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Aproximación a la historia de la Filosofía
Presentación
Este Cuaderno, centrado en su mayor parte en el proceso histórico-social concerniente a la Filosofía, recoge
el resultado de los talleres y aulas desarrollados en nuestra sede social durante cerca de dos años, cuyo
objetivo fundamental fue promover el pensamiento crítico, tomando como base una concepción del mundo
respetuosa con la realidad objetiva.
Surgió como tal, pues, de la iniciativa de los participantes, deseosos en general de contar con un material de
consulta, resumido, que pudiera servir a su vez de introductorio para facilitar la participación de nuevos
socios interesados en el estudio. Ahora, corregida y aumentada su primera edición de 2002 y a la espera de
cuantas sugerencias y críticas surjan para una nueva edición, lo ponemos en tus manos y te invitamos a
sumarte a la iniciativa de poner nuevamente en marcha el aula de Filosofía.
Madrid año 2004
Titulo: Aproximación a la historia de la Filosofía
Autor: Comisión de documentos del Aula Faustino Cordón.
Portada: Caum
Imprime y edita:
Caum (Club de Amigos de la Unesco de Madrid)
Plaza Tirso de Molina 8, 1º.
Tel: 913 690 842 – 913 691 652
www.nodo.org/caum
Correo-e: [email protected]
1
Indice
Pág.
03
03
04
04
¿Qué es la Filosofía?
La filosofía como ciencia
La corriente idealista de la filosofía
La corriente materialista de la filosofía
04
08
09
11
13
El pensamiento prefilosófico en Mesopotamia
El pensamiento prefilosófico en Egipto
El pensamiento filosófico en la antigua China
La filosofía en la China de los siglos III a la Edad Moderna
El pensamiento filosófico en la antigua India
15
19
20
22
24
El pensamiento filosófico en la Grecia del siglo –VI
La filosofía en Roma desde -130 hasta 250 de n.e.
El período helenístico
El pensamiento filosófico durante la Edad Media
La filosofía arabográfica
26
28
30
33
36
39
El materialismo en la época preindustrial y el renacimiento
En Inglaterra se estaba gestando la revolución industrial
Los pensadores franceses
La filosofía clásica alemana
Pensadores rusos
El pensamiento filosófico y revolucionario latinoamericano
41 Las concepciones materialistas de los pensadores europeos de los siglos XVII – XVIII
41 Etapas fundamentales del desarrollo y aparición de la filosofía marxista
42 Hacía falta una teoría revolucionaria
2
“El problema de la relación entre el pensar y el ser, entre el pensamiento y la naturaleza, es el problema
supremo de toda la filosofía, tiene, pues, sus raíces en las ideas limitadas del estado de salvajismo”.
Aproximación a la historia de la filosofía
¿Qué es la Filosofía?
Rara persona no se habrá preguntado alguna vez, observando la maravillosa diversidad y complejidad
de fenómenos y cosas, o pensando incluso acerca de la brutal disparidad entre lo que el trabajo humano ha
acumulado de riqueza material e intelectual y la situación de pobreza e irracionalidad existente ¿Qué sentido
tiene todo esto? ¿Cual es el sentido y valor de la vida humana…?
La palabra filosofía* tiene mucho que ver con esos interrogantes, cuyas respuestas dependerán de
cómo percibamos las cosas, es decir, de manera tal que nos sintamos indiferentes ante cuanto suceda en el
medio social y natural, o, por lo contrario, sensibles a los problemas, al dolor ajeno y las carencias sociales, y
no haya entonces nada que pueda frenar la necesidad de conocer las causas de cuanto sucede en el mundo:
sobreexplotación, violencia y guerra organizadas, miles de millones de personas excluidas, empujadas fuera
de la vida, al lado de un derroche bárbaro civil y militar que pone en peligro la existencia de la vida toda en el
planeta.
Comprender, tomar conciencia y formularnos debidamente el modo de conocer el origen y el porqué de
las cosas, es, como todo demuestra una tarea nada fácil. Y es más difícil aún dar con las vías y los métodos
acertados de explicación, cuando, como está ocurriendo, han puesto en marcha una gigantesca fábrica
ideológica de desinformación para que nada provea el conocimiento cabal de las cosas. Por consiguiente,
resulta necesario en extremo luchar por la instauración de un tipo de sociedad que permita recuperar y
convertir en patrimonio de todos el papel fundamental de la filosofía: mantener constantemente a salvo el
proceso de crítica y búsqueda permanente de la verdad.
*Philosophía de philen, amar, y, sophía, sabiduría, saber. “Ciencia que trata de la esencia, propiedad,
causa y efectos de las cosas naturales” (D.R.A.E). Pitágoras acuñó los términos Filosofía ("amor a la
sabiduría") y Matemáticas ("lo que se conoce", "lo que se aprende"), contribuyó de forma decisiva a
establecer una íntima y duradera relación entre Filosofía, Matemáticas y Ciencia. Kant entendía la
filosofía como "un proceso en desarrollo constante" tras la búsqueda permanente de la verdad.
La filosofía como ciencia
… es una de las "ciencias" más antiguas. Surge en la historia del Antiguo Oriente: Babilonia, Egipto,
India, China y luego Grecia. Guarda afinidad con todas las demás ciencias, pero, eso sí, difiere de todas por
la manera de enfocar el estudio de los hechos y los fenómenos. Pues, mientras cada ciencia (biología,
geología, física, química, economía, paleontología, astronomía) investiga una parte concreta o una esfera del
mundo circundante, la principal particularidad de la filosofía como ciencia* es que aspira, desde su propio
surgimiento, a desvelar y explicar la esencia y el estado del mundo en general, sus fenómenos y cosas, es
decir, la totalidad de principios, opiniones y convicciones que determinan la posición de la persona hacia la
realidad y hacia sí misma.
A principios del XIX, la filosofía era considerada como la "ciencia de todas las ciencias". Pero serían los
fundadores del materialismo dialéctico** quienes considerarían que la cognición del mundo es cuestión tanto
de la filosofía como de otras ciencias concretas. Es cierto que han existido y existen numerosas teorías
filosóficas, y que pueden revestir características distintas, según su concepción de las cosas, si está basada
en el conocimiento espontáneo del mundo, o en la representación idealista, mitológica o religiosa, o
fundamentadamente científica. Tanto es así, que, desde el principio mismo, por su esencia y contenido,
podemos catalogarlas dentro de una u otra de esas dos grandes corrientes filosóficas: materialista e
idealista. Dos escuelas ya desde su aparición librando una lucha jamás interrumpida... Cada una de ellas
vinculada con una u otra corriente del pensamiento e intereses de una u otra clase, que le dan su carácter
partidista e ideológico, su bagaje filosófico peculiar milenario. Y un origen (siglos –VI y –V ); un origen socioeconómico claramente significado por
la lucha ideológica de la democracia esclavista y la aristocracia
reaccionaria griegas, reflejada en dos teorías, materialista e idealista; la línea materialista de Demócrito y la
idealista de Platón.
* Ciencia, "scintis", del latín scientia, saber o conocer, data de 1840.
** Método y ciencia que permite captar la totalidad de la historia y de lo real. Materialismo: la materia
constituye la realidad primera y fundamental, cualesquiera que sean sus formas de manifestarse, no
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existe nada inmaterial. Dialéctica: ciencia de las leyes generales del movimiento y la unidad y conexión
universal, tanto del mundo exterior como del pensamiento.
La corriente idealista de la filosofía
Hablamos aquí de la corriente idealista, quede bien claro; no religiosa o de mera creencia, como la que
apela a las emociones y pretende ofrecer una comprensión intuitiva y mística del mundo (“la Revelación”),
que interpreta la idea, el pensamiento, la conciencia, como si tuvieran una existencia independiente, es decir,
como si fueran la expresión de un fenómeno sobrenatural, producto de la intervención de una voluntad
ultraterrena... Podemos imaginar lo fácilmente que al hombre primitivo le pudieron llevar sus primeros pasos a
interpretar idealistamente lo mismo el origen de su propio pensamiento que el de todo lo existente; todas las
cosas corpóreas y fenómenos de la naturaleza pudieron ser interpretadas por él como manifestaciones
ideales venidas de una "voluntad suprema", eterna e inmutable...
Esta primigenia visión general tuvo como base la impotencia e ignorancia del hombre amedrentado
ante la “fuerza” misteriosa de los elementos naturales –trueno, rayo, fuego, agua, tierra, aire, cielo, lluvia,
etcétera-, a los que terminaría atribuyendo, imaginativamente, formas humanas investidas de poderes
superiores, dioses. Tal modo de ver las cosas, iría permitiendo hacer de la "idea" de los dioses,
primeramente, una doctrina concebida con un fin práctico inmediato, pero que aparecería finalmente
investida de atributos sociales personificados en las fuerzas dominantes: sacerdotes, clero, reyes, nobles,
clases.
Es decir, aquella visión primitiva del mundo, idealista, imaginaria, fantástica y al mismo tiempo
poderosa, que situaba al hombre en dependencia, primero de los elementos naturales y luego de sus
representaciones humanas, tuvo que hacerse sentir dando lugar a la conformación de un proceso históricosocial que a su vez iba a permitir, con el desarrollo de los instrumentos y la producción de excedentes; con
la utilización laboral del vencido (esclavo) y con la aparición de la división del trabajo, pasar de la sociedad
comunal a la comunal-esclavista y, finalmente, a la esclavista ya organizada con su poder central (Estado),
es decir, con su clase social dominante interesada en deidificar una autoridad suprema e imponerla en
general.
Poco tendrían que pensar los esclavistas para caer en la cuenta de que para afirmar su poder
necesitaban, además de vigilar al sometido, presentar e imponer la "idea" de la propiedad y la desigualdad
como algo filosóficamente ininteligible, reservado a la comprensión sólo de unos cuantos. De ahí, pues,
resultaría necesario justificar la conveniencia de despreciar e impedir el ejercicio pensante; la sabiduría del
pueblo consistiría en reconocer los propios límites e inclinarse ante la omnipotencia divina (el poder
dominante): la inteligencia humana quedaría condenada, por decreto, a ni poder atreverse a comprender las
razones de una supuesta voluntad superior. Así y hasta nuestros día, el alma, el espíritu, lo justo, la moral, la
bondad, el amor, la conciencia, la razón pura, la justicia y el derecho mismo de propiedad e incluso el castigo
y la ley de amparo, serían presentados como conceptos incuestionables, puros e inmutables por ser de
origen divino, "valores" inmateriales venidos del más allá, de carácter absoluto establecidos a priori para el
gobierno del mundo a manos de unos cuantos.
Pero no es verdad, en manera alguna que las gentes de la antigüedad más remota dejaran de
observar la imposición de ese conjunto de "ideas" doctrinarias como lo que era, algo en contradicción
flagrante con sus intereses de vida y supervivencia. La Teodicea babilónica, un poema dialogado del tercer
milenio antes de nuestra era,
relata las quejas de un "justo doliente", que habiendo cumplido
escrupulosamente todos sus deberes sociales y divinos piensa que la razón de su infortunio no deriva de su
comportamiento…, y entonces el hombre se interroga críticamente sobre las causas de tanta desgracia
llegando a preguntarse, ¿cómo se explica el sufrimiento del justo y el triunfo del perverso?
La corriente materialista de la filosofía
Contrariamente a la corriente idealista, la filosofía materialista sólo reconoce la existencia objetiva de
lo que son en sí los objetos, cosas, seres y fenómenos que existen independientes de la conciencia
cualquiera que sean sus formas. Para el pensamiento materialista lo primario es la materia, la naturaleza
(materia: concepto que designa la realidad objetiva en cualquiera de sus formas y estados). El ser humano, la
conciencia (ensamble en el cerebro de ideas, experiencias, teorías, concepciones sociales reflejo de las
condiciones de vida) y toda la imaginería derivada dependen absolutamente de la materia. No existen, pues,
fuerzas sobrenaturales; la fuerza, la energía, el movimiento y todas sus manifestaciones son propiedades de
la materia. No existe ninguna causa "prima". La fuente del desarrollo del cosmos, de la naturaleza, del ser
humano y su psiquis, de la sociedad y su proceso histórico-social, técnico y cultural, se halla en ellos mismos,
no ha sido introducida por nada ni nadie.
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Las concepciones filosóficas espontáneo-materialistas hunden sus raíces en los tiempos más remotos,
surgen con las primeras impresiones del hombre primitivo desde el fondo milenario de la historia de la
humanidad. Poco a poco se irían perfilando, y cada vez con mayor integridad conceptual, las interpretaciones
de la realidad, primeramente con el aporte de las civilizaciones del Antiguo Oriente y Egipto, luego con la
filosofía de la India Antigua, seguida de la de China y, sobre todo, de la de Grecia a mediados del primer
milenio antes de nuestra era.
Primeramente, prevalecería la visión ancestral del hombre primitivo, obligado a vencer la adversidad en
lucha contra la naturaleza, pero impotente, temeroso ante las fuerzas para él misteriosas de los elementos.
Pasado el tiempo, al dividirse la sociedad en esclavos* y esclavistas, las representaciones imaginarias
encontrarían en la nueva situación un sujeto de naturaleza social, que se impondría sobre el hombre con no
menos fuerza "misteriosa" que la de los elementos. Mientras, irían tomando forma las primeras nociones
ingenuo-realistas sobre el mundo. Experiencia, actividad, necesidad y afán de explicarse las cosas tuvieron
que llevar a formar una idea natural de la existencia objetiva (material).
En las postrimerías del III milenio y principios del II aparecerían los primeros brotes significativos del
pensamiento materialista. Existen "tablillas de arcilla" sumerias y monumentos egipcios que conservan
muestras embrionarias de una interpretación de los fenómenos naturales, con menciones concretas que
atribuyen a la realidad material, el agua fría y el aire, luego la tierra y el fuego, el origen de los seres y cosas.
*Bases de la esclavitud: la esencia del “”valor” de trabajo, económico y humano, surge cuando la
producción primitiva tuvo un desarrollo suficiente, es decir, cuando la fuerza de trabajo pudo producir
más de lo que necesitaba su sustento, momento en que ésta se convirtió en un “valor” de progreso de
doble carácter: económico, debido a lo que ahora podían rendir los prisioneros de guerra , y humano,
debido a que éstos, antes comidos o muertos, ahora podían conservar su vida convertidos en
esclavos… Así, la violencia y el poder represor afloraron de la mano del desarrollo productivo y de la
aparición del “valor” de trabajo; quedaron constreñidos al servicio de la nueva situación económicosocial, la esclavitud… Quiere decirse, “que todas las contraposiciones históricas conocidas entre
clases explotadoras y explotadas, dominantes y dominadas, encuentran su explicación en esa
productividad relativamente subdesarrollada del trabajo humano”. Así podemos decir que en aquellas
circunstancias la esclavitud significó “progreso” (la humanidad que empieza en la animalidad necesitó
medios casi animales y barbáricos para salir a flote); dio lugar a la división del trabajo en gran escala en
el mundo antiguo (desde 4 a 5.000 años a.n.e.) entre el campo, los servicios, las fuerzas represivas, la
artesanía. Sin la esclavitud no hay reinos primitivos, ni Estado, ni hay ciencia ni arte ni florecimiento de
la democracia esclavista griega, ni Imperio romano. Y sin el fundamento del helenismo y del
romanticismo no hay Europa moderna; forzoso es reconocerla como necesaria y universal. En fin, no
hay supuesto socialismo moderno sin esclavitud antigua, sin servidumbre, sin proletariado…, sin
desarrollo suficiente del “valor” de trabajo económico y humano.
El pensamiento prefilosófico en Mesopotamia
Mesopotamia: su primer nombre fue Sumer: sumerios mezclados con semitas de Arabia y asirios
constituyeron el pueblo babilónico. Se sabe de ellos que dieron lugar (entre los años -4500 al -3000) a lo que
hoy se conoce como un "milagro de trabajo e iniciativa creadora”. Un período histórico-social digno de
estudio. Demostró la medida de lo que el Hombre es capaz cuando la vida comunal y el medio natural
favorecen el desarrollo del potencial creador de que es portador desde sus albores.
La historia explica cómo el excedente de productos, en una sociedad todavía sin Estado que vivía en
comunidades gentilicias, permitió la especialización y la dedicación de tiempo al ejercicio pensante…, con
tal provecho que en el período aludido, la capacidad intelectiva del ser humano originó una fuerza creadora e
inventiva tan sorprendente que podría denominarse casi explosiva... Esos 1500 años han sido nombrados "tal
vez los más fértiles en invenciones y descubrimiento”. Es decir, en apenas algo más de 15 minutos figurados de las 24 horas de existencia del Homo sapiens sapiens -, el hombre favorecido por los medios a
su alcance logró civilizarse: de cazador nómada durante 23 y media horas, en los 30 minutos siguientes
cultivó parte de lo que comía y obtuvo lo demás de la caza..., y en 4 minutos de esa escala inventó la rueda,
fabricó telas y barcos, desarrolló la cerámica, usó el metal, calculó con números, inventó la escritura, cultivó
con riego artificial, construyó casas, grandes templos y ciudades urbanizadas.
Un pueblo así, que producía, creaba y pensaba tan prolífica e inteligentemente, estaba en condiciones
de hacer contribuciones importantes no sólo a su conducta práctica sino también a la observación de los
orígenes de la vida. Cierto que para ellos los puntos luminosos del firmamento no eran de un mundo como el
nuestro; la tierra era plana y sólo se movían el Sol, la Luna y los planetas... Sin embargo, progresaba la
explotación de la tierra regada, que constituía la riqueza primordial, motivo a su vez de amenazas externas,
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asedios y encierros de la población campesina, que darían lugar a la formación de las primeras ciudadesestados (Nipur, Ur, Urux, Lagasch y otras) y de las primeras monarquías hereditarias. Sargon, venido del
norte con sus huestes, las dominó y reunió en un solo reino alrededor, de –2750. Posteriormente, surgió la
ciudad de Babilonia, se dice que fue la más grande, más rica y más culta del Imperio de Hammurabi (20672025) Con la caída de sus últimos reyes se puso fin a aquel primer período civilizatorio. Sucedió hacia el año
-1800: los casitas (tribus nómadas de la costa oriental) conquistaron y gobernaron Babilonia durante
seiscientos años. Más tarde cayó bajo el dominio de los asirios, gentes del Tigris Medio organizadas en torno
a un Estado desde comienzos del -5000. Eran cazadores y agricultores, pertrechados con nuevos medios
guerreros; saquearon, desangraron, destruyeron y asolaron en una sola noche la Tierra de los Dos Ríos.
Encontraron una sociedad desarrollada, -diría Lord Byron- no tuvieron que crearla, sólo se apoderaron de
ella para vivir: "Los asirios descendieron como el lobo sobre el rebaño". La explotación del esclavo y del
campesinado sin tierra estaba ya en su apogeo, pero los asirios la extendieron a todos los vencidos.
La Revolución agrícola en Mesopotamia (anterior a -4.000) modificó las conductas nómadas,
potenció el diseño de útiles y medios para una más que sobreabundante producción, cuya administración en
presencia de inusitados peligros naturales (diluvios) favorecería el surgimiento de una poderosa casta
sacerdotal. Sobreproducción, almacenaje, peligro de inundaciones, amenazas del bandidaje y el crecimiento
de una población trabajadora exigente, explican el desarrollo y fortalecimiento de una primera organización
de social y de una casta religiosa que se ofrece mediadora con las fuerzas “superiores” para “amparar” al
pueblo de la “ira de los dioses”. Dampier, W.C., en su Historia de la Ciencia resume así el proceso: “Si lo
sumerios basaron sus primeras explicaciones y sus dioses en las fuerzas de la naturaleza, cuando éstas se
sobrepasaron destruyendo todo, la casta sacerdotal se encargó enseguida de invertir el orden de las cosas,
ahora serían los dioses los que encarnaban las fuerzas de la naturaleza”..
El pensamiento nunca se liberó por completo de los marcos naturales y religiosos en los que
aconteció su desarrollo. El historiador de la filosofía debe extraer sus informaciones de himnos, oraciones,
hechizos y rituales. Cierto que los escritos sapienciales revelan un esfuerzo significativo de reflexión moral e
incluso crítica aproximados a una filosofía racional tras la concepción de una justicia y normativa
sancionadoras de la conducta humana (pensaban que los desastres políticos sólo podían provenir de
soberanos indignos). Babilonia fue, quizá tanto como la Roma esclavista, la tierra del Derecho, “para hacer
que la justicia aparezca en el país, para impedir que el fuerte aplaste al débil"...
La Teodicea babilónica mantiene la voluntad de comprender las cosas implícitas en el valor de una
argumentación racional. Presenta una creación universal sensiblemente materialista. En las cosmogonías
babilónicas se habla de un tiempo en que "la totalidad del país era mar"; se viene a decir, que un abismo de
agua dulce y salada había dado nacimiento al cielo y a la tierra, de cuya unión nació la atmósfera e incluso
los dioses. Leamos si no atentamente lo escrito por los sumerios: "Los dioses fueron creados", "son creados",
"surgen" del seno de esa especie de caos líquido, por una disociación del magma primitivo; son, dijeron, el
producto de una lenta evolución; forman parte integrante del cosmos conjuntamente con la tierra y los
hombres: todos salieron de la misma materia y están incluidos en su devenir...
Es decir, los sumerios pensaron que los dioses correspondían a los diversos componentes físicos del
mundo: tierra, agua, cielo, demostrándose en el mito un sentimiento de comunión intensa con la naturaleza.
No distinguieron entre alma y cuerpo; consideraron al ser viviente como un todo. Para ellos no existía
demiurgo exterior al mundo. Identificaron la cosmogonía con la teogonía. Aunque, según algunos
historiadores, es posible que existiera entre las concepciones semitas y sumerias una ambigüedad
fundamental. Pues, mientras los semitas no miraban más allá del mundo terreno, los sumerios, por el
contrario, admitían la existencia de potencias divinas abstractas. Los babilonios no sólo establecieron orden
en el cielo, en la tierra y en la historia, sino que también vincularon filosóficamente ese orden con los hechos
físicos de la naturaleza que veían a su alrededor. Leamos: "Cuando absolutamente ningún dios había
aparecido / ni se había nombrado con su nombre, ni se había determinado su sino / Entonces fueron
formados los dioses de ellos"...
Relativo a los dioses y al papel enajenante histórico-social que jugarían sin saberlo, recordemos
aquí lo que cuentan que sucedió, clave para entender el sojuzgamiento mental a que daría lugar el hecho
religioso: los dioses -relata la historia-, que ya eran cuantiosos y crecientes desde el III milenio a.n.e., de un
listado de 700 habían pasado a sumar más de 2.500... Los poderosos se preguntaron, ¿qué hacer para evitar
que la difusión del culto debilitase su poder? Tuvieron que pensar poco: hicieron creer al pueblo que los miles
de dioses eran "manifestaciones u órganos" de los nuevos dioses nacionales principales, Marduk en
Babilonia y Asur en Asiria..., divinidades que serían utilizadas para centralizar y fortalecer la religión y el poder
político, cuando las monarquías babilonia y asiria consiguieron formar unos imperios universales.
A partir de entonces, y pese a que el antropomorfismo nunca fue totalmente superado, asistimos a una
alteración oficial profunda del concepto Dios y de la participación en los asuntos y la cosa públicos,
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comunales... Comenzaría un nuevo período. Impusieron la "idea" de que Marduk había creado todo: los
dioses -se dijo ahora, contrariamente a la tradición- no los crearon los hombres, se habían creado a sí
mismos..., lo que implicaba una ruptura con la leyenda. Antes, formaban parte del cosmos, habían salido, al
igual que la tierra y el cielo, de idéntica materia prima. Ahora, con la centralización política, los dioses son de
naturaleza divina, y la religión, antes abierta a la opinión de todos, se transforma por decreto en una disciplina
exotérica, secreta, cosa de un grupo, consagrada al estudio de las doctrinas mágicas. Filosóficamente,
comenzó el reino de las tinieblas, encadenaron las mentes, el ejercicio pensante; lo escribieron: "Todo lo que
se refiere a dios no puede ser explicado".
Reconozcamos que su actitud relativa al conocimiento práctico fue muy avanzada, posiblemente
superior en muchos casos a la de Grecia, ello no obstante que, como señalara Hesíodo, ésta se había nutrido
del pasado histórico mesopotámico elaborado por las primeras castas sacerdotales. Razón por la cual no es
probable que el desarrollo de los conocimientos "científicos" ejerciese un influjo determinante en el
pensamiento conceptual babilónico. Sin embargo, resulta muy instructivo el caso de las matemáticas, el
dominio de signos contables. Recordemos aquí que los sumerios llegaron a utilizar un sistema de
numeración posicional único en la antigüedad, y profundizaron el concepto de número. Existen tablillas
consagradas a estudios de relaciones logarítmicas o exponenciales, investigaciones en realidad de ciencia
pura. Y es sabido que conocían la fórmula de la ecuación de segundo grado y sabían simplificar
introduciendo una incógnita auxiliar -probablemente consecuencia de un descubrimiento empírico- lo que
revela un nivel de preocupaciones "científicas", cierto que a nivel embrionario, pero que fue avanzado, si no
superior en muchos casos al de los griegos... No puede ponerse en duda su poder de deducción, aunque no
alcanzase suficiente madurez su capacidad de inducción.
Existía una astronomía útil, distinta de la astrología. En fecha tan temprana como el -4000, fueron los
primeros en dividir el cielo sistemáticamente en doce grupos de estrellas a los que hoy llamamos
“constelaciones”, que atravesaba el Sol en 365 días. Hicieron un formidable descubrimiento con su
observación de las cinco “estrellas” independientes, que convirtieron con el Sol y la Luna en los siete días de
la semana y sus dioses principales. Para medir (angularmente) las posiciones planetarias respecto de alguna
estrella fija dividieron el círculo en 360 partes iguales, forma de resolver las dificultades para manejar
fracciones. Nuestro método para dividir el tiempo también se remonta a los sumerios obligados a utilizar
números con muchos divisores exactos: 12, 60 y 360.
La medicina se libró muy pronto de la magia. Médicos y exorcistas trabajaban en colaboración. Su
poder de deducción no puede ponerse en entredicho, aunque quizá no alcanzara un suficiente grado de
madurez su capacidad de inducción, razón probable por lo que su crítica de la moral no pudo poner en causa
principios que ayudasen a desembocar en una crítica más honda del conocimiento en general. En estas
condiciones, era imposible edificar una filosofía, que existía como algo subyacente a toda representación del
universo, pero que, sin una previa toma de conciencia, no podía emerger del marco religioso.
Los babilonios se aproximaron mucho a una filosofía racional, que tenía que ver con la
importancia concedida a la justicia. Reglamentaciones de Urukagina, códigos de Urnammu y de Lipiteshtar,
código de Hammurabi, leyes babilónicas y asirias atestiguan una constante preocupación por una conducta
justa, cierto que para con el esclavo y el campesinado pobre, pero que era algo a no dudar dependiente de
una u otra visión de la existencia.
Es verdad que la mayor parte de los escritos en arcilla que nos han llegado, si bien expresan la
preocupación por una justicia y un orden, ésta aparece con el paso del tiempo como algo propio del
sentimiento de los dioses, cual si la justicia fuera antes que nada y más que una necesidad objetiva del débil
un reflejo del deseo divino de establecer un orden justo en la tierra, y no la expresión de una demanda de
justicia, consecuencia de los modos reales de vida, de las tremendas contradicciones entre la opulencia y el
despotismo de unos y las vicisitudes e indefensión completa del resto. Pero, para encontrarle sentido a esto,
recordemos cómo se impuso a partir de un momento histórico -con la centralización política- la extensión de
un pensamiento que presentaba los atributos del poder unidos a las imágenes tradicionales de los dioses,
aunque cambiadas de origen: antes "los dioses habían sido creados por los hombres", "surgidos de los
elementos naturales", ahora, liberados de su terrenalidad, de la mano del poder amenazaban al pueblo...
Así, a la hora de imponerse Hammurabi se diría que fueron los dioses quienes le habían llamado "para
hacer que la justicia prevalezca en el país, para suprimir al malvado y al perverso, para impedir que el fuerte
aplaste al débil, para que pueda elevarse Shamash (el Sol) sobre el pueblo de los cabezas negras y dar así
la luz a un país".
Antes, en aquel país, donde "el pueblo (de los cabezas negras) trabajaba, pensaba y planificaba",
cuenta la historia que se habían sumado dos oleadas de gentes, "ambas en son amistoso y no como
conquistadores"; la producción era colectiva y el consumo se efectuaba bajo un régimen de reparto directo de
los productos, en las pequeñas o grandes colectividades comunistas. Ello llevaba parejo el dominio de los
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productores sobre el proceso de producción y sobre el producto. Mientras la producción se efectuó sobre
esas bases nadie pudo sobreponerse a los productores ni hacer surgir frente a ellos el espectro de poderes
extraños...
Con el paso de los siglos, lo comunal, la propiedad colectiva e incluso la de los pequeños y
grandes propietarios sufrirían un primer cambio… Alrededor de -2500, "toda la tierra de Sumer era
propiedad de los templos". La casta sacerdotal administraba los bienes de dios -que guardaban los reyes
con sus gentes armadas-, organizaban el trabajo, decidían las fechas de preparación de la tierra y su
siembra, dividían la cosecha, parte para utilizarla ahora, parte para semilla, parte para almacenarla contra
emergencias... ¿Qué pudo provocar que lo comunal pasase a ser propiedad de los templo, es decir,
religiosa? Al respecto -escribe Crotell-, una historia que se ha conservado escrita en tablillas de arcilla, y que
evidentemente es tan antigua como la tierra misma de Sumer, hace vibrar una cuerda que nos es muy
familiar: "Seis días y seis noches sopla un viento huracanado, mientras la tormenta del sur barre la tierra y
entonces llegó el séptimo día... El mar se aquietó, la tempestad se detuvo, ceso la inundación"...
