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Módulo 3 Complicaciones de los estomas Autores: Dr. Mario de Miguel Velasco Board Europeo en Coloprotología (EBSQC). Jefe de la Unidad de Cirugía Colorrectal y Proctología. Área de Cirugía. Complejo Hospitalario de Navarra. Pamplona. Dr. Fernando Jiménez Escovar Board Europeo de Coloproctología (EBSQC). Facultativo Especialista de Área. Unidad de Coloproctología. Hospital Clínico San Carlos. Madrid. Dr. Alberto Parajó Calvo Facultativo Especialista de Área. Unidad de Coloproctología. Servicio de Cirugía General y Digestiva. Complejo Hospitalario Universitario de Ourense. Ourense. ABACO 4 · Módulo 3 ÍNDICE 1. Introducción 1.1. Clasificación 1.2. Prevalencia 2. Complicaciones precoces 2.1. Infección/absceso 2.2. Dehiscencia de la unión mucocutánea 2.3. Sangrado 2.4. Necrosis 2.5. Hundimiento 2.6. Alteraciones cutáneas 2.7. Alteraciones hidroelectrolíticas 2.8. Obstrucción intestinal 3. Complicaciones tardías 3.1. Estenosis 3.2. Prolapso 3.3. Hernia paraestomal 3.4. Malposición 3.5. Complicaciones cutáneas Complicaciones de los estomas 4. Prevención de las complicaciones 4.1. Fase preoperatoria: ¿Dónde ubicar el estoma? 4.2. Fase intraoperatoria: ¿Cómo realizar el estoma? 4.3. Fase postoperatoria: Papel de la estomaterapia 5. Resumen 6. Bibliografía 1. INTRODUCCIÓN La creación de un estoma intestinal forma parte del manejo quirúrgico de las enfermedades graves que afectan al tracto gastrointestinal, como las neoplasias o la enfermedad inflamatoria intestinal. Los estomas de evacuación que se realizan habitualmente son las ileostomías y las colostomías, y pueden ser temporales o definitivos. La realización de un estoma conlleva una serie de cambios físicos y psíquicos en el paciente, que van a influir en su percepción sobre su calidad de vida. Además se asocia con una elevada tasa de complicaciones, que también impactan en la calidad de vida del paciente y suponen un mayor coste económico para el sistema sanitario. Por tanto, dadas las consecuencias metabólicas, mecánicas y psicosociales que este acto quirúrgico conlleva, el cirujano debe ser consciente de la importancia de su correcta realización y dedicarle la máxima atención. 1.1. Clasificación Las complicaciones de los estomas se clasifican, en relación con el momento de su aparición, en dos grupos: precoces o tempranas, si se producen en el postoperatorio inmediato (menos de un mes) y tardías1, si lo hacen posteriormente (Tabla 3.1). Tabla 3.1. Clasificación de las complicaciones de los estomas. Complicaciones precoces Complicaciones tardías Infección/Absceso Estenosis Dehiscencia mucocutánea Prolapso Sangrado Hernia paraestomal Necrosis Malposición Hundimiento/Retracción Cutáneas Cutáneas Alteraciones hidroelectrolíticas Obstrucción intestinal 4 Módulo 3. Complicaciones de los estomas 1.2. Prevalencia De una manera global, se puede considerar que al menos la mitad de los pacientes portadores de un estoma intestinal van a tener complicaciones, aunque hay estudios que describen hasta un 70-80% de los pacientes afectados con una o más complicaciones1-25 o incluso hasta un 96% durante las tres semanas siguientes a la cirugía26. Este amplio rango indica la dificultad que existe para precisar cuál es la incidencia global real de las complicaciones. La tasa varía según los autores y los diferentes tipos de complicaciones (Tablas 3.2 y 3.3), debido principalmente a la existencia de diversos factores como son la diferente duración del seguimiento en los estudios, la distinta definición de las complicaciones, el tipo de estoma, el tipo de cirugía realizada (urgente o diferida) y la patología de base2. Tabla 3.2. Incidencia global de las complicaciones de los estomas digestivos. Autor principal (referencia) Año n Pearl (22) 1985 610 % de complicaciones 25,9 Porter (25) 1989 126 44,0 * Unti (19) 1991 229 13,1 Londono-Schimmer (23) 1994 203 51,2 * Park (15) 1999 1616 34,0 Saghir (14) 2001 121 67,5 Kairaluoma (13) 2002 349 12,0 ** Arumugam (10) 2003 97 50,5 Mahjoubi (9) 2005 330 69,4 * Robertson (10) 2005 408 23,5 Mala (7) 2008 72 27,0 Nastro (4) 2010 1216 46,4 Parmar (5) 2011 192 27,1 *Sólo colostomías **Sólo estomas temporales 5 Tabla 3.3. Incidencia de los diferentes tipos de complicaciones de los estomas digestivos. Complicaciones precoces Infección/absceso Complicaciones tardías 2 - 15 % Estenosis 2 - 15 % Dehiscencia mucocutanea 7 - 25 % Prolapso 2 - 25 % Sangrado 2-3% Hernia paraestomal 0 - 52 % Necrosis 1 - 34 % Malposición 8 - 43 % Hundimiento/Retracción 3 - 35 % Cutáneas 12 - 43 % Cutáneas 6 - 42 % Alteraciones hidroelectrolíticas 20 - 29 % Obstrucción intestinal 2-7% El riesgo de complicaciones de un estoma puede estar relacionado con una serie de factores como son la edad, la enfermedad inflamatoria intestinal, el índice de masa corporal, la comorbilidad musculo-esquelética, la diabetes, el riesgo anestésico ASA, la falta de cuidados preoperatorios por parte de una enfermera estomaterapeuta1, 5,12,5,17,24,26-35 o la cirugía de urgencia5,28. Si bien en pacientes con enfermedad de Crohn el riesgo acumulado de complicaciones de los estomas es más elevado que en los que tienen colitis ulcerosa (36,8 vs. 17,4%) 36, las reintervenciones tras la creación del estoma en estos pacientes se relacionan más con la propia actividad inflamatoria que con las complicaciones del estoma37, 38. No obstante, es fundamental considerar que muchas de las complicaciones de los estomas están relacionadas con la técnica quirúrgica utilizada y, por lo tanto, son susceptibles de prevención20-22,39. 2. COMPLICACIONES PRECOCES Las complicaciones precoces de los estomas representan entre el 39-82% de todas las complicaciones de los estomas15, 24, 40. Suponen un aumento de la estancia hospitalaria y de los cuidados en atención primaria, lo que incrementa los costes tanto económicos como psicológicos. 6 Módulo 3. Complicaciones de los estomas Pueden ser graves, siendo necesaria la realización de una reintervención en el 7% de los casos, y presentan una mortalidad que oscila entre el 0,6 y el 8%1, 7, 8, 23, 28-30, 39, 40. Suelen aparecer de forma aislada, pero es relativamente frecuente la asociación de dos o más complicaciones en el mismo paciente. 