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Transcript
Consenso sobre
PAPILOMA VIRUS HUMANO (HPV)
y
HERPES SIMPLEX VIRUS (HSV 1 y 2)
COORDINADORES
Alcira Bermejo - Eduardo A. Rodríguez
SECRETARIOS
Viviana Leiro - Maximiliano Mestroni
PARTICIPANTES
Ricardo Casco
Graciela Fernández Blanco
Karina Ochoa
Viviana Parra
Lía Seefeld
Fabio Leiro
María Alejandra Picconi
-2016-
COMISIÓN DIRECTIVA 2015-2016
PRESIDENTE
Mirta Fortino
VICE PRESIDENTE
Julio Gil
SECRETARIA GENERAL
Cristina Pascutto
PRO SECRETARIO GENERAL
Ariel Sehtman
SECRETARIA CIENTÍFICA
Graciela Pizzariello
PRO SECRETARIA CIENTÍFICA
Lucila Donatti
TESORERO
Italo Aloise
PRO TESORERO
Miguel A. Mazzini
SECRETARIO DE ACTAS
Marcelo Label
VOCALES TITULARES: Jorge Laffargue, Sonia Rodríguez Saa, Beatriz Gómez, Silvina C.
González, Gabriela Álvarez Pérez, Miguel I. Fridmanis. VOCALES SUPLENTES: Sergio R.
Lombardi, Jorge Turienzo, Marcela Bozzini, Martín Loriente, Matías F. Stringa.
ÓRGANO DE FISCALIZACIÓN: TITULARES, Mario A. Marini, Manuel F. Giménez, Miguel A.J.
Allevato, SUPLENTES. Lilian Fossati, Marta La Forgia.
SECCIONES: Ptes. Bahía Blanca: Fátima Rénis, Bonaerense: Horacio Graffigna, Chaco:
Alicia Quenardelle, Comahue: Pablo Pagano, Córdoba: Cristian Danielo, Corrientes: Gladys
C. Soto, Jujuy: Oscar C. Territoriale, La Plata: María A. Verea, Litoral: Andrés de la Peña,
Mar del Plata: Mariana Velocci, Mendoza: Lilliam Ruiz, Misiones: M. Gabriela González
Campos, Rosario: Ana G. Molteni, Salta: Bruna Bassino, San Juan: Carlos González Díaz,
San Luis: Sandra Ponce, Sgo. del Estero: María Florencia Rico, Tucumán: Beatríz Gómez.
PAPILOMA VIRUS HUMANO (HPV)
Las lesiones genitoanales por papiloma virus humano (HPV) se denominan condilomas
acuminados.
Se trata de elementos maculosos, papulosos o vegetantes, numerosos o escasos que se
localizan en mucosa, semimucosa o piel de la región genitoanal.
Características del HPV
Los papilomavirus humanos se encuentran extendidos en la naturaleza, asociados
generalmente a lesiones benignas y pertenecen a la familia Papilomaviridae.
Infectan células epiteliales (piel y mucosas).
No poseen envoltura (virus desnudos) y se caracterizan por presentar una cápside
proteica que encierra al genoma viral (ADN doble cadena circular, conocido como
episoma). Se clasifican en tipos sobre la base de la homología de las secuencias de sus
ADN, no existiendo serotipos. Se han identificado 90 tipos distintos de HPV, aunque si
se incluyen aquellos probables nuevos tipos cuyos genomas no han sido aun
completamente analizados, el número total de tipos superaría los 100. De ellos,
alrededor de 40 infectan el tracto genitoanal femenino y masculino.
Epidemiología
A nivel mundial, se estima la existencia de 630 millones de individuos infectados y 190
millones con enfermedad clínica.
Estudios epidemiológicos realizados en Estados Unidos de América ,muestran que 75%
de la población de entre 15 y 50 años está infectada, 60% por demostración serológica,
10% con infección persistente ( detección de ADN), 4% con signos citológicos y 1%
con lesiones clínicas.
Alrededor de 40 tipos de HPV pueden infectar el tracto genital y la mayoría de estas
infecciones son asintomáticas. Quince de ellos se han clasificado como virus de alto
riesgo o carcinogénicos: HPV 16, 18, 31, 33, 35, 39, 45, 52, 56, 58, 59, 68, 73 y 82.
Los tipos que afectan los genitales externos son los HPV 6 y 11.
Evidencias recientes usando la reacción de cadena de polimerasa (PCR) en una gran
colección de especímenes de cáncer de cuello uterino concluyen que el ADN del HPV
está presente en el 99,7% de los casos y este hallazgo indica que la infección por HPV
es una condición necesaria para el desarrollo neoplásico.
Los factores de riesgo que influyen en la adquisición de infección persistente por tipos
de alto riesgo de HPV y la progresión de los grados de lesión, corresponden a la
confluencia entre factores del hospedador y del medio ambiente que modulan el
potencial oncogénico viral.
Los más conocidos serían: el inicio precoz de la actividad sexual, el número de
contactos sexuales (en mujeres con una única pareja la presencia de HPV se observa en
un 17-21% y asciende a 69-83% en las que tienen más de cinco parejas sexuales),el
compromiso inmune, el tabaquismo, la acción hormonal (incluyendo el uso prolongado
de anticonceptivos orales), las carencias nutricionales, otras infecciones de transmisión
sexual (ITS), predisposición genética (ej. habría haplotipos del sistema mayor de
histocompatibilidad asociados con una mayor susceptibilidad a la progresión maligna).
Aproximadamente 510.000 casos de cáncer cervical son detectados por año siendo la
segunda causa de cáncer femenino en el mundo, produciendo 288 000 muertes anuales
La incidencia del cáncer de pene es mucho menor que la del cáncer cervical y puede no
estar tan fuertemente relacionada con la infección por HPV. El ADN del HPV se ha
encontrado entre el 20 al 50% de los casos.
Existe fuerte evidencia de la relación entre cáncer anal y HPV. La infección por HPV
puede causar neoplasia intraepitelial anal de bajo a alto grado y carcinoma epidermoide.
Se ha detectado ADN de HPV en el 88% de 388 pacientes con cáncer anal. El HPV 16
es el más frecuentemente asociado con cáncer anal y fue encontrado en el 73% de los
pacientes con cáncer anal invasor.
Los HPV 6 y 11 son los que habitualmente se detectan en las verrugas genitoanales en
niños (similar a lo que ocurre en los adultos).
Los HPV 1 y 2 están relacionados con verrugas vulgares no genitales.
La coexistencia con otras ITS es rara en niños. El riesgo de desarrollo de neoplasias
asociadas a HPV es desconocido y raramente se han aislado HPV 16 y 18.
En niños cuyas madres eran portadoras de lesiones por HPV durante el embarazo o
parto, se ha descripto la aparición de verrugas genitoanales una edad media que oscila
entre los 10 meses y 2 años.
Es más frecuente en niñas (60%) y en condiciones socioeconómicos bajas.
Cerca del 50% de los recién nacidos de madres portadoras de HPV genital tienen
positividad para el virus en faringe.
Formas de transmisión
La vía de transmisión más común para el HPV genitoanal en adultos es la sexual, si bien
no la única. También puede producirse por traumatismos con material contaminado,
contacto con prendas o con superficies contaminadas con el virus.
Las formas propuestas de transmisión del HPV en la infancia son: sexual (abuso
sexual), horizontal (auto y hetero inoculación) partir de lesiones genitales y/o no
genitales, por contacto durante el cambio de pañales o baño en conjunto y el
intercambio de ropa interior.
La forma de transmisión vertical sugeriría la infección intrauterina por diseminación
hematógena o el pasaje transplacentario del virus en forma ascendente secundario a
ruptura temprana de membranas. Sería la vía más frecuente en niños en quienes HPV
genitoanal aparece antes de los 3 años de vida. Cerca del 50% de los recién nacidos de
madres portadoras de HPV genital presentan positividad para el virus en faringe.
La transmisión perinatal es aquella que se produce durante el parto cuando el recién
nacido se pone en contacto con el canal de parto infectado. La tasa de infección
perinatal es difícil de estimar debido al prolongado período de latencia.
Cuadro 1
HPV. Transmisión en la infancia
Horizontal
Sexual
Vertical
Perinatal
Cuadro 2
HPV genitoanal en la infancia: conducta clínica
•
•
•
•
•
•
descartar presencia de verrugas no genitales en el paciente y
contactos directos
descartar abuso sexual.
descartar otras ITS
estudiar a la madre (descartar transmisión vertical)
en otros niños de la familia: buscar lesiones genitoanales y no
genitales
en adultos convivientes estudiar: lesiones genitoanales y no
genitales por HPV y otras ITS
Patogenia
El período de incubación del HPV es variable, entre 3 semanas y 9 meses (2 años para
algunos autores). Pueden infectar todo tipo de epitelios y el aspecto macroscópico e
histológico de las lesiones varía con el sitio de infección y tipo viral.
La historia natural de la infección por HPV todavía no está completamente aclarada. Se
acepta que el virus penetra a través de microabrasiones del epitelio e infecta las capas
basales en las que aprovecha la división celular para iniciar su propio ciclo de
multiplicación. Allí, el genoma viral replica muy lentamente, manteniendo un bajo
número de copias (infección latente). A medida que el epitelio se va diferenciando, en
las capas intermedias y superficiales se sintetiza una gran cantidad de genomas virales y
de proteínas de la cápside que se ensamblan para generar los viriones y para liberarse
con la descamación de los queratinocitos (infección productiva).
La Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer (IARC, Lyon, Francia),
perteneciente a la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido en 1995 que
ciertos tipos de HPV (denominados de alto riesgo) son carcinogénicos en humanos. Esta
afirmación está basada en evidencias epidemiológicas y moleculares que indican que los
HPV de alto riesgo pueden interferir en el control de la proliferación celular. Esto
marcó un hito, señalando a la infección por HPV como condición necesaria para la
génesis del tumor.
Respuesta inmune
Las respuestas defensivas del hospedador a la infección por HPV no se conocen
totalmente si bien diversas observaciones sugieren que un sistema inmune efectivo es
importante en la resolución de una infección por HPV. Esta puede adquirir carácter
grave en los hospedadores con inmunodeficiencias primarias o secundarias.
Otra observación clínica indicativa de la importancia del sistema inmune en la
resolución de esta enfermedad es que cuando una verruga regresa, con frecuencia
también remiten otras lesiones. Es interesante también la observación de que el
embarazo parece asociarse con una incidencia y severidad aparentemente aumentadas
de enfermedad por HPV, así como la disminución franca después del parto.
Inmunidad HUMORAL: parece cumplir un rol secundario en la defensa contra el HPV
en el individuo ya infectado, aunque ayuda a evitar la diseminación a nuevos sitios y a
reducir la probabilidad de reinfección.
Inmunidad CELULAR: constituye la principal vía de control de la infección y
eliminación de la lesión.
