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I.E.S. Sierra del Valle
Historia de la Filosofía
2º Bachillerato
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA.
1ª Evaluación
TEMA 1. El origen de la filosofía. La filosofía antigua.
1.1.
Los orígenes del pensamiento filosófico.
1.1.1. Del mito al Logos: panorama general de la filosofía occidental en los siglos VI y V a. C.
¿Qué es un mito? La palabra mito procede del idioma griego antiguo y puede significar: palabra,
discurso, razón, relato, noticia, relato imaginado, invención, leyenda, objeto de la conversación,
asunto, historia, etc. Mitología es una relación de fábulas o mitos y el mitólogo es el compositor
de fábulas o mitos. Por tanto, mitólogos serían los autores de los grandes poemas escritos en
lengua griega-jonia que están en el origen de la tradición literaria occidental – La Ilíada, La
Odisea, La Teogonía y los Trabajos y días – fundamentales en la educación griega del periodo
antiguo (arcaico) siglos VII, VI, V a.C. y clásico siglo IV a.C. porque permitían una interpretación
en sentido moral y práctico para la vida en comunidad.
Los mitólogos de estos importantísimos poemas épicos, eran, propiamente, poetas llamados aedos
y rapsodas. La tradición textual atribuye al poeta Homero (¿VIII? a.C.) la autoría de los poemas
Ilíada y Odisea y al poeta Hesíodo (¿VIII-VII? a.C.) la autoría de los poemas Teogonía y Trabajos
y días. Preferentemente, la poesía épica de los poemas homéricos es una exaltación de las virtudes
(aretai) de la aristocracia micénica del periodo dórico de la Grecia arcaica dentro del contexto
histórico de la guerra de Troya y el posterior regreso a la patria de los héroes griegos después de la
victoria. Sin embargo, la poesía épica de Hesíodo tiene un carácter didáctico de temática mitoreligiosa en la Teogonía y de mezcla de imaginación mítica con vida cotidiana (trabajos agrícolas
de los hombres) en Trabajos y días. Ahora bien, en ambos poetas hay un tema común inseparable
de la cultura griega antigua: la justicia (diké): un orden legítimo del mundo (cosmos) que viene del
rey (soberano) de los dioses olímpicos, Zeus. En resumen: Hesíodo canta la verdad que las
Musas (diosas inspiradoras de los poetas) le dicen: origen (genealogía) del mundo divino
(teogonía) hasta el triunfo de Zeus quien detenta el máximo poder del orden y la justicia.
Ya en la Antigüedad clásica el mito fue considerado como expresión inferior de la inteligencia
humana, inferior por ser verosímil1. Los grandes filósofos atenienses del periodo clásico de la
filosofía griega – Sócrates (469-399 a.C), Platón (427-347 a.C), Aristóteles (384-322 a.C) –
consideraron los relatos míticos como palabras y discursos verosímiles del pensamiento humano,
opuestas a las palabras verdaderas2 a los discursos verdaderos de la inteligencia humana que sería
el Logos. No obstante, habrá que precisar esta afirmación de modo más riguroso porque en los
Diálogos de Platón, los mitos tienen una función didáctica importantísima.
1
verosímil.1. adj. Que tiene apariencia de verdadero.2. adj. Creíble por no ofrecer carácter alguno de falsedad.
verdad. (Del lat. verĭtas, -ātis).1. f. Conformidad de las cosas con el concepto que de ellas forma la mente.2. f.
Conformidad de lo que se dice con lo que se siente o se piensa.3. f. Propiedad que tiene una cosa de mantenerse siempre
la misma sin mutación alguna.4. f. Juicio o proposición que no se puede negar racionalmente.5. f. Cualidad de veraz.
Hombre de verdad.6. f. Expresión clara, sin rebozo ni lisonja, con que a alguien se le corrige o reprende.
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¿Qué es Logos? La palabra Logos procede del idioma griego antiguo y puede significar: palabra,
dicho, expresión, proposición, definición, afirmación, etc. Una diferencia fundamental entre mito
y logos es por tanto: el mito es palabra verosímil y el logos es palabra verdadera. Por este motivo,
en general, de forma escolar, se utiliza la expresión ―del mito al logos‖ como paráfrasis de un
cambio cultural humano que se dio en la región del Mediterráneo oriental de Asia menor en el
siglo VI a. C.
Este cambio cultural es propiamente el origen del pensamiento filosófico occidental: de la
verosimilitud de la inteligencia del mito a la verdad de la inteligencia del logos. Históricamente
sucedió en la costa occidental del mar Jónico dentro de la región de influencia sociopolítica de la
colonia griega de Mileto en la actual Turquía. De la ciudad (polis) de Mileto son los tres primeros
filósofos conocidos por la tradición occidental: Tales de Mileto (VII-VI a. C.), Anaxímandro de
Mileto (610-609/547-546 a. C.) y Anaxímenes de Mileto (VI a. C.).
Acerca de la expresión “filósofos presocráticos” y/o “filosofía presocrática”.
Sócrates fue un ciudadano de la ciudad (polis) de Atenas (Ática) que vivió entre el 469-399 a.C.
