Download La economia del bien comun.indd

Document related concepts

Economía del bien común wikipedia , lookup

Gobernanza mundial wikipedia , lookup

País recientemente industrializado wikipedia , lookup

Amartya Sen wikipedia , lookup

Economía mixta wikipedia , lookup

Transcript
Prólogo
Y ahora tendremos que cambiar de rumbo y nave.
José Luis Sampedro
Estamos viviendo momentos fascinantes, porque en los albores de la era digital y del antropoceno, es posible contar,
por primera vez en la historia, con la voz de los ciudadanos,
con la participación popular permanente, lo que implica la
consolidación de un sistema democrático genuino, tanto a
escala personal como local, nacional, regional e internacional.
«Para algunos, nuestra época parece anunciar un final..., pero nos encontramos de hecho en los albores de un
principio... He aquí la oportunidad que ahora se nos ofrece: llegar a ser lo que verdaderamente somos», escribió
certeramente con gran capacidad perspectiva Marianne
Williamson.
Desde el origen de los tiempos, los seres humanos
han estado siempre dominados por un poder absoluto
masculino, sometidos, anónimos, invisibles, atemorizados. De vez en cuando, un destello genial de creatividad
artística o filosófica. Y después, únicamente iluminado el
La economia del bien comun.indd 11
02/07/15 09:54
12 · La economía del bien común
escenario en que unos cuantos, muy pocos, tomaban las
decisiones que afectaban al resto de los hombres y a todas
las mujeres.
Sólo se ha tenido en cuenta la razón de la fuerza. «Si
vis pacem, para bellum» ha sido la pauta de conducta, que
hoy todavía prevalece. Los productores de armamento,
los que procuran cada vez mayor capacidad de dominio
y de imposición, han advertido a los poderosos que para
su continuidad y expansión lo único que importaba realmente era la potencia de sus ejércitos.
Se han hecho intentos loables de hacer posible la gran
transición de la razón de la fuerza a la fuerza de la razón.
Me parece siempre interesante recordar que en 1919, al
terminar la horrible confrontación de extenuación que
constituyó la primera guerra mundial, el presidente de
Estados Unidos, Woodrow Wilson, presentó una Convención para la Paz Permanente y procedió a la creación de la
Sociedad de Naciones y de la Corte Internacional de Justicia. El Partido Republicano consideró que no era función
del presidente estadounidense convertirse en el adalid de
la paz a escala mundial sino asegurar la hegemonía de Estados Unidos. Y así se dio la enorme incoherencia histórica de que Estados Unidos nunca formó parte de la Sociedad de Naciones creada por el presidente Wilson.
En 1944 y 1945 el presidente Franklin D. Roosevelt
tomó una serie de medidas realmente extraordinarias: el
Plan Marshall, para la rehabilitación humana y asistencia
a los vencidos; el Banco Mundial «para la reconstrucción
y el desarrollo»; el Fondo Monetario Internacional... y una
serie de instituciones multilaterales que formaran un gran
sistema internacional alrededor de la ONU: la FAO, para
la alimentación; la Unesco, para la educación, la ciencia y
La economia del bien comun.indd 12
02/07/15 09:54
Prólogo · 13
la cultura; la Organización Mundial de la Salud (OMS); la
Organización Internacional del Trabajo (OIT); Unicef, el
gran fondo para la infancia; el Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD)...
Una palabra clave en todos ellos: compartir. El desarrollo se alcanzaría a través de un gran esfuerzo de coo­
peración (co-operare, trabajar juntos), para procurar
una vida digna en todos los países de la Tierra... Al poco
tiempo, a la sombra de la carrera armamentística entre
la Unión Soviética y Estados Unidos, la cooperación se
convirtió en explotación; las ayudas, en préstamos concedidos en condiciones draconianas... porque, estaba claro,
todo dependía, de nuevo, de la capacidad bélica de las
grandes potencias. El presidente Ronald Reagan llegó a
hablar de «la guerra de las galaxias» (star wars) cuando
tantos países estaban teniendo problemas gravísimos de
inanición (starvation!).
En 1989 todo clamaba paz. El sistema basado en la
igualdad pero que se había olvidado de la libertad se desmoronó, con el símbolo del Muro de Berlín..., y los países
integrantes de la Unión Soviética se constituyeron en una
Comunidad de Estados Independientes, que iniciaban
