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LUNES, 19 DE NOVIEMBRE DE 2012 EL ECONOMISTA
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Economía
Pierre Moscovici Ministro de Economía y Finanzas de Francia
“La confianza volverá con soluciones
a corto plazo para Grecia y España”
PARÍS.
Sin miedo. Así se muestra el responsable de la cartera de Economía y Finanzas de Francia, Pierre
Moscovici. Apoya que la Unión Europea continúe adelante con la idea
de la integración. Respecto a Francia, no acepta la catástrofe. Sí la
ambición. De ahí su apoyo al mundo empresarial, fundamental para salir de la crisis. Una crisis que
empieza a dejar atrás lo peor, en
su opinión.
¿Ha salido realmente la zona euro
de apuros? ¿Qué decir de España
y de Grecia?
Lo peor ha pasado. Estamos saliendo de una crisis existencial gracias
al cambio de actitud del BCE, al paquete de medidas para el crecimiento, al Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede), a la ratificación del
tratado y al voto de la ley orgánica
en Francia, que constituye una señal fuerte. La reorientación de la
construcción europea está en marcha. Ahora se trata de aportar soluciones a corto plazo para Grecia
y España y avanzar de manera ambiciosa en lo relativo a la supervisión bancaria. Si resolvemos estos
tres problemas, habrá una verdadera vuelta a la confianza.
¿Está Francia, como Alemania, dispuesta a ir más lejos en lo que a la
integración europea se refiere?
La integración no nos asusta. Francia tiene mucho empuje, está dispuesta a ir más lejos en integración
política –el presidente de Francia,
François Hollande ha hablado incluso de unión política–. Pero con
una condición: integración y solidaridad tienen que ir a la par. Las
poblaciones deben percibir esta dimensión económica y social, constatar consecuciones concretas. Si
no, el contador se quedará bloqueado y los franceses no desearán dar
más pasos hacia adelante.
Centrándonos en Francia. Los empresarios hablan de una situación
económica “gravísima” y reclaman
reformas estructurales muy fuertes. ¿Qué le parece?
Cuidado con el tono catastrofista.
Sobre el BCE:
“Estamos saliendo
de una crisis
existencial gracias
al cambio de actitud
de Fráncfort”
Más Europa:
“Integración y
solidaridad tienen
que ir a la par.
Las poblaciones
deben percibirlo”
Nota de la deuda:
“Las agencias son
sensibles a nuestros
esfuerzos y están
dispuestas a
dejarnos tiempo”
Hay que salir de ese clima de tensión que no es sano. Nuestra ambición es volver a enderezar Francia.
Quiero ser el ministro de las empresas, reivindico una actitud proempresas. Sin ellas, no hay creación
de riqueza, ni empleo, ni crecimiento. Las compañías tienen que encontrar en los poderes públicos a
un socio estable, positivo. No se insiste lo suficiente en todas las medidas fiscales que siguen sin haber
cambiado y que apoyan a nuestras
pymes. Ninguna de las medidas fiscales del proyecto de ley de Finanzas las afecta. Todas las medidas
tienen previstas una exención o exoneración para que las pymes no tengan que soportar sobrecargas fiscales. El Gobierno no practica el racismo antiempresa. Tampoco convendría hacer falsas acusaciones
sistemáticas contra el Ejecutivo.
ElMovimientodeEmpresasdeFrancia (Medef, la patronal francesa)
está exigiendo que se retire el sometimiento de las plusvalías mobiliarias al baremo del Impuesto
sobre la Renta.
Cuando los empresarios, a través
de sus organizaciones, desean ser
escuchados –un diálogo–, mi puerta está abierta. Pero cuando tropezamos con críticas globales e ideológicas, las rechazo. Todo el mundo debe participar en el esfuerzo
colectivo de recuperación, incluidas las empresas. Llega un momento en que hay que saber aterrizar,
poner fin a una riña tonta.
¿Está a punto la planificación?
Nos mantenemos firmes en cuanto a los principios, pero somos muy
pragmáticos en lo que respecta a su
aplicación. No vamos a dar marcha
atrás en lo relativo al alineamiento
de la fiscalidad del capital en relación a la del trabajo. Pero quiero luchar contra la renta y la especulación, no contra la toma de riesgos.