¿Podría encontrarse en la repetición de aquel hecho devastador -existen capas de barro sedimentario
de 2,5 m. de espesor- la razón del porqué los templos almacenaban cantidades tan grandes de alimentos y
llevaban tantas listas de cuentas? ¿Pudo acaso ser la causa de que este pueblo, tan eminente y
triunfalmente práctico gastase tanta energía e ingenio y riqueza para erigir torres (zigurats) de diez o más
metros de altura y decidiese guardar a buen recaudo sus excedentes? Quién mejor, pues -escribe Crotell-,
que alguien experimentado de la comunidad, la casta emergente, para servir de mediador entre las
misteriosas fuerzas desoladoras e interpretar cuál era el estado de ánimo y los deseos de "los dioses" del
viento, En-lil, y del mar, Enki.
Otra causa de que lo comunal (medios, tierra y excedentes) pasase a ser, con el paso del tiempo,
propiedad de los templos compartida con los reyes, pudo venir provocada por la amenaza frecuente del
bandidaje. Los merodeadores obligaron al campesinado a concentrar sus aperos y excedentes y a designar
jefes temporales para organizar la defensa. La permanencia del peligro estabilizó a los jefes y los poseyó de
poder. Estos terminaron siendo final e interesadamente ungidos, designados por la casta sacerdotal para
mantener indefinidamente sometidos a los demás, y, juntos, sacerdotes y reyes, fueron dando forma al
Estado monárquico, el instrumento represor, de poder omnímodo de la clase dominante.
Disponemos de unas 30.000 tablillas que tratan de asuntos administrativos y comerciales, pero quedan
muchos aspectos históricos sumamente curiosos pendientes de descifrar. No es para menos, leamos: "Si un
rey no observa la justicia, su pueblo se hundirá en la anarquía y su país será devastado"..., el discurso da a
entender que los desastres políticos sólo podían provenir del ejercicio del poder, del uso despótico del Estado
administrado por opresores.
Es decir, subyacía en el discurso la memoria del pasado; aparecía el contraste brutal entre los modos
distintos vividos, antes y ahora. Antes, la justicia dependió del pueblo organizado horizontalmente, que dirimía
sus diferencias de trabajo, uso de instrumentos, distribución de alimentos y horas de riego. Ahora, por lo
contrario, todo dependía de cómo entendiese la justicia el déspota recién ungido por la casta. Mas no
obstante interesa señalar que no todo se había perdido... Pues, pese al supuesto atraso tremendo del
pensamiento humano, que permitía imponerle -en nombre de seres imaginarios- visiones y concepciones de
vida contrarios a sus intereses, el hombre no aceptó absolutamente el cambio diametral en la administración
de la justicia. En un momento, las contradicciones se encargaron de que se interrogase sobre las causas de
tanta desgracia. Un texto sumerio (de la 3ª dinastía de Ur) relata las quejas de un "justo doliente" que se
plantea la reflexión siguiente sobre la "idea del bien" supuestamente rectora del universo: "si los dioses todo
poderosos que tienen en sus manos la vida del hombre recompensan la justicia y castigan la iniquidad,
¿cómo se explica el sufrimiento del justo y el triunfo del perverso?"...
El monólogo, como se ve, no desmiente la voluntad de comprender, mantiene implícita la creencia en
el valor de una argumentación racional, aunque el hecho de que la crítica no se manifieste de modo
suficiente cierra el camino al nacimiento de una verdadera corriente filosófica, social, dejando el discurso
impugnatorio reducido a cuestiones de carácter moral.
El pensamiento prefilosófico en Egipto...
Egipto se formó hace algo más de diez mil años. Hace unos cincuenta mil años no estaba poblado el
valle del Nilo. Las primeras poblaciones vivían en gens aislados, que se fueron conglomerando en
comunidades, hasta formar grupos mayores llamados nomos (círculos), conforme fueron pasando de
cazadores a recolectores, ganaderos y agricultores, hasta constituir pequeños Estados independientes, cada
uno con su culto (dioses en la figura de un animal) Hacia -3500 se formaron dos grandes reinos: el del Bajo
Egipto (en el delta del Nilo) y el del Alto Egipto (en la cuenca del Nilo), que se unificaron en -3200, con su
capital en Menfis.
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Con la decadencia del Imperio Antiguo (3200-2400) sobrevienen los levantamientos de campesinos y
esclavos. Había más campesinos (en comunidades aldeanas) que esclavos trabajando para el faraón y los
aristócratas. En el templo del dios Ammón trabajaron en algún momento 85.000 esclavos. En la pirámide de
Keops (-2800) hubo turnos de 100.000 esclavos. Durante treinta años de trabajos brutales, sucumbieron no
se sabe cuantos miles de personas.
Durante el Imperio Medio (2400-1560) se reúnen todas las provincias alrededor de Tebas. Los
faraones realizan grandes expediciones, esclavizan a nubios y se hacen con las riquezas de éstos a los que
utilizan, con los campesinos egipcios, para desecar pantanos y construir diques como el del lago de Mery. Sin
embargo, mientras más aumentaba la riqueza de los faraones y la aristocracia, más difícil se hacía la vida de
la población oprimida.
Hacia el año -1750 hubo una gran sublevación de campesinos que no soportaban resignados el
sometimiento. Leamos lo que relata un papiro: “La capital del rey fue ocupada en el término de una hora y
apresado el rey por los pobres. Los cortesanos fueron arrojados del palacio. Los funcionarios fueron muertos
y los documentos (listas de pago de impuestos) destruidos”. La rebelión cundió por todo Egipto. Pero fue un
triunfo efímero, faltos de experiencia sobre la organización del Estado terminaron perdiendo el poder.
Poco tiempo después, los hicsos, con sus carros de guerra tirados por caballos, invadieron y
dominaron Egipto durante ciento cincuenta años. Hacia -1600 los expulsó el gobernador de Tebas,
proclamándose rey (Yakmose), dando comienzo a la historia del Nuevo Imperio. Los campesinos siguieron
sufriendo esclavitud: “… llega el funcionario: observa la cosecha con su escolta armada con palos, los negros
con látigos. Dice: dénos cereal. Si no hay cereal, azotan al dueño…, éste está atado, es arrojado al canal…
su mujer y sus hijos están atados…”. Para aplastar las sublevaciones, crearon una guardia especial de tropas
mercenarias nubias. Comenzó un período de conquistas con guerreros contratados negros, nubios y libios.
Tutmosis III (-1500) dominó Siria, Palestina y Nubia y enriqueció al templo de Ammón, convirtiendo a los
sacerdotes en los hombres más ricos de Egipto. Mientras el comercio y la rapiña enriquecían más y más al
faraón y la aristocracia, las expediciones guerreras imponían impuestos insoportables a los pocos
campesinos que quedaban para trabajar la tierra, y eran frecuentes las rebeliones.
En el año -1292 ascendió al trono Ramses II. Reunió un ejército de mercenarios y se lanzó contra los
hititas, de los que estuvo a punto de ser prisionero. Al cabo de algunos años, en una segunda expedición
arrojó de Siria y Palestina a los hititas, llegando hasta el Eufrates. Poco después de su muerte se quebró el
poder de Egipto, con la pérdida de sus colonias. Entonces impusieron tributos mayores a los campesinos y se
empezó a explotar aún más a los esclavos. El resultado fue que por el año -1200 estallaron sublevaciones
de campesinos. “Los rebeldes -cuenta un papiro- se apoderaban de las tierras y de los bienes retenidos por
los ricos y hacían suyos los tesoros de los templos”. Pero las luchas internas y externas debilitaron a los
egipcios… Poco tiempo después las tribus libias tomaron el norte y los nubios el sur. Al mismo tiempo, los
sacerdotes se apoderaron del Gobierno de Tebas. En -671 Egipto fue conquistado por el adiestrado ejército
de Asiria, un poderoso país con numerosos esclavos, que había dado el paso de ceder parcelas de tierra a
cambio de una pequeña parte de la cosecha. Su famoso rey, Asurbanipal (-682 a -626), guerrero cruel y
culto: destinó un palacio en Nínive para la “primera biblioteca auténtica en el mundo”. Pasados veinte años,
Samético expulsó a los asirios y se hizo rey, dando lugar a un período floreciente de riqueza comercial con la
nueva capital en Susa. Bajo el reinado de Nelo se hizo el primer viaje alrededor del África en la antigüedad.
Pero ocurrió lo de siempre: la aristocracia y los mercaderes terminaron arruinando a los campesinos y
artesanos, dejando exhausta la economía de manera que Egipto no pudo resistir al enemigo exterior. La
Nínive asiria había sido destruida por los caldeo en -612. Y, finalmente, Egipto fue conquistado por Persia
(Cambises, hijo de Ciro) y convertido en una provincia del imperio persa en el año -525.
Físico a la par que metafísico, el pensamiento prefilosófico en Egipto pocas veces llega a ser un
ejercicio de conocimiento puro, las más de las veces está dedicado a fundamentar las técnicas defensivas
y los ritos para asegurar la buena marcha del Cosmos, cuyo destino es garantizar el buen funcionamiento de
las cosechas y la sociedad, sin proponerse alentar la reflexión personal. La educación se dirigía a preparar en
base a las normas tradicionales conservadas por una élite incuestionable de sacerdotes, guerreros, letrados y
sabios. Estos últimos se consagraron a definir las reglas que debían dirigir el comportamiento político y social
y a fijar un tipo ideal del hombre, lo que les condujo a meditar sobre el orden y el desorden del mundo, sobre
el destino, la muerte y la supervivencia.
Desde el segundo milenio se adaptaron a la doctrina de los heliopolitanos. Aparte de los dioses
cósmicos, el aire y la tierra, no había más dios que el Disco solar (la energía solar, principio de toda la vida y
de toda supervivencia). Amenofis III (1141-1175) consagró en privado un culto al mismo Disco, el Sol o
"señor universal": Atón. Teológicamente hablando, la mística atonista es en cierto modo una negación
"materialista" del misterio divino: "tú eres el cielo, la tierra, el mundo inferior, el agua, el aire que está entre
ellos", infinito, sin límite temporal ni espacial.
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Eran objeto de culto el buey Apis y la vaca Hator y muchos otros animales, que al morir embalsamaban
y guardaban en panteones. Creían que el Sol (Ra), origen del calor y el fuego, creó la tierra, las plantas, los
animales y los hombres. Estaba muy difundido el culto de Osiris, y de su esposa Isis, de la tierra y de la
fertilidad. La casta sacerdotal se encargaba de mediar e inculcar a los hombres el temor a los dioses y el
sentimiento del propio desamparo. Por temor a la ira de los dioses, los pobres soportaban el yugo de su vida,
esperando ser recompensados con el Paraíso en el otro mundo. El rey (faraón) era visto como un dios,
propietario de toda la tierra, gobernante sobre los nomarcas (reyezuelos de los nomos) y los sacerdotes, a los
que un faraón (Ekator) pretendió arrebatarles el poder, disponiendo que solo se rindiese culto a un solo dios:
Tor.
Las sucesivas “Instrucciones”, un género literario de textos sapienciales cultivado desde -2800,
recogen desde la mitad del Imperio Antiguo propuestas ideales como proteger al débil, tener conciencia
profesional, ser ventajosamente generosos, sacar partido de la situación sin abusar de ella, asumir las
responsabilidades de la propia tarea, etcétera. Muestra del pensamiento terrenal de su tiempo podría ser la
del visir Ptahtotep, un sofista que pocas veces menciona a dios, concepto que traduce normalmente por el
de rey divino. Cuando escribe, identifica al que sabe con el hombre culto y con el artesano experto, y
atribuye a la ignorancia las desgracias del imbécil. Llama a encontrar “fórmulas nuevas” para expresarse y
actuar; denuncia “la ciega brutalidad triunfante”, donde “ni el sabio se encuentra a sí mismo”. En el Diálogo
del desesperado describe el drama de un hombre incapaz de comprender su época, que piensa en el
suicidio… Mientras, Sisobek, con su escrito, los Dichos, nos muestra a un egipcio dedicado por aquel
entonces a la psicología pura. Al mismo tiempo, otros escritos se ocupan de reanimar el viejo dogma de la
virtud útil, convirtiendo en la última esperanza de los justos oprimidos la noción de un juicio justo, pero, para
después de muertos, en el Cielo… Si bien, la masa popular era analfabeta; y no conocía la literatura, tenía
sus canciones y cuentos transmitidos oralmente. Sólo aprendían a escribir los hijos de los ricos y de los
notables. La escritura apareció hacia el año -3500: jeroglíficos escritos sobre papiro, que simbolizan palabras
enteras o combinaciones de varias letras, con unos setecientos caracteres.
El Documento de teología menfita de -2450 constituye sin duda el ensayo filosófico más antiguo de la
historia humana. Aunque servía de ritual, su desarrollo cosmogónico tiene todo el carácter de una
exposición metódica del sistema del mundo. Revela la existencia de una visión adelantada, que prefigura, en
mayor o menor medida, los primeros pasos de la filosofía griega. Los egipcios figuran entre los primeros
pueblos que conocieron la escritura, la literatura, la ciencia y el arte. Acumularon grandes conocimientos en
los campos de las matemáticas, la astronomía, la medicina y la anatomía. Creían que el corazón era la sede
del pensamiento (conciencia, sentimiento, voluntad): "Los ojos ven, los oídos oyen, la nariz respira. Ellos
informan al corazón. Él es quien da todo conocimiento, y la lengua quien repite lo que el corazón ha
pensado... Así se crea el trabajo y todo arte, la actividad de las manos, el andar de las piernas, el
funcionamiento de todos los miembros"
En “El libro de los muertos”, de -3.000, para asegurarse la vida de ultratumba, habían de declarar “no
haber conculcado derecho humano alguno”, “No he hecho mal a la hija del pobre... Amennakhté (1400-1350),
sostiene que "la cultura adquirida en los libros es la que hace al sabio". Por otro lado y al mismo tiempo que
preconiza el esfuerzo constante hacia el conocimiento, esboza una protesta contra el fatalismo vulgar, que
atribuye al arbitrio de dios la gracia de ser sabio o ignorante. El Papyrus Chester-Beaty preconiza el esfuerzo
consciente hacia el conocimiento, es de los pocos que esbozan una protesta contra el fatalismo que atribuye
al arbitrio de Dios la gracia de ser sabio o ignorante.
El pensamiento filosófico en la antigua China
Los antiguos pobladores chinos adoraban las fuerzas de la naturaleza y les rendían culto. Su dios
principal era el Sol, que consideraban como la fuerza superior y la fuente de todos los placeres terrenos.
Tenían muy arraigado el culto a los antepasados, y el sacrificio humano, pero fue abandonado y sólo se
conservó la costumbre de sacrificar animales. Su legendaria historia no es tan antigua como se ha querido
suponer; resulta tardía para civilizaciones como la asiria y la egipcia. Aunque se remonta a los años -5000,
sus pobladores del período neolítico todavía vivían en cuevas en la región del “Río Amarillo” (Hoang-ho), cuya
corriente marcaba las condiciones de vi da debido al constante cambio del lecho del río. A principios del año 3000, utilizaban herramientas y ruedas de piedra, pescaban y laboraban la tierra, pero carecían de
instrumentos metálicos.
El valle del “Río Azul” (Yang-Tze-Kiang) se pobló más tarde. Su primera fase de desarrollo se dio con el
reinado de los Cinco Emperadores al que siguió la dinastía Hsia (1994-1523) que abrió al tráfico las vías de
agua utilizadas para el riego. Los primeros documentos escritos en lengua china, ya demasiado estilizados
para que puedan clasificarse como arcaicos, datan de un período cercano a -1500. La sociedad dejó de ser
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tribal con el reinado de los Shang (1523-1021), ya con su corte, nobles, burgueses y esclavos, coincidiendo
con la sustitución de los instrumentos de piedra por los de bronce, base del primer período de la civilización
china. La dinastía Chou (1112-256) representaría el período real de desarrollo con la evolución hacia una
estructura feudal parecida a la de la Europa medieval. La introducción del hierro y la producción de útiles más
eficaces para la producción y la guerra desarrollan la economía: construyen canales públicos para la irrigación
de tierras y grandes núcleos urbanos donde florecería el comercio. Pero, al mismo tiempo, para sostener sus
orgías y guerras internas y externas asaltaban a sus propios campesinos.
En -842 se hicieron frecuentes las sublevaciones populares. El pueblo enfurecido por la prepotencia
y despilfarro en los palacios y templos se alió con las tribus sometidas, logrando destronar al rey Li-Van de la
dinastía Chou. El poder central se empezó a desmoronar. Aun así, en -600 comenzaron a construir el Gran
Canal que unía los ríos Amarillo y Azul (hoy con más de mil kilómetros). Pero ya se estaba fraguando un
cambio; los poderes feudales pese a estar enfrentados hicieron declinar el poder central. Éste permaneció
desmembrado hasta que, con la llegada de la dinastía Chin (256 - 206), Chi-Hoang-ti (221-209) abolió los
feudos y centralizó el reino. Para frenar a los hunos y a los nómadas del norte, creó una caballería ligera y
móvil y prosiguió la construcción de la “Gran Muralla”. La utilización en esa obra de centenares de miles de
campesinos y esclavos (se habla de 400.000) permitió a los terratenientes empezar a apoderarse de las
tierras de los campesinos. Finalmente, en -206, una alianza de campesinos y esclavos liderada por Hi Tuing
acabó con el rey Chi-Hoang-ti y su dinastía Chin. El período dinástico siguiente (-206 a 220 d.n.e) se conoce
con el nombre de Han.
Una “quema de libros”: la ordenó Chi-Hoang-ti, que se proclamó a sí mismo Primer Emperador en 221. Dispuso por decreto reunir y destruir todos los libros que contuviesen las antiguas leyes, arte, literatura y
filosofía. Sólo quedaron intactos los libros sobre trabajos agrarios, medicina y astronomía. Posteriormente, la
dinastía Han permitiría la recuperación y reconstrucción de las obras literarias perdidas en la “quema de
libros”. Abolieron la herencia feudataria, pero conservaron los títulos de la familia imperial. Florecieron el arte,
la literatura y la economía. Pero ese período, cuando la economía esclavista y la cultura estaban en pleno
florecimiento, fue al mismo tiempo el más duro y oscuro para los campesinos obligados a abandonar sus
tierras, a errar y dedicarse al bandolerismo. En ciertas regiones llegó a haber hasta 400.000 campesinos
deambulando sin trabajo ni cobijo. En ningún período de la historia china hubo tantos campesinos convertidos
en esclavos como en el período revolucionario de los hermanos Tang.
Los primeros años de nuestra era fueron muestra de nuevos estallidos y sublevaciones de
campesinos*. La de los “Cejas Rojas” (del año 18), dirigida por el aldeano Fang-Chuing, derrotó a un ejército
de 100.000 hombres. El año 23 consiguieron destronar y decapitar al rey Van Mang. Pero la situación de los
campesinos volvió a ser la misma pocos años después; faltos de saber cómo organizar el nuevo orden fueron
finalmente derrotados. Pasados 161 años (en el 184), una segunda rebelión, la de los “Turbantes Amarillos”,
dirigida por los hermanos Tang, que predicaban la enseñanza de la libertad para los oprimidos denominada:
“El camino hacia la gran liberación”, hizo popular la palabra “Chi`i Ch`i” (“llega un nuevo tiempo”), por la que
fueron decapitados más de mil partidarios de la idea. Pero los Tang prosiguieron la lucha. Con más de
100.000 campesinos organizados en treinta y seis ejércitos tomaron todas las ciudades importantes y
ocuparon sus tierras. Finalmente, con la penetración de las tribus del norte, se desmoronó el poder de los
reyes de la dinastía Han. Surgieron nuevos Estados, pero el poder no tardó mucho en quedar como antes
estaba, en manos de los ricos. Los oprimidos no estaban preparados ni en condiciones de cambiar el orden
social.
Durante el esclavismo existían dos concepciones filosóficas: la materialista y la idealista. Si bien,
el confucianismo y más tarde el neoconfucianismo, que había evolucionado - e integrado ideas metafísicas
taoistas y budistas- se convertiría después, a partir del siglo XI hasta el XVII, y pese a su racionalismo
objetivo, más que en una filosofía, en la enseñanza y el criterio de las escuelas dedicadas a preparar los
candidatos a los exámenes del mandarinato. Aun así y todo, corrientes posteriores de filósofos tratarían de
conciliar la doctrina confucionista del jen con una concepción metafísica del universo formado por un principio
absoluto, inmutable, razón de ser de las cosas. El hombre con una doble naturaleza: material, responsable de
sus pasiones, y espiritual, que recibe del cielo. Así, faltos en definitiva de un método de inducción riguroso, se
alejarían poco a poco del estudio de la realidad objetiva para quedarse en un simple comentario de los textos
clásicos de la escuela confucionista.
Confucio (Kung Tsé, 552-479) parte del principio moral, humanista (el jen: benevolencia, amor, virtud
trascendente) que debe regir la familia y la sociedad, el respeto a los mayores y la posición social, y cree en la
predestinación. La perfección es inherente a la naturaleza humana; pero predica el conocimiento y la
perfección mediante el estudio: para “realizarse” es necesario adquirir un conocimiento perfecto de la
naturaleza de las cosas: “El hombre que posee el jen es aquél a quien su deseo de afirmarse a sí mismo lo
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lleva a afirmar a los otros, y que desarrolla a los otros al desarrollarse él”. Recurre a la palabra jen para
significar la capacidad moral del hombre para establecer una sociedad armónica y la posibilidad del dominio
sobre el egoísmo y el amor al prójimo, así como de asegurar el orden del Estado, la unificación de China y la
felicidad del pueblo. Llamó la atención sobre el papel social y ético de las denominaciones y las designaciones:
“Si las palabras no son correctas, no pueden ser conformes, confunden y no sabemos cómo actuar”.
Mo-Tseu (Mo Ti, 479-381), el primer pensador que haya alcanzado nombre después de Confucio, niega
el postulado confuciano de la predestinación; se pronuncia contra las guerras, predica la paz entre los Estados.
Su doctrina se basaba, tanto en religión como en política, sobre el principio de autoridad y el papel del Estado,
y en la moral, sobre la noción de ayuda mutua y las normas de la moral social. Concedía valor al
perfeccionamiento personal, y juzgaba con severidad a los que pretendían imponer el orden mediante la
violencia. Pero pensaba que el pueblo debe entregarse a la virtuosa influencia que le es imprimida desde
arriba. Si bien, según él, el bien público es la norma de toda determinación. Este método representa el primer
esfuerzo que se hizo en China para dar una articulación lógica al razonamiento. Para Mo Ti y sus discípulos
los meitistas, incluso el rey debe ser castigado si hay desorden e invocan, sobre todo, el poder vengador de los
espíritus, que están más cerca de la gente baja y que desempeñan cierto papel en el gobierno del mundo. Mo
fundó una escuela con una disciplina rigurosa a la que dio una organización militar, que llegó a alcanzar
notable importancia en los siglos IV y III a.n.e..
Tseng-Tseu (principios del siglo V), el más célebre discípulo de Confucio, apela con los confucianos a la
virtud para gobernar al pueblo y predica vivir como le dijo el maestro: “Sin hacer a los demás lo que no queráis
que os hagan”; pero, eso sí, cada uno ajustado al estatus social que le ha tocado.
Lao–tsé, contemporáneo de Confucio, desarrolló la doctrina del taoismo. Su filosofía metafísica influida
por el budismo propugna el individualismo, una serenidad del alma parecida a la inconsciencia. Se declaró
adversario de Confucio debido a las tendencias sociales de éste. Su doctrina dio origen a la segunda religión
nacional después del confucionismo. Escribe el libro del Tao: "Actuar sin premeditación. Las fuerzas de la vida
son la paciencia y el amor". El mundo se halla en movimiento y mutación constantes. El movimiento (vaivén
del Yin y del Yang) lo rige el Tao, la ley natural, la doctrina reveladora de la verdad, el camino recto que pone
en comunicación el Cielo y la Tierra. Los taoistas escogieron a Lao-tsé como patrón, pero el más importante
fue, quizá Tchuang Tseu.
Tchuang Tseu (nació en el siglo IV y murió a comienzos del III a.n.e.); puso la dialéctica al servicio del
pensamiento taoista. Invitó a adquirir conocimiento de las leyes que rigen el devenir, pretendió mostrar la
equivalencia de los contrarios y descubrir entre los aspectos opuestos un camino intermedio hacia lo absoluto.
Pero su intento de fundamentar la concepción de la sabiduría en el pensamiento racional estaba cargado de
un misticismo contemplativo de tendencias mágicas. No obstante, da base al razonamiento de que nada es
estable; no existe verdad más que con relación al error; es locura querer el orden sin admitir el desorden.
Recoge la idea del “vacío” que es, según él, el lugar donde reside el Tao, donde circulan los soplos
primordiales y donde se efectúa la evolución: “Es como un fuelle de herrería. Está vacío, pero no se agota; en
movimiento, no cesa de producir”
Mong Tseu (Mencio, o Mong K`o, -371-289), uno de los más celebres confucianos de su tiempo, ataca
a los taoistas y a los meitistas; reprocha a los legistas (escuela de las Leyes) que apelen a la obligatoriedad de
las leyes para conseguir la obediencia. El hombre debe cultivar las virtudes naturales para elevarse por encima
de la animalidad. No creía en el “dejar hacer”: el germen no produce frutos si se deja en barbecho la tierra. Sin
un reparto de actividades no hay sociedad posible. Preconizaba el reparto de la tierra, a cien fanegas por
familia. Una vez enriquecido el pueblo, el soberano velará por el mantenimiento de las escuelas. La instrucción
tiene que aclarar el sentido de las relaciones entre los hombres. Si bien, como buen confuciano subordina el
individuo a la sociedad y presenta como fin de la moral la estabilidad; sostiene que “Los que se entregan al
trabajo del espíritu gobiernan. Los que se consagran a los trabajos manuales son gobernados”.
Xunzi (312 -238) adoctrina en el sentido de que todo discurre según leyes naturales, el cielo no posee
conciencia... El conocimiento empieza por la percepción, pero es gobernado por el pensamiento que cumple
las leyes naturales. Los hombres aprenden a mancomunar sus esfuerzos, el deber del sabio es educar en el
sentido de la ética confucionista.
Siun Kuang (Siun tseu, o Siun King, -293-238), de espíritu positivo, sostiene que no representa nada
útil el pretender conocer el Cielo, y que servirá mejor a sus contemporáneos enseñándoles el valor de las
riquezas y el arte de emplearlas provechosamente. Atribuye la primacía del hombre al uso que éste hace de
sus facultades cognoscitivas, siendo preciso que se ejercite en el discernimiento mediante el estudio y la
actividad. Las energías individuales, puestas en común permiten que cada uno se beneficie de la actividad de
todos. Los hombres comprenden la necesidad de unirse y logran darse una organización social; eso es lo que
los distingue de los animales. La condición de toda vida social es el reparto de las atribuciones, de las
funciones y de los recursos, que hace posible evitar que se agoten las emociones: una energía que es preciso
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conservar y utilizar. Pero, dirá finalmente: hay que conseguir que los unos acepten su subordinación a los
otros.
Wan Tch´ong (¿97) es el filósofo más relevante del materialismo en su época: existe la sustancia
material qi, que mueve la eternidad, mientras el tao es la ley de la propia realidad. El hombre está compuesto
de sustancia material. En él se ha instalado una energía vital. Cuando el hombre muere ella desaparece..., era
un materialismo ingenuo, y metafísico.
La filosofía en la China de los siglos III a la edad moderna
... perdió terreno la ideología confuciana, mientras se propagaba el misticismo de la secta taoista.
Paralelamente, el budismo, que había nacido en el nordeste de la India hacia cinco o seis siglos, penetró en
China en los comienzos de nuestra era, sin ruido, por tierra y por mar, a veces bajo un disfraz taoista: lo
ilusorio del ser y la autenticidad del no ser, transmutación inmortal del alma en pos de alcanzar la eterna paz
espiritual mediante el perfeccionamiento de la autoconciencia.
Contribuyó no poco a su éxito, el que se presentaran como magos que poseían un nuevo método de
inmortalización. Así se constituyó un budismo chino, que ejerció una profunda influencia sobre el desarrollo
ulterior de la filosofía china. Se llegó a concebir al sabio como un "buda confuciano". Tuvo su edad de oro
entre finales del s. VI y mediados del VIII, influyendo a tal punto que en el siglo IX inspiró serias inquietudes al
Estado chino, pues, además de rechazar las diferencias sociales y las obligaciones morales emanadas de
éstas, el sentido budista de la naturaleza, que reconocía "terrena", chocaba con la metafísica de la cosmología
neoconfucionista tradicional. A partir del año 845 comenzaría la persecución de esas ideas.
Fan Then (450-515) Su filosofía se sentiría asistida pocos años después con el monje Bodhidharma
que introduce en los años 520 y 525 la idea budista del Dhyiana (acceso instantáneo a un estado de
conciencia absoluto) Contrario al Principio de vida (de Huei-yan y Tsong Ping, que pasa como la llama de una
forma a otra), niega la existencia del más allá y del alma. Recordando a Wang Pi, afirma que cuerpo y espíritu
son inseparables uno de otro, y que cuando uno desaparece el otro se desvanece.
Hiuan-tsang (569-664), el mayor pensador chino del budismo, célebre peregrino y sabio traductor, viajó
a través de Asia central hasta la India y trajo a su país un conglomerado de tratados filosóficos, que fueron
traducidos del sánscrito con “un montón más de libros” traídos por Yi-tsing, iniciándose así las formas más
auténticas del pensamiento indio en China.
Hasta el período 589 - 907 no se consolidaría la reunificación del imperio chino, período calificado por
muchos como la “edad dorada de la civilización China”, que corresponde a las épocas más oscuras de
la Edad Media en Europa.
Zhang Zai (1020-1077) representaría la orientación materialista dentro del neoconfucionismo*. Refutó el
idealismo. Recuperó la idea de la existencia real del mundo de las cosas. Creía en un “magma armonía”,
partículas invisibles cuya interacción da lugar a todas las cosas. Señala el condicionamiento recíproco, los
procesos de desarrollo, graduales y repentinos, las fuerzas contrapuestas... Pero sus conclusiones eran
metafísicas. El resultado final de la lucha entre las fuerzas contrapuestas es su conciliación, lo cual constituía
la base de todo movimiento. Contaba como uno de los grandes cosmólogos del siglo XI, definió en términos
muy explícitos la función cósmica de la sabiduría: “Al agrandar su espíritu, el hombre llega a ser capaz de
formar un cuerpo con todo lo que existe”.
