situación de la clase trabajadora argentina: se expandió notablemente la seguridad social, se “universalizaron” el acceso a la salud y a la educación y se plantearon una serie de políticas sociales –asistenciales- para aquellas personas que no estaban “integradas” vía el empleo formal. Con la crisis del modelo fordista y el cambio del patrón de acumulación, se erigió otra forma de generar excedente: “la especulación financiera”. Este tiene su correlato en el avance del mercado -“como el único salvador posible ante la crisis”- y el rol impuesto/ asumido al/ por el Estado, por los gobiernos dictatoriales y las elites económicas (locales y extranjeras) de desregular, privatizar y “ONGizar” gran parte de las intervenciones otrora estatales. En este sentido, el mercado fue desplazando al Estado como principio ordenador y regulador de la vida política, social y económica. Esta transformación es causa y consecuencia del endeble sistema político de los países latinoamericanos. Tanto a nivel mundial como nacional, el nuevo modelo de acumulación se asentó sobre varios ‘genocidios’: el de los movimientos de construcción de poder político, el ‘obrero’ como categoría identitaria, el ‘trabajo’ (=trabajo asalariado) como mecanismo de integración social, el medio ambiente y la vida de innumerables personas en todo el planeta, sea por la acción directa de la represión o por la 3 creciente pobreza y desigualdad que genera el nuevo modelo, del que las dictaduras son portadoras y portavoces para legitimar su instauración (Massa, 2008). En este contexto, y a pesar del retorno a la democracia en toda Latinoamérica, hacia fines de los ’80 y durante la década del ’90 se fueron implementando procesos de reforma del Estado impulsados por los organismos internacionales de crédito4. Las políticas de ajuste que marcaron estas décadas, la “crisis de la ‘deuda’ externa”, las campañas mediáticas en contra de toda intervención estatal, y el predominio del individualismo extremo y del utilitarismo, fueron elementos que propiciaron un clima de consenso respecto a la necesidad de reducir el exceso de intervención del Estado’. Desregulación, focalización, selectividad y descentralización se transformaron en conceptos claves de la política estatal neoliberal- sea económica, laboral o social-; y un aspecto sustancial de la estrategia es el “pasaje de las lógicas del Estado a las lógicas de la sociedad civil” (Montaño, 1996) - que en el discurso neoliberal refiere a todo aquello que está fuera del Estado. Este pasaje de las lógicas del Estado a las de la sociedad civil, busca la ‘deseconomización’ de ciertos fenómenos y la ‘des-socialización’ de otros, al tiempo que persigue la ‘des-politización’ de los aspectos ‘sociales’ y ‘económicos’. (Massa, 2008) “El neoliberalismo quiere un ‘Estado mínimo’ sin interferir en la economía y en la vida social de las personas (...), pretendiendo así un Estado apenas como organización política cuya función sea la de garantizar (...) la ‘libertad’ en el mercado, quedando por lo tanto el ‘área económica’ librada al mercado, el ‘área social’ en manos de entidades ‘no gubernamentales’ (...), y apenas la política formal (que canaliza, reglamenta, encubre y disminuye los impactos de los conflictos sociales, especialmente las luchas de clases) en la órbita estatal” (Montaño, 1996:s/pág.). 4 El Fondo Monetario Internacional (FMI) "recomienda" políticas de estabilización, que apuntan a terminar con la inflación y mejorar la balanza de pagos (disminución de importaciones). Simultáneamente, el Banco Mundial (BM) promueve políticas de ajuste que suponen modificaciones en la estructura económica con el objeto de equilibrar las cuentas externas y utilizar dichos recursos en necesidades internas; según este discurso, este ahorro permitiría retornar al crecimiento económico. 4 La reforma del Estado implicó la instauración de un modelo no intervencionista, que dejó de lado la solidaridad y el pleno empleo con una orientación al exterior, que sustituyó el modelo de desarrollo nacional- y un proyecto de desarrollo que lo hiciera factible- junto a la instauración de un modelo de libre mercado basado en: Liberalización del sistema de precios y las regulaciones impositivas. Ajuste fiscal, efectuado principalmente sobre el Gasto Social. Reforma y privatización de todos los sectores públicos del Estado. Desdibujamiento de las fronteras de los Estados nacionales, con la consecuente segmentación de poder en la toma de decisiones vinculadas a la esfera económica. Fragmentación del sistema productivo que se evidencia en dos procesos: desindustrialización por un lado, e innovación