2.1. Infección/absceso La infección o el abceso son complicaciones infrecuentes, con una incidencia que está entre el 2-14,8%15, 22, 40. Se manifiestan por dolor en la zona periestomal, inflamación, supuración y fiebre. Pueden ser consecuencia de la infección de un hematoma o un granuloma de la sutura, o de la contaminación del lecho quirúrgico cuando se revisa o se reconstruye un estoma en el mismo lugar (Figura 3.1). La infección con fistulización puede ser debida a la realización de suturas seromusculares muy profundas que penetran hasta la luz intestinal. Figura 3.1. Infección periestomal en una colostomía terminal. A) Dehiscencia casi completa de la unión mucocutánea. B) Dehiscencia parcial de la unión mucocutánea. El tratamiento incluye antibioterapia, curas locales (Figura 3.2) y, si hay un absceso, un drenaje quirúrgico. La incisión debe realizarse en la unión mucocutánea o en la piel que queda fuera de la zona de aplicación de la bolsa colectora, de modo que el drenaje 7 Figura 3.2. Curas locales de una infección periestomal (A) y resultado final de éstas (B). empleado se dejará dentro de la propia bolsa en el primer caso o en la piel, fuera de la bolsa, en el segundo caso. Tras el drenaje espontáneo o quirúrgico de un absceso, puede desarrollarse una fístula periostomal, sobre todo en los pacientes con enfermedad de Crohn36. La mayoría de las fístulas superficiales cicatrizan espontáneamente, pero las fístulas persistentes más profundas requieren habitualmente de la resección y reconstrucción del estoma, con translocación del mismo para evitar la infección presente en el lecho quirúrgico primario40, 41. 2.2. Dehiscencia de la unión mucocutánea Dehiscencia de la unión mucocutánea puede ocurrir por una tensión excesiva, porque el orificio de la piel es demasiado grande en relación al intestino exteriorizado o como consecuencia de una infección superficial. En un estudio se ha observado una mayor incidencia de dehiscencias con la utilización de una sutura multifilamento trenzada y una menor incidencia con la utilización de una sutura monofilamento42. La dehiscencia puede estar limitada a un sector (Figura 3.3) o puede ser total, lo que a largo plazo es un factor que predispone a la estenosis del estoma40, 41. 8 Módulo 3. Complicaciones de los estomas Los cuidados por parte de la enfermería estomaterapeuta son esenciales para mantener limpio el espacio subcutáneo entre el estoma y la piel, rellenando la zona con diferentes productos absorbentes pasta o polvo según la profundidad de la misma− hasta que la nueva unión mucocutánea se cierre por segunda intención (Figura 3.4). En los casos más complejos se han empleado ocasionalmente curas asistidas con vacío (VAC®) 43. Figura 3.3. Dehiscencia mucocutánea secundaria a una necrosis distal de una colostomía terminal. Figura 3.4. Cura local con pasta de una dehiscencia mucocutánea en una colostomía terminal (A y B). 2.3. Sangrado El sangrado procedente de la zona periostomal o del propio intestino se presenta en el 2-3% de los estomas39. Puede deberse a la lesión de un vaso submucoso o subcutáneo o a una ulceración en la mucosa del estoma. El sangrado debido al roce de la mucosa intestinal friable es más frecuente y suele ser poco cuantioso. 9 La hemorragia se manifiesta por la salida de sangre roja al interior de la bolsa. Si el sangrado es al exterior, el diagnóstico se hace por observación directa; si se produce en la pared abdominal periestomal, puede sospecharse por el abultamiento de la zona y se diagnostica por palpación, pudiendo ser de ayuda la realización de una ecografía de partes blandas39, 44. El tratamiento depende del origen y la intensidad del sangrado. Si la hemorragia es enterocutánea, puede resolverse con compresión, aplicando compresas con suero frío o empapadas con adrenalina. Si hay un vaso sangrante, se hace hemostasia local con una sutura reabsorbible. En caso de hematoma, puede ser necesaria la revisión quirúrgica para evacuarlo y hacer hemostasia, evitando comprometer la viabilidad del estoma. Como en otras complicaciones de los estomas, es fundamental la prevención, realizando una buena hemostasia en el acto quirúrgico, tanto en la pared muscular y el orificio del estoma como en el intestino exteriorizado. 2.4. Necrosis La necrosis es la complicación del estoma más grave durante el postoperatorio. Las causas más frecuentes son la tensión del mesenterio y la desvascularización del asa cuando se realiza el estoma16. Es más frecuente en pacientes obesos, con mesos cortos, y en la cirugía urgente10, 35. La incidencia es mayor en las colostomías (1-10%), sobre todo en la sigmoidea terminal, que en las ileostomías (menor de 5%) y probablemente está relacionada con la ligadura arterial y la insuficiencia de la circulación colateral1, 12, 23, 26, 41. Para prevenir esta complicación, es útil completar la sección del mesocolon y una preparación adecuada del asa, dando tiempo a que se delimite la zona de isquemia antes de seccionar y exteriorizar un estoma terminal. Además, ha de adecuarse la abertura de la fascia al grosor del meso, para evitar su compresión, y no dejar nunca el estoma a tensión o con una viabilidad cuestionable40. Clínicamente, el estoma adquiere una coloración granate oscura o negra (Figuras 3.5 y 3.6) generalmente en las primeras 24 horas tras la intervención. Cuando esto sucede, la 10 Módulo 3. Complicaciones de los estomas Figura 33.5. Fi 5 N Necrosis i dde una colostomía l í sigmoidea terminal. Figura 33.6. Fi 6 N Necrosis i dde una ilileostomía í terminal. i l prioridad es confirmar la extensión proximal de la isquemia. Si se sospecha una necrosis que se limita a la mucosa, generalmente asociada a una congestión venosa grave, es posible demostrar la existencia del sangrado arterial de la pared muscular del intestino mediante una maniobra de punción con una aguja; en esta circunstancia, cabe esperar la resolución espontánea y la reepitelización del estoma41. La actitud terapéutica varía según la extensión de la necrosis. Si esta sólo afecta de forma superficial al extremo del asa, y siempre que esté limitada por encima de la fascia, puede adoptarse una actitud conservadora hasta que se forme secundariamente una nueva unión mucocutánea. Si posteriormente se produce estenosis u otra complicación, se puede reconstruir el estoma de forma electiva. Sin embargo, cuando la necrosis se extiende en profundidad bajo los planos miofasciales y el peritoneo, está indicada la reoperación inmediata para resección y reconstrucción del estoma10, 16, 41. 