Clínica
Las lesiones por HPV pueden ser clínicas (detectables a la inspección ocular),
subclínicas (reveladas por la aplicación de ácido acético o por histopatología) y
latentes (demostrables sólo por estudios moleculares en piel sin alteraciones visibles).
Las lesiones clínicas pueden ser únicas o puede haber más de una lesión por sitio
anatómico (multifocales), presentarse en más de un sitio anatómico (multicéntricas) y
maculas pápulas y vegetaciones (polimorfas).
Formas de presentación
Hiperplásicas o condilomas acuminados: vegetaciones color blanco grisáceo, rosado
o rojo (cresta de gallo), condiloma acuminado gigante
Verrucoides: similares a la verruga vulgar, grisáceas
Sésiles: pápula cupuliforme
Condiloma plano viral: áreas blanquecinas tras la aplicación de ácido acético
frecuentes en cuello uterino
Papulosis bowenoide: pápulas confluentes pigmentadas
Cuadro 3. Diagnósticos diferenciales
Moluscos contagiosos
Líquen nitidus
Líquen plano
Líquen escleroso y atrófico
Psoriasis
Candidiasis
Eritoplasia de Queyrat
Pliegues hipertróficos perianales
Queratosis seborreicas
Hemorroides
Condilomas planos sifilíticos
Pápulas perladas (fibromas)
Glándulas parafrenillo
Nevos melanocíticos
Cicatrices
Erupción por drogas
Glándulas sebáceas
Melanoma
Linfangioma
Angioqueratoma
Diagnóstico
El objetivo de este consenso es que el profesional actuante pueda elegir entre los
diferentes posibles métodos el más adecuado según le provea el lugar de su actividad,
pero conociendo la existencia de todos los que permiten optimizar el diagnóstico.
Diagnóstico clínico: el aspecto característico permite una identificación fácil en la
mayoría de los casos.
Técnicas de observación:
Genitoscopía (vulva y pene):
No se utiliza más la topicación con ácido acético al 5%. Es una técnica derivada de
cuello uterino pero que ocasiona falsos positivas en piel queratinizada.
El examen físico debe realizarse con lupa y luz natural.
Las neoplasias intraepiteliales vulvares (VIN) se subdividen en dos grupos, las
producidas por el virus HPV, presentes en pacientes jóvenes y con potencial invasor
escaso llamada usual, y la secundaria a lesiones preexistentes como liquen escleroso y
leucoplasia, más frecuente a partir de la quinta década de la vida, denominada
diferenciada.
La VIN usual está relacionada con la infección por virus papiloma humano,
especialmente los serotipos 16 y 18 y menos frecuentemente el 31, 33, 35, 39 y 52. Se
presenta en mujeres jóvenes y aumenta su incidencia en relación a la precocidad de
inicio de las relaciones sexuales, el número de parejas, el tabaquismo, el uso de drogas
anticonceptivas o inmunosupresoras.
La forma de presentación puede ser muy variada siendo más frecuente la aparición de
pápulas o placas, de superficie plana y aterciopelada, de milímetros hasta dos
centímetros, únicas o múltiples. La coloración puede ser blanquecina, blanco grisácea,
eritematosa y más frecuentemente hiperpigmentada. La afectación de áreas vecinas
como ano, vagina o cuello uterino es frecuente (infección viral multicéntrica), por lo
que el examen semiológico debe ser exhaustivo y multidisciplinario.
Entidades como la enfermedad de Bowen, la papulosis bowenoide y las eritroplasias, las
cuales son producidas por la infección con virus papiloma humano generalmente
subtipo 16, corresponden a diferentes formas de manifestación clínica de la VIN usual.
Diagnóstico: se realiza mediante el examen clínico, estudio histopatológico y en los
casos que es necesario pruebas de laboratorio para determinar infección por HPV.
Histopatológicamente todos los subtipos de VIN se caracterizan por hiperqueratosis con
paraqueratosis y acantosis. Dentro de la VIN usual, el subtipo verrugoso presenta
además de lo descrito, papilomatosis con displasia epitelial, abundantes mitosis, células
disqueratósicas y coilocitos. El subtipo basaloide se caracteriza por células similares a
las basales pero más pequeñas, con escasos o sin coilocitos y sin células disqueratósicas.
Las formas mixtas son las más frecuentes.
Diagnóstico diferencial:
Condilomas acuminados, condilomas planos sifilíticos y queratosis seborreicas. Menos
frecuentemente psoriasis, liquen plano, liquen escleroso, eccema, acantosis nigricans.
Pronóstico:
El pronóstico de la VIN aún es incierto dependiendo de su origen.
Se ha descrito la involución espontánea de las lesiones en el transcurso de un año en el 1
al 10% de los casos de las VIN tipo usual y la transformación a carcinoma espinocelular
(CEC) invasor ha sido reportada en un 9 a un 88% de las pacientes, siendo más
frecuente en las VIN asociadas a liquen escleroso.
Diagnóstico proctológico
Incluye inspección, tacto rectal, anoscopía y rectosigmoideoscopía.
Si bien, la presencia de condilomas acuminados en la mucosa rectal es excepcional dado
que suele limitarse al epitelio escamoso o a zonas de
transición como el conducto anal, es inadecuado omitir algunos de los pasos
mencionados en presencia de condilomas perianales.
Hasta el 75% de los pacientes con condilomas en esta ubicación puede ser portador de
lesiones en el conducto anal.
Screening de la Neoplasia Intraepitelial Anal (AIN) como profilaxis del Cáncer de
Ano
Teniendo en cuenta el impacto que el PAP y la colposcopía cervicales tuvieron sobre el
cáncer del cuello uterino y la importancia del diagnóstico precoz para el pronóstico del
cáncer de ano, algunos autores sugieren realizar pesquisa del cáncer anal en forma
rutinaria para la población de alto riesgo (pacientes HIV positivos, hombres que tienen
sexo con hombres, mujeres con antecedentes de lesiones de alto grado o cáncer del
Tracto Genital Inferior, y pacientes inmunosuprimidos).
Se conoce la asociación entre la AIN como lesión precursora del Cáncer de Ano y su
estrecha relación con la infección por el HPV.
El método propuesto para la detección consiste en la realización de un PAP anal,
seguido en caso de ser positivo de un examen magnificado del conducto anal.
El PAP anal consiste en la introducción de un hisopo húmedo en el conducto anal para
obtener células para su estudio citológico. La citología se nomencla de acuerdo con el
sistema de Bethesda revisado.
La sensibilidad de la citología oscila alrededor del 80% y la especificidad para
identificar el grado de severidad de la lesión es de alrededor del 40%.
Cualquier resultado citológico anormal obliga a la evaluación magnificada del conducto
anal.
Con el paciente despierto o sedado, se coloca un anoscopio de plástico transparente en
el conducto anal y a través de éste una gasa humedecida con ácido acético al 3-5%. Se
retira el anoscopio y se deja la gasa de uno a dos minutos. Luego de esto, se introduce
nuevamente el anoscopio y se examina cuidadosamente la región perianal y el conducto
anal con ayuda de un colposcopio, con especial atención en la unión escamo columnar a
nivel de la línea dentada y la zona de transformación que asienta inmediatamente
proximal a ésta.
Las lesiones por HPV se tornan más blanquecinas que el tejido normal y presentan un
aspecto de puntillado, mosaico y/o vasos atípicos.
Los hallazgos anoscópicos deben orientar al cirujano sobre la mejor zona a biopsiar,
pero es importante obtener la confirmación histológica de toda lesión ya que la
correlación entre la imagen anoscópica y la histología no es satisfactoria.
Si la biopsia revela la presencia de una lesión intraepitelial de alto grado o un
carcinoma escamoso del ano se debe realizar el tratamiento indicado.
Por otro lado, si se trata de una lesión de bajo grado se puede optar por una conducta
expectante realizando PAP en 3 a 6 meses para evaluar la remisión o progresión a HSIL.
En caso de que el paciente tenga un PAP negativo, y el examen proctológico no
evidencia lesiones, se recomienda nuevo control en 12 meses en los pacientes HIV
positivos y en dos años en los HIV negativos.
Diagnóstico histopatológico: biopsia
Indicaciones: lesiones no clásicas, de larga evolución, planas, pigmentadas, de gran
tamaño, sangrantes, infiltradas y cuando no responden a los tratamientos realizados.
Técnica: se puede realizar con punch o bisturí. En condilomas gigantes se aconseja
tomar la biopsia de la base del mismo y realizar múltiples tomas.
No se deben realizar topicaciones previas para evitar interpretaciones erróneas por
parte del patólogo.
Se observa hiperqueratosis, acantosis y papilomatosis, con o sin pigmentación en la
membrana basal, se tendrán en cuenta las alteraciones citológicas y efectos citopáticos a
fin de descartar carcinomas in situ.
Diagnóstico virológico
La Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer (IARC, Lyon, Francia),
perteneciente a la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido en 1995 que
ciertos tipos de HPV (denominados de alto riesgo) son carcinogénicos en humanos.
Esto marcó un hito, señalando a la infección por HPV como condición necesaria para la
génesis del tumor. De esta manera se abrió un nuevo campo para la aplicación de la
detección viral en la clínica y el desarrollo de vacunas para la prevención.
Hay más de 100 tipos virales distintos de HPV identificados hasta el momento.
Aproximadamente cuarenta de ellos infectan las mucosas; se dividen en dos grupos con
diferente categoría de riesgo de desarrollo de cáncer: los HPV de bajo riesgo (HPVBR) entre los que se incluyen los HPV tipos 6, 11, 42, 43 y 44, comúnmente presentes
en las lesiones benignas con mínimo riesgo de progresión maligna, y los HPV de alto
riesgo (HPV-AR) que abracan los HPV tipos 16, 18, 31, 33, 35, 39, 45, 51, 52, 56, 58,
59 y 68, los cuales, bajo la forma de infección persistente, pueden conducir a la
transformación neoplásica. Estos virus son considerados carcinógenos clase I, según lo
sugerido por la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer (IARC 2009)
Se han desarrollado numerosas estrategias metodológicas que detectan un amplio
espectro de tipos de HPV-AR; sin embargo, solo un pequeño subgrupo de ellas ha
documentado la validación clínica para cualquiera de las indicaciones habituales de la
detección de estos virus. Las pruebas de HPV que no estén validadas y que no hayan
demostrado confiabilidad, reproducibilidad y exactitud no deben ser usadas en el
manejo clínico. Una vez incorporada una prueba de HPV en el laboratorio, es esencial
que el procedimiento completo sea sometido a un continuo y riguroso control de calidad
para evitar prácticas subóptimas, potencialmente dañinas.
En la práctica dermatológica cotidiana, el diagnóstico clínico, la citología e histología,
accesibles a la mayoría de los centros hospitalarios, permiten, en general establecer un
diagnóstico y encarar un tratamiento adecuado de las lesiones anogenitales. Sin
embargo, existen situaciones particulares en las que estos elementos son insuficientes,
generando algunas dificultades en la evaluación de estas lesiones.
