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1. CONCEPTO FILOSÓFICO DE HOMBRE
EN LA EDAD ANTIGUA: GRECIA
1.1. GEOGRAFÍA EN LA ANTIGUA GRECIA
El marco geográfico comprendía la Grecia continental, en el
extremo de la península de los Balcanes, la Grecia insular o islas del
mar Egeo y la Grecia asiática o costas de la península de Anatolia. En
el territorio griego, cortado por numerosas y profundas ensenadas, se
alzan varios sistemas montañosos, que fraccionan el país en muchos
valles recorridos por escasos y pocos caudalosos cursos de agua. La
agricultura y el pastoreo no requieren mano de obra abundante y
disciplinada bajo un gobierno autoritario, como en los países que
practicaban el regadío. Ello
influyó
en que surgieran ciudades
independientes, hasta formar pequeños Estados. En Grecia nunca hubo
un estado griego unificado, con una capital, como sucedió en otras
civilizaciones antiguas. Su clima es templado, el paisaje vario y risueño
y sus costas se presentan muy recortas. Pese a su favorable posición
geográfica, Grecia ha sido siempre un país pobre, debido a la ausencia
de recursos minerales de cierta importancia en su subsuelo y al
carácter rocoso de su suelo poco apto para los cultivos agrícolas; sólo
algunas y estrechas llanuras son idóneas para el cultivo de agrios, de
vides y de olivos.
Desde un punto de vista estrictamente geográfico, se suele
dividir el territorio de la antigua Grecia en cuatro regiones:
1
-
Zona septentrional, comprendida la región del Epiro por el Oeste y
la de Tesalia por el Este, separadas entre sí por la cadena montañosa
del Pindo.
-
Zona central, que comprendía ocho regiones: Acarnia, Etolia,
Dórida, Lócrida, Fócida, Beocia, Megárida y Atica; en esta última se
levanta la ciudad de Atenas.
-
Zona meridional separada de la central por el istmo de Corinto; esté
constituida por la península del Peloponeso subdividida en seis
regiones: Acaya, Arcadia, Argólida, Elida, Mesenia y Laconia: la ciudad
principal era Esparta.
-
Zona insular, formada por gran número de islas de distinta
extensión, entre las que la mayor era la de Creta (llamada más tarde
Candía).
Mapa N. 1
Mapa de la Antigua Grecia
Fuente: Enciclopedia Encarta 2003
2
Este mapa muestra las principales divisiones étnicas de la
antigua Grecia y destaca las principales ciudades en cada región. La
antigua Grecia, poblada por distintos grupos étnicos, estaba formada
por diversas ciudades-estado independientes. Los estados vecinos
firmaban ocasionales alianzas, como la formada para crear una fuerza
defensiva común bajo el liderazgo de Esparta, durante la invasión
persa de Grecia en el año 480 a.C. Las ciudades-estado también
lucharon entre sí, como fue el caso de la guerra del Peloponeso desde
el 431 a.C. hasta el 404 a.C. entre Esparta y Atenas.
1.2. PERFIL DE LA CIVILIZACIÓN GRIEGA
Los griegos supieron poner de manifiesto altísimas dotes de amor
patrio y valor militar. La gloria del pueblo griego estriba en el altísimo
nivel de civilización que alcanzaron en los distintos órdenes de la
actividad humana. Dotados de gran inteligencia y de viva fantasía,
deseosos de aprender siempre más y mejor, los griegos llegaron a
alcanzar cumbres hasta ahora no igualadas en la concepción y
realización de obras de arte.
1.2.1.
Vida pública y privada.
Los antiguos griegos tenían la
costumbre de pasar la mayor parte del tiempo en el ágora, en los
gimnasios y en otros lugares de reunión pública, donde, además de
interesarse por la vida de la polis, desenvolvían sus actividades
personales. No cuidaban, por tanto, excesivamente sus habitaciones
particulares que, sin embargo, resultaban bastante higiénicas, puesto
que estaban aireadas y soleadas.
3
Por lo que se refiere a la indumentaria, los griegos, en general,
tuvieron gustos sencillos; los hombres se vestían con el llamado hitón,
una especie de larga camisa sin mangas, sobre la cual se colocaban un
manto sujeto a uno de los costados, llamado clámide, o bien un manto
que formaba muchos pliegues y que recibía el nombre de palio. La
mujer acostumbraba a vestir también el hitón, llevando sobe él un
manto muy amplio conocido con el nombre himatión; los más jóvenes
se cubrían con el peplos, es decir, con un vestido sin mangas sujeto
con unas hebillas a la altura de la cadera. Los calzados más simples
eran de forma similares a las sandalias usadas en nuestros días, o bien
se trataba de ligeros zapatos estrechos sujetos en los tobillos por
correas que luego se anudaban por encima de las pantorrillas.
1.2.2.
Las actividades económicas.
Los griegos, que en los
primeros tiempos se dedicaron preferentemente al pastoreo y a la
agricultura, llegaron a ser muy pronto comerciantes y artesanos de
gran habilidad.
Tal metamorfosis no fue ni improvisada ni dejada al azar, sino
que vino impuesta por diversos factores; en primer lugar fue una
consecuencia directa de la colonización griega en las costas itálicas y
sicilianas. En ellas, los moradores indígenas no estaban en condiciones
de abastecer a los colonizadores de los objetos que les eran
necesarios, y a estas necesidades debieron subvenir los comerciantes y
marinos de la madre patria. Más tarde se inició la fabricación in situ de
distintos objetos que comenzaron a darse a conocer y luego fueron
solicitados por los mismos indígenas, los cuales, aunque se mostraban
propicios a similar una civilización superior a la suya, no conseguían
producir manufacturas de calidad tan refinada como las de los
4
comerciantes griegos. Estos, a cambio, adquirían materias primas,
principalmente cobre, pieles, granos, etc. Hubo, además, otros
motivos, se pueden considerar de orden natural, que incitaron a los
griegos a dedicarse a otras actividades fuera de las netamente
avícolas: por un lado el incesante aumento de la población, y, por otro,
la escasa superficie cultivable del territorio helénico, cuya producción
fue siempre deficitaria para las necesidades de la población. Fue, pues,
necesario recurrir a la importación de granos de Egipto y de las costas
del Mar Negro, mientras en las distintas ciudades griegas se daba
impulso a las actividades artesanas que luego alimentarían una
poderosa corriente de exportaciones que permitió equilibrar la balanza
de las importaciones.
Los griegos fueron muy hábiles en la elaboración de los metales
(especialmente el oro, la plata y el bronce) así como en la cerámica,
decorada con admirables pinturas. Se dedicaron también, y con
notable maestría, al tejido del lino y de la lana; los principales centros
de tales actividades fueron las ciudades de Atenas y Corinto; es
evidente que se trataba de una producción netamente artesana, a la
que dedicaban, en modestos talleres, núcleos familiares enteros.
Los puertos más activos, por el volumen de
mercancías
embarcadas y descargadas, fueron los del Pireo y Siracusa; asumió
especial importancia el puerto de Corinto, debido a su estratégica
posición geográfica, ya que estaba situado en el istmo que separa los
dos mares de Grecia, el Jónico y el Egeo.
En el Siglo V antes de Cristo, el estado de guerra casi sin
solución de continuidad en que se halló envuelto el territorio repercutió
5
de modo evidente en sentido negativo sobre la economía interna de
Grecia. En las regiones en las que los ejércitos contendían, el ir y venir
de las tropas de un territorio a otro producían las consecuentes
devastaciones de mieses, de frutos, incendios de poblados, fugas
masivas de su población civil…No fueron menores los daños que la
guerra hizo a los comerciantes: los graves riesgos que implicaba el
transporte de mercancías, junto con las frecuentes piraterías que
obligaron a los armadores a resguardar sus naves al amparo de los
puertos más seguros. Tal situación se agravó por el creciente poderío
naval de los atenienses, lo que produjo el retroceso de la producción
industrial o, mejor dicho, de la artesana, hasta el punto de que las
únicas elaboraciones que produjeron y que se mantuvieron en activo
fueron las relacionadas con los pertrechos militares: maderas y velas
para la marina, hierro y cuero para el ejército; las demás fueron poco
a poco abandonadas por resultar antieconómicas.
1.2.3.
Los estudios científicos.
Como la mayor parte de los
pueblos antiguos, en especial los orientales, los griegos fueron
apasionados
llamadas
cultivadores
exactas.
de
las
Efectivamente,
ciencias,
se
especialmente
dedicaron
con
de
las
admirables
resultados a la aritmética y a la geometría, desarrollando con intuición
e inteligente raciocinio las nociones ya adquiridas por otros pueblos.
Son universalmente conocidos, por citar sólo un ejemplo, los nombres
de Tales de Mileto y de Pitágoras, a los que se deben los fundamentos
de la doctrina matemática. Directamente relacionados con el desarrollo
de estas últimas estuvieron los progresos realizados en el campo de la
astronomía, que adquiere caracteres de verdadera ciencia gracias a los
griegos, que relaboraron con riguroso método científico las teorías
emitidas anteriormente por otros pueblos de la Antigüedad. La
6
medicina adquirió un especial auge hasta el período llamado clásico;
también en tan delicado campo los griegos se dedicaron con rigor
científico y seriedad, hasta conseguir notables éxitos. Después de los
estudios de Empédocles que logró identificar en el órgano cardíaco el
centro del sistema vascular, y de Diones, tenido como el primer
experto en anatomía humana, el verdadero padre de la medicina, en el
significado moderno del término, puede ser considerado Hipócrates.
1.2.4. Características generales de la cultura Griega
1.2.4.1.
El pueblo griego desarrolló un espíritu crítico e inquisitivo
ante la realidad circulante. En efecto, es el primer pueblo que
racionaliza e intenta comprender las leyes que rigen la naturaleza y el
lugar que ocupa el hombre en ella.
1.2.4.2.
Esta búsqueda racional de conocimiento llevó a los griegos
a organizarlo y sistematizarlo en grandes nociones y disciplinas que,
aún hoy, continúan vigentes. Así pues, separaron épica y lírica, mito e
historia, tragedia y comedia, ensayo y crítica, etcétera.
1.2.4.3. Crearon los postulados básicos del pensamiento filosófico y
político y las dos grandes vertientes de la filosofía (el idealismo,
representado por Platón y el realismo representado por Aristóteles).
1.2.4.4.
Sentaron
las
bases
del
pensamiento
científico
y
desarrollaron las matemáticas, la geografía, la medicina.
1.2.4.5. Por todo lo anterior, se ha afirmado que el pueblo griego crea
la razón humana.
7
1.2.4.6. También se le considera como el modelador de un ideal del
hombre en el que se conjugan las cualidades morales y las cualidades
físicas, ya que para los griegos la ética y la estética se confunden, en
el sentido de que conciben que lo bello es, necesariamente, bueno,
pues el exterior y el interior del hombre están estrechamente
vinculados.
1.2.4.7. En el arte, y prácticamente en todas sus actuaciones, existe
una búsqueda perpetua de belleza, ya que como se señala en el punto
anterior, la belleza implica una aspiración a ser mejor en todos los
sentidos.
Es evidente la enorme y rica herencia que el pueblo griego legó,
herencia que se debe conocer para poder, al mismo tiempo, entender
una parte importante de nuestra cultura contemporánea.
8
Imagen N. 1
El Erecteón
Fuente: Jacques Pirenne. Historia
Universal, 1989
El Erecteón en la Acrópolis de Atenas, exponente de la cultura griega.
Dentro de la cultura griega se considera importante mencionar
dos características que van a ser fundamentales para comprender
mejor su producción literaria, a saber, el mito y la concepción del
cosmos.
9
-
El mito. Como en todas las culturas arcaicas, el mito griego estuvo
profundamente vinculado a la religión. En ella se encuentra una serie
de mitos que representan y explican los fenómenos y manifestaciones
de la naturaleza, aunque también hay mitos cuya fuente es una
realidad histórica que ha sido remodelada y de la cual se independizan
después. Los héroes legendarios, entonces, se convierten en figuras
míticas que proporcionan modelos ejemplares, arquetipos universales
en los que el pueblo, además, conserva su pasado.
