Download Plantas Medicinales Conocimiento Tradicional de la Salud

Document related concepts

Herbología wikipedia , lookup

Fitoterapia china wikipedia , lookup

Medicina china tradicional wikipedia , lookup

Cultura kallawaya wikipedia , lookup

Medicina alternativa wikipedia , lookup

Transcript
Gregorio Tabakián 1
Plantas Medicinales
Conocimiento Tradicional de la Salud
“En la medida en que los nativos cambian su modo de vida
aborigen, el conocimiento de cómo estas especies podrían ser útiles
para el bienestar humano está desapareciendo muchas veces más
rápido que los mismos árboles tropicales.” (M. J. Plotkin, 1981 en
Schultes y Raffauf, 1992)
Resumen
Pretendo con esta investigación rescatar los relatos y discursos de los actores sociales
considerados como legitimadores del uso y venta de plantas medicinales, poseedores del
conocimiento entendido como tradicional y que participan activamente en la conservación de
los saberes populares en Montevideo, Uruguay. Comprender y analizar el rol que tienen en
nuestra sociedad estos “curanderos/as”. Indagar sobre la legitimación de estos actores
sociales para la práctica de este oficio, con el objetivo de contribuir al desarrollo de políticas
públicas que contemplen el uso adecuado de las plantas medicinales en beneficio de la salud.
Relevar la importancia que
tienen las plantas medicinales en nuestra sociedad como
complementario al sistema hegemónico de salud, en los sectores de menores recursos.
Palabras Claves: Plantas Medicinales, Fitoterapia, Salud, Conocimiento tradicional,
Reglamentación.
1
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Licenciatura en Ciencias Antropológicas
IV Jornadas de Investigación y III Jornadas de Extensión
GT 32 Abordaje interdisciplinario de la salud: sistemas de creencias y sofisticación tecnológica
1.- Introducción.
Una de las experiencias humanas más tempranas ha sido el descubrir que las plantas
podían servir como alimento, como fuente de abrigo y como medicinas.
Los usos de las plantas en diferentes áreas de nuestra cultura han determinado y
conformado bases de nuestra identidad, siendo utilizadas en rituales, en la cocina, así como
adornos y en la vestimenta. Nos han sanado y lo más importante, aportado el oxígeno para la
supervivencia de nuestra especie y la vida en el planeta. Existen pruebas empíricas y
científicas que avalan los beneficios de diversas plantas medicinales en diversas afecciones
crónicas o leves. Los tratamientos con plantas medicinales, son la forma más popular de
medicina tradicional, prevaleciendo a lo largo del tiempo gracias a la transmisión oral (OMS,
2008). Esta tradición forma parte del acervo cultural de nuestra sociedad y su permanencia
en el tiempo y espacio, pueden ayudar a comprender las tradiciones de diferentes culturas
que del pasado han llegado hasta nuestro presente. Es relevante conocer si es preciso
conservar, preservar y transmitir el conocimiento sobre las plantas medicinales.
Se considera la existencia de dos grande clases de plantas medicinales: las plantas
sagradas, usadas en exclusividad por el chamán2 y aquellas conocidas y usadas por el resto
de la comunidad, en especial por las mujeres ancianas que son las que poseen mayor
conocimiento sobre plantas medicinales silvestres (SCHULTES y RAFFAUF, 1992) La plantas
consideradas sagradas, como las alucinógenas, por sus propiedades mágicas y sobrenaturales,
causaban efecto sobre el espíritu. Estas plantas eran manejadas y utilizadas por los
chamanes.
Según la Organización Mundial de la Salud, en la actualidad, 2/3 de la población de los
países con economías periféricas recurren a la medicina tradicional, siendo un sistema
complementario a la medicina alopática o científica (PAZ, 2008:172). El amplio uso de la
medicina tradicional se atribuye a su accesibilidad y asequibilidad, siendo muchas veces la
única fuente para la atención sanitaria de los pacientes de menores recursos (OMS, 20022005).
