Download Descarga - Apuntes en red

Document related concepts
no text concepts found
Transcript
Tema 9
La monarquía hispánica
1. La época de Carlos V
■ La herencia de Carlos de Habsburgo
Carlos de Habsburgo fue proclamado rey en el año 1516. El hijo de Felipe el Hermoso y Juana la Loca
recibió de sus padres una gran herencia territorial:
• De sus abuelos maternos, los Reyes Católicos, recibió Navarra y las Coronas de Castilla y Aragón,
incluidos los territorios conquistados en América y las posesiones italianas.
• De sus abuelos paternos, Maximiliano de Austria y María de Borgoña, heredó las posesiones alemanas
de la Casa de Austria, los Países Bajos, el Franco Condado y Luxemburgo. Además, en el año 1519
recibió el título de emperador alemán, por lo que se convirtió en Carlos I de España y V de Alemania.
■ Los problemas interiores
Carlos I había nacido y había sido educado en Flandes. En el año 1517, llegó a la Península acompañado
por una corte de asesores flamencos. Este hecho despertó el recelo de las Cortes castellanas y
aragonesas.
Además, su preocupación por recaudar dinero para lograr el título de emperador de Alemania provocó el
estallido de dos revueltas:
• Las Comunidades. Se inició en el año 1520 en Toledo, Burgos y Segovia. Los comuneros
reconocieron como reina a Juana, madre de Carlos, y organizaron un ejército, pero las tropas reales les
derrotaron en el año 1521 en la batalla de Villalar. Sus principales líderes, Padilla, Bravo y Maldonado,
fueron ajusticiados, y la autoridad del monarca fue restablecida en Castilla.
• Las Germanías. Tuvieron lugar en Mallorca y Valencia entre los años 1521 y 1523, aunque las tropas de
Carlos, terminaron derrotando a los agermanados.
■ Los problemas exteriores
La concentración de territorios tan diversos obligó a Carlos afrontar numerosos conflictos:
• Conflicto con Francia. La rivalidad contra el rey francés Francisco I estuvo motivada por el control del
ducado de Milán. Carlos I salió victorioso en la batalla de Pavía en el año 1525, lo que le permitió
mantener su dominio sobre ese territorio italiano.
• Conflicto con los turcos. La expansión otomana amenazaba la estabilidad en el Mediterráneo. Los
turcos, comandados por Suleiman I, llegaron a sitiar Viena, pero Carlos V logró frenar su avance.
• Conflicto con los protestantes. Carlos V trató de defender el catolicismo en el Imperio, pero sin
enfrentarse directamente con los príncipes alemanes. Las negociaciones fracasaron y Carlos inició una
guerra contra a los protestantes. Finalmente, la Paz de Augsburgo (1555) reconoció la libertad religiosa
en el Imperio.
Al año siguiente, enfermo y agotado, Carlos abdicó y repartió sus posesiones. A su hermano Fernando le
entregó el título imperial; a su hijo Felipe le correspondió el resto de las posesiones. El emperador se retiró
al monasterio de Yuste (Cáceres), donde falleció en 1558.
■ Los gastos del reinado
Las constantes guerras mantenidas por Carlos V para defender sus intereses suponían un enorme
desembolso económico. Para sufragar estos gastos, el rey incrementó la presión fiscal sobre sus súbditos
con crecientes impuestos.
A ellos se sumaban las remesas de oro y plata que empezaban a llegar de América y que suponían una
importante fuente de ingresos para la Corona.
Aun así, los gastos seguían siendo superiores a los ingresos, por lo que Carlos recurrió a préstamos con
banqueros alemanes e italianos. Ello aumentó el endeudamiento de la Hacienda Pública y fue el origen de
serios problemas económicos.
2. El reinado de Felipe II
■ La Monarquía Hispánica de Felipe II
Aunque nunca ostentó el título de emperador, Felipe II heredó de su padre un verdadero imperio. A
diferencia de este, apenas salió de España y convirtió Madrid en su capital. En sus proximidades, levantó
el monasterio y residencia real de El Escorial, desde donde gobernó su inmenso imperio.
Felipe II acentuó el carácter autoritario de la monarquía creada por los Reyes Católicos. Las Cortes
fueron convocadas en pocas ocasiones, y el monarca dirigió personalmente las tareas de gobierno
apoyado en una extensa burocracia. Así, el Estado logró una dimensión que implicaba cuantiosos gastos.
■ Los problemas interiores
En la Península, Felipe II tuvo que afrontar diversos problemas:
• La defensa del catolicismo. Felipe II se identificó con el espíritu de la Contrarreforma y decidió
preservar los reinos hispánicos de la amenaza protestante. Para ello, prohibió salir a estudiar a
universidades extranjeras y utilizó la Inquisición para censurar libros y perseguir a sospechosos.
