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FILOSOFÍA MEDIEVAL TOMÁS DE AQUINO GUÍA DIDÁCTICA FILOSOFÍA IES SAAVEDRA FAJARDO MATERIALES PARA EL CONTEXTO CONTEXTO TOMÁS DE AQUINO Creencias mistéricas Filosofía helénica Sumerio- -Estoicismo babilónicas – Judías Edad Media Romanización -nacimiento de Jesús -formación del cristianismo Patrística (Agustín de Hipona) Escolástica Imperio sacroromano(Carlo Magno) - Platón -persecuciones Feudalismo -Aristóteles --institucionalización: Constantino y Teodosio( Edicto de Milán y de Constantinopla) Renacimiento carolingeo MUSULMANA(Averroes) CRISTIANA(Tomás Aquino) Escuelas monasteriales (escolastica) JUDIA: Maimonides 1. El pensamiento helenista. La época de las polis griegas, de las ciudades-Estado libres e independientes, se termina con el reinado de Alejandro Magno. Alejandro, un griego de Macedonia discípulo de Aristóteles, termina con una forma de vivir, con una cultura que se inició en Mileto y que tuvo en el ágora su símbolo más representativo. A partir de su muerte en el año 323 a.C., debe hablarse, más que de civilización griega o helénica, de civilización "helenística". Para Alejandro la distinción entre griegos y "bárbaros" era artificiosa y falsa: él pensaba según el concepto de imperio y no según el de la ciudad. Uno de los objetivos de su política era fundir la cultura griega con la de los bárbaros, lo que, por una parte, desarrollará un estado mundial (ecúmene) y, por otra, hará surgir un hombre con visión cosmopolita, que será un ciudadano del mundo. Las ciudades-Estado no fueron ya entidades libres e independientes en las que el diálogo, el contraste de opiniones en el ágora, que caracteriza el pensamiento griego, sea posible, sino que esta forma de cultura se diluye en un todo más vasto. Además, no estaba lejos el día en que toda Grecia se convirtiese en una simple provincia del Imperio Romano. Por todo esto, el interés por los fines colectivos, por los asuntos públicos decrece y, en contraste, aumenta el interés por las cuestiones particulares, individuales. Se impone la búsqueda de la felicidad individual. La democracia de las polis desaparece sin haber alcanzado la verdadera idea de justicia. La libertad, que tan unida estuvo a todo el proceso de la cultura anterior, ya no es política y social sino individual. Los filósofos que aparecen como consecuencia de esta nueva situación tienen como fin encontrar el "arte de vivir": el saber acomodarse a las situaciones adversas y el saber sacar provecho de las cosas tal y como se presentan. Son filosofías que encierran una visión personal e individualista de las cosas; los escépticos, los epicúreos y los estoicos se ocupan fundamentalmente de problemas éticos y existenciales de la vida humana. 1.1 Escepticismo Surge con la obra de Pirrón (360-270 a. C.), antiguo colaborador militar de Alejandro, pero tiene precedentes en discípulos de Gorgias y de Sócrates. Para Pirrón, el discurso racional de la filosofía era el resultado de una ficción lingüística, alejado de la realidad y ajeno a la vida práctica. La escuela escéptica sigue la línea que habían inaugurado los sofistas y expone las dificultades para conocer la realidad. Nada se puede afirmar o negar con seguridad, ni tan siquiera esta convicción; el conocimiento es fuente de turbación, muestra los enigmas de la naturaleza humana y no está capacitado para resolverlos. Hay que ignorarlo todo, suspender el juicio (afasia) y para conseguir una vida feliz es necesario evitar toda pasión (apatía) y turbación (ataraxia), que sólo se puede alcanzar cuando nada se sabe: escepticismo. 1.2. Epicureísmo Esta escuela tiene precedentes en el pensamiento de un discípulo de Sócrates, Aristipo de Cirene. Defiende el pensamiento hedonista, que consiste en la búsqueda de placer como objetivo para alcanzar la felicidad: placer obtenido de inmediato evitando la inquietud producida por el deseo, es el placer del presente. - Epicuro es el más representativo defensor de este pensamiento. El placer, dice, es lo que procura la felicidad, pero un placer como plenitud, "júbilo de vivir", equilibrio y armonía de los sentidos, de las partes del cuerpo y del intelecto: hay que evitar todo lo que perturbe el alma. Para ello, Epicuro ofrece un remedio que dice mucho de las inquietudes del hombre griego por la muerte y por los dioses, y del carácter del pensamiento hedonista: "la muerte no debe asustarnos", mientras vivimos la muerte no está, y cuando morimos no estamos nosotros para sentirla; "no hay que temer a la divinidad", los dioses poseen lo que nosotros deseamos y son, por tanto, indiferentes- a los asuntos de los humanos, no debemos temerlos ni esperar nada de ellos; "el mal es fácil de soportar", cuando el dolor es muy fuerte, lleva a la muerte y cesa, si dura mucho los sentidos se bloquean y ya no se siente. El objetivo de esta filosofía es la serenidad y la satisfacción vital en medio de un clima de placentera amistad. 