Indicaciones para el diagnóstico virológico de HPV
Para detectar y tipificar HPV se requieren técnicas de biología molecular. Esto hace
que por diversas razones (entre ellas, infraestructura y costo) estas metodologías estén
por ahora limitadas a un pequeño grupo de laboratorios de mayor complejidad. Sin
embargo, la detección de HPV y su genotipificación puede contribuir al manejo más
adecuado del paciente, aconsejándose su aplicación en las siguientes situaciones:
1. Esclarecimiento de diagnósticos clínicos dudosos o discordantes post histología.
2. Control post-terapia: luego de haber completado el tratamiento, la presencia
viral en el mismo sitio del tejido constituye un factor de riesgo de recurrencia, ya
que se considera marcador temprano de enfermedad residual o recidiva. Para
realizar este control debe esperarse al menos 6-8 meses después de terminado el
tratamiento.
3. Tamizaje primario para detectar cáncer cérvico- uterino y lesiones precursoras
en mujeres a partir de los 30 años: son pruebas sensibles, altamente
reproducibles, objetivas (con mínima influencia del operador) y con estándares
para control de calidad de uso en cada tanda de determinaciones. Su elevado
valor predictivo negativo (cercano al 100%) ha permitido considerar la
ampliación del intervalo de tamizaje, espaciando los controles al menos 5 años.
En Argentina, el Programa Nacional de Prevención del Cáncer Cérvico-Uterino
(Ministerio de Salud de la Nación) implementó el tamizaje primario empleando
la prueba de HPV, con el triaje por citología en aquellas mujeres que dieron la
prueba de HPV positiva, a fin de confirmar la presencia de anomalías
citológicas. Esta estrategia se inició en 2011 en la provincia de Jujuy, para
mujeres entre los 30 y 64 años; en 2014 se extendió a Catamarca, Misiones y
Neuquén y en forma gradual se incluirá a todo el país.
Técnicas para la detección y tipificación de HPV para uso clínico
Las muestras clínicas pueden ser: células (hisopado o preferentemente cepillado).
Hay varias técnicas de uso en la práctica clínica para la detección de HPV. Dentro de
las pruebas que detectan el ADN de los HPV-AR, que se encuentran licenciadas y
disponibles en nuestro país:
- Captura de Híbridos 2 (HC2): desarrollado originalmente por Digene Corporation
(Gaithersburg, MD, EE. UU) y actualmente comercializado por Qiagen (MD, EE. UU).
Es la prueba más antigua y más frecuentemente usada a nivel mundial. Se fundamenta
en una hibridación de ácidos nucleicos en fase líquida. Las células cérvico-vaginales
son tratadas con una solución alcalina desnaturalizante que expone el material genético.
La hibridación se lleva a cabo en condiciones de alta exigencia con una mezcla de
ribosondas (sondas ARN) correspondientes a los 12 tipos de HPV-AR (HPVs 16, 18,
31, 33, 35, 39, 45, 51, 52, 56, 58, 59) más el HPV-68 (Mezcla B). La presencia de
cualquiera de estos virus en la muestra permite la formación de un híbrido ADN viral
(muestra)- ARN sonda que es reconocido por un anticuerpo monoclonal específico
conjugado con fosfatasa alcalina. El revelado de los híbridos se realiza por la acción de
un sustrato quimioluminiscente, necesitándose un aparato especial (luminómetro) para
realizar la medición de la luz emitida. Esta lectura final, además de permitir saber si la
muestra resultó o no positiva, permite una semicuantificación. La prueba no identifica
tipos virales individuales; detecta la presencia de uno o más tipos de HPV-AR, sin
genotipificar.
- Cobas® 4800 HPV Test (Roche Molecular Systems Inc., Alameda, CA, EE. UU):
técnica más reciente que detecta los 14 tipos de HPV-AR, con la concomitante
identificación individual de los HPV tipos 16 y 18. Su diseño se basó en los resultados
de estudios clínicos que demostraron un potencial oncogénico notablemente superior de
los tipos de HPV 16 y 18 comparado con otros tipos de HPV-AR. Presenta un formato
automatizado, compuesto por el equipo cobas X para la preparación de la muestra y el
cobas Z y el software necesarios para la realización de una PCR en tiempo real que
amplifica un fragmento de gen viral L1. Esta reacción incluye una amplificación génica
y detección simultánea del ADN amplificado en “tiempo real”. Este ensayo está
dirigido a la detección de cualquiera de los 12 tipos de HPV-AR (IARC-2009), más los
HPVs 66 y 68; además permite identificar en forma individual, en la misma tanda a los
HPV 16 y 18. Los resultados aparecen en pantalla diferenciados en cuatro canales:
genotipo 16, genotipo 18, otros HPV-AR y beta-globina que se usa como control
interno en cada muestra.
Debe destacarse la importancia de realizar un estricto control de calidad de las técnicas
empleadas, al igual que su validación preferentemente contactando con el Laboratorio
Nacional de Referencia (En Argentina es el Servicio Virus Oncogénicos del Instituto
Nacional de Enfermedades Infecciosas-ANLIS “Dr. Carlos G. Malbrán, dependiente del
Ministerio de Salud de la Nación).
Serología: Se encuentran en desarrollo una gran variedad de pruebas serológicas para
detectar anticuerpos contra HPV, que se aplican a estudios epidemiológicos. Si bien las
perspectivas futuras son prometedoras, ninguno de los ensayos actuales ha demostrado
todavía ser útil en la práctica clínica.
En la infancia, la tipificación puede orientar a la fuente de transmisión, pero no al modo
de transmisión. Por lo tanto, la presencia de un subtipo mucoso, como el 6 o el 11,
puede sugerir el origen genital, pero no distinguir si fue transmitido por vía perinatal o
por abuso sexual penetrante. De manera similar el aislamiento del tipo 2, cutáneo,
puede sugerir la adquisición desde verrugas cutáneas comunes, pero no distinguir entre
una autoinoculación o una heteroinoculación inocente, e incluso, tocamientos abusivos
por contacto digital vaginal o anal.
Tratamiento
El manejo de las lesiones depende de la extensión del cuadro, del tiempo de evolución,
de la forma clínica, del estado inmunológico y del deseo por parte del paciente de
someterse a tratamiento, el objetivo del mismo es remover las lesiones clínicas
presentes.
Los conocimientos actuales permiten inferir que con los tratamientos disponibles se
disminuye posiblemente la infectividad, pero no hay certeza de su erradicación.
La existencia de múltiples modalidades terapéuticas refleja la ausencia de un
tratamiento antiviral eficaz. (cuadro 4)
Cuadro 4. Tipos de tratamientos
FÍSICOS
Radiofrecuencia-Leep
Cirugía
Láser
Electrocoagulación
Criocirugía
QUÍMICOS
Tricloroacético (TCA)
Podofilina
Podofilotoxina
INMUNOMODULADORES
Interferón
Imiquimod
5-fluoruracilo
Cualquiera de estos métodos debería cambiarse por otro de no haber modificaciones a
las 3 a 6 sesiones de haber comenzado a utilizarse y/o si sus efectos locales fueran muy
agresivos (quemaduras importantes, despegamientos ampollares) poniendo en riesgo la
continuidad del tratamiento por parte del enfermo.
Asimismo se pueden emplear métodos combinados en las presentaciones más rebeldes.
Tratamientos realizados por el médico:
Podofilina al 25- 50% en tintura de Benjuí. Su efecto radica en su poder citotóxico
Puede producir irritación local y ulceración.
Aplicación semanal. Se necesitan varias sesiones.
Se debe higienizar a las 4 horas de su aplicación Está contraindicado en el embarazo.
Tricloroacético al 50%, 70%, 90%. Produce destrucción de la queratina.
Puede producir irritación local y ulceración.
Se debe aplicar en forma semanal, puntual sobre las lesiones. Se puede utilizar en la
mujer embarazada. Evitar el uso en zona muy cercana a orificio anal por la posibilidad
de cicatrización retráctil.
Interferón: se han utilizado IFN-alfa, beta y gamma con buenos resultados como
monoterapia o en combinación con otros tratamientos tradicionales tales como
crioterapia, cirugía. Se pueden utilizar en forma intralesional, sistémica o regional.
Restringen su uso sus efectos adversos.
Tratamientos aplicados por el paciente:
Podofilotoxina al 0,5% en solución o gel. Derivado de la podofilina con menor riesgo
de toxicidad.
Produce irritación local.
Se debe aplicar dos veces por día durante tres días, seguido por 4-7 días sin tratamiento.
Este ciclo puede ser repetido, si es necesario, hasta cuatro veces.
No se utiliza en la embarazada.
Imiquimod al 5% y al 3,75% en crema
Inmunomodulador con efecto antiviral y antitumoral.
Puede producir eritema, erosión, excoriación, descamación y edema
Al 5% se coloca una vez por día durante 6 a 10 horas, 3 veces por semana por 16
semanas
Al 3,75% se usa en forma diaria.
Si bien se utiliza en niños, no se conoce su seguridad en menores de 18 años ni en
embarazadas
5-fluoruracilo al 5% en crema .Es un antimetabolito con efecto quimioterápico Es poco
tolerado .Puede producir ardor, dolor, edema, ulceraciones. Se aplica1 a 2 veces por
semana, durante 4 a 8 horas por 3 a 8 semanas.
El 5-fluoruracilo: se ha utilizado en forma tópica en especial en aquellas verrugas
ubicadas en las mucosas del conducto anal y la genitourinaria. Los mejores resultados
se obtuvieron en los condilomas ubicados en el meato urinario.
En algunas ocasiones 2 o más métodos podrán alternarse o combinarse para un mejor
resultado terapéutico.
Métodos destructivos físicos realizados por el médico.
Criocirugía
Puede producir eritema, ardor, edema, ampollas y dolor. Aplicación semanal o
quincenal
Extirpación quirúrgica, afeitado, electrocoagulación, radiofrecuencia o láser CO2.
Puede producir cicatrices hipertróficas y dolor
Una única sesión puede ser efectiva, pero requieren anestesia local o general.
A nivel perianal, se evaluarán los diferentes métodos de acuerdo a la extensión y
compromiso de los diferentes epitelios de la zona.
Ácido Tricloroacético. Se debe aplicar en forma puntual sobre las lesiones.
Se utiliza al 50-70-90% semanal.
Podofilino 25-50% se aplica directamente sobre las verrugas. Su efecto irritante afecta
también la mucosa anal circundante, por lo que el enfermo deberá efectuar una ducha
perineal abundante luego de 30 a 60 minutos de efectuada la topicación para minimizar
estos fenómenos indeseables. Los resultados son limitados, se ha reportado hasta un
70% de recaída.