tecnológica y automatización de la producción en los sectores “dinámicos” por otro. Libertad a las importaciones y quiebre de las exportaciones por la “globalización de los mercados” que genera “islas” de riqueza en “mares” de pobreza. Desregulación laboral, con un consecuente aumento del desempleo y deterioro del empleo formal. Aumento de la desigualdad. El resultado de esto se puede observar en: el incremento de la brecha entre ricos y pobres, la polarización social tanto a nivel nacional, como a nivel mundial. la concentración de las oportunidades en los sectores mejor posicionados para la acumulación de capital (inversiones en países donde la mano de obra es más barata –o los trabajadores están menos organizados o donde los controles ecológicos / ambientales son más débiles-, exigencia de sobre calificaciones laborales para ocupar puestos de trabajo, etc.) 5 la ruptura definitiva de los débiles mecanismos de movilidad social ascendente debido a la escasa generación de nuevos empleos y la precarización de estos, dado que el trabajo se erigió en el mecanismo de integración social por excelencia durante los “30 dorados”. la exclusión de nuevos actores sociales, y la gran pauperización de la población situada en la pobreza y en la indigencia lo que aumenta y profundiza la desigualdad -tanto en extensión como en heterogeneidad. La pregonada ‘necesidad’ de reducir el presupuesto del Estado y su intervención en la economía, resultó en que numerosas políticas públicas fundamentalmente aquellas que resultaban rentables y lucrativas- fueran transferidas a empresas privadas. Las áreas no rentables fueron consideras de interés social por lo que permanecieron en el ámbito estatal5. Al Estado sólo ‘le corresponde’ atender algunas necesidades básicas de los ‘extremadamente pobres’, es decir, de las personas que no pudieran financiar privadamente los servicios que requieran. El argumento de la mayor eficiencia -cada uno pague lo que usa y que use lo que puede pagar- ensamblado al terrorismo de Estado de los ’70 y la fragilidad de la democracia en las décadas siguientes, encubre la ruptura de mecanismos de solidaridad de clase y el pasaje de ‘los derechos sociales’ al ‘merecimiento individual’. El ‘discurso único’ tuvo dos ejes principales: “privatización -o apertura a la participación de capitales privados, en el caso de la seguridad social- y arancelamiento, de servicios educativos y de salud, por sobre los básicos y primarios, a cargo del Estado y de orientación universal. Y focalización, en el caso de las políticas de asistencia a la pobreza, como compensación a los efectos sociales del ajuste” (Grassi, 1999:4). 5 Al respecto Hayek, uno de los principales ideólogos del neoliberalismo, opina que las únicas dos funciones de un gobierno legítimo consisten “en proveer una estructura para el mercado, y proveer servicios que el mercado no puede prestar”. (Hayek, en: Merquior, 1991:191. Cit. en: Montaño, 1996). 6 En síntesis, el neoliberalismo logró desmantelar las políticas de protección estatales, al tiempo que destruyó el mundo del ‘trabajo asalariado’, y trastocó los procesos identitarios sostenidos en torno a ello, generando amplios ‘bolsones’ de pobreza, así como descreimiento de las instituciones ‘representativas’. Pero en ese contexto, de fragmentación y empobrecimiento, hubo trabajadores –ocupados, subocupados, desocupados- que fueron creando nuevas formas de lucha y resistencia. En muchos casos fueron las organizaciones de los trabajadores las que atendieron las necesidades sociales abandonadas por el Estado y generaron el reconocimiento de otras, buscando la superación colectiva contra el sistema impuesto. III. Caracterización de la pobreza actual A. Diversas perspectivas que conceptualizan la pobreza En primer lugar, señalaremos las cinco principales perspectivas que conceptualizan la pobreza, dado que a partir de ella se construyen formas de abordarla: La Tradición Clásica o liberalismo económico: Caracteriza a la pobreza como inevitable, como un resultado del funcionamiento económico, pero también posible de ser “corregida” dentro del mismo orden que la genera. El ideario individualista de esta corriente está sustentada en que “la propensión del hombre es intercambiar una cosa por otra y a perseguir su propio interés económico, y la suma del interés individual, del egoísmo individual generara el bienestar social” (Adam Smith) sustituye la ética social de garantizar la satisfacción de necesidades de todos, por la técnica del mercado. Con esto, despolitiza las decisiones en torno a la economía y sus acciones. Esta tradición sostiene que el mercado es el único