1.3. Estoicismo Los estoicos se reunían en el pórtico (stoa) de columnas de Atenas y, para ellos, el ser humano forma parte de la naturaleza y está sometido a ella. El universo está gobernado por un Logos interno que gobierna el destino fatal de todas sus criaturas. Nada pueden hacer los humanos, sino aceptar con dignidad las cosas tal y como se presentan. La angustia frente a la caducidad de la vida y la impotencia para cambiar lo que los rodea (el orden del mundo), lleva a los estoicos a centrar los objetivos de su actuación en sí mismos, en exponerse a las dificultades para conocer sus propios límites, a actuar por convicción, sin alterarse por los resultados, que al fin y al cabo son cosa del destino. Hay que ser auténtico e impasible. Esta ética es hoy llamada formal y autónoma, al no buscar un objetivo, sino la descripción de una forma de actuar basada en la elevación de la dignidad humana. 2. Filosofía y religión 2.1. Judaísmo y filosofía El imperio de Alejandro fue conquistado por los romanos en el siglo II a.C., y en la nueva situación, Alejandría, ciudad cosmopolita situada en los confines del Oriente con el Occidente, llegó a ser el centro de la filosofía judeo-helenística, que culminó con el pensamiento de Filón. En Alejandría se daban cita filósofos y científicos; su tradición de ciudad abierta y cosmopolita dio cabida al sincretismo (conciliar doctrinas diferentes) de ideas, religiosas y filosóficas. El pensamiento helenista, ecléctico y tolerante, mezcló las principales tendencias del pensamiento griego — platonismo y aristotelismo — con religiones mistéricas procedentes de Oriente. La idea central de estas Tendencias consistía en la unión mística con Dios como salvación de los humanos, en una especie de renacer después de la muerte. Surge, pues, un nuevo concepto, un concepto que no tuvo el griego clásico: el concepto religión. Este rasgo religioso que el pensamiento y el mundo helenístico posee en sí mismo hace posible la incorporación de cultos y creencias muy diversas: la más notable la que defiende la existencia de un Dios único e infinito. La cultura helenística frente a la inconsistencia de las cosas, defiende la salvación, la creencia en un "más allá" que es consistente, objetivo. Piensa a Dios, como se ha dicho, como infinito y, esto es una innovación respecto a lo que significa ese concepto en el mundo griego. En Grecia infinito quiere decir algo así como "no ente", mientras que finito significa algo así como "ente", porque el ser tiene límite. El concepto religión está unido, básicamente, a salvación e igualmente al culto, a la creencia y a una comunidad de adeptos. Concepto que no se puede aplicar a Grecia; no se puede decir que los griegos creían en sus dioses, pues no se dan allí los presupuestos para que pueda haber una "creencia" o "fe". En la ciudad de Alejandría vivían muchos judíos procedentes de la diáspora (los judíos viven desde un milenio antes de Cristo bajo el poder de Egipto, la vinculación tan estrecha que mantienen entre ellos les hará conquistar Palestina y vivir un corto tiempo en libertad, pero esa etapa de libertad dura poco. La historia de este pueblo transcurre, generalmente, bajo el dominio extranjero. Su destino es la diáspora). Se preguntaban cuál era el motivo de su constante desgracia, de su imposibilidad de vivir libres y dueños de su tierra, y los profetas les dieron una doble respuesta: por un lado, Dios les había castigado por no cumplir el pacto de obediencia a los mandamientos que se recogí" en la Tabla de Moisés (nace el sentimiento de culpa y pecado, sentimiento extraño al pueblo griego) y, por otro lado, su desgracia formaba parte de los designios divinos en espera de la llegada del "Mesías", que debía restaurar el reino de Israel y extenderlo por toda la tierra. Destaca entre los pensadores de origen judío, la figura del rabino Filón de Alejandría (15a.C. y 41d.C.), gran admirador de los filósofos griego, especialmente de Platón; en los cuales, aseguraba, se pueden encontrar las mismas verdades que en las Escrituras y en la tradición del judaísmo. Creía que los filósofos habían utilizado las Sagradas Escrituras. El ideal griego de sabiduría, pensó Filón, toma carta de naturaleza en el judaísmo. Su obra constituye el primer intento de fusionar filosofía y teología, que será la clave del pensamiento cristiano y más tarde del escolástico de la Edad Media. 2.2. Cristianismo y filosofía El cristianismo aparece en la historia de las ideas con San Pablo (10a.C.