* El neoconfucionismo condenaba la tiranía, ningún déspota -decían- podría asegurar bienestar y paz
duraderos en el imperio, pero no bastaría con la llamada a "cultivarse a sí mismo" y renovarse sin cesar,
para regular así a la familia, el Estado, el mundo... El confucianismo y más tarde el neoconfucionismo,
que había evolucionado -e integrado ideas metafísicas taoistas y budistas-, pese a su racionalismo
objetivo se convertiría, a partir del siglo XI hasta pasado el XVII, más que en una filosofía, en la
enseñanza de las escuelas dedicadas a preparar los candidatos a los exámenes del mandarinato. Aun
así y todo, corrientes posteriores de filósofos tratarían de conciliar la doctrina confucionista del jen con
una concepción metafísica del universo formado por un principio absoluto, inmutable, razón de ser de
las cosas. El hombre con una doble naturaleza: material, responsable de sus pasiones, y espiritual, que
recibe del cielo. Faltos en definitiva de un método de inducción riguroso, se alejarían poco a poco del
estudio de la realidad objetiva para quedarse en un simple comentario de los textos clásicos de la
escuela confucionista.
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Tchu Hi (1130 - 1200), neoconfucionista, filósofo e historiador exigía resignarse y subordinarse a la
clase dominante. Su doctrina fue reconocida en China como oficial y propagada en Corea y otros países de
Asia Oriental. Convertido en un decidido adversario del budismo, había comprendido que los budistas
socavaban las bases del orden establecido. Para Tchu Hi, al principio, cuando no existía ningún objeto
particular, no había más que el “Li”, que, sin dividirse, no dejaría de estar presente en cada sujeto material
(K´i). Esta especie de “Supremo último” sería la razón de todas las cosas: “Antes de que existiera un soberano
y un súbdito, existía un li de la relación entre soberano y súbdito”.
Wang Chuangshan (1619-1692) llegaría a sostener como base de todo el movimiento, que engendra
nuevas cosas y fenómenos. Según su doctrina, la aprehensión sensorial es el principio y la base del conocer,
pero la esencia es averiguada por el pensamiento.
Lu Kie-yuan (1139-1193), sin coincidir con Tchu Hi, postula que el mundo es múltiple sólo en
apariencia, su verdadero carácter es la unidad. Para llegar al pleno conocimiento es preciso abarcar con una
sola mirada el conjunto de la realidad objetiva. “Más allá de la verdad no existe nada, y fuera de las cosas no
existe la verdad”.
Wang Cheu-jen (1472-1529) ejercicio una gran influencia tanto en China como en Japón; engendró una
generación de pensadores que inquietó al poder por sus tendencias subversivas: reconocía al conocimiento
intuitivo el poder de discernir el bien del mal.
Ku Yen-wu (1613-1682) Según él nada debiera escribirse que careciese de relación con la realidad de
su época; pensaba que era deber de los intelectuales hacerse útiles, participando en los asuntos de su tiempo.
Ayudó a reanudar el estudio de filósofos como Mo tse, Siun tseu y Han Fei, que habían dejado de lado los
neoconfucianos.
Dai Zhen (1723-1777), de la escuela ortodoxa, fundamentaría las ideas materialistas acerca de la
naturaleza y las leyes del desarrollo. En materia social considera que el pueblo solo puede liberarse de la
opresión si se ocupa de la educación de sí mismo.
Tai Tchen (1724-1777) atacó con gran rigor los textos y fundamentos doctrinales, ya en una época en
que el progreso de los estudios históricos amenazaba con el derrumbe de la autoridad de los libros canónicos,
coincidiendo con el arribo a China de los jesuitas europeos.
China estuvo dominada en el siglo XVIII por el confucianismo, que había logrado absorber las ideas
taoistas y budistas a partir del siglo IX y consolidarse después con Chu Hsi bajo la dinastía de los Ching
(1644-1911). Sin embargo y pese a la tentativa de K´ang Yu-wei (1898) de readaptar aquel dominio…, la
China de Mao Tse-Tung se occidentalizaría, vía del marxismo, oponiéndose en la segunda mitad del siglo XX
al Occidente que la ha humillado durante más de un siglo. Había fracasado el intento de conciliar los dualismos
filosóficos con la filosofía marxista del materialismo dialéctico, que se presentó como una ideología capaz de
promover una verdadera revolución económica y social. Antes, Yen Fu había traducido en 1895 a Huxley,
luego a Montesquieu, Smith, Spencer y otros. Li Yu-yuin había introducido a los anarquistas Kropotkin y
Bakunin, y, Liang Ki-chao había dado a conocer a Hobbes, Descartes, Locke, Hume y Kant. Finalmente, en
1919 haría su aparición la filosofía marxista de la mano de Ch´en tsu-siu, fundador del partido comunista
chino, y de Li Ta-chao, primer mártir de la causa comunista.
Mao Tse -Tung (n.1893), teórico destacado del marxismo, dedicó sus primeros esfuerzos a organizar la
Gran Marcha en octubre de 1934 que dio la victoria al pueblo chino. En 1919, se pone a la cabeza de los
estudiantes del instituto donde estudia y los organiza en grupos denominados “El pueblo nuevo”. Extiende la
organización a todos los estudiantes con vista a relacionarlos con el “Movimiento del 4 de mayo de 1919”
activo en Pekin y empeñado en una campaña que marcaría el principio de un gran movimiento antifeudal y
antiimperialista. Bajo la influencia de la Revolución de Octubre en Rusia crea en 1920 una primera
organización de obreros y comienza a considerarse marxista. Acelera su preparación teórica, que explica en
sus obras, y contribuye a la organización de una veintena de asociaciones ciudadanas, después de las
sangrientas represiones inglesas y japonesas contra los trabajadores y estudiantes (Shangai, mayo 1925),
que desataron una oleada de huelgas por todo el país. En 1926, escribe su obra “Las clases de la sociedad
china” donde anuncia el paso de la derecha de la burguesía nacional al imperialismo. Lucha contra los
esfuerzos que hace la Kuomingtan para liquidar el movimiento de masas obrero y estudiantil. Después del
golpe contrarrevolucionario de la Kuomingtan, toma parte activa en una conferencia extraordinaria del partido y
es enviado Hounan para organizar la insurrección armada mediante la lucha de guerrillas, que desembocaría
en la creación del Ejército Rojo y las luchas contra el invasor japonés y sus aliados occidentales. Por medio la
II Guerra Mundial, finalmente, el 1 de octubre de 1949 se pone a la cabeza de la recién proclamada República
Popular China..
14
El pensamiento filosófico en la antigua India
El Norte se denominaba Ariavartas (país de los arios). Los montes Himalaya y Vindaya separan
Ariavartas de la región meridional de la India, Decán, y surten a los ríos Indo y Ganges, con su fértil valle, el
Penjab, sujeto a las inundaciones exterminadoras que arruinaban a los habitantes, provocando en ellos el
temor a la naturaleza. En la antigüedad habitaban el valle las tribus dravidas. Las excavaciones e
investigaciones demuestran que los dravidas fueron el primer pueblo culto, con un nivel considerable de
organización del trabajo, bienestar y riqueza.
En el segundo milenio a.n.e. los arios invadieron y esclavizaron a los dravidas, a los que llamaron
dos-arios, es decir, “esclavos”. Los arios terminaron asimilando la cultura desarrollada de los dravidas.
Crearon pequeños reinos gobernados por “rajás”, con un gran rey del Estado, el Marajá. Las repúblicas
asentadas en las estribaciones montañosas se regían por asambleas de cabezas de familia que sometían a
votación sus problemas. Las distintas tribus de la India serían conocidas más tarde bajo la denominación
general de hindúes. De las luchas entre arios y dravidas (dosarios) y de las guerras del período más antiguo
nos hablan las leyendas y mitos conocidos con el nombre de “Vedas” y “Upanisad”.
El Rgveda recoge 120 himnos sagrados del período védico temprano (sánscrito de los años -1300 a 1000) En ellos encontramos los primeros elementos configurativos de las primeras doctrinas filosóficas.
Relata una etapa muy remota en la historia india (1600-800) con expresiones conceptualmente materialistas:
"los mismos dioses son posteriores a la creación", y otras harto significativas, tanto que sorprenden por su
vigencia profundamente científica: ¡"el universo no era más que una onda indistinta"!
Las Upanisad (confidencias sagradas que hacían sentados) fueron escritas entre los siglos –
VII a –III. Recogen el clima intelectual cambiante. Son frecuentes las discusiones entre brahmanes y ascetas
y sus discípulos, que empezaban a pensar por su cuenta en torno a la religión oficial, los rituales superficiales
y los movimientos y sectas heterodoxas, como el budismo y el jainismo. Los brahmanes, la casta sacerdotal,
al ver peligrar sus intereses ideológicos y económicos se adelantaron a proponer una doctrina consagrada
enteramente a pensar en el Brahman, el principio universal, y a aspirar a la unión con él
El origen de las castas lo habían fabricado los brahamanes, que escribieron las leyes o código
de Manú, libro “sagrado” donde se dan conceptos generales de la organización social y del culto, que dividen
odiosamente a los hombres en cuatro categorías o castas: brahamanes (superiores), guerreros, labradores y
esclavos…
No sería casual, por tanto, que el pensamiento en la India siguiera sin poder encontrar otro curso que el
de algún joven estudioso hijo de la casta de los brahmanes o de alguna de sus subdivisiones. Tan es así, que
la filosofía de la India es la filosofía de los brahmanes. Ninguna otra pudo recibir expresión hasta que fue
adoptada por los brahmanes, la casta sacerdotal, único grupo intelectual y superior: no es posible ser
sacerdote y pensador por vocación, si no es por gracia de nacimiento de casta para poder ser sacerdote nato,
depositario de una revelación y de una tradición memorizada, cuyo saber se comunicaba de padre a hijo, y de
aquí la ignorancia mutua de las diferentes disciplinas en la India. Así, los dominios del saber quedaban
secretizados, flanqueados y jerarquizados, sin que nadie aparte de ellos pudiera interpretarlos. Era una
filosofía sin más pretensión que explicar la Revelación y la Tradición, con miras estrictas a la salvación vía de
lo Absoluto y lo Eterno, e inmediatamente, con una meta: asegurar a la casta dominante la duración de una
vida alegre y optimista sobre la tierra y después de la muerte. Esta especie de filosofía desembocaría en la
preocupación que imponen las Upanisad, sobre cómo salir del círculo angustioso de nacer para morir y
reencarnar, en un proceso inacabable de causa y efecto, como todo en el universo, sin otro fin que sanar
para enfermar; ganar para perder... La pretensión upanisádica sería ahora cómo romper ese círculo, cómo
liberarse de él; y propone un camino: el del “saber”, mediante la meditación, vía del conocimiento intuitivo de la
realidad última del universo y de nuestro yo, que es una chispa del Todo… Una propuesta que exige poner fin
a la identificación del individuo con el otro y con todo.
La doctrina, en fin, no parece haber tenido la idea de "hacer la verdad", de aportar algo nuevo, de invitar
al hombre a pensar en su pueblo hambriento; sólo pretendía liberar el espíritu del sufriente. La excepción,
singular, que la hubo hacia el año -600, se debe a la doctrina sankhya; explicaba en la antigua India un
mundo de causa y origen material desarrollado por una sustancia primigenia (praktiti). Fijémonos bien de lo
que fueron capaces: interpretaron el movimiento, el espacio y el tiempo como propiedades inseparables
de la materia. Su error, al admitir la existencia de las almas como algo independiente de la materia -todavía
persistente en nuestra época-, no resta mérito a la genialidad de su idea.
Buddha (Siddharta Gautama, 560-480) no era brahmán, pertenecía a la casta de los guerreros, creó
una nueva doctrina, el budismo. Buda era ateo, no aceptaba ningún ser creador, su cosmogonía recuerda a la
de su contemporáneo griego Heráclito (540-480). Se declara contrario al dominio de los brahmanes, pero,
pese a predicar la igualdad, no exigía del pueblo una lucha abierta, sino la inactividad. No promete la
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salvación para todos, sólo para una minoría de aristócratas del espíritu. El gran movimiento que suscitó en la
India del Norte se vio favorecido por la relación que el maestro instauró entre los monjes y la sociedad laica
(no matar, no robar, no mentir, no romper el matrimonio, no beber narcóticos, vida ascética para la pureza
personal y la salvación). El budismo acepta la instantaneidad, pero apenas hace otra cosa que reflexionar al
respecto. La finalidad última es el acceso al nirväna y hacia él tiende toda ella.
Los cärvakas y los lokäyatas, dos escuelas materialistas contemporáneas de Buddha, sostuvieron con
pequeñas diferencias, que en la naturaleza todo ocurre espontáneamente, sin determinismo alguno. Criticaron
la existencia de dios, el alma, y el mundo de más allá; el mundo era material (fuego, agua, aire y tierra
conformaban todo lo existente, combinados de diversos modos). Eran una escuela de demanda racional de
una vida feliz para todos los seres humanos.
La filosofía jainista (Mahävira, -540-468) sostuvo igualmente una visión materialista; el universo entero
es eterno, sin principio ni fin, como todos sus elementos y la vida misma; la jiva es una sustancia sutil,
extensa, puede absorber o expulsar materia: “la doctrina de que el mundo fue creado por dios –escribieroncarece por completo de sentido”.
La filosofía Sämkhya del sabio Kapila (siglo –IV), básicamente atea y dualista, reconocía dos sustancias
independientes y eternas: la prakrti, naturaleza material, y el purusa, espíritu o alma.
La escuela religiosa Mimänsä (siglo –III), semejante a la sankhya, no obstante sostener la idea del alma,
reconocía la realidad del mundo no dependiente de creador alguno, compuesta de átomos regidos por la ley
autónoma de karma (acción, causa, suerte).
La escuela nyaya (siglo –II) y vaisesika sostenía que el mundo lo componen pequeñas partículas
materiales (agua, fuego, aire, tierra) eternas e indestructibles, sostenidas en el éter, pero cuyos compuestos se
hacían mutables e inestables y transitorios en las cosas.
El florecimiento indio se vio amenazado por el rey Darío de Persia e invadido, después, por Alejandro,
que se detuvo ante la ciudad de Mahadaja, donde el budismo tenía muchos adeptos. Un gran movimiento
popular compuesto de 600.000 infantes, 30.000 jinetes y 9.000 elefantes, encabezado por Chandragapurta
Maurya (320-291) arrojó del país a los griegos, dando lugar a un gran Estado con capital en Patalipura donde
proliferaban los templos de Buda. En esta época los campesinos vivían en comunidades, cada familia con su
lote de tierra en usufructo y su ganado que apacentaban en los pastos de la comunidad, y tenían que soportar
los gigantescos gastos de la corte. El último rey del período Maurya, Asoka (263-225), impresionado por la
matanza en la guerra de Kalinga, se convirtió al budismo, lo declaró religión de Estado y ordenó enseñarlo
escrito sobre hojas de palma. Hizo grabar su pensamiento pacifista en piedras, con sus edictos en griego y en
arameo adaptados a la escritura local de cada zona. Pero será después, ya en el siglo III de nuestra era,
cuando el budismo adquiera poder bajo la protección imperial, que constituyó uno de los factores de la
confrontación brahmanismo-budismo y de la razón misma de la expansión del budismo hacia el Extremo
Oriente y el Tibet, que se vio favorecida por el divorcio entre el budismo filosófico y la religión búdica popular..
Ya en el alto Medievo (siglos IX-XI) adquirirían mayor influencia los sistemas ortodoxos nyaya,
vaisesika, sankhya, nimansa y vedanta, y los heterodoxos cärvaka-lokayatamanta, jainismo y budismo,
integrado éste por cuatro escuelas: vaibhasika, sautrantika, madhyamika y yogacara. Con el paso del tiempo,
los cärvakas adoptaron finalmente una tendencia materialista consecuente.
Sin embargo, el período de disgregación formal del esclavismo en la India coincidiría después con la
propagación de las formas extremas del idealismo: origen supraterrenal de las cosas, objetos, seres vivos y
fenómenos, que el materialismo funda en la existencia objetiva de los objetos y fenómenos.
Digamos, en fin, que la antigua India poseía una cultura altamente desarrollada. Los habitantes
conocían la escritura alfabética y la gramática. Las obras principales fueron escritas en (el idioma literario)
sánscrito, en el que están escritos Los Vedas, el Código de Manú y los grandes poemas antiguos:
Mahabaratas y Ramayana. El número arábigo que Europa aprendió de los árabes, tuvo su origen en la India.
El pensamiento filosófico en la Grecia del siglo VI a.n.e..
En la democracia de Pericles (495-429), la Edad de Oro de Atenas, la propiedad de la tierra, que en
tiempos de los aqueos era de la "gente", comunal, era ahora de los ciudadanos con derechos políticos (el
subsuelo era del Estado). Sin embargo, los bancos y las grandes empresas navieras e industrias eran
privados, pese a estar en manos de metecos y libertos... Los llamados ciudadanos despreciaban el trabajo,
que era para ellos como una mortificación de la dignidad humana, por lo que lo dejaban en monopolio a las
otras tres categorías inferiores: metecos (libres, pero sin derechos políticos, profesionales, banqueros, artistas,
filósofos, artesanos; dueños de una ciudad que les negaba la ciudadanía), libertos (hijos de esclavos, liberados
como Platón), y esclavos (verdaderos desheredados, prisioneros, con derecho a matarlos el amo)
En la antigua Grecia, por razones de contacto con las civilizaciones anteriores y de su época,
continuaría la controversia histórico-social alimentada por los intereses de las capas progresistas de la clase
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esclavista. El autor del diálogo platónico Epímonis declararía que los conocimientos griegos "partieron de Siria
y Egipto para extenderse en todas direcciones y llegar a nosotros experimentados durante mucho tiempo por
observaciones milenarias”. La Teogonía del poeta Hesíodo (siglo VIII a.n.e.) presenta puntos de contacto con
el mito mesopotámico hurrita de Kurmarbi, tales que pueden considerarse como una de las fuentes de
inspiración del poeta griego. Existen analogías entre los tratados médicos de Babilonia y Egipto y los de
Hipócrates. Se dice de Diofantes que pudo haberse instruido en la ciencia matemática babilónica. Según el
propio testimonio de los griegos, los filósofos y sabios del mundo helénico recurrieron a los egipcios en
hidrología, geometría, astronomía, meteorología y medicina sobre todo. Herodoto reconocería el aporte de
los conocimientos egipcios al helenismo. Por último, señalemos las analogías existentes entre los sistemas
ideados por mesopotámicos, egipcios y griegos para situar los cuatro principios naturales: fuego, tierra, agua y
aire. Ello no obstante reconocer que fueron en particular los griegos, en su afán por descubrir las causas de los
distintos fenómenos de la naturaleza, los que dieron los primeros pasos en las ciencias naturales y en la
filosofía.
Cabe preguntarse, qué aconteció para que el pensar filosófico, el ejercicio mental, el deseo de saber
y de explicarse las cosas e indagar la verdad, se viese favorecido y desarrollado tan especial e
impetuosamente en Grecia... De los datos conocidos podemos destacar tres factores relevantes:
1) la riqueza creada por el trabajo de los esclavos y los campesinos fue la base de toda la vida del mundo
antiguo;
2) no había una religión preponderante, los sacerdotes cuidadores de los templos eran simples funcionarios
seculares, lo que impidió el desarrollo de una jerarquía religiosa y favoreció la sustitución de los mitos por la
razón. Alejados los dioses de la fenomenología natural, los griegos pudieron elevarse en busca del saber
por el saber, y se plantaron lo fundamental: saber de qué están hechas las cosas y cómo es el
Universo;
3) la fobia al trabajo (los esclavistas griegos lo consideraban indigno) y la dedicación al ocio, es decir, a
pensar distendidos (considerado por ellos como la más noble virtud y la primera condición de todo
progreso espiritual y cultural), que les permitió, además, indagar la forma de mantener durante cierto
período asegurados los intereses de las capas progresistas de la clase esclavista.
Otros factores en gran medida determinantes pudieron ser: una lengua, aunque importada, pero del
mismo tronco indoeuropeo; la configuración particular de la península, abierta al mar, que hacía difíciles los
contactos terrestres, pero abrió rutas comerciales marítimas; un espíritu, el de la polis (ciudad-estado), que dio
fuerza coagulante, pero sin ninguna preocupación de unidad nacional; (una suma de pequeños Estados, pero
cada uno ocupado en elaborar una propia experiencia política y una cultura autóctona)
En resumen, una excepcional ocasión histórico-social, de florecimiento rápido y ágil, de desarrollo
intelectual y productivo, que en dos siglos dio a la humanidad lo que otras naciones no han dado en
milenios…Un excepcional período que favoreció el desarrollo “democrático” de una minoría esclavista, que,
dedicada a explicarse el mundo, incluso llegó a preguntarse, preocupada curiosamente por la desigualdad
existente en derredor ¿por qué tenían que ser otros los que realizarían el trabajo por ellos?
Se lo preguntaron, sí; su respuesta fue que ¡el estado perfecto de la igualdad está en el cielo.!.. En
este sentido, cuentan de Aristófanes (450-385), que puso en escena una “condesa de izquierdas” que
predicaba precisamente una especie de comunismo aristocrático, reclamando la distribución en partes
iguales, entre los ciudadanos, de los beneficios del trabajo colectivo. “Pero el trabajo ¿quién lo hace?”,
pregunta a la condesa Blepiro. “Los esclavos, por supuesto”, responde la dama.
De una población cercana a los 400 000, no llegaban a los 20.000 los ciudadanos con derechos
políticos, una exigua minoría; gente conocida que se veían a diario asociada en clubes vinculantes. El
Parlamento, como ejemplo, se reunía siempre al aire libre, no disponía de local, consultaban sus propuestas
con el Consejo: 500 ciudadanos sorteados, organizados en comisiones presididas a diario por distintas
personas, de modo que le tocaba serlo a cada uno tarde o temprano, algo que ayuda a explicarnos el gran
apego de aquellas gentes a su singular modelo democrático compuesto de capas medias, interesadas, sí, en
el progreso, pero con mucha moderación en presencia de la lucha de clases, temiendo siempre verse
desbordadas por los centenares de miles de metecos, libertos y esclavos excluidos de las decisiones políticas.
Durante los siglos VII al II a.n.e. se plantearon saber cómo era el mundo, si había uno o dos
mundos de base material distinta (sublunar e imperfecto y celeste perfecto), si era inmutable o no, cuáles eran
sus elementos constitutivos (uno, cuatro o cinco, con o sin vacío), si la materia era continua o discontinua
(divisible o indivisible), eterna o no, si el movimiento era inherente a la materia o externo, y circular o lineal. El
pensamiento humano, el espacio y el tiempo, quedarían planteados de modo indefinido a partir de entonces…
Hesíodo (mitad del VIII a.n.e) habló de la existencia de un fondo material del universo. En su libro de
poemas, Teogonía, después de explicar alegóricamente, en un estilo de fábula, la historia de Grecia, sería uno
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de los primeros en preguntarse por el origen de las cosas: "En primer lugar existió el caos" (“khaos”, abismo
bostezante). En “Los trabajos y los días” nos da un cuadro nada poético de las miserias campesinas: Las
casas son una sola estancia de adobe para bípedos y cuadrúpedos. Nadie viene de la ciudad ni a pedir el
voto. Tan sólo tienen que entregar una parte de la cosecha al amo, y otra al gobierno, alistarse en el ejército y
morir, por motivos que no conocen e intereses que no les atañen. El paludismo causaba estragos. Morían de
hambre, tiranizados por los conquistadores nórdicos que aún no se habían fusionado. Por entonces nadie
soñaba con la instrucción…
Tales de Mileto (624-548) había viajado como comerciante por Mesopotamia y Egipto. Creador de la
Escuela Jónica fundadora de la filosofía materialista, fue uno de los grandes innovadores del pensamiento
moderno. Trataba de explicar el Universo mediante la razón, recurriendo a analogías para explicar las
cosas. Prescindió de un creador; el agua era el elemento primero, del que fueron separándose la tierra, el
aire y los seres vivos. Padre de la ciencia especulativa moderna, intentó construir una cosmología
racional en la que el agua ("principio de la naturaleza de las cosas húmedas") tenía el papel de sustancia
fundamental de la que surgía todo y en ella terminaba.
Anaximandro (610-546), alumno destacado de Tales, habla del "apeiron", substancia-principio un
"algo" misterioso, "indefinido" e "ilimitado" que impregna el universo, que engendra todo mediante el
movimiento y la segregación de contrarios (lo húmedo y lo seco, lo frío y lo cálido, etc). Presentaba el mundo
dialécticamente, en movimiento... Las cosas -dice- surgen, existen, se descomponen y desaparecen
retornando al apearon. Para él el firmamento gira alrededor de la estrella polar. Su idea de las esferas
celestes (creó la noción de esfera) culminaría más tarde en la obra de Ptolomeo (siglo XI), un modelo celeste
que constituyó el principal paradigma astronómico durante más de dos mil años, hasta que Copérnico lo puso
en evidencia con su publicación, antes de morir en 1543.
Pitágoras (580-500), uno de los más grandes fundadores de la ciencia y el que más ha contribuido a su
desarrollo, creó la más “totalitaria” de las academias; autentificaba sus lecciones con el “lo ha dicho él”. Se
limitó a especular sobre las Matemáticas y la Geometría desde lo más puramente abstracto de la teoría,
despreciando toda aplicación; utilizaba la deducción lógica para alentar las mentes. El Universo –dice- es
cognoscible y afirma que las reglas de éste son de tipo matemático. Fue el primero en argumentar que la
Tierra es esférica, centro orbital de todas las esferas sublunares y celestes. Con él la Geometría se articuló en
sus elementos clásicos: axioma, teorema y demostración. Sin conocer a Tales descubrió por sí mismo varios
teoremas. Entre ellos los consabidos relativos al triángulo. Concibió la Aritmética como un estudio de las
proporciones, al descubrir las relaciones de número que regulan la música, habiendo concluido que las notas
dependían del número de vibraciones. El silencio es la “música de las esferas”; la producen los planetas al
girar en el cosmos. Se estaba anticipando a Eratóstenes, a Copérnico y a Galileo. Cierto que tuvo un final
bochornoso, con su “tiranía ilustrada” y la famosa compensación de la “autocrítica”. La historia relata que los
ciudadanos de Crotona cargaron contra la burocracia pitagórica, haciendo huir al maestro en calzoncillos hasta
un habar donde fue alcanzado y muerto a los 80 años de edad.
Filolao, el pitagórico, más explícito que el maestro, predicaba en Tebas (capital de Beocia donde
creció Pitágoras) que la Tierra no era el centro del universo sino tan sólo un planeta más entre los muchos que
giraban en torno a un “fuego central”. Pero piensa que las estrellas no son otra cosa que pequeños agujeros
por los que se ve el fuego inmenso e infinito del más allá.
Anaxímenes (550-480) sustentó que el movimiento lo generaba el aire (o penuma, de naturaleza divina)
la sustancia primigenia que condicionaba el surgimiento y desaparición de todo.
Parménides (540-450) sostiene que el ser es eterno único e inmóvil: todo permanece estático e
inmutable. El mundo sensible es contradictorio e inexplicable. Exponía graves dudas sobre que la Tierra era
plana y más bien se inclinaba a creer que fuese redonda, mientras en Chios, Enópidas se preanunciaba ya
sobre la oblicuidad de la elipse.
Leucipo (siglo V a.n.e.), discípulo de Parménides y maestro de Demócrito, funda la escuela atomista.
Pretendía conciliar la pluralidad de las cosas con la unidad y permanencia del ser. La materia no era sino una
concentración de pequeñas partículas ("átomos") indivisibles.
Heráclito (530-470) expresó ideas sobre el principio dialéctico, aunque no sostenidas por conocimientos
científicos. Pensó que el principio era el fuego que fue y siempre será eternamente vivo. Con orden regular se
enciende y con orden regular se apaga. El continuo transformismo del fuego en sus diversas formas de un
estado a otro y viceversa, es la única verdadera realidad de la vida, en la que nada es, todo se torna. El mundo
no ha sido creado por nadie, existe desde la eternidad, sin ninguna fuerza sobrenatural. Subraya la idea del
movimiento y cambio constante, con la contradicción como fuente del movimiento y de la posibilidad de
transformación recíproca de los contrapuestos. Todo presupone su propio contrario. Lega la idea de la
movilidad pura: "No entrarás dos veces seguidas en el mismo río". Dejó citas contenidas de un penetrante
sentido crítico: "La gran cultura sirve de poco. Si bastase para formar genios, lo serían hasta Hesíodo y
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Pitágoras. La verdadera sapiencia no consiste en aprender muchas cosas, sino en descubrir aquélla sola que
las regula en todas las ocasiones".
Anaxágoras (500-428), “padre de la astronomía” y quimerista en cierta medida, fue el primer caso de la
historia en que un filósofo es sentado en el banquillo, acusado inquisitorialmente de impiedad por defender sus
teorías basadas en la existencia de un solo mundo material. Explica el movimiento como una fuerza exterior
(inteligencia universal) que actúa. Defiende la existencia de montañas y valles en la Luna y que su luz es un
reflejo del Sol, lo que le permitió interpretar los eclipses. El año -467 cayó sobre Egos-Pótamos un aerolito
¡superior al Peloponeso!, cuyo aspecto flameante movió al filósofo a pensar que procedía del Sol, por lo que
este último debía de ser una gigantesca masa de piedras ardientes y no un dios como lo consideraba la
religión oficial. Intuyó la similitud física entre el cielo y la tierra. Pensó que el principio era el fuego y que los
objetos celestes eran arrastrados en el espacio por el éter... Afirmaba que todo proviene de la condensación
de una masa caótica en remolino. Se le atribuye haber sostenido que “la naturaleza es continua y la realidad
se ofrece a nuestra percepción de forma discontinua”. Originario de Clazomenas, Jonia, viajó a Atenas
donde enseño durante 30 años el rigor científico de Tales de Mileto, llegando a ser maestro de Pericles, que
intercedió por él en el proceso.
Empédocles (494-434) fundió en una las teorías de los cuatro elementos (aire, tierra, agua, fuego), que
daban "movimiento" a un universo mantenido en "ciclos cósmicos" alternativamente dominados por los
principios de Amor y Odio. Observó la consistencia del aire; lo dedujo mediante el reloj de agua (clepsidra);
pero no pudo confirmarlo. Insinuaba que la luz de los astros empleaba determinado tiempo para llegar a la
Tierra. Combatió el antropomorfismo religioso.