Hay que señalar en este punto que todos los dioses griegos son
profundamente humanos y que esta humanización se da tanto en la
apariencia física como en los conflictos y pasiones de los
que
constantemente son víctimas.
En Grecia, los mitos constituyeron la materia prima de todas las
manifestaciones artísticas entre las que destacan la literatura y la
escultura,
e
inclusive
fueron
punto
de
partida
de
muchos
planteamientos filosóficos.
-
La Concepción del cosmos a partir de un pensamiento mítico griego.
Los griegos concibieron el cosmos de una manera muy especial: para
ellos, la naturaleza no se rige por leyes de causa y efecto, sino por lo
que se puede llamar orden o destino (justicia cósmica). Según esta
concepción, el hombre no es un mero instrumento de los dioses, sino
que tiene una responsabilidad importante en el mantenimiento de la
salud y la estabilidad cósmica. Sin embargo, esto no es una empresa
sencilla porque el héroe –que constituye el punto de encuentro entre
las fuerzas terrestres y divinas- es presa fácil de sus pasiones (la
cólera, el orgullo, la envidia, etc.) y con ello pone en peligro al cielo y a
10
la tierra. La enfermedad o locura del héroe que se excede (que viola
las
normas
establecidas)
contagian
el
universo
entero
y
lo
desestabilizan. En este caso, la única posibilidad de restaurar el orden
es la destrucción el héroe (en Edipo Rey de Sófocles, la estabilidad del
universo ha sido quebrantada al convertirse Edipo en parricida y
casarse con su madre; la desgracias que azotan al pueblo de Tebas
desaparecen en cuanto Edipo queda ciego y se convierte en un
mendigo errante).
Imagen N. 2
Homero y Venus de Milo
Fuente: Visual. Enciclopedia básica. 1992
La mitología griega se basa en las fábulas y en la tradición
histórica.
En los poemas de Homero y otros autores clásicos, los
dioses inmortales, aparecen bellos y sublimes, como Afrodita, conocida
como la Venus de Milo.
11
1.3. PERÍODOS HISTÓRICOS DE GRECIA
El nombre de Grecia fue dado por los romanos. Los griegos se
denominaban helenos y a su país lo llamaban Hélade porque, según
una leyenda, descendían de Helen, personaje mitológico cuyos hijos
originaron los grupos helenos: aqueos, jonios, eolios y dorios. Los
griegos pertenecían al grupo racial y cultural indoeuropeo. Entraron en
Grecia continental por la época en que otros grupos indoeuropeos
(arios, hititas, persas, etc.) invadieron el Cercano Oriente y la India.
Alrededor de 1700 a. de C. penetraron en la región jonios, eolios y
aqueos, y comenzó la historia de Grecia, que se divide en los períodos
micénico, homérico, arcaico y clásico.
1.3.1.
Grecia Micénica (1700-1100 a. C.). Este período se llama
así por la ciudad de Micenas, uno de los centros principales de los
aqueos, grupo que predominó sobre los otros. Los aqueos eran
guerreros, formaron varios reinos independientes unos de otros y
levantaron ciudades amuralladas. Rendían culto a los dioses y
enterraban a sus reyes en tumbas, rodeados de armas y objetos de
oro y bronce. Aunque vivían de la agricultura, practicaron la piratería
en el mar y un comercio pacífico. Por rivalidades mercantiles con la
ciudad de Troya, situada en la costa asiática, los reyes aqueos
formaron una coalición que la atacó y destruyó. La información sobre
este período está contenida en tablillas escritas en aqueo y en
numerosas leyendas, sobre todo en la Ilíada, atribuida a Homero, que
describe las costumbres y la guerra contra Troya.
1.3.2.
Grecia homérica
(1100-776 a. C.)
Los dorios, último
grupo helénico que invadió la península, se impusieron con sus armas
12
de hierro, sometieron a los aqueos y acabaron sus realizaciones
culturales. Este período se llama homérico porque la principal
información sobre él está en la Odisea, que relata el regreso de Ulises
después de la guerra de Troya. Ante la invasión doria, numerosos
jonios y elogios huyeron a las islas del Egeo y a la costa de Asia Menor,
donde fundaron ciudades que, al contacto con las civilizaciones
orientales, se desarrollaron y convirtieron en centros de progreso. Los
dorios, además, ocuparon islas y el sur de la costa de Asia Menor. Así,
la Grecia asiática quedó dividida en la Jonia, la Eólida y la Dórida.
Pasada la barbarie inicial, en este período comenzó a formarse la
civilización griega. Como el comercio marítimo decayó completamente,
la tierra fue la fuente principal de riqueza. En cada ciudad los clanes
más poderosos y los dueños de las tierras tomaron el poder, abolieron
la jefatura de los reyes y establecieron gobiernos aristocráticos (de las
palabras griegas aristo = los mejores y kratos = gobierno), o sea, de
los nobles por nacimiento.
Los nobles formaban el Consejo de la
ciudad, que asesoraba a los magistrados, pequeño número que tenía a
su cargo la dirección del ejército, la administración de justicia y demás
funciones ejecutivas. Los magistrados eran elegidos por la Asamblea,
compuesta por los ciudadanos guerreros, la cual tomaba decisiones,
pero subordinada a los intereses del Consejo y de los magistrados.
1.3.3.
Grecia Arcaica
(776-500 a. C.)
Este período comienza
con los primeros Juegos Olímpicos, punto de partida del calendario
griego. Estas competencias continuaron celebrándose cada cuatro años
en Olimpia, en honor a los dioses. Durante este período se obtuvieron
varios logros.
13
a) Se consolidó el sistema de Polis, o sea la unidad social, económica y
política que constituyó la ciudad-estado griega, original de esta
civilización. Cada polis era un estado soberano, con leyes, gobierno e
instituciones propias y presentaba las siguientes características:
- Un espacio urbano amurallado, con una acrópolis o cerro elevado,
donde se levantaban fortalezas para la defensa de la ciudad y templos
a las divinidades.
- Una plaza o ágora que servía de mercado y sitio de reunión, de la
ciudadanía.
- Un conjunto de tierras y aldeas próximas, donde se cultivaba trigo,
vid, olivo y árboles frutales
y donde se criaban ovejas, terneros y
cabras.
- Una población variable, según el tamaño de la ciudad, (entre
10,000 y 40,000 ciudadanos), para facilitar la comunicación y
participación de todos en la polis.
- Eran ciudadanos únicamente los nacidos en la polis y de padres
ciudadanos. En contadas ocasiones se concedía la ciudadanía a los
extranjeros. Así, por ejemplo, un ateniense era extranjero en las
demás ciudades. Sólo los ciudadanos podían tener tierras, participar en
asambleas, ser designados para cargos públicos y tomar parte en los
cultos. Los extranjeros y los esclavos carecían de derechos.
- Finalmente, en cada polis la opinión de los ciudadanos era
escuchada en la asamblea, donde se discutían públicamente los
14
problemas
de
la
ciudad,
se
tomaban
decisiones
y
se
elegían
magistrados.
b) Se produjo una expansión colonizadora por las costas e islas del
Mediterráneo y el Mar Negro, debido al crecimiento de la población y a
que los aristócratas monopolizaban las escasas tierras cultivables.
Varias ciudades programaron la emigración de miles de griegos hacia
las citadas áreas, donde fundaron colonias agrícolas, organizadas en
forma
independiente,
que
sólo
mantenían
vínculos
religiosos
y
comerciales con la ciudad fundadora.
Consecuencias de la colonización griega fueron: intenso comercio
entre ciudades y colonias, que desplazó a los fenicios del control
marítimo; desarrollo de industrias; uso de la moneda, recién inventada
en Asia Menor; construcción de embarcaciones más ligeras, los
trirremes o barcos con tres filas de remos; difusión de la civilización de
la esclavitud en el mundo griego, por captura o compra de hombres en
lejanas tierras.
c)
La
expansión
colonizadora
provocó
cambios políticos,
económicos y sociales en la polis. Nuevos ricos, surgidos del comercio
y el desarrollo de las manufacturas, reclamaron a los aristócratas
compartir el gobierno. En algunas ciudades hubo luchas sociales; en
otras,
el
problema
se
solucionó
pacíficamente,
confiando
a
legisladores u hombres prudentes y capacitados la reforma de las
instituciones y leyes escritas. Estos cambiaron la estructura de la
sociedad: desde entonces, la riqueza fue el factor decisivo para
alcanzar
importancia
social
y
poder
político.
Los
más
ricos
comerciantes pasaron a ocupar, junto con aristócratas terratenientes,
15
las
magistraturas
o
altos
cargos
ejecutivos
y
tuvieron
más
participación en los Consejos. La forma de gobierno aristocrática pasó
de ser oligárquica (de oligoi = algunos).
No obstante, los antagonismos sociales continuaron porque las
clases populares no
obtenían las mejoras deseadas y muchas
aristocracias se negaban a perder su poder. En casi todas las ciudades
surgieron tiranos a mediados del Siglo VI a. de C. Eran jefes militares,
líderes populares o magistrados que tomaron el poder ilegalmente, con
apoyo de gente armada. Tiranía no significa dictadura cruel y
despótica, sino usurpación. Los tiranos repartieron tierras entre los
campesinos pobres, sometieron a las oligarquías y aristocracias y
realizaron notables obras públicas.
Sin embargo, las tiranías se
convirtieron en dinastías familiares y, al final de dicho siglo, los tiranos
fueron derrocados en casi todas las ciudades. El régimen oligárquico se
restableció en la mayoría de las polis. Otras, como Atenas, organizaron
un sistema democrático (de demos = pueblo).
1.3.4.
Grecia clásica (500-431 a. de C.)
a) Las guerras médicas (490-449 a. de C.) fueron el conflicto con los
persas o medos. Empezaron a raíz de la sublevación de las ciudades
griegas de la costa asiática contra la dominación del Imperio Persa. El
monarca Darío hizo arrasar a Mileto, que había iniciado el movimiento
libertador, y decidió castigar a Atenas, por la ayuda prestada a los
sublevados.
Hubo dos grandes guerras, en las cuales los griegos enfrentaron
a una potencia superior en hombres y armamentos. En la primera, los
16
hombres de Darío fueron derrotados en la llanura de Maratón. Diez
años más tarde Jerjes, su sucesor, invadió a Grecia por tierra y mar.
Ante el peligro, la mayoría de las ciudades se aliaron bajo la dirección
de Esparta, que poseía el mejor ejército. Pero, éste fue vencido en Las
Termópilas. Los persas incendiaron a Atenas, cuya población había
evacuado previamente Temístocles, diezmó y puso en fuga a los
persas, cuya infantería fue derrotada en su retirada. La victoria naval
de Micala (479 a. de C.) selló la independencia de las ciudades de la
costa asiática.
b)
El Siglo de Pericles es el período posterior a las guerras médicas.
Se denomina así por el principal gobernante de Atenas. Para impedir
nuevos intentos conquistadores, Atenas organizó la Liga de Delos, una
confederación de ciudades marítimas que construyó una poderosa flota
que arrojó a los persas de Egeo. La dirección de la Liga convirtió a
Atenas en la polis más poderosa de Grecia y en centro artístico,
literario y científico. Este poderío agudizó la rivalidad con Esparta,
desató la lucha contra ella y condujo a la decadencia de la civilización
helénica.
1.4. ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
Lo que movió a los hombres a filosofar, como dice Aristóteles,
fue La admiración. Para comprender la inspiración filosófica es preciso
sentir, en algún momento al menos, la extrañeza por las cosas que son
o existe, librarse de la habituación al medio y a lo cotidiano, ponerse
en el puesto del que abre los ojos en un ambiente desconocido y
extraño.
17
Existe una primera admiración directa ante la existencia.
1.5. FILOSOFÍA EN GRECIA
Cuando se indaga el origen –en lo humano- de la cultura –de
esta que llamamos occidental, que es también la cultura que ha
predominado en el mundo civilizado- se remonta siempre hasta la
Grecia antigua.