2.5. Hundimiento El hundimiento o retracción del estoma ocurre cuando el extremo del estoma se sitúa bajo la superficie de la piel −a 0,5 cm o más− durante las 6 primeras semanas12 (Figuras 3.7, 3.8 y 3.9). Su incidencia es variable; en una revisión sistemática se describe entre el 1-6% en las colostomías y entre el 3-17% en las ileostomías16. 11 Figura 3.7. Hundimiento de una colostomía terminal secundaria a una infección periestomal con dehiscencia Figura 3.8. Hundimiento de una ileostomía terminal con grave infección periestomal. La causa más común es la tensión en el intestino. Es más frecuente en los pacientes obesos, por la combinación de la existencia de mesos gruesos y cortos y un mayor espesor del tejido celular subcutáneo. La isquemia distal del estoma que se trata de forma conservadora también puede conllevar el hundimiento. El hundimiento completo con desprendimiento mucocutáneo puede Figura 3.9. Retracción de la ileostomía. provocar una contaminación subcutánea simplemente o una contaminación subfascial con peritonitis y una sepsis que obliga a reintervenir al paciente de forma urgente. Lo más frecuente es que se produzca la retracción sin dehiscencia mucocutánea completa41, con una umbilicación del estoma. En estos casos, el problema principal es lograr el sellado del dispositivo sobre la pared abdominal, que si no se consigue provoca el escape de las heces, el despegamiento de la bolsa y una dermatitis irritativa. 12 Módulo 3. Complicaciones de los estomas El tratamiento en los casos leves es conservador (Figura 3.10). Si el hundimiento es importante, puede ser necesario revisar el estoma. Si la mucosa es viable y no hay una tensión excesiva, puede ser suficiente una revisión local para eliminar el tejido no viable, avanzar el asa intestinal y rehacer el estoma suturándolo a la piel40; si no es técnicamente factible, será necesario realizar una laparotomía, movilizar el asa y realizar un nuevo estoma. Figura 3.10. Retracción de una colostomía terminal con dermatitis periestomal (A) y tratamiento con un sistema de dos piezas, placa de tipo convexo (B). 2.6. Alteraciones cutáneas Las alteraciones cutáneas constituyen las complicaciones precoces más frecuentes y se producen entre el 3-42% de los pacientes15, 22, 40, 45. Son la causa de atención más habitual en la consulta de estomaterapia9, 29, 46, 47. Se pueden producir por: una dermatitis irritativa de contacto, una lesión mecánica, una infección por Candida o una foliculitis y una dermatitis alérgica (Figura 3.11). Su incidencia es mayor en las ileostomías (Figura 3.12) que en las colostomías, debido a que en las ileostomías las heces son más líquidas y su emisión es más frecuente. Además, las enzimas proteolíticas y el contenido alcalino del íleo puede dañar la estructura epidérmica y provocar una excoriación cutánea10, 15, 22, 48. En la mayoría de 13 Figura 3.11. Dermatitis alérgica de contacto. Figura 3.12. Dermatitis química por una ileostomía plana. las ocasiones se produce por cuidados inadecuados del estoma o por la aplicación inadecuada de los dispositivos (Tabla 3.4). Tabla 3.4. Etiología de las alteraciones cutáneas periestomales49,50. Lesión química Dermatitis irritativa por contacto del efluente Lesión mecánica Presión, separación mucocutánea, denudación por adhesivos Infecciosa Foliculitis, candidiasis Inmunológica Dermatitis alérgica de contacto Lesiones relacionadas con enfermedades Pioderma gangrenoso, varices periestomales Las alteraciones cutáneas están relacionadas con: los estomas planos, las hernias paraestomales, el diámetro inapropiado de las bolsas −permite el contacto del efluente con la piel periestomal, provocando irritación− o una lesión mecánica producida ya sea por los propios dispositivos −que pueden producir áreas de presión en la piel−, el uso inadecuado de sistemas convexos (por las varillas rígidas) (Figura 3.13) o bien la irritación de la piel al despegar repetidamente los dispositivos de las bolsas46, 47. 14 Módulo 3. Complicaciones de los estomas Figura 3.13. Lesión mecánica de la piel por la varilla de una colostomía en asa (A y B). La gravedad de las alteraciones cutáneas puede variar entre una dermatitis leve y una necrosis cutánea con ulceración. Es fundamental identificar la causa para iniciar la estrategia terapéutica adecuada e impedir el círculo vicioso que se produce entre la dermatitis periestomal y la insuficiencia del estoma. El tratamiento debe ser individualizado, siendo esencial para obtener los mejores resultados la actuación de la enfermería estomaterapeuta49-51. Entre las medidas iniciales a tomar se encuentra el adaptar el diámetro de la abertura de las placas de las bolsas al tamaño del estoma, que suele disminuir con la resolución del edema y el proceso cicatricial. Para evitar el cambio frecuente, han de utilizarse dispositivos de ostomía múltiples, manteniendo la placa fijada sobre la piel durante 48-72 horas. Para disminuir el débito de las ileostomías, se deben establecer unas recomendaciones dietéticas y utilizar fármacos −como los antidiarréicos− y fibra dietética; también se pueden usar corticoides tópicos y cremas de barrera. En las dermatitis infecciosas se administrará el tratamiento antibiótico o antifúngico adecuado. En las alérgicas, se evitará el dispositivo que ha ocasionado la sensibilización, sustituyéndolo por otro con un adhesivo diferente, y se tratarán las lesiones de la piel. 15 Existen una gran cantidad de productos adecuados a cada caso (polvos, pastas moldeables, discos convexos, cinturones, apósitos hidrocoloides absorbentes). En los casos de dermatitis por fallo de sellado debido a irregularidades cutáneas periestomales se han propuesto otras medidas correctoras más sofisticadas, como la infiltración subcutánea de colágeno porcino (Permacol®)52 y la liposucción53. 