Protágoras (480-410) basaba su dialéctica sofista en la idea de que “la verdad es multilateral”. Fue
acusado de ateo por su Tratado de Teología. Su relativismo gnoseológico halla la más alta expresión en el
principio del homomensura: “El hombre es la medida de todas las cosas”..
Sócrates (467-399), que se definió como un “tábano”, se consideraba “el más sabio de los hombres
porque sé que no sé nada". “¿Qué es esto?”, era su pregunta preferida. Su método tenía por objeto el
descubrimiento de la “verdad” a través del diálogo. Repudiaba el conocimiento de la naturaleza y sirvió de
centro a la lucha contra la ideología y la política de la democracia ateniense, por cuya actividad sería
condenado a muerte. Su metodología se fundamenta en la dialéctica de los sofistas: contraponen una
afirmación (tesis) a su afirmación contraria (antítesis) y formula la síntesis, que debe contener el fondo de la
tesis y de la antítesis.
Demócrito (460-370), alumno de Leucipo y conocedor de la doctrina india, basada en que la materia
estaba constituida por partículas sólidas y agrupadas por una fuerza de atracción, afirmó la individualidad de
esas partículas y que están dotadas de movimiento propio: la estructura de la materia, los átomos (cuerpos
indivisibles, conforman todo, el alma inclusive; al moverse en el vacío (descartó cualquier sustancia de fondo)
forman diferentes cuerpos..., hasta la descomposición final de los cuerpos y el alma... “Los objetos de la
sensación se suponen reales, pero en verdad no lo son. ¡Sólo los átomos y el vacío son reales!”. Imaginó que
la Vía Láctea estaba formada por una vasta nube de estrellas como el Sol demasiado tenues para ser vistas
individualmente.
Platón (427-347). Su principal preocupación era la política: “el poder de la sabiduría debe dominar la
polis”. Se sitúa contrario al materialismo de Demócrito. La verdad –dice- no viene de la observación, sino del
pensamiento puro... Divide al mundo en dos realidades: lo no cambiable e indestructible y la realidad aparente
de las cosas. Coloca el mundo de las ideas unido por la idea del "Bien" eterno, frente a las cosas transitorias y
temporales. Las cosas y los fenómenos surgen de una materia informe que se une con la idea y desaparecen
al ser abandonados por ésta; son creaciones de las ideas, que toman su principio, en fin de cuentas, de dios...
Eudoxio (408-356) Con la Tierra inmóvil en el centro, desarrolla el primer modelo de los movimientos
planetarios construido con 27 esferas (Aristóteles utilizó 56 esferas). Intentó explicar el movimiento retrógrado
de Marte. Estimó la duración del año en 365 días y cuarto, que adoptó el calendario juliano.
Aristóteles (384-322) fue discípulo de Platón, primero fiel y luego crítico. Observa la naturaleza
directamente. Para él todo ser cambia, pero permanece inamovible la sustancia. Ideólogo del esclavismo, que
considera “natural”, no pudo ni imaginarse a lo que daría lugar con su ataque a la teoría materialista de
Demócrito: ¡frenaría durante 23 siglos! el proceso de conocimiento de la física del átomo... En disputa con este
último negaba que la Vía Láctea fuese otra cosa que una manifestación lumínica del “éter”. Tan materialista,
como idealista y metafísico, pretende abarcar todo, creía en una especie de “materia primaria” fundamental e
invariante que componía las cuatro esencias del mundo sublunar: tierra, agua, aire, fuego, que existía en
potencia hasta que se le daba “forma”, una posibilidad de existencia que podía convertirse en cosas con su
misma calidad común. En el mundo celeste sólo existe un extraño elemento, una “sustancia del cielo”
radicalmente diferente de las cuatro que componen el mundo sublunar, más divina que todas”, un quinto
elemento”, “quintaesencia, “éter”, liviano y sutil que da forma a los objetos esféricos, incorruptibles y eternos.
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"Llamaron éter antiguamente -escribió- al lugar supremo, tomando el nombre del siempre correr en un tiempo
eterno". Según él solo existe una forma pura, desprovista de materia que es la forma de todas las formas, que
introduce el movimiento en la materia (dios como primer impulsor, la mano del Primun Mobile)... Defendió la
perfección no terrenal de todos los cuerpos celestes. Decidió que el espacio vacío no podía existir en la
naturaleza: “No puede haber algo sin nada al otro lado” . "La naturaleza –dice- aborrece el vacío" (horror
vacuis), que había defendido Demócrito para explicar el movimiento de los átomos.. Cada cosa en movimiento
–diría- “busca su lugar natural”: lo pesado hacia abajo, lo liviano hacia arriba. Lo deducía utilizando las figuras
silogísticas que él introdujo y practicó, llegando a afirmar que la velocidad de caída era directamente
proporcional a su peso. Apoyó la esfericidad de la Tierra, observando la sombra que ésta proyecta sobre la
Luna. Sin embargo, se oponía a la rotación terrestre, arguyendo que si lanzásemos verticalmente una piedra
hacia arriba, no caería en el mismo sitio desde el que fue lanzada. Un argumento éste que perduraría más de
1500 años... Creador de la lógica formal, se esfuerza por no separar el pensamiento y la existencia. Piensa
que la esclavitud ni es moral ni inmoral: “Serán la máquinas –dijo-, no las leyes, las que liberarán a los
esclavos haciéndoles inútiles”. Postulaba, no obstante, que imperfecciones como la desigualdad eran propias
del mundo terrenal. Aristóteles estableció una conclusión posiblemente la más importante de la praxis:
"considerar el acuerdo necesario como un postulado".
Andrónico de Rodas clasificó las obras de Aristóteles divididas en dos grandes apartados: las de física,
en primer lugar, y “las que están detrás de la física” (metafísica). Con el paso del tiempo, la palabra
metafísica cobraría significado: “un saber situado más allá o detrás del ser físico en cuanto tal”. La
metafísica considera inmutables las cosas: la naturaleza siempre es la misma; los objetos existen
independientemente unos de otros, aislados: entiende los procesos de cambio y desarrollo como mero
aumento o disminución de lo ya existente.
Teofrasto, alumno de Aristóteles, considerado el más grande naturalista de la Antigüedad, compondría
una Historia de las plantas, que fue durante siglos el manual de todos los botánicos.
Heráclides de Ponto (388-310), discípulo de Platón, apoya la tesis de la Tierra en movimiento. Piensa
que es imposible que las inmensas esferas de las estrellas y los planetas roten una vez cada 24 horas. Y
explica el movimiento diurno aparente del cielo, dotando a la Tierra de un eje de rotación. Su sistema mixto
mantiene a la Tierra en el centro y a Mercurio y Venus girando alrededor del Sol
Epicuro (341-270), materialista sensualista y ateo de la época helenística, basado en la teoría de los
átomos estableció la causalidad ciega en los fenómenos de la naturaleza. La materia es eterna dotada de un
movimiento interno propio. La existencia de las cosas es independiente de la conciencia del hombre. La
ignorancia y la superstición engendran el temor ante los dioses y la muerte. Ideólogo de la sociedad esclavista,
estima que lo más razonable para el hombre no es el trabajo (que lo harían otros) sino el reposo, evitar el
sufrimiento y buscar la serenidad reflexiva.
A partir de Aristóteles y su escuela, el peripatetismo, se observa en Grecia una situación nueva
condicionada por la crisis general que vive el Estado esclavista y los cambios que se producirían tras la
muerte de Alejandro Magno (356-323). Las aldeas, devastadas por las guerras, se despueblan, importan trigo
de Egipto, talan bosques, cierran minas; se dedican a importar plata de España y oro de Tracia. Aparecen y se
desarrollan los nuevos “técnicos” y agentes de cambio que organizan el Banco de Estado, se invierte en
palacios y villas particulares, se extiende la corrupción, el refinamiento y la homosexualidad, y aparecen los
“hinchas” del deporte…, mientras tanto la filosofía natural sería casi olvidada. Paralelamente, se hacen
frecuentes las sublevaciones de campesinos pobres y de esclavos. En las postrimerías del siglo II a.n.e.,
Saumaco encabeza una rebelión de esclavos griegos. Fue nombrado rey en sustitución del rey del
Bósforo, gobernó unos dos años y llegó a acuñar monedas con su nombre.
La “Edad de Oro” griega se puede decir que finaliza coincidiendo con la serie de conquistas de
Alejandro, entre las que está la ocupación del reino faraónico del Alto y Bajo Egipto donde fundó la ciudad de
Alejandría (-331).
La filosofía en Roma desde el año -130 hasta el 250 de n.e.
Los años posteriores a -160 están marcados por la expansión del llamado humanismo con sus fuentes
nacionales y helenísticas, y por las grandes conmociones político-sociales de la época. Todavía se
consideraba económicamente necesario el empleo de esclavos en la agricultura, cuya demanda fue
aumentando constantemente. Según Tito Livio, la guerra fue la principal fuente de esclavos. En -210 fueron
reducidos a la esclavitud más de diez mil prisioneros de guerra. En -208, cuatro mil. En -202, mil doscientos.
En -200, treinta y cinco mil. En -197, más de ciento cincuenta mil. Las revueltas y sublevaciones se hicieron
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frecuentes debido a las brutales condiciones de vida. La agricultura terminaría resultando perjudicada, antes
que los servicios. Un refrán se hizo popular: “Quien tiene esclavos, tiene enemigos”.
*Entre los años -137 y 437 de n. e. (último del Imperio Romano de Occidente), las sublevaciones de
campesinos y esclavos e incluso bárbaros se hacen frecuentes. La sociedad esclavista cedería el
paso a la feudal, de la servidumbre personal. No obstante reconocer la gran influencia del esclavismo
en el desarrollo posterior de la humanidad, la explotación bajo la forma esclavista se había convertido en
un impedimento para su progreso posterior. El esclavo, como es lógico, no se interesaba en su trabajo.
Su labor era poco productiva. No podían crearse herramientas complicadas, instrumentos delicados y
máquinas, porque la forma de explotación oprimía espantosamente a los hombres y no les daba
ninguna posibilidad de progresar. Y, además, la economía esclavista necesitaba una continua afluencia
de nuevos esclavos, que sólo se podían obtener mediante guerras, piraterías, opresiones y tensiones
internas permanentes y costosas, cuya suma de factores terminaría provocando la decadencia de las
fuerzas productivas, causa que hizo desaparecer a la sociedad esclavista:.
Año -137, una sublevación de esclavos triunfa en Sicilia y se extiende hacia el Asia Menor. Euno y
Cleón movilizaron a unos 200.000 hombres, que fueron finalmente sometidos en -132. Poco después,
Aristónico (pariente del rey de Pérgamo) se puso a la cabeza del gran movimiento de los esclavos y los
pobres libres. Les prometió fundar un “Reino del Sol” en el que todos los ciudadanos serían libres e
iguales. Fueron reducidos. Para evitar las sublevaciones, pensaron repartir tierras, aplicando las leyes
agrarias de Tiberio Graco, por cuya compleja intención éste sería asesinado y sus partidarios
decapitados. Cayo Graco sufriría la misma suerte. Hizo aprobar las leyes del pan y de la justicia.
Proyectó crear 12 colonias, con 3.000 colonos dotados de tierras y exentos de cargas fiscales, y
conceder derechos ciudadanos a los aliados (itálicos). Le decapitaron con tres mil de sus partidarios
(121 a.n.e.) La lucha de clases se agudizó.
Año -104, se extiende en Sicilia una segunda sublevación de esclavos, con 20.000 hombres y Salvio a
la cabeza. En la ciudad de Triocala se unen con los aguerridos esclavos de Atenión La sublevación se
extiende. Resistieron hasta el -101. Llevados a Roma, como gladiadores, no queriendo servir de
diversión se ultimaron unos a otros en presencia de los espectadores del circo
Año -90, el campesinado toma las armas para lograr sus derechos. Los itálicos crean un reino
independiente en Corfini, con una Asamblea Popular y un Senado de 500 miembros. Roma envió a sus
dos mejores generales, Mario y Sila, que sofocaron la rebelión. Vicilio, uno de los jefes del movimiento,
se inmoló en el fuego para no caer prisionero. Los esclavistas creyeron necesario instaurar una fuerte
dictadura militar. Finalmente, Sila fue nombrado dictador vitalicio, publicó listas con los enemigos de
Roma, limitó los derechos de la Asamblea, exigió a todos los esclavistas que se unieran contra el
movimiento revolucionario. Murió en el
-79.
Año -73, Espartaco, cuyas tropas iban en constante aumento, desde que se conjuró contra Roma con
200 esclavos, derrota al ejército romano. Fue calificado por Lenin como “uno de los héroes más
prominentes de una de las grandes rebeliones de esclavos”.
Finalmente, mencionaremos también la rebelión por la libertad que estalló en España alrededor
del año -150 contra el opresor romano. Dirigida por Viriato, adquirió grandes proporciones, con la derrota
y prisión del general romano Vitelio, en el año -147. Por mencionar, citaremos a Irtuleyo, y, con él, a
Sartorio, republicano romano que huyó a España de las persecuciones de Sila. Tomaron una ciudad tras
otra. Derrotaron a Pompeyo. Mas, como le ocurriera a Viriato, que fue traicionado y asesinado el año 139, Sartorio sufrió la misma desventura en el año -72.
Panecio de Rodas (185-110?), director de la escuela estoica (-129), insiste en la jerarquía de los
deberes que ligan al individuo a los demás. Desemboca en una forma de humanismo que pretende construir al
hombre basada en la “dignidad humana”. Su concepción filosófica de lo humano, del trabajo en concreto,
como muestra de la actividad social, le lleva a concluir que el hombre es capaz de completar la obra de la
naturaleza, de crear algo así como una nueva naturaleza. “Es evidente que el provecho y la utilidad que
extraemos de las cosas inanimadas no habría podido ser obtenido sino mediante los brazos y el trabajo de los
hombres”.
Cicerón (106-43) sostiene que una buena demostración oratoria debe apoyarse, como la demostración
filosófica, en las reglas de la dialéctica, en una inquietud íntima y en el sentido del deber colectivo. Se afirma
en que el intelecto existe en el interior de la materia. Le parece incierta la existencia de divinidades. Trata de
hacer ver la necesidad de un “primer ciudadano”, un moderador sin poderes extralegales, e insiste en la
distinción entre poder y autoritas. No se puede gobernar sin enseñar, no se puede gobernar más que con el
acuerdo moral con los ciudadanos; se trata de someter la política a la razón. Cicerón concede una particular
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importancia a la filosofía de la libertad y critica la falsa libertad del pueblo que se deja inspirar por los
demagogos. Defiende el amor a la verdad y la aptitud para dudar. Si bien aboga por el gobierno de una élite
ilustrada, propone construir la ciudad de los hombres basados en los valores de la equidad. Cada hombre
debe hacer respetar su dignidad, obtener lo que se le debe equitativamente, ya sea moral o materialmente.
Cicerón une la noción de humanidad con la de cultura. Para “hacer al hombre” es necesario darle una
formación científica. Y afirma, en su obra De república, que al ser la república una “cosa del pueblo”, es éste
quien debe dirigirla.
Lucrecio Carus (99-55), celebre filosofo y poeta romano, precursor del materialismo dialéctico, hombre
próximo al pueblo, que condena el privilegio de los nobles, ataca la religión al mismo tiempo que expone en su
obra “De la naturaleza de las cosas” la filosofía atomista de los griegos Demócrito y Epicuro. Afirma que toda la
diversidad de cosas y seres se explica por las diferentes combinaciones de partículas materiales, átomos.
Refuta la teoría idealista de los que pretenden que el mundo es obra de un ser superior. Critica
encarnizadamente las supersticiones. La obra de Lucrecio refleja el nivel de conocimientos y las ideas
materialistas de su época
Séneca (4- 65), nacido en Córdoba; el último gran filósofo de la lengua romana, influenciado por el
pitagorismo, fue criticado por aplicar la filosofía a los problemas de la vida práctica. Nerón, su alumno de
retórica y filosofía, del que pretendió hacer un buen tirano, terminó por exigir su muerte. Sostenía que el sabio
(y él sabe que no lo es) no tiene derecho al descanso más que cuando ha agotado todas las posibilidades,
cuando ha hecho todo lo posible por los otros hombres. Su obra, las Cartas a Lucilius, constituyen el único
ejemplo auténtico que se conserva de correspondencia filosófica en la antigüedad. Se basa en una creencia
muy fuerte en los dones naturales de la razón, en la voluntad basada en la razón, que es capaz de negar el
mal, pero también aceptarlo...
Plutarco (50-125), el autor de Vidas paralelas, aparece cuando el racionalismo declina y la filosofía
adquiere un carácter más estrictamente moral y religioso. Se presenta como un ecléptico, un adversario de los
sistemas dogmáticos: “la historia depende de causas materiales”. Se esfuerza por unificar lo real a través de la
razón, profesando un cierto dualismo. El sentido de lo relativo unido al deseo de lo absoluto explica la
importancia de la obra histórica de Plutarco de carácter metafísico. Afirma que la fundación del mundo, a partir
de la “materia” indiferenciada, fue realizada por la mónada que, al unirse en este mundo, se convirtió en la
naturaleza y su alma: “en nuestro mundo todo es mezcla. Nada es puro”.
Plotino (205-270), neoplatónico*, anuncia a Kant cuando rehúsa hacer un sitio al determinismo en
nuestra historia y en la experiencia psíquica. Según él, la presencia del alma en el cosmos es causa de que no
pase nada verdaderamente nuevo. “El espíritu –escribe- ha tenido la temeridad de separarse en alguna forma
del Uno”. El hombre plotiniano jamás está completo en sus límites, su salvación consiste en reconocerse a sí
mismo, como el sabio que sabe que no obedecerá sino a sí mismo.
* El neoplatonismo: Coincidiendo con la época de la decadencia del Imperio Romano (siglos III al VI)
aparecería una corriente filosófica de carácter místico, ideológicamente emparentada con la aristocracia
esclavista. Vendría a ser una especie de teosofía o degeneración de la doctrina idealista de Platón.
Jugaría un papel primordial en la patrística cristiana y ejercería una gran influencia en la ideología del
feudalismo y en la sociedad musulmana. La primera escuela se abre en Alejandría. Plotino funda otra en
Roma el año 244. Jámblico abre la suya en Siria en el siglo IV. Proclus (410-485) abriría la última en
Atenas a mediados del siglo V.
Porfirio (232-305), alumno de Plotino, pone en ejercicio el espíritu crítico que aprendió de su maestro y
compone un tratado titulado Contra los cristianos, que será destruido por orden de Constantino, y
posteriormente por Valentiano III y Teodosio II, en 448. Persiguiendo el propósito de depurar y transformar las
religiones populares, polemiza con Anebón, sacerdote egipcio.
Jámblico (m. 330), alumno de Porfirio, probablemente más neopitagórico que neoplatónico, esboza una
teoría del alma a través de un análisis de las progresiones y objetos matemáticos. “la noción del alma –
escribe- contiene espontáneamente la plenitud total de las matemáticas”.
El período helenístico:
Alejandría, cuna de la “cultura” del período helenístico (helenismo: nombre dado a la cultura del
Mediterráneo Oriental desde Alejandro Magno hasta la conquista romana), había tomado el relevo del período
griego, contando ya con la institución llamada el Templo de las Musas (el Museo), cuya Biblioteca llegó a
reunir más de 500.000 manuscritos, muchos de los cuales ardieron en el primer incendio del año 48 a.n.e.,
cuando Julio César sitiaba la ciudad. Antes, habrían sobresalido, entre otros, Seleuco (355-280), por su
heliocentrismo; Herófilo (340-300), que destacó por sus estudios sobre el material cerebral, y; Apolunio (s. -III),
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geómetra. Bajo la dinastía de los Ptolomeos (323-30), Filadelfo (Ptolomeo II) favoreció la Medicina y en
particular el estudio y la investigación colectivos. Una pléyade de pensadores, probablemente más
astrónomos que filósofos, impulsores de una época de esplendor cultural, dejaría planteadas las opciones
heliocéntrica y geocéntrica de su tiempo que recogería más tarde Claudio Ptolomeo (90-168) en su famoso
Almagesto, esperando el transcurso de los siglos hasta la llegada de Copérnico y Galileo en el siglo XVI.
Durante el helenismo las “tiendas de escritura” se multiplicaron hasta alcanzar la eficiencia de verdaderas
casas editoriales. El filólogo griego Calímaco (310-240), compiló el primer catálogo histórico de todos los
originales existentes en el mundo.
Euclides (330-275), padre de la geometría, reuniría en su obra, los Elementos, el saber geométrico de
su tiempo dando lugar a la llamada geometría euclidiana. Pese su errónea afirmación de que los ojos
producían los rayos luminosos, desarrolló el conocimiento de la Óptica,
Aristarco (310-230) fue el primero en aplicar la geometría tridimensional para determinar los tamaños
relativos del Sol-Tierra-Luna. Obtuvo la relación entre las distancias, calculando que la de Tierra-Sol era entre
18 y 20 veces mayor que la de Tierra-Luna (20 veces menor que la que hoy tenemos), lo que le llevó a concluir
que el Sol era mayor que la Tierra y por tanto ésta tenía que girar alrededor de aquél. Fue acusado de “alterar
la calma del Universo” y postergado su heliocentrismo durante ¡dieciocho siglos!. Fue uno de los primeros
críticos literarios.
Arquímedes (287-212) desarrolló la física geometrizada antigua; de sus escritos se vislumbran los
métodos infinitesimales desarrollados muchos años después por Descartes, Newton y Leibniz. Fue el primero
que utilizó los cálculos matemáticos par desarrollar diversos mecanismos guerreros.
Eratóstenes (276-195), director de la Biblioteca de Alejandría, midió la circunferencia terrestre con un
error de sólo el 1% (39.670 : 40.000), conociendo la incidencia de los rayos solares entre dos puntos
terrestres, uno en Siena y otro en Alejandría.
Hiparco (194-120), el verdadero fundador del sistema tolemaico, cuestionó el geocentrismo; calculó la
distancia Tierra-Luna (67 veces el radio de la Tierra, el valor real es 60) y la del Sol (2500 veces el radio de la
Tierra, diez veces menor que el calculado hoy en día). Realizó mediciones con las que elaboró tablas de los
movimientos del Sol y de la Luna válidas para 600 años.
Claudio Ptolomeo (90-168 de n.e.), en su principal obra, el Almagesto (13 volúmenes), expone su
concepción geocéntrica del universo. En realidad, una síntesis de todos los trabajos sobre astronomía
matemática; recoge de entre todas las ideas las que le permiten crear un modelo que va a ser aceptado
durante siglos en toda Europa hasta la época de Copérnico. Hasta ahora los astrónomos no habían podido
construir un modelo que integrara la dinámica del movimiento idealístico del Sol girando en torno a la Tierra fija
en el centro.
Ptolomeo ampliaría y perfeccionaría la teoría de las excéntricas, los epiciclos y los deferentes, que
había utilizado Hiparco para explicar el movimiento del Sol y de la Luna, y en un descomunal e
impresionante trabajo la aplica al movimiento de los planetas. Se trata de un modelo cuya base teórica
se apoya en el axioma del círculo y la esfera de Pitágoras, reafirmado por Platón, que intenta explicar la
dinámica celeste mediante la simple combinación de movimientos circulares y uniformes. Ptolomeo
desarrolla y argumenta su magna teoría: mediante un cielo giratorio con forma esférica y una Tierra
esférica situada como un pequeño punto en el centro del Universo, pero no dotada de movimiento, ni
siquiera de rotación sobre su eje. Y se esfuerza en explicar por qué la Tierra está fija y en el centro.
Postulados hoy considerados muy inocentes, además de erróneos, pero a la vez ingeniosos, ejemplo de
cómo partiendo de premisas falsas se han desarrollado teorías que pretendían explicar la realidad sin
llegar a reproducirla coherentemente, pero que estuvieron vigentes hasta el siglo XVI porque la Iglesia
cristiana lo veía compatible con la idea de un mundo terrenal inmutable, centro de la creación, hecho
como el hombre por decisión de Dios. A Ptolomeo, nos queda por decir, no le interesaba si los
deferentes y los epiciclos existen o no en la realidad como tales objetos materiales, le interesaba
explicar los movimientos que se observan con la ayuda de movimientos circulares y uniformes el camino
irregular de los planetas, sus variaciones de velocidad, sus puntos estacionarios, sus retrocesos y el
movimiento diurno de las estrellas. Mas tenía otro interés: en su libro Tetrabiblos sugiere que las
estrellas deben ejercer una considerable influencia en las vidas humanas y en el devenir de los
acontecimientos.
Una vez agotada la edad floreciente del helenismo a la que habían dado impulso figuras como las
enunciadas, el interés por el conocimiento de las ciencias naturales y la física en particular, privativo de la
herencia griega, quedaría hibernado ¡durante más de mil años!.
El mundo europeo se regirá casi
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exclusivamente durante la Edad Media por la moral de la Teología. La Filosofía natural sería casi olvidada; la
“nueva” ciencia –dirían- no necesita de la parte racional ni de la matemática…
A ello contribuirían, primero y principalmente, Filón de Alejandría y, posteriormente, Constantino el
grande, con su decisión de convertir el cristianismo en una religión de Estado. San Ambrosio (¿ -397) se
empeñaría en la puesta en cuestión de la filosofía natural: “Discutir sobre la naturaleza y la forma de la Tierra a
nada nos ayuda…”, lo que remataría la autoridad de Agustín de Hipona, para quien “la más peligrosa
tentación es la enfermedad de la curiosidad”, filosofía que vendría a apuntalar definitivamente la influencia del
trabajo que había realizado Filón en línea con la idea de imponer la Biblia como la única fuente de consulta y,
por consiguiente, de saber.
.
.
Filón de Alejandría (20-50), al asignar como única autoridad del saber las Sagradas Escrituras,
introduciría una variante completamente nueva en la materia objeto de estudio, sobre todo al imponer la
Filosofía moral sobre la Filosofía natural, confiriendo así a la primera una especie de rango intelectual, que no
era sino obediencia ciega. Con él la enseñanza de la Biblia se convierte en una tesis metafísica. Por primera
vez en la historia de la filosofía, un pretendido filósofo religioso pone un freno a la reflexión filosófica. Pero no
se contenta; él piensa que deben abdicar simultáneamente de su poder la filosofía y la teología. Judío
convencido, se limitó a transfigurar le herencia recogida. Hasta entonces, la Biblia, mediante su traducción al
griego desde principios del siglo -III, venía manifestando su presencia orientando la vida de los judíos de
Alejandría. Pero con la versión de los Setenta, accede, por primera vez en la historia, al nivel deliberado de un
valor filosófico, declaradamente ciego: a la incognoscibilidad de Dios por el hombre, corresponde la
incognoscibilidad del hombre por el hombre. Nada queda por decir. A partir de aquí, poetas y pensadores
judíos alejandrinos utilizarían las formas helenísticas de la cultura para negar la autoridad de cualquier otra
filosofía que no sea la de la Biblia, de modo que ésta ejercería su autoridad en la vida cotidiana, pretendiendo
incluso que Pitágoras y Platón no eran más que simples plagiarios de la Biblia judía.
Obligado es decir, que Filón no fue el inventor de la filosofía judeo-alejandrina. Lo que sí es cierto es
que con él, el trasfondo histórico del judaísmo, aferrado al misterioso mensaje de una Divinidad cuyo
poder está cruelmente dividido entre el bien y el mal (base del maniqueismo), desemboca en una nueva
visión conceptual del hombre y del mundo. Filón contribuye al desarrollo de una “filosofía”
soberbiamente oscurantista, segura de ofrecer una explicación total de las cosas, que va a permitir a
muchos judíos lanzarse a una lucha espiritual con el sentimiento ciego de que se ha iniciado la batalla
decisiva entre las fuerzas del bien y del mal; por medio de una disciplina intensa, se esforzarían por
“promover el ideal mesiánico que la lucha militar no supo realizar”.
Constantino I (280—337), emperador romano (306 al 337), promulgó el Edicto de Milán (313), que
permitía la libertad de culto. Creó una monarquía de estilo oriental, en la que el nuevo cristianismo, una vez
convertido en una religión de Estado, fue adquiriendo influencia, hecho que traería impensables
consecuencias para la Historia universal. Convocó y presidió el concilio de Nicea (325) que condenó el
arrianismo (desigualdad entre Padre e Hijo). Mandó edificar una nueva ciudad sobre el lugar de Bizancio,
Constantinopla, que convirtió en la capital del Imperio.
Agustín de Hipona (San Agustín, 354-430) se encargó de enlazar las ideas cristianas -necesitadas de
un sistema para extender la fe- con la filosofía de Platón, de los dos mundos: el terrestre, material e
imperfecto, y el celeste (la idea de la "perfección" de los cielos), sutil, divino, de astros moviéndose
circularmente: el famoso modelo de las esferas de Ptolomeo. El cristianismo agustinista, de "la luz eterna de la
razón" se impuso en Europa como sistema religioso y cultural en los primeros siglos y mantuvo su predominio
a lo largo de la Edad Media. Todavía es utilizado para penetrar el idealismo como un arma al servicio de la
opresión y el oscurantismo. El hondo significado de su participación activa en el retraso del pensamiento y los
conocimientos lo explicita perfectamente su comentario: “Aún más peligrosa tentación que la de la carne es la
enfermedad de la curiosidad, que nos lleva a desentrañar los secretos que están por encima de nosotros, que
no pueden servirnos para nada...”. Su pensamiento, en fin, será la corriente filosófica que dominará en
Europa, denominada patrística que encontraría auxilio, siglos después, todavía, con la escolástica y la
aparición de Tomás de Aquino.
El pensamiento filosófico durante la Edad Media.
El comienzo de la Edad Media lo marcaría la caída del Imperio Romano (476). Occidente perdería casi
todo contacto con la filosofía griega clásica. Aunque la nueva época había comenzado ya siglos antes, llegó
precedida de una fuerte y profunda incursión del discurso teológico filoniano que fue dejando, por un lado, los
rescoldos del último desarrollo de la Filosofía antigua, aunque excesivamente místico (“neoplatonismo”),
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formulado por Plotino hacia el año 250, y, por otro, la desaparición de la Cultura helenística, con figuras tan
notables como Aristarco, Hiparco y Ptolomeo.