Famoso por su vida ética, es el personaje principal de los Diálogos de Platón. Por tanto ¿qué
sentido tiene la expresión ―filósofos presocráticos‖? En principio serían todos aquellos filósofos
que fueron anteriores en el tiempo a Sócrates. Esta expresión es el título de una obra monumental
del profesor alemán H. Diels Die Fragmente der Vorsokratiker, iniciada en 1951 y finalizada
posteriormente por el profesor W. Kranz. De este modo, la expresión ―filósofos presocráticos‖ ha
sido aceptada de forma convencional para referir a todos aquellos filósofos griegos del periodo
comprendido entre los siglos VI y V a.C. La cuestión es que esta calificación ―presocrático‖ es
problemática porque algunos filósofos incluidos dentro de este periodo ―anterior a Sócrates‖ son
contemporáneos de Sócrates, por ejemplo el filósofo Demócrito (2ª mitad del siglo V a.C.). De
opinión general, actualmente se acepta la expresión ―filósofos presocráticos‖ para referir a aquellos
filósofos de origen griego antiguo anteriores al periodo de la filosofía griega ática que no fueron
influenciados por las enseñanzas de Sócrates, como es el caso directo de Platón – quien fue
discípulo y amigo – o indirecto de Aristóteles – quien fue discípulo de Platón en la Academia –.
Algunos términos-conceptos de la filosofía presocrática y griega.
Estos términos son fundamentales para una comprensión adecuada no sólo de la filosofía griega
sino de toda la historia de la filosofía occidental.
Naturaleza (Physis): phy- remite a la noción de engendrar; sis- indica un proceso, una acción, en
este caso ―emerger‖.
Mundo (Kósmos): orden, orden de la naturaleza (universo).
Principio-Comienzo-Origen [material; materia: hylé] (Arkhé): fundamento, substrato material.
Origen-Nacimiento-Generación (Génesis). Está relacionado con nacer-venir (gignomai) y a su
vez con conocer llegar a conocer (gignósko).
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Lógos3: palabra, dicho, expresión, proposición, definición, afirmación, sentencia, orden, mandato,
discurso, conversación, coloquio, discusión, texto, tratado, etc…
Alma (psyché): soplo, hálito, aliento vital, fuerza vital, alma, vida, etc…
Justicia (Dike): costumbre, derecho, también manera de ser o actuar según costumbre. Justicia
como equilibrio. Este término tiene un origen mito-poético y tiene un profundo sentido religioso.
Contrarios-Opuestos [principios] (enantiótetas).
Opinión-creencia (doxa): creencia, suposición, manera de ver, parecer, etc…
Inteligencia (epistéme): conocimiento, noción, saber, ciencia, destreza, pericia.
Virtud (areté): excelencia, mérito, perfección (de cuerpo, de espíritu, de los hombres, de las
cosas), inteligencia, pericia, fuerza, vigor, valor, bravura, virtud, etc… Está relacionado con:
aristeia: superioridad, primacía, principalía; aristeys: el mejor, el más valeroso; aristeyo: ser el
mejor o el más valiente, fuerte en el combate, obtener el premio. El término aristós es superlativo
de agathós (bueno): excelente, el mejor en algo (habilidad, conocimiento, destreza, etc) muy
bueno, óptimo.
Principales filósofos del periodo “presocrático”.
Tales de Mileto. (VII-VI a.C.)
Tales de Mileto, es considerado, desde Aristóteles, el iniciador de la filosofía de la naturaleza
(physis) al afirmar que existe un principio originario (arkhé) de donde procede todas las cosas
que son: este principio es el agua.
Siguiendo a Aristóteles, principio (arkhé) es:
a) Raíz y origen de todas las cosas.
b) Final o último término de todas las cosas.
c) El apoyo permanente que ordena todas las cosas.
Propiamente, todos los filósofos de Mileto, afirmaron la naturaleza (physis) como principio (arkhé)
en el sentido de raíz originaria de lo que es.
Anaximandro de Mileto. (610-609/547-546 a. C.)
Anaximandro, contemporáneo de Tales y ciudadano dirigente de la ciudad (polis) de Mileto,
afirmó que el principio originario de las cosas que son, no es propiamente el agua sino un arkhé
que definió como ilimitado (apeiron), en concreto, lo ilimitado. Este principio material ilimitado
es el origen de aquello que es ―visualmente infinito‖ tal y cómo aparece la naturaleza, por ejemplo,
la tierra y el mar. Cabe considera que lo ilimitado como principio es el origen del mismo orden del
mundo (kósmos). Algunos comentaristas han llamado la atención acerca del posible carácter
abstracto del principio originario según la doctrina de Anaximandro.
3
(Del gr. λóγος).1. m. Fil. Discurso que da razón de las cosas.2. m. Razón, principio racional del universo.3. m. En la
teología cristiana, Verbo o Hijo de Dios.
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A través de la tradición textual conservada, podemos considerar que lo ilimitado-apeiron, tiene
cierto carácter mito-religioso, pues todas las cosas son, según origen (generación) y desaparición;
expían4 y reparan la injusticia de forma recíproca5 ―según la ordenación del tiempo‖. Por tanto ha
habido comentaristas que han afirmado que la expresión ―lo ilimitado‖ podría referir a lo divino
que abarca todas las cosas, las gobierna y es inmortal.
Anaxímenes de Mileto. (VI a. C.).
Con Anaxímenes, se cierra la serie de nombres de los primeros filósofos jonios que la tradición ha
transmitido. La doctrina principal de Anaxímenes que la tradición textual ha conservado es que el
principio originario de las cosas que son, es el aire (áer). Este aire sería, según algunos
comentaristas, aire-ilimitado. Para Anaxímenes la naturaleza es ordenada por dos acciones
contrarias pero complementarias: la condensación 6 y la rarefacción7. La ―novedad‖ de Anaxímenes
respecto a Anaximandro al afirmar el par de opuestos o contrarios complementarios
―condensación-rarefacción‖ implica una abstracción de la génesis de la naturaleza respecto al
sentido implícito de la doctrina de Anaximandro de la ordenación del tiempo según pares de
contrarios ―frio-cálido‖ ―húmedo-seco‖.