Imiquimod: en general ofrece buenos resultados.
El 5-fluoruracilo se ha utilizado en forma tópica como crema al 5%, en especial en
aquellas verrugas ubicadas en las mucosas del conducto anal.
Crioterapia con nitrógeno líquido:
Técnica Spray con Nitrógeno Líquido: 1 a 3 ciclos con tiempos de congelación de 5-15
seg.
Lesiones de HPV genitoanal malignas:(Criterio Oncológico)
Técnica de Spray con Nitrógeno Líquido: 1 a 3 ciclos de congelación de 1 minuto o más
y de descongelación de 3 minutos.
La electrocoagulación con la obtención de una porción de material para estudio
histopatológico es el patrón oro en el tratamiento de los condilomas acuminados. Sus
desventajas principales son, por supuesto, el dolor ulterior y la necesidad de efectuarlo
con algún método anestésico, generalmente regional. No obstante, la afectación del
anodermo no involucrado por la enfermedad es nula o casi nula.
El objetivo de este método es el de producir una quemadura tipo A sobre el condiloma,
además de la resección de un fragmento de los mismos. Si la quemadura no es más
profunda de lo necesario, el dolor postoperatorio puede manejarse con drogas AINES.
El paciente debe efectuar baños de asiento y concurrir al control semanalmente.
Una de las complicaciones que puede sobrevenir es la estenosis anal, particularmente en
aquellos casos en que el área tratada es muy extensa.
La eliminación completa de los condilomas se logra en una sola sesión en más del 80%
de los casos, y la recidiva de los mismos es menor al 30%.
El desarrollo de los equipos quirúrgicos con láser no se ha difundido debido a los
elevados costos y a que no se han demostrado ventajas en relación a la cirugía
convencional con tijeras y/o electrobisturí.
La recaída de los condilomas parece deberse a persistencia del virus (ADN viral) luego
del tratamiento, por esta razón es que en algunos casos se ha intentado añadir al
tratamiento realizado algún método adyuvante de tipo inmunológico, como la inyección
local de interferón o la aplicación tópica de imiquimod al 5%.
TRATAMIENTO DE INFECCION ANOGENITAL POR HPV EN LA INFANCIA
En el 50% de los casos no se requiere tratamiento alguno debido a que se resuelven
espontáneamente.
La elección del tratamiento depende de la localización, tamaño, número y tipo de
verruga así como la edad y cooperación del niño.
Debe iniciarse con el método más sencillo con pocos efectos secundarios e ir
aumentando la complejidad de los mismos si los tratamientos anteriores no responden.
Todas las alternativas citadas en el tratamiento de las lesiones por HPV en el adulto
serían aplicables en esta población, excepto 5-fluoruracilo y recordando que si bien se
utiliza en niños, no existe aún experiencia con el uso de imiquimod en menores de 18
años.
Tratamientos realizados por el médico en la infancia
Podofilina al 25% en tintura de Benjuí
Ácido Tricloroacético al 30-50%
Seguimiento:
Consiste en manejar las complicaciones del tratamiento y detectar la recurrencia.
HPV e inmunosupresión
Presentación clínica más severa, florida con gran número de lesiones, tendencia a la
recurrencia, escasa respuesta al tratamiento y posibilidad de malignización de lesiones
crónicas En todo paciente con serología positiva para HIV, es necesario buscar lesiones
de HPV aún cuando el paciente no manifieste la patología.
El tratamiento será más efectivo cuando la inmunidad del paciente esté compensada.
Embarazo
La inmunodepresión y la vasocongestión vulvar que produce el embarazo, favorecen el
crecimiento de los condilomas. Solo si el tamaño de los mismos dificulta el parto por
vía baja se deberá recurrir a la cesárea.
Las modalidades terapéuticas que pueden indicarse son el ácido tricloroacético,
criocirugía, cirugía y laserterapia.
Prevención y control
La infección genital por HPV es una afección viral frecuente entre adultos sexualmente
activos.
El valor del tratamiento en reducir la infectividad es algo no totalmente resuelto
Estrategias individuales
En las personas sexualmente activas, una relación a largo plazo, mutuamente
monogámica con una pareja no infectada es la estrategia más factible para prevenir
futuras infecciones por HPV. De todas maneras es difícil determinar si una persona que
ha tenido vida sexual activa anterior está infectada actualmente.
Si bien las evidencias científicas actuales sugieren que el efecto del preservativo en
prevenir las infecciones por HPV es poco conocido, su uso se relaciona con baja
frecuencia de verrugas genitales y cáncer cervical.
Controles cervicales regulares en todas las mujeres y el tratamiento de las lesiones
precancerosas constituyen una clave especial para prevenir el cáncer cervical.
Estrategias desde la Salud Pública
Promoción de campañas de controles cervicales regulares y el apropiado seguimiento
de aquellas mujeres con Pap anormal
La prevención y el rol del profesional
Las consecuencias que con mayor o menor gravedad ocurren en la infección por HPV
exigen del profesional una actitud positiva en la entrevista con el paciente a fin de
aclarar todas las formas de prevención secundaria.
El preservativo sigue siendo la medida de salud más recomendable para la prevención
para aquellos que no son fieles mutuamente o mantienen relaciones sexuales casuales.
La exposición no sexual (aunque no significativa) no debe descartarse por su
implicancia social.
La medicina preventiva basa su acción durante la consulta considerando a la misma
como una oportunidad que no debe ser perdida.
El profesional debe aprovechar toda consulta sobre estas patologías para brindar
información completa y pautas de cuidado personal y hacia la pareja.
El dermatólogo ha sido siempre pionero en la lucha contra las ITS, ese rol no debe
abandonarse por cuanto las mismas continúan siendo las infecciones más frecuentes
especialmente en países en desarrollo.
Medidas preventivas en la infancia
1
2
3
4
5
6
7
utilizar toallas personales
lavar ropa interior por separado
no compartir ropa interior
no bañarse con adultos
las madres infectadas, deben lavarse antes de manipular genitales
usar lavandina frecuentemente en los baños compartidos
evitar colecho
Bioseguridad
En todos los procedimientos físicos el efector debe tener la precaución de utilizar
guantes, barbijos, y máscaras quirúrgicas para proteger sus propias mucosas, para evitar
el transporte aéreo de partículas virales y su inoculación a distancia.
HPV Vacunas
En la actualidad se dispone de tres vacunas contra el HPV autorizadas por la
Administración de Drogas y Alimentos de los EE. UU. (FDA). La vacuna bivalente
(Cervarix®), la tetravalente (Gardasil®) y la nonavalente (9 Gardasil®).
Las tres vacunas protegen contra el HPV 16 y 18, los cuales causan el 66% de los
cánceres cervicales y la mayoría de los cánceres vinculados al HPV. La vacuna
tetravalente previene cuatro tipos del HPV: HPV 16 y 18, así como también contra el 6
y el 11, que causan la mayoría de las verrugas genitales. La vacuna nonavalente protege
contra 5 tipos de HPV adicionales: 31, 33, 45, 52 y 58, que causan el 15 % de los
cánceres de cuello uterino.
La vacuna tetravalente y la nonavalente también han mostrado que protegen contra los
cánceres de ano, vagina y vulva. Ambas vacunas están autorizadas para su
administración en los hombres.
La vacunación, ya sea con la vacuna contra el HPV bivalente, tetravalente o
nonavalente, se recomienda para protegerse contra los tipos del HPV 16 y 18, y para
prevenir el cáncer del cuello uterino y precánceres en las mujeres. La administración de
la vacuna tetravalente y nonavalente se recomienda para la protección contra los tipos
de HPV 16, 18, 6 y 11, y para la prevención de cánceres y precánceres de cuello
uterino, vulva o vaginales en las mujeres, así como cánceres y precánceres anales, y
verrugas genitales en las mujeres y en los hombres.
Todas estas vacunas se administran en una serie de 3 dosis. No existen datos suficientes
sobre la eficacia de las vacunas cuando se aplican menos de tres dosis.
Recomendaciones sobre la administración de las vacunas
Las tres vacunas del HPV se recomiendan como parte de la rutina en niñas de 11 y 12
años de edad. La serie de vacunación puede comenzar a administrarse a partir de los 9
años de edad. También se recomienda la vacunación a las mujeres de 26 años de edad
que no hayan sido vacunadas previamente o no hayan completado las 3 dosis.
La vacuna tetravalente y nonavalente pueden aplicarse de rutina en varones de 11 a 12
años y en aquellos que a la edad de 21 años no hayan sido vacunados previamente o no
hayan completado la serie de dosis de vacunación. Los varones entre 22 y 26 años
también pueden recibir estas vacunas.
Otras poblaciones pasibles de ser vacunadas (mayor vulnerabilidad)
•
Hombres que tienen sexo con hombres (HSH) y hombres bisexuales.
•
Personas con sistemas inmunitarios debilitados (incluye el VIH) hasta los 26
años de edad (siempre 3 dosis).
Estas vacunas no tendrían efectos terapéuticos en las enfermedades asociadas al HPV,
aunque existen comunicaciones esporádicas que refieren resolución de verrugas
existentes causadas por el HPV luego de la vacuna tetravalente. Se requieren futuros
estudios.
Lo ideal es que los pacientes se vacunen antes del inicio sexual, que es cuando podrían
exponerse al HPV. Los pacientes que ya estén infectados por uno o más tipos del HPV
aún pueden recibir protección contra los otros tipos de este virus que todavía no hayan
adquirido.
En la Argentina a partir del 2011, se incorpora la vacuna contra HPV al calendario de
vacunación nacional.
Actualmente se aplica la vacuna tetravalente a todas las niñas a partir de los 11 años de
edad.
La vacunación es gratuita y obligatoria.
La ANMAT también aprobó el uso de la vacuna tetravalente en varones de 9 a 26
años.
Recomendación de vacunación hasta los 26 años de edad
Las vacunas contra el HPV están aprobadas para las mujeres y los hombres de 26 años o
menos. Las vacunas ofrecen mayor beneficio cuando se administran a los niños y a las
niñas de 11 o 12 años de edad.
Al igual que los estudios en mujeres más jóvenes, los ensayos clínicos de la vacuna
tetravalente en mujeres mayores de 26 años mostraron que la vacuna es segura. Este
estudio también mostró que la vacuna era eficaz en las mujeres sin evidencia de estar o
haber estado infectadas con los tipos de HPV prevenibles por la vacunación. Sin
embargo, el estudio demostró que la protección era limitada o que no existía protección
contra la enfermedad en la población general del estudio. Ninguna vacuna ha sido
autorizada en los Estados Unidos para usarse en mujeres mayores de 26 años. Aunque
no se recomienda que las mujeres mayores de 26 años reciban la vacuna contra el HPV,
estas deben realizarse las pruebas de detección del cáncer de cuello uterino de acuerdo a
las recomendaciones actuales.