una larga marcha hacia regímenes de libertades públicas.
Al final de la década de los ochenta, en efecto, la inesperada actuación del presidente Mijaíl Gorbachov permitió
concebir cambios radicales y otro planteamiento de la
economía a escala mundial, que permitieran reducir las
profundas brechas sociales y equilibraran las asimetrías
entre la opulencia y la pobreza extrema.
En muy pocos meses, un prisionero africano que después de 27 años de cautiverio supo salir con los brazos
abiertos de la conciliación en lugar de con sed de vengan-
La economia del bien comun.indd 13
02/07/15 09:54
14 · La economía del bien común
za, logró que el horrible apartheid racial fuera superado
y, también inesperadamente, que fuera posible, con la
inteligente complicidad del presidente Frederik de Klerk,
tener en Sudáfrica el primer presidente de piel morena.
Y se terminaba la guerra civil en Mozambique, y en El
Salvador, y se reiniciaba el proceso de paz en Guatemala... Todo clamaba paz y cambios de hondo calado cuando el presidente Reagan y la primera ministra Margaret
Thatcher, en lugar de proponer transformaciones en un
sistema que, basado en la libertad, se había olvidado de la
igualdad, decidieron afianzar todavía un «neoliberalismo
globalizador» que garantizara sus ambiciones de preponderancia a escala mundial.
Y se cambiaron los valores éticos —«principios democráticos» es la acepción que figura en la Constitución
de la Unesco— por las leyes del mercado. Y las Naciones
Unidas, por reducidos grupos de los países más ricos de la
Tierra (G-6, G-7, G-8...). En suma, la democracia a escala mundial se sustituyó por la plutocracia, pretendiendo
que unos cuantos países determinaran el destino común
de 193...
El resultado, en cifras de balance, hoy, transcurridos varios años, es la muerte por hambre, cada día, de
20.000 a 40.000 personas, la mayor parte niñas y niños
de uno a cinco años de edad, cuando se invierten alrededor de 3.000 millones de dólares en armamento y gastos
militares. Es inaceptable. La humanidad, y sobre todo
Occidente, y muy especialmente Europa, debería dejar
de considerar este genocidio cotidiano como un «efecto colateral» de un sistema económico basado en la especulación, la deslocalización productiva y la guerra, y
transformarlo con urgencia en una economía basada en
La economia del bien comun.indd 14
02/07/15 09:54
Prólogo · 15
el conocimiento, que permita un desarrollo sostenible y
humano a escala global.
Es apremiante la refundación de unas Naciones Unidas que, dotadas de los recursos personales, técnicos y
financieros adecuados, posean la autoridad moral y real
necesaria, para hacer frente a la actual situación del mundo y a la confusión conceptual que le acompaña.
Las prioridades para este desarrollo sostenible humano están establecidas hace muchos años y son las
siguientes: alimentación (agricultura, acuicultura y biotecnología); acceso al agua potable (embalse, gestión,
desalinización...); servicios de salud de calidad; cuidado
del medio ambiente, especialmente cuando existen puntos de no retorno, por tratarse de procesos potencialmente irreversibles; educación para todos a lo largo de
toda la vida; convivencia pacífica...
Hace tan sólo dos décadas estas previsiones no podían
cumplirse porque «Nosotros, los pueblos...» eran invisibles,
espectadores y no actores ni protagonistas de su propia
vida. Pero, sin embargo, gracias a la tecnología digital, hoy
progresivamente todos los seres humanos pueden expresarse libremente y conocen la realidad del mundo, habiendo
adquirido una conciencia global que orienta su comportamiento. A estos dos progresos históricos —libertad de expresión y conciencia global— se añade lo que constituye la
piedra angular de la nueva era que se avecina: la igualdad
de la mujer, excluida y discriminada desde siempre, y que
ahora, ahora sí y con las virtudes que le son inherentes, está
alcanzando la paridad adecuada en la toma de decisiones.
Esta participación plena y equilibrada permitirá que
sean los seres humanos los que tomen realmente en sus
manos las riendas del destino y que den consistencia y
La economia del bien comun.indd 15
02/07/15 09:54
16 · La economía del bien común
autenticidad a la democracia, único contexto en el que
es previsible el pleno ejercicio de los derechos humanos.