En el Medievo la teología domina sobre las demás disciplinas intelectuales. La Filosofía natural,
arrinconada por las tesis de Filón había sido casi literalmente olvidada a partir del año 200; la “nueva ciencia –
se había dicho- no necesita de la parte racional ni matemática”. A partir de entonces, la filosofía, regida casi
exclusivamente por la Teología, sería la sirvienta, llamada a justificar y argumentar los dogmas religiosos,
pretendiendo demostrar su veracidad e inmutabilidad. Si bien es cierto que uno de los problemas por los que el
progreso teórico no había calado habría que buscarlo en que no hubo conexión entre los avances del
pensamiento y de los conocimientos, y las condiciones reales y agudas necesidades de la vida cotidiana de la
ciudadanía. Por el contrario, la religión daba respuestas más aparentemente útiles, como la de San Ambrosio:
“Discutir sobre la naturaleza y la forma de la Tierra no nos ayuda a nuestra esperanza de la vida por venir”...
Al tremendo retraso y confusión estaban contribuyendo, además de los discursos retrógrados de Filón y San
Ambrosio, la conversión de Constantino y en particular San Agustín. Todo ello sin olvidar lo que vendría a
suponer histórica y socialmente la ola contra el paganismo, de la que fue ejemplo el asesinato, horripilante es
poco decir, de Hipatia, griega (370-415), filósofa, matemática, astrónoma y física, que había creado su propia
escuela en la Biblioteca de Alejandría, con cuya quema posterior abrieron paso definitivo al dominio ilimitado
de la religión.
Carl Sagan, autor de "Cosmos", describe así la quema de la Biblioteca de Alejandría : "fue como si toda
la civilización hubiese sufrido una operación cerebral infligida por su propia mano, de modo que
quedaron extinguidos irrevocablemente la mayoría de sus memorias, descubrimientos, ideas y pasiones.
Es evidente que allí estaban las semillas del mundo moderno. Pero la ciencia y la cultura en general
estaban reservadas para unos cuantos privilegiados. La vasta población de la ciudad no tenía la menor
idea de los grandes descubrimientos que tenían lugar dentro de la Biblioteca con el concurso del trabajo
y el progreso. Pero no fueron explicados ni popularizados".
Destruida la Biblioteca, pasarían ¡1.000 años! de atraso y oscuridad hasta la aparición de Copérnico,
Kepler, Galileo, Newton..., la Reforma, el Renacimiento… En el año 489, Zenón (474-491), emperador
bizantino, cierra la célebre “Escuela de los Persas” de Edesa, que había fundado el emperador Joviano (332364) Unos años después (529), Justiniano (482-565) cierra la escuela de Atenas. La Escuela de Alejandría
acabó cerrada definitivamente con la toma de la ciudad por los árabes en el siglo VII.
Allanado el camino a la Iglesia, prevalecería una profunda sumisión de las Ciencias a toda clase de
autoridad, y la Filosofía, en particular, terminaría siendo esclava de la Teología. Desde el siglo I hasta el
siglo V, la patrística, el pensamiento cristiano elaborado por los padres de la Iglesia intentaría supeditar
la ciencia y la filosofía a la religión. Pero degeneraría el empeño. Bajo los Merovingios la enseñanza
religiosa decaería completamente: los sacerdotes rezumaban ignorancia, hasta el punto de no
comprender ni el latín de las plegarias. Carlomagno, rey de los francos, sería movido por la Iglesia a
reorganizar la enseñanza religiosa en sus Estados, a partir del año 786.
En el segundo período de esa nefasta corriente de retraso de las ciencias, que duraría
prácticamente hasta el siglo XV…, destacaría Tomás de Aquino (siglo XIII), renovado filósofo de la
escolástica, que pretende recuperar la ciencia para llegar a Dios. De suerte, un siglo antes (XII), el
progreso de la filosofía natural había empezado a abrirse paso, de la mano de Averroes, quien traduciría
y difundiría por Occidente las obras de Aristóteles de las que eliminaría cuidadosamente toda clase de
adherencias neoplatónicas; pero las obras de Averroes tardarían en llegar a Europa; comenzaron a ser
conocidas en París después del año 1230. El averroismo, que prolongarían su influencia hasta el siglo
XIV, permitía inspirarse en Aristóteles para analizar el hecho social, negar en consecuencia toda acción
temporal de la Iglesia e incluso deducir así el principio del Estado laico.
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Juan Filopon (primera mitad del siglo VI) contribuyó a dar un primer paso, importante, en la historia de
la revolución científica. Inició una acción sorprendente, que nos llegó a través de los árabes, sosteniendo que
el “impetus” es lo que permite a un cuerpo mantenerse en movimiento sin acciones externas... Era suficiente
para refutar las teorías aristotélicas y relacionar con un significado objetivo los conceptos espacio, tiempo,
velocidad, aceleración, fuerza. Después, miembros del Merton College de Oxford, de la Universidad de París y
de universidades italianas "osarían poner en duda -dice H. Butterfield- la explicación aristotélica del
movimiento y trataron de implantar la teoría del “impetus". Filipono trataba de sustituir la idea de los “motores
angélicos” (Primun Mobile aristotélico)
Carlomagno (747-814) El “renacimiento carolingio” coincidiría con la entrada de Europa en la Edad
Media. Carlomagno, defensor a ultranza de la fe cristiana sería coronado emperador (800) para hacerlo servir
de brazo secular de la Iglesia. Organiza sucesivas expediciones militares para imponer el cristianismo. Con el
mismo motivo edifica monasterios y sedes episcopales; crea escuelas, escolastic, para la enseñanza del
fundamento teológico: pretendía tener un clero de mejor calidad y una nobleza formada por funcionarios
suficientemente instruidos como para asegurar la buena marcha de un Estado centralizado. De la ayuda que
solicitó (ingleses, italianos y españoles) destacó Alcuino (730-804), que hizo traer libros de Inglaterra y fundó
escuelas en las catedrales y en los claustros, para monjes y novicios, y otras exteriores abiertas a un público
joven ajeno a los monasterios. En el año 817 estas últimas fueron cerradas. Cuentan los historiadores que “el
trabajo de Alcuino fue un trabajo en profundidad, lo suficiente para dar fruto a largo plazo. Serían necesarias
las guerras y las invasiones del siglo X para obstaculizar ese desarrollo”. Aquel deseo de renovar la
enseñanza y la cultura, de interés por el saber profano, sería el germen de futuras instituciones dedicadas a
difundir las ciencias aplicadas, base del progreso tecnológico que permitiría posteriormente el desarrollo de la
agricultura y el comercio, y contribuiría relativa e indirectamente al desmantelamiento del feudalismo a favor de
una economía más urbana y artesanal.
Juan Escoto (830-880), considerado como precursor de los panteístas en la Edad Media, expone en
su De divisione naturae una descripción del universo, donde los meandros de su desarrollo expresan a su
manera la índole total y compleja de su intuición del doble movimiento de la “naturaleza”, que construye sobre
bases teológicas, pero mediante la criatura humana. Para elegir, dice, es preciso razonar, y sitúa la razón
sobre la autoridad. Se basa sobre todo en las Escrituras, pues para él, lo mismo que para la tradición
patrística, la fe es lo primero. Sin embargo, toma como premisas los cuatro elementos (aire, tierra, agua,
fuego), que conjuga con la ética, la física y la teología para hacerlos fuente de su pensamiento y objeto de
división dialéctica, operativa, mediante la resolución, le definición y la demostración.
Alberto Magno (1206/7-1280), dominico, maestro de teología y de Tomás de Aquino, se pregunta:
"¿Existen muchos mundos o existe un único mundo?". Inicia una vasta enciclopedia en la que introduce toda la
obra del Aristóteles objetado por la Iglesia y del que desconfían los franciscanos y dominicos dedicados a la
enseñanza. En 1228 Gregorio IX había declarado peligrosa en particular la filosofía natural aristotélica que
enseñaba la eternidad del mundo y tesis completamente ajenas a los dogmas de la fe cristiana. Alberto
sostiene que “la física tiene su consistencia propia y que a la teología no le corresponde inspirar sus
conclusiones”. Coincide con los escolásticos del siglo XIII que pretendían superar el extremismo entre realistas
(idealistas) y nominalistas (materialistas: “las cosas existen antes de las ideas generales”).
Durante la Edad Media europea la riqueza acumulada, en manos de reyes, nobles e Iglesia sufragó
empresas como las Cruzadas, la construcción de catedrales, la urbanización de ciudades y, la fundación
de universidades en los siglos XI y XII (Bolonia, París, Montpellier, Oxford, Cambridge, Nápoles,
Palermo, Padua, Praga, Salamanca, Coimbra) principalmente para la preparación teológica de los
clérigos: lectura, copia de libros sagrados, teología y filosofía. Los dominicos (1215) practicaban el
aristotelismo medieval. Los franciscanos (1216) entendieron la ciencia como experimentación pero no la
practicaron, excepción hecha de Roger Bacon. La poca física que se estudiaba estaba relacionada con
la astronomía y las adquisiciones teológicas y metafísicas del “tomismo” .
Bacon, Roger (1214-1294), franciscano inglés, ideólogo del artesanado, adversario de la escolástica y
estudioso de la ciencia árabe preconiza el estudio experimental de la naturaleza. Sostiene que el conocimiento
debe tener por objeto el acrecentamiento del poder del hombre sobre la naturaleza para el bien de la
humanidad.
Tomás de Aquino (Santo Tomás, 1225-1274), italiano, formado por Alberto Magno, pasó por el filtro de
la teología católica los textos de Aristóteles, en particular la física. En su Summa Teológica siguió negando el
vacío (no podía haber acción sin contacto físico). Su estilo apoyado en el racionalismo contribuyó a crear al
menos cierto interés por la ciencia. Desarrolla su doctrina del "ser" (sustancia) que sostiene todo, lo real y lo
potencial. Al igual que el taoísmo, él cree que la materia no puede existir separada de la forma, pero la forma
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puede existir separada de la materia. Sólo las cosas corpóreas están compuestas de forma y materia. Y lo
material no puede existir independientemente de la forma superior, dios... El Aquinate, al "probar" la existencia
de dios, no parte de la noción de dios, sino de que todo fenómeno tiene su causa, por la que llegamos a la
idea de la necesidad de dios, causa suma de todo. Para Tomás, la razón está asociada a la sensación, por ello
sólo el mundo corporal es asequible al conocimiento; lo supracorporal es inaprensible. Lo universal es
producto de nuestro intelecto, pero tiene relación con la realidad que existe fuera del intelecto. De ahí se
deduce que lo universal existe también por sí mismo. Para él, teología y filosofía, fe y razón diferenciados, sólo
se distinguen por el camino según se vaya a dios, directamente o a través de sus creaciones materiales.
Según él, la razón, lejos de oponerse a la fe, conduce a la misma verdad que ésta.
Duns Escoto (1265/74-1308), teólogo y filósofo, figura controvertida, reconocido sostén de la filosofía
escolástica, desenvuelve su filosofía entre el pensamiento naturalista de Averroes y las esencias idealísticas
de Avicena. Sería considerado como notorio nominalista, con Jean Roscelin y Guillaume d´Occam.
Ockman, Guillermo de (1300-1350) teólogo y escolástico inglés, nominalista* e ideólogo del feudalismo,
contrario al propósito dominante del Vaticano y jefe de la oposición teológica al tomismo (de Tomás de
Aquino), pretende establecer una separación entre Fe y Razón (Dios no puede ser probado razonablemente),
preparando el camino para el Racionalismo** y el Empirismo***, que aparecerán, el primero en el XVII
representado por Descartes, Leibniz, Espinoza y Malebranche, y el segundo en el XVIII representado por
Locke, Berkeley y Hume, iniciado ya de alguna manera por Bacon.
* Nominalismo: constituye en gran parte la primera expresión del materialismo en la edad media.
Considera que las cosas existen antes que las ideas generales. Pero rechaza que los conceptos
generales sean reflejo
de las cualidades reales de las cosas que existen objetivamente.
Filosóficamente, limita la intervención de Dios en la naturaleza.
** Conocimiento racional, como único válido afirmado en las ideas innatas; los sentidos nos engañan
e inducen al error; nada es casual ni fortuito, podemos conocer su justificación con la razón por sí sola
*** Para asegurarse de tener certeza, estudia la validez y posibilidades del conocimiento, la naturaleza
de las ideas, basado en el método experimental sobre el que ha de basarse el conocimiento:
La filosofía arabográfica.
La filosofía arabográfica partía de la filosofía griega antigua y del pensamiento filosófico en Oriente.
Aparecía balanceándose entre el materialismo y el idealismo, lastrada por el problema planteado por el
fenómeno religioso del “Libro sagrado revelado” (libro "bajado del Cielo”). Un problema, éste, realmente similar
al del mundo cristiano sujeto a la Biblia (salvo diferencias: ausencia del fenómeno “Iglesia” en el Islam), pero
que influiría particularmente, de manera incluso que ni se pudiese hablar de filosofía como tal, considerando
que la religión islámica debe limitarse a la interpretación legalista y jurídica, a lo exotérico de su contenido.
Sin embargo, el pensamiento del Islam (influido como se vio por el papel que desempeñaron los sirios
como traductores* del pensamiento griego e iniciadores a su vez de los filósofos musulmanes en la filosofía
griega) alcanzaría un alto nivel representado en los siglos X al XIII por las corrientes de pensamiento
siguientes: 1) el peripatetismo (aristotelismo) oriental; 2) la doctrina de los Hermanos de la Pureza
(partidaria de unir todas las filosofías y religiones); 3) el sufismo ("maestros del saber"), movimiento griego
del siglo -V, afín al neoplatonismo que negaba el conocimiento perceptivo: sólo se puede conocer por
iluminación divina, uniendo el alma con dios, y; 4) la ortodoxia islama o filosofía musulmana que intentó
respaldar los dogmas religiosos con argumentos racionalistas.
Respecto al papel científico de los árabes, se dice que sus modernos aportes no llegaron a formar un
cuerpo de doctrina como el clásico que tanto valoraban. Pretendieron forjar una imagen del Universo que
no entrara en contradicción con el Corán. Cierto que sería suficiente su trabajo como traductores y
conservadores de las obras clásicas griegas y orientales para situarlos en lugar destacado de la Historia de
la Ciencia y la Filosofía.
*De las escuelas de traductores y muchos hombres de intensa actividad en vísperas de la hégira
(622) y año tras año después, dan idea los siguientes datos: Zenón cerró la “Escuela de los Persas”
el año 489 por sus tendencias nestorianas; Justiniano cerró la escuela de Atenas en 529; en 550
existía una escuela en Gundi-Sähpur creada por el sasánida Jusraw Anus-Rawän; Sergio de Ras
Ayna (m. en 536) tradujo en Constantinopla las obras de lógica de Aristóteles y buena parte de las
de Galeno; al-Ma´mün creó en Bagdad la “Casa de la Sabiduría” de traductores del siriaco al árabe o
directamente del griego, y fueron muchos los traductores grecosiriacos. Dignos de mención:
Ahüdimmih (m. en 575), Sibujt (m. e 667) Jacobo y Jorge de Edesa (m. en 724), Yahyà ibn Batrïq
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(comienzos del IX), Qustä ibn Lüqä (820-912), Abü Bisr Mattà (m. en 940), etc. Fue importante la
escuela de los “sabios de Arma” cerca de Edesa en el 850. El filósofo al-Färäbi explicó y comentó la
obra de Aristóteles y cada uno de los diálogos de Platón. Se cuenta que a mediados del siglo VIII,
astrónomos, médicos, astrólogos y alquimistas emprendieron la marcha hacia el nuevo centro creado
por el Islam vía de la gran ruta de Oriente, antaño recorrida por Alejandro. En el siglo XII, la escuela
de Traductores de Toledo trasmite a Occidente la herencia griega que recibe el Islam siriaco, del
árabe al latín.
(Zoroastro (660-583), legislador de Persia, fundador del mazdeismo, doctrina basada en la
existencia de dos eternos principios: el bien y el mal, consignada en el Avesta.)
Al-Kindi (796-873) sería el primer “filósofo de los árabes”. Abrió camino al peripatetismo oriental que se
desarrollaría sucesivamente en las obras de Avempace (Ibn Badshe, finales del XI-1138), Abentofail (Ibn
Tufail, 1110-1185), y Averroe. Al-Kindi dedicó gran parte de su tiempo a revisar las traducciones del griego al
árabe realizadas por su equipo. Habló de la condicionalidad causal de los fenómenos de la naturaleza y de la
sociedad. Para él, dios no era más que la "causa remota". Si bien, sus tres peldaños: lógica, matemáticas,
ciencias naturales, conducen a los problemas metafísicos.
Ibn Masarra (883-931), en plena dominación almorávide, crea en Almería la escuela de un sistema
filosófico basado en la existencia de un elemento primero o Materia prima, que elimina el “Uno” (plotiniano)
esencialmente indivisible y lo sustituye por cinco significaciones del término “material”: materia esencial;
materia espiritual: materia de todos los cuerpos celestes; materia física (la nuestra); materia artificial.
Al-Hallay, iraní (857-922), fue ejecutado el 24 de marzo de 922 acusado por los doctores de la Ley de
“confundir lo humano y lo divino” y de cometer una imprudencia divulgando públicamente secretos divinos..
Fue uno de los más eminentes representantes del sufismo (los süffies vestían de blanco, representaban una
protesta clamorosa contra toda tendencia a reducir el Islam a una religión legalista y literalista.)
Al-Färäbi (872-950), de saber enciclopédico, era capaz de comprender setenta lenguas. Fue llamado
Magíster secundus (Aristóteles era el Magíster primus). Filósofo helenizante, propone una distinción entre la
esencia y la existencia de los seres creados, que marcaría un hito en la historia de la metafísica. Sostenía
que el mundo material está compuesto por seis elementos sencillos (minerales, plantas, animales, hombre y
cuerpos celestes) cognoscibles sensorialmente mediante el intelecto y la especulación. Corona su teoría del
profetismo con su “Ciudad Perfecta”, que abarca toda la tierra habitada por los hombres y se basa en el
conjunto formado por su cosmología y su psicología, de cierto sentido político cuya principal función es
incluso guiar a los ciudadanos hacia un objetivo de unión del que depende la felicidad..
Ibn al-Haytam (962-1038), uno de los físicos y matemáticos más notables de toda le Edad Media.
Desempeñó un importante papel en el desarrollo de la astronomía, la óptica y la ciencia de la perspectiva. Fue
el primero en introducir en sus investigaciones astronómicas el concepto aristotélico de Esferas celestes.
Al-Biruni (973-1030), fundador de la geodesia y filósofo en contacto epistolar con Avicena, pensaba que
la naturaleza material se halla en cambio y desarrollo continuos. El alma es una propiedad del cuerpo. Su
filosofía tenía como fondo el curso de períodos cíclicos de corrupción y desastres superados por la venida de
nuevos profetas.
Avicena, ibn Sina (980-1037), hace un gran aporte a la controversia entre realistas (idealistas) y
nominalistas (materialistas). Divide la filosofía en tres partes: física (la naturaleza), lógica (las formas del
conocimiento), metafísica (conocimiento del ser en su totalidad). Lo general -dice- es una abstracción, pero
existe en los objetos particulares y constituye su esencia. Pone al descubierto la concatenación entre la física,
la lógica y la metafísica. Reconoce la existencia objetiva de la naturaleza, con lo que socava los pilares de la
concepción religiosa y provoca la alarma del monoteísmo ortodoxo. Su tratado de medicina sirvió para el
estudio durante siglos en Oriente y Occidente. Su obra abarcó todos los campos de la filosofía y de las
ciencias cultivadas en su época. Sin embargo, cuentan de él que al cabo de cuarenta y dos lecturas de
Aristóteles se declaró incapaz de comprenderlo y lo aprehendió de Al-Färäbi.
Omar Khayyam (1040-1123), con cierta frecuencia abandona las posiciones idealistas, y expresa ideas
materialistas como la mayor parte de sus contemporáneos.
Ibn al-Sid, de Badajoz (1052-1127). El Libro de los cercos le valió un puesto de honor entre los
filósofos. Gran conocedor de los problemas filosóficos de la España musulmana, dedica gran parte de su
tiempo a intentar conciliar la religión y la filosofía con argumentos de orden matemático de cierto aire
neopitagórico.
Abü Hämid al-Gäzäli (1059-1111), rector de universidad en Bagdad, abandona todo para dedicarse a
la búsqueda de la certeza intelectual, de la autoconciencia y sus implicaciones. Despliega una dialéctica
encarnizada contra la idea de una conciencia transmitida como legado espiritual a sus herederos. Rechaza la
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“religión de autoridad” y la necesidad de una voluntad divina. Refuta “la divinidad de Jesús” apoyándose en
los propios Evangelios.
Avempace, Ibn Bayya (finales del XI -1118), zaragozano, comenta varios tratados de Aristóteles.
Influye sobre Averroes y sobre Alberto Magno. Compuso un tratado de astronomía. Opuesto a las doctrinas
de Ptolomeo, elaboró un sistema que tuvo defensores hasta el siglo XVI. Escribe el Régimen solitario, sobre
el hombre y el Estado perfecto, modelo de un mundo sin necesidad de especialistas, donde cada individuo ha
conseguido la mayor perfección de que sea capaz un ser humano.
Averroes, Ibn-Rochd (1126-1198), cordobés, traduce y difunde por Occidente las obras de Aristóteles
eliminando todas las adherencias neoplatónicas. Para Averroes dios es el Motor Inmóvil de un mundo que ni
siquiera conoce: el alma es mortal, pero no el entendimiento que es el mismo para todos los hombres.
Sostiene que hay una doble verdad: teológica y filosófica, lo que supone defender la autonomía de la razón
frente a la fe. Tan materialista como idealista, niega la creación desde la nada al afirmar que "la materia es la
fuente universal y eterna del movimiento", pero, para añadir después, que todo lo ordena la "causa última" del
ser, dios... Su filosofía de la "doble verdad" pretendía eliminar el conflicto entre la Verdad filosófica y la Verdad
religiosa, aceptando la cognoscibilidad poco a poco de la verdad absoluta. Rechazó airadamente la teoría
aviceniana de las Almas celestes y la de una imaginación independiente de los sentidos corporales Fue el más
eminente representante de lo que se llama la “filosofía árabe”, que alcanza con él su apogeo y su fin.
.
Averroes y Avicena serían los símbolos de los respectivos destinos de la filosofía del espíritu que
separarían a Oriente de Occidente. Sería en ese momento cuando empiezan a surgir las diferencias
decisivas Averroes condensa en una frase todo su pensamiento, de la que saldría la humanidad nueva
pronta a florecer con el Renacimiento:” No digo que esta ciencia que llamáis divina sea falsa, pero
si os digo que yo conozco la ciencia humana”. Averroes defiende la tesis de una Inteligencia
separada (que puede ser corruptible), asegura que la materia es el principio de “individuación”, un
principio, en fin, contrario al concepto de la “Inteligencia agente” sostenido por Avicena y al-Gazali.
Ibn Tufayl, de Guadix (1163-1185), filósofo, médico, astrónomo, poeta, matemático, sostenía, como
Averroes, que la imaginación, convenientemente ejercitada, es capaz de percibir lo inteligible sin necesidad
de otro intelecto inmaterial. Afirmaba que el hombre únicamente religioso no puede comprender al filósofo.
Debió gran parte de su fama a la publicación en varias lenguas de una “novela filosófica” titulada Philosophus
autodidactus...
Al-Sari (siglo XIII) Intentó respaldar los dogmas religiosos con argumentos racionalistas. Pretendía
mostrar con su sistema el mundo material. Sostenía que el tiempo y el movimiento están compuestos de
átomos sin extensión separados por el vacío; incluso el espacio tiene asimismo estructura atómica. Pero…, la
causa única es dios, que crea, da propiedades a las cosas y gobierna todo.
Citaremos aquí a Nizami Gandejevi (1141-1203), azerbaidjano, eminente filósofo y poeta del Oriente
Próximo, penetrado de un ardor amoroso por el pueblo trabajador, al que dedica su obra que canta a la
amistad y a la igualdad. Nizami contribuye al desarrollo de las tendencias progresistas en el pensamiento
social y político. Critica el orden social existente. Sostiene el materialismo basado en los cuatro elementos
(tierra, agua, aire y fuego), que considera eternos e infinitos. Fue uno de los primeros filósofos orientales
opuesto a la doctrina teológica de la inmutabilidad. Coincide con las concepciones universales de Heráclito y
afirma la idea del movimiento y el cambio en un mundo hecho de contrarios. Aboga por un mundo sin
opresores, ni oprimidos, ni pobres, ni ricos. Para Nizami el trabajo es la base de la cultura material y espiritual.
El materialismo de la época preindustrial y el Renacimiento
El desarrollo de la agricultura feudal, el comercio y las economías artesanales crearon una nueva
situación. Se ha producido un cambio en la realidad social. El aporte instrumental y de nuevas técnicas sirve
de impulso a la Revolución agrícola que ha procurado excedentes en diversos órdenes. Aparece la necesidad
de estudiar e indagar la naturaleza, las ciencias llamadas a averiguar las verdades que ayuden en la
práctica y orienten la creación de valores sobre todo materiales. Se declaran falsos los postulados de la
filosofía medieval y el método utilizado que inducían a error. Se ofrecen nuevos medios de investigación y
nuevos métodos para conocer la verdad. Florece el humanismo, que implica una valoración del hombre por
encima de cualquier otra realidad, y la adopción de la cultura clásica como modelo. Se produce un giro
antropocéntrico que propicia el desarrollo de un saber secularizado, cuyo principal objetivo es el estudio de
la Naturaleza, otorgando importancia creciente a la observación y la experimentación. Aparecen los
primeros signos de la crisis del régimen de la servidumbre feudal.
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El régimen feudal que sucedió a la esclavitud contó con el adueñamiento de grandes riquezas por
muchos eclesiásticos. Sin embargo y pese a que las capas sociales inferiores vivían ideológicamente en
los marcos de la concepción religiosa del mundo, muchas de las sublevaciones y guerras campesinas
adquirían estas formas, pero radicalmente distinguidas por su contestación a los dogmas predominantes
de la Iglesia. Eran gentes consideradas como herejes, anticlericales, que constituían sectas soñadoras
de las primeras comunidades cristianas. Esta especie de comunismo medieval consideraba al Estado
como “el mal de este mundo”. En la época feudal surgieron comunas consumistas en diferentes países
y años. Un ejemplo fue la de Tabor, durante las guerras husitas en Bohemia a comienzos del siglo XV.
La reforma alemana del XVI, que desembocó en la guerra campesina, promovió al ideólogo de las
capas inferiores urbanas T. Münzer, revolucionario enérgico que predicaba ideas comunistas de los
primeros cristianos. En 1526, después de la derrota de la guerra campesina alcanzaría proporciones el
movimiento de los anabaptistas, con sus actividades prácticas de comunidades consumistas, bajo el
acoso y la persecución.
La corriente utopista promovida por Moro se vería continuada por Campanella y Winstanley.
Moro, Tomás (1478-1535), inglés, vivió en esa época aludida. Llegó a ser presidente de la Cámara de
los Comunes. En su obra Utopía (Isla Utopía) denuncia los vicios del orden social feudal* en Inglaterra y
Europa, pero admite el esclavismo como etapa a superar pacíficamente por la vía revolucionaria. Critica el
desposeimiento de las masas campesinas, su expulsión de la tierra por los terratenientes. No está de acuerdo
con la idea de que la miseria habitúa al pueblo a la paciencia y favorece la tranquilidad social. Acusa a los
monarcas que empiezan guerras que arruinan a los dos bandos. Se acerca a la comprensión de la esencia
explotadora y clasista del Estado. Para Moro, la justicia y el bienestar social no pueden ser logrados mientras
exista la propiedad privada. En su obra los utopistas son libres e iguales, no conocen el dinero ni la propiedad
privada y la explotación. Todo lo producido es patrimonio común que se distribuye mediante el Estado, como
elemento organizador, según las necesidades de cada uno, si bien, la producción es organizada directamente
por la ciudadanía. Y los funcionarios son elegidos directamente por los ciudadanos. Utopía representa el
primer esquema íntegro de la sociedad socialista.
*La ciencia y el pensamiento modernos contaban ya con Francis Bacon, Nicolas Copérnico, Giordano
Bruno, Lutero, Servet, etcétera, etcétera...
Campanella, Tommazo (1568-1639), italiano, se proclama comunista utópico. Ha estudiado filosofía en
un convento dominicano. Su filosofía de la naturaleza, con vestigios de la escolástica tiene tendencias
materialistas. Preconiza el conocimiento experimental y el estudio de la naturaleza. Ve el universo como un
organismo vivo. Su obra “Filosofía sensible demostrada” está dirigida contra la filosofía medieval. Escribe La
ciudad del Sol, en la oscuridad de las cárceles de Nápoles y Roma donde estuvo recluido durante 27 años por
la Inquisición. No sólo soñó con traer la justicia al mundo en un Estado comunista; lucho por aplicar a la vida
sus planes transformativos.
Winstanley, Gerard (1609-1652), inglés. Su utopía comunista difiere de las concepciones de Moro y
Campanella por el entrelazamiento de rasgos religiosos cristianos y racionalistas con los que elabora su idea
de que la utopía sólo puede ser realizada si existe cierto fondo agrario, pues las comunidades de los
“cavadores” (diggers) deben desarrollarse en tierras republicanas. Una descripción detallada de esta sociedad
se ofrece en La ley de la Libertad, su obra básica y más madura.
Copérnico, Nicolás (1473-1543), polaco. Su aporte a la astronomía significó una auténtica revolución
científica. Con él la ciencia de la naturaleza proclama su independencia. Moribundo y temeroso todavía, se
decidió a publicar en 1543 su obra De Revolotionibus Orbium Coelestium (elaborada en torno a 1514 y que
había dado a conocer, resumida, su discípulo en 1540), donde retoma el modelo heliocéntrico que propuso
Aristarco casi dos mil años antes. El papel de Copérnico en la historia de la genealogía del materialismo es
considerable. La Iglesia católica calificó en el siglo XVII de “infieles” y “ateos” a los copernicanos. Su libro fue
declarado “opuesto a las Sagradas Escrituras”.