que debe regular el trabajo, los salarios, etc. y que la intervención social debe estar orientada a ayudar a 7 aquellos que, por enfermedad o incapacidad, no pueden satisfacer sus necesidades por medio del mercado. Supone una idea de “transitoriedad” de la pobreza. El Darwinismo Social: Para esta perspectiva, la pobreza es el mínimo costo para lograr un “desarrollo social óptimo”, dado que en toda sociedad es imprescindible “la supervivencia del más apto”. Se basa en la tradición del liberalismo económico refiriéndose al individuo egoísta y buscador de beneficio, y en la tradición judeocristiana dominante que determina a las diferencias entre ricos y pobres como parte del orden “natural y moral”, reforzando la individualización de la situación de pobreza. El Marxismo: Para esta perspectiva, la pobreza es inherente a la sociedad capitalista, dado que el mercado es el asignador de recursos en un contexto de explotación de un grupo mayoritario de personas por otro menor. Asimismo, porque los bienes-satisfactores de las necesidades son mercancías, cuyo fin es la acumulación de la ganancia y no garantizar la reproducción de la vida de las personas. La pobreza se presenta como la expresión más tangible de la cuestión social (es decir del la contradicción entre capital y trabajo), que sólo será superada con la revolución total del sistema. La Economía Clásica en la actualidad / Neoliberalismo: El pensamiento teórico imperante es la “teoría del derrame o goteo” donde “la riqueza terminará desbordando hacía los más pobres”. Los neoliberales parten de la premisa que los individuos son calculadores y maximizadores de la ganancia, donde el móvil de toda acción en la vida social es el interés. La racionalidad medio-fin es el principio que caracteriza esta corriente (obtener el máximo beneficio con el menor costo posible). 8 Desde este lugar sostienen que la pobreza es transitoria – por eso usan la imagen del goteo de la riqueza- pero, cuando la transitoriedad se prolonga en el tiempo, suponen una individualización de la situación de pobreza. Esta perspectiva se traduce en políticas sociales focalizadas en los grupos de pobreza extrema que deben “certificar” su situación para “merecer” el beneficio de los programas sociales. En los neoliberales es posible visualizar una combinación entre: a- haber llevado al extremo el postulado del liberalismo económico del individuo racional – maximizar de beneficios b- del darwinismo social, la idea de la supervivencia del más apto en la “jungla” del mercado, donde los individuos no satisfacen “necesidades” sino sus “gustos y preferencias”. Al respecto, Von Hayek (1976) sostiene que las únicas dos funciones de un gobierno legítimo consisten “en proveer una estructura para el mercado, y proveer servicios que el mercado no puede prestar” y que “es necesario el sacrificio de algunas vidas humanas en pos de la consecución del bien general”. La visión de los Organismos Internacionales – El enfoque de las capacidades: “La pobreza es la INCAPACIDAD DE LAS PERSONAS de vivir una vida tolerable: llevar una vida saludable, tener educación, disfrutar de un nivel de vida decente, disponer de libertad política, respeto de los derechos, seguridad, acceso al trabajo productivo y bien remunerado”. Banco Mundial. Este enfoque encuentra su principal fundamento en el pensamiento de Amartya Sen quien asevera que la pobreza es consecuencia de la privación de capacidades básicas por parte de los individuos para alcanzar ciertas funciones, logros y objetivos valiosos para salir de la vulnerabilidad y llegar a la riqueza. Sostiene que la pobreza es el caso extremo de la desigualdad, ante lo cual distingue entre la pobreza basada en las capacidades y la pobreza por 9 renta. Sin negar que una y otra están inevitablemente relacionadas, ya que una opera reforzando a la otra en una dinámica que se retroalimenta mutuamente, afirma que “la reducción de la pobreza de renta no puede ser la motivación última de la política de lucha contra la pobreza. (…) eso sería confundir los fines con los medios” (Sen: 2000; 119). Su énfasis en las ‘libertades’ es riesgoso dado que pensarlas en un marco que es constitutivamente desigual es reforzar (y recrear) esa desigualdad. Desde esta perspectiva aparecen dos formas de pensar la pobreza: - como una situación individual, lo que supone la culpabilización del sujeto / los sujetos que la viven y el desarraigo de la estructura social en la que se produce. - como un posibilitador que reactiva “el capital social” de los pobres, concepto que es usado para referirse a su capacidad de trabajo y las redes sociales que construyen o pueden