Seres humanos «libres y responsables», como define
magistralmente a quienes son educados la Constitución
de la Unesco. Aprender a ser, «a dirigir con sentido la
propia vida» en palabras, hace un siglo, de don Francisco
Giner de los Ríos, actuando con solidaridad «intelectual
y moral», compartiendo especialmente la experiencia adquirida, balance de los aciertos y errores de cada trayectoria humana, tesoro incrementado ahora por la longevidad, que permanece incomprensiblemente inexplorado
cuando podría, unido a la vitalidad y audacia de los más
jóvenes, ser uno de los pilares esenciales de este «nuevo
comienzo» que anhelamos.
Cuando se decía que en Occidente se había alcanzado la «sociedad de bienestar», se hubiera debido añadir
siempre, para general conocimiento, que este bienestar se
reducía al 20 por ciento de la humanidad, que vive en el
barrio próspero de la aldea global. El otro 80 por ciento,
no me canso de repetirlo, en un gradiente progresivo de
precariedades, vive fuera de este recinto, en condiciones
de tan extrema pobreza que, ya lo he mencionado, llega
hasta la inanición y la muerte.
Derecho a la vida «digna» para todos.
Por eso es tan oportuno el modelo económico que establece Christian Felber en La economía del bien común. Para
los resignados, los escépticos..., Felber propone enfoques
originales y factibles porque, como advirtió en 1963 el presidente John Fitzgerald Kennedy, «ningún desafío se sitúa
más allá de la capacidad creadora de la especie humana».
Esta facultad desmesurada es nuestra esperanza. Podemos
inventar el futuro.
La economia del bien comun.indd 16
02/07/15 09:54
Prólogo · 17
La inercia de considerar que ningún cambio es posible y que las fórmulas del pasado pueden resolver los problemas del mañana, requiere en estos momentos un renovado ánimo de superación, imaginación, innovación. Los
principios democráticos deben volver a inspirar las pautas económicas a escala planetaria, dejando en su justo
lugar a los «valores mercantiles». En el artículo undécimo
del proyecto de Declaración Universal de Democracia redactado originalmente con Karel Vasak, el profesor Juan
Antonio Carrillo Salcedo y el presidente Mario Soares, se
dice lo siguiente: «La democracia debe desarrollar sistemas económicos fundados en la justicia social, a la cual se
subordinarán siempre todos los otros aspectos y dimensiones de la vida económica, en un contexto de competencia libre y leal así como la indispensable cooperación,
con el fin de alcanzar un desarrollo humano y económico
sostenible, una prosperidad compartida, el fomento del
empleo y el trabajo, y la utilización racional de los recursos económicos, alimenticios, naturales y energéticos. En
la democracia, el objetivo fundamental es que toda persona, sin excepción alguna, pueda acceder a los bienes y a
los servicios —particularmente de salud— necesarios para
una vida digna de ser vivida». Todo queda pues subordinado a la justicia social.
El deber supremo es no cejar, es mirar hacia adelante
y actuar con renovada conciencia de que el «por-venir»
está «por-hacer». En uno de los poemas del Amor cumplido Rafael Guillén escribe: «Cada mañana el mismo
asombro, siempre nuevo...». Cada día debemos «recibir
el amanecer como se merece», en palabras de Rigoberta
Menchú, y situar en el centro mismo de nuestra conducta
denuedo y voluntad de cambio, siendo sembradores, aun
La economia del bien comun.indd 17
02/07/15 09:54
18 · La economía del bien común
en terrenos inhóspitos, de semillas de solidaridad y, como
indica el artículo primero de la Declaración Universal de
los Derechos Humanos, de fraternidad.
«Todo depende del dolor con que se mira», escribió
Mario Benedetti. No se trata de colores ni tonos, se trata
de la igual dignidad de todos los seres humanos.
El gran mérito de Christian Felber, en el momento en
que la deriva de un sistema económico acosa la dignidad
humana en lugar de contribuir a procurarla, cuando las
responsabilidades intergeneracionales se ocultan y minusvaloran, radica en concentrarse en el bien común y
propone iluminados caminos para alcanzarlo.
Y así, el siglo xxi llegará a ser pronto el siglo de la gente, de «Nosotros, los pueblos...», donde tendrá lugar la inflexión histórica de la fuerza a la palabra.
Federico Mayor Zaragoza
23 de marzo de 2015
La economia del bien comun.indd 18
02/07/15 09:54