En nuestro país se recurre a diferentes alternativas para contribuir con la salud; entre
las prácticas terapéuticas se encuentran la Fitoterapia, la Medicina vegetal China y japonesa,
Medicina hindú Unani y Ayurveda, y la Medicina homeopática. (ROMERO, 2004)
Es importante diferenciar el concepto de “Medicina Complementaria y Alternativa”
del de la “Medicina Tradicional”. La primera hace referencia a un amplio grupo de prácticas
sanitarias que no forman parte de la tradición del propio país, o no están integradas al
2
Chamán: Designación utilizada en algunas culturas para referirse a los hombres que tiene el poder de
comunicarse con los dioses y curar enfermedades usando sus poderes mágicos, hierbas y productos
naturales.
1
sistema sanitario hegemónico. Mientras que la “Medicina Tradicional” refiere a los
conocimientos, habilidades y prácticas tradicionales basadas en las creencias y experiencias
indígenas, o de inmigrantes que forjaron la nueva identidad de la cultura, y son empleadas
en el mantenimiento, prevención y mejora de la salud. La Organización Mundial de la Salud
(2002-2005), define la Medicina Tradicional como:
“Prácticas, enfoques, conocimientos y creencias sanitarias diversas que incorporan medicinas
basadas en plantas, animales y/o minerales, terapias espirituales, técnicas manuales y
ejercicios aplicados de forma individual o en combinación para mantener el bienestar, además
de tratar, diagnosticar y prevenir las enfermedades”
Las prácticas de la medicina tradicional se han desarrollado dentro de las diferentes
culturas en diferentes regiones y de diferentes maneras. Por lo tanto, no se ha dado un
crecimiento paralelo de las pautas y métodos de usos de la medicina tradicional; cada cultura
conserva sus conocimientos característicos en cuanto a los usos y tradiciones empleadas en
el consumo herbal.
2.- Objetivos
Generales
Investigar los relatos y discursos de los actores sociales legitimadores del uso y venta
de plantas medicinales, poseedores del conocimiento entendido como tradicional, que
participan activamente en la conservación de los saberes populares en Montevideo, Uruguay.
Específicos
1. Explorar la fitoterapia y su vinculación al sistema hegemónico de salud.
2. Conocer la relevancia que tiene en nuestra sociedad el conocimiento de los saberes
sobre las plantas medicinales y sus efectos curativos.
3. Indagar sobre cuáles son los espacios de legitimación en relación al uso y venta de las
plantas medicinales en Montevideo.
4. Contribuir con el diseño de políticas públicas que permitan integrar el conocimiento
sobre el uso y prácticas referida a las plantas medicinales, para legitimar sus aportes
y valorar su legado.
5. Analizar la reglamentación vigente en lo que respecta a la venta de hierbas
medicinales, observando si es necesario su actualización.
2
Preguntas que busca responder la investigación:
•
¿Cómo se va conformando la fitoterapia como agente de salud?
•
¿Es importante ayudar a establecer políticas gubernamentales para la toma de
acciones públicas?
•
¿Debería incorporarse al sistema hegemónico de salud el conocimiento sobre
uso de plantas medicinales?
•
¿Existe la necesidad en nuestra sociedad de incorporar las plantas medicinales
en el ámbito sanitario?
3.- Metodología:
Se realizó hasta el momento una revisión bibliográfica exhaustiva del material
publicado sobre el tema, así como de las reglamentaciones oficiales publicadas.
Asimismo, se utilizan datos aportados de entrevistas realizadas a los actores sociales
vinculados al uso y venta de plantas medicinales. Se toma especial referencia a una actora
social, donde su trayectoria en nuestra sociedad, desempeñando tareas en el Estado; así
como sus conocimientos, su legado generacional y experiencias formadas junto a Atilio
Lombardo legitiman su saber.