construir. B. Principales atribuciones a la pobreza Las conceptualizaciones que han sido sintetizadas en el apartado anterior, influyen en las diferentes atribuciones sociales que se dan a la pobreza, configurando el sentido común que impregna el imaginario colectivo y se impone sobre los pobres; dichas atribuciones pueden centralizarse en cuatro tradiciones básicas: Tradición ideológica-revolucionaria: Los pobres son distinguidos como los nuevos justicieros que, de forma casi natural, demuestran las posibilidades revolucionarias y de freno al disciplinamiento social al organizarse y reclamar por la satisfacción de sus necesidades. POBRE= REVOLUCIONARIO, “SUJETO DE CAMBIO” Tradición pintoresca-romántica: El pobre es BUENO por naturaleza. Se presenta de dos maneras: 10 - la salida es individual o testimonial sobre la vida o la superación de la pobreza. - el verdadero lugar de sociabilidad es la pobreza, tradición que ha dado lugar a desarrollos teóricos vinculados a la “cultura de la pobreza”. POBRE= BUENO, SOLIDARIO Tradición de la culpabilización: El único culpable de la situación de pobreza es el propio pobre. Esta tradición tiene relación directa con la forma de analizar el desempleo, ya que las causas siempre son endógenas / individuales, el sujeto es responsable de su situación. Nunca se reflexiona sobre el sufrimiento generado a partir de la instauración de las políticas sociales y económicas del sistema capitalista ni de su responsabilidad como causantes directas de la desigualdad. Esta tradición se traduce en el pobre como culpable de su situación. Por eso, las intervenciones se aplican en las fracciones de pobreza extrema con el fin de garantizar un mínimo funcionamiento social “armónico” y, a su vez, estas fracciones de pobreza extrema deben “certificar” sus carencias para acceder a los beneficios de los programas sociales focalizados. POBRE= CULPABLE ó MERECEDOR Tradición de “los activos”. La idea primaria de “activos” proviene de la contabilidad, que los define como “una entidad que posee valor de mercado o de intercambio, y que forma parte de la riqueza o propiedad de su dueño” (Navarro Marshall, 2008), que no sólo hace referencia a los activos reales, que son los bienes tangibles (edificios, tierra, etc y financieros (dinero, bonos y acciones), sino también a los activos intangibles (patentes, marcas, etc). Luego se extiende a aquellas relaciones e instituciones informales basadas en lógicas no mercantiles como las relaciones comunitarias, lazos de afinidad, etc. Esta tradición viene tomando cuerpo desde la década del ‘90 en la implementación de políticas sociales. Desde el Enfoque de Activos se plantea 11 que los pobres siguen siendo pobres porque no han usado suficientemente sus potencialidades de desarrollo económico (ya sea por “incapacidad”, “poco esfuerzo” o “restricciones externas” tales como las regulaciones estatales) y que dichas potencialidades estarían en un tipo de recursos: las redes de confianza y reciprocidad que unen a las comunidades y permiten que las personas trabajen colectivamente para mejorar su calidad de vida. POBRE= INDIVIDUO CON “RIQUEZA” PROPIA: SU CAPACIDAD DE TRABAJO IV. Formas de medición de la pobreza En la actualidad la definición de pobreza se orienta a sus posibilidades de medición, restringiéndose a aspectos cuantificables y materiales del nivel de vida de las personas. Es central reflexionar sobre estas formas de medición de la pobreza, puesto que, tanto para los sectores más importantes del capitalismo –los Organismos Internacionales de Créditos- como para las estructuras de acción de los países latinoamericanos sólo se puede tratar y actuar sobre la pobreza a partir de saber cuántos y dónde se encuentran las poblaciones más vulnerables. Esto supone, por otra parte, dejar de medir algunos aspectos y hacer hincapié en otros en función de la perspectiva de pobreza que se adopte y la voluntad política de combatirla; motivo por el cual es posible “retocar” los indicadores de medición: porque no son “neutros”, ni inocentes. Su definición es resultado de disputas de orden político, práctico e ideológico. Presentamos tres métodos de medición de la pobreza: Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), Línea de pobreza (LP) / Línea de Indigencia (LI) y los Métodos Integrados de Medición de Pobreza (MIP). La medición del nivel de vida de las personas se divide en dos categorías que permiten medir la pobreza: 12 - ESTÁNDAR DE VIDA: se mide a partir de la LINEA DE POBREZA Vivir con menos que otras personas - NECESIDAD: (LP) se mide a partir de las Carencia de bienes y servicios materiales requeridos