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TOMO 4 - Capítulo 10: La Grecia clásica El embellecimiento de Atenas La acrópolis de Atenas Vida cotidiana Actividades profesionales El embellecimiento de Atenas Atenas adquiere, con Pericles, la fisonomía que guardará hasta la época helenística. Se abren cinco puertas a las vías que se irradian al Ática, mientras que el Ágora forma una plaza triangular, de confusos límites, bordeados de modestos monumentos públicos. La Ekklesía, por su parte, se reúne ahora en la Pnyx, y el Areópago, en la Colina de Ares, aunque unas simples gradas talladas en la roca les bastan como instalaciones. 596 TOMO 4 - Capítulo 10: La Grecia clásica El embellecimiento de Atenas La entrada a la Acrópolis se realiza por una gran puerta, los Propileos, que combinaba los órdenes diferentes de sus columnas para permitir la llegada a la meseta. La acrópolis de Atenas Vida cotidiana Actividades profesionales En realidad, todos los esfuerzos de embellecimiento de Atenas se destinaron a los dioses. Por ello, en el 449 a. C. Pericles hizo aprobar el programa de las grandes obras de la Acrópolis a las que, en adelante, iba a dedicarse una parte del tesoro federal. Durante una generación, la colina había conservado las ruinas causadas por la invasión persa, en las que únicamente las fortificaciones hacia el norte fueron reconstruidas rápidamente en tiempo de Temístocles y, con algo más de cuidado, en la época de Cimón, cuya muralla meridional, construida en un nivel más bajo, permitió ampliar la plataforma edificable. Sin embargo, para las ceremonias, Atenas seguía contentándose con el viejo templo, acaso mal restaurado. Frente del Erecteión. El proyecto de Pericles, entonces, dispuso de un espacio virgen. De hecho, hubo que tener en cuenta las consideraciones técnicas y los imperativos religiosos, pues cada parcela del suelo de la Acrópolis tenía su propia e inviolable historia. Fue así como de esta colina escarpada los arquitectos Mnesicles, Calícrates e Ictino sacaron un notable partido. No obstante, se debe subrayar que cada monumento de la Acrópolis se construyó como un todo independiente del resto. El programa no contemplaba un conjunto, sino una serie de obras maestras. Artemisa fue una de las deidades más ampliamente veneradas y una de las más antiguas. La entrada a la Acrópolis se realiza por una gran puerta, los Propileos, que combinaba los órdenes diferentes de sus columnas para permitir la llegada a la meseta. El ala norte guardaba la pinacoteca y el ala sur, inacabada, llegaba hasta el santuario de Atenea. Sobre el pequeño bastión en el que Pisístrato edificara un templo a Atenea Niké o Atenea Victoriosa se construyó un pequeño y elegante templo jónico. 597 TOMO 4 - Capítulo 10: La Grecia clásica El embellecimiento de Atenas La acrópolis de Atenas Vida cotidiana Actividades profesionales La balaustrada de la escalera que conducía hasta allí desde los Propileos, a partir del 411 se adornó con Victorias aliadas esculpidas. Con todo, el espacio comprendido entre los Propileos y el Partenón se ocupó con patios cerrados por pórticos, consagrados a Artemisa y Atenea y hoy desaparecidos. El conjunto que se capta anualmente al entrar a la Acrópolis desde los Propileos no es el que apreciaba el ateniense antiguo. El Partenón aparecía paulatinamente ante la vista, y la mirada se detenía continuamente, aunque no fuese sino por las múltiples estatuas y exvotos erigidos en el trayecto. Había que llegar hasta un pequeño propileo para descubrir la masa entera del edificio. Aún hoy se aprecia la mejor vista del Partenón buscando el conjunto del templo, cuyas dimensiones aproximadas son de 69,5 metros de largo por 30,9 de ancho, construido en quince años por Ictino , ayudado por Calícrates, y de planta bastante compleja. Toda una serie de refinados detalles atenúa lo que la arquitectura dórica pudiese tener de excesivamente simétrica, y ocho columnas en fachada le confieren una anchura y una dignidad inusuales. El Partenón es uno de los principales templos dóricos que se conservan, construido entre los años 447 y 432 a. C. La totalidad del basamento es ligeramente convexa y el eje de las columnas se inclina hacia el interior, mientras que las columnas de ángulo tienen un diámetro levemente superior al de las restantes. Estos refinamientos corrigen las ilusiones ópticas que, bajo la intensa luz mediterránea, tienden a falsear determinadas líneas y, además, dan mayor estabilidad al edificio. De hecho, este cuidado conjunto se concibió en función de las esculturas cuya dirección fue confiada a Fidias. Los rostros tranquilos y serenos componen ese tipo de líneas regulares al que denominamos clásico y en el que el mortal idealizado es casi un dios. Sin embargo, esta impresión de serenidad no debe engañarnos en cuanto al carácter innovador, si no provocativo, del conjunto. 