Y resulta que las plusvalías de cese
para los empresarios no son una
renta del capital como otra. Se asemejan más a la renta de un trabajo
creativo. Hemos decidido, por tanto, varios planes a debatir con el
Parlamento. Primero, el dar marcha atrás en relación a la retroacti-
EL ECONOMISTA LUNES, 19 DE NOVIEMBRE DE 2012
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Economía
Sí, pero imagínese que el crecimiento no llegara al 0,8 por ciento...
No puedo situarme en esa hipótesis, y estoy persuadido de que no
falta mucho para que comience un
repunte significativo y que el crecimiento se sitúe por encima del
consenso. La salida de la crisis europea será decisiva. Y si no fuera el
caso, el ritmo de reducción del déficit no se le plantearía sólo a Francia, sino a nivel europeo.
¿EsposiblequelaComisiónEuropea
sancione a Francia si considera, en
adelante, que el Presupuesto para
2013 no es suficiente para garantizar el regreso al 3 por ciento?
No lo creo. Francia no está en el visor de la Comisión. Me relaciono
muy regularmente, y de manera
constructiva, con Olli Rehn, y le repito: “Juzgadnos en base a nuestros
resultados, pero dejadnos libres de
elegir los medios para llegar a ellos”.
En Bruselas confían en nuestra voluntad de recuperación.
REUTERS
vidad de la medida en 2012. Además, la reforma no se aplicará a los
creadores de empresas, las exoneraciones serán reforzadas para los
inversores, los business angels serán alentados a reinvertir. En cuanto a los gestores de fondos y a los
directivos que detenten acciones
gratuitas, serán tratados de manera específica.
¿Se está degradando la percepción
de Francia en el extranjero, como
afirman la patronal y numerosos
empresarios?
Estuve recientemente en la reunión
del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial en Tokio,
donde la percepción de Francia difiere totalmente. Además, hemos
salido de la atmósfera de acusación
permanente de la zona euro. La economía gala está teniendo dificultades: nuestra deuda es demasiado
alta, el paro alcanza niveles insoportables y la competitividad debe
mejorar. Pero nuestros interlocutores nos consideran una gran economía, abierta, y reconocen la sinceridad y la credibilidad del esfuerzo de recuperación que estamos llevando a cabo. Esto es así en el caso
de todos nuestros socios, de los inversores, de los mercados.
¿Teme una próxima degradación
de la nota de Francia por parte de
Moody’s?
Tenemos intercambios positivos
con ellos. Yo mismo los he tenido
recientemente. Creo que las agen-
cias son sensibles a los esfuerzos
en curso y que están dispuestas a
darnos tiempo.
La oposición y el Medef se preocupan por los efectos recesivos del
Presupuesto...
Para empezar, nadie debe negar la
amplitud de nuestra tarea: ¡reducir el déficit de 5 por ciento al 3
por ciento en 18 meses es algo considerable y forzosamente difícil!
Pero el crecimiento es nuestra primera preocupación. El reparto entre alza de impuestos y reducción
de gastos es lo más dinámico posible y preserva la justicia social,
protegiendo a las clases medias y
populares.
¿Es realmente intangible el objetivo de regreso del déficit al 3 por
ciento del PIB en 2013? ¿Tomará
nuevas medidas de recuperación
si el crecimiento no acude a la cita?
El objetivo del 3 por ciento es imperativo, debe ser cumplido: es una
cuestión de credibilidad, de calidad de Francia. Tengo la voluntad
absoluta de llevar a cabo un desendeudamiento competitivo, soberano, que resulte beneficioso por medio de los bajos niveles de los tipos
de interés para toda la economía.
He acogido con interés el debate
abierto por el FMI, que rechaza,
como nosotros, las políticas de austeridad. Pero Francia no ha implorado ninguna prórroga, ninguna
derogación.
Los medios económicos se cuestionan la claridad de la política gubernamental en términos de competitividad. ¿Ha salido de su radar el
tema de la reducción del coste de
trabajo?
Ninguna idea ha salido de nuestro
espectro. El calendario no ha cambiado: el informe Gallois se entregará el 5 de noviembre; el Alto Consejo de Financiación de la Protección Social entregará el suyo en breve; el Gobierno trabaja bajo la
dirección del primer ministro. Por
tanto, habrá una verdadera agenda
de competitividad en los próximos
meses. ¡No es mucho tiempo!