Este proyecto se basa en el análisis de discursos por lo que el diseño de la
investigación será de carácter cualitativo, exploratorio y descriptivo. Exploratorio porque el
objetivo es profundizar y destacar los aspectos fundamentales sobre la transmisión de éstos
saberes y abrir la posibilidad para futuras investigaciones. A través de la descripción de
personas y procesos se busca conocer las situaciones, costumbres, actitudes predominantes y
singularidades de estos actores sociales.
Durante todo el proceso se contemplarán los aspectos éticos y se utilizará el
consentimiento informado.
3
4.1.- Desarrollo histórico de la Medicina Tradicional
Los conocimientos sobre el uso de las plantas medicinales datan desde los orígenes del
hombre, en la prehistoria. En la Edad Media y el Renacimiento se comienza a catalogar las
plantas medicinales según sus acciones terapéuticas.
En América, mayas y aztecas poseían un gran conocimiento sobre las plantas. Hacia
1515, el cronista oficial Gonzalo Fernández de Oviedo fue el primero en documentar y
realizar un capítulo de plantas medicinales. Describiendo minuciosamente las plantas,
acompañadas de dibujos, señalando las propiedades curativas y el modo de preparación de la
medicación (SCHIAFFINO, 1927:111).
Entre otras de las referencias más antiguas sobre el uso de plantas con fines
terapéuticos se encuentra el “Códice Florentino”: una recopilación llevada a cabo por Fray
Bernardino de Sahagún entre 1548-1585, en el que se cita el uso de más de 700 plantas de
uso medicinal.
Nicolás Monardes (1493-1588) conocido como “el padre del Herborismo Americano”
(Ibíd. 1927:114), fue durante la dominación española, el maestro obligado de quienes se
ocuparon de las hierbas medicinales, ocupando en la historia herbolaria un lugar distinguido
en la historia herbolaria americana.
En nuestra región, los Guaraníes, Charrúas, y otras tribus autóctonas poseían un gran
conocimiento de la herboristería; el cual fue documentado por diferentes cronistas de la
época. Los “médicos indígenas” estaban avezados en el empleo de las hierbas con fines
terapéuticos y los ritos, referidos en rimas, eran transmitidos entre los hijos de los caciques.
“El bagaje de conocimiento y ritos del arte se trasmitían entre todas las razas por la tradición
oral [...] que los habían heredado de sus antepasados” (SCHIAFFINO, 1927:239-240). Resulta
difícil precisar las especies que hacen referencia los autores de la medicina misionera de la
campaña en la época colonial
en sus crónicas y relatos.
“[…] sin más datos que la
desinencias en el lenguaje vulgar de la época y aunque generalmente vienen acompañado con
los nombres en guaraní, la diversidad de plantas con que los indios, con frecuencia,
designaban con un mismo nombre, no permite, tampoco, llegar a muy seguras conclusiones”
(Ibíd., 1927:454)
La obra del
hermano Pedro Montenegro (1663-1728), referida a las plantas
medicinales de las Misiones, fue una de las más relevantes de la época en nuestras tierras.
Es considerado un referente en el tema, cuyo legado fue de gran importancia para las
siguientes generaciones de misioneros, con sus descripciones sobre los usos de plantas y
gráficos de índole botánico. Schiaffino (1927:508), hace referencia a la importancia de su
obra al escribir:
“[…] en todo lo pertinente a plantas medicinales ninguna otra se le alcanza, Montenegro es el
maestro, y se siente en todos las influencias decisivas de su superioridad.
4
Más aún, han pasado ya dos siglos largos de realizada su obra; con ellos el progreso
extraordinario de las ciencias ha penetrado en estas regiones; la civilización ha llevado los
conocimientos al alcance de todos; ciudades y pueblos han llenado los campos por donde los
indios vagaban; y si en todas las manifestaciones de la actividad, las nuevas repúblicas han
señalado sus progresos, quedan aún las proposiciones de Montenegro esperando que los sabios
busquen en los laboratorios el juicio critico de las premisas sentadas por el empirismo de los
Misioneros. Algunos trabajos aislados se han esbozado en ese sentido y acaso la escasa
publicidad de su obra haya impedido que los estudiosos se dirijan por ese camino lleno de
incógnitas interesantes para despejar.”