En la doctrina de Anaxímenes se afirma el carácter mito-religioso propio de la inicial filosofía
jónica, puesto que, el filósofo, según diversos comentaristas, compara el alma (psyché) humana
(anthrópos) con el aliento-aire como principio unificador de la ordenación (mundo-kósmos) de las
cosas que son.
El término kósmos cuyo significado fundamental es la ordenación u orden de las cosas que son o
naturaleza (physis), es una palabra principal de la doctrina de los filósofos de Mileto. Para los
milesios el kósmos, el mundo 8, aparece como un ―sistema‖9 organizado de la naturaleza,
caracterizado por una simetría de partes, periodicidad de fenómenos (toda manifestación 10 que se
hace presente a la consciencia de un sujeto y aparece como objeto de su percepción); y equilibrio
entre pares de opuestos complementarios.
Heráclito de Éfeso. (540 a.C. – 480 a.C.)
La doctrina de Heráclito es una de las más importantes del periodo ―presocrático‖. De hecho, la
influencia de la concepción dialéctica 11 de los contrarios y del devenir 12 (cambio) de la naturaleza,
es muy extensa en la cultura occidental.
La prosa de Heráclito siempre ha aparecido como ―oscura‖, ―oracular‖, cargada de expresiones
simbólicas13 y paradójicas14 conservadas sólo en fragmentos de carácter aforístico 15,
4
expiar. (Del lat. expiāre).1. tr. Borrar las culpas, purificarse de ellas por medio de algún sacrificio.
recíproco, ca. (Del lat. reciprŏcus).1. adj. Igual en la correspondencia de uno a otro.
6
Condensar. (Del lat. condensāre).1. tr. Convertir un vapor en líquido o en sólido.
7
Rarefacer Del lat. rarefacĕre).1. tr. desus. Hacer menos denso un cuerpo gaseoso.
8
mundo. (Del lat. mundus, y este calco del gr. κόζμος).1. m. Conjunto de todas las cosas creadas.
9
sistema. (Del lat. systēma, y este del gr. ζύζηημα).1. m. Conjunto de reglas o principios sobre una materia
racionalmente enlazados entre sí.2. m. Conjunto de cosas que relacionadas entre sí ordenadamente contribuyen a
determinado objeto.
10
Acción de descubrir de poner a la vista.
11
Dialéctica: 1. f. Arte de dialogar, argumentar y discutir.2. f. Método de razonamiento desarrollado a partir de
principios. 5. f. Relación entre opuestos.
12
Devenir: 2. intr. Llegar a ser.
5
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pertenecientes, supuestamente, a un ―libro‖ escrito por el efesio, de título: ―Acerca de la
naturaleza‖ (Peri Physeos). Muchas de las sentencias o fragmentos conservados de Heráclito, se
componen a través de una argumentación polar, en la que los opuestos se contraponen y a la vez se
complementan en una unidad o ―armonía invisible más fuerte que la visible‖. Esta expresión
dialéctica se corresponde con la tensión, equilibrio y armonía del orden de las cosas que llegan a
ser.
Acerca del pensamiento de Heráclito, es difícil establecer una inteligencia única en la comprensión
e interpretación textual. Si se puede afirmar, que Heráclito, expresó una tensión entre opuestos
como fuerza generadora del orden de la naturaleza, a través del símbolo o imagen de la guerra
(Pólemos) como ―padre de todas las cosas‖. El conocimiento de la unidad de los opuestos o
contrarios, constituye la crítica necesaria para juzgar la inteligencia de la sabiduría de los hombres.
Por tanto, la convicción primera acerca de ―todas las cosas‖ es: llegar a conocer aquello ―único
sabio que quiere y no quiere ser llamado con el nombre de Zeus‖ y ―gobierna todas las cosas‖.
Esto es Ley, fundamento o principio de todas las leyes humanas.
El término fundamental de la filosofía de Heráclito, es, el lógos, según el cual, ―todas las cosas
llegan a ser‖. Este lógos, es común, y, sin embargo, la mayoría de los hombres viven fuera de él.
Es el lógos aquello que los hombres deben escuchar si quieren alcanzar la verdadera sabiduría:
―todo es uno‖. Así, el lógos es: ley ordenadora del devenir de la naturaleza, ley soberana del orden
natural y humano, el pensamiento que capta con inteligencia la realidad, y la palabra que lo
expresa y comunica.
En algunos fragmentos, lógos, aparece unido con otro término fundamental de Heráclito: Fuego.
Se puede afirmar, que hay una identidad entre el lógos y el fuego. Este mundo (kósmos) es ―fuego
siempre viviente que se enciende según medida y se extingue según medida‖. El fuego es
manifestación del lógos en el llegar a ser de la naturaleza. Esta percepción del fuego cósmico, en
Heráclito tiene una acepción mito-religiosa al estar relacionada con el alma de los hombres y la
divinidad.
Algunos fragmentos atribuidos a Heráclito:
194 Fr. 1, Sexto, adv. math. vii 132
194 Siempre se quedan los hombres sin comprender que el Logos es así como yo lo describo,
lo mismo antes de haberlo oído que una vez que lo han oído; pues, aunque todas las cosas
acontecen según este Logos, se parecen los hombres a gentes sin experiencia, incluso
cuando experimentan palabras y acciones tales cuales son las que explico, cuando distingo cada
cosa según su constitución y digo cómo es; al resto de los hombres ¡es pasan desapercibidas
cuantas cosas hacen despiertos, del mismo modo que se olvidan de lo que hacen cuando
duermen.
