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Transcript
ENTREVISTA
SEBASTIÁN BIGORITO
“Si no hacemos algo hoy,
para el 2050 vamos a
necesitar 2 ó 3 planetas”
En junio comienza la Cumbre Río+20. El director del Consejo Empresario
Argentino para el Desarrollo Sostenible adelanta la posición que llevarán
las compañías que plantean la necesidad de cambios urgentes desde la
producción y los negocios, hasta lo político y social.
TEXTO SEBASTIÁN OLIEL
D
entro de 40 años, la Tierra estará habitada por 9
mil millones de personas. Algunos ven en ese crecimiento una oportunidad para hacer negocios.
Otros, el momento para apretar el freno y avanzar hacia una
economía verde en un marco de erradicación de la pobreza
en un planeta limitado. De cara a la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible Río+20, que se desarrollará del 20 al 22 de junio en Río de Janeiro, el director
del Consejo Empresario Argentino para el Desarrollo Sostenible (Ceads), Sebastián Bigorito, expone la posición que las
empresas llevarán a la ciudad brasileña 20 años después de
la Cumbre de la Tierra.
Bigorito cuenta que Visión 2050, una nueva agenda para
las empresas es el documento que marca el camino hacia
donde quieren ir. Un mundo orientado a alcanzar la sustentabilidad y una hoja de ruta hacia ese mundo, que necesitará cambios fundamentales en las estructuras de gobernanza,
en los marcos económicos, en los negocios y en el comportamiento humano.
–¿Por qué es importante para
el Ceads participar en Río+20?
–Es un hito porque nacimos en Río ’92 para involucrar a
las empresas en cuestiones de sostenibilidad y para otorgarles voz en el foro. Es nuestra razón de ser fundamental. Ese
año llevamos por primera vez la voz empresarial a una cumbre que antes sólo convocaba a gobiernos. El Ceads es el capítulo local del World Business Council for Sustainable Development, una asociación global que componen más de
230 compañías líderes del mundo.
–¿Qué expectativas tienen de esta cumbre?
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–El 55 por ciento de nuestros miembros considera de muchísima relevancia la agenda de Río, sobre todo porque los temas que emergen de estas conferencias impactan en la agenda
empresarial. Sólo un sector menor pensó que eran temas que
afectan exclusivamente a los gobiernos, y una minoría que era
un tema de grandes títulos. Sabemos y estamos convencidos
de que los productos que se generan a partir de estas cumbres
impactan en la agenda por los próximos diez años.
–¿Qué impacto trajo la cumbre del ’92?
–Lo que generó fue la incorporación de la gestión medioambiental en las empresas. Lo que hoy suena común para empresas grandes, en aquel momento era toda una novedad. No existía ni siquiera la certificación ISO 14001 (exige
a la empresa crear un plan de manejo ambiental) cuando ya
había toda una necesidad y actitud proactiva de las empresas
por tener sistemas de gestión ambiental.
–¿Qué diferencia a Río+20 de las cumbres anteriores?
–Río+0 fue una cumbre ambiental. El tema era compatibilizar la producción de bienes y servicios con el cuidado del
ambiente. Diez años después se introduce el factor social:
fue en Sudáfrica, estaban lanzados los Objetivos de Desarrollo del Milenio y la pobreza estaba demostrando que después de una década de picos de globalización esos temas no
se resolvían. En Río+20 lo que se va a abordar es la economía verde, pero dentro de un marco de erradicación de la
pobreza y la sustentabilidad. Entonces se va a generar una
tensión: cómo sacamos a la gente de la pobreza, cómo generamos equidad social, trabajo decente, pero dentro del cuidado del medio ambiente.
–¿Existen posturas distintas entre países
desarrollados y en desarrollo sobre cómo abordar la
economía verde y el fin de la pobreza?
–¿Cómo entienden el concepto de vivir bien?
–En principio habría que mejorar los índices de desarrollo que definen si un país es desarrollado o no. El PBI como
indicador de desarrollo es insuficiente, hacen falta muchos
más indicadores micro. Los países que tienen un buen índice de desarrollo humano tienen una huella ecológica por habitante superior a las 1,8 hectáreas adecuadas y superan las
10. Y los que están dentro de un footprints apropiado son
los países pobres.
–¿Qué soluciones plantean?