El Doctor Ildefonso Pereda Valdés, profesor de la Universidad de la República y
miembro de varias sociedades científicas extranjeras, dedicó su estudio a la medicina popular
y el folklore mágico del Uruguay. Sus investigaciones se han centrado fundamentalmente en
las tradiciones de nuestra cultura. Hacia los años ´40, publica “Medicina Popular y Folklore
Mágico del Uruguay” en la que realiza un detallado análisis del uso de plantas a lo largo de
nuestra historia.
4.2.- Medicina Tradicional en Uruguay
El uso de plantas con fines medicinales ha sido estudiado por varios autores en nuestro
país, provenientes de diferentes ámbitos de nuestra sociedad, entre los cuales cabe citar a
Atilio lombardo, Rafael Schiaffino, Dámaso Antonio Larrañaga, Idelfonso Pereda, Marión
Aguilera, Eduardo Alonso, Julio Muñoz. Estos son tan sólo algunos de los tantos investigadores
interesados en el campo de la fitoterapia que han contribuido con su invalorable aporte al
conocimiento actual sobre el tema.
En la historia de nuestro país, el sistema de salud se ha ido estructurando en base a
diferentes incorporaciones en relación a las diversas prácticas de la medicina. Hacia el siglo
XIX el saber científico académico se enfrentaba con los saberes populares de origen indígena,
español, portugués e italiano. A pesar de ello, en esos tiempos había curanderos en todas las
clases sociales y en todas las regiones de nuestro país (BARRÁN, 1992:11-34). La familia era el
ámbito natural donde se trataba la enfermedad, siendo la mujer la depositaria del saber
popular, de las recetas transmitidas de generación en generación; “su medicina era más
barata que la del médico y aún que la del curandero y a veces hasta eficaz” (Ibid, 1992:36)
Entre 1900 y 1930, la sociedad uruguaya se medicalizó monopolizando el tratamiento
de la enfermedad; siendo la clase alta, niños y mujeres los primeros en ser objeto del
sistema médico. La necesidad de formar médicos para evitar “el curanderismo de mala ley”
(BARRÁN, 1992:30) incitó el poder médico que emanaba del saber académico y de la ciencia,
al que Barrán lo describe como “la forma cultural que asumió la verdad” (Ibid.1992:77).
Hacia 1930 el médico era una figura clave en cualquier familia uruguaya. El endiosamiento
5
colectivo acunó el nacimiento de “la clase médica”, sustituyendo la consulta de otros
agentes
proveedores
de
terapéuticas
“alternativas”.
Se
consideraba
ilegal
curar
enfermedades utilizando cualquier otro método que no fuera la ciencia (Ibid. 1992:186).