2.7. Alteraciones hidroelectrolíticas Hasta un 20% de los pacientes portadores de una ileostomía padecen diarrea y deshidratación. Los pacientes con ileostomía pierden grandes cantidades de sodio en el líquido fecal (85-180 mmol/l/24h) y esto provoca una depleción crónica de sodio y una deshidratación, con un hiperaldosteronismo que es el responsable de la compensación54,55. La mayoría de las veces es un problema subclínico y mejora gradualmente. Aún así, el riesgo de padecer una deshidratación grave y un desequilibrio electrolítico es elevado durante el postoperatorio, ya que en este periodo el paciente es incapaz de beber lo suficiente y precisa de un aporte intravenoso de líquidos. Se estima que el mayor riesgo de deshidratación se produce entre los días 3º y 8º tras la cirugía56. En un estudio reciente se ha observado que la tasa de reingresos a los 60 días después de una resección colorrectal con una ileostomía de protección fue del 16,9% , siendo la causa más frecuente la deshidratación (43,1%)57. En otro estudio, se vio que el 16% de los pacientes ileostomizados presentaban, en las primeras 3 semanas de hospitalización, ileostomías con alto débito (>2000 cc/24h) asociadas a deshidratación, hipomagnesemia y desnutrición58. Las principales causas de las alteraciones electrolíticas fueron una longitud del intestino proximal remanente menor de 200 cm y la aparición de una sepsis intraabdominal o una obstrucción. El 49% de estas alteraciones se resolvieron espontáneamente pero el 51% restante precisaron continuar con el tratamiento médico fundamentalmente por la existencia de un intestino corto. Este tipo de complicación se produce con más frecuencia tras una cirugía urgente35. 16 Módulo 3. Complicaciones de los estomas A largo plazo, los pacientes ileostomizados con frecuencia presentan hipomagnesemia y absorción disminuida de vitamina D y ácido fólico, así como una mayor incidencia de cálculos renales y biliares que la población general16, 54, 56. 2.8. Obstrucción intestinal La obstrucción intestinal es más frecuente en los pacientes con ileostomía41. Su incidencia es del 2-7%39. Se ha descrito una mayor incidencia en el postoperatorio precoz de la resección anterior baja cuando se realiza una ileostomía derivativa59. Puede deberse a adherencias, a una hernia interna, a la torsión del asa exteriorizada, a un trayecto subcutáneo “en bayoneta”, a la compresión de la varilla en los estomas en asa o a la impactación del bolo fecal en una angulación o una estrechez a nivel fascial. Es la causa más frecuente de reintervención precoz de las ileostomías en asa60. Clínicamente se caracteriza por dolor y distensión abdominal, náuseas, vómitos y ausencia de contenido fecal en la bolsa de la ileostomía. Puede producirse la salida de un gran volumen de efluente acuoso por el estoma. Tanto en las oclusiones parciales como en las totales, los pacientes presentan deshidratación y alteraciones electrolíticas asociadas. Si no se trata, evoluciona a una insuficiencia renal. Además del protocolo de actuación habitual ante un cuadro de obstrucción intestinal, en los pacientes ostomizados es esencial la realización de un tacto a través del estoma, lo cual en algunos casos permite guiar la inserción cuidadosa de una sonda “tipo Foley” a través de la ileostomía y así poder descomprimir el asa obstruida o hacer una irrigación con suero fisiológico41. El tratamiento inicial es conservador, siendo en muchos casos suficiente para que se resuelva la obstrucción. Si no fuera así o si aparecen signos de irritación peritoneal, debe procederse a la reoperación, debido al riesgo de que se produzca el compromiso vascular del asa afectada por la brida, la volvulación o una hernia interna que podría obligar a la resección intestinal. La mortalidad de las reintervenciones por esta complicación está en torno al 1%44. 17 3. COMPLICACIONES TARDÍAS Se producen principalmente en los estomas definitivos. Sin embargo, algunas pueden manifestarse tempranamente o presentarse en los estomas temporales. 3.1. Estenosis Se define la estenosis como la imposibilidad de introducir un dedo o un tallo de Hegar nº 12 a través del estoma39 (Figura 3.14). Su incidencia varía entre un 2-15%1,61 y es más frecuente en las colostomías. Puede afectar a cualquier nivel de la pared abdominal, pero es más frecuente a nivel de la unión mucocutánea. Las causas suelen ser una infección Figura 3.14. Estenosis de una colostomía sigmoidea local, la retracción del estoma, la terminal. enfermedad de Crohn, la malignidad o los fallos en la técnica quirúrgica, así como la falta de sutura mucocutánea o un orificio cutáneo insuficiente. Se suele tolerar bien, pero a veces hay crisis suboclusivas como consecuencia de una impactación fecal. Para su tratamiento se pueden emplear medidas dietéticas, pero hay que tener cuidado con la fibra ya que se debe triturar bien. En una estenosis de colostomía puede también usarse la técnica de irrigación. Si la estenosis no se resuelve, su corrección implica, en la mayoría de los casos, la resección y reconfección del estoma mediante una laparotomía o una laparoscopia. Ocasionalmente se puede reparar localmente mediante una plastia62. 