13
Símbolo: 1. m. Representación sensorialmente perceptible de una realidad, en virtud de rasgos que se asocian con esta
por una convención socialmente aceptada.
14
Paradójico: 4. f. Ret. Figura de pensamiento que consiste en emplear expresiones o frases que envuelven contradicción.
15
Aforismo: 1. m. Sentencia breve y doctrinal que se propone como regla en alguna ciencia o arte.
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195 Fr. 2, Sexto, adv. math. vii 133
195 Por tanto es necesario seguir lo común; pero, aunque el Logos es común, la mayoría vive
como si tuviera una inteligencia particular.
196 Fr. 50, Hipólito, Ref. ix 9, 1
196 Tras haber oído al Logos y no a mí es sabio convenir en que todas las cosas son una.
203 Fr. 10, [Aristóteles], de mundo 5, 396 b 20
20 Las cosas en conjunto son todo y no todo, idéntico y no idéntico, armónico y no armónico, lo
uno nace del todo y del uno nacen todas las cosas.
214 Fr. 12, Ario Dídimo, ap. Eusebium, P. E. xv 20, + fr. 91, Plutarco, de E 18, 392 β
214 Aguas distintas fluyen sobre los que entran en los mismos ríos. Se esparce y... se junta...
se reúne y se separa... se acerca y se va.
217 Fr. 30, Clemente, Strom. ν 104, 1
217 Este cosmos [el mismo de todos] no lo hizo ningún dios ni ningún hombre, sino que siempre
fue, es y será fuego eterno, que se enciende según medida y se extingue según medida.
228 Fr. 32, Clemente, Strom. v 115, 1
228 Una sola cosa, la única verdaderamente sabia, quiere y no quiere que se la denomine Zeus.
Pitágoras de Samos y los ―pitagóricos‖ del periodo ―presocrático‖. (Siglo VI a.C.)
Acerca de la figura semilegendaria del matemático y filósofo Pitágoras de Samos y la escuela
―pitagórica‖ antigua, las dificultades de datación histórica, estudio y análisis de sus doctrinas, son
numerosas. No obstante, el influjo posterior en la filosofía griega, principalmente la platónica, es
enorme. La tradición filosófica pitagórica supone un cambio importante respecto a los primeros
filósofos de Mileto. En efecto, si la doctrina fundamental de los milesios parece ser la especulación
en torno al arkhé de la physis, las doctrinas pitagóricas aparecen con un marcado carácter espiritual
específico. Hay comentaristas que consideran este cambio debido a la situación geográfica del
pitagorismo presocrático, situado en la denominada Magna Grecia o región ―itálica‖ de las
colonias griegas del mar mediterráneo en el sur de la península italiana y la isla de Sicilia.
En general, los grandes temas de la doctrina pitagórica son: alma, número y noción de armonía 16.
De estos principios espirituales y matemáticos, aparece una teoría del orden de la naturaleza, de
gran fuerza demostrativa, fundamental para comprender correctamente algunas de las grandes
aportaciones doctrinales de la filosofía platónica. De este modo la experiencia del fenómeno del
orden de la naturaleza, a través de la doctrina pitagórica, es expresada por el conocimiento
matemático, la música, la cosmología, y las prácticas espirituales de marcado carácter místico
Armonía. (Del lat. harmonĭa, y este del ἁρμονία, de ἁρμός, ajustamiento, combinación).1. f. Unión y combinación de
sonidos simultáneos y diferentes, pero acordes.2. f. Bien concertada y grata variedad de sonidos, medidas y pausas que
resulta en la prosa o en el verso por la feliz combinación de las sílabas, voces y cláusulas empleadas en él.3. f.
Conveniente proporción y correspondencia de unas cosas con otras.4. f. Amistad y buena correspondencia.
16
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acompañadas de una actividad política, que, según la tradición, fue causa de la desgracia de la
escuela pitagórica al tomar partido por las facciones oligárquicas frente a las democráticas, como
sucedió en la polis de Crotona en el siglo VI a. C.
En resumen, la doctrina pitagórica presocrática es:
a) Matemáticas: dos principios (arkhé) (lo limitado y lo ilimitado) ahora bien, el número es el
principio de todas las cosas; el orden de la naturaleza es matemático, es decir, numérico; los
números son las cualidades y las proporciones de las armonías musicales; principio de
semejanza entre las proporciones aritmético-musicales, armonías musicales y los
fenómenos celestes con el orden de la naturaleza.
b) Música: de forma semejante, al igual que los ojos han sido fijados para la astronomía, los
oídos han sido fijados para el movimiento armónico (intervalos musicales); las armonías
musicales del kósmos son equivalentes a magnitudes combinatorias según los principios
(pares de opuestos) consonante/disonante y armónico/disarmónico.
c) Cosmología: el movimiento de traslación de los astros produce una armonía de sonidos
concordantes; el movimiento de los astros (planetas) es circular y armónico según la
proporción de los intervalos musicales.
d) Alma: el alma (psyché) es cierta armonía y como el cuerpo es una composición de
contrarios; naturaleza inmortal del alma humana.
La teoría cosmológica expuesta se conoce como ―armonía de las esferas‖ y combina la doctrina
matemática, musical y astronómica; la doctrina acerca del alma se conoce con el nombre de
―metempsicosis‖ o transmigración del alma; y manifiestan de modo claro el carácter matemáticoespiritual de los pitagóricos del periodo presocrático.
Jenófanes de Colofón. (570 a.C. – 475 a.C.)