“Todo valía con tal de imponer la Razón frente a los restos “bárbaros” de la cultura popular”
(Ibid.1992:185) “Este poder fue el saber, y el único saber legítimo de su época: el científico”
(Ibid.1992: 197)
El Estado, a través de la medicalización enfrentó al conocimiento popular, opacando,
ocultando, deslegitimando y privando a la sociedad, entre otros recursos, del conocimiento
tradicional herbal:
“El Estado apoyó permanentemente y en casi todas sus pretensiones a “la clase médica”
porque su saber representaba a la cultura científica ante la “ignorancia” popular, porque su
poder era a menudo un agente eficaz del gobierno central en el interior, y porque ambos,
saber y poder, tenían una función disciplinante clave en la construcción del hombre que el
orden establecido requería” (BARRAN, 1992:173)
La salud es objeto de una verdadera lucha política, donde la medicina se impone al
individuo, enfermo o no, como acto de autoridad. En la actualidad, la salud, que debería ser
un derecho igual para todos pasa por un engranaje de intereses económicos, que lo convierte
en desigual; con diferente accesibilidad según el estrato social. Los que realmente obtienen
el mayor lucro de la salud son las grandes empresas farmacéuticas. “En efecto, la industria
farmacéutica está sostenida por el financiamiento colectivo de la salud y la enfermedad, por
mediación de las instituciones del seguro social que obtienen fondos de las personas que
obligatoriamente deben protegerse contra las enfermedades” (Foucault, 1976:160)
En “La crisis de la medicina o la crisis de la antimedicina”, Foucault plantea que el
problema que en estos tiempo aqueja a la ciencia de la salud, son consecuencia de los
avances tecnológico. Estos cambios significaron al mismo tiempo un progreso capital en la
lucha contra las enfermedades, pero a la misma vez, un nuevo funcionamiento económico y
político en el campo de la medicina. Es así como la salud pasó a convertirse en objeto de
consumo, producido por los laboratorios farmacéuticos y los médicos, y consumida por otros:
los enfermos “posibles y reales”, adquiriendo importancia económica e introduciéndose como
un objeto en el mercado de la economía mundial.
“El no saber ya ha dejado de ser peligroso y el peligro radica en el propio saber. El saber es
peligroso, no solo por sus consecuencias inmediatas a nivel del individuo o de grupos de
individuos, sino a nivel de la propia historia. Esto constituye una de las características
fundamentales de la crisis actual” (Foucault 1976:160)
6
4.3.- Medicina Tradicional y Política Social
En Uruguay, el programa de “Antropología y Salud”, desde el año 1993 está
trabajando en la demanda actual de este tipo de terapias, así como las transformaciones que
viene enfrentando el campo de la salud, tratando de comprender el auge de la actual oferta
y demanda de terapias y/o prácticas medicinales llamadas “tradicionales” y “alternativas”.
Este programa abarca las diferentes prácticas de atención/enfermedad en las nuevas
condiciones socioculturales del contexto que enfrenta la hegemonía médica. Se discute la
exclusividad de la medicina oficial en relación con prácticas que se denominan, no siempre
acertadamente, como alternativas.3 Hacia principios de los años 90´ se hablaba de una
“revolución cultural en el campo de la salud”4, en referencia a cambios que se han
confirmado luego de una década de estudios que demostraron la diversificación en el campo
de la salud. Puede que el término revolución sea un poco extremista, ya que implicaría un
cambio radical en la sociedad, pero no hay duda de que se ha abierto un nuevo horizonte, en
cuanto a la posibilidad de tener la libertad de optar por otras alternativas a la hora de
recurrir a la medicina.
Algunos de los resultados alcanzados en el año 2004 por el programa de Antropología y
Salud, determinan la importancia y revalorización que han tenido lugar las nuevas prácticas
naturales y populares, como la farmacopea natural y autóctona. Es importante destacar un
mayor interés y apertura por parte de la salud oficial a estos nuevos tratamientos; así como
la relevancia del rol de la mujer en estas disciplinas, que desde los orígenes, han sido las
portadoras y transmisoras del conocimiento popular. La búsqueda del apoyo en las
tradiciones, concepciones y técnicas de vertientes culturales diferentes que hoy son
componentes del sistema de salud “forman parte de un movimiento cultural global de amplio
espectro y que descubre o redescubre antiguas tradiciones que trabajan a partir de la
convicción de que existen zonas bio-psíquicas que escapan a las intervenciones de la ciencia
positiva, zonas del “self” donde es posible una manipulación eficaz, sin ser necesariamente
mágica” (ROMERO, 2005:115)
Sería relevante la legitimación de la Fitoterapia, que forma parte de la esencia de la
Medicina Tradicional, desde un nivel académico; a través del aporte de las investigaciones
científicas que le otorguen una base racional. No cabe duda que es de vital importancia para
el hombre continuar transmitiendo este legado milenario de la influencia de las plantas sobre
el ser humano. En estos tiempos, resulta relevante plantear la fitoterapia como
complementaria al cuidado y promoción de la salud. ¿Existe la necesidad en determinados
sectores de nuestra sociedad incorporar las plantas medicinales en el ámbito sanitario? ¿Es
3
Romero Gorski, Sonnia. “La diversidad en el campo de la salud”. En: Romero Gorski, Sonnia (Comp.).