18 Módulo 3. Complicaciones de los estomas 3.2. Prolapso El prolapso es la protrusión del estoma por encima de la superficie abdominal. Cualquier estoma puede prolapsar, pero sobre todo se asocia con las colostomías en asa. Es una complicación poco frecuente, con una incidencia de entre el 2 y el 3% en las colostomías terminales (Figura 3.15) y de entre el 7 y el 25% en las colostomías en asa1 (Figuras 3.16). Las ileostomías también pueden prolapsar (Figura 3.17) y en estudios con seguimientos a largo plazo se han descrito hasta en un 11%23,63 de los pacientes. Es más frecuente en niños que en adultos. Figura 3.15. Prolapso de una colostomía terminal. La etiología no está clara, pero se ha atribuido a una discordancia entre el tamaño del intestino y la apertura realizada a nivel de la pared abdominal. Los síntomas son habitualmente leves y consisten en molestias, por la sensación de masa, o en sangrado, por el traumatismo local. Más raros son el edema, la obstrucción intestinal o la isquemia del estoma. Es frecuente el despegamiento de la bolsa colectora y la necesidad de adaptar nuevos dispositivos. Existen diferentes factores de riesgo relacionados con el desarrollo de un prolapso, como la obesidad, la edad, la Figura 3.16. Prolapso de una colostomía en asa. Figura 3.17. Prolapso de una ileostomía en asa. 19 cirugía de urgencia, la ausencia de marcaje por parte del estomaterapeuta, la apertura inadecuada de la pared abdominal, el aumento de la presión intra-abdominal, la presencia de una asa redundante de intestino proximal al estoma, la fijación inadecuada a la pared64 o la especialización del cirujano (colorrectal o no). Sin embargo, no existe una relación directa entre estos factores de riesgo y el desarrollo del prolapso. Aunque se considera una complicación tardía, puede desarrollarse precozmente, incluso dentro del primer mes de la intervención65. El tratamiento quirúrgico se indica cuando las molestias asociadas son evidentes y alteran la calidad de vida del paciente o en casos raros de complicaciones urgentes como estrangulación o incarceración del estoma. El tipo de intervención se determinará de acuerdo a la situación clínica del paciente y a la dificultad en el manejo del estoma, sobre todo si hay presencia de fugas. Si es posible, se debe considerar el cierre del estoma y el restablecimiento del tránsito intestinal. Cuando no se puede restablecer el tránsito, la cirugía se puede realizar a través de un abordaje local (periostomal) o bien, si se considera la reubicación del estoma, a través de laparotomía o laparoscopia. El abordaje local es poco agresivo (puede realizarse con anestesia local) y consiste en la liberación del estoma de la pared abdominal, la resección del intestino redundante, la reconfección del estoma y la fijación a la fascia, aunque esto último tampoco asegura la prevención de la recidiva del prolapso (Figura 3.18). En los casos de estomas en asa prolapsados se puede considerar el cierre del asa distal, convirtiendo el estoma en terminal y ajustando el cierre de la fascia al diámetro del nuevo estoma. En general, el abordaje local se asocia a un porcentaje alto de recidivas. La reubicación del estoma en otro lugar de la pared abdominal está indicada cuando la localización del estoma es inadecuada o cuando existe otra complicación asociada que precise esta recolocación. Las opciones descritas son diversas e incluyen la reubicación en el lado opuesto del abdomen, la utilización de mallas y el abordaje laparoscópico. 20 Módulo 3. Complicaciones de los estomas Figura 3.18. Reparación del prolapso de una colostomía terminal (A, B y C). 3.3. Hernia paraestomal La hernia paraestomal es una hernia incisional asociada al estoma66 (Figura 3.19). En su desarrollo están implicados diferentes factores tales como los fallos en la técnica quirúrgica, las complicaciones postoperatorias o las características individuales del paciente. Su incidencia varía entre el 0 y el 52%16, 66, 67. Este rango tan amplio se explica por la diferencia en los criterios, clínicos y/o radiológicos, utilizados para su diagnóstico y por la variabilidad en la duración del seguimiento (a mayor tiempo, cabe esperar una mayor incidencia de complicaciones en los estomas)23, 63. Puede desarrollarse en cualquier estoma, pero es más frecuente en las colostomías y en los estomas de tipo terminal (debido al carácter temporal de los estomas en asa). La mayoría van a aparecer en los primeros años tras la realización del estoma, aunque también pueden aparecer más tardíamente23. Se han descrito una serie de factores de riesgo como la obesidad12, el aumento de peso tras la cirugía, la desnutrición, la medicación inmunosupresora, la cirugía de urgencia, 21 Figura 3.19. Hernia paraestomal (A y B). las enfermedades que aumentan la presión intra-abdominal (como las pulmonares crónicas), la edad avanzada, la infección, una enfermedad maligna de base o una enfermedad inflamatoria intestinal, la no implicación del estomaterapeuta y que el cirujano no tenga una dedicación específica a la coloproctología12,17,30. Es importante también la técnica quirúrgica, pues la ubicación inadecuada del estoma y el diámetro excesivo de la apertura de la pared abdominal también representan factores de riesgo conocidos68. Las hernias paraestomales se clasifican en cuatro subtipos: intersticiales, subcutáneas, intraostomales o asociadas a un prolapso69. La utilidad clínica de esta clasificación es limitada, pero puede ser orientativa para la descripción radiológica por tomografía. La mayoría de las hernias paraestomales son asintomáticas. Sin embargo, pueden producir complicaciones del tipo de molestias locales, sensación de masa y dolor o dificultad en la aplicación del dispositivo recolector. Menos frecuentes son la obstrucción, estrangulación o perforación intestinal66. El diagnóstico clínico puede requerir una inspección cuidadosa, con el paciente en pie y sin la bolsa, realizando maniobras de Valsalva o mediante la realización de un tacto 22 Módulo 3. Complicaciones de los estomas digital a través del estoma. En los pacientes asintomáticos es innecesario el diagnóstico radiológico. Los pacientes con hernias paraestomales y síntomas leves o moderados se pueden tratar de forma conservadora y puede ser suficiente la utilización de dispositivos colectores alternativos como los del tipo “cinturón”. Una tercera parte de los pacientes con una hernia paraestomal va a requerir una cirugía por el aumento progresivo del tamaño de la hernia, por alteraciones en la piel o por complicaciones asociadas como el dolor y la obstrucción intestinal70. Existen varias opciones quirúrgicas que incluyen: la reparación local, la reubicación del estoma, el empleo de mallas y el abordaje laparoscópico. La reparación local es una opción poco agresiva, válida en los pacientes multioperados, en los pacientes de riesgo y en aquellos con estomas reubicados previamente. Consiste en la movilización del estoma de la pared abdominal, la liberación y la extirpación del saco herniario y la aproximación de los músculos de la pared abdominal. Con la reubicación del estoma se obtienen mejores resultados, preferiblemente si se reubica en el lado opuesto o como mínimo en otro cuadrante del abdomen. Los resultados de estos tipos de cirugía pueden ser desalentadores ya que presentan una alta tasa de recidivas, entre un 50 y un 76%67. El empleo de mallas cada vez se aconseja más. Una revisión sistemática reciente de la literatura concluye que su utilización para reparar la hernia paraestomal reduce de una manera significativa la recurrencia, con una baja tasa de infecciones71. Se pueden ubicar a diferentes niveles de la pared abdominal y se han empleado diversos tipos de materiales72. 