-67d.C.), que tomó la doctrina predicada por Jesucristo e hizo de ella una síntesis para su difusión. Pablo de Tarso es un judío helenizado del que se guarda testimonio documental. En él se puede simbolizar la unión de helenismo, religión y tradición judía. Jesucristo era, para él, el Mesías que esperaban los judíos; Dios hecho hombre, el Logos materializado que toma de la Biblia. Intentará realizar la síntesis entre filosofía y teología, reuniendo el platonismo y la doctrina cristiana. Al no conseguir con ella las conversiones que esperaba, cambio de procedimiento y en la epístola a los Corintios ataca a la filosofía. Postura, que como se verá, siguieron alguno de los llamados "apologistas cristianos" . EL cristianismo es una nueva experiencia de la realidad que contrasta con la del mundo griego. El cristiano tiene una relación personal con Dios, mientras que los griegos se preocupan de su relación con la phy sis y con los otros hombres. El cristianismo es una religión revelada ofrecida al mundo como doctrina de salvación, y no una filosofía. Es un saber de salvación y, al principio, no pretenden justificarlo con razones. La salvación debe venir dada por algo "sobrenatural"; el cristianismo es el anuncio de un hecho, "una nueva noticia", lo consistente, lo sobrenatural se hace presencia en "el Logos se hace carne"; la incorporación física, sensible, a ese acontecimiento aparece como la única vía posible de salvación. El elemento sensible- sobrenatural, por definición absurdo, de la religión se hace tesis en el cristianismo. Por otra parte, puesto que la verdad se ha hecho noticia, revelación, la asunción de la verdad, la identificación con Cristo, es ella misma un don: "creen" aquellos a los que Dios, porque quiere, otorga la gracia (la palabra eucaristía proviene del griego en el que significa buen carisma). , Esta nueva visión de la realidad aporta conceptos y propuestas distintas a las que se habían desarrollado en las polis griegas. Las más significativas y las que más contrastan con las anteriores son: el concepto del tiempo y de la historia; el concepto de creación y la concepción del hombre. Concepto del tiempo: su concepción del tiempo es lineal e histórico, lo que también habían defendido los judíos. Los griegos, por el contrario, defendieron el tiempo como algo cíclico, sin un principio ni un final, es decir, eterno. Los cristianos creen que Dios interviene en la historia, es Providente, y su concepción lineal de ella les dice que tiene un comienzo (génesis) y un final (apocalipsis). Dios, pues, dirige el mundo y la historia. La historia comenzó con la caída en el pecado de Adán y Eva y esperó una redención - ya cumplida por Jesucristo - y ahora aguarda el final de los tiempos, meta de la historia. El concepto de creación: Dios crea el mundo de la nada, lo que un pensador griego consideraría escandaloso, ya que para ellos de la nada no se produce nada. El origen del mundo de la nada es absolutamente impensable para un griego. Tanto los presocráticos, como Platón y Aristóteles, defendieron que la materia era eterna, no creada en un momento concreto. Concepto del hombre: el cristianismo cree que el hombre es un compuesto de alma y cuerpo, pero ambas entidades lo constituyen de manera unitaria. La salvación que se le ofrece al hombre después de la muerte supone la resurrección de ambas partes. El hombre es la criatura preferida de Dios hecha según su imagen, cuyo destino es la salvación, si bien ha sido creado libre para que pueda elegir y es, por tanto, responsable de sus actos. La mayor parte de los autores coinciden en reconocer la fuerte influencia que en la configuración del cristianismo tuvieron las distintas corrientes del pensamiento helenístico. La razones que obligaron al cristianismo a incorporar los usos de la cultura Helenística y de adoptar el saber filosófico para esclarecer racionalmente sus verdades, entre otras, fueron: La defensa frente al ataque de los judíos, que no les reconocían su independencia y originalidad. La necesidad de los cristianos cultos de aclarar los presupuestos racionales de su fe. La búsqueda de una ortodoxia, es decir, de una interpretación más exacta y rigurosa, frente a las interpretaciones posibles, de la doctrina cristiana. Es poco conocido el hecho de que el cristianismo de los primeros tiempos es en realidad un conjunto heterogéneo de sectas y facciones con planteamientos diversos y distintas interpretaciones sobre la figura de Jesús y su mensaje. La lucha entre las distintas sectas arrianos y atanasianos, por ejemplo, era, en ocasiones, más violenta que la misma persecución de los emperadores romanos. Lo que la filosofía transmite a estos, primeros cristianos es un lenguaje, una, manera de argumentar. Palabras como eucaristía, "eklesia, y tantas otras, son la prueba del apoyo que, en los primeros tiempos, el lenguaje, los conceptos filosóficos prestan a cristianismo. Los cristianos no disponían de una filosofía propia y se dirigen del modo más natural a la filosofía imperante en su tiempo, que deriva