Originario de Jonia, pasó su vida adulta en ciudades sicilianas de la Magna Grecia. La obra de
Jenófanes conservada y transmitida por la tradición textual, están, en su mayoría, escritos en verso
(hexámetro 17 dístico 18 elegíaco 19, yámbicos20 en algún caso) y ofrecen un ejemplo de relación entre
poesía y filosofía. Muestra un vínculo con la poesía griega arcaica, tanto épica como lírica; pero la
tradición homérica, principalmente la representación de los dioses en la Ilíada y Odisea, es objeto
de numerosas críticas de Jenófanes. Por este motivo, la poesía elegíaca de Jenófanes, expresa
temas filosóficos del periodo presocrático apropiados al estilo de la poesía griega arcaica
cuestionando temas de la forma épica tradicional. Por ejemplo: la realidad de los simposios 21,
17
hexámetro.1. m. En la poesía griega y latina, verso que consta de seis pies, cada uno de los cuatro primeros espondeo,
o dáctilo, dáctilo el quinto, y el sexto espondeo.
18
dístico1. (Del gr. δίζηιτον, de dos versos).1. m. Composición usual en la poesía griega y latina que consta de dos
versos, por lo común un hexámetro seguido de un pentámetro.
19
elegía. (Del lat. elegīa, y este del gr. ἐλεγεία).1. f. Composición poética del género lírico, en que se lamenta la muerte
de una persona o cualquier otro caso o acontecimiento digno de ser llorado, y la cual en español se escribe generalmente
en tercetos o en verso libre. Entre los griegos y latinos, se componía de hexámetros y pentámetros, y admitía también
asuntos placenteros.
20
yambo1. (Del lat. iambus, y este del gr. ἴαμβος).1. m. Métr. Pie de la poesía griega y latina, compuesto de dos sílabas,
la primera, breve, y la otra, larga.
21
simposio. (Del gr. ζσμπόζιον, festín).1. m. Conferencia o reunión en que se examina y discute determinado tema.
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entendidas estas festividades en su verdad relacionada con la virtud 22 humana; hasta las más
elevadas consideraciones acerca de la unidad de la divinidad.
Un orden del pensamiento de Jenófanes podría presentar los siguientes temas: acerca del hombre y
la ética (virtudes y vicios); acerca de la naturaleza; acerca del conocimiento humano; acerca de los
dioses: primero una ―teología‖ crítica con la representación homérica de los dioses y segundo una
―teología‖ respetuosa que se aproxima a los atributos de una divinidad ―única‖ de cuya existencia
Jenófanes parece postular. Es decir, hay, en la poesía filosófica de Jenófanes, un marcado carácter
religioso de piedad y reverencia ante un dios que conoce todo, y, permaneciendo inmóvil en sí
mismo, mueve todas las cosas con su pensamiento.
Algunos fragmentos atribuidos a Jenófanes:
170 Fr. 23, Clemente, Strom. ν 109, 1
170 (Existe) un solo dios, el mayor entre los dioses y los hombres, no semejante a los mortales
ni en su cuerpo ni en su pensamiento.
171 Fr. 26 + 25, Simplicio, Fís. 23, 11 + 23, 20
171 Siempre permanece en el mismo lugar, sin moverse para nada, ni le es adecuado el
cambiar de un sitio a otro, sino que, sin trabajo, mueve todas las cosas con el solo pensamiento
de su mente.
186 Fr. 34, Sexto, adv. math. vii 49 y 110, cf. Plutarco, aud. poet. 2, 17 E
186 Ningún hombre conoció ni conocerá nunca la verdad sobre los dioses y sobre cuantas
cosas digo; pues, aun cuando por azar resultara que dice la verdad completa, sin embargo, no lo
sabe. Sobre todas las cosas [o sobre todos los hombres] no hay más que opinión.
Parménides de Elea. (Siglo V a.C.)
Parménides de Elea, es quizás, junto con Heráclito de Éfeso, los dos filósofos del periodo
presocrático – junto con la tradición pitagórica antigua – más influyentes dentro de la historia de la
filosofía occidental.
A Parménides se le atribuye un sólo "tratado" (Dióg. L. i, 16, DK 28 a 13). Fragmentos
importantes de esta obra, un poema en hexámetros, subsisten gracias a Sexto Empírico, en gran
medida (conservó el proemio) y a Simplicio (que transcribió amplios extractos en sus comentarios
al de caelo y a la Física de Aristóteles, "debido a la rareza del tratado". Tanto los tratadistas
antiguos como los modernos concuerdan en su baja estima de las dotes de escritor de Parménides.
No tiene facilidad de dicción y su esfuerzo por constreñir sus nuevas ideas filosóficas, difíciles y
sumamente abstractas, a una forma métrica, desemboca en una obscuridad constante, especialmente en su sintaxis.
22
virtud. (Del lat. virtus, -ūtis).1. f. Actividad o fuerza de las cosas para producir o causar sus efectos.2. f. Eficacia de una
cosa para conservar o restablecer la salud corporal.3. f. Fuerza, vigor o valor.4. f. Poder o potestad de obrar.5. f.
Integridad de ánimo y bondad de vida.6. f. Disposición constante del alma para las acciones conformes a la ley moral.7.
f. Acción virtuosa o recto modo de proceder.