3.4. Malposición La malposición o la mala ubicación del estoma es una de las complicaciones más frecuentes y más fácilmente prevenible (Figura 3.20). Se debe a una localización inapropiada que dificulta o impide el autocuidado del estoma ya que no permite la limpieza necesaria, interfiere con la capacidad de mantener la bolsa de 23 colostomía o ileostomía adherida con seguridad a la piel, dificulta la ocultación del estoma debajo de la ropa e impide disfrutar de la libertad de movimiento normal sin temor a las fugas73. Esta complicación va a ser, a su vez, la causa de otras complicaciones debidas sobre todo a las frecuentes fugas del contenido fecal por debajo de la bolsa, como problemas de la piel periestomal, Figura 3.20. Malposición de una colostomía transversa irritación cutánea o erosiones, que en la línea media supraumbilical. aumentan la dificultad de mantener la bolsa adherida en su posición. Así, se crea un círculo vicioso de fuga e irritación cutánea que se autopotencian, agravando el cuadro. Todo esto supone para el paciente ostomizado una peor calidad de vida y un estrés emocional3, ya que pierde la confianza por el temor al manchado y al mal olor que se produce por el despegamiento de la bolsa, lo que le lleva a un aislamiento social, con pérdida de su independencia en el cuidado de su estoma y en su actividad cotidiana 3, 4, 17, 32, 46, 74. Además, hay que considerar el incremento del coste económico asociado a la demanda de atención especializada y al uso de múltiples dispositivos y productos de estomaterapia. Esta complicación supone un auténtico reto para la enfermería estomaterapeuta, dado que el estoma estará situado en los pliegues, por lo que deberá recurrir a dispositivos colectores de tipo “convexos”, pastas de relleno y cinturones con el objetivo de mejorar la adherencia y de evitar las fugas. En muchos casos, todo esto no será suficiente y se indicará la intervención quirúrgica. El tratamiento quirúrgico de elección es el cambio de localización del estoma con un marcado preoperatorio adecuado1, 40. 24 Módulo 3. Complicaciones de los estomas Dado que esta complicación es evitable, el mejor tratamiento es su prevención, realizándose por personal entrenado la elección de la posición del estoma previamente a la cirugía. 3.5. Complicaciones cutáneas La incidencia de las complicaciones cutáneas como una complicación tardía varía entre un 12 y un 43%1. Consisten principalmente en la aparición de dermatitis, escoriación y escaras. Se relacionan con defectos en la realización del estoma tales como mala posición o retracción. En las ileostomías también pueden deberse a la existencia de un segmento exteriorizado muy corto. La dermatitis periostomal se manifiesta como un eritema, una descamación, la aparición de surcos en la piel o una sepsis local. El tratamiento consiste en una limpieza cuidadosa de la piel con agua, el secado y la aplicación de pastas, polvos o cremas protectoras. En caso de infecciones, puede ser necesario el tratamiento antimicrobiano adecuado al organismo aislado. Se deben controlar con medicación y dieta las deposiciones excesivas y líquidas. Las complicaciones cutáneas requieren una valoración meticulosa (a veces mediante biopsias), pues se deben descartar otras etiologías tales como la enfermedad inflamatoria intestinal o la malignidad. Complicaciones cutáneas tardías específicas: • Fístula: es una complicación poco frecuente y se produce principalmente en las ileostomías de los pacientes con enfermedad de Crohn. Otras causas de fístula son la presencia de un cuerpo extraño (material de sutura irreabsorbible) o un traumatismo. Se produce una disfunción del estoma con salida de contenido intestinal por fuera del dispositivo colector y, como consecuencia, una sepsis local. Requiere tratamiento quirúrgico, con liberación del estoma de la pared abdominal y resección intestinal, y, frecuentemente, es necesario realizar una reubicación del estoma por medio de una laparotomía dada la infección local. Otras 25 complicaciones específicas asociadas a la enfermedad de Crohn son las úlceras y los sinus periostomales. • Pioderma gangrenoso (Figura 3.21): es una complicación infrecuente. Se presenta principalmente en las ileostomías de los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal. Se caracteriza por la aparición de Figura 3.21. Pioderma gangrenoso peri-ileostomia terminal en un paciente con enfermedad de Crohn. úlceras profundas, estériles y dolorosas. El tratamiento inicial puede ser sistémico, intra-lesional o tópico con corticoides, además del tacrolimus o de agentes biológicos como el infliximab; si este tratamiento fracasa, será necesario la reubicación del estoma75,76. • Sangrado periestomal: entre las causas se incluyen ulceración, un traumatismo, pólipos, enfermedad de Crohn recurrente o la existencia de varices secundarias a hipertensión portal. En este tipo de varices el sangrado puede ser profuso y grave. Se puede tratar localmente con compresión local, esclerosis o desinsertando la unión mucocutánea y realizando una sutura hemostática del borde distal del estoma. Sin embargo, estas medidas pueden ser insuficientes y requerirse una descompresión sistémica de la hipertensión portal77. 