Fue Grecia (siglos VI a II a. de C.) un pueblo excepcionalmente
dotado para el pensar filosófico, y en él suele buscarse también el
origen de la filosofía. Estas condiciones especialmente aptas brotan de
una peculiaridad general de aquel pueblo: su carácter esencialmente
humanista. Toda la cultura griega se desarrolla en torno al hombre, y
brota de la serena contemplación de la naturaleza humana.
El arte
griego no representa a descomunales dioses ni a desatadas fuerzas de
la naturaleza, como acontecía en otros pueblos de su época, sino el
hombre armónico, al canon de sus perfecciones. Un Apolo o una Venus
griegos tienen como medidas somáticas la medida aritmética de
multitud de medidas experimentalmente tomadas. La concepción
arquitectónica de sus templos busca psicológicamente la serenidad en
la contemplación del espectador, incluso deformando ligeramente las
líneas teóricas para corregir las ilusiones ópticas.
La vida política se
constituye ajustada al verdadero hombre, como una democracia de
libre, humana y flexible administración. Hasta sus mismos dioses son
hombres con sus facultades potenciadas.
Pues
bien,
este
espíritu
humanista
liberó
en
Grecia
al
pensamiento de la armazón irracional – mito y religión – con que se
18
presenta en los pueblos anteriores y exteriores a Grecia, e hizo posible
la reflexión puramente filosófica.
Se ha discutido si es justo atribuir el inicio de la filosofía con la
cultura Griega, al despreciar a lo filósofos de las más antiguas culturas
orientales. Sólo en Grecia se plantean racionalmente las cuestiones y
sólo allá la razón fue utilizada como un medio adecuado de penetrar en
la realidad. Los griegos tomaron conocimiento del valor de la actividad
racional, descubrieron la razón.
En los antípodas de ésta teoría se encuentra otra que quiere descubrir
la más profunda sabiduría en los textos sagrados de la India, y no ve
en la cultura griega más que una reducción
de proporciones y
horizontes respecto a la filosofía oriental, que le proporciona cuanto
tiene de positivo.
No debe despreciarse, pues, el caudal de sabiduría filosófica que
se encierra en las literaturas orientales, pero es justo comenzar por
Grecia el estudio del esfuerzo del hombre contra el misterio que le
rodea: la filosofía, porque es en Grecia donde se encuentra las
primeras soluciones verdaderamente racionales. La sabiduría oriental,
por otra parte, influye sobre numerosos temas del pensamiento griego,
con lo que, indirectamente, se habrá de entrar en contacto con su
contenido y con su espíritu.
19
1.5.1.
Los primeros filósofos cosmólogos: Tales, Anaximandro y
Anaxímenes.
Fueron el Siglo VI antes de J. C. y la ciudad de Mileto – puerto
griego de la costa de Asia Menor - la época y el escenario de los más
remotos intentos filosóficos de que se posee noticias.
Allí vivió un
personaje cuyo conocimiento llega envuelto en la oscuridad de la
leyenda y del mito.
Tales de Mileto. Uno de los fabulosos Siete Sabios de Grecia,
autor de la cosmología en la que el agua es el principio de todas las
cosas.
Lo que movió a los hombres a filosofar fue la admiración, y lo
que históricamente les admiró fue, ante todo, el cambio y la
multiplicidad de individuos, experiencias que parecen contradecir
vivamente a la inmutabilidad y unidad de las ideas.
Los primeros filósofos procuran encontrar en el mundo físico - en la
realidad material siempre cambiante que rodea al hombre - un fondo
estable, un sustrato permanente al que todas las sustancias se
redujeran, algo ante lo que la multiplicidad y el cambio se convirtieran
en apariencias.
De Tales no se sabe más de lo que Aristóteles afirma: que el
principio buscando creyó encontrarlo en el agua, sustancia originaria
que estaría en el fondo de todas las cosas. Se puede suponer algunos
motivos que psicológicamente actuarían en aquel pensamiento todavía
primitivo: el agua del mar es el límite de la tierra, y más allá del
20
mundo aseguran los navegantes que se extiende el océano infinito; si
se profundiza bajo el suelo en el que habita el hombre, se encontrará
agua; el agua desciende del cielo y hace brotar la vida de las plantas,
que son, a su vez, el alimento de los animales; el agua, en fin, puede
transformarse por la temperatura en sólida y en gaseosa: el principio
de todas las cosas será pues, el agua.
Anaximandro. Otro filósofo de aquel legendario núcleo milesio
autor de un escrito entorno a la naturaleza, opinó que ese principio o
fondo común de todas las cosas no debe ser el agua precisamente,
sino una sustancia indeterminada, invisible y amorfa de donde el agua
y todos los elementos de la naturaleza proceden.
Llamó a este
principio el apeiron (lo indeterminado). Y como lo indeterminado viene
a identificarse con el caos para los griegos, pueblo amante de lo
concreto y limitado, de la perfección de la forma, habrá de buscarse en
la afirmación de Anaximandro la primitiva creencia griega de que el
mundo (el Cosmos, ordenado) procede del Caos, creencia que ya
expresaba la Teogonía de Hesíodo: “Mucho antes de todas las cosas
existió el Caos; después, la Tierra espaciosa. Y el amor, que es el más
hermoso de todos los Inmortales”.1
Introdujo el reloj de sol inspirándose en los babilonios, y que fue
el primero en diseñar la Tierra.
Un
tercer
filósofo
de
Mileto
es
Anaxímenes.
Discípulo
y
compatriota de Anaximandro, autor, a su vez, de una obra sobre la
Naturaleza, sostuvo que el principio común de la aparente multiplicidad
y variabilidad de las cosas es el aire. El debió aparecer a los ojos de
1
Sopena. Enciclopedia Temática. Tomo XIV (España: Editorial Sopena 1985)
21
Anaxímenes como el medio vital, la capa que envuelve a la tierra
fuente de la vida y origen de todas las cosas. El aire, por otra parte,
tiene la apariencia sutil, indivisible y debió aparecer a los ojos de
Anaxímenes como el medio vital, la capa que envuelve a la tierra,
fuente de la vida y origen de todas las cosas. El aire, por otra parte,
tiene la apariencia sutil, indivisible y amorfa que Anaximandro
reclamaba para el principio universal.
Imagen N. 3
Tales de Mileto-Anaxímenes-
Fuente: Quillet. Diccionario enciclopédico. 1986
Esta meditación sobre el Cosmos o universo material se prolonga
en el siglo siguiente (V antes de J.C.) con otros filósofos que suele
agruparse bajo el nombre de pluralistas. Sus rasgos comunes estriban
en admitir no una sola sustancia o arjé, sino una pluralidad de
elementos materiales irreductibles entre sí y también en suponer una
fuerza cósmica que explica el movimiento o cambio de las cosas.
1.5.2.
Pitágoras y su escuela.
Poco antes de estos últimos
filósofos (siglo V), en la colonia griega del sur de Italia (Magna Grecia)
fundó Pitágoras una asociación que era a la vez escuela filosófica y
comunidad religiosa. La doctrina de Pitágoras tuvo un carácter religioso
22
e esotérico; probablemente no fue sino una desviación de la mística
órfica, según la cual las almas humanas preexisten y sobreviven a los
cuerpos. Esta escuela, de la que no se sabe qué debe atribuirse a su
fundador y qué a sus discípulos, tenía algo de secreto y misterioso,
como misterioso y nuevo era el culto al dios Dyonisos, cuya fe se
profesaba.
El culto dionidíaco se inspiraba en los misterios órficos
(revelados al poeta y músico Orfeo), pero representaban en realidad
una penetración en el mundo heleno de las oscuras religiones, entre
las que predominan las monoteístas, de los pueblos orientales. Se ha
contrapuesto muchas veces lo apolíneo y lo dionisíaco. Apolíneo es el
espíritu griego: culto a la forma, a lo limitado, a la serena claridad de
lo humano perfecto; dionisíaco, el dominio de las fuerzas oscuras de la
naturaleza, la intensidad de las pasiones profundas, el principio
indeterminado, caótico, informe, que precedió y que rodea amenazante
al orden limitado de lo humano.
23
Imagen N. 4
Pitágoras
Fuente: Sopena. Enciclopedia Temática. 1989
Los pitagóricos fueron los introductores de este nuevo culto
religioso y atormentado, por oposición al humanismo con que en
Grecia se concebía a la religión y al esteticismo que la rodeaba. Los
griegos suponían que bajo su inspiración se realizaban sacrificios
crueles y orgías, prácticas inconcebibles para la mentalidad griega.
No es ésta, sin embargo, la principal aportación de esta escuela
en orden a la filosofía. Los pitagóricos fueron grandes cultivadores de
las matemáticas y creyeron encontrar en los números el principio
(arjé), que los milesios habían creído descubrir en los elementos
naturales.
24
Ellos observaron que en la matemática es donde únicamente se
puede obtener la exactitud completa y la evidencia absoluta; que el
movimiento
de
los
cuerpos
celestes
puede
estudiarse
matemáticamente y predecirse así los eclipses y demás fenómenos;
que hasta las bellas artes, la música está sometida a número y
medida. Y fácil les fue concluir que el secreto del Universo está escrito
en signos matemáticos, que ellos son el principio fundamental del que
todos se derivan.
Pero, como participaban de la afición oriental a lo arcano y
misterioso, envolvieron también esta teoría con el velo de un saber
oculto, reservado sólo a los iniciados. Asignaron así a los números una
significación cabalística y a algunos un simbolismo sagrado. De este
modo creían poseer una clave para la interpretación del Universo.
Todo para ellos se hallaba regido por el número y el orden; los cuerpos
siderales, en su acompasado movimiento, interpretan una sinfonía
musical que no es percibida por el oído humano.
Este mismo concepto de orden universal hizo admitir otra
aportación de la filosofía india: el eterno retorno, la pervivencia2
terrena de las almas que trasmigran a otro cuerpo cuando sobreviene
la muerte, repitiendo así la sinfonía infinita del Universo. Esta idea de
la metempsicosis3 pasará a Platón, que recoge varios temas del
pitagorismo.
Los pitagóricos admitían la inmortalidad del alma y representan
al mundo como una esfera dentro de su inmutable forma, la naturaleza
2
3
PERVIVENCIA: Persistencia, continuidad.
METEMPSICOSIS: Trasmigración de las almas de un cuerpo a otro.
25
compuesta de los cuatro elementos.
El Sol, a Tierra, y todos los
cuerpos celestes giran en torno del Fuego central o Castillo de Zeus.
1.5.3.
Heráclito y Parménides. La viva antítesis entre la serena
experiencia inteligible y la cambiante experiencia de los sentidos llega
a su planteamiento definitivo y a soluciones contradictorias con dos
filósofos, también del Siglo V antes de J. C., que han sido llamados los
padres de la metafísica.
Heráclito de Efeso, llamado “El Oscuro”, tuvo la aguda percepción
de la variabilidad y fugacidad de cuanto existe, de su diversidad y
perpetua mudanza; todo cambia, es la conclusión en que expresa lo
que la realidad le ofrece.
Nada de cuanto existe es, al momento
siguiente, igual a sí mismo. Ni en el mundo ni en nosotros mismos hay
nada que pueda considerarse permanente, sino sólo un continuo fluir.
La razón, como un talismán maldito, es sólo capaz de crear conceptos
estáticos, muertos, lo más ajeno a la realidad y a la vida misma.
Y
como el filósofo encarna ansia humana de conocer, de poseer
intelectualmente, se representa a Heráclito llorando, es decir, como al
hombre que llora su fracaso, la imposibilidad de sus afanes. Se dice
de Heráclito que vio en el fuego el principio de todas las cosas, pero
esto es en él sólo un símbolo: el fuego no es propiamente una entidad,
sino una destrucción; representa la naturaleza cambiante de las cosas,
su tránsito vertiginoso, irreparable, hacia la nada.
Parménides de Elea, es el verdadero fundador de la escuela
Eleática, preanunciada por Pitágoras, y es también el que formula la
nueva doctrina. Se atribuye a él la primera enunciación del principio de
identidad. Para Parménides, toda cosa es, porque existe; y sólo lo que
26
es, se puede pensar. Ligeramente posterior a Heráclito y, contra el
pensamiento de éste, que identifica con el del vulgo imprudente y
ciego, construye su propia concepción de Universo.