del platonismo, aunque estaba impregnado de otros elementos, y de ella toman el proceso de argumentación, conceptos, definiciones. Los escritores cristianos no hacían entonces ninguna distinción entre filosofía y teología: lo que ellos se proponían era más bien presentar la sabiduría o "filosofía" cristiana. Los teólogos cristianos y los apologistas se sentían inclinados a tomar para sí las armas de la filosofía cuando pensaban que dichas armas podían ser útiles para sus propios objetivos. Ante la filosofía tenían posturas divergentes, según optasen por ver en ésta una enemiga y rival del cristianismo o verla como un útil arsenal de conceptos y argumentaciones, que sirviese para preparar la defensa del cristianismo. - 2.3. Neoplatonismo. Plotino Mientras las demás escuelas filosóficas caminan lentamente hacia su fin durante el imperio romano, el neoplatonismo ofrece un aspecto fuerte y vigoroso. Por su nombre es obvio que se apoya en el pensamiento de Platón, aunque a veces lo hace no directamente en su obra, sino en las obras que surgen en las escuelas de tradición platónica. Su fuerza doctrinal se revela en todos los focos culturales del helenismo: en Alejandría, en Roma, en Atenas, en Antioquía... los pensadores neoplatónicos se sienten auténticos continuadores de la herencia de Platón; conceptos, palabras, ideas e incluso expresiones verbales de Platón, aparecen con gran frecuencia en sus escritos. Pero en esta teoría hay algo nuevo, el sentimiento religioso y místico que es característico de la época. Los neoplatónicos no pretendían innovar la filosofía de Platón, sino, como se ha dicho, se sentían unos continuadores y custodios de su obra, aunque el "Matón" de los neoplatónicos es básicamente el de la lectura religiosa; el neoplatonismo es un "platonismo" religioso que se despliega en un ambiente en el que el cristianismo se está constituyendo en una interpretación dominante. El neoplatonismo trata de lo que nunca trató Platón: la salvación. El pensador más destacado de la corriente neoplatónica es Plotino (208 270), antiguo cristiano "convertido" a la filosofía que llevó a cabo el último intento de reanimar la autonomía y profundidad del pensamiento filosófico aun en el marco de una concepción religiosa. Su aportación es una lectura de Platón y de Aristóteles, que se convertirá en la vía de acceso a la filosofía griega en los siglos venideros. Su voz es la última voz del pensamiento helenista, ya que no habrá más ciencia ni más filosofía en sentido estricto hasta que vuelven a renacer al final de la Edad Media. El pensamiento entra en el ámbito de la teología que toma a su servicio a la filosofía, con el fin de poder dar razones a la fe. - Plotino introduce un nuevo principio para explicar lo que es el ser: el concepto de emanación. Este concepto hay que entenderlo como el proceso mediante el cual lo superior produce lo inferior por su propia superabundancia. La emanación no es la creación, ya que en ésta se produce algo de la nada, mientras que en aquella es el ser superior el que se despliega sin perder su perfección. En la emanación hay un proceso de degradación, pues, de lo superior a lo inferior existe la relación de lo perfecto a lo imperfecto, de lo existente a lo menos existente 3. Edad Media 3.1. Aproximación histórica Durante más de diez siglos se extiende lo que se ha llamado, no sin cierto desprecio desde la mentalidad de la ilustración, Edad Media. No es fácil fijar una fecha única ni para su comienzo ni para su final. En cada nación, cada especialista en historia, suele poner unos límites diferentes. En general, se puede decir que es la época que se extiende, o bien, desde el final de la Antigüedad al principio de la Modernidad, o bien, desde la caída del Imperio romano de Occidente hasta el Renacimiento. Desde el punto de vista del pensamiento filosófico existe en toda la Edad Media un hecho común, que es una herencia del periodo inmediatamente anterior: razón y fe se fusionan con el fin de darse mutuo apoyo. La filosofía ofrece explicaciones racionales, pero sólo la teología posee verdades absolutas, aunque incomprensibles a los ojos de la razón. Esta cuestión se desarrollará más adelante. La caída del Imperio romano supone la disolución de la vida cultural ciudadana. La vida individual cobra sentido bajo la mirada de Dios, cuya palabra lo explica todo desde la creación hasta el juicio final. Los primeros siglos de la Edad Media se caracterizan por una gran decadencia cultural debido, principalmente, a la inestabilidad política. Desaparece la antigua cultura comunitaria en el seno de la ciudad, y se va desarrollando una cultura popular de transmisión oral, que busca cobijo en la religión y que irá tejiendo con el tiempo lo que se llama tradición. 