26 Módulo 3. Complicaciones de los estomas 4. PREVENCIÓN DE LAS COMPLICACIONES 4.1. Fase preoperatoria: ¿Dónde ubicar el estoma? Todos los paciente a los que se les vaya a realizar un estoma, y más aún si éste va a ser definitivo, deben iniciar los cuidados antes de ser intervenidos. Es importante una consulta preoperatoria para preparar al paciente y ayudarle a resolver sus dudas e incertidumbres. El objetivo es mejorar la adaptación a la nueva situación en la fase postoperatoria15, 24, 78. En esta fase, es fundamental la adecuada elección de la localización del estoma. Se han publicado diferentes estudios que han mostrado la importancia de que esta localización sea realizada por personal entrenado y antes de la intervención −incluso aunque sea urgente− y no en el quirófano, con el paciente ya dormido, o al término de la intervención. Un marcaje inadecuado será causa de complicaciones innecesarias, especialmente fugas, problemas cutáneos y una mayor dificultad para ajustar los dispositivos, que producirán un impacto físico y psíquico negativo en el paciente3, 4, 17, 32, 46, 74. El marcaje del estoma en el preoperatorio está ampliamente difundido y se asocia con una menor incidencia de complicaciones precoces15, 32, 46, 79, 80, como se demuestra en un reciente estudio uni y multivariable dónde se observa una reducción significativa de las complicaciones4. Sin embargo, continúan publicándose en distintos países desarrollados cifras de ausencia de marcado; por ejemplo, en USA ocurre en entre el 51 y el 67%17,79 de las intervenciones. Estas cifras son similares a las descritas en un reciente estudio realizado en once unidades de cirugía colorrectal de España80, en el que se ha encontrado que si bien se marcó la localización del estoma en el 58,8% de los pacientes en la cirugía electiva y el 62,6% en la cirugía por cáncer de recto, sin embargo, no se realizó marcaje en la cirugía de urgencia. 27 4.2. Fase intraoperatoria: ¿Cómo realizar el estoma? Para prevenir las complicaciones, lo más importante es la realización de una técnica quirúrgica correcta. Los detalles en la forma de realizar un estoma pueden variar mucho de un especialista a otro, pero hay una serie de principios básicos aceptados de manera universal81, que todos debemos cumplir. Entre ellos: • Se aconseja realizar el orificio previamente a la incisión quirúrgica, de manera que éste sea perpendicular a todos los planos de la pared abdominal. • Si la cirugía se ha realizado con abordaje laparoscópico, se debe construir el estoma en la misma zona donde se haya colocado uno de los trócares, que estará situado, a su vez, en el lugar previamente marcado por la enfermería estomaterapeuta. • Es necesaria una adecuada liberación del segmento proximal del intestino con el que se va a realizar el estoma, incluyendo, si fuera necesario, el ángulo esplénico, para conseguir una adecuada longitud y que pueda exteriorizarse a través de la pared abdominal sin tensión16,82. En pacientes obesos, esta maniobra puede ser técnicamente más difícil; de hecho, hay varios estudios que han encontrado que el índice de masa corporal es un factor de riesgo de complicaciones5,12,26,27. • El riego sanguíneo debe mantenerse de manera rigurosa para evitar la isquemia y la necrosis, principalmente en los estomas terminales. Este principio debe tenerse en cuenta, sobre todo, en caso de ser necesaria la ligadura y la sección de algunas de las arcadas vasculares, para así asegurar una adecuada perfusión distal. • Es importante realizar una apertura adecuada tanto en la piel como en la fascia, para evitar que puedan comprimir y ser la causa de una isquemia o una estenosis. El diámetro del orificio variará en función del tipo de estoma: terminal o en asa, colostomía o ileostomía. Deberá ser mayor en estomas en asa y en las colostomías. No obstante, se considera que 28 Módulo 3. Complicaciones de los estomas suele ser suficiente un orificio cutáneo de unos 3-4 cm de diámetro. Para ello, se aconseja resecar un disco de piel con dicho diámetro. • El orificio en la fascia debe tener un tamaño similar. Puede ser suficiente una incisión vertical, aunque hay autores que prefieren una incisión en cruz. Un estudio reciente83 ha encontrado la relación que existe entre el tamaño de este orificio y la incidencia de una hernia paraestomal. En los pacientes con una hernia paraestomal el tamaño del orificio fue de 35,1 mm, mientras que en los pacientes sin hernia la media del tamaño del orificio fue de 29,5 mm (p< 0,002). En el análisis multivariable se encontró que con cada milímetro de aumento en el diámetro del orificio se incrementaba un 10% el riesgo de producirse una hernia paraestomal. También hubo una mayor prevalencia de las hernias tras las colostomías con respecto a las ileostomías (46% vs. 22%). La prevención de la hernia paraestomal es uno de los aspectos técnicos que más se han evaluado en los últimos años. Se ha propuesto la utilización de mallas profilácticas, que se implantan en el mismo tiempo quirúrgico en el que se realiza el estoma. Recientemente se han publicado un metanálisis84 y dos revisiones sistemáticas85, 86 que tienen unas conclusiones similares: el uso de la malla profiláctica reduce significativamente la incidencia de la hernia paraestomal e incluso disminuye la necesidad de cirugía en los casos en los que se produce una hernia. Se ha visto que la incidencia de la hernia paraestomal si se utiliza una malla profiláctica es de sólo el 12%, frente al 55% si no se usa; esta diferencia se produce tanto en los estomas terminales como en los estomas en asa. Igualmente, la necesidad de cirugía en caso de que aparezca la hernia es el 0% si se ha utilizado una malla y el 13% en caso contrario. Por otro lado, el uso de una malla profiláctica no ha incrementado la tasa de complicaciones del estoma; en este sentido, la tasa de infección de la malla ha sido del 4,7% y la de necrosis del 3,7%. En estos estudios no se han encontrado diferencias con respecto a la situación de la malla (preperitoneal o retromuscular) o al tipo de malla empleado (biológica o compuesta). Por todo ello, en una revisión reciente se recomienda (grado 2B) el uso profiláctico de las mallas en la hernia paraestomal87. 