“Para que algo
fluya – comienza sentado – es preciso que haya antes ese algo, es
decir, un sustrato permanente, un ser en sí.
La razón me pone en
contacto con ese algo, con la inmutabilidad de las ideas, pero, ante
todo, con una idea que es la base de las demás: la idea de ser, por la
que me hago cargo de todo lo que es”.4
Para que todas las ideas o realidades puedan existir, será
necesario que el ser, lo más inmediata y seguramente conocido, tenga
unos límites posibles, porque donde algo es ilimitado no cabe nada
más. Y ¿con qué limitará el ser? ¿Con el ser? En este caso no limitaría,
porque nada limita consigo mismo. ¿Con el no ser? A esto responde
Parménides: el no ser, no es; es imposible, impensable. Si yo obtengo
la idea de ser de cuanto hay, ¿con qué derecho hablaré de algo
desconocido, incognoscible? Luego el ser no limita ni con el ser, ni con
el no ser; lo que vale como decir que no limita, que es ilimitado,
infinito. Pero si es infinito, es uno, porque no hay lugar para otro. Es,
además, eterno, porque ¿qué le precederá?, ¿qué le seguiría? ¿el ser?,
¿el no ser?... Es, asimismo, inmutable, porque ¿de dónde vendría?, ¿a
dónde iría?... Y este ser uno, infinito, eterno, inmutable, es lo que el
filósofo de Elea llama Dios; fuera de él nada hay.
De este modo Parménides cae en el panteísmo: cuanto existe es
parte, manifestación, de una sola sustancia, de un solo ser, que es
Dios. La existencia de individuos y la mutación de las cosas son mera
4
Gambra, Rafael. Historia sencilla de la filosofía. XIII edición. (España: Ediciones Rialp, 1984)
27
apariencia, engaño de “los ojos ciegos, los oídos sordos, la lengua que
es sólo un eco”, propios del vulgo.
Así pues, en la contradicción radical que movió a los hombres a
filosofar,
Heráclito resolvió a favor del mundo de los sentidos,
negando la razón, y Parménides a favor de la razón, negando la
experiencia sensible. Ambos abocan a dos actitudes ante la vida que
son esencialmente opuestas al espíritu heleno y occidental: el
escepticismo en Heráclito, el quietismo contemplativo en Parménides.
Ello exigía del genio filosófico griego otras más profundas soluciones
capaces de recomponer la integridad del hombre y, con ella, su
armonía y actividad.
Imagen N. 5
Heráclito y Parménides
Fuente: Sopena. Enciclopedia Temática.
1989
Se puede observar cómo en este período de iniciación (preático o
presocrático) de la filosofía griega, el pensamiento humano ha
ascendido ya a través de los grados de abstracción que se ha hablado.
Los primeros filósofos cosmólogos, con su búsqueda de un principio
material de todas las cosas, representaban el primer grado de
abstracción: la abstracción física.
Pitágoras y su escuela, a su vez,
ascendieron al segundo grado o abstracción matemática. Heráclito y
28
Parménides, primeros filósofos metafísicos, alcanzaron, por fin, el
tercer y último grado, la abstracción metafísica.
1.5.4.
Siglo de Oro de la filosofía griega.
halla el Siglo de Oro de la filosofía griega.
Entre el V y el IV se
Es el período ático, que
produciría, además de Sócrates, a las dos figuras quizá más grandes
de la filosofía de todos los tiempos: Platón y Aristóteles.
Una
característica fundamental señala el límite de su comienzo: el espíritu
reflexiona sobre sí mismo, y abandona, por el momento, es estudio del
mundo exterior. ¿Para qué conocer el mundo – se pregunta Sócrates –
si no me conozco a mí mismo? ¿Qué soy yo mismo y qué mi razón,
ese instrumento de que me valgo para conocer?
Tal es el problema
para este período, que se ha llamado humanístico de la filosofía griega.
1.5.4.1. Los Sofistas y el Subjetivismo: descubrimiento del hombre.
En la iniciación de esta nueva época hay que destacar un fenómeno de
carácter social, que lo que se conoce en la historia con el nombre de
sofística, cuyo mérito consiste en haber conquistado problemas
inéditos
y
filosóficos.
la
base
de
muchos
e
importantes
descubrimientos
El hombre, el sujeto humano y no sólo el universo y la
naturaleza de las cosas ocupa y preocupa a la sofística: el hombre y
sus relaciones con el mundo exterior.
Sofista no quiere decir en sí más que sabio o maestro de
sabiduría, y así era empleada esta palabra en aquella época.
El
sentido peyorativo5 y hasta insultante que hoy tiene (hábil falsario en
el discurso) procede de lo que realmente llegaron a ser los sofistas.
5
PEYORATIVO: Despectivo, ofensivo, insultante, despreciativo.
29
Grecia no tuvo unidad política hasta los tiempos de Alejandro,
que son los de su decadencia.
Se gobernaba por ciudades (polis)
independientes,
democrática,
y
en
forma
con
democracia de los pequeños grupos sociales.
la
espontánea
En el ágora se
administraba justicia públicamente, y cada ciudadano defendía su
propia causa.
En estas condiciones puede comprenderse la inmensa
importancia que para todos tenía el saber exponer brillantemente y
convencer a los jueces. Pues bien, los sofistas fueron precisamente
maestros dedicados a la enseñanza de retórica y dialéctica, esto es, del
arte de exponer, defender y persuadir públicamente. Lo que hasta esa
época había sido el libre y desinteresado ejercicio de la más noble
dedicación, se convirtió entonces en una actividad mercantil; éste fue
el primer sentido peyorativo que, la época, adquirió la palabra sofista:
el que cobra por enseñar o, mejor aún, enseña por cobrar.
Pero es más profundamente peyorativo el sentido que la palabra
adquirió a lo largo de la historia, y ello se deriva del vicio intelectual en
que fueron a dar los sofistas con el ejercicio de su función. A fuerza de
enseñar a defender todas las causas, y aun de lograr que sus alumnos
triunfasen a veces con causas injustas, casi indefendibles, se extendió
entre ellos un espíritu escéptico, irónico hacia el concepto de verdad, y
una fe ciega en el poder humano de convicción y en su habilidad
dialéctica. Uno de los sofistas que registra la historia, Protágoras (485
– 411), es uno de los profetas del futuro escepticismo. Protágoras es
subjetivista al máximo y puede decirse que es el fundador del
relativismo. Expresó esta convicción en su conocido principio “el
hombre es la medida de todas las cosas”.
Lo que vale tanto como
decir que el conocimiento es algo del sujeto, algo que se da en su
mente, por lo que el hombre puede crearlo y presentarlo como mejor
30
le acomode; es cuestión de habilidad.
Protágoras identifica lo que
parece con lo que es: pero aquello que es la verdad para un hombre
dado, puede venir a ser también la verdad de otro: las cosas que
parecen a cada uno, son también… y de ahí se sigue la importancia de
la retórica, instrumento persuasivo de capital importancia.
Protágoras juntó religión, moral, costumbre, ley humana y divina
y justicia.
Fue acusado de ateísmo y huyó de Atenas.
refiere que murió en un naufragio.
La tradición
Había sido amigo del estadista
Perícles, pero esto no era válido para salvarlo de las acusaciones de
impiedad, que en Grecia era tan fácil lanzar contra los personajes más
importantes.
Dejó gran fama y un escrito, “Verdad”, cuyo título
sonaba un tanto irónico por el valor elástico que él atribuía a aquél
término.
Este movimiento social fue la ocasión de que el espíritu griego se
apartase de los temas objetivos – metafísicos o cosmológicos – para
polarizarse en la contemplación de lo interior, del hombre mismo y su
intelecto.
¿Qué es la verdad, eso que los sofistas ponen en
entredicho? ¿Qué es la razón, eso que sirve para el descubrimiento de
la verdad?
1.5.4.2. Sócrates.
En el seno del movimiento sofístico surge esta
figura que conmovió profundamente aquel ambiente, y que habrá de
ser inspiradora y maestra de los más grandes filósofos griegos de la
Edad de Oro.
31
El ateniense Sócrates es un innovador que modifica las teorías de
los sofistas, conservando lo mejor de ellas: el interés por la naturaleza
humana.
Este filósofo no escribió nada, ni tuvo tampoco un círculo
permanente donde expusiera y sistematizara su pensamiento; él
negaba su inclusión entre los sofistas “porque no cobraba por
enseñar”.
Sócrates habló únicamente; con sus amigos, con sus
ciudadanos, libremente, con la espontaneidad del diálogo. Por ello de
su personalidad y de su pensamiento se sabe muy poco. Además los
discípulos que de él hablan (Jenodonte, Platón y Aristóteles) son, cada
uno por su estilo, malos biógrafos.
Se dice que el pueblo griego descubrió la razón, esta significación
de los griegos se encarna propiamente en la figura de Sócrates.
Sócrates afirmó la razón como medio adecuado para penetrar la
realidad.
Y hubo de sostener esta afirmación frente a dos clases de
contradictores.
Primeramente, contra los sofistas: la razón bien
dirigida sirve para alumbrar la realidad, no es una linterna mágica que
forja visiones a capricho sin relación con “lo que es”. Después, contra
los irracionalistas, contra los filisteos de la cultura.
Mucha gente en
Atenas, como en todas partes, pasaba por especialista o profesional en
una materia sin que una verdadera comprensión de la misma
cimentase aquel conjunto de conocimientos. Sabían cosas porque se
las habían enseñado, pero si se escarbaba en su saber se descubría en
seguida que estaba montado en el aire.
En el fondo, todos éstos,
como los pueblos orientales y los bárbaros, sabían de un modo
irracional, basado en la revelación o en el mito.
32
Sócrates paseaba por las calles de Atenas y tropezaba, por
ejemplo, con un militar, les hace una pregunta sobre cualquier cosa
relacionada con su profesión. Ellos dan una respuesta más o menos
acertada; entonces Sócrates les pide una aclaración sobre los
fundamentos en que ello se basa, preguntándoles simplemente “¿por
qué?”. La mayoría de las veces, los interrogados no resisten dos de
estas preguntas y comienzan a divagar o a dar respuestas vacías. No
hay en ellos verdadera ciencia porque no la han adquirido mediante el
ejercicio de la razón, sino por autoridad o por la memoria.
La nesciencia (ignorancia) es pues, el punto de partida de la
búsqueda de la verdad. “Sólo sé que no sé nada, pero aún supero a la
generalidad de los hombres que no saben esto tampoco”. La búsqueda
de la verdad ha de realizarse con la propia razón de cada uno, que es
el instrumento de penetrar en la realidad.
El resultado de esta
búsqueda racional es el hallazgo de la verdad.
creación
de
la
mente
ni
de
su
Esta verdad no es
habilidad
dialéctica,
sino
“descubrimiento”. Este hallazgo es una aventura de la mente que lejos
de admitir falso y extraños ídolos, debe seguir su propio impulso
(genio o demonio interior). De aquí el lema que Sócrates adoptó para
su pensamiento “Conócete a ti mismo”.
.
33
Imagen N. 6
Sócrates
Fuente: Sopena. Enciclopedia Temática.
1989
Sócrates es el filósofo perfecto que encarna el trinomio ideal:
sabiduría, buen sentido, recta conciencia.
En efecto, aseguraba
preferir a los oficios públicos, su obra de perfeccionamiento del
hombre: obra dirigida a hacer que hubiesen muchos hombres con
capacidad de cubrir con honor las cargas del Estado. Reformó el
método y la enseñanza filosófica, poniéndole como fundamento la
inducción.
Finalmente, dio comienzo al estudio de los problemas
morales, atribuyendo a la ética un valor que hasta entonces, no había
tenido nunca.
1.5.4.3.
Platón y el primer idealismo. El más grande discípulo de
Sócrates, Platón, era ateniense y de noble familia. De naturaleza
excepcional y aristocrática, se sintió de súbito arrastrado al arte y a la
poesía y para las primeras experiencias filosóficas se apoyó en Cratilo,
el cual había sido ya alumno de Heráclito y de Protágoras. A los veinte
34
años abandonó el arte para dedicarse enteramente a la filosofía.