Administración de la vacunas
Las vacunas contra el HPV se deben administrar en una serie de tres inyecciones
intramusculares en un periodo de seis meses. La segunda y tercera dosis se debe aplicar
a los dos y a los seis meses después de la primera dosis.
Las vacunas se pueden administrar en la misma consulta con otras vacunas apropiadas a
la edad, como las vacunas toxoide tetánica, toxoide diftérica reducida y tos ferina
acelular (Tdap), antimeningocócica conjugada cuadrivalente (MCV4), contra la
influeza, y contra la hepatitis B.
Se debe solicitar a las personas que reciben la vacuna que se queden en observación
durante 15 minutos luego de su aplicación.
Las recomendaciones sobre las pruebas de detección del cáncer de cuello uterino no han
cambiado para las mujeres que reciben la vacuna contra el HPV.
Las vacunas contra el HPV ofrecen un enfoque nuevo y prometedor para la prevención
del HPV y las afecciones asociadas a este virus. No obstante, no remplazan otras
estrategias de prevención como la detección del cáncer de cuello uterino de manera
habitual mediante la prueba de Papanicolaou debido a que las vacunas no protegen
contra todos los tipos del HPV.
Los controles deben comenzar a partir de los 21 años y continuar hasta los 65 años tanto
para mujeres vacunadas como no vacunadas.
Todos los pacientes vacunados deben continuar practicando sexo sin riesgo (uso del
condón), debido a que la vacuna no protege contras las otras infecciones de
transmisión sexual. Aunque los condones no protegen completamente contra el HPV,
pueden reducir la probabilidad de contraer el HPV y presentar enfermedades
relacionadas a este virus, siempre que se usen al tener relaciones sexuales y de manera
correcta. También pueden disminuir el riesgo del HPV teniendo relaciones mutuamente
monógamas con una pareja que no ha tenido parejas sexuales o ha tenido pocas o
limitando el número de parejas sexuales.
Composición de las vacunas
Las vacunas contra HPV están hechas de partículas no infecciosas similares al HPV
(VLPs, por sus siglas en inglés) y no contienen timerosal ni mercurio como conservante.
Las vacunas usan diferentes sustancias adyuvantes. La vacuna tetravalente usa
adyuvante de alumbre (225 µg de sulfato hidroxifosfato de aluminio amorfo), la vacuna
nanovalente usa adyuvante de alumbre (550 µg de sulfato hidroxifosfato de aluminio
amorfo) y la vacuna bivalente usa AS04 (500 µg de hidróxido de aluminio y 50 µg 3-Odeacyl-4’-monofosforil lípido A).
Precauciones y contraindicaciones
Las vacunas contra el HPV están contraindicadas en personas con antecedentes de
hipersensibilidad inmediata a cualquier componente de la vacuna. Las vacunas
tetravalente y nonavalente están contraindicadas en las personas con antecedentes de
hipersensibilidad inmediata a la levadura. La vacuna bivalente en jeringas precargadas
está contraindicada en las personas con alergias anafilácticas al látex. Las vacunas no
están recomendadas en mujeres embarazadas. Aunque no se han evidenciado resultados
adversos en embarazos o problemas en fetos en desarrollo, los datos disponibles sobre
vacunación durante el embarazo son muy limitados. Cualquier exposición a la vacuna
durante el embarazo debe ser reportada al correspondiente registro de vacunas contra el
HPV en el embarazo:
o
o
La línea gratuita para Gardasil® es 0800-986-8999
La línea gratuita para Cervarix® es 0888-452-9622
Si una mujer se encuentra embarazada luego del inicio de la vacunación debe
descontinuar el esquema y completar las tres dosis al finalizar la gestación. Si la vacuna
fue aplicada durante el embarazo, no es necesario tomar intervención.
Las vacunas contra el HPV pueden administrarse a mujeres lactantes, pacientes con
enfermedades leves con complicaciones, como diarrea o infecciones leves de las vías
respiratorias superiores con o sin fiebre. Pacientes con enfermedades agudas de
intensidad moderada o grave deben esperar a vacunarse hasta que se mejoren de la
enfermedad.
También pueden vacunarse mujeres que hayan tenido resultados anormales o ambiguos
a las pruebas de Papanicolaou, un resultado positivo a la prueba del HPV o verrugas
genitales. Sin embargo, se debe advertir a estos pacientes que los datos obtenidos en
estudios no indican que la vacuna tendrá algún efecto terapéutico en las anomalías
detectadas por la prueba de Papanicolaou, en la infección por el HPV o en las verrugas
genitales.
Puede indicarse a pacientes inmunodeprimidos, ya sea por motivo de una infección,
enfermedad o un medicamento. Sin embargo, la respuesta inmunitaria a la vacunación y
la eficacia de la vacuna pueden ser menores en las personas inmunodeprimidas.
Seguridad de la vacuna contra el HPV
Los estudios realizados indican que las vacunas contra el HPV son seguras. Las
reacciones adversas que fueron notificadas durante estos estudios incluyen dolor en el
lugar en el que se administró la inyección, fiebre, mareos y náuseas. .
La FDA y CDC han establecido un plan detallado para vigilar la seguridad de ambas
vacuna después de haber sido aprobadas. Para obtener más información sobre el
Sistema de Notificación de Reacciones Adversas a las Vacunas (VAERS) visite
www.vaers.hhs.gov.
Eficacia de la vacuna contra el HPV
El estudio principal sobre la eficacia de la vacuna bivalente se realizó en mujeres
jóvenes de 15 a 25 años. En las mujeres que no habían sido previamente expuestas a un
tipo de HPV para el cual existe protección, los ensayos clínicos demostraron una
eficacia del 93% de la vacuna en la prevención de los precánceres cervicales causados
por el HPV 16 y 18.
En todos los estudios de la vacuna bivalente contra el HPV, más del 99% de las mujeres
presentaron una respuesta de los anticuerpos 16 y 18 del HPV al mes de completar las 3
dosis.
Los estudios de eficacia principales de la vacuna teravalente se llevaron a cabo en
mujeres y hombres jóvenes (de 16 a 26 años de edad). Entre personas no previamente
expuestas a un tipo de HPV para el que existe protección, los estudios clínicos indicaron
casi un 100% de eficacia en la prevención de los precánceres de cuello uterino,
cervicales, vulvares y las verrugas genitales en las mujeres por estos tipos de vacuna; así
como también demostraron un 90% de eficacia en la prevención de verrugas genitales y
un 75% en la prevención de precánceres anales en los hombres.
En mujeres ya infectadas con un tipo de HPV para el cual la vacuna ofrece protección,
las vacunas no previenen la enfermedad de ese tipo de HPV pero protege contra otros
tipos. Se realizaron estudios de inmunogenicidad de ambas vacunas en niñas de 9 a 15
años de edad. Más del 99% de las niñas vacunadas en estos estudios generaron
anticuerpos después de haber recibido la vacuna.
La inmunogenicidad sería similar en la vacuna tetravalente y la nonavalente pero la
eficacia es mayor para la nonavalente.
Duración de la protección que ofrece la vacuna:
Los estudios indican que la protección que ofrece la vacuna es de larga duración. Los
estudios actuales indican que las vacunas son eficaces, y no hay evidencia de que la
inmunidad disminuya. Esta información se actualizará en cuanto se disponga de datos
adicionales relacionados con la duración de la protección.
Por último cabe destacar que el cáncer de cuello uterino afecta desproporcionadamente
a las mujeres de bajo nivel socioeconómico, que no tienen acceso frecuente a la
atención médica. Esta población es la que más se beneficiaría con la vacunación contra
el HPV.
Bibliografía recomendada
1. Leiro V, Bermejo A. HPV vacunas. Dermatol Argent 2008; 4: 308-311.
2. Joura E A, Giuliano AR, Iversen OE, et ál. Broad Spectrum HPV Vaccine
Study. A 9- Valent HPV vaccine against infection and intraepithelial neoplasia
in women. N Engl J Med 2015; 372:711-723.
3. Markowitz L, Dune EF, Saralya M, et ál. Centers of Disease Control and
Prevention (CDC) Human papillomavirus vaccination recomendations of the
Advisory Commitee on immunization Practices (ACIP) MMWR Reccomm Rep
2014 ;63(RR-05).
4. CDC. Human papillomavirus (HPV) –associated cancers. Atlanta , GA: US
Department of Health and Human Services, CDC. http://www.cdc.gov/cancer
/hpv/statics/cases.htm
5. Primer Consenso de Diagnóstico, Tratamiento y Prevención de las
Enfermedades de Transmisión Sexual SADI. Buenos Aires. 11 de noviembre
2011
6. http://www.cdc.gov/std/gisp/gisp-protocol-feb-2015_v3.pdf
VIRUS HERPES SIMPLEX (HSV 1 y 2)
INTRODUCCIÓN
El término herpes proviene del griego "herpein" que significa serpentear. El herpes es
una infección viral crónica de distribución mundial causada por el herpes simplex
(HSV). Se describen dos tipos muy relacionados entre sí, el herpes simplex tipo 1
(HSV-1) y el herpes simplex tipo 2 (HSV-2). Pertenecen a la familia Herpesviridae,
sub-familia alphaherpesviridae, grupo de virus ADN bicatenario con cubierta lipídica.
Las diferencias entre ambos radican en la distinta naturaleza antigénica de las proteínas
que forman parte de su envoltura; el HSV-1 está principalmente asociado a infecciones
orales y el HSV-2 a infecciones genitales, aunque ambos tipos pueden causar lesiones
en cualquier región de la piel o mucosas. Poseen capacidad de producir infecciones
agudas y luego permanecer latente por meses o años, pudiendo reaparecer
periódicamente según el estado inmunológico del huésped.
PATOGENIA
Se describen cuatro etapas en su mecanismo patogénico:
1. Contacto del virus con la mucosa o la piel erosionada.
2. Replicación viral en células de la epidermis que conduce a la característica
vesiculización del tejido.
3. Extensión del virus por vía de los nervios sensoriales y autónomos, acantonándose en
los ganglios sensitivos que caracterizan el estado latente de la infección.
4. Reactivación intermitente.
Respuesta inmune:
La replicación del HSV, en las células epiteliales, desencadena una respuesta inmune
innata que implica los receptores tipo Toll 2, la liberación de citoquinas y la activación
de los macrófagos, las células dendríticas y los linfocitos NK. Los déficits del sistema
inmune innato se han asociado con una enfermedad por HSV más severa. Los linfocitos
T CD4 + y CD8 + desempeñan un importante papel en el control de la propagación del
virus a las células neuronales, disminuyendo el número de copias virales presentes
durante la latencia. Curiosamente, los estudios recientes indican que el HSV se extiende
selectivamente a las áreas con bajo número de células T residentes. La inmunidad
humoral jugaría un rol importante en las respuestas locales durante la recurrencia o
cuando está localizada en el tracto genital.