para vivir y funcionar en Sociedad NECESIDADES BÁSICAS INSATISFECHAS (NBI) A. Línea de Pobreza (LP) “La presente propuesta metodológica se basa en el enfoque del Ingreso. El mismo identifica a los hogares pobres a partir de la comparación de los recursos del hogar con una canasta normativa” (INDEC, 2007a:03). Un hogar es considerado pobre si su ingreso resulta menor que la línea de pobreza (LP) y es indigente si es menor a línea de indigencia (LI). La línea de pobreza representa el monto de dinero que permite adquirir cantidades mínimas de bienes y servicios indispensables para satisfacer necesidades alimentarias y no alimentarias consideradas esenciales. La fuente tradicional de este enfoque son las encuestas a hogares, por un lado las que indagan los ingresos y por otro las que miden los gastos. El método utilizado para en este enfoque consta de las siguientes etapas: 1- Cálculo de la línea de pobreza, lo cual implica a- Determinación de las cantidades mínimas que se requiere para satisfacer las necesidades alimentarias y esenciales. b- Valuación de las cantidades 2- Comparación entre el ingreso de cada hogar y la línea de pobreza. (Beccaria L., 1994) 13 Por debajo de la LP, la “Línea de Indigencia” (LI) procura establecer si los hogares cuentan con ingresos suficientes como para cubrir una canasta de alimentos capaz de satisfacer un umbral mínimo de necesidades energéticas y proteicas. De esta manera, los hogares que no superan ese umbral son considerados indigentes. El procedimiento parte de utilizar una Canasta Básica de Alimentos (CBA), de costo mínimo, determinada en función de los hábitos de consumo de la población. Una vez establecidos los componentes de esta canasta se los valoriza con los precios al consumidor (IPC) para cada periodo de medición. NO POBRE LP ------------- (puede comprar Canasta de Bienes y Servicios) POBRE LI ------------- (sólo puede comprar Canasta Básica de Alimentos) INDIGENTE Dado que los requerimientos nutricionales son diferentes según la edad, el sexo y la actividad de las personas, es necesario hacer una adecuación que refleje las características de cada persona con relación a sus necesidades nutricionales. Para ello se toma como unidad de referencia la necesidad energética (2700 Kcal.) del varón adulto (de 30 a 59 años, con actividad moderada) y en función del sexo y edad de las personas construyendo así una tabla de equivalencia. A esa unidad de referencia se la denomina “adulto equivalente”. La fijación de las Líneas de Pobreza e Indigencia se realiza en función de los miembros de los hogares a partir de una tabla de equivalencias (TABLA 1). En la más reciente estimación en Argentina, una “familia tipo” necesita $952,30 para no caer en la pobreza y el umbral de la indigencia se ubica en $445. La “familia tipo ideal” en la Argentina está compuesta por 4 personas, una pareja y dos hijos: un jefe varón de 35 años, su esposa de 31, un hijo de 5 y una hija de 8. El inconveniente es que la fijación de la canasta no se condice con la realidad, más allá que las familias pobres tengan o no más de dos hijos, es relevante 14 tener en cuenta el sentido político de tomar solo dos niños como referencia, cuyas exigencias energéticas son aproximadamente un tercio menor (en cada uno) que el adulto equivalente, disminuyendo la cantidad de alimentos para satisfacer los requerimientos calóricos (lo que supone menos dinero para ello). Los estudios estadísticos y prospectivos realizados por la CEPAL afirman: “Entre las ventajas de este método respecto de otros figura su menor necesidad de información, y que no es necesario fijar expresamente un componente noalimentario de la línea de pobreza. A su vez, la mayor crítica surge del hecho de utilizar un criterio nutricional como indicador de bienestar, debido a que no garantizaría consistencia con indicadores más apropiados como el gasto en consumo. La relación entre gasto y consumo energético puede variar de acuerdo a gustos, niveles de actividad física, precios relativos, etc. y estas variaciones no necesariamente corresponden a cambios en el bienestar” (CEPAL, 2001:19) TABLA1: Tabla de Equivalencia Necesidades energéticas y unidades consumidoras según edad y sexo Edad Menor de un año 1 año 2 años 3 años 4 a 6 años 7 a 9 años Sexo Ambos Necesidades energéticas (kcal) Unidades Consumidoras/ adulto equivalente 880 1.170 1.170 1.170 1.170 1.170 0,33 0,43 0,50 0,56 0,63 0,72 10 a 12 años 13 a 15 años 16 a 17 años Varones 2.230 2.580 2.580 0,83 0,96 1,05 10 a 12 años 13 a 15 años 16 a 17 años Mujeres 1.980 2.140 2.140 0.73 0.79 0.79 18 a 29 años 30 a 59 años 60 y mas años Varones 2.860 2.700 2.210 1,06 1,00 0,82 18 a 29 años 30 a 59 años 60 y más años Mujeres 2.000 2.000 1.730 0,74 0,74 0,64 15 B. Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) Este método de medición clasifica a los hogares como pobres si no logran cubrir al menos uno de los 5 indicadores que se miden (INDEC – Argentina, 2007b): CALIDAD DE LA VIVIENDA: Hogares que habitan en una vivienda de tipo inconveniente (pieza de inquilinato, vivienda precaria u otro tipo). Por vivienda precaria se hace referencia a los materiales de la construcción de pisos, paredes y techo. HACINAMIENTO: Número de personas en el hogar según el número de habitaciones de la vivienda (tres o más personas por habitación). CONDICIONES SANITARIAS DEFICIENTES: Hogares que habitan en viviendas que no tienen retrete o tienen retrete sin descarga de agua para la eliminación de excretas. ESCOLARIDAD: Hogares que tienen algún niño en edad escolar (6 A 12 años) que no asiste a la escuela. CAPACIDAD DE SUBSISTENCIA: Hogares que tienen 4 ó más personas por miembro ocupado y en los cuales el jefe tiene bajo nivel de educación (sólo asistió dos años o menos al nivel primario). Este método propuesto por la CEPAL en 1970 comenzó a utilizarse en Argentina luego del retorno a la democracia en 1984 por el INDEC con el objeto de identificar a los hogares que no alcanzaban a satisfacer un conjunto de necesidades indispensables y aceptadas como universales. Los datos básicos obtenidos habían sido recolectados por los Censos de Población y se hallaban disponibles para ser analizados. Lo positivo de este método es que, al obtener la información de datos censales, permite desagregar la población por radio censal y construir mapas de pobreza, zonas geográficas y estratos poblacionales, localizando a las poblaciones específicas para políticas sociales focalizadas. Entre las limitaciones que posee se pueden enumerar: la falta de continuidad en el estudio –a diferencia de los datos muestrales-, ya que sólo se realizan cada 10 16 años y se tarda demasiado tiempo en la sistematización, los indicadores tienen una mayor adecuación para las áreas urbanas, sólo muestran situaciones extremas y no distingue la graduación. En ese sentido es posible afirmar que la pobreza es tratada como un fenómeno único y homogéneo sin diferenciación; no existen indicadores para medir temas tan centrales asociados a la pobreza como la salud, la nutrición, el alfabetismo, el vocabulario, el nivel de lecto escritura, etc. Asimismo, el gran inconveniente de nuestro país es que no reconoce el empobrecimiento masivo de las ultimas dos décadas, la pauperización creciente y el fenómeno de los nuevos pobres. C. Método Integrado de Medición de Pobreza (MIP) En los últimos tiempos se define y mide a los pobres integrando ambos métodos de medición. Se cruzan los resultados de la LP con los de la NBI, ya que ambas metodología poseen una visión parcial de la pobreza y con la complementariedad de estrategias se logra una definición y focalización de la misma. En consecuencia, la caracterización de los diferentes tipos de pobreza más trascendentes surge a partir de la integración de las metodologías, por medio del cruce de sus variables resultantes. Se obtienen 3 tipos de pobreza (CEPAL, 2001): LP NBI INGRESO MENOR A LP POBREZA ESTRUCTURAL (EJ: varias generaciones PRESENCIA DE NBI de pobreza extrema / crónica) AUSENCIA DE NBI INGRESO MAYOR A LP POBREZA INERCIAL (EJ: Diferentes tipos de clases)* NUEVOS POBRES / NO POBRE POBREZA RECIENTE (EJ: Clase media y alta. (EJ: Clase trabajadora y Hogares en condiciones de 17 media pauperizada) “Integración Social”) * La categoría de “Pobreza Inercial” es problemática y ampliamente criticada en los países Latinoamericanos, ya que la mayoría de las áreas conurbanas no poseen las condiciones normatizadas de saneamiento, más allá de la situación socioeconómica. Tal es el ejemplo de los Countries del conurbano bonaerense en la Argentina: un muy alto nivel económico que se observa acompañanando a la carencia de servicios de agua y disposición de excretas conectados a una Red. D. Mediciones alternativas Las principales críticas a los métodos para identificar la pobreza se basan en las diferentes omisiones al medir el nivel de vida de las personas. Las dos faltas más importantes se dan en el campo de la educación y la salud: Campo educativo: Cantidad y calidad educativa de los miembros de los hogares. En la actualidad se mide la cantidad de años que las personas están en el sistema educativo formal, pero no se tiene en cuenta: - los saberes que se imparten en las dependencias educativas. - su apropiación por parte de las personas (recordemos que la desnutrición, por ejemplo genera retrasos en el aprendizaje, falta de concentración, etc.) Campo de la salud: Ningún método mide la salud de la población. A pesar de que se podrían calcular varios factores en hospitales y demás centros de Atención Primaria de Salud. 