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Múltiples factores de estrés ponen los ecosistemas y los medios de
subsistencia al borde del abismo
ESTOCOLMO, 21.03.12: Un nuevo estudio indica que el cambio climático de por sí podría
provocar de cara al año 2100 una reducción del valor económico de algunos servicios
clave del océano en hasta 2 billones de dólares estadounidenses al año; el gran número de
amenazas que convergen de forma simultánea sobre los océanos requiere urgentemente la
adopción de un enfoque mundial integrado.
El estudio titulado ‘Valorar el océano’ (‘Valuing the Ocean’ en su título original en inglés) es el
trabajo de un equipo multidisciplinario internacional de expertos coordinados por el Instituto
Ambiental de Estocolmo (Stockholm Environment Institute, SEI). El resumen ejecutivo preliminar
publicado hoy manda un claro mensaje a los líderes mundiales que se están preparando para la
celebración de la Cumbre de la Tierra Rio+20 en junio de 2012: proteger el océano tiene que ser
una prioridad dentro de los objetivos de sostenibilidad mundiales.
El estudio también incluye un innovador análisis sobre economía del océano diseñado para
cuantificar los costes de la degradación de este entorno, que a menudo no aparecen en los
análisis de coste-beneficio que sirven de guía para la promulgación de políticas. El análisis calcula
el coste a lo largo de los próximos 50 y 100 años, respectivamente, para cinco categorías de
pérdidas de valor del océano (pesca, turismo, aumento del nivel del mar, tormentas y capacidad
de absorción de carbono) partiendo de situaciones hipotéticas caracterizadas por un nivel elevado
o un nivel reducido de emisiones de carbono.
De cara al año 2100, el daño provocado por las emisiones resultantes de hacer “como si no
hubiera pasado nada", que según los cálculos llevaría a un incremento medio de la temperatura
de 4°C, se estima en 1,98 billones de dólares estadounidenses, lo que equivale al 0,37% del
futuro PIB mundial. Una vía de reducción rápida de las emisiones que permitiera limitar el
incremento de las temperaturas a 2,2 C permitiría ‘ahorrar’ (o sea, evitaría tener que pagar) casi
1,4 billones de dólares de esos costes por daños anteriormente mencionados.
“Estas cifras son sólo parte de la historia, pero proporcionan una indicación del precio que tiene la
parte evitable de los futuros daños ambientales infligidos al océano y que, de hecho, constituye la
distancia que separa nuestras esperanzas de nuestros temores”, afirma Frank Ackerman,
Director del Grupo de Economía Climática del Instituto SEI. “El coste de no hacer nada se
incrementa enormemente con el paso del tiempo, y éste es un factor que debe reconocerse y
tenerse en cuenta totalmente a la hora de llevar a cabo la contabilidad del cambio climático”.
Asimismo, si bien el cambio climático constituye una enorme amenaza, cabe decir que no es la
única. Un argumento fundamental de Valorar el océano es que la convergencia de múltiples
factores de estrés – la acidificación, el calentamiento del océano, la hipoxia, el aumento del nivel
del mar, la contaminación y la sobreexplotación de los recursos marinos – podría llevar a daños
mucho mayores que los resultantes de amenazas simples.
El estudio no asigna un valor monetario al total de daños estimados, pues muchos de ellos
implican pérdidas “de valor incalculable”, como por ejemplo la extinción de especies, pero arguye
que, visto lo mucho que sabemos sobre los costes potenciales, los líderes mundiales deberían
adoptar un enfoque de precaución y aplicar medidas contundentes para proteger los océanos,
incluso a falta de datos económicos completos.
“Debemos desarrollar una visión integrada de cómo nuestras acciones afectan al océano y
amenazan los servicios vitales que este último proporciona, desde el alimento, pasando por el
turismo, hasta la protección contra las tormentas,” afirma Kevin Noone, Director de la Secretaría
Sueca de Ciencias Ambientales del Sistema Terrestre de la Real Academia Sueca de las Ciencias
y coautor de ‘Valorar el océano’. “El océano mundial contribuye de forma importante a las
economías nacionales y constituye un actor clave dentro del relato en constante evolución del
cambio ambiental terrestre; y, sin embargo, queda sistemáticamente excluido de las estrategias
económicas y de cambio climático existentes a escala nacional y mundial. Queremos colmar estas
lagunas y proporcionar una visión holística del valor del océano”.