Entonces llegó
a
ser
propiamente
discípulo
de
Sócrates, y la
fascinación del maestro influyó siempre sobre su existencia y su
pensamiento.
Estuvo tres veces en la Magna Grecia, donde tuvo curiosidad de
profundizar en el conocimiento de las doctrinas pitagóricas y de
hacerse amigo del singular Arquitas de Tarento, matemático y filósofo
seguidor de Pitágoras y hombre de estado, además de valeroso
estratega.
Al contrario de Sócrates, Platón dejó muchos escritos, treinta y
seis en total, escritos en forma de diálogo. Se distinguen cuatro
grupos.
a) Diálogos socráticos que son: Apología de Sócrates, Critón, Carmida,
Jon, Lisidas, Lachete, Protágoras, Primer libro de la República, Eutifrón.
b) Diálogos polémicos: Gorgias, Menón, Eutidemo, Hipias el mayor,
Hipias el menor, Cratilo, Meneseno.
c) Diálogos dogmáticos: El banquete, Fedro, Fedón, La República.
d) Diálogos decadentes: Theetetes, Parménides, el Sofista, Político,
Filebo, el Timeo, Leyes para un estado ideal.
Las muchas obras de Platón se pueden dividir por materias, y se
tendría así: para la dialéctica que es para él la doctrina de las ideas:
Theetetes, el Sofista y Parménides, los cuales tratan respectivamente
los problemas del conocimiento, del ser y de las ideas o la relación
entre el uno y los muchos.
35
Sócrates
había
combatido
el
subjetivismo
de
la
sofística,
afirmando la existencia de los conceptos o verdad universal, su
discípulo Platón extiende los conceptos del maestro a toda la realidad.
Para él existen no sólo las cosas sensibles, compuestas de materia y
forma, todas singulares y mutables, sino también las esencias
universales o ideales fuera del ser, concebidas por nuestra mente; o
sea hay un mundo sensible y un mundo inteligible o mundo de las
ideas.
Toda la teoría platónica está basada sobre esta teoría de las ideas que
contrasta con el grosero sensismo de los sabios que le precedieron, y
da a su pensamiento aquel carácter idealista y casi poético que forma
su mayor mérito.
No está claro si Platón había querido identificar a Dios con la idea
del Bien, que para el filósofo es la primera idea. Algunos se inclinan
por esta tesis, otros, en cambio, hacen una distinción y subordinan (o
bien no) la divinidad ordenadora del mundo sensible y la primera idea,
causa final y formal de todo lo que existe.
En cuanto a la cosmología platónica, el filósofo se limita a indicar
la existencia de una materia informe que ha sido animada por la
divinidad.
En cuanto al alma del hombre, ha habido una existencia suya
antes de ser unida al cuerpo, y seguirá existiendo también después
que el cuerpo haya parecido; pero existirá en condición del premio o
de castigo eterno. Acaso también deberá estar sometido al castigo de
existir todavía en unión con la materia, pero en grado inferior. (Aquí
36
como en otras partes, por ejemplo en la teoría de las ideas – números,
se encuentra un eco de las doctrinas del misterioso Pitágoras).
Existen en el hombre tres almas o, al menos, tres aspectos o
fuerzas que mueven al alma: la razón que tiene su sede en la frente, a
la que compara al mismo hombre; la irascible, el ánimo, que tiene su
sede en el pecho y lo compara con león; finalmente el alma pasional,
apetito que tiene su sede en el vientre y recuerda a una fiera de
muchas cabezas.
La primera tiene la misión de gobernar a las otras dos según
sabiduría
y
razón,
puesto
que
la
virtud
que
le
compete
es
precisamente la sabiduría. La segunda debe tener la fortaleza
necesaria para frenar los apetitos en armonía con el alma anterior, a
fin de que no se desborden ni desencadenen. A la última compete la
virtud de la templanza.
Si las tres almas obran en armonía desarrollando cada una su
propia misión, se verá realizado el ideal de la justicia.
En cuanto a la teoría del conocimiento, Platón está cierto de que
en su existencia anterior, antes de haberse unido al cuerpo, el alma
contempló las ideas eternas para olvidarlas después que se mezcló con
la materia corpórea. De este modo, saber es recordar.
Con esta teoría de la reminiscencia Platón explica el origen de los
conceptos. Distingue después Platón cuatro grados en el conocimiento
que son: conjetura, creencia, discurso y conocimiento filosófico.
37
Los dos primeros grados tienen por objeto el mundo aparente y
forman la opinión; los otros dos constituyen las manifestaciones del
entendimiento y tienen por objeto el mundo inteligible.
Platón tiene el mérito de haber admitido la existencia de Dios,
afirmando al mismo tiempo que el alma es inmortal y que el fin del
hombre es la virtud que le conducirá, en la vida ultraterrena, a la suma
bienaventuranza que consiste en la contemplación de Dios. Haber
descubierto esta verdad cerca de cuatrocientos años antes de Cristo,
es algo admirable y explica el respeto que por Platón sintieron los más
severos exponentes de la Patrística y de la Escolástica.
Imagen N. 7
Platón
Fuente: Sopena. Enciclopedia Temática.
1989
38
Cuadro N. 1
DOCTRINA PLATÓNICA
DOCTRINA PLATÓNICA
LAS IDEAS
EL DUALISMO
“Hay que distingue antes que nada, qué es lo que siempre es y no se
engendra, y qué es lo que engendra y nunca es”, dice Platón. Lo primero
constituye la verdadera realidad; lo segundo, la apariencia. Lo primero es
objeto de ciencia o conocimiento en sentido estricto; lo segundo es objeto de
opinión. Gracias a los sentidos conocemos el mundo de las cosas; la
percepción es el resultado de ese conocimiento. Gracias al pensamiento
contemplamos el mundo de las ideas; el concepto es el resultado de esa
contemplación. La concepción platónica es, pues, dualista: hay un mundo de
ideas invisibles, y otro de cosas visibles. A ese dualismo corresponde el del
pensamiento y la percepción, el de la ciencia y la opinión. No hay paso
gradual
del
uno
al
otro;
una
multitud
de
percepciones
no
puede
suministrarnos el concepto de las cosas, así como la multitud de lo visible no
puede originar el mundo de las ideas invisibles. Esos dos mundos son de
naturaleza diferente: uno es el mundo del cambio; el otro, de lo inmutable.
LA PARTICIPACIÓN
La solución que Platón ofrece para el problema de las relaciones entre ambos
mundos puede sintetizarse en la palabra participación. Aunque diferente del
invisible, el mundo visible tiene semejanza con él: en su imagen (ídolo). Del
mismo modo, las percepciones, aunque de naturaleza diferente del concepto,
son como imágenes de éste.
39
Las ideas son como los arquetipos de las cosas, como sus modelos; y las
cosas son como copias de las ideas. Perfectos los primeros, imperfectos los
segundos. El mundo de éstos es la imagen móvil del mundo de aquéllos. El
tiempo, que sólo rige en el mundo sensible, es, según la famosa frase de
Platón, la imagen móvil de la eternidad. Esta definición, con las variantes
correspondientes, es aplicable a todo lo sensible, que siempre es imagen
móvil, cambiante, perecedera de la idea, la cual es inmóvil, fija, eterna.
El mundo de las cosas participa del mundo de las ideas, sin que éstas sufran
desmedro alguno. Así como un cuerpo puede participar de la luz cuando es
atravesado por ella, sin que la luz se mezcle con el cuerpo que atraviesa. La
multiplicidad de las cosas que participan de una misma idea no empobrece a
ésta ni puede agotarla. Con esto, Platón se aparta por completo de todas las
concepciones anteriores, que habían llegado a hablar de dos mundos, pero
concibiéndolos como dos partes o aspectos de una realidad única. El mundo
platónico de las ideas es otro mundo, merced al cual se da este mundo
temporal que lo copia imperfectamente.
LAS IDEAS
Esta concepción platónica se va desarrollando poco a poco, y la forma que
adquiere en un momento de su complicada y larga historia puede resumirse
así:
I.
Junto a la pluralidad, objeto de la opinión, hay unidades últimas
que constituyen el objeto del conocimiento y forman el mundo de
las ideas.
II.
Hay una idea o forma para cada multiplicidad de cosas que
podemos designar con el mismo nombre. Es decir: hay una idea de
belleza, de la que participan todas las cosas bellas; hay una idea
caballo, mesa, etc.; y, lo mismo, una idea árbol, calor, vegetal, etc.
40
III.
Los entes particulares son los que son porque participan de la idea.
El punto II es el que suscita más dificultades. Y Platón parece
haberlo abandonado después, limitando las ideas a las de los cuatro
elementos, las estrellas y las especies, animales y vegetales.
LA DIALÉCTICA
El dualismo platónico entre los dos mundos aparece igualmente en el mundo
de la vida práctica, pero bajo otra forma: es el dualismo que se establece
entre la actividad vulgar, no fundada en principios racionales, y la acción del
sabio, fundada en la razón.
El hombre, pues, puede elevarse hacia el mundo de las ideas con el auxilio de
la dialéctica. El método dialéctico, como lo llamó Platón, es el que conduce de
lo sensible a lo ideal. Desde el punto de vista simplemente lógico, la
dialéctica es el proceso que lleva de la percepción al concepto. Pero este
aspecto lógico tiene un aspecto ético correspondiente, pues ir de la
percepción al concepto es elevarse del mundo de los sentidos al mundo de las
ideas. El fin de la dialéctica, como proceso interior, es el de conducir al
hombre a la posesión del bien, que en el pensamiento platónico concluye por
ser la idea suprema.
LA REMINISCENCIA
Si sólo existiese el mundo de lo múltiple, la ascensión dialéctica no sería
posible o el llamado mundo de las ideas sería mera derivación del mundo
sensible. El hombre sólo puede llegar a contemplar las ideas porque ya las
había contemplado antes, en una existencia anterior. El esclavo que bajo la
guía de Sócrates descubre una relación geométrica que antes ignoraba y que
Sócrates no ha enseñado, debió
de conocer antes lo que ahora a
descubierto, pues si no ha aprendido y lo sabe, es forzoso que lo haya sabido
antes.
¿cuándo?
¿dónde?
En
el
mundo
41
de
las
ideas.
El
verdadero
conocimiento es una reminiscencia.
INFLUENCIA PITAGÓRICA
Platón, en su juventud, recibió influencias pitagóricas y a ellas volvió en la
vejez. En la puerta de su Academia se leía la inscripción: “Nadie entre sin
saber matemática”. La influencia pitagórica fue en él triple: en cuanto
doctrina; en cuanto interpretación de la filosofía como comunidad de espíritus
cuyo último propósito es la salvación; y en cuanto tentativa política de
encomendar el gobierno a los sabios.
En determinado momento del desarrollo de su teoría de las ideas, Platón
sostiene que toda cosa es una cosa; por lo tanto, todas participan de lo uno.
El uno es, entonces, idea; y esta idea es la de la unidad en cuanto número.
Es decir:
que al mundo de las ideas y al mundo de las cosas, habría de
agregar el de los números como tercer mundo. El paso siguiente de Platón
consistirá en identificar el Uno con el Bien y con Dios, por donde la unidad
pitagórica pasa a regir todo el mundo de las ideas y también el mundo
sensible.
IDEALISMO Y REALISMO
Platón es idealista en cuanto afirma que la realidad última está constituida
por el mundo de las ideas. Pero es también realista en el sentido de que
atribuye realidad, precisamente, a las ideas.
DIOS – EL BIEN
Platón terminó por hacer de las ideas, primitivamente estáticas, un mundo
dinámico que es causa del otro. Y Dios, idea suprema, causa del mundo. Sin
embargo, las ideas no podrían ser causa del mundo de los fenómenos,
porque para ello deberían ser móviles, es decir, ser también ellas cosas en
42
devenir. El mismo Platón se planteó estas dificultades y trató de superarla.
