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Guía de Ayuno 1. Escrituras de referencia para el ayuno Mateo 6:16-18, Mateo 9:14-15, Lucas 18:9-14, 1 Samuel 7:5-6, Esdras 8:21-23, Nehemías 9:1-3, Joel 2:15-16, Jonás 3:5-10, Hechos 27:33-37. 2. Comienza desde donde estás Todos estamos en diferentes puntos en nuestro caminar con Dios. Igualmente, nuestros trabajos, horarios diarios y condiciones de salud son diferentes y demandan diferentes niveles de nuestra energía. Ya sea que hayas ayunado antes o que esta sea tu primera vez, lo más importante es comenzar desde donde estás. Tu ayuno personal debe presentarte un grado de desafío, pero es muy importante conocer tu propio cuerpo, conocer tus opciones y, ante todo, buscar a Dios en oración siguiendo la guía del Espíritu Santo. ** Recuerda, el objetivo del ayuno no es simplemente dejar de comer, sino acercarte a Dios. 3. Elije tu tipo de ayuno Mientras te preparas para tu ayuno, es importante elegir con antelación qué tipo o combinación de ayuno harás. Esto te ayudará a posicionarte para terminar tu ayuno de manera exitosa. En tu preparación para ayunar es importante elegir un plan de ayuno que funcione para ti. Si bien esta sección proporciona información general sobre los diferentes tipos de ayuno, así como algunas sugerencias sobre cómo crear tu propio plan de ayuno, es importante mencionar que no hay nada más espiritual acerca de un tipo de ayuno en comparación con otro. Estas son simplemente guías y sugerencias sobre diferentes maneras de ayunar. **No dejes que lo que comes o no comes se convierta en tu enfoque, sino concéntrate en acercarte a Dios. Recuerda, este es un tiempo para desconectarte de sus patrones y hábitos regulares, y conectarte más de cerca con Dios. a. Ayuno de un alimento específico En este tipo de ayuno, tú omites un alimento o alimentos específicos de tu dieta. Por ejemplo, puedes elegir eliminar todas las carnes rojas, alimentos procesados o rápidos, todos los dulces y el azúcar, etc. La mayoría de las personas pueden incorporar este tipo de ayuno con relativa facilidad. También puede ser una gran alternativa para las personas con necesidades dietéticas específicas o condiciones médicas que crean ciertas limitaciones. 1 b. Ayuno de Daniel La base del ayuno de Daniel son las frutas y verduras. Algunos vegetales amiláceos (con almidón) y productos lácteos podrían ser incluidos en este ayuno, dependiendo de cada individuo. El ayuno de Daniel es un gran modelo y puede ser extremadamente eficaz para el enfoque espiritual, la disciplina corporal y la purificación del cuerpo y el alma. En el libro de Daniel encontramos dos momentos diferentes en los que el profeta Daniel ayunó. En Daniel 1:12, él sólo comió vegetales y agua, y en Daniel 10, mientras que el pasaje no da una lista específica de alimentos que Daniel comió, afirma que él no comió alimentos ricos en calorías, así como ninguna carne o vino. Basado en estos dos versículos podemos ver que cualquiera de los tipos de ayuno o una combinación de los dos constituye un “ayuno de Daniel”. c. Ayuno de jugos Un ayuno de jugos es simplemente consumir jugos de verduras, de frutas y agua, en lugar de alimentos sólidos. Mucha gente también incluye suplementos dietéticos en su plan líquido. Este es uno de los ayunos más populares y efectivos. Incluso si tú eliges no hacer un ayuno sólo de líquidos, el sustituir una o dos comidas por líquidos es una gran alternativa. d. Ayuno de agua Un ayuno sólo con agua es el ayuno normal mencionado en la Biblia. Así es como Jesús y la iglesia del Nuevo Testamento ayunaron. Un ayuno de agua requiere que no se consuma ningún alimento o bebida que no sea agua. Los ayunos periódicos del agua pueden ser muy beneficiosos, pero se deben tomar precauciones extremas. Para algunas personas es difícil cumplir con sus trabajos o tener energía para sus familias cuando se ingiere solamente agua. Recomendamos consultar primero con tu médico y ayunar con agua por uno o dos a días, a menos que puedas tener un retiro o tu trabajo te permita realmente desconectarte para podar entregar toda tu energía al ayuno. Recuerda, cuando Jesús hizo su ayuno de cuarenta días, Él fue por Sí mismo y se retiró al desierto. e. Ayuno de medios Aunque el ayuno normalmente se refiere a abstenerse de alimentos específicos, también puede ser muy beneficioso ayunar una actividad o hábito regular. Esto podría incluir ver televisión, medios sociales y cosas similares. El ayuno y la oración no se limitan a conectarse con Dios, sino también a desconectarse del mundo. Trata de desconectarte de algunas de las distracciones regulares de tu día, tanto como te sea posible. Reemplaza ese tiempo con cosas que te nutrirán espiritualmente. f. Ayuno total Un ayuno total es donde no se consume nada (líquido, alimento sólido, o agua) durante un período muy corto de tiempo. Hay ejemplos de este tipo de ayuno en la Biblia. Era un tipo de ayuno asociado al luto, como en el caso de la muerte del bebé del rey David y Betsabé. Después de ese triste acontecimiento, David participó en un ayuno total durante una semana (2 Samuel 12). Bajo el Nuevo Pacto, no ayunamos por nuestras penas ni para pedir perdón. Dios ya nos ha perdonado y se nos manda celebrar a Jesús porque Él está vivo. Además, la abstinencia completa de alimentos y agua puede ser muy peligrosa para nuestra salud. Intentar dejar de tomar agua durante un período de tiempo puede ser extremadamente perjudicial para el cuerpo. 