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Después del proemio, el poema se divide en dos partes. La primera expone "el corazón sin temblor
de la Verdad persuasiva" (288, 29). Su argumento es radical y poderoso. Parménides proclama
que, en cualquier investigación, hay dos y sólo dos posibilidades lógicamente coherentes, que son
excluyentes —que el objeto de la investigación es o que no es. Basándose en la epistemología,
rechaza la segunda alternativa por ininteligible. Se dedica, después, a denostar a los mortales
comunes, porque sus creencias demuestran que no escogen entre las dos vías: "es" (vía de la
verdad) y "no es" (vía de la opinión), sino que siguen ambas sin discriminación. En la sección final
de esta primera parte explora el camino seguro, "es" y prueba, por procedimiento deductivo, que, si
algo existe, no puede llegar al ser o perecer, cambiar o moverse, ni estar sometido a imperfección
alguna. Sus argumentos y conclusiones paradójicas ejercieron una poderosa influencia sobre la
filosofía griega posterior.
La ―metafísica‖ y epistemología de Parménides no dejan lugar alguno a cosmologías como las que
habían modelado sus precursores jonios, ni tampoco a la más mínima creencia en el mundo que
nuestros sentidos manifiestan. En la segunda parte del poema (del que se conserva una menor
parte), sin embargo, informa de "las opiniones de los mortales, en las que no hay verdadera
creencia". El estado y el motivo de este aserto son obscuros.
Parménides (Παρμενίδης): Sobre la Naturaleza Περί θύζεως.
Sobre la Naturaleza
Fragmento 1
Sexto Empírico, Adversus mathematicos VII, 3 111ss (v. 1-30) y Simplicio de Cilicia, de Caelo
557, 25 ss (v.28-32)5; 10; 15; 20; 25; 30
Las yeguas me arrastran tan lejos como el ánimo anhela;
me llevaron. Y una vez que en el afamado camino
de la Diosa me hubieron puesto, que lleva rectamente al hombre que sabe,
por allí me condujeron. Por allí me llevaban las hábiles yeguas
tirando del carruaje; las doncellas indicaban el camino.
En los cubos del eje con estridente sonido rechinaban
ardiendo (acelerado por dos vertiginosas
ruedas, de ambos lados) cuando se apresuraban a escoltar
las doncellas Helíades, abandonadas ya las moradas de la noche
hacia la luz, habiendo con sus manos los velos de la cabeza retirado.
Allí [están] las puertas de los senderos de la noche y del día
y en torno a ellas, dintel y umbral de piedra,
y ellas mismas, etéreas, cerradas por inmensas batientes hojas
de las que Dike, la de los múltiples castigos, las llaves guarda de doble uso.
Le hablaron las doncellas con blandas palabras
y sabiamente persuadieron a que el enclavijado cerrojo
prontamente de las puertas les quitase. Y éstas de la entrada
el inmenso abismo produjeron al abrirse. Los broncíneos
postes en sus goznes uno tras otro giraron
de clavijas y pernos guarnecidos. Y a través de las puertas,
derecho por el camino, carro y caballos las doncellas condujeron.
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I.E.S. Sierra del Valle
Historia de la Filosofía
Y la diosa benevolente me recibió; con su mano
mi mano derecha cogiendo, con estas palabras a mí se dirigió:
Mancebo, de auriga inmortales compañero,
que con sus yeguas que te traen, a nuestra morada llegas,
¡alégrate!, que no una mala moira te envió a seguir
este camino (pues fuera del sendero de los mortales está),
sino Temis y Dice. Y así tendrás todo que averiguar,
tanto de la persuasiva verdad el corazón imperturbable
como de los mortales los pareceres en los que verdadera convicción no hay,
y aprenderás también esto: cómo lo múltiple pareciente
tenía que hacerse aceptable, penetrándolo todo por todas partes.
Fragmento 2
Proclo, in Tim. I, 345, 18 - Simplicio de Cilicia, in Phys. 116 (vv. 3 - 8)
Pues bien, yo te diré -cuida tú de la palabra- escucha las
únicas vías de indagación que se echan de ver.
La primera, que es y que no es posible no ser,
de persuasión es sendero (pues a la verdad sigue).
La otra, que no es y que es necesario no ser,
un sendero, te digo, enteramente impracticable.
Pues no conocerías lo no ente (no es hacedero)
ni decirlo podrías en palabras.
Fragmento 3
...pues lo mismo es inteligir y ser.
Fragmento 4
Pero mira: lo ausente está a la vez firmemente presente para la inteligencia,
porque no separará lo ente de su conexión con lo ente,
ni dispersándolo por todas partes y de todos lo modos según un orden,
ni reunido en sólida consistencia.
Fragmento 5
Indiferente es para mí por dónde empiece, pues allá retornaré de nuevo.
Fragmento 6
Necesario es decir e inteligir que lo ente es. Pues es ser
pero nada no es. Te intimo a que todo esto pienses.
Y primero de esta vía de indagación yo te aparto,
pero luego también de aquella por donde los mortales que nada saben
van errantes, bicéfalos: pues el desconcierto en sus
pechos dirige el errabundo pensamiento. Arrastrados,
sordos a a la vez que ciegos, estupefactos, masas indecisas
para quienes ser y no ser son lo mismo
y no lo mismo, y el sendero de todo vuelve sobre sí.
Fragmento 7
Pues nunca esto dominarás: ser los no entes.
Aparta tú el pensamiento de esta vía de indagación;
ni la costumbre multiexperta te fuerce por ella
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a agitar el ojo sin vista y el oído retumbante
Fragmento 8
Un sólo decir aun como vía
queda: que es. Por esta vía hay signos distintivos
muchos: que lo ente ingénito e imperecedero es.
porque es único, imperturbable y perfecto.