Para ello debió modificar el sentido en que debía entenderse la relación
causal entre las ideas y las cosas. Y lo modificó entendiendo a las ideas como
causas finales a que las cosas tienden; es decir, como el objetivo teleológico
hacia el cual van las cosas. El bien es aspiración de lo hombres, y a él se
subordinan todas las ideas, como a su aspiración se subordinan todas las
demás aspiraciones. Todo tiende al bien. Y, por ello, el bien es su causa.
EL AMOR
Aquí introduce Platón su teoría del amor como “aspiración a poseer el bien,
para siempre”, identificando tal posesión con la contemplación última a que
aspira el filósofo: la contemplación de la idea suprema o sumo bien.
LA INMORTALIDAD DEL ALMA
NOVEDAD DE LA DOCTRINA
La inmortalidad del alma no es una concepción generalizada en el mundo
griego. A ciertos interlocutores de Sócrates hasta les resulta asombroso que
pueda sostenerse eso. El mérito de Platón consiste en intentar una
demostración de lo que constituía una novedad motivo de asombro.
DEMOSTRACIÓN DE LA INMORTALIDAD. LA GENERALIZACIÓN DE LOS
CONTRARIOS
Un primer argumento para demostrar la inmortalidad del alma es el de la
generación de contrarios. En toda pareja de contrarios uno de los términos
43
procede del otro: composición y descomposición, frío y calor, sueño y vigilia
se alternan, convirtiéndose el uno en el otro.
Así suceda con la muerte y la vida, que son términos contrarios. Si la vida
estuviese destinada a la muerte, sin más todo habría de terminar en la
muerte. Pero siempre hay nueva vida; y eso se debe a que la muerte tiene
que volver a su contrario, y para ello es necesario que el alma separada del
cuerpo, subsista y vuelva a unirse a otro cuerpo. Este argumento se relaciona
con la idea de la trasmigración de las almas, invocada luego por Platón. Y se
enlaza, además, con la teoría del conocimiento como reminiscencia.
LO SIMPLE Y LO COMPUESTO
El cuerpo es compuesto; el alma, simple. O lo compuesto puede disolverse;
lo simple, no. El alma pues, subsiste. Las almas irán junto a los dioses, o
vagarán como espectros, entre las tumbas, o se unirán a cuerpos animales
inferiores o superiores, o de hombres.
RÉPLICAS Y CONTRARRÉPLICAS
Contra estos argumentos los discípulos sostienen: 10 el alma puede
concebirse como una armonía del cuerpo, a la manera de la armonía de la
lira: disuelto el cuerpo, ya no hay alma, así como, rota la lira, no hay
armonía; 20 La subsistencia del alma no prueba su inmortalidad: el alma
puede ir asumiendo sucesivos cuerpos, e ir gastándose, como se gasta un
traje, hasta disolverse.
A lo primero Sócrates replica que si admite que el conocimiento es
reminiscencia, es decir, que el alma preexiste, no se la puede considerar
armonía del cuerpo, ya que la armonía es posterior y no anterior a él. A lo
segundo, que el alma es la que da vida al cuerpo; no puede, pues, morir,
44
porque es, precisamente, la que da vida.
EL MUNDO
ORIGEN DEL MUNDO
Platón expone su concepción sobre el origen del mundo, especialmente en el
Timeo. Es ajena a él la idea de una creación “de la nada”, que en general
repugnaba al pensamiento griego. Lo que los filósofos se preguntaban
entonces era cómo había surgido el orden del mundo.
EL ORDEN DEL MUNDO
Platón comienza por afirmar la necesidad de que el orden del mundo haya
tenido un origen. El espectáculo del universo, con toda su belleza,
demuestra, según Platón, que ha sido construido de acuerdo con un modelo y
por un buen artífice. Sin embargo, todo lo que acerca de esto pueda decirse
ha de aceptarse, advierte platón, simplemente como una “fábula verosímil”,
sin intentar ir más allá.
DIOS, PRINCIPIO ORDENADOR
Dios es bueno; y por ello quiso que las cosas “llegasen a ser semejantes a él
en todo lo posible, quiso que todas las cosas fuesen buenas como él. “tomó
entonces todo lo visible, que no permanecía quieto, y se agitaba irregular y
desordenadamente, e impuso ordenen el desorden. E hizo eso porque el
orden es más hermoso que el desorden; porque Dios no puede hacer sino lo
más bello posible.
45
EL MUNDO, SER ANIMADO
Para ello juntó el alma invisible a las cosas visibles, e hizo del mundo un
animal (ser animado). Lo dotó así de inteligencia, para que fuese hermoso. El
mundo es, así, un solo animal que encierra a todos los animales. En él se dan
los cuatro elementos (fuego, aire, agua y tierra); y su forma perfecta, es
decir, la esférica (“la más perfecta y más semejante a sí misma”). Como no
hay nada fuera del mundo, éste no necesita sentidos ni miembros, ya que
nada puede percibir o aprehender.
FORMACIÓN DE LOS DIOSES
Dios forma directamente a los dioses con el elemento fuego. A los otros seres
-los de los tres elementos restantes- los forma indirectamente, confiando esa
tarea a los dioses.
FORMACIÓN DE LOS SERES
Los dioses, imitando a Dios, formaron los cuerpos y les unieron el alma.
Resultaron de ello movimientos encontrados que sacudían a los cuerpos y,
por intermedio de éstos, llegaban al alma: son las sensaciones. Así,
sucesivamente, Platón sigue explicando la formación de los órganos del
cuerpo.
EXPLICACIÓN FINALISTA
Toda esta explicación de la formación del mundo, y de los seres, es finalista;
supone, además de un artífice, una intención o fin en la obra.
46
LA FILOSOFÍA
FILOSOFÍA Y EDUCACIÓN
Educar es para Platón proponerse que las almas alcancen toda la perfección
de que sean capaces. Y como la máxima perfección es la contemplación de
las ideas, educar es hacer que los hombres se eleven del mundo sensible al
mundo ideal. El educador tiene que ser filósofo, pues sólo el filósofo es capaz
de tal elevación.
El filósofo es el hombre capaz de “prepararse a morir”, o sea, de cumplir la
“ejercitación de la muerte”, con que Platón define a la filosofía, porque ésta,
en cuanto aspira al verdadero conocimiento, tiene que ir alejándose de los
sentidos, que sólo pueden ser fuertes de opiniones.
ORGANIZACIÓN DE LA CIUDAD
Su ciudad ideal no es marítima, sino terrestre, pues el mar corrompe con
más facilidad a los hombres. El número de sus familias ha de ser pequeño –
no más de cinco- y entre ellas se repartirán las tierras, de modo que su
cultivo asegure los medios indispensables de subsistencia. No hay moneda no
dotes: se evita así el enriquecimiento y el cambio de fortuna de las familias.
LA FAMILIA
La familia debe constituirse pobre la base de matrimonios concertados según
el criterio que más importa: el de la utilidad pública y no el de las
preferencias personales, ya que la función del matrimonio es la de dar hijos.
Por ello, los solteros han de pagar impuestos, y los matrimonios sin hijos han
de ser separados.
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INFLUENCIA
PLATÓN Y LA CULTURA OCCIDENTAL
Platón no es solamente uno de los más grandes filósofos griegos: es uno de
los espíritus rectores de la cultura occidental. Sus doctrinas, que en el mundo
helénico se prolongaron hasta dar lugar al sistema de Plotino, penetraron en
el cristianismo, por obra especialmente de San Agustín, e influyeron directa o
indirectamente, a través de los siglos, en las grandes concepciones del
espíritu occidental.
PLATONISMO Y ARISTOTELISMO
Platonismo y aristotelismo fueron, las dos actitudes posibles, durante muchas
centurias, del pensamiento europeo. Y ha llegado a afirmarse que todos
somos o platónicos o aristotélicos.
BELLEZA DE SU OBRA
Su obra, independientemente de su valor filosófico, alcanza la belleza propia
de las obras de arte, y suscita admiración aun cuando las ideas sustentadas
no las comparta quien las estudie.
EL DIVINO PLATÓN
La posteridad ha expresado su admiración por el pensador llamándole “el
divino Platón”.
Fuente: Quillet. Diccionario enciclopédico. 1986
48
1.5.4.4. Aristóteles. Aristóteles nació en Estagira, de Tracia. Discípulo
de Platón, fue definido por éste como la mente de la escuela; mostró
ser el crítico más equilibrado y objetivo del gran maestro.
Era hijo de un médico, y esto explica en parte su tendencia más
racionalista y empírica, su gran afición a la lúcida observación.
En el año 335 fundó su escuela llamada Liceo (parece ser que
este nombre le vino por su proximidad al templo de Apolo Liceo). Murió
en Calcide, Eubea, donde estaba refugiado desde que le habían
acusado de impiedad.
Aristóteles introduce en la filosofía el más iluminado realismo.
Aristóteles es considerado como el verdadero fundador de la
metafísica y de la historia natural; en todos los demás campos de la
ciencia humana tiene también sumo interés. El filósofo habrá de
ejercer imperecedera influencia sobre todas las épocas y escuelas en
todas las partes del mundo.
Escribió obras de Lógica: Las Categorías, Sobre la interpretación,
Los Tópicos. Estos trabajos fueron reunidos bajo la denominación de
Organon.
Obras de ciencia natural: El Cielo, la Física, Sobre el alma, etc.
Obras de metafísica: La Metafísica.
49
Obras de
ética y política: Ética a
Nicómaco, la Política,
Constitución de Atenas.
Obras de Arte: Retórica y Poética.
Tratados varios: Sobre el sentido y sobre lo sensible, del sueño y
de la vigilia, y otros.
Aristóteles divide la materia filosófica en teórica y práctica. Esta
última concierne a la ética y a la política, mientras que la filosofía
teorética guarda relación con la física, la matemática y la filosofía.
Aristóteles, crítico y analista sutilísimo del pensamiento humano,
examina minuciosamente los juicios y conceptos que distribuye en diez
categorías, que serían las cualidades y los modos de ser de todo lo que
existe. Estas son: sustancia, en primer lugar, cantidad, cualidad,
relación, lugar, tiempo, acción, pasión, hábito y situación.
A él se debe el famoso principio de contradicción, o mejor de no
contradicción, piedra de toque de todas las verdades, en virtud de la
cual no es posible admitir que una misma cosa sea y no sea a la vez.
La física aristotélica considera que los cuerpos terrestres están
compuestos de materia prima unida a una forma sustancial.
De distinta naturaleza son los cuerpos celestiales movidos por
Dios, primer motor inmóvil de todas las cosas.
50
La materia (que para Aristóteles no está producida por nada) que
compone los cielos y el incorruptible éter, la que compone todo lo
terreno resulta de cuatro elementos, cada uno de los cuales tiene su
lugar natural. Cada elemento (tierra, agua, aire y fuego) tiende a
ocupar su propio lugar.
La psicología aristotélica reconoce al hombre una superioridad
sobre todos los demás seres vivientes por el hecho de estar dotado de
un alma e inteligencia activa.
El filósofo distingue en el alma humano cinco potencias, a saber:
l vegetativa, sensitiva, intelectiva, apetitiva y locomotiva. Aristóteles
especifica también los límites y competencias de cada una. Compara
el alma sensitiva a una tabula rasa que recibe las sensaciones de los
objetos externos, o internos como podrían ser la memoria o la
fantasía.
Luego distingue un doble entendimiento: activo y pasivo, puesto
que el entender se tiene –como en el sentir- potencia y acto. Así como
el alma sensitiva es como tabula rasa ante los estímulos que pueden
producir en ella las cosas sensibles, así el entendimiento o alma
inteligible puede ser tabula rasa o pasivas dispuesta a recibir ideas.
Sentir y pensar, en suma, pueden tener un proceso bastante
semejante. En ambos casos la potencia para al acto por medio de
aquel que ya está en acto.
En cuanto al alma racional, Aristóteles asegura que no puede
tener su origen en la materia: es inmortal y divina. Sin embargo, no
explica bien el filósofo si el alma ha sido creada por Dios, o hecha a
51
imagen y semejanza de Dios, que para él es el acto puro. Tampoco se
entretiene demasiado en hablar de la vida ultraterrena.