La intransigencia religiosa se manifestó en la difusión del concepto de “limpieza de sangre”, que
reservaba los cargos públicos para quienes demostraran no tener antepasados judíos o musulmanes.
• La revuelta de los moriscos. Estalló en las Alpujarras en el año 1567. Fue sofocada por su
hermanastro, don Juan de Austria.
• Las alteraciones en Aragón. El secretario del rey, Antonio Pérez, huyó a Aragón para eludir una
acusación de asesinato y se acogió a la protección de las instituciones de justicia aragonesas.
Felipe II exigió su entrega, pero las instituciones se negaron. Las tropas del rey sofocaron la revuelta
aragonesa, que se saldó con la huída de Antonio Pérez a Inglaterra.
■ Los problemas exteriores
En el exterior, Felipe II pretendió conservar y ampliar sus dominios y defender el catolicismo frente a los
otomanos y los protestantes. Para ello, tuvo que atender numerosos frentes:
• Francia. Tras derrotar a los franceses en la batalla de San Quintín (1557) y obligarles a firmar la Paz de
Cateau-Cambresis, la rivalidad renació a finales de su reinado.
• Imperio turco. Felipe II formó con Venecia, Génova y el papado la Liga Santa, que derrotó a los turcos en
la batalla de Lepanto (1571).
• Portugal. Tras la muerte del rey portugués, Felipe II planteó sus derechos sucesorios como hijo de la
infanta Isabel de Portugal. Los portugueses se negaron, pero la victoria española en la batalla de Alcántara
(1581) les obligó a reconocer a Felipe II como rey. Con las posesiones portuguesas, Felipe II reunía bajo su
Corona un amplio imperio alrededor del mundo En el • Países Bajos. El calvinismo se había extendido por
Holanda, donde se produjo revuelta de tintes independentistas. En 1556, las provincias del Norte se
declararon independientes bajo el nombre de Provincias Unidas. Durante años, se intentó sofocar la
revuelta sin éxito, por lo que el problema fue heredado por los sucesores del monarca.
• Inglaterra. La reina Isabel I había consolidado el anglicanismo. Además, apoyaba a los corsarios que
atacaban los buques españoles y a los rebeldes de los Países Bajos.
Por ello, Felipe II armó una gran escuadra contra Inglaterra, denominada la Armada Invencible, que fue
derrotada con estrépito en el año 1588.
■ Los problemas económicos
Los gastos provocados por las constantes guerras y por el complejo aparato administrativo consumieron
enormes recursos. Además, las deudas contraídas acuciaban al monarca, que veía cómo se devaluaba el
precio de los metales traídos de América.
Por ello, durante el reinado de Felipe II, la Monarquía Hispánica sufrió tres bancarrotas (1557, 1575 y
1596), en las que el país no pudo hacer frente a los pagos que tenía que realizar. Ello obligó a aumentar los
tributos y a recurrir a nuevos préstamos, que situaron a la Hacienda Pública en una coyuntura muy
desfavorable.
3. La conquista y colonización de América
■ Las grandes expediciones de conquista
Durante la primera mitad del siglo XVI, se produjo la ocupación de buena parte del continente americano.
La conquista se hizo con rapidez, debido a la superioridad militar española y a la desunión de los
indígenas.
• La conquista de México fue realizada por Hernán Cortés. En el año 1519, desembarcó en Veracruz
con apenas 400 soldados. Su estrategia se sirvió del buen recibimiento inicial de los indígenas (incluso fue
tomado por un dios) y de la enemistad de los aztecas con otros pueblos a los que había sometido.
La batalla de Otumba (1521) significó la victoria de Cortés frente al emperador azteca Moctezuma.
• La conquista de Perú fue protagonizada por Francisco Pizarro, quien también aprovechó la rivalidad
de los incas con otros pueblos para trazar una hábil política de alianzas.
En el año 1532, derrotó a los incas en la batalla de Cajamarca. El emperador inca, Atahualpa, fue
apresado y ejecutado.
• Otras expediciones. Diego de Almagro y Pedro de Valdivia conquistaron Chile; Orellana recorrió el
Amazonas; Jiménez de Quesada conquistó Nueva Granada (Colombia), y Juan de Garay fundó Buenos
Aires en el Río de la Plata.
■ La organización de los territorios americanos
La colonización de los nuevos territorios se realizó en paralelo a la conquista militar. A medida que se
dominaban nuevas zonas, muchos españoles emigraban hacia ellas, con la consiguiente fundación de
villas y ciudades.