“Anuario: antropología Social y Cultural en Uruguay 2004-2005”. pp.111-112.
4
Romero, ob. cit. p.115.
7
importante establecer políticas gubernamentales, enfocadas en un estudio transversal, para
la toma de acciones públicas?
“En términos relativos, son pocos los países que han desarrollado una política sobre Medicina
Tradicional y/o Medicina Complementaria y Alternativa, sólo 25 de los 191 estados miembro de
la OMS. Aun así, dicha política ofrece una base sólida para definir el papel de la Medicina
Tradicional/Medicina Complementaria y Alternativa en el aporte sanitario nacional, asegurando
que se crean los mecanismos normativos y legales necesarios para promover y mantener una
buena práctica, que el acceso sea equitativo, y se asegure la autenticidad, la seguridad y la
eficacia de las terapias. También puede ayudar a asegurar una provisión suficiente de recursos
económicos para la investigación, educación y formación” (OMS, ob. cit. p.4)
A partir de 2005 Uruguay comenzó un proceso de reforma de la salud, cuyo
objetivo principal es el acceso universal de la población a una atención integral. Según
el Ministerio de Salud Pública, en su dossier sobre la Atención Primaria de la Salud
plantea que actualmente nos enfrentamos a cambios profundos en las necesidades y
demandas de la población como consecuencia de alteraciones en la estructura
demográfica y epidemiológica, así como del avance en los conocimientos científicos,
las innovaciones tecnológicas, el progreso en la investigación biomédica y en el área de
las ciencias sociales. Las enfermedades, muchas veces inducidas por actitudes y
comportamientos devenidos por el estrés y el rigor de los tiempos actuales; van en
aumento. Los servicios de salud enfrentan el desafío de dar respuestas a esos cambios
profundos de las necesidades y las demandas de la población. Ello obliga a introducir
cambios en las estrategias y programas a implementar y en las formas de gestión de los
servicios. En este marco, la Atención Primaria en Salud (APS) presta atención integral,
integrada y apropiada a lo largo del tiempo, poniendo énfasis en la prevención y
promoción de la salud, a la vez garantizando el primer contacto del usuario con el
sistema de salud. En lo que atañe a esta área de investigación, a nivel nacional, no se
encuentran proyectos en relación a la incorporación de las plantas medicinales a la
Atención Primaria de Salud.
En la República Argentina, luego de la comunicación mantenida con el Dr. Jorge
Alonso de la Asociación Argentina de Fitomedicina, se constató que en la Provincia de
Misiones actualmente está vigente una propuesta que posibilitó la implementación de una
Política Nacional de Medicamentos Fitoterápicos en la Atención Primaria de Salud. Asimismo,
existe un anteproyecto ya firmado por la Comisión de Salud de Diputados para que las plantas
puedan ser incorporadas en toda la Republica Argentina en APS.
En nuestro país, hasta el año 2005, no se han desarrollado políticas sobre Medicina
Tradicional y/o Medicina Complementaria y Alternativa. Sólo en la década del ´50, la
ordenanza N° 445, (del 11 de junio de 1957), el Ministerio de Salud Pública reglamentó la
8
venta de plantas medicinales. Esta controla y regula cerca de 200 plantas consideradas
buenas para la salud humana, incluyendo a su vez, las consideradas tóxicas. Existe un
desajuste entre plantas que ya no se comercializan y otras que no figuran pero a pesar de
ello, se venden. La venta ambulante de plantas medicinales está prohibida, siendo las
herboristerías los lugares habilitados para dicho fin. Es poca la información que se conoce o
es revelada a la sociedad, protegida por los intereses económicos de la industria
farmacéutica,
en relación a los efectos químicos y farmacológicos de las plantas
medicinales.