2 g. Ayuno durante el embarazo o el tiempo de lactancia No se recomienda un ayuno estricto durante el embarazo o la lactancia. Si estás en esta temporada maravillosa de tu vida, pero quieres participar en el plan de 21 días, aquí están algunas opciones para que consideres – sólo con la aprobación de tu médico: • Un ayuno de Daniel modificado que incluya granos enteros, legumbres, calcio y suplementos de hierro • Ayuno de dulces, postres y / o carnes rojas • Ayuno de ciertas distracciones (programas de televisión, películas, medios sociales, etc.) * Si eres una madre embarazada o lactando, tu prioridad es la salud del bebé que Dios te ha confiado. h. El ayuno y los trastornos alimenticios Si has luchado con un trastorno alimenticio (como la anorexia o la bulimia), esta situación es una batalla de la mente que tú puedes ganar a través de Cristo (Filipenses 4:13). Recuerda, el ayuno es una herramienta utilizada para acercarse a Dios, y de hecho debería evitar que nos enfocáramos tanto en los alimentos. Si tu método de ayuno va a causar de alguna manera que te obsesiones con lo que comes, tendrás que cambiar tu enfoque o tu mentalidad. Si renunciar a la comida es una piedra de tropiezo para ti, entonces considera ayunar la televisión, la lectura (aparte de la Biblia, por supuesto), los medios de comunicación social, o el ir de compras. Hacemos estas cosas para distraernos de los problemas reales que nos hieren. Si puedes identificar otras áreas similares, intenta dejar esas en lugar de dejar la comida. Recuerda que tú estás cubierto(a) por la gracia de Dios, y Dios te mostrará lo que debes hacer. Su "yugo es fácil" y Su "carga es ligera" (Mateo 11:30). Su camino traerá descanso para tu alma. 4. Inicio y final del ayuno Dependiendo del tipo de ayuno que elijas, es muy importante preparar tu cuerpo con anterioridad antes de comenzar el ayuno. Toma una semana o más para la transición a tu ayuno, de lo contrario, podrías llegar a enfermarte. Por ejemplo, si deseas hacer ayuno de frutas, verduras o jugo, comienza a eliminar la carne, los granos blancos y los azúcares refinados de tu dieta la semana anterior al ayuno. También reduce ingerir lácteos y cafeína. El mismo principio se aplica al romper tu ayuno. Cuando tu ayuno termine, empieza a añadir alimentos de nuevo muy poco a poco y ¡no rompas tu ayuno con una hamburguesa grasienta! Ya que tu cuerpo estará limpio y desintoxicado, lo más probable es que te enfermes si comes algo así. También hay varios suplementos que pueden ayudar en el proceso de desintoxicación durante tu ayuno. Pídele recomendaciones a tu médico. 5. La oración y la lectura de la Palabra durante el ayuno 1 Samuel 1:6-8, 17-18, Nehemías 1:4, Daniel 9:3, 20, Joel 2:12, Lucas 2:37, Hechos 10:30, Hechos 13:2. Al igual que el ayuno y la oración, leer la Biblia te conecta con Dios de una manera más poderosa. No se trata de un deber sino de una relación. Cuando leemos la Palabra, entramos en la misma presencia de Dios. ¡Su Palabra es viva y activa! A medida que leemos, nos acercamos a Dios y nos posicionamos para escuchar de Él de manera particular. Una vez más, como en el caso de la oración, elige el tiempo y el lugar donde vas a leer tu Biblia y tu devocional cada día, y estarás preparado para escuchar lo que Él quiere decirte. a. Lee de manera consistente Es mejor leer un poco todos los días que tratar de cubrir dos horas de lectura bíblica o devocionales en una sola sesión. Es importante digerir la Palabra en cantidades masticables. No muerdas más de lo que 3 puedas digerir y nunca compares tu "rendimiento" con el de los demás. Si dejas de leer unos días, empieza a leer a partir de donde dejaste, pero mantente y no te rindas. La clave es que esto sea algo sencillo y constante. b. Ora mientras lees Habla con Dios mientras lees. No te precipites. Si te encuentras con algo que no entiendes, haz una pausa por un momento y pregúntale a Dios acerca de eso. Orar mientras lees es hacer un espacio y tiempo para hablar con Dios y darle el tiempo y el espacio para que Él hable contigo. Tomar tiempo para meditar en la Palabra de Dios es tan importante como leerla. 6. Cómo sacar el máximo provecho de su tiempo devocional con Dios: • Toma tiempo para adorar a tu Padre Celestial, darle gracias y alabarlo por lo que Él es, y por todo lo que Él ha hecho y va a hacer en tu vida y la vida de otros. • Lee y medita en la Palabra de Dios (punto anterior). • Lleva tus oraciones y peticiones a tu Padre Celestial. Él puede poner personas en tu corazón que no están en su lista de oración. Ora por ellos cuando el Espíritu Santo te lo indique. • Ora en tu lenguaje de oración celestial (lenguas) y permite que el Espíritu Santo ore en tu nombre. • Habla con Dios y toma tiempo para escucharle. Él quiere darte sabiduría, conocimiento, revelación y poder para vencer al enemigo. • Mantén un diario durante tus tiempos de oración. Esto te animará cuando recuerdes y veas lo que Dios está haciendo y lo ha hecho en tu vida. Deja que el enemigo sea derrotado a través de tu completa entrega a Dios mediante Su Hijo Jesús y por el poder del Espíritu Santo. ¡Permite que Dios se mueva a través de ti! ¡No te rindas y espera grandes cosas! 4