3.2. La Patrística cristiana Los pensadores cristianos de los primeros siglos se conocen con el nombre de Patrística o Padres de la Iglesia y se dividen en: Apologistas griegos y latinos, Escuela de Alejandría y Padres griegos y latinos. Su pensamiento no es propiamente una filosofía elaborada y sistemática. Apologistas: A mediados del siglo II a los cristianos se les plantea la necesidad de hablar en defensa propia por las muchas acusaciones que reciben del poder político romano que intentaba justificar la persecución que sobre ellos ejercían. La palabra apología significa defensa o alegato jurídico con el que se pretendía obtener del emperador correspondiente la libertad de culto y los mismos derechos que otras religiones. Son estos pensadores los que inician la creación del dogma y de una doctrina que institucionaliza el mensaje de Jesús. El más destacado fue Tertuliano, creador del latín eclesiástico que representa la actitud más hostil frente a la filosofía griega, pues para él sólo es una fuente de herejías y errores. Escuela de Alejandría: Alejandría es durante la segunda mitad del siglo II y el siglo III el centro principal del cristianismo. Se puede considerar a Clemente y Orígenes como los verdaderos fundadores del pensamiento cristiano, pues usaron ampliamente la especulación filosófica como método para justificar racionalmente las verdades reveladas del cristianismo. Tienen la clara pretensión de conformar una sabiduría propiamente cristiana. Padres griegos y latinos: Con ellos se produce la consolidación definitiva del cristianismo que, más allá de permanecer como una simple secta religiosa más, acepta el reto de ofrecer una respuesta positiva que sea una nueva visión de la realidad, del hombre y de la historia. Viven en los siglos IV y V. El cristianismo en estas fechas había dejado de estar perseguido y prohibido, desde que el emperador Constantino establece el edicto de Milán. San Agustín de Hipona es el pensador cristiano más importante de este periodo y de toda la Patrística, en general. Recibe el influjo de Platón y su pensamiento, que se denomina platonismo agustiniano, domina toda la Edad Media. En el siglo IX, durante el periodo llamado carolingio, se produce el renacimiento de la cultura con la creación de las escuelas monacales y episcopales, que constituyen el centro de la cultura medieval. Este renacimiento no tiene continuidad y el siglo X fue, nuevamente, un siglo de decadencia cultural. A partir del siglo XI se produce un avance en la extensión de la cultura y su enseñanza unida a la Reforma de la Iglesia. En la segunda mitad del siglo XII y en los años iniciales del siglo siguiente se fundan las primeras universidades, París en 1150, Oxford en 1167; Bolonia en 1200 y Salamanca en 1230. Las universidades suponen independencia intelectual respecto a las escuelas monacales. Pronto adquieren importancia como centros de conocimiento y empiezan a valorar la observación y la experiencia como fuente de conocimiento. Otro hecho importante, desde el punto de vista cultural, fue el conocimiento de la filosofía de Aristóteles que llega a Europa a, través de la cultura árabe. El siglo XIII supone la plenitud cultural de la Edad Media debido a los siguientes hechos: el estudio de la filosofía aristotélica; la importancia que iban adquiriendo las universidades y el importante trabajo intelectual que representa la obra de Tomás de Aquino. La obra de Aquino es el objetivo hacia al cual se dirigen todas estas páginas y, como en el caso del estudio de la filosofía platónica, la selección que se va a realizar de todas las propuestas que realizan los autores del Medioevo, lo tienen a él y a su obra como referencia. Dentro de la filosofía escolástica, se le presta especial atención a dos cuestiones: el problema de las relaciones entre la razón y la fe y el llamado argumento ontológico. Ambas cuestiones están influidas por lo que se conocía y lo que se desconocía de la filosofía de los dos grandes pensadores griegos: Platón y Aristóteles. Ambas se van a tratar antes de conocer el contenido de la propuesta aristotélica, el sentido pleno de estas cuestiones se logrará cuando ésta se conozca. Los restantes siglos de la Edad Media se consideran como la preparación de la época siguiente: el Renacimiento. Su contenido va precedido por los rasgos empiristas que pueden hallarse en el pensamiento del de Aquino y que desembocará en un empirismo por el cual se intenta colocar a las verdades de fe más allá de toda prueba racional, es decir, se separarán el trabajo de los teólogos del de los filósofos. Este periodo prepara el paso de la escolástica a la ciencia y a la filosofía moderna. 