598 TOMO 4 - Capítulo 10: La Grecia clásica El embellecimiento de Atenas La acrópolis de Atenas Vida cotidiana Actividades profesionales El Partenón no es un templo religioso, sino un templo a la gloria de Atenas, en donde sus esculturas reflejan una ideología en la que aparecen, a la vez, la lógica de Anaxágoras y la justificación de las luchas de Atenas. Los dioses acuden a coronar las luchas en la que la razón triunfa sobre la barbarie y Atenea victoriosa significa la grandeza de la ciudad. Así las cosas, el verdadero templo religioso de Atenas es el Erecteión. En él se guarece la vieja estatua cultual de madera destinada a las ceremonias, y su compleja planta refleja los imperativos religiosos del lugar. De hecho, se consiguió conciliar en un único edificio las necesidades de los diversos ritos, así como los problemas impuestos por un terreno irregular, que la tradición no permitía nivelar. Entonces, hubo que respetar el emplazamiento de olivo de Atenea, el orificio dejado en el suelo por Poseidón al golpear el suelo y la tumba del antiguo rey Cécrope. Es más, justamente jugando con tales irregularidades, se realizó una de las construcciones más originales del arte clásico, de donde genera tres magníficos pórticos jónicos. Así, el más célebre es el meridional, en el que las jóvenes korai sustituyen a las columnas, por más que los otros dos sean particularmente notables por la finura de sus capiteles así como por las molduraciones de basas y entablamento. Areópago. Así, la Acrópolis reflejaba a un tiempo el sentimiento religioso tradicional que enmarcaba toda la vida de un griego y esta religión cívica triunfante en la que la victoria era hija de los dioses. No fue casual que las delegaciones aliadas acudiesen a Atenas para discutir el monto del phoros en el momento de las Panateneas. Entonces podían contemplar, simbolizados en la piedra, pero, también, agrupados en una impresionante unidad, el desfile del pueblo ateniense y la afirmación de su poderío. 599 TOMO 4 - Capítulo 10: La Grecia clásica El embellecimiento de Atenas Pericles también intervino transformando el Telestorio o sala iniciática de los mystoi, aunque, allí, su impronta fue menos fuerte. La acrópolis de Atenas Vida cotidiana Actividades profesionales Sin embargo, si en verdad la Acrópolis simboliza la Atenas del Imperio, no deberíamos olvidar que, en el siglo V a. C., un gran número de santuarios del Ática también se renovaron. Así, en el extremo de la península, en el Cabo Sunio, surgió el templo de Poseidón, destruido por los persas y luego reconstruido en mármol por el mismo arquitecto que había hecho el Hefesteo. Por su parte, en Braurón, lo que se restauró en el siglo V fue el conjunto, más campestre, del santuario, dedicado a diosas y heroínas, con sus cámaras destinadas a las sacerdotisas. Las ofrendas, consagradas en su mayoría a Artemisa, atestiguan la piedad de los fieles de los siglos V y VI. Por último, en Eleusis, Pericles también intervino transformando el Telestorio o sala iniciática de los mystoi, aunque, allí, su impronta fue menos fuerte. La importancia de los misterios eleusinos había hecho de aquél un lugar al que todas las épocas aportaron su contribución. Ahora bien, si tomamos el conjunto de las construcciones, esencialmente religiosas, realizadas en medio siglo, asombra su número. No obstante, el costo del conjunto fue, quizás, menos importante de lo que se cree, por más que haya que ir a buscar a los maestros de obras y a los jornaleros. Si se piensa en ello, tal cosa supone un nivel general, técnico y artístico, bastante elevado. Así las cosas, Pericles fue el impulsor, aunque es preciso reconocer que se dirigía a una población capaz de aprobar y ampliar sus proyectos. De esta manera, obtenemos una similar impresión cuando se estudia uno de los logros particulares del siglo V: el teatro. Puerta Propileos, Acrópolis. 600