El análisis presenta los últimos datos sobre la forma en la que partes del océano se están viendo
afectadas por múltiples factores de estrés, por ejemplo la acidificación, el calentamiento y la
hipoxia, lo cual significa que el daño previsto, y su correspondiente coste, es mucho mayor que en
el caso de impactos simples.
“Ya no podemos permitirnos el lujo de abordar un único problema a la vez. Necesitamos con
urgencia concebir un sistema de gestión que funcione a todos los niveles, desde la escala local a
la mundial, y nos permita optimizar de forma sostenible el uso que hacemos de los recursos
marinos a la luz de las amenazas simultáneas y a menudo sinérgicas que pesan sobre el
océano”, afirma Julie Hall, del Instituto Nacional de Investigación Acuática y Atmosférica de
Nueva Zelanda (New Zealand National Institute of Water and Atmospheric Research, NIWA) y
coautora del capítulo sobre ‘Impactos de factores de estrés múltiples’.
Valorar el océano insta a los responsables políticos a tener íntegramente en cuenta las amenazas que
pesan sobre los servicios del océano en los planes económicos y de desarrollo más amplios, lo cual
incluye también valorar el enorme potencial de absorción de ‘carbono azul’ de los ecosistemas marinos.
Los autores piden asimismo que se apliquen medidas locales, como por ejemplo la creación de zonas
marinas protegidas (ZMP), para reforzar la capacidad de resistencia y recuperación de los ecosistemas
marinos y para protegerse contra el creciente riesgo de que se produzcan acontecimientos extremos,
como por ejemplo el blanqueo masivo de coral o tormentas tropicales de mayor intensidad.
En cualquier caso, vista la enormidad de la amenaza climática en particular, Valorar el océano hace
hincapié en que la única forma de evitar ingentes costes adicionales y consecuencias catastróficas en el
futuro es reducir de forma drástica las emisiones de CO2.
- FIN Para solicitar más información o concertar entrevistas, póngase en contacto con Sophie Hulme,
móvil +44 7973712869, e-mail [email protected]. Los autores pueden conceder
entrevistas en inglés, español y sueco.
Notas para los editores:
Valorar el océano se publicará en verano de 2012.
El lunes 26 de marzo, Kevin Noone y Julie Hall presidirán una sesión de “Planeta bajo presión”
(Planet Under Pressure), una importante conferencia internacional que se centra en encontrar
soluciones al reto de la sostenibilidad global. Esta sesión permitirá presentar las principales
conclusiones del estudio, se centrará en dar una visión de conjunto de las amenazas que pesan
sobre los océanos del planeta y ofrecerá recomendaciones para unas estrategias de gobernanza
y gestión en todas las escalas que vinculen la toma de decisiones locales a los efectos de ámbito
mundial. Para más información, visite la página web
http://www.planetunderpressure2012.net/pup_session.asp?19070
El Instituto Ambiental de Estocolmo (Stockholm Environment Institute, SEI) es un instituto
internacional de investigación independiente que goza de una excelente reputación por sus
análisis científicos rigurosos y objetivos dentro del ámbito del medio ambiente y el desarrollo. SEI
tiene como objetivo propiciar el cambio hacia un desarrollo sostenible tendiendo puentes entre la
ciencia y la promulgación de políticas. www.sei-international.org
El estudio ha sido financiado por la Okeanos Foundation, que tiene por objetivo ayudar a las
sociedades a encontrar formas de crear un equilibrio entre sus propias necesidades y las
necesidades de los océanos proporcionando información que permite a las comunidades
mantener los recursos y los hábitats que necesitan todas las criaturas.
www.okeanos-foundation.org
El estudio se ha realizado en asociación con la Fundación para el Diseño y la Empresa Sostenible
(Foundation for Design & Sustainable Enterprise, FDSE), una fundación sin interés de lucro con
sede en Estocolmo (Suecia). La visión de FDSE es la de unas industrias que hacen que la gente
sea más feliz, que las comunidades sean más fuertes y que el planeta tenga una mayor
capacidad de resistencia y recuperación. La misión de FDSE es acelerar las innovaciones
necesarias para garantizar que todo esto suceda. www.fdse.se