3.2. La filosofía Escolástica Durante un tiempo se ha descrito la filosofía escolástica como una sirvienta de la teología. Hoy en día se tiende a rechazar esta concepción o, al menos, a no insistir demasiado en ella. Es común presentar la escolástica como una continuación de la Patrística, pero como escribe Gilson: "La misma elaboración filosófica a la cual va a verse sometida la verdad religiosa, no es, a su vez, más que la prolongación de un esfuerzo que se une con la filosofía griega y llena los siglos venideros". Se llama escolástica al pensamiento medieval que se desarrollaba en las escuelas monacales, y que se extiende desde la patrística hasta el siglo XVI. Además de la escolástica cristiana, en este tiempo, se dan también la escolástica musulmana y la judía. Muchos de las cuestiones que tratan son comunes, los problemas a los que se enfrentan estás tres religiones monoteístas son muy parecidos: las relaciones fe y razón como vías para encontrar la verdad, la interpretación del pensamiento aristotélico... En la escolástica cristiana se distinguen los siguientes etapas: La inicial o de preparación, que se extiende desde el siglo VI al XII; la del siglo XIII, que es la etapa de Tomás de Aquino y la etapa más brillante del pensamiento escolástico y, por último, la de los siglos restantes, conocida como la etapa de la decadencia. 1. Los primeros siglos de la escolástica se caracterizan por el tradicionalismo, la sumisión a la autoridad, recopilaciones y fijaciones de libros. Todo lo que hay de filosofía es un desarrollo interno de la teología, que produce las primeras Sumas teológico-metafísicas del tipo de Juan de Escoto y Anselmo de Cantorbery. 2. El siglo XIII o la etapa del apogeo que se caracteriza por la maduración de los temas anteriores, la absorción definitiva del pensamiento aristotélico y el desarrollo de las grandes Sumas teológicas y filosóficas. Destacan, además de Tomás de Aquino, Buenaventura y Alberto Magno. 3. Los restantes siglos que se caracterizan por las cuestiones lógicas y semánticas y, como ya se ha dicho por el empirismo. La figura más destacada es Occam, con el que se produce la separación del trabajo de la teología del de la filosofía. 3.3. El pensamiento de Aristóteles en la escolástica medieval La entrada de Aristóteles en el pensamiento occidental supone un cambio de perspectiva, que se concreta en tres grandes corrientes: la que parte de Avicena y que influye en los franciscano, entre los que destaca por su importancia la obra de san Buenaventura; la que parte de Aberrees y que influye en el averroísmo latino y la que representa Tomás de Aquino. Todas surgen de los contenidos de su filosofía, pero las interpretaciones son diversas Lo más característico de la primera es defender un tipo de conocimiento en el que el entendimiento agente aparece como separado y es acto por excelencia, inmortal y eterno. El averroísmo da esa misma autonomía al entendimiento agente, pero no lo considera inmortal. La capacidad de entender sí lo es, en cierto aspecto, pero no el entendimiento agente del individuo particular, ese no es inmortal. Por tanto, tampoco es inmortal el alma del hombre. Sus tesis son incompatibles tanto con el cristianismo como con el Islam. 4.1. Aristóteles en la filosofía árabe y judía Las escuelas sirias de Edesa y Resania, durante la decadencia del mundo latino, habían traducido las obras de Aristóteles al sirio y luego al árabe. La obra de Aristóteles fue conocida, pues, por toda la cultura árabe que estuvo durante siglos por encima del mundo latino. A lo largo del siglo XII, comenzó a entrar en Europa este aristotelismo de trayectoria árabe, a través de los comentaristas Avicena y Averroes, por medio de ellos, y de las traducciones de la escuela de Toledo, Aristóteles empezó a ser conocido en Europa. El proceso por el cual se introduce el pensamiento de Aristóteles en occidente se inicia en el año 640, en el que los árabes conquistan Siria y se concreta en el año 750, en el que los califas de la dinastía Abbasí toman a su servicio a eruditos sirios e impulsaron la traducción al árabe de la sabiduría griega. El primer hombre ilustre de la filosofía musulmana es el de AL-Kindi (S.IX), cuyo propósito, que será constante en la filosofía árabe, es explicar la distinción establecida por Aristóteles entre "entendimiento agente" y "entendimiento pasivo". Al-kindi considera que el entendimiento siempre en acto (el agente), uno para todos los hombres, es una inteligencia, es decir: una sustancia espiritual distinta del alma y superior a ella. Otro pensador árabe, Alfarabí (S.X) es el primero en formular filosóficamente una noción que tendrá una importancia vital en el cristianismo: la contingencia del mundo, o, lo que es lo mismo, la noción de que la existencia de una cosa es algo distinto a su esencia y no incluido en ella. El concepto de physis, defendido por la filosofía griega y que veía a ésta como una realidad que se explicaba desde sí misma, se olvida. Del concepto de contingencia se infiere la necesidad de defender la existencia de un