Ello significó la difusión de la lengua y la cultura castellanas, de la religión católica y de las
costumbres y formas de vida de los españoles.
Los territorios conquistados pasaron a formar parte de la Corona de Castilla. Los reyes trataron de evitar
que entre los conquistadores surgiera una aristocracia de carácter feudal e independiente. Por ello,
trasladaron al Nuevo Mundo las instituciones peninsulares destinadas a gobernar los nuevos territorios.
Se fundaron dos virreinatos, el de Nueva España (México y América Central) y el del Perú (Suramérica),
dirigidos por dos virreyes que representaban al monarca. Bajo su autoridad se encontraban los
gobernadores de las diversas provincias y los cabildos, que representaban la autoridad en los
municipios.
En la Península también se crearon nuevos organismos para el gobierno de América:
• El Consejo de Indias. Era el máximo órgano gubernativo para el Nuevo Mundo. Asesoraba al monarca
y elaboraba leyes.
• La Casa de Contratación. Establecida en Sevilla en el año 1503, tenía como funciones el control de la
emigración y los productos que partían al Nuevo Mundo, así como asegurar el cobro de impuestos.
4. Economía y sociedad en América
■ Las actividades económicas
• La agricultura y la ganadería. Los castellanos introdujeron en América cultivos como el trigo, la vid, el
olivo y la caña de azúcar. La explotación se realizaba en haciendas agrícolas y en estancias ganaderas,
y la mano de obra era indígena. El sistema se basaba en la encomienda: los colonos recibían grupos de
indígenas a su servicio, a cambio de que fueran mantenidos y evangelizados.
• La minería. Las minas eran propiedad de la Corona, que concedía su explotación a mineros particulares
a cambio de una parte del mineral extraído. La mano de obra era principalmente indígena.
• El comercio. Alcanzó un volumen muy importante. Se organizó siguiendo un sistema de flotas, que
zarpaban desde Sevilla y cruzaban el Atlántico protegidas de los corsarios por buques de guerra.
Desde la Península, se exportaban productos agrícolas, como trigo o vino, y manufacturas. De América
se importaban oro y plata, así como maíz, patatas, tabaco o cacao.
■ Ruta de las flotas españolas
■ La explotación de los indígenas
Uno de los principales problemas ocurridos durante la colonización fue el descenso de la población
indígena. A ello contribuyeron dos factores:
• Las enfermedades infecciosas. La viruela, la gripe o el sarampión eran desconocidas en América, así
que causaron una terrible mortalidad entre la población local.
• Los trabajos forzosos. Los colonizadores cometieron abusos frecuentes sobre los indígenas, que
fueron utilizados como fuerza de trabajo en condiciones muy duras.
Estos excesos fueron denunciados por algunos monjes, como Bartolomé de las Casas o Antonio de
Montesinos. Por ello, en el año 1542 la monarquía promulgó las Leyes Nuevas, que exigían mejorar el
trato recibido por los indios, considerados súbditos de la Corona.
■ La sociedad americana
En América se estableció una sociedad organizada en función de la raza y el color de la piel. Los grupos
principales eran los siguientes:
• Los peninsulares. Era el grupo superior, pues ejercían el poder político y económico. Ocupaban los
cargos de gobierno y eran propietarios de tierras y negocios.
• Los criollos. Descendientes de los primeros, pertenecían al grupo superior, pero no tenían acceso a
algunos cargos públicos.
• Los mestizos. Hijos de españoles e indígenas. Su número fue aumentando ante la escasez de
mujeres españolas.
• Los indios. Eran la mayor parte de la población. Pertenecían a etnias diferentes y estaban
subordinados al dominio español.
• Los negros. Fueron llevados como esclavos desde África.
5. La crisis de la Monarquía Hispánica
■ La crisis económica
A lo largo del siglo XVII, la economía española experimentó una grave depresión que afectó
principalmente a Castilla, que soportaba la mayor parte de los gastos de la política de la monarquía.
• La agricultura vivió un período de crisis. La despoblación del campo se produjo por las constantes
epidemias, las levas para la guerra y el traslado de los campesinos a las ciudades, huyendo de los fuertes
tributos. Ello provocó un descenso de la producción.
• La industria artesanal experimentó un gran deterioro debido a la competencia de productos europeos
más baratos y a la reducción del consumo. Como resultado, muchas ciudades, especialmente las de la
Corona de Castilla, vieron reducidas sus actividades y su población.
• El comercio sufrió una notable disminución. La crisis generalizada provocó la decadencia de las ferias
castellanas y del comercio con América.
• La Hacienda Real también entró en crisis, debido al aumento de los gastos de la corte, las continuas
guerras y la disminución del oro y la plata procedentes de América.