La infección por un tipo de HSV en un sitio no protege contra su aparición en otro lugar
pero los signos y síntomas son mucho más leves. La infección por el HSV-1 no confiere
protección contra el HSV-2 pero atenúa la clínica de su adquisición.
HERPES ORAL
EPIDEMIOLOGÍA
La mayoría de las infecciones herpéticas orofaciales son debidas al HSV-1 y con menor
frecuencia al HSV-2. Se transmite en forma directa (contagio interhumano) o en forma más rara
por fómites; existe un pequeño porcentaje de individuos (5%) con desprendimiento asintomático
de partículas virales intactas en la saliva (portadores asintomáticos) que explica una parte
significativa de los contagios.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Las afecciones ocasionadas, por cualquiera de estos virus, son indistinguibles desde el
punto de vista clínico. Se sospecha con la aparición de disestesias, ardor o dolor en el
sitio donde aparecerán las lesiones, seguidas de edema y enrojecimiento con ulterior
aparición de vesículas, erosiones y costras agrupadas.
Primoinfección herpética:
La infección primaria suele ser asintomática en la mayoría de los casos (>90%). En un
grupo pequeño de pacientes, tras un período de incubación de 2 a 12 días (promedio de
4 días), la misma se manifiesta con fiebre, malestar general, artralgias y adenomegalias
cervicales junto con vesículas que se erosionan en una superficie considerable de la
cavidad oral ocasionando una importante odinofagia; en estos casos el cuadro suele
durar de 2 a 4 semanas.
Recurrencia:
Consisten en brotes, generalmente en el mismo sitio, de vesículas agminadas que se
erosionan y forman costras en individuos previamente infectados. Las mismas son más
focalizadas (la mayoría aparecen sobre la semimucosa labial y la piel circundante),
menos sintomáticas y duraderas que la primoinfección; por otra parte son menos
frecuentes con el HSV-1 que con el HSV-2.
Muchas veces estas recurrencias están desencadenadas por diversos factores como
fiebre, tensión psíquica, menstruación, exposición a luz ultravioleta, clima frío, trauma
mecánico o inmunosupresión.
HERPES GENITAL
EPIDEMIOLOGÍA
La morbilidad, la naturaleza crónica de la infección con episodios de reactivación y las
posibles complicaciones como el herpes neonatal ha convertido al herpes genital en una
gran preocupación para los pacientes y la salud pública. Es actualmente la ITS
(infección de transmisión sexual) más frecuente y la primera causa de erosión genital en
el mundo. La mayoría de los casos son causados por el HSV-2, sin embargo una
proporción creciente de las infecciones anogenitales se han atribuido a la infección por
el HSV-1, en especial en las mujeres jóvenes y los hombres homosexuales.
La prevalencia de la infección es muy baja en niños y adolescentes pero aumenta con la
edad, siendo la primoinfección habitual a partir de la pubertad por contacto sexual; a los
30 años de edad alrededor del 25% de la población tienen anticuerpos anti-HSV-2. La
incidencia es variable según se trate de países desarrollados o no, así como de áreas
urbanas o rurales y ha ido incrementándose año tras año; más de 45 millones de
personas en los Estados Unidos están infectadas con el HSV-2 y más de un millón de
nuevos casos se diagnostican cada año, donde la incidencia es mayor entre los 22 a 24
años de edad (50/100.000 para los casos sintomáticos y 160/100.000 para los
asintomáticos).
Muchas personas infectadas por el HVS-2 no tienen diagnóstico, sus infecciones son
leves o no reconocidas, eliminando virus de forma intermitente en la zona anogenital.
Más del 70% de todas las infecciones son transmitidas durante los episodios
asintomáticos.
Factores de riesgo que favorecen la infección:
• Sexo: más frecuente en las mujeres.
• Raza: más frecuente en la raza negra.
• Estado civil: más frecuente en los divorciados.
• Lugar de residencia: más frecuente en las grandes ciudades que en las pequeñas.
• Número de compañeros sexuales: a mayor número mayor riesgo de infección.
La principal vía de transmisión es por contacto sexual anogenital, menos
frecuentemente por orogenital; en este último caso el agente etiológico suele ser el
HSV-1. El panorama actual marca un cambio importante en el pensamiento tradicional
sobre la infección por HSV pues la enfermedad anogenital puede ser ocasionada por
cualquiera de los dos virus (HSV-1 y HSV-2).
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
De acuerdo a la presencia de signos y síntomas:
• Infección asintomática: es la que padece una persona que carece de historia,
signos o síntomas de la enfermedad pero el virus está presente en la superficie de
la piel o mucosa. Aproximadamente el 20% de los pacientes con anticuerpos
frente al HSV-2 son verdaderamente asintomáticos o tienen lesiones en
localizaciones imposibles de observar. El grupo restante posee lesiones que no
son reconocidas como tales por el propio paciente o por el médico que le
atiende. El descubrimiento de que muchos pacientes asintomáticos eliminan
virus tiene importantes implicaciones para la salud pública; de hecho, los datos
indican que la mayoría de las transmisiones por HSV se producen mientras los
pacientes permanecen asintomáticos, a pesar de que hay un mayor riesgo de
transmisión cuando poseen lesiones activas y una carga viral mayor.
• Infección sintomática: la replicación activa del virus se manifiesta por las
lesiones y síntomas característicos. Si es la primera vez que presenta esta
sintomatología se clasifica como primer episodio. Dependiendo del estado
inmunológico del paciente, se subdividen en primoinfección herpética si en el
momento de la enfermedad no se detectan anticuerpos frente a ninguno de los
dos tipos de HSV, e infección inicial no primaria o primer episodio no
primario cuando sí existen anticuerpos frente a uno o ambos tipos. Si el
paciente ha sufrido anteriormente al menos un brote similar, se dice que estamos
ante una recidiva o recurrencia.
Primoinfección herpética:
Por lo general pasa inadvertida. En los casos sintomáticos, tras el contacto con el HSV,
hay un período de incubación de 3 a 50 días (en ocasiones más prolongado) hasta la
aparición de las lesiones en el sitio de inoculación (primoinfección sintomática). El
paciente refiere prurito, dolor o ardor con posterior desarrollo de vesículas en ramillete,
simétricas, que dan lugar a erosiones de contornos arciformes, costras y restitución adintegrum del epitelio en 2 a 3 semanas. En el hombre se afecta glande, surco
balanoprepucial, prepucio o uretra (uretritis); en casos de varones homosexuales o
bisexuales puede comprometerse el recto (rectitis). En la mujer la primoinfección suele
ser más severa y comprometer labios mayores y menores, perineo, región perianal,
vagina o cuello uterino (cervicitis).
En forma habitual se acompaña de adenopatías regionales aflegmásicas y dolorosas. En
el 30 % de los infectados existe compromiso del estado general con fiebre, mialgias,
parestesias sacras, astenia y cefalea.
La manifestación severa bilateral no es exclusiva de la primoinfección.
Recurrencia:
Definida como la reactivación del HSV que sigue a la primoinfección o infección
inicial, ocurre aproximadamente en el 57% al 89% de los individuos con antecedentes
de infección primaria genital por HSV-1 o HSV-2, respectivamente. La recurrencia es
típicamente menos grave y de duración más corta que la infección primaria.
Su presentación es precedida por síntomas prodrómicos (prurito, ardor) y se caracteriza
por un menor número de vesículas de disposición asimétrica, evolucionando con
erosiones que desaparecen luego de 1a 2 semanas. Las adenopatías son raras.
Son muy frecuentes las formas atípicas, que suelen pasar desapercibidas por el paciente
y su médico.
Factores desencadenantes:
Endógenos:
a) fisiológicos: menstruación, embarazo.
b) patológicos: trastornos psiquiátricos o psicológicos (depresión, stress, neurosis),
disendocrinias (diabetes, enfermedad de Addison, enfermedad de Cushing, alteraciones
tiroideas u ováricas), HIV e inmunocompromisos de otro tipo.
Exógenos:
Traumatismos, infecciones, medicamentos, drogadicción, rayos UV.
Complicaciones:
• En el área genital: coinfección o sobreinfección agregada.
• Extragenitales:
Queratoconjuntivitis
Meningitis/ Encefalitis
Panadizo herpético
Erupción variceliforme de Kaposi
Eritema multiforme
HSV resistente al aciclovir
Si las lesiones persisten o se repiten en un paciente en tratamiento activo antiviral debe
sospecharse resistencia y ser manejado en consulta con un especialista en enfermedades
infecciosas. Todas las cepas resistentes al aciclovir también son resistentes al
valaciclovir y la mayoría al famciclovir. El foscarnet (40-80 mg/Kg/8hs por vía IV hasta
alcanzar la resolución clínica) es a menudo eficaz para el tratamiento del herpes genital
resistente al aciclovir. El cidofovir (5 mg/Kg por vía IV, una vez por semana) también
podría ser eficaz. El imiquimod es una alternativa tópica así como el cidofovir tópico en
gel al 1%; estas preparaciones deben aplicarse a las lesiones una vez al día durante 5
días consecutivos.
Vacuna terapéuticas
Las vacunas terapéuticas son otra posible estrategia para el manejo de los pacientes con
infección por HSV; de hecho ensayos clínicos han examinado la eficacia entre
individuos con herpes recurrentes, aunque con resultados decepcionantes. Sin embargo,
los actuales conocimientos sobre la respuesta inmune del huésped han dado lugar a
nuevas vacunas con el objeto de obtener respuestas de células T mediante el uso de
péptidos del HSV (HerpV), con resultados prometedores en modelos animales, células
humanas in vitro y ensayo de fase I. Se están diseñando estudios de fase I / IIa para
examinar su seguridad, inmunogenicidad y el impacto entre los individuos con
infección genital por HSV-2.
PREVENCIÓN:
Asesoramiento y enfoques conductuales
Las intervenciones de asesoramiento y enfoques conductuales representan un pilar
fundamental en la prevención primaria contra las ITS (incluido el herpes). Estas
intervenciones incluyen:
• Educación sexual integral.
• Asesoramiento sobre prácticas sexuales más seguras y reducción de riesgos,
promoción del uso de preservativos e intervenciones dirigidas a grupos de
poblaciones claves y vulnerables (adolescentes, trabajadores sexuales, hombres
homosexuales y consumidores de drogas inyectables). Además, el asesoramiento
puede mejorar la capacidad de las personas para reconocer los síntomas, con lo que
aumentarán las probabilidades de que soliciten atención o alienten a sus parejas
sexuales a hacerlo.
El dermatólogo ha sido pionero en la lucha contra las ITS. Este rol no debe
abandonarse, por cuanto las mismas continúan siendo las infecciones que con mayor
frecuencia se manifiestan en países en desarrollo.
El profesional debe aprovechar toda consulta sobre esta patología, aun aquellas no
genitales, para brindar una información completa y educar a sus pacientes:
• Advertir al paciente que debe evitar el contacto sexual durante el episodio.