ser superior que, no siendo contingente, se defina como el Ser Necesario y sea el creador de todo lo que existe. Avicena (S.X1) asume esta noción y en el momento en que ésta pasa a ser patrimonio de los pensadores que discurren en latín, quiere decir que hay dos sentido del verbo ser. Esta distinción es totalmente ajena al pensamiento aristotélico. Tomás no ve la necesidad de utilizar dos verbos, como ser y existir, uno sólo basta: esse significa existir y por eso significa ser. Averroes (S.XII), nacido en Córdoba es el gran comentador de la obra de Aristóteles, que, lógicamente, interpreta según su religión y que influye en las relaciones entre la fe y la razón, de la misma manera que influye en la escolástica cristiana. La filosofía medieval judía surge del conflicto de los judío con la filosofía árabe. Maimonides (S.XII), es un judío español, que nace en Córdoba como Averroes y su posición en la cuestión de las relaciones entre razón y fe es muy próxima a la que después defenderá Tomás de Aquino. Como los pensadores árabes, Maimonides reconoce que el entendimiento agente es una inteligencia separada y aquí Tomás de Aquino no coincidirá con él ni, obviamente, con los pensadores árabes. 4.2. Los franciscanos:Buenaventura El pensamiento de los teólogos de la orden franciscana es de carácter conservador y, en general, de actitud reservada ante el aristotelismo, actitud que varió desde una marcada hostilidad a una parcial aceptación. Tradicionalmente esta orden religiosa ha seguido la línea de pensamiento inspirada en la obra de Agustín de Hipona. Buenaventura se integró en la tradición agustiniana, pero adoptó no pocas ideas de Aristóteles, al que respetó como filósofo, por lo que su pensamiento fue un agustinismo moderno repensado en relación con el aristotelismo. Fue fundamentalmente un teólogo y no consideró por sí mismos los problemas y cuestiones filosóficas, en esto se diferencia de Tomás de Aquino que siendo también un teólogo consideró minuciosamente los problemas filosóficos. Ambos pensadores coinciden como profesores en la Universidad de París. El concepto de emanación, que se ha visto en Plotino, se replantea en la obra de este pensador medieval. Buenaventura cree que el mundo emana de Dios, pero no es una emanación automática, necesaria, sino que Dios crea el ser. La acción de Dios es una muestra de su omnipotencia y de su generosidad; la emanación no la considera como un desbordamiento incontrolado, sino como una intervención directa de Dios. Defendió en sus pruebas de la existencia de Dios que éstas eran etapas del ascenso del alma a Dios. Confía más en las que se apoyan en la interioridad, en la aceptación de la revelación divina, que en las que toma del mundo material. Prueba, no obstante, la existencia de Dios a partir del mundo sensible, y muestra cómo desde el conocimiento de los seres finitos, imperfectos y contingentes, el hombre puede elevarse hasta la aprehensión de Dios. Son pruebas no elaboradas sistemáticamente y la razón hay que buscarla en su convicción de que la existencia de Dios es tan evidente al alma que reflexiona, que las pruebas sensibles o materiales sirven sólo para recordar algo que ya se sabe de antemano. TOMÁS DE AQUINO: VIDA Y OBRA La adecuación del pensamiento de Aristóteles a la teología cristiana llevó a Tomás de Aquino (1225-1274) a plantear un sistema que sintetiza de nuevo filosofía y teología. Si en el caso de Agustín de Hipona la unidad entre razón y fe vinculaba el platonismo a la religión, Tomas de Aquino utiliza ahora el aristotelismo. Tomás fue un monje dominico (como Anselmo de Cantorbery) discípulo de Alberto Magno. Enserió en la universidad de París. Su obra es muy voluminosa, sobre todo si se tiene en cuenta la corta duración de su vida. Las obras de Tomás de Aquino pertenecen a los géneros de literatura filosófica y teológica usuales en su época y ambiente, géneros que son: -"Comentarios" a la obra de Aristóteles, Boecio, Dionisio. Esta labor de comentario se hacía sobre textos escritos en latín. Procede de la "lectio" académica, clase ordinaria en la que el maestro comentaba ante los alumnos un texto. -"Cuaestiones disputatae", en las que se aborda un tema determinado (por ejemplo, en Tomás, 'De veritate", 'De potentia", "De anima") con presentación sistemática de argumentos contrarios y su solución. Proceden también del ámbito académico. - "Quaestiones quodlibetales", que no responden a un tema rigurosamente fijo, y que Proceden de actos académicos solemnes, en los cuales se discutía sobre tema libre. Por tal razón estas cuestiones no llevan título temático. - "Opuscula", elaboraciones breves, con el orden y la estructura que el autor considerase oportuno, acerca de algún problema determinado ("De aeternitate mundi", 'De unitate intellectus"). - "Summae", elaboraciones amplias, que