La monarquía intentó salir de esta situación con subidas de impuestos y con la venta de títulos nobiliarios
y cargos públicos a particulares, pero estas medidas tuvieron poco éxito.
■ La crisis demográfica
La población española había crecido de forma continuada durante el siglo XVI; sin embargo, en el siglo XVII
sufrió un profundo estancamiento, e incluso el centro y sur peninsulares experimentaron una importante
disminución.
Se estima que la población, que en 1600 era de 8,2 millones de habitantes, quedó reducida a 7 millones al
final de la centuria.
Las causas principales fueron las epidemias de peste que causaron miles de fallecidos; la emigración al
Nuevo Mundo; la expulsión de los moriscos; y las permanentes guerras.
■ La crisis social
La sociedad sufrió el impacto de la crisis demográfica y económica. Amplias capas de la población se
empobrecieron, haciendo aumentar la mendicidad y la picaresca.
• La nobleza creció, como consecuencia de la venta de títulos nobiliarios. Ante la situación de crisis, los
nobles incrementaron las obligaciones y los tributos contra los campesinos.
• El clero aumentó también sus efectivos, pues mucha gente ingresaba en la iglesia para huir de la
escasez y el hambre.
• Los grupos burgueses sufrieron gravemente el impacto de la crisis, al igual que los artesanos, que
vieron cómo se arruinaban sus industrias.
• El campesinado empeoró su situación, debido al aumento de impuestos, las frecuentes guerras, las
deudas contraídas y el mantenimiento de los privilegios de la Mesta.
• La crisis social se agudizó por la vigencia del modelo social nobiliario, que consideraba el trabajo
como una actividad denigrante.
Todos estos factores explican la escasa importancia que tuvo en España la burguesía, la clase dedicada a
los negocios y las finanzas.
6. Los Austrias del siglo XVII
■ El reinado de Felipe III
El enorme imperio de Felipe II fue heredado por su hijo Felipe III, un rey de carácter débil y escasas dotes
políticas, que delegó los asuntos de gobierno en un ministro, denominado favorito o valido.
El valido de Felipe III fue el duque de Lerma, preocupado más por sus intereses que por los asuntos de
gobierno, y que fue sustituido en 1618 por su hijo, el duque de Uceda.
Durante este reinado siguieron agravándose los problemas económicos. Por ello, en 1607 se produjo
una nueva bancarrota.
Una de las medidas adoptadas en el reinado de Felipe III fue la expulsión de los moriscos en el año
1609, decisión que tuvo unos efectos demográficos y económicos desastrosos.
El agotamiento tras las guerras del siglo anterior y la mala situación económica llevaron a la firma de la paz
con Inglaterra (1604) y a la Tregua de los Doce Años con los rebeldes holandeses de las Provincias
Unidas (1609).
■ El reinado de Felipe IV
Felipe IV delegó los asuntos de gobierno en un nuevo valido, el conde-duque de Olivares, cuyo objetivo
prioritario fue mantener la hegemonía en Europa.
Olivares aumentó los impuestos, trató de recortar la autonomía de los diversos reinos de la monarquía e
intentó repartir los gastos militares entre todos los territorios.
Estas medidas provocaron la sublevación de Cataluña (1640), que pidió ayuda a Francia. Además, en
Portugal el duque de Braganza se proclamó rey.
Ello obligó a largas guerras que lograron recuperar Cataluña (1652), pero no así Portugal, que se separó
definitivamente de la monarquía española en el año 1668.
En el exterior, la Guerra de los Treinta Años evolucionaba negativamente y las tropas españolas fueron
derrotadas en Rocroi (1643). Felipe IV tuvo que firmar la Paz de Westfalia (1648) por la que España
perdía la hegemonía europea y reconocía la independencia de las Provincias Unidas. Aun así, prosiguió la
guerra contra los franceses hasta la Paz de los Pirineos (1659).
■ El reinado de Carlos II
Carlos II sucedió a Felipe IV con tan solo cuatro años de edad, por lo que su madre, Mariana de Austria,
gobernó como regente hasta la mayoría de edad del monarca. Carlos II era un rey débil y enfermizo,
incapaz de ejercer las labores de gobierno.
El principal problema de su reinado fue la cuestión sucesoria, dada la incapacidad del rey para tener
hijos. Las monarquías europeas comenzaron a intrigar para lograr los territorios del Imperio español.
Carlos II falleció en 1700 habiendo nombrado heredero a Felipe de Anjou, perteneciente a la dinastía
francesa de los Borbones. Ello provocó el estallido de la Guerra de Sucesión, en la que Francia se
enfrentó a Holanda, Inglaterra y Austria, que apoyaban al otro candidato al trono, el archiduque Carlos de
Austria.