–No podemos tener 2 ó 3 planetas pero podemos hacer
este planeta mucho más productivo. Para eso hay que desestresar zonas hoy muy estresadas, recuperar ecosistemas que
no están funcionando del todo bien, reforestar, mejorar la
eficiencia del uso de los recursos energéticos, valorar y valorizar los servicios ecosistémicos, mejorar la biodiversidad de
la tierra a través de la ingeniería genética. Así estás haciendo
más planeta del mismo. Y analizar hasta dónde los estilos de
vida que tenemos son sustentables.
–¿La economía verde es compatible
con el desarrollo de los países?
–El primer borrador de Río+20 era sólo economía verde,
pero los países en desarrollo pidieron que no fuera así. Adujeron que ir sólo por la green economy sería un lujo de los países desarrollados donde los problemas sociales ya están solucionados mientras que ellos tienen que crecer, y para crecer, si crecen como lo hicieron los otros, van a tener que
contaminar. Si tienen que hacerlo de una manera nueva, a
través de una economía baja en carbono, con eficiencia en el
uso de recursos naturales y sociales, van a necesitar ayuda.
–¿A qué responde que haya tantas
expectativas sobre el empresariado?
–Al poder transformador que tienen las empresas. A través del poder de compra, de venta, de los mercados, es un
gran catalizador del cambio.
–¿Cuál es la posición que llevarán a la conferencia?
–Elaboramos la Visión 2050, un documento que plantea
que hay que acelerar el paso y es una hoja de ruta global para
alcanzar la sustentabilidad en 2050. Allí nos preguntamos
qué futuro queremos, teniendo en cuenta las restricciones
que tenemos. En 2050, 9 mil millones de personas deberán
vivir bien, pero dentro de los límites de un planeta. Es un
desafío porque las proyecciones que hacemos es que si no hacemos algo hoy, para el 2050, 9 mil millones de personas van
a necesitar 2 ó 3 planetas Tierra para abastecerse con suficientes alimentos, agua potable, movilidad y otros recursos.
–¿En qué consiste esa hoja de ruta?
–Planteamos nueve áreas de actuación que incluyen los
valores de las personas, el desarrollo humano, la economía,
la agricultura, los bosques, la energía y electricidad, los edificios, la movilidad y los materiales. En ese camino hay que
redefinir el concepto de éxito, ¿por qué pensamos comprando? ¿Estamos mejor desde que consumimos más?
–Un informe de la juventud china dice que “no hay economía verde para los países en desarrollo si no hay primero
erradicación de la pobreza y equidad social”. Entramos en
una década turbulenta porque ésta es la década de la acción.
Del ’92 al 2002 fue la concientización, el advocacy. Del
2002 hasta ahora fue la construcción de herramientas, instrumentos. Pero ahora no nos queda tiempo. No se puede
esperar al 2040. Tenemos que provocar el cambio y vamos a
necesitar aliados.
–¿Por qué es imperativo el cambio?
–Con 9 mil millones de habitantes si hay 6 mil millones
en la pobreza, no se puede tener un negocio próspero, una
educación saludable ni un futuro para los hijos. No existen
empresas exitosas en sociedades que fracasan. Vamos a tener
que crecer cada punto del PBI con la mitad de la energía
que lo hicimos históricamente. Y cada unidad de energía va
a tener que ser producida, quizás, con la mitad de CO2 que
se produjo hasta ahora. Entonces es un cambio drástico en
la forma de producir y en la forma de consumir.
–¿Qué tienen que entender los
empresarios sobre la sustentabilidad?
–La sustentabilidad a nivel corporativo dice que hay un
área de inversión que tenés que hacer porque tiene que ver
con la sustentabilidad, y esa sustentabilidad tiene factores
sociales, ambientales y económicos. Es decir, no tenés que
gastar, tenés que invertir.
–¿Desaparecerán las empresas que no se adapten?
–Esto es un nuevo darwinismo. La empresa que no tenga
capacidad para adecuarse a una economía baja en carbono,
a mercados magros desde el punto de vista de recursos financieros, naturales y humanos (las habilidades para una
economía verde todavía no las tenemos), y que no tenga la
capacidad de gestionar su relación con los grupos de interés
es una empresa que no tiene capacidad de sobrevivir en entornos complejos.
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