En la actualidad, a nivel nacional e internacional, diferentes organizaciones
nacionales y regionales se encargan de relevar la información proveniente de las zonas
rurales. La Red de Plantas Medicinales de América del Sur tiene como fin promover el uso
sustentable, la conservación y la investigación aplicada a la flora medicinal. La Red está
integrada por instituciones sin fines de lucro, ONGs, investigadores, centros de investigación,
universidades, etc. que se encuentran en los territorios que integran la red. Los países
integrantes son: Argentina, Brasil, Chile y Uruguay. La necesidad de intercambio regional se
manifiesta cuando se organiza el Taller Regional de Plantas Medicinales en Uruguay junto con
el Jardín Botánico de Montevideo, Facultad de Química y Facultad de Medicina. Sin embargo
recién en 1998 se da el primer encuentro regional. Los desafíos fueron desarrollar
investigaciones con metodologías participativas sobre el uso popular de plantas medicinales,
y a partir de la práctica, cotejarlos con el conocimiento científico.5
En el mes de julio del presente año se celebró en Curitiba, Brasil, el IX RAM
-Congreso de Antropología-, donde se expusieron los trabajos de diferentes investigadores
bajo la forma de tesis de maestría y doctorado basados en estos temas en relación a la
antropología de cada región. Las temáticas fueron variadas y en particular el grupo
“Xamanismos contemporâneos e seus desdobramentos”, abordó el área del conocimiento
tradicional sobre las plantas medicinales. Para citar, algunos de los trabajos presentados,
relacionados al tema de mi investigación,
herbolarios,
curanderos,
médicos
fueron los de: “¿Chamanes, taitas, sabedores,
indígenas?
Médicos
alternativos”
(Uribe,
Carlos);
“Xamanismo- ¿magia, religiâo, terapia ou ciencia (modo de conhecimiento)? ¿Para “nόs” ou
para “eles”? (Ressel, Henrique); “Aliança das Medicinas: redes xamânicas contemporâneas no
Brasil”(Santana de Rose, Isabel y Langdon, Esther Jean); “Dilemas alrededor del consuma
ritual del yajé (ayahuasca) en Colombia”, (Caicedo, Alhena),entre otros.
5
Red de Plantas Medicinales de América del Sur. (2005).
9
5- Consideraciones finales:
Es importante destacar la importancia que tienen las plantas para el hombre,
despertando el interés en la conservación y preservación de la flora autóctona, motivando el
reencuentro del hombre con su medio ambiente.
Es relevante promover la difusión de esta tradición milenaria, transmitida de
generación en generación; cooperando a la perpetuidad en el tiempo y el espacio de esta
práctica en nuestra sociedad. Establecer el valor que tienen en nuestra cultura la
importancia del conocimiento tradicional de las plantas medicinales, ayudando a mirar hacia
nuestro entorno natural; encontrando en él, las herramientas, en este caso las medicinales
para la sanación del cuerpo físico, mental o emocional.
Reivindicar en la sociedad el lugar de los “curanderos/as” y el valor cultural de
quienes cuentan con el conocimiento tradicional fitoterapéutico, mediante manifestaciones
que legitimen sus saberes.
En los espacios sociales de menores ingresos y con mayores necesidades de recursos,
estos saberes tradicionales pueden ser de vital importancia para la prevención y
mantenimiento de la salud. Aprovechando al máximo el entorno natural para la reproducción,
cuidado y utilización correcta de las plantas; como alternativa a los elevados costos de la
medicina científica.