18 Entre otras categorías de medición se podría evaluar: la calidad dentaria, la edad de la primera menstruación en mujeres, la calidad de la piel, etc. Por otra parte, se encuentra el debate sobre el “peso”, ya que en muchos casos no es indicador de nutrición, el excesivo consumo de alimentos ricos en hidratos de carbono garantiza peso pero no calidad nutricional. Este proceso, conocido como “el hambre oculto” (Aguirre, 2005), afecta a grandes grupos de población. En el caso de los sectores populares se debe a que la ingesta hidratos de carbono es mas “rendidora”, “llenadora” y barata, tales como los guisos de fideos, arroz o harina de maíz. Mientras que en los sectores medios y altos, la no delgadez, asociada a la mala nutrición, se debe a la comida chatarra y al sedentarismo. La omisión de no considerar estos indicadores –o generar nuevos- está dada por la crítica de no poseer un método ni herramientas específicas que lo harían representativo de la población. Por otro lado, existe un método alternativo para medir la pobreza que genera grandes controversias, el “Método de la Pobreza Subjetiva”. La medición subjetiva busca ser un método sin arbitrariedades o juicios de valor, dónde la definición de la pobreza esté dada por las percepciones de la población y no por quien realiza el estudio. “Miles de personas que cubren mes a mes sus necesidades básicas de subsistencia se siente pobres por no poder alcanzar el nivel de vida que desean, que en general incluyen el acceso a productos y servicios vinculados con la vivienda, la educación, la salud y la tecnología, o por haber perdido el nivel de vida que tuvieron en períodos anteriores” (Giarrizzo, 2007:03). Se relaciona casi exclusivamente con el ingreso y el consumo, midiendo la búsqueda del bienestar, se pregunta como ejemplo: ¿Cuál es el ingreso mínimo que usted y su familia requieren para vivir?. Este método es abiertamente criticado por no ser representativo y por no tener seguridad sobre su veracidad porque las respuestas de los encuestados pueden ser inexactas, menospreciadas o exageradas, sobretodo porque los Medios masivos 19 de Comunicación, en el marco del consumismo capitalista irracional, incitan permanentemente a la adquisición de mercancías que en general son irrelevantes o de baja prioridad para la vida. Para concluir, las formas de medición de la pobreza son centrales porque impregnan la definición, la caracterización de la sociedad y las formas de acción frente a la pobreza y la desigualdad creciente… “Alguien que es pobre es alguien psicológicamente más vulnerable, con menos esperanzas para el futuro, que tiene más probabilidades de enfermarse y morir, que domina un vocabulario menor y tiene más dificultades en expresarse. Es alguien cuya vida es más insegura e impredecible, cuyos niños tendrán menor tamaño físico y un desarrollo psicomotor más tardío, es alguien que probablemente comerá una comida cuantitativamente insuficiente y cualitativamente inconveniente, que trabajará en ocupaciones más peligrosas e insalubres, que habrá perdido más dientes y que beberá agua menos potable. No existen hoy en la Argentina datos fidedignos para medir mucho de estos hechos,lo cierto es que disminuyen y pervierten la condición humana de decenas de millones de nuestros compatriotas y hermanos”. (Escudero y Diloretto, 2005) V. Propuestas de acción ante la pobreza actual En la actualidad hay dos esferas dominantes de acceso a bienes y servicios que permitan satisfacer necesidades: el Mercado y el Estado. El mercado, asevera la teoría neoclásica, ser el mejor asignador de recursos, pero sabemos que la satisfacción de necesidades vía este mecanismo es desigual y legitimadora de esa desigualdad, puesto que supone un encuentro de “iguales” que adquieren bienes y servicios en función de su escala de “gustos y preferencias”, naturalizando que la producción de esos bienes, su circulación y acceso es desigual. El Estado también es un mecanismo de asignación de recursos, dado que opera en la distribución primaria de ingreso, a través de la política económica y laboral y secundaria del ingreso, vía la política social. En el contexto actual, el Estado interviene a partir de políticas sociales focalizadas y fragmentarias, suponiendo una escisión de los sujetos que atiende 20 según las múltiples “carencias” que los aquejan y las posibilidades