Fabricio, David (1546-1617), italiano. Escudriñando el firmamento observó que nada tenía que ver con
la idea conservadora de los cielos imperturbables e inmutables. Descubrió a simple vista que la estrella Omicro
Ceti, que llamó Mira ("maravillosa"), mostraba un brillo variable.
Tycho Brave (1546-1601), danés. Desmontó la idea de la perfección celeste observando la variación de
brillo de las estrellas, cosa que ni griegos ni árabes habían percibido. En 1572 descubrió una nueva estrella en
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Casiopea. Defendió un modelo planetario intermedio entre el de Tolomeo y el de Copérnico, en el que los
planetas distintos de la Tierra giran en torno al Sol, y éste alrededor de la Tierra
Bruno, Giordano (1548-1600), italiano. Defiende el sistema copernicano, se opone a la idea platónica de
los dos mundos (el sublunar y el astral), predica la materialidad de los astros y sienta la hipótesis de los
cambios geológicos. Fundamenta su tesis en la unidad material del universo compuesto de infinitos mundos,
aunque niega la materialidad del espacio interestelar al que calificaba de "vastísimo seno etéreo". Su
panteísmo (identifica la naturaleza con Dios) le permite propagar la concepción materialista. Considera el
conocimiento de las layes de la naturaleza como el fin supremo del pensamiento humano. Fue quemado vivo
por la Inquisición.
Sanchez, Francisco (nacido en Braga, 1552), judío. Doctorado en Montpellier en 1573, precursor de la
“duda metódica” de Descartes, fue aceptado por Bacon, y uno de los primeros en criticar la escolástica: “El
conocimiento no se puede alcanzar a través del método del silogismo. La verdadera ciencia es el conocimiento
de las cosas, vía del experimento, el empirismo y el juicio racional”.
Galileo Galilei (1564-1642), italiano. "Padre de la experimentación”, su revolución consistiría en situar
la “inducción” por encima de la deducción, como el método lógico de la Ciencia. Desmintió los postulados de
Aristóteles sobre la caída de los cuerpos según sus pesos. Experimentó y dedujo las leyes del movimiento
acelerado. Demostró que el aire tenía peso. Cuando Galileo dirigió su telescopio a la Vía Láctea, escribió:
"todas las controversias que han atormentado a los filósofos durante tantos siglos se reducen a la nada de una
vez por la irrefrenable evidencia de nuestra vista". Pues la Vía Láctea, añadiría "no es más que una masa de
innumerables estrellas agrupadas en cúmulos· ”. Estaba demostrando que los cuerpos celestes están
subordinados a las mismas leyes que los cuerpos terrestres. Por lo que fue acusado de hereje (e pur se
muove). Su obra, el Diálogo, fue incluida en el Indice y allí permaneció hasta 1836…, 350 años después la
Iglesia pensó en reparar la memoria del paisano. Pero señaló una victoria del intelecto humano en el proceso
de conocimiento de la unidad material del universo, una victoria por la que fue preso nueve años
prácticamente hasta su muerte.
Kepler, Johannes (1571-1630), alemán. Discípulo y seguidor de Tycho Brahe, corrigió el sistema de
Copérnico y abrió el camino a Newton con el descubrimiento de sus leyes: la ley de las órbitas elipsoidales; la
del barrido de áreas en tiempos iguales y la de las revoluciones y radios de donde obtuvo su constante ( T2 =
K (R)3).
...Johannes Kepler era un místico buscador de símbolos, hasta que la física experimental y matemática afirmó
su actitud científica: “En una ocasión creí firmemente que la fuerza origen de un planeta residía en un alma...,
llegué a la conclusión de que debía ser sustancial..., no espiritual..., no debida a un organismo divino, sino más
bien a una obra de relojería (y quien crea que un reloj tiene alma, atribuye la gloria al constructor del trabajo)”...
Con él, Copérnico, Galileo, etc., tenemos un ejemplo del enorme cambio en la perspectiva de la sociedad
iniciado dos siglos antes. Sin esta nueva actitud, contraria a los símbolos y misterios complejos, no habría
existido ciencia moderna. Está fuera de duda que hasta entonces no hubo Ciencia, tomada con el significado del
proceso, aunque sí hubo investigación e indagación en torno a hechos concretos. Antes, sin que pueda atribuirse
al azar y a la necesidad estrictos el uso del pedernal, el empleo del fuego y la invención de la rueda, el
conocimiento rudimentario y el uso de los medios naturales constituyeron una larga fase de tanteos hacia lo que
a partir del siglo XVII, cuando se desmorona la primitiva concepción del Universo, sería la consolidación de la
Física: conciencia de saber y de que los saberes pueden organizarse, diferenciarse y enriquecerse aplicando
procedimientos sistemáticos de estudio o indagación. No obstante, parece obligado señalar la exaltación
religiosa del Barroco que vivió Europa a partir de la Reforma protestante y la Contrarreforma católica, en la
creencia de que la “razón” (y no la ciencia) es un instrumento suficiente para conocer el mundo.
Komensky (Comenius) (1592-1670), checo. Pedagogo humanista y filósofo, combate el sistema
escolástico de la enseñanza. Encabeza un movimiento nacional de lucha contra el feudalismo. De tendencias
materialistas y antirreligioso, próximo al panteísmo, estima que el mundo es cognoscible no solamente
mediante la observación testimonial de las cosas, sino vía de las sensaciones y el análisis. Preconiza la
universalización sistemática del conocimiento. Todo el mundo debe ser capaz de conocerse y de instruirse; el
pueblo deber acceder al saber: “enseñar todas las cosas a todo el mundo” conforme a la realidad (el hombre
es una parte de la naturaleza, un microcosmo en el macrocosmo) La pedagogía –dice- debe ser el punto de
partida. Fue el primero en la historia que propuso erigir la didáctica a ciencia especial.
Con esa nueva visión de las cosas tenemos un ejemplo del enorme cambio en la perspectiva de
la moderna actitud ante la ciencia.. El desplome del medioevo y del absolutismo religioso permitirían
realumbrar el pensamiento, recuperar el interés por la física y las ciencias naturales, abrir la mente a la
31
investigación y a los descubrimientos. Coincidiendo con las vidas de Copérnico, Kepler, Galileo...,
hasta la aparición activa de Einstein en 1900, se multiplicarían los nuevos conocimientos y aportes
concretos instrumentales: Janssen, inventaría el microscopio en 1590, Galileo, el termómetro en 1592,
Lippershey (1608), el telescopio que usaría Galileo, Torricelli (1641), el barómetro, Hadley (1731), el
cronómetro y el sextante, Newcomen, herrero de profesión, la máquina de vapor (1712) para achicar el
agua en las minas, John Kay (1733), la lanzadera volante que aplicada a los telares permitía a un solo
operario tejer varios anchos de tela. A continuación (1751) vería la luz la “Encyclopedie ou
Dictionnaire raisonné des Sciencies”, instrumento para la” futura revolución del saber”.Por aquel
tiempo (1752) Franklin inventaría el pararrayos. Heargraves inventa y patenta en 1770 la primera
hiladora mecánica que multiplica por ocho la capacidad productiva de un obrero... La máquina de vapor,
realmente operativa, que Watt había patentado en 1769 permitiría a d`Abbans fletar el primer barco de
vapor, el mismo año (1783) que los hermanos Montgolfier elevan un globo aerostático. En 1785
Cartwrigth compondría el primer gran telar industrial movido con una máquina de vapor (*). Volta
construiría la primera pila en 1800, Campillo inventaría el telégrafo en 1804. En 1825 haría su aparición
el ferrocarril en Inglaterra. Avery desarrollaría la primera turbina de vapor en 1830, Faraday descubriría
en 1831 el campo eléctrico base de lo que sería revolucionariamente la dinamo y el motor eléctrico.
Morse inventaría el morse en 1865, Siemens (1867), la dinamo aplicable a la industria, Bell (1876), el
teléfono, Edison fabricaría la primera bombilla en 1879. Seis años después (1886) comenzaría a rodar
el primer automóvil de gasolina. Lumière inventaría el cinematógrafo en 1895 y Marconi la telegrafía sin
hilos en 1897.
En Inglaterra se estaba gestando la revolución industrial
Bacon, Francisco (1561-1626), reconocido como el fundador del materialismo moderno, criticó las
concepciones escolásticas y el idealismo desde la Antigüedad hasta el Medievo, que se habían "convertido decía- en una sirvienta de la teología". Consideró la experiencia como fundamento del proceso de
conocimiento. Desarrolló en forma detallada el método inductivo. Trató de liberar al hombre y su conciencia de
todo tipo de prejuicios que impidan desvelar la verdad. Atacó y dividió las ideas ilusorias y supersticiones en
grupos: ídolos, ídolos de la caverna, de la plaza pública y del teatro. Admitió a la vez la eternidad sin fin ni
principio de la materia y la existencia de Dios. Reconoció el movimiento como una propiedad inmanente a la
materia, pero lo redujo a unas cuantas formas mecánicas, ignorando la interconexión y transición recíprocas.
Su visión social reflejó los intereses de la burguesía. Sostuvo que la monarquía absoluta era la mejor forma
de Estado. Tendió a conciliar ciencia y religión. Aunque a su método le son inherentes la metafísica y el
mecanicismo, marcó la aparición de una nueva forma del materialismo filosófico, que continuaría
desarrollándose merced a los filósofos ingleses Hobbes y Locke y después con los materialistas franceses del
XVIII.
Sennert, Daniel (1572-1637), holandés, expuso su teoría de los átomos reales, aunque los puso en
correspondencia con los cuatro elementos.
Hobbes, Thomas (1588-1679), a continuación de Bacon, se rebela resueltamente contra la ideología
feudal. Considera la religión un engendro de la ignorancia y el temor de los hombres ante un futuro
desconocido, y es no obstante algo que ayuda a mantener el orden entre la gente. Niega categóricamente la
existencia de substancias inmateriales y que los “conceptos” tengan una existencia objetiva anterior a las
cosas. Sostiene que el movimiento es sólo la traslación de los cuerpos en el vacío, y que el único instrumento
del saber, es el método matemático. .. Es materialista y al mismo tiempo mecanicista, metafísico e idealista.
No llega a entender que el espacio y el tiempo son dos formas universales de existencia de la materia.
Considera el movimiento como un accidente en la materia. En su "Leviatán" adopta posiciones idealistas: "el
hombre es un lobo para el hombre". Considera idónea la monarquía, el poder absoluto del Estado y repudia
las libertades sociales...
Locke, John (1632-1704), materialista, en parte empirista y en parte racionalista sustenta que el alma al
nacer es una página en blanco (tabula rasa) que recibe todo de la experiencia. No existen ideas innatas.
Divide nuestras ideas en simples y compuestas. Las substancias sólo pueden ser conocidas a través de sus
propiedades. El único conocimiento plenamente cierto que poseemos es el de la propia existencia. Defendió
las ideas del contrato social. Continuador de la línea filosófica de Bacon y de Hobbes fundamenta el principio
de que el conocimiento y las ideas provienen del mundo sensible vía de la experiencia: externa por la acción
de los objetos sobre los sentidos e interna por la "actividad propia del alma" que él llama reflexión. Reconoce la
existencia objetiva de las cosas. Critica las "ideas innatas" de Descartes y los "principios prácticos innatos" de
Leibniz. Pero su filosofía dualista sirvió de punto de partida tanto a Barkeley como a Diderot
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Spinoza, Benito 1632-1677), holandés, materialista y ateo, ejerce una influencia considerable sobre los
franceses y alemanes del XVIII. Ideólogo democrático de la burguesía, forma su concepción del mundo en la
época donde las relaciones capitalistas se desarrollan intensivamente en los Países Bajos, mientras el pueblo
defiende su independencia amenazada por España y por capas concomitantes con el régimen feudal.
Interpreta las aspiraciones de la burguesía ascendente, preconiza la libertad de la ciencia y del desarrollo de la
instrucción como remedio de los males sociales... Niega y diluye a dios en la naturaleza: el mundo es de
naturaleza única, una substancia o esencia eterna, “algo” yaciente en la base que no ha sido creado nunca y
por nadie y se manifiesta a través de la infinita multitud de sus propiedades (una es el movimiento) y estado.
Pero entiende por movimiento el desplazamiento mecánico. El pensamiento y el entendimiento son los
atributos de una sustancia única, la naturaleza. La libertad es la necesidad conocida. Atribuye la aparición de
la religión a la ignorancia y al miedo ante lo desconocido. Critica el dualismo de Descartes. Sostiene que la
razón sola, sin intermediar los sentidos, es capaz de conocer la verdad y debe imponerse sobre todas las
pasiones. La organización de una sociedad racional depende de la "salud" del intelecto y del conocimiento de
la "verdadera" naturaleza del hombre
Newton, Issaac (1642-1727), el “último babilonio” como lo califica J.M.Keynes, que dedicó gran parte de
su tiempo al esoterismo, desmonta los últimos residuos idealistas de Aristóteles. Concluye que la materia está
formada de "partículas móviles, sólidas, macizas, duras e impenetrables". Sus descubrimientos fortalecieron la
idea de un mundo regido por determinadas leyes, en el cual cada situación se deriva claramente de ciertas
condiciones. Fundador de la mecánica científica, a los 24 años descubrió la ley de la gravitación universal. Si
bien, creyó que Dios dio el primer "papirotazo" al movimiento de los planetas alrededor del Sol. Descubrió las
leyes fundamentales de la mecánica con las que elaboró la teoría del movimiento de los cuerpos celestes.
Entendió separados de la materia el espacio y el tiempo. En el campo de la óptica hizo decisivos
descubrimientos en torno a la naturaleza de los colores de la luz dispersa por el prisma. Sentó las bases del
cálculo infinitesimal, al mismo tiempo que Leibnitz. Influyó notablemente sobre los materialistas franceses del
XVIII, imprimiendo al materialismo una orientación mecanicista. Su mecánica no le permitió explicar los
fenómenos relativos al movimiento de partículas dotadas de velocidades como la de la luz, ni los procesos
intra-atómicos.
Toland, John (1670-1722) Profesa la doctrina de la unidad de la materia, que es eterna e indestructible
en el universo infinito. Sostiene que el movimiento es una propiedad inherente esencial de la materia. Pero,
como buen mecanicista, no reconoce los cambios cualitativos y piensa que el pensamiento es un movimiento
puramente físico de la sustancia cerebral. Fundó el movimiento de los “libre pensadores” e influyó sobre los
enciclopedistas franceses Voltaire, Diderot, Holbach, Helvetius, etc.
Berkeley, George (1685-1753), obispo inglés, desarrolla la filosofía del idealismo subjetivo absoluto:
todas las cualidades de las cosas y las cosas ellas mismas no son más que sensaciones humanas: "Los
objetos exteriores no existen de por sí, sino en nuestra mente" (solipsismo: yo existo, todo el mundo es sólo
una sensación mía).
Hume, David (1711-1776) Agnóstico: ni sabemos cómo son las cosas ni si existen realmente. Niega la
base material de las cosas y la causalidad. Ejerció una influencia sobre Kant, si bien éste, reconocería la
existencia de la "cosa en sí ". Es partidario de un compromiso entre la burguesía y la nobleza, y exalta en sus
obras el progreso de la sociedad capitalista en Gran Bretaña. Con su agnosticismo y con Berkeley influencian
a los que profesaban un materialismo metafísico y mecanicista empujándoles a una lucha que desembocaría
con especial agudeza en las obras de los materialistas franceses.
Smith, Adam (1723-1790), filósofo y economista. Sus obras constituyen la base de la escuela defensora
del liberalismo económico. Defendió la libertad absoluta del comercio. Sostiene que el trabajo, fuente de la
riqueza, y el interés individual conjuntamente con la libre oferta y demanda deben regular la economía
Dalton, John (1766-1844) Resucitó la teoría de Demócrito. Fundó la teoría atómica. Atribuyó un peso
específico (masa) al átomo de cada elemento conocido, tomando como patrón 1 el hidrógeno. Enunció la
teoría de que en sus menores partes químicamente activas los elementos están compuestos por átomos,
"partículas finales", que son inmutables. Adelantó la idea de que los compuestos químicos (moléculas) están
formados por combinaciones de átomos en proporciones definidas. Propuso un sistema para nombrar los
átomos, pero resultó engorroso. Fue resuelto en 1814 por Jöns Jacob Berzeluis. Observó que la
transformación química no ocasiona variación de masa, confirmó el peso de un átomo referido al hidrógeno
(en 1879 se conocerían 65 elementos).
Owen, Robert (1771-1858) Socialista utópico del siglo XIX aspira a la supresión de las contradicciones
de clase, al establecimiento de la igualdad social. Critica la propiedad privada, la estructura de clase, la división
del trabajo, el régimen de concurrencia, la pauperización creciente de los obreros. Afirma que los crímenes de
los hombres, son los crímenes de la sociedad; el hombre es víctima de la ignorancia y de los errores e
injusticias de la sociedad. Plantea mejorar las condiciones de vida de los obreros, sin perjudicar las ventajas
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de los empresarios, creando comunas-distribuidoras laborales, para realizar el reino de la razón y la justicia.
Para él las leyes de la naturaleza refrendan la igualdad. Pero sostiene que sin abolir la propiedad privada y la
religión es imposible el avance social, intelectual y moral de la humanidad. Trató de unir los planes de la
transformación social con el movimiento obrero. Contribuye a la instrucción de los obreros; pero su doctrina
terminaría alcanzando cierto carácter sectario.
Malthus (1766-1834) Su teoría, el maltusianismo, sostiene que el crecimiento de la población sigue una
progresión geométrica (1,2,4,8,16, etc.), en tanto que los medios de existencia aumentan siguiendo una
progresión aritmética (1,2,3,4,5, etc.) Cosa según él que se da como una ley natural que no puede ser
superada, ni tiene nada que ver con el sistema capitalista, salvo suprimir el exceso de población condenando a
los trabajadores al celibato.
.
Darwin, Charles (1809-1882), fundador de la biología materialista y de la doctrina materialista del origen
y la evolución de las especies, describió la mutabilidad y continuidad de las plantas y los animales, poniendo
fin a la idea que las presentaba como inmutables, desligadas y casuales; "obra de Dios". Dio un golpe mortal a
la "teología" en ciencias naturales. Sus ideas provocaron una alteración en todos los dominios: ciencias,
filosofía y religión. Demostró científicamente que el mundo orgánico se halla en mutación y desarrollo
permanente, que todos los organismos vivos complejos proceden de otros simples, que el hombre también es
producto de la larga evolución del reino animal. Opuso a la creencia religiosa la demostración científica
irrefutable del origen del hombre a partir de los signos antropoides
Spencer, Herbert (1820-1903), filósofo idealista de tendencias positivistas próximas a Comte y
agnóstico militante, afirma la imposibilidad de conocer la esencia de las cosas. Basa su teoría orgánica de la
sociedad en un supuesto equilibrio armonioso de las contradicciones capitalistas, por cuanto según él la lucha
de clases contra la burguesía sería una “violación del equilibrio”. El sociólogo reaccionario americano,
Bernard, vería en Spencer al “precursor de la sociología americana”.
Huxley Thomas (1825-1895), materialista espontáneo e idealista, se considera filosóficamente
“agnóstico”. Continuador de Darwin, escribe una serie de obras sobre biología, anatomía comparada,
paleontología y antropología. Coincide con Hume en que no se podrá jamás conocer con certeza la causa real
de nuestras sensaciones.
Russell, Bertrand (1872-1970), filósofo preocupado por la teoría del conocimiento, defiende a ultranza el
individualismo y el positivismo lógico. Él mismo reconoce que considera la filosofía como un intermediario entre
la ciencia y la teología. Al atomismo materialista opone la teoría idealista del “atomismo lógico” y se esfuerza
por la aceptación de su fórmula del “monismo neutro” llamada a suprimir la oposición entre el idealismo y el
materialismo. En sus últimos tiempos se pronunció contra el arma nuclear y por el entendimiento pacífico entre
el Este y el Oeste.
Los pensadores franceses
El materialismo francés del siglo XVIII fusionó el origen inglés ("exclusivamente una doctrina
aristocrática") de Francisco Bacon (el movimiento es la primera y la más importante de las cualidades de la
materia) con la otra parte de Descartes (pero éste creía que el ente infinito era como el sello del Creador sobre
la criatura: Dios había promulgado la desigualdad). Desde Bacon, el materialismo creció por medio de Hobbes
hasta Locke (demostró que todas las ideas se originan de la experiencia, fue la fuente directa de la filosofía
iluminista, que puede seguirse desde el Renacimiento, Montaigne y Rabelais hasta Descartes y Pascal).
En La Mettrie, Helvetius y d´Holbach, se nota particularmente la fusión de las dos corrientes originarias
del materialismo francés. Realizaron obras de titanes en la Enciclopedia, después de lo cual el materialismo
se convirtió en el "credo de toda la juventud culta de Francia, proporcionando también el texto para la
Declaración de Derechos del Hombre". Pero, por entonces y es preciso tenerlo bien en cuenta, la química
apenas si había crecido. Las ciencias relativas a la evolución natural podía decirse que no existían. La
Naturaleza, más que en su desarrollo era considerada como una inmensa maquinaria en eterna rotación sin
historia (metafísica, mecanicismo, los hombres actuaban como resultado de las ideas).
Descartes, René (1596-1650) se esfuerza por conciliar la religión y la ciencia; piensa en partículas
materiales diferenciadas por la forma y dirección del movimiento (sin entender otro que el de los cuerpos en el
espacio). Todo provino de tres elementos primigenios principio del Universo infinito: ígneo, aéreo y térreo en
torbellino. “No existe espacio `vacío de campo`”Su doctrina cartesiana tiene como base la mecánica y las
matemáticas. No ve diferencia cualitativa entre los organismos vivos y los objetos inanimados. Todo son
máquinas de diverso grado de complejidad. Pero, dualista en extremo, piensa que el ser y el conocimiento
tienen a dios como único fundamento. Su teoría de la razón pura se sustenta en que el conocimiento debe
tener como única base la razón, no la experiencia práctica de las cosas. La naturaleza existe eternamente, no
es creada por nadie y no será jamás destruida.. La conciencia –dice- es una propiedad de la materia
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organizada. Establece las reglas que según él rigen el universo: 1) la conservación del movimiento; 2)
conservación del movimiento rectilíneo; 3) la comunicación del movimiento.
Montesquieu, Charles- Louis (1689-1755), fundador de la “teoría geográfica”, define la fisonomía moral
de un pueblo a partir de los caracteres de éste según el clima, el sol, la extensión del territorio, etc. Para él no
existe la influencia del Estado, la religión, las leyes, todo depende de las condiciones geográficas. Considera
que el estado natural del hombre es la paz y la igualdad. Ve en la monarquía constitucional la mejor forma de
gobierno. Él crea la teoría liberal de los tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial, que desarrolla en su obra
“El espíritu de las leyes”.
Voltaire, Francois-Marie Arouet (1694-1778), agnóstico moderado se burla de la filosofía que intenta
probar que este mundo es el mejor de los mundos posibles, y, por lo tanto, "todo es lo mejor en el mejor de los
mundos posibles". Critica a la Iglesia y al régimen feudal, abriendo paso a la Revolución burguesa. La
experiencia es la base del conocimiento. Ideólogo de la burguesía se esfuerza por proveer la existencia de
dios de una base racionalista. Considera la desigualdad como una ley eterna e imprescindible del universo y a
Dios necesario para poner freno al pueblo y para asegurar el orden.
Malebranche, Nicolás (1638-1715), filósofo, parte de posiciones idealistas esencialmente religiosas. Se
esfuerza por eliminar el dualismo del sistema de Descartes. Para él los sentidos no toman parte en la
elaboración de las ideas, Dios las procura.
La Mettrie, Julian Offroy (1709-1751) juega un papel en la preparación ideológica de la Revolución. Es
continuador de la física de Descartes y del sensualismo de Locke, del que rechaza su concepción idealista del
alma. Entiende el movimiento como una actividad interna de la materia y la sensibilidad, inherente a las
plantas, a los animales y al hombre. La diferencia es sólo cuantitativa y no cualitativa. ”La inteligencia son
grados de sensibilidad, más elevados en el hombre”. Asimila el organismo humano a un mecanismo
extremadamente complejo. Sus opiniones políticas reflejan su procedencia burguesa. Identifica la libertad de
propiedad privada y la libertad del hombre, y atribuye una importancia decisiva a la instrucción.
Rousseau, Jean-Jacques (1712-1778), ideólogo de la pequeña burguesía y precursor de los jacobinos
reconoce la existencia de Dios y de un alma inmortal. Dualista, sitúa la materia (pasiva e inerte) y el espíritu
como dos principios eternos. Deduce todos los conocimientos de las sensaciones. Las ideas morales tienen
carácter innato. Critica la sociedad feudal: la propiedad privada es la causa de la desigualdad. Se pronuncia
por un Estado que garantice los derechos democráticos burgueses. Demostró en su "Contrato social" que el
derecho de los reyes no era "divino". La desigualdad es "manifiestamente opuesta a las leyes de la naturaleza,
no importa la manera en que se defina". Veía progreso en el origen de la desigualdad, pero este progreso era
para él antagonístico en sí mismo, contenía tanto progreso como retroceso. Defiende un Estado fundado sobre
un acuerdo entre los hombre. Cree que la aparición del Estado se explica por la voluntad consciente de los
hombres. La educación debe tener por objeto la formación de ciudadanos activos y laboriosos, hacer
artesanos honestos.
Diderot, Denis (1713-1784), materialista e ideólogo de la burguesía, es fundador y redactor de la
Enciclopedia*. Critica el idealismo subjetivo de Berkely. Reconoce la existencia objetiva de la materia eterna en
movimiento que considera como una propiedad inherente a ésta (el reposo absoluto es una abstracción). El
espacio y el tiempo son dos formas objetivas de la existencia de la materia compuesta de moléculas. Cada
molécula posee una "fuerza íntima" que se manifiesta en el desplazamiento mecánico. Todas las
modificaciones que se operan en la naturaleza son determinadas por la ley de la causalidad. Su pensamiento,
pese a adolecer de mecanicista y metafísico, contiene los elementos de la concepción dialéctica del mundo:
evolución de los seres vivos, transformación de las especies. Diderot comienza por clasificar los objetos
(seres) desde la molécula inerte hasta la molécula viva, el animal microscópico, la planta, el animal y el
hombre. El pensamiento es una forma evolucionada de la sensibilidad de la materia. Piensa que el orden
social está determinado por la organización política que deriva de la legislación existente. Apuesta por el
advenimiento de una monarquía iluminada, fundada sobre la Razón.
*Diderot quiso que el centro de la Enciclopedia lo ocupase el hombre. No la ciencia por la ciencia ni el
arte por el arte, sino ambos para el hombre. Ganado por esta idea, llama a despertar la dignidad
humana en la gente que trabaja. En las páginas de la Enciclopedia se encendían las fraguas de los
herreros, martilleaban los picapedreros, lo hojalateros, los carpinteros, se afanaban las gentes en las
sórdidas fábricas textiles, los mecánicos en torno a las máquinas, rodaban toneles los bodegueros. En el
siglo en que el trabajo físico era despreciado por las capas “altas” y los maestros eran considerados algo
así como servidores, Diderot habla de lleno a la grandeza del hombre trabajador, pretende rebelarlo
contra su situación de esclavo, moverlo a considerarse igual a los demás, a no dejarse condenar a una
vida de opresión y de ignorancia.
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Helvetius, Claude Adrian (1715-1771), célebre representante del materialismo y del ateismo del siglo
XVIII, precursor ideológico de la Revolución Francesa, mecanicista y metafísico, sostiene que todas las ideas
del cerebro humano derivan de la realidad material: los objetos tienen una existencia real en el espacio y en el
tiempo. Defiende el principio de la propiedad privada: los hombres son egoístas por naturaleza, pero pueden
tener en cuenta el principio del egoísmo racional. La sociedad prospera guiada por el principio de la ventaja
personal, pronta a contribuir al bien social. Leyendo a Locke enuncia una teoría sobre la igualdad entre todos
los hombres e intereses individuales y colectivos dirigida por el Estado. Su obra "De l`esprit" (1758) y "De
l`homme, de ses facultés intellectuelles et de son éducation" (1773) se clasifican entre las mejores de la
filosofía del XVIII.
Los materialistas franceses en general criticaron brillante y consecuentemente la doctrina religiosa...
Proclamaron precisa y claramente que la naturaleza tiene una existencia objetiva y eterna, y para nada
precisa de dios... La naturaleza es una totalidad de combinaciones de minúsculas partículas, y el
movimiento una propiedad, un atributo de la materia. Pero no llegaron a desvelar la fuente del
movimiento, sus causas, ni reconocieron el desarrollo como movimiento de lo inferior a lo superior,
negando incluso los saltos. Sostenían que todas las representaciones ideales de los hombres surgen de
la experiencia y se forman en el curso del conocimiento. Las sensaciones son la única fuente de nuestro
saber. Así, subvaloraban el pensamiento, aunque lo consideraban necesario para conocer la verdad. No
obstante, las doctrinas materialistas resultaban progresistas, pese a las deficiencias propias de su
materialismo metafísico. Expresaban los intereses burgueses en lucha contra los feudales por el dominio
político de la sociedad, aunque en cuanto llegaban al poder se apartaban del materialismo y se
inclinaban al idealismo.
Condillac, Etienne Bonnot de (1715-1780). Filósofo sensualista, discípulo de Locke. Reconoce el
carácter objetivo de la verdad y considera las sensaciones como el resultado de la acción del mundo exterior.
Pero, de otra parte, sostiene que la esencia de las cosas es incognoscible.
Holbach, Paul-Henri (1723-1789), colaborador de la "Enciclopedia", ideólogo de la burguesía
revolucionaria, define la naturaleza como la causa primera de todo lo que existe. La naturaleza no ha sido
creada por nadie ni será jamás destruida. Considera la conciencia como una propiedad de la materia orgánica.
"El hombre es obra de la naturaleza". No existen las ideas innatas. Reconoce el movimiento como atributo
inherente a la materia, pero concibe el movimiento como un simple desplazamiento de los cuerpos.