29 Otros aspectos a tener en cuenta son el que un estoma no debe quedar plano en la piel y que la longitud del intestino a exteriorizar deberá ser distinta según se trate de una ileostomía o una colostomía, debido a la naturaleza del efluente. En una colostomía es suficiente con exteriorizar 1 cm, ya que permite realizar la sutura mucocutánea sin problemas; en una ileostomía se deben exteriorizar unos 5-6 cm, de manera que se pueda evertir y quede una longitud final de unos 2-3 cm. Dos estudios recientes han analizado la relación entre la longitud del estoma y la aparición de complicaciones26,65. En el primero de ellos, la media de altura de la ileostomía en los pacientes sin problemas era de 22 mm, mientras que en los pacientes con complicaciones era de 15,7 mm (p<0,001). El análisis de regresión logística de este estudio encuentra que un estoma menor de 10 mm es un factor de riesgo de complicaciones, independientemente de que se trate de una ileostomía o una colostomía26. En el segundo estudio se encuentran resultados similares: casi todos los pacientes presentaban fugas y problemas cutáneos65 si la altura de la ileostomía era menor de 20 mm, independientemente de que ésta fuera terminal o en asa. Por ello, se aconseja en las ileostomías una longitud de 2,5 cm88. Por tanto, es importante ser meticuloso y conseguir un buen estoma que evite las complicaciones y la necesidad de revisiones quirúrgicas que tendrán un impacto en la calidad de vida del paciente1, 40, 89, especialmente si tenemos en cuenta que la mayor parte de los estomas se va a realizar a pacientes con cáncer 26. De ahí que sea aconsejable que el estoma sea realizado por cirujanos con experiencia. 4.3. Fase postoperatoria: Papel de la estomaterapia Es esencial la continuidad en el cuidado de una persona a la que se ha practicado un estoma. Durante los primeros días tras la intervención quirúrgica se debe vigilar la aparición de las complicaciones precoces. Además, tras los primeros días de recuperación, se debe animar al paciente para que vea su estoma y reforzar la información que se le había proporcionado en la fase preoperatoria, de manera que inicie un proceso de adaptación a su nueva forma de evacuar las heces. Para que pueda 30 Módulo 3. Complicaciones de los estomas llegar a ser autónomo, es importante enseñarle de manera progresiva el autocuidado de su estoma, cómo retirar el dispositivo usado, su higiene, cómo cuidar su piel periestomal y cómo colocar la nueva bolsa. Igualmente, es importante asesorarle sobre los aspectos cotidianos de la alimentación, la forma de vestir y su actividad social, que en un paciente con un estoma conllevan muchas incógnitas. A medida que se acerca el alta hospitalaria es cuando puede surgir más ansiedad tanto en el paciente como en su familia y es fundamental la continuidad de sus cuidados en la consulta de estomaterapia. En la consulta previa al alta hospitalaria, debe recibir la información adecuada90, 91 sobre el uso de los dispositivos y los múltiples productos disponibles para la higiene y la prevención y/o tratamiento de las posibles complicaciones9, 29, 46, 47, 92. Después del alta hospitalaria, el paciente ostomizado debe continuar su programa de visitas en la consulta de estomaterapia. La frecuencia de estas visitas se decidirá individualmente para cada paciente dependiendo de su ritmo de adaptación a la vida con el estoma, ya que hay pacientes que necesitan la seguridad de un contacto más continuo93. Esta consulta tiene como objetivo la continuidad de los cuidados a la persona ostomizada y a su familia. Comprende facetas que ya se le habían enseñado previamente pero que son necesarias reforzar, como la higiene del estoma y los cambios de los dispositivos, y también el asesoramiento sobre otra serie de aspectos que se irán planteando progresivamente, como la disfunción sexual, el embarazo o incluso la incapacidad laboral. En esta fase de seguimiento, el estomaterapeuta deberá vigilar la aparición de complicaciones tardías. Se ha comprobado que el seguimiento regular por este personal especializado puede prevenir las complicaciones cutáneas, unas de las más frecuentes en esta fase65 y, en el caso de que se produzcan, realizar un tratamiento temprano con el objetivo de mantener en condiciones el estoma y la piel periestomal y así facilitar al paciente el manejo de los dispositivos colectores32,89,94. Por tanto, es fundamental el control del paciente ostomizado por un experto en estomaterapia tanto en el postoperatorio como en su seguimiento. Con ello se va a conseguir una buena adaptación del paciente a su nueva situación, se podrá vigilar 31 la aparición de complicaciones y, en caso de que aparezcan, se podrán detectar y actuar precozmente89, lo que proporcionará una mejor calidad de vida3, 4, 17, 32, 46, 74, 80 al paciente y un menor coste económico95. 32 Módulo 3. Complicaciones de los estomas 33 ABACO 4 · Módulo 3 RESUMEN • • • • Las complicaciones de los estomas son frecuentes. Su aparición va a implicar una peor calidad de vida para el paciente. Hay factores que pueden predisponer a estas complicaciones. La mayoría de las complicaciones son secundarias a problemas surgidos durante la realización del estoma, por lo que pueden ser prevenidas con una buena técnica quirúrgica realizada por cirujanos con experiencia. • Es fundamental el papel de la enfermería estomaterapeuta tanto en la fase preoperatoria, como asesor especializado y para elegir la localización del estoma, como en la fase de seguimiento, para conseguir una mejor adaptación e independencia de los pacientes ostomizados, lo que redundará en una mayor calidad de vida de los mismos. 34 Complicaciones de los estomas 35 ABACO 4 · Módulo 3 BIBLIOGRAFÍA 36 1. Shabbir J, Britton DC. Stoma complications: a literature overview. Colorectal Dis 2010; 12 (10):958964. 2. Salvadalena G. Incidence of complications of the stoma and peristomal skin among individuals with colostomy, ileostomy and urostomy. 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