La metafísica aristotélica está relacionada con su teodicea. En
esta philosophia prima o estudio del ser en cuanto tal, Aristóteles
afirma precisamente que Dios universal e inmaterial, causa primera del
ser, es el bien supremo (que rige el universo) hacia el que tienden
todas las cosas. Motor inmóvil, eterno, incorpóreo, uno, se contempla
a sí mismo pero no las cosas mutables, puesto que es tan absoluto que
no puede pensar lo que es finito (en este caso el filósofo niega la
providencia).
Aristóteles se propone superar el dualismo platónico y llega a
una conclusión más práctica y decisiva. Hay diferencias sustanciales
sobre este punto entre los dos filósofos. Aristóteles considera, ante
todo, el ser compuesto de dos elementos: materia y forma, mientras
que Platón aseguraba que el ser era la idea y sólo la idea. Además,
Aristóteles, a diferencia de Platón que había imaginado un Alma divina
artífice del universo, no habla nunca de creación puesto que concibe lo
creado como movido por Dios motor inmóvil, pero eterno en el tiempo
como Dios mismo. Finalmente, lo que de verdad existe para Aristóteles
es el individuo, no el universal como pensaba Platón.
Otra fundamental teoría aristotélica es la que se refiere al acto y
a la potencia. El devenir no es crear o nacer de la nada –esto es
imposible, según Aristóteles-, sino pasar del estado potencial al estado
actual de cosa que existe de una manera determinada. En cierto
sentido, devenir es cambiar. La materia representa la potencia, lo que
no es ser, lo que deviene; y como el ser está compuesto de materia y
52
forma se dirá que la potencia para al acto, o sea que la forma se une a
la materia cuando interviene una fuerza motriz.
El movimiento (kinesis) es el paso de la potencia al acto.
Aristóteles analiza después la causa eficiente o motriz por la que
la potencia se convierte en acto, y observa que necesita de otra causa
para realizarse, y ésta a su vez de otra anterior y así sucesivamente,
con lo que llegaríamos hasta el infinito a no ser que se admita una
causa primera o motriz, es decir, un motor inmóvil, el acto puro, o sea
Dios. El filósofo especifica que son cuatro las causas: dos intrínsecas,
que son la causa material y la causa formal; y dos extrínsecas, que son
la causa eficiente y la final.
Aristóteles considera que el hombre tiende a conseguir la
felicidad, que se identifica con la virtud en cuanto ambas no son otra
cosa que la actuación armónica y perfecta de todas las potencias del
individuo. A esto el filósofo añade una serie de concomitancias
particulares y afortunadas que pueden dar al hombre el máximo
bienestar físico y material.
Es interesante notar cuánto se aleja en este aspecto el concepto
aristotélico del cristiano: el filósofo, al afirmar que la vida vivida según
la razón es un elemento de felicidad, no se aleja demasiado de las
doctrinas cristianas, pero se revela completamente hombre de su
tiempo y entre los antípodas de la religión cristiana cuando afirma que
la sola virtud no basta para hacer al hombre feliz si no va acompañada
de otras afortunadas circunstancias y condiciones de vida.
53
Acerca de las virtudes específicas Aristóteles se declara seguidor
del justo medio y exhorta a rehuir los excesos en todo tipo de cosas. El
hombre debe ser generoso pero no pródigo; valiente pero no
temerario… y así sucesivamente en todos los campos.
Gracias a él la filosofía se convierte en ciencia, no en materia
ociosa, como había sido para muchos pensadores anteriores a él, como
los sofistas. A él compete no sólo el título de grande y de sabio sino
también el de filósofo honesto.
Imagen N. 8
Aristóteles
Fuente: Sopena. Enciclopedia Temática.
1989
54
Cuadro N. 2
DOCTRINA DE ARISTÓTELES
DOCTRINA ARISTOTÉLICA
Aristóteles es el primer genio universal de la humanidad. Ningún campo del
conocimiento le es extraño. En todos penetra con espíritu sistemático y
riguroso. Es el primero que intenta una historia de la filosofía. Explora
regiones totalmente nuevas, como la poesía. Estudia la estructura del
razonamiento de manera tal que durante más de veinte siglos su análisis no
sufre prácticamente modificaciones. Su metafísica inspira aún hoy a muchos
pensadores. Su física tuvo vigencia hasta el Renacimiento, época en que se
produce una gran reacción contra Aristóteles.
PLATONISMO Y ARISTOTELISMO.
Su figura ha sido contrapuesta a la de
Platón y se ha sostenido que esos dos pensadores contienen ya las
posibilidades últimas de toda actitud filosófica: se es platónico o se es
aristotélico. Su obra se caracteriza por la eliminación del elemento mítico, tan
preponderante en Platón. En su sistema no se recurre a los mitos ni a las
leyendas, que resultan de su aspiración a ser rigurosamente técnico.
LA LÓGICA
Aristóteles dedicó a lo que hoy se llama lógica una serie de tratados, cuyo
conjunto recibió luego la denominación de Organon (instrumento del
conocimiento). Esos tratados son, en filosofía, lo que los elementos de
Euclides son en matemáticas: han constituido la fuente obligada para el
estudio de la lógica a través de los siglos.
ASPIRACIÓN AL CONOCIMIENTO
El hombre es ante todo, para Aristóteles, un ser teorético: lo que constituye
55
su más alta dignidad y lo que lo define es su aspiración al conocimiento. Pero
el conocimiento exige ser estudiado, pues es el instrumento con que se
conoce. Se necesita saber cuál es su estructura, cuáles son sus leyes y cuál
es su empleo correcto y cuáles son sus abusos. La lógica tiene esa función.
Es, por ello una preparación necesaria para todo conocimiento.
LAS CATEGORÍAS Y LA REALIDAD
El libro llamado Categorías se propone clasificar los tipos de respuesta
posibles a la pregunta qué es algo, o sea, qué puede predicarse de algo. La
búsqueda de las categorías o predicados indica ya que la lógica está
relacionada con la filosofía primera, o metafísica, que estudia el ser; y esa
relación resulta del hecho de que al mostrar qué es lo que puede decirse de
algo, se muestra simultáneamente cuáles son los aspectos últimos de la
realidad. Lo que en el pensamiento se descubre, al descubrir las categorías,
es lo que ha descubierto en la realidad.
CATEGORÍAS Y LENGUAJE
Para saber cuáles son las categorías es necesario recurrir al análisis del
lenguaje, ya que el pensamiento se expresa mediante éste. El descubrimiento
de las categorías está facilitado por el estudio de las funciones gramaticales o
partes de la oración (sustantivo, adjetivo, verbo, etc.).
LAS DIEZ CATEGORÍAS
La lista de las categorías, en su forma completa, cobra, presentada en una
serie de juicio, esta forma:
-
El hombre es una sustancia
-
Largo de dos codos es una cantidad
56
-
Blanco es una cualidad
-
Doble es una relación
-
En el liceo es un lugar
-
Ayer es un tiempo
-
Sentado es un posición
-
Calzado es un estado
-
Cortar es una acción
-
Ser cortado es una pasión.
La lista de las categorías responde a la necesidad, sentida desde mucho antes
en el mundo griego, de precisar el sentido de la palabra “es”, que parece no
ser siempre el mismo. Las categorías intentan, por lo tanto, mostrar los
diversos aspectos del ser.
LA SUSTANCIA
Con respecto a la sustancia, Aristóteles ya muestra en su lógica la
importancia que, en contra de Platón, atribuye al ser individual. “toda
sustancia, dice Aristóteles, designa un objeto real, que es siempre un
individuo”. Junto a esas sustancias primeras, Aristóteles admite sustancias
segundas, que designan alfo que parece ser real, pero en sí no lo es. Para
Aristóteles lo universal sólo es real en el individuo; o, de otra manera, que
Aristóteles no admite el mundo de las ideas en sí, aparte del mundo de los
individuos, aceptado por Platón.
LA SUSTANCIA Y EL CAMBIO
Al estudiar la sustancia, Aristóteles introduce en su lógica nociones que son
importantes en metafísica. Uno de los caracteres que diferencian a la
sustancia de las demás categorías es la posibilidad de recibir contrarios: un
hombre puede tener primero la tez clara y después oscura, tener frío y luego
57
calor, sin dejar de ser el hombre que es. En cambio, una misma acción no
puede ser primero buena y después mala. Lo que caracteriza a la sustancia
es, pues, que sufre cambios.
LA PROPOSICIÓN
La proposición es una enunciación afirmativa o negativa. Toda proposición
exige un verbo y es, forzosamente, o verdadera o falsa. Aristóteles ya
distingue entre las expresiones que son juicios o las que no lo son, a pesar de
contener todos los elementos de la proposición. Las órdenes, las preguntas,
las súplicas no son ni verdaderas ni falsas, pues no afirman ni niegan nada, y
no son, por lo tanto, proposiciones.
LA DEMOSTRACIÓN
Aristóteles estudia también la demostración, que es el razonamiento que
parte
de
conocimientos
anteriores,
fundados
en
última
instancia
en
principios. La ciencia demostrativa parte de conocimientos ciertos, primitivos,
inmediatos, más claros que las conclusiones que se obtienen partiendo de
ellos. Los principios, o proposiciones que se conocen sin demostración,
impiden el regreso al infinito, que debe ser evitado para que la demostración
sea posible. Con mucha frecuencia, al discutir teorías ajenas, Aristóteles
señala como defecto el regreso al infinito que ellas suponen.
LOS PRINCIPIOS LÓGICOS
Los principios lógicos solo parecen enunciados en el Organon. Su desarrollo
es uno de los temas de la Metafísica.
58
LA CIENCIA
La lógica se detiene a analizar qué es una ciencia. Para Aristóteles la ciencia
es siempre conocimiento de lo general, no de lo particular. Además, la ciencia
se aplica sólo a lo que es forzoso, necesario, y no a lo contingente o fortuito.
La ciencia se basa en la demostración, y no puede ser adquirida por los
sentidos que son los que suministran el material del conocimiento, material
ya depurado, pues la sensación es, como la nutrición, una asimilación
selectiva.
-
La lógica de Aristóteles ha sido sometida a severas críticas por parte de
los lógicos contemporáneos. Pero al final de su tratado, Aristóteles, después
de decir que antes que él no había “nada” en esa disciplina, agrega:
“esperamos que quienes hayan estudiado nuestras lecciones se muestren
indulgentes si encuentran alguna en nuestro estudio, y agradezcan los
descubrimientos que con él se han logrado.”6
LA METAFÍSICA
EL SER. La metafísica estudia el ser; es decir, estudia la realidad última, ya
que todo lo real es, aun cuando en lo real haya diversas formas de ser.
Aristóteles aborda el problema de la sustancia, el de las causas, el de la
materia y la forma, el de acto y la potencia, el del cambio, el de Dios.
SUSTANCIAS Y CUALIDADES
La sustancia es lo real en sí. No puede ser afirmada de ningún sujeto, y en
cambio, admite todas las afirmaciones. No puede darse una sustancia sin
cualidades, pero tampoco pueden darse cualidades sin sustancia. La
sustancia tiene prioridad sobre todo lo demás. Las cualidades se dan en la
6
Fuente: Quillet. Diccionario Enciclopédico, tomo VII. (Argentina: Editorial Argentina Arístides Quillet,
S. A.).
59
sustancia, pero la sustancia no se da en las cualidades. En eso consiste su
prioridad. El universo es para Aristóteles una pluralidad de sustancias.
MATERIA Y FORMA
No puede darse ninguna realidad primordial o material, sin forma. La
materia puede cambiar de forma, pero nunca carecer de ella. La forma de
alfo constituye su esencia, es lo que hace que una cosa sea lo que es. La
forma de una mano permite que ésta aprehenda7 los objetos, es decir, sea
efectivamente una mano. Una mano esculpida no tiene la forma de la mano
del ser vivo, sino simplemente su figura, ya que no puede aprehender
objetos.
POTENCIA Y ACTO
El problema del cambio se plantea Aristóteles como el de las nociones de
potencia y acto, nociones paralelas, respectivamente, a las de posibilidad y
realidad. Todo lo que sufre un cambio es, es un momento dado, algo en acto
y algo en potencia. Gracias a ello, puede sufrir el cambio, y lo que era en
potencia convertirse en acto. Lo que fuese totalmente en acto no cambiaría:
el acto puro es Dios, exento de potencia, es decir, exento de cambio.