• Ayudar a reconocer los síntomas.
• Informar sobre el riesgo de transmisión durante la excreción viral asintomática.
• Aconsejar que comparta su status de infección con su pareja.
• Aconsejar el uso de preservativo.
Vacunas profilácticas
Sobre la base de nuestra comprensión actual de la patogenia y la respuesta inmune del
huésped, las futuras vacunas candidatas podrán ser más eficaces cuando actúen
localmente en sitios mucocutáneos o dentro de los ganglios sensoriales; ya sea mediante
el establecimiento de un grupo local de células T memoria de protección o induciendo
una respuesta de citotoxicidad mediada por células dependientes de anticuerpos, en
particular en zonas con escasa presencia de células T.
DIAGNÓSTICO
Debido a que en muchos individuos infectados no se presentan las lesiones herpéticas
típicas, el diagnóstico clínico presenta una sensibilidad y especificidad limitadas, en
especial en el herpes genital. En este último el 30% de las primoinfecciones son
producidas por el HSV-1, pero es el HSV-2 el que muestra la mayor frecuencia de
recurrencias y eliminación asintomática. Por lo tanto la tipificación viral es importante,
pues afecta el pronóstico y el asesoramiento del paciente.
Si bien se aconseja en general que el diagnóstico clínico de herpes genital sea
confirmado por ensayos de laboratorio, existen determinadas situaciones en las que esto
se considera prioritario:
Indicaciones para el diagnóstico virológico de HSV
•
•
•
•
Diagnóstico clínico dudoso, con o sin cito-histología previa negativa.
Mujer embarazada con sospecha de lesión herpética genital.
Mujer embarazada cuya pareja tiene antecedentes de infección herpética genital.
Paciente con sintomatología inflamatoria inespecífica y recurrente en zona
génitoanal.
TÉCNICAS VIROLÓGICAS APLICADAS EN LESIONES ANOGENITALES
Pueden dividirse en:
A) MÉTODOS DIRECTOS: presencia del virus o parte del mismo en muestras
clínicas
La muestra clínica puede ser tanto un hisopado como un raspado tomado de la base de
la lesión, en los comienzos de la evolución (etapa vesicular).
Es muy importante tener en cuenta el momento en que se toma la muestra ya que esto
puede variar notablemente la sensibilidad en la detección viral; ésta es máxima en las
lesiones vesiculares y decrece a medida que avanza hacia la etapa de costras.
1.- Intento de aislamiento viral en cultivos celulares: excelente técnica para recuperar
virus de una lesión vesicular activa, un frotis o biopsia. El cultivo demora 2-7 días en
hacerse positivo (detección del efecto citopático viral: lisis celular) y luego debe
confirmarse por alguno de los métodos de detección de antígenos que se detallan abajo.
Esta técnica se considera “patrón”, pero se uso está restringido a laboratorios de
referencia o de alta complejidad. Su sensibilidad, dependiendo del estadio clínico en el
que se haya tomado la muestra, oscila entre un 95% en el caso de lesiones vesiculares,
70% en úlceras y 30% en costras. Debido a que en las infecciones primarias la carga
viral es en general mucho mayor, la sensibilidad del cultivo celular es también mayor en
éstas que en las recurrencias.
2.- Detección de antígenos virales: diagnóstico rápido que se realiza directamente sobre
la muestra de células tomadas de la base de las vesículas.
-
Detección de proteínas virales: puede realizarse por inmunofluorescencia
indirecta (IFI) o inmunoperoxidasa (IP) sobre portaobjetos; empleando
monoclonales específicos es posible diferenciar entre el HSV-1 y el HSV-2.
-
Detección del ADN viral: hibridación o PCR (de mayor utilidad en el
diagnóstico de patología neurológica). El advenimiento de nuevos formatos de
PCR, muy especialmente la PCR en “tiempo real” y la PCR isotérmica, han
ganado terreno en el diagnóstico del herpes genital. Se trata de técnicas muy
sensibles, reproducibles y de rápida ejecución, que aportan la posibilidad
adicional de determinar la carga viral en la muestra para estimar el riesgo de
enfermedad neonatal, evaluar la eficacia del tratamiento y tipificar el HSV, en
una sola reacción.
B) MÉTODOS INDIRECTOS:
Serología: los anticuerpos de tipo IgG contra HSV se desarrollan durante las primeras
semanas post-infección y persisten indefinidamente. Debido a que casi todas las
infecciones por HSV-2 son adquiridas sexualmente, la presencia de anticuerpos
específicos contra el HSV-2 indica infección anogenital; sin embargo, la presencia de
anticuerpos contra el HSV-1 no distingue una infección anogenital de una orolabial. La
serología carece de utilidad en el diagnóstico de enfermedad aguda.
Las indicaciones del uso de la serología son aún limitadas: diagnóstico de
susceptibilidad para uno de los dos tipos de HSV, consejo y apoyo a parejas en que uno
de sus integrantes padece de herpes genital reconocido por lesiones externas y en el
diagnóstico de herpes genital sin lesiones externas. La serología debe ser considerada,
como prueba de tamizaje, en personas que asisten a una clínica de ETS para evaluación
(especialmente aquellas con múltiples parejas sexuales), o en aquellas con infección por
HIV o en hombres que tienen sexo con hombres en mayor riesgo de adquirir HIV. El
tamizaje no está indicado en la población general.
Se han desarrollado algunos equipos comerciales que detectan anticuerpos dirigidos
contra las glicoproteínas (G1 y G2) con especificidad antigénica para HSV-1 y HSV-2,
respectivamente. Estas técnicas permiten discernir entre ambos tipos virales; tal es el
caso del enzimo-inmunoensayo HerpeSelect, el inmunoblot (ambos fabricados por
Focus Technologies) y POCkit (fabricado por Diagnology). El resto de las pruebas
comerciales disponibles (fijación de complemento, hemaglutinación pasiva,
neutralización, inmunofluorescencia y ELISA) no permiten distinguir entre los dos tipos
virales ya que presentan un alto índice de cruzamiento.
La detección de IgM específica no permite diferenciar la infección primaria de la
recurrencia; sin embargo es indicativa de una infección en curso, aunque debe tenerse
en cuenta la posibilidad de falsos positivos frente a altos títulos de IgG.
TRATAMIENTO
Primoinfección herpética:
Todos los pacientes con un primer episodio de herpes genital deben recibir terapia
antiviral.
• Aciclovir 400mg/3 veces/día por 7-10 días
• Aciclovir 200mg/5 veces/día por 7-10 días
• Valaciclovir 1gr/2 veces/día por 7-10 días
• Famciclovir 250mg/3 veces/día por 7-10 días
Si a los 10 días de tratamiento el paciente continúa con lesiones clínicas, éste deberá
extenderse hasta lograr la curación. Para los casos orales es importante la terapia de
apoyo en forma de líquidos, reposo, enjuagues bucales y antipiréticos.
Recurrencias:
Para ser eficaz necesita iniciarse el tratamiento en el pródromo o dentro del primer día
de inicio del cuadro clínico (el paciente deberá tener medicación previamente adquirida
para usar inmediatamente).
• Aciclovir 400mg/3 veces/día por 5 días
• Aciclovir 800mg/2 veces/día por 5 días
• Aciclovir 800mg/3 veces/día por 2 días
• Valaciclovir 500mg/2 veces/día por 3 días
•
•
•
•
Valaciclovir 1gr/día por 5 días
Famciclovir 125mg/2 veces/día por 5 días
Famciclovir 1gr/2 veces/día por 1 día
Famciclovir 500mg 1 vez seguido de 250mg/2 veces/día por 2 días
Terapia supresora:
Casi todos los pacientes con un primer episodio sintomático asociado al HSV-2
desarrollarán recurrencias y eliminación asintomática intermitente, éstas son menos
frecuentes con el HSV-1. La terapia supresora reduce en un 70-80% las recurrencias
(frecuencia, magnitud y severidad) en los pacientes que presentan 6 o más episodios
anuales, mejorando la calidad de vida; sin embargo su efecto no se limita a ellos sino
que también se muestra eficaz en pacientes con menor número de brotes. Por otra parte
tiene la ventaja adicional de disminuir el riesgo de transmisión a las parejas susceptibles
(serología negativa) en adición al uso de preservativo y la abstinencia sexual en las
recurrencias, por lo cual es preferible por muchas personas a la terapia episódica, en
especial con el HSV-2. El tratamiento supresor con antivirales no elimina la latencia
ganglionar y debe advertirse la posibilidad de rebrote si se interrumpe la terapia; ésta
será reevaluada con el paciente en forma regular (ej: base anual).
• Aciclovir 400mg/2 veces/día
• Valaciclovir 500mg/1 vez/día (podría ser menos eficaz en casos con >10
recurrencias al año)
• Valaciclovir 1gr/1 vez/día
• Famciclovir 250mg/2 veces/día
Terapia endovenosa:
Se utiliza sólo en casos de herpes severo o complicaciones que requieran hospitalización
(infección diseminada, neumonitis, hepatitis, meningitis y encefalitis); se recomienda
una dosis de 5-10mg/Kg/8hs por 2 a 7 días seguido de terapia oral hasta completar 10
días.
SITUACIONES ESPECIALES
HUESPED INMUNODEFICIENTE
Las manifestaciones de infección por HSV que se aprecian en pacientes
inmunocompetentes pueden observarse también en pacientes inmunodeficientes pero,
habitualmente, son más graves, extensas y difíciles de tratar.
I) Herpes genital y HIV:
Las lesiones causadas por el HSV son comunes entre las personas con infección por
HIV, pudiendo ser graves, dolorosas y atípicas con úlceras extendidas de difícil
resolución.
Existe un efecto recíproco entre la inmunodepresión que causa el HIV y la exacerbación
de los síntomas por el HSV-2, así como el incremento de la capacidad infectante y de
diseminación de los mismos (las úlceras genitales por HSV incrementan el potencial
infeccioso de los sujetos HIV positivos). Esta interacción es bidireccional: la presencia
del HSV-2 facilita la adquisición del HIV, mientras que el HIV acrecentaría la
susceptibilidad al primero, aumentando la expresión del virus, la severidad de los signos
clínicos y la tasa de recurrencia. Por otro lado, la terapia antirretroviral reduce la
gravedad y la frecuencia del herpes genital sintomático si bien no tendría efecto alguno
en la eliminación subclínica. No debemos olvidar que las manifestaciones clínicas del
herpes genital pueden empeorar durante la reconstitución inmune temprana, tras el
inicio de la terapia HAART contra el HIV.
La terapia de supresión con agentes antivirales orales es eficaz en la disminución de las
manifestaciones clínicas del HSV entre las personas con infección por HIV, si bien no
reduce el riesgo para la transmisión de los mismos a las parejas sexuales susceptibles.