La práctica del uso de las plantas medicinales está ligada a la historia de nuestra
cultura. Actualizar la reglamentación y la conformación de un tribunal de ética como
garantía de legitimidad y autenticidad frente a posibles charlatanes permite el
reconocimiento de la tradición herbolaria como patrimonio intangible de nuestra sociedad.
“El patrimonio inmaterial se relaciona con los sistemas de conocimiento y de transmisión que las
sociedades ponen en funcionamiento a partir de expresiones específicas, de tal forma que constituye
una de las maneras como la gente se vincula con su historia.” (CAICEDO, 2010:74)
Sin duda, que este será tan solo el primer paso para futuras investigaciones que
ahonden en la temática, buscando como finalidad integrar la fitoterapia al sistema de salud.
Relevar información que permita al sistema de salud incorporar la práctica de la fitoterapia
como complementaria a la medicina hegemónica, con objetivos benéficos meramente
sociales.
Bibliografía:
ALONSO Paz, Eduardo; Bassagoda, Maria Julia; Ferreira, Fernando. “YUYOS. Uso
racional de las plantas medicinales”. Fin de Siglo, Montevideo, Uruguay, 2008.
10
BARRAN, José Pedro. “Medicina y sociedad en el Uruguay del Novecientos. El poder de
curar” Tomo I. Ediciones de la Banda Oriental. Montevideo, Uruguay. 1992.
CABRERA, Ángel L.; Willink, Abraham. [1973]. “Biogeografía de América Latina”. OEA,
Programa Regional de Desarrollo Científico y Tecnológico. Serie de Biología. Monografía. N°
13. Washington DC, Estados Unidos, 1980.
CAICEDO FERNANDEZ, Alhena. “EL USO RITUAL DE YAJÉ: patrimonialización y consumo
en
debate”
Revista
Colombiana
de
Antropología
[en
línea]
2010,
Vol.
46.
En
[http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/1050/105015237003.pdf] Acceso 20 de julio 2011
CUNNINGHAM, Anthony B. “Etnobotánica aplicada. Pueblos, usos de plantas silvestres
y conservación”. Editorial Nordan-Comunidad, Montevideo, Uruguay, 2001.
Organización Mundial de la Salud. “Estrategias de la OMS sobre medicina tradicional
2002-2005”. En [http://whqlibdoc.who.int/hq/2002/WHO_EDM_TRM_2002.1_spa.pdf] Acceso
25 de junio de 2011.
Organización Mundial de la Salud. “Medicina Tradicional”. En
[http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs134/es/] Acceso 23 de junio de 2011.
PEREDA VALDÉS, Ildefonso. “Medicina Popular y Folklore Mágico del Uruguay”,
Talleres gráficos Galien, Montevideo, Uruguay, 1943.
Red de Plantas Medicinales de América del Sur, Centro Internacional de
Investigaciones para el Desarrollo (CIID-IDRC). “PLANTAS MEDICINALES DE AMÉRICA DEL SUR:
Dialogo de Saberes para la Sustentabilidad”, Artes Gráficas S.A., Montevideo, Uruguay. 2005.
ROMERO GORSKI, Sonnia. “La diversidad en el campo de la salud”. En: Romero Gorski,
Sonnia (Comp.). “Anuario: antropología Social y Cultural en Uruguay 2004-2005”.
Departamento de antropología Social, FHCE, UdelaR. Editorial Nordan-Comunidad.
Montevideo, Uruguay, 2005.
SCHIAFFINO, Rafael. “Historia de la Medicina en el Uruguay”. Tomo I. Talleres de la
Imprenta Nacional, Montevideo, Uruguay. 1927.
SCHULTES, Richard Evans; RAFFAUF, Robert F. [1992]. “El bejuco del alma: los
médicos tradicionales de la Amazonia colombiana, sus plantas y rituales”, El ancora editores,
Bogotá, Colombia, 2004.
WALSER, H.H.; KOELBING H.M. [1971]. “Medicina y Antropología Social. Estudios
Varios” Akal Editor, Madrid, España. 1985.
11