Socialmente idealista: "la opinión gobierna el mundo", considera el desarrollo de la sociedad como un proceso
fatal. La difusión de la instrucción y el triunfo de la razón llevarán pacíficamente del régimen feudal a la
sociedad burguesa por la vía de una legislación perfecta.
Robinet, Jean-Baptiste-René (1735-1820), filósofo materialista y deísta, al mismo tiempo, elabora una
extraña teoría de la naturaleza considerada como una gradación ininterrumpida de “germes” materiales o
elementos capaces de los movimientos voluntarios, de vivir y de sentir. Al mismo tiempo que proclama que la
esencia de Dios es incognoscible, somete a crítica implacable las doctrinas religiosas oficiales. Mientras,
desarrolla la doctrina del sensualismo materialista de Locke. Como buen enciclopedista sostiene que la libertad
reside en la “armonía” de la propiedad privada y del bienestar general.
Lamarck, Jean-Baptiste (1744-1829), en su obra esencial, la “filosofía zoológica”, refuta resueltamente
la teoría metafísica de la inmutabilidad de las especies. Antes que Darwin, formula la teoría de la evolución de
la naturaleza viva. Sin embargo, como buen materialista inconsecuente, mientras admite que la materia
constituye la base del mundo, piensa que ésta recibió un primer impulso de movimiento exterior, y sostiene
que el desarrollo de la materia obedece a un orden determinado de leyes y de causas naturales. Afirma que la
variación de las especies es fruto de las condiciones de vida, del medio exterior. Los cambios súbitos en la
materia son producidos por circunstancias exteriores. Defiende la idea de la herencia de los caracteres
adquiridos (fenotipos).
Cabanis, Pierre-Jean-Georges (1757-1808), filósofo materialista, enciclopedista y médico, adopta la
física de Descartes. En su principal obra “Relación del psiquismo y de la moral del hombre” deja ver que la
fisiología constituye la base de sus ideas filosóficas. Piensa que la conciencia depende esencialmente de las
funciones fisiológicas, de la actividad de los órganos internos del hombre. Pretende que el cerebro segrega
orgánicamente el pensamiento como el hígado la bilis. Admite la existencia independiente del alma.
Saint-Simon, Claude-Henri (1760-1825). Uno de los grandes socialistas utópicos, ecléctico en filosofía,
se balancea entre el materialismo y el idealismo. Critica a los filósofos y sociólogos de su tiempo, que
defienden el orden capitalista y apuesta por la liberación final de la clase obrera, la supresión de la miseria y la
elevación del nivel material y cultural de la “clase pobre”. Si bien, su teoría del determinismo histórico basa el
progreso de la sociedad en el desarrollo de fuerzas motrices, que dividen la historia en tres fases: teológica
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(período de la dominación religiosa en las sociedades esclavista y feudal), metafísica (fase del derrumbe del
sistema feudal y teológico) y positivista (orden social del porvenir fundado en la ciencia) En su obra “El nuevo
cristianismo” no sólo escribe que su meta final es la liberación de la clase obrera, si no que propugna la
organización de un orden industrial que implicaría “la conversión de la gobernabilidad política de los hombres
en una administración de las cosas y en una dirección del proceso de producción”. Sin embargo, no ve en la
clase obrera la fuerza social llamada a crear una nueva sociedad, ni ve la solución revolucionaria de las
contradicciones del régimen capitalista. Su doctrina, en fin, se corresponde más con la idea de un socialismo
utópico, expuesta como quedó a lo que sus alumnos hicieron de ella: una secta religiosa, una “nueva religión”
del amor y la renuncia a las ideas progresistas de su fundador.
Fourier, Charles (1772-1837), utopista, crítico destacado de la sociedad burguesa, señala la
contradicción entre la promesa de los ideólogos de la revolución francesa sobre la igualdad y la miseria
material y moral de una sociedad que produce pobreza junto a la abundancia, mutila y destroza los
sentimientos y esperanzas del hombre. Señala el papel decisivo de la educación. Elabora su teoría de las
pasiones humanas. Explica su idea de la supresión de la oposición entre trabajo manual y trabajo intelectual.
Odia el proceso infernal del trabajo y la tiranía de la propiedad privada, y el Estado, opresor de las masas.
Cree en el papel decisivo de la educación. Habla de superar la diferencia entre el trabajo intelectual y manual.
Cree que le corresponde comprender el plan providencial de Dios. Proclama la emancipación de la mujer.
Marx señaló a Fourier como uno de los “patriarcas del socialismo”.
Compte, Augusto (1798-1857), filósofo burgués, idealista subjetivo, funda el positivismo. Niega la
existencia de leyes objetivas en la naturaleza y la vida social. Agnóstico activo, se pronuncia contra la lucha de
clases y por la propiedad privada de los medios de producción e identifica la sociología con la mecánica.
Proudhon, Pierre-Joseph (1809-1865) Precursor de una corriente anarquista contemporánea, se
pronuncia adversario de la lucha de clases y de la revolución proletaria. Preconiza una especie de “Banco del
pueblo”, apoyado por el régimen bonapartista, que financie a los obreros para la adquisición de los medios de
producción y el desarrollo artesanal. Su obra la “Filosofía de la miseria”, interpreta la sociedad
metafísicamente, desde el punto de vista de una justicia abstracta, eterna y dada de una vez por todas. Para él
la sociedad es la historia de las ideas, una idea tomada de Hegel, que trata de presentar como un desarrollo
dialéctico plagado de idealismo. Para Proudhon, la unidad de los contrarios es una suma mecánica de “buenos
y malos”.
Lafargue, Paul (1842-1911), teórico y propagandista del marxismo, autor de obras sobre el materialismo
dialéctico y el materialismo histórico, sobre la economía política, la historia, la lingüística, etc., fue discípulo y
compañero de lucha de Marx; luchó contra el revisionismo filosófico de los partidarios de Kant y en particular
contra los que consideraban la “idea de justicia” como la fuerza decisiva del desarrollo social. Luchó contra
“Los Trusts americanos” que negaban la existencia de la lucha de clases en los Estados Unidos.
La filosofía clásica alemana
Una gran parte de los representantes de la filosofía clásica alemana desarrollarían con la mayor
profundidad los problemas del materialismo y la dialéctica.
Leibnitz, Gottfried Wilhelm (1646-1716), matemático, racionalista como Descartes pero adversario del
mecanicismo, sostiene la teoría de la armonía preestablecida: existen las nómadas, pequeñas unidades
(átomos espirituales, centros de energía espiritual incomunicados con el exterior) que constituyen la realidad.
La concordancia está asegurada por Dios, nómada suprema. Optimismo metafísico, gracias a la combinación
de nómadas: "Todo está bien en el mejor de los mundos posibles" Descubrió el cálculo infinitesimal al mismo
tiempo que Newton (1676). Quiso conciliar catolicismo y protestantismo.
Kant, Manuel (1724-1804), fundador del idealismo alemán de la segunda mitad del XIX, al plantear una
serie de problemas de las ciencias naturales y de la teoría del conocimiento, resucitó el interés por la
dialéctica, que se había perdido en los siglos XVII-XVIII... Al comienzo, elabora la hipótesis de la formación
natural del sistema solar por masas primigenias de sustancia dispersa, abriendo una brecha tremenda en la
concepción metafísica del mundo. Más tarde se dedica a conciliar el materialismo con el idealismo, no
obstante reconocer la existencia objetiva de la materia. Considera que el mundo se encuentra en un estado
caótico, al que no le es inherente ninguna regularidad. Para él "la cosa en sí ", la esencia de los objetos y los
fenómenos son incognoscibles, deslizándose a posiciones del agnosticismo. El espacio, el tiempo, la
causalidad, las leyes de la naturaleza no son propiedades de la naturaleza sino del entendimiento humano.
Según su "idealismo trascendental" las formas a priori de la conciencia preceden la experiencia y la
condicionan. Reaccionando al materialismo francés se propone restaurar el idealismo, rehabilitar a Dios y la
religión, conciliar el conocimiento con la religión. En su doctrina ética ("La crítica de la razón pura") estima
necesario, para sostener la moralidad, reconocer la existencia de Dios y la inmortalidad del alma... Habla de la
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"buena voluntad" y de la armonía entre los deseos y las aspiraciones. Comprende la necesidad de ciertas
reformas sociales, pero exige sumisión al Estado, y se siente enemigo de la violencia.
Lessing, Gothold Ephraïm (1729-1781). Propagador eminente de la “filosofía de las luces” en Alemania
y Europa, se presenta como un teórico del realismo burgués revolucionario del siglo XVIII. Pero su crítica del
régimen feudal no revela un carácter revolucionario. Con su defensa de la tolerancia religiosa, defiende los
derechos de la libertad de la Razón. Fue el primero en proclamar la obra de Shakespeare en Alemania como
modelo de realismo de inspiración popular.
Fitche, Jhoann Gottlieb (1762-1814), eminente filósofo, idealista subjetivo, es uno de los representantes
de la filosofía clásica alemana. Le “Moi pure” de Fitche tiene como base la existencia de una conciencia
universal, que, sin coincidir con la conciencia individual, constituye un substrato latente que permite el
desarrollo de la conciencia del individuo, en contacto con el medio exterior. Piensa que el conocimiento es fruto
de la acción de las cosas exteriores sobre las facultades cognitivas. Existe, pues, cierta interacción (dialéctica)
entre el sujeto y el objeto, la teoría y la práctica. Pero, a partir de 1802 se inclinaría por aceptar el régimen
feudal y afirmar que la conciencia es una “revelación divina”. Sostiene que “Quien se considera maestro de los
otros, es él mismo un esclavo”.
Hegel, George W.F (1770-1831). Para él no es la materia la que determina la conciencia. Sin embargo,
descubrió y formuló las principales leyes de la dialéctica. Con su idea del desarrollo admite el surgimiento,
mutación y perecimiento de todo fenómeno. Adelantó la idea de que la fuente del desarrollo es la lucha de los
contrarios, que las contradicciones internas vienen a constituir la raíz de todo movimiento y vitalidad. Sostenía
que el fundamento y la esencia del mundo es la "idea absoluta" (Dios) que existe fuera del hombre e
independientemente de él, la conciencia humana separada del hombre y elevada a rango de razón
supranatural. Primero, anterior al mundo, existe la "idea absoluta", como "elemento del pensamiento puro". En
una segunda fase, la "idea" se metamorfosea, "encarna" en la naturaleza. En la fase tercera, niega la
naturaleza misma pero se instala en los dominios del pensamiento humano. En esta fase, Hegel relaciona el
estado de conciencia individual con el de conciencia social en estado puro: la verdad es un proceso. Entendió
que en el curso del movimiento y del desarrollo natural, sucede la transformación de la cantidad en cualidad,
así como la negación de la negación que condiciona la sustitución constante de unas formas por otras. En lo
social preconiza un compromiso entre el feudalismo agonizante y el capitalismo naciente, y proclama que la
monarquía feudal reformada garantiza el desarrollo social.
"Mi método dialéctico -escribió Marx- no sólo es fundamentalmente distinto al de Hegel, sino que es, en
todo y por todo, la antítesis de él. Para Hegel, el proceso del pensamiento al que él convierte incluso,
bajo el nombre de idea, en sujeto con vida propia, es el demiurgo de lo real, y esto la simple forma
externa en que toma cuerpo. Para mí, lo ideal no es, por el contrario, más que lo material traducido y
transpuesto a la cabeza del hombre".
Schelling, Friedirich (1775-1854), en sus comienzos, mantiene una posición intermedia entre
materialismo e idealismo. Sostiene que una especie de autodinámica del espíritu universal desarrolla la
naturaleza misma y su ascensión progresiva. Todas las cualidades de los objetos son sensaciones
provocadas por el espíritu universal. La historia de la naturaleza es la del espíritu que desembocará en la
aparición de un “régimen de derecho”, la sociedad burguesa. Finalmente, nombrado profesor de la
Universidad de Berlín, crea su “filosofía de la revelación”, doctrina reaccionaria mística, que sitúa la religión por
delante de la ciencia y la filosofía.
Schopenhauer, Arthur (1788-1860), filósofo idealista reaccionario, niega la posibilidad de un
conocimiento científico, proclama un ideal místico fundado en la “voluntad de vivir”, fue una de las fuentes de la
ideología fascista.
Feuerbach, Ludwig (1804-1872), al criticar los logros de la filosofía idealista de Hegel resucita los
principios materialistas sobre una vieja base metafísica. Sostiene la necesidad de una nueva religión, en la que
el lugar de dios debía ser ocupado por el propio hombre y cuyo principio radical debía ser el amor del hombre
hacia el hombre. Critica el idealismo de la filosofía hegeliana. El pensamiento no puede existir fuera y con
independencia del hombre, pues es una propiedad del cerebro humano, una actividad en la que se hallan en
trabazón orgánica lo espiritual y lo material. El pensamiento, lo espiritual, no es lo primario, sino secundario,
derivado de la materia, de la naturaleza. Sin embargo, para Feuerbach, el “amor” es una panacea: los
hombres –dice- deben amarse los unos a los otros; no ve la dependencia de las relaciones sociales, su
materialismo es puramente antropológico; niega la lucha de clases.
En realidad, la rápida industrialización europea tenía como único fin alimentar a la burguesía. Las
viviendas del proletariado se componían de una sola pieza donde se hacinaba toda la familia. Las
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emergentes ciudades industriales crecían generando nuevos y más problemas crónicos de alojamiento y
miseria. Eran constantes las demandas obreras seguidas de violentas represiones. Hasta 1824, el
mundo del trabajo no lograría ver derogada la ley que prohibía los sindicatos. Pero hasta 1847 no
consiguieron la jornada de diez horas, hecho considerado por los autores del Manifiesto Comunista,
Carlos Marx y Federico Engels, como la primera victoria del proletariado en su lucha de clases contra la
burguesía. No obstante, todavía en 1850 la jornada laboral rara vez era menor de 12 horas diarias, seis
días a la semana. Sin embargo, las máquinas de la Revolución Industrial, al ejemplo de la tejedora
inventada en 1770 por Heargreaves que multiplicaba la producción por ocho, habían sido compradas
con el sudor y el capital acumulado del trabajo, pero que en manos del capitalismo estaban permitiendo
al burgués acentuar la explotación, reducir los salarios y contratar mano de obra débil y más barata, con
mujeres, y con niños con edades desde los cinco años.
Marx, Carlos (1818-1883) fue el inspirador y organizador de la 1ª Asociación Internacional de
Trabajadores (1864). Marx descubre las leyes de la evolución histórica de la humanidad. Crea con Engels la
nueva concepción del mundo y el método de análisis: el materialismo dialéctico, cuya aplicación permite
concebir el materialismo histórico, que significaron una verdadera revolución en la historia de la filosofía. Ya no
era una “escuela” filosófica al uso, suponía las pautas directivas para la creación de un gran movimiento
revolucionario encabezado por la clase obrera. Marx había descrito los orígenes de la sociedad burguesa y las
tendencias definitivas de su desarrollo, y probado su carácter transitorio y desaparición tras la victoria de un
nuevo régimen social inevitable, el comunismo. Frente a las viejas teorías del socialismo utópico, Marx crea la
teoría del comunismo de base científica: una concepción coherente del mundo, inconciliable con toda
superstición, con toda reacción, con toda defensa de la “necesidad” opresora de la burguesía.
Dedicó su tesis doctoral en Berlín al estudio de la filosofía de Epicuro y de Demócrito. Coincidiendo con
su trabajo en Colonia como director de la “Gaceta renana”, órgano de la burguesía radical de Renania
prohibido en 1843, terminó siendo objeto personal de un proceso intelectual de cambio, profundo, que
le llevó desde el idealismo al materialismo, del democratismo revolucionario al comunismo. Trasladado a
París, en Octubre de 1843 contribuye a fundar los “Anales franco-alemanes”, donde publica el
memorable artículo “Contribución a la crítica de la filosofía de derechas de Hegel”. “Destaca –diría
Lenin- por su crítica implacable contra todo lo que existe” y en particular contra el armamentismo,
llamando a las masas a reaccionar. Su encuentro con Engels en 1844 sería el comienzo de una lucha
en común por la causa obrera. En 1845 escriben “La Sagrada Familia”, y se dedican al estudio de la
economía política y de la historia de la revolución francesa. Poco después es expulsado de París. En
1847 publica en Bruxelas “Miseria de la filosofía”. Y se adhiere a la “Liga (secreta) de los comunistas”.
Encargado de preparar con Engels el programa de esta asociación, elaboran en febrero de 1848 su
célebre “Manifiesto del Partido comunista”, con su famosa frase de alcance internacional: “¡Proletarios
de todos los países, uníos!”. Después de una azarosa actividad revolucionaria desbordante, París,
Colonia…, terminaría avecinado en Londres, hasta el fin de sus días. Allí escribiría su principal obra
científica, “El Capital”. Funda en 1864 la AIT, para aglutinar los grupos dispersos de socialistas y semisocialistas en una organización más efectiva, movilizadora internacionalmente de la clase obrera, de
cuya táctica revolucionaria se ocupa. Después del golpe de Estado en Francia publica “Las luchas de
clases en Francia” y “El 18 Brumario de Luis Bonaparte”. En 1859 escribe la “Contribución a la crítica de
la economía política”, primera exposición de su teoría del valor y del dinero. En 1871 escribe “La Guerra
civil en Francia”, un análisis de la experiencia de la Comuna de París que permitiría observar los rasgos
comunes con el proceso de los soviets en Rusia. En 1875 escribe la “Crítica del programa de Gotha”.
En 1876 aparece en Hamburgo su primer libro de “El Capital”.
Engels, Federico (1820-1895) En sus artículos contra Düring (constitutivos del “Anti-Düring”, 1878)
analiza los problemas más importantes de la filosofía, las ciencias naturales y sociales. Mientras, continúa
ahondando en sus estudios científicos sobre las ciencias de la naturaleza y las matemáticas, que recopilaría
en la “Dialéctica de la naturaleza”, y sigue desarrollando las ideas sobre el materialismo histórico. Refuta a los
divulgadores del marxismo la poca importancia que conceden al papel de la superestructura: el Estado, la
ideología, etc., acusándoles de ignorar absolutamente los efectos de la acción recíproca. Luchador por la
liberación de la clase obrera, está considerado como un educador del proletariado y elaborador, con Marx, de
la teoría del comunismo científico. Estudiando un curso de filosofía, contacta en Berlín con los jóvenes
hegelianos. En 1842 publica una crítica demoledora contra las concepciones reaccionarias de Schelling. Pero
sería en Manchester, Inglaterra, donde toma conocimiento directo de la situación que vive la clase obrera, y
comienza a colaborar con las publicaciones socialistas. En 1844 publica su “Estudio crítico sobre la economía
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política”, que Marx califica de genial. Elabora con este último la teoría del comunismo científico, y escriben “La
Sagrada Familia”, que dotan con los fundamentos del socialismo materialista revolucionario. En 1845 publica
su célebre obra “La situación de las clases laboriosas en Inglaterra”, que Lenin considera como “una de las
mejores obras de la literatura socialista”. Engels pretende demostrar que la clase obrera no es solamente la
clase que sufre, es el proletariado en lucha que se liberará a sí mismo. Luego escribe con Marx la “Ideología
alemana”, una crítica de las insuficiencias de la filosofía de Feuerbach. Juntos toman contacto con la “Liga de
los comunistas”. Engels escribe los “Principios del comunismo” y ambos contribuyen a preparar el II
Congreso. Mientras tanto elaboran el “Manifiesto del Partido Comunista”. A partir de aquí seguirían para
siempre en contacto dedicados a fortalecer el trabajo revolucionario. Destaca entre sus obras, El origen de la
propiedad privada, la familia y el Estado”.
Lassalle, Ferdinard (1825-1864), filósofo partidario de la dialéctica idealista de Hegel, pero que
interpreta a su manera: el desarrollo de la idea absoluta, encarna principalmente a través del Estado. Ha
inspirado posturas claudicantes en los sindicatos americanos y de admiración entre la burguesía, con su
propuesta de “paz social” basada en la idea de la “integración pacífica del capitalismo al socialismo”.
Avenarius, Richard (1834-1896). Uno de los fundadores del empirocriticismo. Niega la realidad objetiva.
Sólo la sensación es "concebible como cosa existente". Estima que el objeto no puede existir
independientemente del sujeto pensante. Su filosofía, obscurantista y clerical persigue los mismos objetivos
que la de Berkeley y Hume, adquiere las formas de la reacción ideológica burguesa en la época del
imperialismo.
Haeckel, Ernst (1834-1919), desarrolla y concretiza la teoría evolucionista de Darwin. En su obra (un
precioso librito popular) “Enigmas del Universo” hace una crítica implacable contra el idealismo y el
clericalismo en las Ciencias naturales, mientras se esfuerza por crear un sistema materialista armonioso, en
parte hylozoista, reconoce la animación universal de la materia. Fundamentó una ley biogenética. Propagó la
ley de la selección natural y de la lucha por la existencia; ateísta inconsecuente, propuso sustituir la religión
por la fe en el Dios Naturaleza
Mach, Ernst, (1838-1916), austriaco, físico y filósofo idealista, niega la existencia del mundo exterior, ya
sean cosas, tiempo, espacio. Su eclecticismo extremo recrea las concepciones de Berkely y de Hume. Lenin,
en su obra Materialismo y empiriocriticismo, se ocuparía de rebatir, hasta reducir a la nada la doctrina de
Mach.
Cohen, Arminio (1842-1918), filósofo y matemático, fundó el neokantianismo en Marburgo, la idea
religiosa del dios creador, que daría lugar al llamado “socialismo ético”
Nietzsche, Friedrich (1844-1900), apologista declarado de la explotación burguesa, surge en la época
en que la burguesía imperialista, ante la agravación de las contradicciones de clase y la difusión de las ideas
socialistas, necesita el servicio de ideólogos. Todo su pensamiento arremete contra la "revolución
aparentemente inevitable", a la que opone una ideología burguesa abiertamente bárbara, antidemocrática,
cínicamente inmoral. Distingue la ideología destinada a formar trabajadores dóciles: "moral de esclavos", de la
destinada a educar la "moral de los maestros" en un espíritu de agresión que no recule por nada ni ante nadie.
Declara que la aspiración al poder es el motor de todos los procesos de la naturaleza y la sociedad. Substituye
la "lucha por la vida" (Darwin) por la "lucha por el poder".
Kautsky, Karl (1854-1938), destacado teórico marxista, lider de los socialdemócratas alemanes, amigo
y discípulo de Marx y Engels, fundó en 1883 el periódico Die Neue Zeit, una de las principales publicaciones
socialistas de Europa. Califica la I Guerra Mundial como una aventura imperialista. Dirige una facción
izquierdista que se separa de los socialdemócratas en 1917. Se opone a la Revolución de Octubre, y al poder
soviético como forma de democracia. Su mayor aportación al marxismo se encuentra en su obra Teorías
sobre la plusvalía, basada en manuscritos y notas de Marx que originalmente iban a ser la base de su cuarto
volumen de El Capital.
Spengler, Oswald (1880-1936), filósofo idealista reaccionario, precursor de la ideología fascista,
apólogo del viejo espíritu prusiano, de la monarquía y del militarismo, ve en la guerra una “forma eterna de la
vida humana superior”.
Mencionaremos aquí a Croce Benedetto (1866-1952), italiano, filósofo ideólogo de la burguesía
imperialista, crítico del marxismo y adversario resuelto del método dialéctico. Para él nada existe realmente,
salvo el espíritu. La historia es el desarrollo del espíritu. Su teoría económica, que nada tiene que ver con la
ciencia, es una apología de la explotación capitalista y de la anarquía en la producción. Gramsci criticó
profundamente la filosofía de Croce y su papel reaccionario
Pensadores rusos
Distintos pensadores y en particular Lomonósov y A. Radíschev hicieron aportes al desarrollo de la
línea materialista de la filosofía del XVIII. El primero sostiene que todos los cuerpos y fenómenos son de
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naturaleza material: átomos que al unirse forman moléculas -corpúsculos- que forman todos los "cuerpos
sensibles"; fundamentó la ley de la conservación de la materia y el movimiento (inescindibles) y su eternidad
e indestructibilidad; respaldó la cognoscibilidad: el conocimiento se efectúa por la percepción directa de los
objetos y fenómenos a través de los órganos de los sentidos y la sucesiva elaboración de los datos sensibles
en el curso del pensamiento teórico. Solo en estrecha conexión de la práctica y el pensar -diría- se puede
conocer la verdad.
A comienzos de 1840, los demócratas revolucionarios apoyados en Lomonósov y Radíschev, en la
dialéctica de Hegel y en el materialismo de Feuerbach, generalizaron en cierto grado los logros de las
ciencias naturales alcanzados por aquel tiempo. Criticaron a Hegel, por su abstracción, y su divorcio de la
realidad, y por su idealismo; pero, a diferencia de Feuerbach, no impugnaron su dialéctica, intentaron unirla
con el materialismo, dándole una interpretación materialista. Coincidían en que la fuente del desarrollo es la
lucha de los contrarios, y que en el curso del desarrollo natural, sucede la transformación de la cantidad en
cualidad.
Lomonósov, M. Vassiliévitch (1711-1765), sabio y poeta, vivamente apasionado por la difusión
popular de la instrucción, introduce en Rusia la filosofía materialista. Entra en la Academia de Ciencias de
San Petersburgo y recibe el título de profesor en química en 1745. Crea el primer laboratorio de química en
Rusia. Su contribución más importante es el descubrimiento de la ley de la conservación de la materia (de la
energía) y del movimiento como ley de la naturaleza. La materia, el movimiento en la eternidad, son
indestructibles. “No sólo los átomos son materiales, sino también el espacio que llena los intersicios
atómicos”. Opuesto a la “monadología” ideal-espiritualista de Leibniz, refunda el atomismo, anunciando la
estructura atómica y molecular de la materia. Lucha contra las ideas seudo-científicas reinantes en el siglo
XVIII; contra la metafísica y la idea del “flogisto”. En astronomía participa en las teorías heliocéntricas y de la
infinitud del universo. Admite que la vida es posible en otros planetas. En geología, avanza la idea de la
evolución; explora los recursos minerales de Rusia, inventa gran número de instrumentos para la navegación,
la meteorología, geodesia, química, física.
Radichtchev, A. Nicolaïevitch (1749-1802), fundador de la literatura rusa revolucionaria, y de la
filosofía materialista, conjuntamente con Lomonósov, considera el movimiento como una propiedad
inalienable de la materia. El cerebro es el órgano material del pensamiento. Su aporte mayor lo constituiría su
contribución al desarrollo de la ciencia pedagógica rusa y mundial, de contenido inmensamente progresista,
consagrado a la lucha por la libertad.
Skovoroda, Grigori (1722-1794), ucraniano, filósofo humanista democrático, cree en una sociedad
basada en “la razón” y en una “sublime República”. Ama ardientemente al pueblo. Vive de villa en villa
propagando sus ideas a favor de los oprimidos. Cree como Lomonósov que la materia es eterna en el tiempo
e infinita en el espacio. Habla de “dos naturalezas”, una “exterior” o material y otra “interior” o espiritual. El
mundo es cognoscible, pero hay que comenzar por “conocerse a sí mismo”.
Lobatchevski, Nicolás (1792-1856), con sus ideas profundas rompe las bases “inquebrantables” de la
geometría euclidiana, al mismo tiempo que da un golpe sensible a la filosofía de Kant que considera las
verdades geométricas como algo no sujeto a la experiencia humana. Con su demostración de que la suma
de un triángulo no es igual a 180º dilucida el contendido materialista de los conceptos matemáticos, da luz a
la relación existente entre la geometría y las propiedades del mundo real, afirma la noción materialista de la
acción del mundo real sobre la conciencia humana por intermedio de los sentidos y las sensaciones.
Tchaadaiev, Piotr (1794-1856), filósofo idealista, despierta a los pensadores rusos con su artículo
“Letras filosóficas”: “La situación –escribe- es la consecuencia del régimen existente, que domina todos los
cerebros”. Afirma que el perfeccionamiento del espíritu creará las condiciones para un régimen social ideal.
Biélinski, V.Grigoriévitch (1811-1848), eminente filósofo materialista enemigo de la servidumbre se
comprometería con la lucha revolucionaria a partir de los 40 años. Antes, bajo la influencia de la filosofía de
Hegel, sería partidario del idealismo filosófico de aquél, que terminaría rechazando al observar la barrera que
levanta entre al pensamiento y la práctica, entre la teoría y la vida. Enemigo del agnosticismo y del
escepticismo, funda la estética democrática revolucionaria, considerando que sólo la revolución popular
puede liberar al pueblo laborioso. Se afirma en que la conciencia, las ideas, dependen del medio material
exterior: “las nociones más abstractas no son sino resultado de la actividad del cerebro, al que son inherentes
ciertas facultades y cualidades”. La causa esencial de la lucha de clases está determinada por la lucha entre
lo nuevo contra la viejo, reside ante todo en el modo de producción de los bienes materiales.
Herzen, A. Ivanovich (1812-1870), representante del materialismo, continúa y desarrolla las ideas de
Lomonósov y Radichtchev. Calificaba la dialéctica de "álgebra de la revolución"; apreciaba la dialéctica
hegeliana, pero defendía que tienen existencia real no el ser puro, sino en las cosas materiales que
constituyen en su totalidad la naturaleza: el espíritu, el pensar, son consecuencia del desarrollo de la
naturaleza, propiedad de formaciones materiales que alcanzan determinado nivel.
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Stankevitch, Nikolai (1813-1840), filósofo idealista, condena la servidumbre y la ideología reaccionaria.
Ve en la filosofía y su práctica y en la “educación del género humano” el medio para perfeccionar moral e
intelectualmente al hombre.
Bakunin, M, Alexandrovich (1814-1876) Idealista hegeliano, deriva poco a poco hacia concepciones
anarquistas, que precisa en los años 60. En 1872 es excluido de la I Internacional por sus posiciones
antimarxistas. Idealista, materialista y metafísico pregona una sociedad futura de la libertad absoluta del
individuo, que, filosófica y socialmente, representa para él el objetivo supremo de la evolución humana. Niega
la lucha política. De la lucha social, dice, surgirá la revuelta espontánea, que “destruirá inmediatamente el
Estado”
Dembowski, Edward (1822-1846), polaco, desarrolla las mejores tradiciones de los materialistas
polacos de finales del siglo XVIII. En el Manifiesto del Partido Comunista, Marx y Engels mencionan a los
partidarios de Dembowski que ven en el campesinado fuerzas revolucionarias para la lucha por la libertad. Ki
critica el materialismo metafísico y llama a fundar una “filosofía del porvenir” ligada a los intereses del pueblo,
a la práctica de la vida. La fuerza motriz de la historia es para él el proceso ascendente de la razón humana.