Gerhard Schröder esperó cuatro
años, Nicolas Sarkozy habló del IVA
social en 2007 y lo sometió a voto
en 2012. Estamos yendo mucho más
rápido que ellos, no estamos sumiéndonos en el esperismo.
Se habló durante un tiempo de “choque” de competitividad, y ahora
empezamos a oír “trayectoria”,
“choque de confianza”...
Hay que tener una aproximación
global tanto de la competitividadcoste como de la competitividad sin
considerar el coste. ¿Cuáles son los
factores clave? El coste del trabajo,
pero también el del capital –la financiación de la economía–, con la
reforma del ahorro regulado, de la
reforma bancaria y del ahorro financiero, o también la creación del Banco Público de Inversión; la reforma
del mercado del trabajo, para ir más
allá en el tema de la seguridad, la
elasticidad y la previsibilidad de la
evolución. Tampoco hay que olvidar medidas sectoriales, que pueden incumbir al sector inmobiliario, a la energía, los transportes o incluso a las profesiones reguladas.
¿Anunciará reformas en todos estos sectores de aquí a final de año?
No estamos en el poder para cinco
meses, sino para cinco años. Estamos haciendo reformas profundas
y continuas. Por lo demás, el presi-
Compromisos:
“Rebajar el déficit
al 3% es difícil, pero
el crecimiento es
nuestra primera
preocupación”
Comisión Europea:
“Me relaciono
con Olli Rehn. En
Bruselas confían
en nuestra voluntad
de recuperación”
Competitividad:
“En los salarios
bajos, el alivio
de las cargas sería
más eficaz para
la competitividad”
dente y el primer ministro son los
encargados de anunciar las fechas
del calendario y su contenido, así
que no voy a jugar a inventarme cosas –incluso si participo, con mis
propuestas, en la elaboración–.
¿Puede inspirarles el informe Attali de 2008?
Sí, hay muchas cosas interesantes
en ese informe, aunque no todas.
No habrá temas tabú. Insisto: no se
nos perdonaría la ausencia de reformas estructurales. Son necesarias. Nuestros interlocutores internacionales, que confían en nosotros, las están esperando. Y no serán decepcionados Lo haremos a
nuestra manera, socialdemócrata,
pero lo haremos.
Louis Gallois ha evocado una horquilla de 30 a 50.000 millones para la bajada del coste del trabajo.
¿Tienen sentido estas cifras?
He estado con él y su contribución
será preciosa. No creo, por mi parte, que la economía y la sociedad
francesa puedan soportar un tratamiento de choque. Adaptaremos una
estrategia global y progresiva a lo
largo de cinco años; por tanto, no
será brutal, con un alza masiva de
la Contribución Social Generalizada (CSG, impuesto destinado a costear la Seguridad Social) o del IVA.
Laurence Parisot (la presidenta de
la patronal gala Medef ) se conformará con una reforma que se escalonará a lo largo de tres años. El debate público ha cambiado en estas
últimas semanas, hay una suerte de
toma de conciencia, también por
parte de los que evocaban un electrochoque el verano pasado. En cuanto al envoltorio, ya veremos.
¿Necesita la economía una nueva
reducción de las cargas sobre los
salarios bajos, o una reducción específica de los sueldos un poco más
elevados de la industria?
Considero que es en los salarios más
bajos donde el efecto sería más eficaz, en términos de empleo y de
competitividad.
Cambiando radicalmente de tema,
a la filial bancaria del grupo de automoción PSA le está costando un
poco financiarse en los mercados.
Usted ha pedido a los bancos que
la ayuden. ¿Aportará el Estado, por
su parte, su garantía?
Hay que definir las condiciones de
una reconquista del futuro para PSA.
Ello pasa por una solución global,
social e industrial, estratégica y financiera. Estoy trabajando en ello
junto con Arnaud Montebourg y Michel Sapin, bajo la dirección de JeanMarc Ayrault. Es importante que la
filial bancaria del grupo pueda financiarse. He pedido a la banca que
contribuya y está dispuesta. El Estado podrá apoyar con cantidades
que aún están por definir. Estamos
hablando de este tema, que se inscribe en una estrategia de conjunto.
© Les Échos.