pretenden abarcar el conjunto de una disciplina.Destacan: ( "Summa Theologica", "Summa contra gentiles"). "La Suma Teológica", obra a la que pertenece el texto que se ha de comentar, es una exposición sistemática de la teología destinada al uso de los estudiantes, pero por su amplitud permite considerarla como algo más que como un texto de estudio. Se trata de una exposición completa según un plan sistemático. Está dividida en tres partes: la primera trata de la emanación, Dios principio; la segunda del retorno, Dios fin, la tercera de las condiciones cristianas de tal retorno, es decir, de la encarnación. Las tres partes forman un gran conjunto y cada parte abarca diversa cuestiones, por ejemplo, el Libro primero posee 119 cuestiones. El texto que se ha de comentar pertenece a la cuestión segunda y comprende los artículos 2 y 3, que tienen como título: "Si se puede demostrar la existencia de Dios" y "Si Dios existe". Toda Suma está dividida en cuestiones, cada una de ellas con un título temático, cada cuestión se divide en cierto número de artículos y cada artículo lleva por título "Si..."; "Si Dios es...; "Si el conjunto de criaturas fue siempre...", pero en todos los artículos la estructura es la misma (y la extensión no varía mucho), empiezan con el giro "Parece que. " introduciendo la opinión contraria a la que se va a defender, seguida de los argumentos en favor de dicha opinión contraria; luego el giro "Pero contra ello está el que..." introduce generalmente una cita de las Escrituras o de autoridad reconocida que muestra la necesidad de aceptar la tesis que se va a defender, sigue la exposición de la doctrina que se considera correcta, y, a continuación, la respuesta por orden, a cada uno de los argumentos contrarios formulados antes. En concreto los pasos que contiene cada artículo son: 1. Dificultades. Argumentos ajenos y contrarios a sus tesis. 2. "Por otra parte". Argumentos ajenos y a favor de sus tesis. 3. Respuestas. Exposición de sus propias tesis. 4. Soluciones. Refutaciones de las dificultades y objeciones. El método que utiliza Tomás de Aquino es una exposición dialéctica en el sentido de que trata de ejercitar el arte de la discusión, propio de las Universidades de esta época. Su estilo literario es sencillo, práctico, positivo, sin construir frases complicadas con la. finalidad de expresar las ideas con claridad Un estilo que caracteriza a su filosofía, cuyo intención es presentar argumentaciones que sean coherentes por sí mismas, independientemente de sus creencias personales. Aunque no hay que olvidar que fue un creyente y que su pensamiento debe verse a la luz de la relación que él establece entre la teología y la filosofía. La influencia de Aristóteles Tomás de Aquino incorpora a su pensamiento muchas de las características de la filosofía de Aristóteles al considerar que los principio que propone eran verdaderos, y, como verdaderos útiles; vio claramente el uso que podía hacerse con los principios de la filosofía aristotélica para lograr una síntesis coherente entre filosofía y teología. La influencia del pensamiento aristotélico se ve en toda su obra desde la demostración de la existencia de Dios hasta su teoría del ser, pero su filosofía no fue un simple aristotelismo, sino que repensó y transformó muchos conceptos para adaptarlos a su creencia religiosa. Aunque muchos elementos del pensamiento de Tomás de Aquino proceden de Aristóteles, es preciso distinguir entre ambos pensadores. Algunas de las coincidencias y de las diferencias se citan a continuación de forma breve.. Acepta los conceptos de materia y forma, que son esenciales en la metafísica y en la concepción de la realidad de Aristóteles. Sin embargo, no une la materia a la potencia y la forma al acto, como había hecho Aristóteles, sino que separa los dos pares de conceptos, lo que le permite dar una adecuada explicación de Dios y afirmar la diferencia existente entre Dios y el mundo. Emplea alguno de los rasgos con los que Aristóteles califica el Motor Inmóvil y los utiliza para definir a Dios. Para el de Aquino Dios es el Motor Inmóvil que mueve todo y es la causa primera y el primer principio de lo existente. Coincide con Aristóteles en definir el ser humano como una unidad que se compone de cuerpo y alma. Alma y cuerpo no son dos sustancias separadas, sino una unidad esencial, no obstante, difiere de él en que considera el alma inmortal y creada por Dios. Su teoría del conocimiento se encuentra también muy influida por Aristóteles. Valora especialmente el poder de la razón y del conocimiento racional, aun cuando lo considera inferior al de la fe. El proceso del conocimiento, al igual que ocurre en Aristóteles, parte de los datos de los sentidos. Para terminar hacer referencia a que acepta igualmente muchas de los conceptos de la teoría moral y política.