LAS CUATRO CAUSAS
El verdadero conocimiento es para Aristóteles el conocimiento por las
causas. Éstas son cuatro, que Aristóteles aclara con el ejemplo de la estatua.
Para que haya una estatua es necesario: la materia con que construirla; la
idea, en el escultor, de lo que quiere esculpir; las herramientas y las manos
con que se la esculpe; la obra misma concluida. Aristóteles llama,
7
APREHENDER: Coger, asir, prender.
60
respectivamente, a esas causas: material, formal, eficiente y final.
DIOS, MOTOR INMÓVIL
Dios es para Aristóteles causa final y eficiente del universo. No es causa
material: es decir, el universo no está hecho de la sustancia de Dios. Y Dios
existe, pues de lo contrario se tendría una serie infinita de causas. Dios,
como causa eficiente, es motor del universo; como término de la jerarquía
universal, es decir, como acto puro, tiene que ser inmóvil. De ahí surge la
famosa definición de Aristóteles, según la cual Dios es motor inmóvil. Ese
motor inmóvil no crea la materia.
De ese motor inmóvil depende todo el universo; a ese motor inmóvil se
endereza, como a su causa final, todo el universo. Acto puro, forma sin
materia, unidad sin parte, infinitud sin extensión, Dios es pensamiento que se
piensa a sí mismo, pensamiento de pensamiento, o sea, el ser que se
contempla a sí mismo.
LA FÍSICA
EL MOVIMIENTO. La física es ante todo el estudio del cambio y de todo lo
que éste implica. Aristóteles estudia el infinito, el espacio, el tiempo, as
condiciones necesarias para que se dé un cambio. Distingue cuatro clases de
movimientos: el sustancial, el cualitativo, el cuantitativo y el espacial. Asigna
como objeto a la física la realidad observable o fenoménica, diferenciándola
de la matemática, por un lado, y de la metafísica por el otro.
EL UNIVERSO
El universo comprende dos regiones: el mundo sublunar, que es el nuestro,
donde se dan la generación y la corrupción, y el supralunar, infinitamente
61
más amplio, donde reina el orden y cierta inmutabilidad. Hay en él cuerpos
sensibles formados por un elemento particularmente ligero, el éter, y
animados por un movimiento circular. Ese movimiento infunde vida a los
cuerpos celestiales, que son, por lo tanto, verdaderos seres espirituales.
LA PSICOLOGÍA
Alma. Aristóteles distingue tres clases de almas: la vegetativa, que es la de
las plantas; la sensible, que es la de los animales, y la racional, que es propia
de los hombres. El conocimiento es posible gracias a los sentidos, que
suministran los elementos, que constituyen su punto de partida. El alma es la
forma del cuerpo.
INTELECTO
Hay dos clases de intelecto: el pasivo, que en cierto modo se convierte en lo
que conoce y el activo, que es el que impone forma.
VOLUNTAD
La voluntad es un apetito racional. En cuanto apetito, es un deseo, y se
propone fines; en cuanto racional, busca los medios para realizarlos.
INMORTALIDAD
La sensación, la memoria, el intelecto pasivo participan de la caducidad del
cuerpo y mueren con él. Sólo el intelecto activo, que concibe lo universal,
parece capaz de cierta inmortalidad de las almas particulares.
62
LA MORAL
Aristóteles presenta una moral de la felicidad. Ésta comprende una ética,
que se aplica al individuo; una económica, relativa a la familia, y una política,
que atañe a la ciudad.
ÉTICA
El hombre busca la felicidad; eso significa que busca el supremo bien. El
ideal de la vida consiste en un desarrollo armonioso y racional de nuestras
facultades, la más alta de las cuales es el pensamiento. La virtud consiste en
atenerse al justo medio. Las pasiones, entendidas en el sentido de
inclinaciones, son buenas en sí mismas. Lo que corresponde es disciplinarlas
y ordenarlas.
ECONOMÍA
La familia es una institución natural. Aristóteles rechaza el comunismo
preconizado por Platón.
Justifica la esclavitud, aunque sostiene que el esclavo tiene derecho a un
tratamiento humano.
POLÍTICA
En la Metafísica, Aristóteles decía que el hombre tiende por naturaleza a
conocer; en la Política dice que el hombre tiende por naturaleza a la vida en
la polis: el hombre es, según su definición, un “animal político”; está hecho
para la polis; quien no puede vivir en ella, o no necesita de ella, es “o una
bestia o un dios”.
63
Aristóteles introduce en la Política la misma concepción jerárquica que
admitía en el universo.
La asociación de los hombres en el estado tiene por
fin asegurar una existencia material y espiritualmente feliz. Las leyes no han
de aspirar simplemente a garantizar los derechos de cada individuo, sino a
hacer mejores a los ciudadanos.
La filosofía de Aristóteles es ante todo un intelectualismo. Prácticamente
proscrita de Atenas, halló más tarde acogida en Alejandría, y de allí comenzó
su difusión y su influencia, que llega hasta nuestros días.
Fuente: Quillet. Diccionario enciclopédico. 1986
1.5.5. Estoicismo – epicureismo. El neoplatonismo. Se ha visto cómo
después de la muerte de Platón y de Aristóteles, tuvieron otros
directores y otras tendencias más o menos diversas.
El estoicismo tuvo por fundador a Zenón de Citio (finales del siglo
II, principios del siglo III a. de C.) que escogió como sede de su
enseñanza una galería porticada adornada con pinturas y afirma que la
fuerte de toda verdad es la representación que dan los sentidos.
El monismo dinámico de los estoicos defiende que toda la
realidad resulta de una única sustancia material y viviente con dos
aspectos: uno pasivo, que sería la materia informe, y otro activo que
se identifica con el logos o con el fuego de Heráclito, un fuego que todo
abarca e informa, aun siendo también él sutilísima materia.
Empirismo
sensítico,
panteísmo,
fatalismo
y
determinismo
finalístico se entrecruzan en esta compleja y compuesta doctrina que
no niega la precedencia divina, pero afirma que actúa según
determinadas leyes.
64
La virtud para ellos consiste en obrar según la naturaleza; pero
esto equivale a vivir conforme a la razón. Sólo la virtud debe tener
valor ante los ojos del hombre; eso que vulgarmente es considerado
como mal o desgracia ha de ser despreciado por el sabio que, sin
embargo, en su absoluta libertad, puede recurrir al suicidio para
librarse (Zenón, de hecho, se dejó morir de hambre para rendir
homenaje a su teoría).
La lógica de Aristóteles, en sus grandes líneas, fue mantenida
por los estoicos, los cuales, sin embargo, acentuaron más la
importancia de lo sensible en el conocimiento humano.
La moral estoica era bastante elevada si se considera el tiempo
en que se desarrolló, pero equivocadamente algunos la quisieron
comparar con la moral cristiana. Los estoicos propugnan un imperio
universal por una suerte de consmopolitisismo naturalista fundado en
el principio de que todos somos iguales por tener una misma
naturaleza humana, mientras que el cristiano vive para obrar el bien,
aunque le cueste e, incluso, aunque sus semejantes le desprecien; por
lo demás, un cristiano no puede recurrir al suicidio para librarse de los
males físicos o espirituales que le afligen.
El
epicureismo
es
contemporáneo
del
estoicismo,
surgió
trescientos años antes del nacimiento de Cristo, por obra de Epicuro de
Samos que difundió en Atenas sus doctrinas y enseñó en un ameno
jardín a la entrada de la ciudad; ésta sería la cuarta gran escuela
griega.
65
Si para Aristóteles había sido como un slogan aquello de que “no
hay nada en el entendimiento que antes no haya pasado por los
sentidos”, Epicuro olvida la lógica, que él llama canónica, y juzga que
el único conocimiento válido es el de los sentidos. El único criterio de
verdad viene dado por la evidencia sensible.
La filosofía neoplatónica griega tuvo larga vida; puede decirse
que duró desde el siglo I hasta el siglo VI de nuestra era y es algo, de
por sí, bastante distinto de la filosofía que ya es estaba inclinando
hacia el cristianismo, pero también, como ella, mística y religiosa.
La filosofía religiosa neoplatónica está teñida de magia, y admite
que puede recurrirse a prácticas mágicas para granjearse la amistad
de los dioses, emanaciones de la gran divinidad de la que todo brota.
1.5.6.
Decadencia
de
la
filosofía
griega.
Después
de
la
desaparición de Aristóteles, la filosofía griega se presenta incierta y
compleja, rica de nombres y pobre de ideas nuevas. El sincretismo que
intenta encontrar una más válida filosofía al recoger lo mejor de los
antiguos pensadores, no sabe hacer otra cosa que resucitar el
atomismo de Demócrito de Abdera, el sensitismo de Heráclito de
Éfeso, la magia del número tan cara a Pitágoras, el misticismo de
Platón, y tratar de conciliar todo esto, o parte de estas teorías, con el
racionalismo aristotélico.
Pero, a pesar de estos repetidos retornos a esta o aquella
filosofía, el primer gran innovador es Sócrates, aunque tampoco él
tendrá en la historia del pensamiento filosófico, el puesto que,
justamente, corresponde a su mejor alumno Platón.
66
A Sócrates corresponde el mérito de haber desvinculado la
filosofía de la incierta cosmogonía de los primeros tiempos.
A Platón, el de haber intuido la universalidad del concepto, el
mundo de las ideas.
A Aristóteles, mente por encima de todas, el haber implantado
sobre las bases racionales la más subjetiva de todas las ciencias.
Con Aristóteles, la filosofía antigua dio de sí cuanto pudo dar:
más no se puede esperar de una época pagana que desconocía
muchos misterios de la ciencia y de la misma física.
El medievo cristiano perfeccionará la filosofía teológica, las
relaciones entre el hombre y Dios, mientras la Edad Moderna, gracias
al progreso, modifica algunas teorías superadas en lo que atañe a la
filosofía de las ciencias, pero no alcanza a ver una absoluta mejora de
los problemas éticos debido a que la reflexión moral no puede estar del
todo independiente de la reflexión metafísica, donde el progreso
mismo ha infiltrado un materialismo cada vez más creciente y
escéptico.
67
CONCLUSIONES
-
Se atribuye a Grecia el Origen de la filosofía porque es el primer
pueblo que racionaliza e intenta comprender las leyes que rigen la
naturaleza y el lugar que ocupa el hombre en ella. Su carácter
esencialmente humanista. Toda la cultura griega se desarrolla en torno
al hombre, y brota de la serena contemplación de la naturaleza
humana.
-
Los primeros filósofos –cosmólogos- procuran encontrar en el
mundo físico un fondo estable, un sustrato permanente al que todas
las sustancias se redujeran, algo ante lo que la multiplicidad y el
cambio se convirtieran en apariencias.
-
El Siglo de Oro de la filosofía en Grecia produjo a las tres grandes
figuras de la filosofía de todos los tiempos: Sócrates, Platón y
Aristóteles. El hombre, el sujeto humano y no sólo el universo y la
naturaleza de las cosas ocupa y preocupa a estos filósofos: El hombre
y sus relaciones con el mundo exterior son parte fundamental de sus
teorías.
-
Existen diversas ideas de hombre, y la misión de la filosofía no
consistirá necesariamente en crear una nueva cuanto en distinguir las
existentes y en discriminar cuál sea la idea más potente (es decir,
capaz de reducir a las otras). Pues las ideas de hombre han de
suponerse ya dadas en correspondencia a épocas o sociedades
determinadas.
68
RECOMENDACIONES
-
Se recomienda a Universidades y catedráticos la elaboración de
material condensado acerca de temas específicos con el afán de
facilitar su búsqueda.
-
Se recomienda a estudiantes el uso de este material para conocer y
diferenciar el concepto de hombre que se tenía en la edad antigua y
cómo fue evolucionando, desde los primeros cosmólogos hasta llegar al
Siglo de Oro de la filosofía griega (Sócrates, Platón y Aristóteles).
69
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