de “certificarlas” (o no). Por otra parte, una gama de estas intervenciones son ejecutadas por organizaciones del “tercer sector”, a las que son atribuidas las responsabilidades de selección de la población beneficiaria, el otorgamiento del beneficio y, así como, la demostración de la “eficacia” de sus acciones. Finalmente, el Estado ha venido promoviendo la “Responsabilidad Social Empresaria” que implica la realización de acciones “sociales” por parte de las empresas a partir de las cuales quedan exentas del pago de impuestos. Estos tres tipos de acciones tienen un indicador común: todas invisibilizan que el acceso debería ser en clave de derechos. En este sentido es que aparecen nuevas formas de hacer frente a las crisis y a las situaciones de pobreza: las estrategias de organización y acumulación de poder político de los sectores que viven o necesitan vivir del trabajo, que han sido los principales perjudicados por los cambios ocurridos a partir de la instauración del modelo neoliberal. Pese a las diferencias espaciales y temporales que presentan los movimientos sociales latinoamericanos surgidos al calor de las modificaciones del modelo de acumulación, exhiben algunos rasgos comunes: En primer lugar, se evidencia una búsqueda de autonomía, tanto de los Estados como de los partidos políticos tradicionales, fundada sobre la creciente capacidad de los movimientos para asegurar la subsistencia de sus integrantes. Segundo, trabajan por la reafirmación de la identidad de los sectores sociales que los conforman. En tercer lugar, fortalecen la formación de sus propios intelectuales. Además, se preocupan por la organización del trabajo y la relación con la naturaleza, promoviendo nuevas relaciones de producción que no sean explotadoras ni destructoras del medio ambiente. Por último, aparece un proceso de construcción de identidad en torno al anclaje territorial –muchas veces acotado- en el que estos movimientos se desarrollan. 21 La nueva territorialización es una respuesta estratégica a la crisis de la vieja territorialidad de la fábrica y la hacienda, desde las cuales se construyen proyectos populares cuyo horizonte supone la capacidad de producir y reproducir la vida. Los trabajadores van encontrando la forma de organizarse y ocupan empresas, crean cooperativas y reclaman la estatización de las fábricas bajo control obrero. Esas “nuevas” formas de producir y de relacionarse socialmente se están ensayando y se va extendiendo la idea de que es necesario volver a producir, volver a trabajar, pero de otra manera. Asimismo en el campo, los desplazados de sus tierras resisten, con un concepto diferente al de tierra como propiedad y mercancía; se relacionan con movimientos de otros países latinoamericanos y crean alianzas con organizaciones populares urbanas del país. Muchas de estas formas incluyen consideraciones ecológicas sobre la generación de procesos de desarrollo sustentable y lucha contra la contaminación. Los Movimiento de Trabajadores Desocupados -“los piqueteros”- son una parte fundamental de este proceso de reorganización y de creación de formas de resistencia y de lucha acordes al momento histórico. A pesar de la heterogeneidad que lo caracteriza, estas organizaciones construyen una alternativa política-social de no sólo nuevas formas de organización y de protesta social, que confrontan con el sistema capitalista, sino también aspectos de un nuevo modelo productivo que se enmarca en la propuesta de otra economía, ya que se promueven valores tales como la autonomía, la democracia participativa, la igualdad, la solidaridad y la sensatez ecológica. En varias de las organizaciones actuales estos aspectos encierran una nueva concepción del trabajo ligada a la idea de autogestión y asociación colectiva para la transformación. “El sentido de la resistencia reside en su capacidad de constituir estructuras solidarias de la acción que pueda intervenir en el proceso de totalización del cálculo medio–fin para someterlo a las necesidades de la reproducción de la vida humana, que siempre incluye como su condición de posibilidad la vida de la naturaleza.” (Franz Hinkelammert, 1995; 324). 22 BIBLIOGRAFÍA Aguirre, P. (2005): Que comen los argentinos que comen. Miño y Dávila Editores, Bs. As Boltvink, J. (2003): “Tipología de los métodos de medición de la pobreza. Métodos combinados”. En: Revista Comercio Exterior. VOL. 53. NÚM. 5. México. CEPAL (2001): “Enfoques para la medición de la pobreza. Breve revisión de la literatura”. En: Estudios estadísticos y prospectivos. Publicaciones CEPAL. Chile. Colombo, J. 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