Combate la teoría de “el arte por el arte” y se erige defensor de un arte romántico revolucionario, penetrado
de ideas democráticas.
Tchernychevski, Nicolás (1828-1889), filósofo revolucionario, encabezó el movimiento democrático
radical. Mostró particular empeño por refutar el agnosticismo de Kant; mostró la acción de la ley de la
negación de la negación, que condiciona la sustitución constante de unas formas por otras y el retorno atrás
sobre un fundamento más alto. Él mismo denominaba materialista antropológico: el hombre como una parte
de la naturaleza, un ser biológico o psicológico, no sólo como un producto de las relaciones de producción.
Nalbandian, Mikael (1829-1866), armenio, filósofo materialista, próximo a la dialéctica y socialista
utópico, sostiene que las ideas son reflejo de la naturaleza, del mundo exterior, pero con ideas semejantes a
las de los filósofos idealistas (Kant. Fitche. Hegel)
Setchenov, Ivan (1829-1905), fundador de la filosofía rusa, destaca por sus trabajos sobre el
desarrollo de la materia viva, sobre todo por su explicación científica de la actividad espiritual del hombre: la
vida psíquica, afirma, es producto de un órgano material, el cerebro, que funciona gracias a la acción que
ejerce el mundo exterior sobre los sentidos, aunque en este aspecto, como buen premarxista relativiza la
influencia de las relaciones sociales en que se desenvuelve la vida humana.
Dobrolioubov, Nicolá Alexandrovitch (1835-1861), conforma la tendencia del socialismo utópico ruso y
de la Europa occidental del período premarxista. Acorde con la ciencia, afirmaría que el mundo material,
objetivo, es lo primero, y secundaria la conciencia; que el mundo material está sometido a leyes naturales, lo
refleja el hombre mediante las sensaciones. No existe “razón misteriosa” alguna, sólo la ignorancia del
comportamiento de la naturaleza. La facultad de pensar es un fenómeno perfectamente natural, propio de la
materia en un alto grado de su evolución. La naturaleza y la sociedad están igualmente sometidas a leyes. La
inmovilidad no existe ni en la sociedad ni en el pensamiento humano. El hombre puede conocer el mundo
material. El conocimiento está determinado por las necesidades y deseos prácticos de la actividad verificable.
Corresponde al hombre descubrir las leyes interiores del desarrollo de la sociedad y mostrar la gran
importancia de la lucha de clases.
Pissarev, Dimitri (1840-1868), filósofo y defensor de la democracia revolucionaria, logró concitar el
interés de toda la inteligencia revolucionaria rusa. Preconiza la propagación del conocimiento histórico, de
las ciencias naturales y de la industrialización a propósito de transformar democráticamente el régimen social.
Continuador de la filosofía materialista de Tchernychesvki y de Dobrolioubov, sostiene que la materia y el
movimiento son indestructibles, eternos e infinitos en sus manifestaciones. Al mismo tiempo que reconoce
como una forma de reproducción de la realidad a la ciencia, el arte y la música, explica el progreso como
consecuencia de la conciencia y el trabajo de las masas laboriosas.
Docoutchaiev, Vassili (1840-1903), considera la naturaleza como un todo, y sus fenómenos y
procesos relacionados orgánicamente entre ellos y actuando los unos sobre los otros. Sus trabajos científicos
sobre la naturaleza y evolución de los suelos recuerdan lo que representó el trabajo de Darwin en las
especies. La doctrina de Docoutchaiev contempla “la gran diversidad y la complejidad de las correlaciones y
de las interacciones existentes entre la naturaleza viva y la naturaleza inerte” , aunque subestimó el papel del
factor biológico en la evolución de los suelos.
Citaremos aquí a Markovitch, Svétozar (1846-1875), serbio , filósofo materialista y socialista utópico,
defensor de la libertad e igualdad de la mujer. Preconiza la liberación nacional y social de los pueblos
balcánicos. Piensa que la cuestión es inseparable de las transformaciones sociales. Sostiene la idea de pasar
al socialismo, evitando el estado capitalista. No ve la misión histórica del proletariado desarrollado como
clase. Defiende las ideas de Tchernychevski y se inspira en las obras de Sétchénov y Pissarev. “… un
esclavo ne pourra jamais affrranchir un autre”.
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Pavlov, Ivan Pétrovitch (1849-1936). Su doctrina sobre la actividad nerviosa superior es una de las
bases del materialismo dialéctico en el dominio de las ciencias de la naturaleza, con la que se inaugura un
nuevo capítulo de la fisiología cerebral y de la teoría marxista del conocimiento. Pavlov y sus discípulos
permitieron dilucidar las leyes principales de la actividad nerviosa superior. Concibieron dialécticamente la
actividad refleja de los animales como una lucha de procesos contrarios: excitación e inhibición, irradiación y
concentración, etc., con lo que ayudaron a enriquecer y concretizar los principios del materialismo filosófico y
dialéctico, aplicados a la naturaleza.
Franko, Ivan (1856-1916), ucraniano, expone sus ideas filosóficas en una serie de obras. Para él la
materia forma la base de todo lo que existe. La naturaleza es inmortal, eterna y está en constante movimiento
y cambio. La función cerebral refleja la materia en movimiento. Los conocimientos humanos son el reflejo de
la realidad. Combate el clericalismo y denuncia la educación religiosa de la juventud. Pone su capacidad
literaria al servicio del mundo del trabajo, que considera víctima del capitalismo.
Plekhanov, Guéorgui (1856-1918). Crítico literario de gran talento, contribuye a denunciar las nociones
idealistas, anticientíficas en el arte y la literatura. Remarcable marxista, funda un grupo, “Liberación del
Trabajo”, dedicado a traducir en ruso e imprimir en el extranjero las obras de Marx y de Engels para
introducirlas y extenderlas en Rusia. Asimiló el socialismo a través de las ideas revolucionarias de Herzen, de
Biélinski, de Tchernychevski y de Sobroliubov. De populista, pasando por el marxismo, asumió la jefatura del
menchevismo. Luchó después contra el populismo, y se opondría a la alianza con el campesinado.
Finalmente, adoptó posiciones críticas contra la Revolución de Octubre. Lenin destacó los méritos de
Plekhanov, su lucha a favor del materialismo filosófico, contra el idealismo y las tentativas de unir el marxismo
al kantismo; le criticó que dejase una puerta abierta al idealismo, al negarse a diferenciar la teoría del
conocimiento del marxismo de la concebida por el idealismo.
Lenin, Vladimir Ilitch (1870-1924). Estudioso incomparable del marxismo, se autocalifica, en filosofía,
como “uno que busca”, fue el líder revolucionario más importante de la Europa del siglo XX.
En 1895
elabora todo un compendio crítico, sobre diversas lecturas, muestra de una capacidad de análisis y reflexión
abierta incomparables en todos los sentidos, que aparecería publicado en 1930, seis meses después de su
muerte: “Cuadernos filosóficos” , obra que constituyen un aporte indispensable para la interpretación de la
filosofía marxista. Con años de anterioridad ha participado en movimientos de estudiantes; ha sido excluido
de los estudios y deportado. Estudió El Capital, siguió conociendo y profundizando el marxismo, y se vinculó
al primer círculo marxista organizado por él en Samara. En 1895, había agrupado a todos los círculos obreros
marxistas de Pétersbourgo en una “Unión de lucha por la liberación de la clase obrera”. Cinco años más tarde
los dirigió desde la prisión. En 1897 lo deportaron a Siberia. De vuelta del exilio (1900) partió para el
extranjero. Fundó la “Iskra”, primer periódico para toda la Rusia dedicado a conexionar ideológicamente a los
marxistas. En 1902 escribió “Qué hacer”. En 1904, “Un paso adelante dos pasos atrás”. En su libro histórico
“Dos tácticas de la socialdemocracia”, sentaría las bases de la hegemonía del proletariado en la revolución
democrática burguesa para la transformación de ésta en revolución socialista. Y avanzó una nueva teoría
revolucionaria. En 1908 escribe “Materialismo y empiriocriticismo”, crítica demoledora, argumentada
científica y socialmente, principalmente contra Mach y Avenarius. En 1916 escribe “El imperialismo, estado
supremo del capitalismo”, donde formula la ley del desarrollo del capitalismo, mostrando que el imperialismo
es su fase última, vecina de un cambio mediante la revolución socialista. Llega a la conclusión de que la
victoria es imposible simultáneamente en todos los países o la mayor parte de los países capitalistas.
Preconiza la transformación de la guerra imperialista, y denuncia a los gobiernos que llaman a los obreros en
“defensa de la patria” que es la dictadura de la burguesía.
Trotsky, León Davidovitch Bronstein (1879-1940). Poco antes de que Mercader segase le segase la
vida de Trotsky, éste afirmó: “Por 43 años de mi vida consciente he luchado bajo las banderas del marxismo.
Si pudiera volver a empezar trataría de evitar evidentemente algún error. Pero el trazo principal de mi vida no
variaría. Moriré como revolucionario proletario, como marxista, como materialista dialéctico. Mi fe en el futuro
comunista es más firme hoy que en mi juventud”. A los 16 años ingresó en prisión que fue su universidad,
junto con la deportación y la emigración política. Conoció a Lenin en su emigración a Inglaterra y se incorporó
de lleno a la lucha revolucionaria desde muy joven. En las revoluciones de 1905 y 1917 fue elegido
presidente del Soviet de Diputados de Petersburgo. Tomó parte activa en la insurrección de octubre, y formó
parte del Gobierno soviético desde el principio, rechazando el papel de presidente que le propuso Lenin.
Dirigió las conversaciones para la paz de Brestlitovsk con los alemanes; fue el creador del Ejército Rojo y
dirigió la reconstrucción de la red ferroviaria, hundida desde la guerra imperialista y la guerra civil posterior a
la revolución. Tras la muerte de Lenin lucho contra la burocratización del Estado, primero a través de la
Oposición de Izquierdas y más tarde desde la IV Internacional (fundada en 1938) y el exilio, hasta su
asesinato en 1940.
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El pensamiento filosófico y revolucionario en Latinoamérica...
La revolución francesa de finales del XVIII ejerció en Latinoamérica una fuerte influencia en la primera
mitad del XIX condicionada por el auge de los movimientos revolucionarios.
La Constitución española de 1812, promulgada por las Cortes de Cádiz, había proclamado la igualdad
de derechos de los pueblos. Pese a los 300 años de influencia religiosa, en todos los países se propagaban
teorías y concepciones materialistas. Los pensadores que propagaban la visión filosófica avanzada eran al
mismo tiempo combatientes por la abolición de la esclavitud y por la independencia.
En Argentina, durante el período colonial (ss. XVI-XVIII) domina la tendencia del tomismo rigurosamente
impuesto, pero consiguen penetrar las opiniones sociopolíticas y filosóficas de vanguardia. A finales del XVIII
y comienzos del XIX, éstas crecen con el movimiento emancipador, mezcladas con los intereses de los
terratenientes criollos y de la burguesía naciente.
M. Moreno, Castelli, Belgrano y Monteagudo muestran los objetivos del movimiento liberador.
Juan Crisóstomo Laffinur (1797-1824) y J. Manuel Fernández de Agüero (1772-1824) divulgan las
ideas progresistas tradicionales de la filosofía materialista francesa.
Antonio Saén arremete contra la escolástica y el eclecticismo.
Esteban Echevarría (1805-1851) fue el filósofo más grande en la primera mitad del XIX. Veía como
único medio apara cabar con el viejo orden social, "unir la filosofía con la vida y la actividad del hombre".
Estudia e interpreta las leyes que rigen el mundo físico y moral, así como el Universo. En su teoría del saber,
es sensualista, se acerca a Sain-Simon: la sociedad se halla en infinito movimiento progresivo..., pero
proclama la igualdad sobre la conciliación de las clases, acabando con la miseria, elevando el nivel material y
cultural, liberando la patria y alcanzando la prosperidad económica del país. Su enfoque es idealista, pues
interpreta la pugna entre lo viejo y lo nuevo como mero resultado del choque de las ideas
En 1837 un grupo de jóvenes encabezado por Echevarría, inauguró un círculo luego convertido en
sociedad secreta: "La joven Argentina", por la libertad de los pueblos, la fraternidad y el progreso.
Juan Bautista Alberdi (1810-1884), participó en la fundación de "La joven Argentina", socialista
utópico, propugnaba la liquidación del atraso económico como premisa para la transformación burguesa.
Pero no extendía el principio de independencia a las relaciones recíprocas con la población indígena.
José Ingenieros ocuparía un lugar especial entre los pensadores de la filosofía positivista de finales
del XIX y comienzos del XX, cuyas obras ofrecen estudios materialistas originales a partir de los años 70.
En Cuba: José Agustín (1762-1835) dicta filosofía e introduce a Descartes y a los materialistas ingleses.
Felix Varela y Morales, materialista/idealista, en pos de Locke, niega las ideas innatas. Resuelve
materialmente la cuestión respecto a la correlación entre el alma y el cuerpo. Pero, su dualidad le lleva a
reconocer la existencia de dios, mientras atribuye el papel en la vida pública, a los deseos y aspiraciones de
algunos individuos.
Manuel y José Zacarías González del Valle promovieron la lucha contra las concepciones idealistas.
J. de la Luz Caballero (1800-1862) y Manuel Maestre (1832-1886), de la corriente materialistasensualista desempeñaron un importante papel en esa lucha. El primero apoya el carácter primario de la
naturaleza respecto a las ideas: "la educación puede formar al nuevo hombre, si se ve libre de todo
dogmatismo y se apoya en el estudio de la realidad"... Maestre enseñaba lógica, metafísica y moral en la
universidad. Estudió por primera vez la historia de la filosofía cubana.
José Martí (1853-95), filósofo, poeta, ensayista, héroe nacional de Cuba, que murió combatiendo por
la independencia de su país, contribuiría con sus obras de los años 70 a fundamentar el programa
democrático-revolucionario para la revolución de 1895-1898. Conjugó la tarea práctica con la elaboración
teórica. Participó en la fundación del Partido Revolucionario Cubano (1892). Dirigió la publicación La Patria
propagadora de la lucha contra el yugo español. Acentuó la necesidad de estudiar a fondo la realidad para
definir las formas de organizar la lucha por la emancipación y para crear las premisas de la verdadera
igualdad y desarrollo de la personalidad. Era consciente de que las condiciones materiales desempeñan un
papel determinante en la vida y que las diversas formas del pensamiento social cambian junto con las
condiciones de vida de los hombres: "La filosofía es el conocimiento de las causas de los seres, de sus
distinciones, de sus analogías y de sus relaciones". Se atenía en lo fundamental a una posición científicomaterialista, desde el origen de la vida y cómo ésta surgió de una célula primitiva de cuyo desarrollo entendía
todo lo existente. "Sobre la tierra no hay más que un poder definitivo: la inteligencia humana", expresión de su
fe en el poder de la capacidad cognoscitiva del hombre para averiguar la verdad con la observación y el
razonamiento.
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Ernesto Che Guevara (1928-1967), líder revolucionario latinoamericano, se convirtió en un héroe de
los nuevos grupos izquierdistas que surgieron en la década de 1960. Doctorado en Medicina en la
Universidad de Buenos Aires en 1953, luchó convencido de la necesidad de erradicar batallando las
injusticias sociales. Se une en México al Movimiento 26 de Julio. Jugó un papel importante en la lucha de
guerrillas iniciada por Castro contra Batista. Su presencia fue decisiva en la configuración del nuevo régimen
cubano. Fue Ministro de Industria. Escribió Relatos de la guerra revolucionaria en Cuba (1961) y Diario de
campaña en Bolivia (1968), dos libros para la lucha guerrillera en los que defendió los movimientos
revolucionarios de base campesina en los países en vías de desarrollo. Luchó en Bolivia con los campesinos
y mineros contarios al gobierno militar, hasta su captura y asesinato cerca de Vallegrande el 7 de octubre de
1967.
En México, el pensamiento filosófico hunde sus raíces en la doctrina azteca basada en la idea de los cuatro
elementos primarios (fuego, agua, tierra y viento) y la noción de la lucha como causa de los cambios
cósmicos. En el período colonial se imponen las concepciones filosóficas de la ideología medieval europea,
ante todo, la escolástica: Tomás de Aquino, Aristóteles y de los españoles Soto, Vitoria, Suárez y otros. A
finales del XVI comienza a penetrar el humanismo, que sirve de base a la propuesta de soluciones sociales.
Carlos Sigüenza y Góngora defendían la primacía de la razón y del método experimental.
J.Rafael Campoy (1723-77), Diego José Abad (1727-79), Francisco Javier Alegre (1729-88), F.
Javier Clavico (1731-87), Andrés de Guevara (1748-87), J. Benito Díaz de Gamarra (1745-83), recibieron
la influencia de las relaciones burguesas y las ideas de Copérnico, Bacon, Descartes, Newton, Leibniz,
Spinoza.
J.Antonio Alzate (1729-90) y J. Ignacio Bartolache (1739-90) criticaron la escolástica y difundieron
las ideas progresistas y conocimientos científicos.
En 1813, la conquista de la independencia expande las ideas materialistas y racionalistas de la
revolución francesa. Destacarían Ignacio Ramírez (1818-1879) y Manuel Altamirano (1834-1893), pero,
después de la revolución de 1854, la penetración de las ideas positivistas evolucionaría hacia el
conservadurismo y la reacción, al mismo tiempo que llegan de Europa las ideas del materialismo científico
natural (todo es consecuencia del desarrollo de la materia eterna e inextinguible), sostenidas por Fortunato
Hernández, Enrique O. Aragón y Alfonso L. Herrera. Enfrente se situaría Clemente de Jesús Munguía,
obispo en 1852, quien combate esas ideas, argumentando la tesis de la armonía entre la fe y la razón.
En Brasil, dominaría la ideología religiosa durante el colonialismo. Hasta después de la independencia
(1822) no aparecen corrientes progresistas -el racionalismo de Descartes, el sensualismo de Locke, las ideas
de los ilustradores, etc.
Joaquín do Amor Divino, monje (1799-1825), y Francisco Sabino de Rosa Viera, dirigente del
levantamiento en la provincia de Bahía, jugaron un activo papel divulgador de las ideas progresistas.
Hasta la segunda mitad del XIX no aparecerían relevantes filósofos y sociólogos de los nuevos
intereses burgueses.
Luis Pereira Barreto, médico, critica a Kant mientras lucha contra el positivismo conservador llamado
religioso-ortodoxo. Con otros pensadores se pasaría después a las posiciones de Darwin y del
pseudomaterialismo científico-natural de Haeckel, especie de “featista” de Bulgakov o del “ateismo religioso”
de Lunacharski.
La "escuela de Recife" influenciada por Barreto y su ideología materialista un tanto metafísica tuvo
ascendencia revolucionaria, reflejó los intereses de la burguesía junto a los de todo el pueblo brasileño.
Frito, filósofo, encabezaría la reacción ideológica (escolástica y neotomismo) introducida con la
transformación del capitalismo en imperialismo, que se manifestaría vía de la difusión de las obras filosóficas
de los ideólogos europeos y norteamericanos H. Bergson, W. James y otros.
En Perú, vivió y luchó José Carlos Mariátegui (1895-1930), pensador político e ideólogo marxista de los
más convencidos e influyentes del siglo XX en Latinoamérica. Fue el fundador de la revista Nuestra Época y
el diario La Razón. Se puso a la cabeza de las reivindicaciones obreras y apoyó al Comité de Propaganda
Socialista. Visitó Europa. Vivió tres años en Italia. Compartió sus ideas con pensadores españoles
(Araquistain, Azaña, Unamuno), franceses, alemanes (Oswald) e italianos (Gramsci) A través de Amauta (en
quechua significa maestro filósofo), revista fundada por él en 1926, difunde el pensamiento marxista y
desarrolla la crítica social y de la creación, dispuesto a servir la causa de los movimientos obreros y agrarios
en América. Colaboró en distintas revistas: Mundial y Variedades. Organizó el Partido Socialista, convertido
después en Comunista. Se hizo cargo de la revista Caridad. Fundó y fue secretario general de un partido
marxista-leninista, distanciado de los dirigentes de la Internacional Comunista. Escribió Siete ensayos de
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interpretación de la realidad peruana (1928), El artista y la época marxista, Signos y varias obras más.
Defensa del marxismo es el mejor exponente de sus ideas y un excelente punto de referencia para conocer
su evolución ideológica. Desde 1924 vivió confinado en una silla de ruedas debido a un grave accidente.
Citaremos aquí finalmente a James William (1842-1910), americano, filósofo y psicólogo idealista,
fundador del pragmatismo, corriente reaccionaria, una variedad del idealismo subjetivo: centra su filosofía en
la negación de la realidad objetiva y la lucha contra el materialismo. Elabora la “teoría del empirismo radical”,
apenas distinguible del machismo.
Las concepciones materialistas de los pensadores europeos de los siglos XVII-XVIII
... eran en general progresistas, aunque portaban un mayor o menor grado metafísico y mecanicista
(negación del desarrollo, de la diferencia cualitativa, de la contrariedad en la naturaleza, en definitiva, de la
reducción del movimiento a la mera traslación de los cuerpos en el espacio según las leyes de la mecánica),
ello debido al nivel de desarrollo de las ciencias naturales en aquellos tiempos, sólo más o menos
satisfactorio en la astronomía y la física en el campo de la mecánica.
Los materialistas franceses del XVII, el alemán Feuerbach, los demócratas revolucionarios rusos, se
hallaban próximos a comprender lo que el pensamiento de los más progresistas no había dilucidado todavía:
que la materia es un concepto abstracto, que expresa las propiedades generales de la infinita variedad de
objetos y fenómenos mutables del mundo. Realmente, no llegaron a dar una definición científica de la
materia, cuya comprensión aparecía llena de contradicciones.
Ello se revelaría con fuerza especial sobre todo en el período de la crisis iniciada en las ciencias
naturales a finales del XIX y comienzos del XX, en relación con el descubrimiento del electrón y la
radiactividad. Vendría a demostrarse (provocando al mismo tiempo la duda en la existencia de la materia
como base del Universo) que el átomo no es invariable y eterno, que lo componen partículas más pequeñas,
cuya masa crece o disminuye según aumente o disminuya su velocidad de movimiento (e = m.c2),
significando que la materia es inseparable del movimiento. La crisis, pues, se ahondaría después en el siglo
XX con el descubrimiento de la transformación del electrón y el positrón en cuanto (paquete) de luz y de que
dos partículas con cargas contrarias se convertían en luz, lo que sería interpretado obtusamente como
desaparición de la materia...
Etapas fundamentales del desarrollo y aparición de la filosofía marxista.
La filosofía marxista hunde sus raíces en el proceso pensante del hombre, estimulado por las realidades
experimentadas desde los albores de su historia. El marxismo no fue un fenómeno casual. Es el resultado del
progreso de la humanidad. Sólo pudo ser elaborado como consecuencia del duradero proceso de desarrollo
de la sociedad humana. Es decir, de la filosofía en general, de la dialéctica de Hegel, de las ciencias naturales
y sociales, del pensamiento científico en particular. Ni Marx ni Engels hubieran podido crear la filosofía del
llamado materialismo histórico y dialéctico sin la existencia de determinadas premisas sociales, científiconaturales y teóricas. Pero bien podemos decir que la premisa social general, del surgimiento de la concepción
científica del mundo, se da con las condiciones socioeconómicas de la transición de la sociedad humana a la
vía de desarrollo capitalista.
Ello sucede a mediados del XIX, cuando el capitalismo había llegado a reemplazar el feudalismo en toda
una serie de países, engendrando como clases fundamentales a la burguesía y el proletariado. La agravación
brusca de las relaciones de clase, la explotación y privación de los derechos más elementales, provocaría el
alza de la lucha del proletariado contra la burguesía, es decir, contra el régimen existente, primeramente de
manera espontánea y luego, poco a poco, adquiriendo un carácter más organizado y orientado. Fue a partir de
los años 40 del XIX cuando crecen las protestas y se despliega la lucha de los obreros en Francia, Alemania e
Inglaterra. Los obreros exigen mejores condiciones de trabajo, reducción de la jornada, elevación del salario,
etc. Hasta que se alzan en lucha contra el régimen existente, contra la injusticia social, contra la explotación
capitalista persistente. Pero el proletariado sólo podía librar con éxito la lucha comprendiendo y formulando
claramente sus objetivos primordiales y finales.
Marx y Engels criticarían a los materialistas franceses su idea de la razón, que no era otra cosa que
"inteligencia burguesa idealizada"; demostrarían lo que había evitado que la llamada razón gobernara la
sociedad: la explotación del hombre por el hombre (el hombre en guerra abierta contra el hombre) El "triunfo
de la razón", se convertiría después en una caricatura amargamente desencantadora, como no podía ser de
otra manera... La crítica de los materialistas franceses se hacía en nombre de la razón. Y en nombre de la
razón se proponían liberar, de golpe, a la humanidad entera..., no aplicaban el materialismo a la historia, al
desarrollo social; no conocían nada sobre ninguna de las leyes del desarrollo de la sociedad Su materialismo
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sólo interpretaba el universo como materia en movimiento, y nada más... Su teoría del conocimiento se
basaba en que todo se derivaba del mundo real, por medio de la experiencia.
Lo mismo ocurría a los utopistas: Saint-Simon, Fourier y Owen hablaban en nombre de la razón y la
justicia eternas. Su propósito benefactor, fundamentalmente moral, era lograr la felicidad del hombre y de la
sociedad. Los utopistas, al igual que los ilustradores franceses, no se proponen emancipar primeramente a
una clase determinada. No llegaron a comprender la necesidad irremplazable de implicar en la lucha a la
clase obrera para la creación de la nueva sociedad. Pensaban que la naturaleza dota a todos los hombres de
rasgos y cualidades iguales y los hace originariamente justos. Creían que una vez despertadas, estas fuerzas
originarias serían más fuertes que las diferencias de clase, la lucha de clases, el egoísmo, el odio y la
enemistad sembrados por la propiedad privada.
Hacia falta una teoría revolucionaria.
Surgió una apremiante necesidad: forjar para todos los trabajadores el arma ideológica por la justicia
social. La propuesta de su elaboración se constituyó en un estímulo poderoso para la creación del
materialismo histórico y dialéctico, fundamento teórico del marxismo. Así pues, bien podemos decir, que la
filosofía marxista emergió y surgió precisamente en respuesta a esta necesidad histórica. Aunque, en verdad,
esta necesidad por sí sola sería insuficiente. Precisaría, además, un determinado nivel de desarrollo de la
ciencia; datos convincentes para la interpretación materialista del mundo en general y de la vida social en
especial. Se precisaban pruebas de las leyes inherentes al permanente desarrollo de la naturaleza y la
sociedad.
Por este tiempo, en las ciencias naturales se pasa de la mera acumulación, descripción y clasificación
de las cosas
-objetos, seres vivos y fenómenos- a la dilucidación de los procesos que en ellas
transcurren, a la determinación del nexo existente entre ellos. Esto ayuda a comprender sus rasgos
sustanciales, las regularidades de su cambio y desarrollo. Así las ciencias naturales pasaban de ser ciencias
empíricas a ser ciencias teóricas. El desarrollo de la mecánica, la astronomía, la física, la química, la biología y
otras ciencias probaban cada vez más la unidad (conexión) material del mundo y su cognoscibilidad, el
carácter dialéctico de los procesos naturales. Asimismo, se afirmaba la palabra materia, el concepto con el
cual designamos la realidad objetiva, es decir, todo cuanto existe fuera e independientemente de la conciencia:
cosas, objetos, fenómenos micro y macrocósmicos en cualquiera de sus formas conocidas o por conocer,
incluidos la sociedad y el pensamiento. La conciencia quedaba entendida como la capacidad de reflejar la
materia a través de las sensaciones y elaborar respuestas mediante el proceso pensante. Quedaba afirmada
la idea de que no existe ni existirá otra cosa, detrás de cada paso que demos hacia el conocimiento del mundo
y de la verdad, que la materia, entendida la Verdad como proceso infinito, siempre desde el efecto a la causa,
y de ésta convertida en efecto, y así sucesiva e infinitamente.
El Manifiesto Comunista (febrero de 1848) fue el primer documento programático del comunismo
como proyecto científico. La historia de la sociedad se representa en él como historia de la lucha de clases, y
la sociedad capitalista, como historia de lucha entre los burgueses y los proletarios. Sus autores, Marx y
Engels vieron en el proletariado no a la mera clase ascendente de los nuevos tiempos, sino a una clase
interesada en el conocimiento integral de la naturaleza, el hombre y la sociedad. Para ellos el servicio de la
ciencia se hizo inseparable del servicio a la clase obrera. Fueron los primeros en comprender que sólo
partiendo de las posiciones de clase obrera, se puede crear la ciencia acerca de la sociedad, convertir el
comunismo en utopía, una vez visibles los dos grandes descubrimientos: la comprensión material de la historia
y la teoría de la plusvalía.
La teoría marxista de la plusvalía supuso el esclarecimiento científico del enigma de la explotación
capitalista; quedaba al descubierto la fuente de la contradicción fundamental del capitalismo –contradicción
entre el trabajo y el capital-. Quedaba demostrada la imposibilidad de conciliar las clases antagónicas, puesto
que la burguesía vive del trabajo de la clase obrera; la primera está interesada en preservar y la segunda en
liquidar el régimen explotador, el capitalismo, que “ha hecho de la dignidad personal un simple valor de
cambio. Ha sustituido las numerosas libertades por la única y desalmada libertad de comercio”.
Existe un segundo cuaderno, “De la metafísica y el mecanicismo al materialismo dialéctico”, resumen
del proceso histórico-social de la filosofía, las ciencias naturales y sociales, base de la filosofía
marxista y su método de análisis, el materialismo dialéctico.
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