No era alguna vez, ni será, pues ahora es, todo a la vez.
uno solo, compacto. Pues ¿qué nacimiento le buscarás,
cómo, de dónde ha crecido? No te dejo "de lo no ente"
decir ni inteligir, pues ni decible ni inteligible
es que no es. ¿Y que necesidad lo habría impelido
después o entes, si empezó de la nada, a llegar a ser?
Y así o el todo ser es necesario o no [ser].
Ni jamás de lo no ente permitirá la fuerza de la persuasión
que llegué a ser algo junto a él. Por lo cual ni llegar a ser
ni dejar de ser permitió Dice, soltando cadenas
sino que las retiene. La decisión sobre esto consiste en lo siguiente:
es o no es. Pero ya está decidido, como [es] necesidad,
que una [de las vías] es impensable, sin nombre (porque no es verdadero
camino), en cambio, la otra es y es genuina.
¿Cómo podría después dejar de ser los entes? ¿Cómo llegaría ser?
Si llegó a ser, no es, ni tampoco si va a ser alguna vez.
Y así se extingue la génesis e ignota [es] la ruina.
Ni tampoco es divisible, porque es entero igual.
Ni es algo más por aquí, que le impediría ser compacto,
ni menos, pues está enteramente pleno de lo ente.
Y así es entero compacto. Pues lo ente confina con lo ente.
Pero inmóvil en los límites de ingentes vínculos
es, sin principio, sin cesación, pues génesis y ruina
muy lejos fueron apartados; expulsólos la convicción verdadera.
El mismo en lo mismo permaneciendo en si mismo yace,
y así firmemente ahí mismo queda. Pues la poderosa Ananké
Lo retiene en vínculos del límite, que lo cierra en torno:
por lo cual, es divina disposición que lo ente no es inconsumado,
porque no es indigente; en cambio, si fuera lo no ente, de todo carecería.
Lo mismo es el inteligir y aquello y aquello por lo cual el inteligir es.
Pues no sin lo ente, del que depende, una vez expresado,
encontrarás el inteligir. Pues nada es ni será
fuera de los entes; puesto que Moira lo ató
a ser entero e inmóvil. Y así todo será nombre
cuando los mortales establecieron, confiando ser verdadero:
llegar a ser y dejar de ser, ser y no [ser],
y cambiar de lugar y variar el color esplendente.
Pero por ser límite extremo, es perfecto
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de todas partes, semejante a la masa de bien redonda esfera,
equilibrado del centro a todas partes. Pues nada mayor
ni nada menor puede ser por aquí y por allí,
pues ni lo no ente es, que pudiera impedirle alcanzar
la igualdad, ni lo ente, para que fuese de ente
más aquí y menos allí, pues todo entero es incólume.
Y siendo por todas parte a si mismo igual, comparece igualmente en sus límites.
Con esto termino para ti el discurso fiable y el pensar
en torno a la verdad. desde aquí los pareceres mortales
aprende, escuchando el orden engañosos de mis palabras.
Acordaron dar forma a dos formas,
para ambas una sola no es necesario, en lo que errados están.
Separen los contrarios por su hechura y pusieron señales
que los apartan entre sí, aquí de la llama fuego etéreo,
benigno, livianísimo, a sí mismo en todas partes idéntico,
a lo otro no idéntico. Más también aquello
que se le opone: oscura noche, de espesos y pesados trazos.
Toda esta aparente ordenación te expongo
para que ningún juicio de mortales te sobrepase.
Fragmento 9
Pero ya que todo fue luz y noche nombrado
y éstas, Según sus virtualidades [fueron atribuidas] a tales o cuales cosas
todo lleno está, a la vez, de luz y de noche invisible,
ambas iguales, porque nada hay allende estas dos.
Fragmento 10
Conocerás la naturaleza etérea y en el éter todos
los signos, y del resplandeciente sol, pura
antorcha, las obras devastadoras, y de dónde llegó a ser.
Y las circulantes obras averiguarás de la luna de redondo eje
y su origen. Conocerás el cielo que retiene [todo] en torno,
de dónde emergió y cómo lo forzó impelente
Ananke a retener los límites de los astros.
Fragmento 11
Cómo tierra, sol y luna
y éter común y celestial Vía Láctea y Olimpo
extremo y fuerza ardiente de los astros, fueron impelidos
a llegar a ser.
Fragmento 12
Simplicio de Cilicia, Física 39, 14 (1-3) / 31, 30 (2-6)
Los [anillos] más estrechos se llenaron de fuego sin mezcla,
los siguientes, de noche; y entre ambos se lanza una porción de llama.
Y en medio de estos, la diosa que todo lo conduce,
pues en todas partes rige el doloroso nacimiento y la mezcla,
enviando a lo masculino lo femenino para mezclarse y, a su vez, contrariamente,
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lo masculino a lo femenino.
Fragmento 13
Primero de todos los dioses a Eros engendró.
Fragmento 14
Noctiluciente, en torno a la tierra, errante, ajena luz.
Fragmento 15
Siempre inquisidora mirando hacia los rayos del sol.
Fragmento 15a
[La tierra es] acuarraigada
Fragmento 16
Pues al modo como cada cual tiene la mezcla de muy extraviados miembros
así el pensamiento está a disposición de los hombres. Pues lo mismo
es lo que reflexiona, la naturaleza de miembros para los hombres,
para todos y para todo. Pues lo más es el pensamiento.
Fragmento 17
A la derecha los jóvenes, a la izquierda las doncellas...
Fragmento 18
Cuando la mujer y el hombre mezclan juntos simientes de Venus,
en las venas la conformadora fuerza, de sangres diversas procedente,
guardando un justo equilibrio, plasma cuerpos bien dispuestos.