Terapia supresora diaria en personas con HIV
• Aciclovir 400 a 800 mg por vía oral, dos a tres veces al día.
• Valaciclovir 500 mg por vía oral, dos veces al día.
• Famciclovir 500 mg por vía oral, dos veces al día.
Terapia de la infección episódica en personas con HIV
• Aciclovir 400 mg por vía oral, tres veces al día durante 5-10 días.
• Valaciclovir 1 g por vía oral, dos veces al día durante 5-10 días.
• Famciclovir 500 mg por vía oral, dos veces al día durante 5-10 días.
Para la enfermedad por HSV grave, iniciar el tratamiento con aciclovir 5-10 mg/Kg/8
hs. por vía IV, durante 7 o más días.
El manejo clínico de la resistencia antiviral sigue siendo un reto entre las personas con
infección por el HIV; los pacientes que recibieron terapia antiviral supresora diaria
desarrollaron menos resistencia al aciclovir en comparación con los que recibieron la
terapia episódica en los brotes.
II) Herpes y trasplante:
Las infecciones virales, en este tipo de pacientes, siguen un patrón secuencial según la
fase de recuperación del status inmunológico. La más frecuente, durante el período
post-trasplante, es la causada por el HSV que habitualmente es el resultado de la
reactivación de una infección latente (hasta el 80% de los pacientes seropositivos
desarrollarán una enfermedad clínica dentro de las primeras 4 semanas post-trasplante).
La más común es la gingivoestomatitis por el HSV-1; ésta puede progresar a esofagitis,
traqueobronquitis y neumonía (entidad rara pero asociada a una gran mortalidad),
además de constituir un factor de riesgo para el desarrollo de infecciones bacterianas y/o
fúngicas. La infección por el HSV-2 es menos frecuente y habitualmente está asociada
al desarrollo de úlceras genitales.
Las infecciones víricas en los trasplantados de órganos sólidos pueden tener un doble
impacto, los efectos de la propia enfermedad infecciosa y la acción inmunomoduladora
que contribuye al rechazo del injerto y a una mayor predisposición a sufrir otras
infecciones.
En los receptores de trasplante debe establecerse profilaxis con aciclovir, valaciclovir o
famciclovir, tanto en los seropositivos como en los que tienen infecciones a repetición.
La profilaxis debe mantenerse de tres a seis meses, durante los períodos de
intensificación de la inmunosupresión y ante situaciones de infección concomitante o
cirugía.
La infección sintomática local se trata con aciclovir oral a dosis de 200 mg, cinco veces
al día, durante 7-10 días (alternativas famciclovir o valaciclovir). En caso de infección
diseminada se utiliza aciclovir oral a dosis más altas de 800 mg, cinco veces al día o por
vía intravenosa a dosis de 10 mg/kg/8h. En casos de resistencia a aciclovir debe
utilizarse foscarnet (40 mg/kg/8h, por vía parenteral) y, en casos de doble resistencia, la
única opción terapéutica es el cidofovir (eficaz in vitro pero con respuesta clínica
variable).
HERPES GENITAL Y EMBARAZO
El 5% de todas las mujeres en edad fértil presentan antecedentes de herpes genital, un
30% tienen anticuerpos contra el HVS 2 y el 2% lo adquieren durante el embarazo.
El riesgo de transmisión vertical es alto (30% -50%) entre las mujeres que lo adquieren
cerca del momento parto y bajo (<1%) entre las mujeres con antecedentes prenatales de
herpes recurrente o que adquieren la infección durante la primera mitad del embarazo.
Las mujeres embarazadas con herpes genital no tratado, durante el primer o segundo
trimestre, parecen tener un riesgo mayor de parto prematuro relacionado con la ruptura
prematura de membranas. Aquellas que reciben tratamiento disminuyen su riesgo, que
se asemeja al observado en mujeres no expuestas.
El aciclovir se puede utilizar de forma segura en todas las etapas del embarazo, ya sea
por vía oral en el primer episodio o en el herpes recurrente como por vía endovenosa en
mujeres embarazadas con infección severa por HSV. Aunque los datos sobre la
exposición prenatal al valaciclovir y famciclovir son limitados, los datos de los ensayos
en animales sugieren que estos fármacos también plantean un riesgo bajo.
Estrategias actuales para prevenir la transmisión vertical del HSV
Las estrategias actuales, con la terapia antiviral, se han centrado en 3 enfoques:
• Supresión antiviral para las embarazadas con primoinfección.
• Supresión antiviral de rutina para las embarazadas con antecedentes de HSV
genital
• Identificación de las gestantes seronegativas.
Los tratamientos recomendados desde las 36 semanas de gestación hasta el momento
del parto:
• Aciclovir 400 mg por vía oral tres veces al día.
• Valaciclovir 500 mg por vía oral dos veces al día.
Indicaciones de cesárea
• Presencia de lesiones activas durante el trabajo de parto o en las últimas 6
semanas del embarazo.
• Embarazada a término que tuvo contacto en el último trimestre con infectado
con HSV genital y no recibió tratamiento.
• Recurrencias de HSV genital, durante el embarazo, no tratadas.
Prevención durante el embarazo
El tratamiento, oportunamente indicado, podría disminuir el número de cesáreas. En
presencia de herpes recurrente se desaconsejan las relaciones sexuales genitales y
orales. Las mujeres sin herpes genital conocido deben abstenerse de las relaciones
sexuales vaginales durante el tercer trimestre con parejas que, se sabe o se sospecha,
tienen herpes genital. Por otra parte las mujeres embarazadas sin herpes orolabial
conocido deben ser advertidas de abstenerse de sexo oral receptivo durante el tercer
trimestre con parejas, conocidas o sospechosas, de tener herpes orolabial.
HERPES NEONATAL
Aproximadamente 1500 a 2000 nuevos casos de infección neonatal por HSV son
diagnosticados cada año y su incidencia varía considerablemente en los estudios
internacionales (1: 3.200 nacimientos en los EE.UU. y 1: 60.000 en el Reino Unido). El
riesgo de transmisión es alto (30-50%) en aquellas embarazadas que tienen una
primoinfección cerca del parto y bajo (<1%) en las que tienen antecedentes de herpes
genital o lo adquieren en la primera mitad del embarazo.
El virus puede transmitirse verticalmente antes, durante, o después del parto; la misma
se realiza con mayor frecuencia a partir de las mucosas genitales de la madre en el
momento del parto y más raramente el feto es infectado por vía transplacentaria o
amniótica. La edad materna menor de 21 años y la seronegatividad son factores de
riesgo de transmisión neonatal, lo que confirma la importancia de los anticuerpos
maternos. Las tasas de infección neonatal, tanto en herpes primarios como recurrentes,
son mayores con el HSV-1 que con el HSV-2 (el primero se relaciona con el 95% de los
casos de encefalitis). Los neonatos que adquieren el herpes dentro de los 28 días de vida
tienen un mayor riesgo de diseminación viral, en especial si son prematuros; si no es
tratado se asocia con una tasa de mortalidad de hasta el 60% e incluso, con un
tratamiento oportuno y adecuado, los sobrevivientes experimentan una considerable
discapacidad.
Transmisión prenatal
Explica el 5% de todos los casos de infección por HSV neonatal, como consecuencia de
la transmisión intrauterina. Con la infección primaria ocurre viremia transitoria,
diseminación hematógena y transmisión transplacetaria. La diseminación hematógena
puede producir un espectro de hallazgos similares a otras infecciones del complejo
TORCH (toxoplasmosis, otras infecciones, rubéola, citomegalovirus y herpes simple)
como microcefalia, microftalmía, calcificaciones intracraneales, y coriorretinitis.
Transmisión intraparto
Es el mecanismo de transmisión más frecuente y se produce con el paso del recién
nacido a través de un canal de parto infectado. Entre el 75% al 90% de los lactantes con
HSV neonatal nacen de madres asintomáticas infectadas que no refieren historia de
HSV genital.
Transmisión postnatal
A través del contacto con los padres infectados o trabajadores de la salud.
Manifestaciones clínicas
El herpes neonatal presenta 3 formas clínicas que pueden superponerse:
a- Forma mucocutánea (limitada a piel, ojos y mucosas).
b- Forma diseminada (afectación de pulmones, hígado y sistema nervioso central).
c- Compromiso del sistema nervioso central sin implicar otros órganos internos.
Lesiones cutáneas son vesículo-pústulas con base eritematosa; pueden aparecer en
forma aislada, agrupadas o dispersas y en algunos pacientes no manifestarse. La
localización corresponde al sitio de contacto con las lesiones activas maternas. Dentro
de la primera semana de vida pueden aparecer los signos que hagan sospechar un
compromiso sistémico (mal estado general, fiebre, letargia, succión débil). La
mortalidad disminuye y la diseminación es menor al 2% si se instaura un tratamiento
adecuado en las formas mucocutáneas. Más del 90% de los niños con esta forma tienen
buena evolución posterior.
Diagnóstico
Ante la sospecha de infección herpética neonatal, se debe realizar un diagnóstico precoz
a fin de instaurar el tratamiento adecuado.
El diagnóstico se realiza basándose en:
a) Las manifestaciones clínicas.
b) Los antecedentes maternos de HSV genital (el 50% de las madres de niños con HSV
neonatal, no tiene historia, signos o síntomas sugestivos de infección herpética).
c) El citodiagnóstico de Tzanck.
d) La IFD o la PCR para HSV.
f) El cultivo viral (gold standard pero de escasa utilidad en lo inmediato).
g) La histopatología de la biopsia cutánea.
Los cultivos de vigilancia o PCR de las superficies mucosas del recién nacido, para
detectar la infección por HSV, podrían ser considerados antes del desarrollo de signos
clínicos de herpes neonatal para guiar el inicio del tratamiento en los recién nacidos
altamente sospechosos de transmisión. Además se debería considerar la administración
de aciclovir a los neonatos nacidos de mujeres que adquirieron el HVS en el último
trimestre del embarazo, debido al riesgo alto que esto implica para ellos. Todos los
niños que tienen herpes neonatal deben ser evaluados y tratados con aciclovir sistémico
con prontitud, el régimen recomendado para el herpes neonatal conocido o sospechado
es de aciclovir 20 mg/Kg/8hs por vía IV durante 14 días si la enfermedad se limita a la
piel y las membranas mucosas, o durante 21 días para la enfermedad diseminada o que
afecta el sistema nervioso central.
Bibliografía:
1) Sexually Transmitted Diseases Treatment Guidelines, 2015. U.S. Department of
Health and Human Services, Centers for Disease Control and Prevention (CDC).
2) Patel R., Alderson S., Geretti A. et ál. European Guideline for the management
of genital herpes, 2010. International Journal of STD & AIDS 2011; 22: 1-10.
3) Consenso de Papiloma Virus Humano (HPV) y Herpes Simplex Virus (HSV).
Genital, 2004. Sociedad Argentina de Dermatologia.