Pero si, al mezclarse los simientes, las fuerzas pugnan
sin hacer una sola, mezclados los cuerpos, funestas
resultarán por su doble simiente el naciente sexo.
Fragmento 19
Así, pues, emergieron, según el parecer, estas cosas y ahora son,
y, a partir de aquí, habiendo madurado, acabarán.
A ellos los hombres nombre impusieron acuñado para cada cual.
Περί θύζεως (Παρμενίδης) fr: Fragmentos (Parménides)
Zenón de Elea. (Siglo V a.C.)
Los testimonios más antiguos lo presentan como discípulo de Parménides. Las doctrinas de Zenón,
aparecen como argumentos dialécticos consecuentes con la doctrina de la unidad del ser. Siguiendo
las tesis de Parménides, es imposible demostrar la vía de la multiplicidad y del movimiento. Zenón
quiere probar que ninguna demostración lógica puede sostener la vía del ser múltiple en
movimiento, y, que aquellos, como los pitagóricos antiguos, parten de la multiplicidad
dogmáticamente23 afirmada, se ven obligados, por lo absurdo, a renunciar a sus premisas. Es decir,
los argumentos dialécticos de Zenón, están formulados contra toda doctrina (Heráclito,
pitagóricos) de la multiplicidad del principio de las cosas que son, y, contra el movimiento
(cambio) en la naturaleza (physis).
23
dogma. (Del lat. dogma, y este del gr. δόγμα).1. m. Proposición que se asienta por firme y cierta y como principio
innegable de una ciencia.2. m. Doctrina de Dios revelada por Jesucristo a los hombres y testificada por la Iglesia.3. m.
Fundamento o puntos capitales de todo sistema, ciencia, doctrina o religión.
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Empédocles de Agrigento. (484/481 – 424/421 a.C.)
Los fragmentos atribuidos a Empédocles, proceden de los poemas denominados Sobre la
Naturaleza y Purificaciones (aunque no es probable que fuera Empédocles mismo quien se los
dio). Los versos conservados de Sobre la Naturaleza representan menos de una quinta parte del
original completo, mientras que los conservados de las Purificaciones son aún más escasos. No
obstante, los fragmentos conservados de Empédocles son más extensos que los de cualquier otro
presocrático y procura, en consecuencia, una base firme para su interpretación.
Al igual que el resto de los filósofos del periodo ―presocrático‖, la interpretación aristotélica de
Empédocles, ha marcado el sentido propio de las interpretaciones posteriores. Para Aristóteles,
Empédocles es, un filósofo pluralista relacionado con Anaxágoras y los atomistas: todos ellos
dividieron el ser (de Parménides) en un número de principios (arkhai) intemporales e inmutables, a
partir de los cuales, se constituye, bien por mezcla bien por combinación, el orden de las cosas que
son o naturaleza.
En doctrina de Empédocles, los principios son las cuatro raíces, que según la interpretación
tradicional corresponderían con cuatro elementos materiales (aire, fuego, agua, tierra):
346 Fr. 6, Aecio, i, 3, 20
346 Escucha primero las cuatro raíces de todas las cosas: Zeus resplandeciente, Hera dadora de
vida, Edoneo y Nestis, que con sus lágrimas empapa las fuentes de los mortales.
347 Aristóteles, Met. a 4, 985 a 31-3 (DK 31 a 37)
347
Además fue el primero en decir que los "elementos" materiales eran cuatro.
El nombre les otorga el carácter de elementos básicos y mutuamente irreductibles a partir de los
que se constituyen todos los demás seres (cf. la luz y la noche de Parménides, 302-3). Parece haber
compartido con Empédocles la idea original de un cuarteto de elementos (según afirma la cita
347). Hay que suponer que su caracterización inicial de dioses pretendiera indicar lo que hay de
pureza en las concepciones tradicionales de la divinidad y el reconocimiento de poderes y
propiedades, indefinidos hasta ese momento, que les hiciera merecedores de temor. No hay duda
de que Nestis es el agua, pero, ya en la antigüedad, hubo falta de acuerdo sobre los otros tres (DK
31 a 33). Parece que Teofrasto identificó a Zeus con el fuego, a Hera con el aire y a Edoneo (i. e.
Hades) con la tierra (Aecio i, 3, 20).
Otras interpretaciones establecen una correspondencia con los principios materiales propuestos por
los filósofos jónicos: el agua de Tales, el aire de Anaxímenes, el fuego de Heráclito, a los cuales se
les agrega la tierra. Sobre estos actúan, uniéndolos o separándolos, dos principios atemporales: la
Amistad-Amor y el Odio-Discordia. Cuando la Amistad reina, los cuatro elementos están unidos
formando una mezcla llamada Esfero o unidad de la Esfera. Pero el dominio de la Amistad no es
permanente, y el Odio iniciando su acción, rompe la unidad del Esfero generando el kósmos de la
pluralidad que es la naturaleza.
Así sucede alternativamente y sucesivamente, de modo que la naturaleza se encuentra sometida a
un ciclo eterno de unión-ruptura, cuya raíz permanente son los cuatro principios-elementos.
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El ciclo del cambio.
348
Fr. 17, 1-13, Simplicio, in Phys. 158, 1
348 Un doble relato te voy a contar: en un tiempo ellas f\. e. las raíces) llegaron a ser sólo uno a
partir de una pluralidad y, en otro, pasaron de nuevo a ser plurales a partir de ser uno; dúplice es
la génesis de los seres mortales y doble su destrucción. A la una la engendra y la destruye su
reunión y la otra crece y se disipa a medida que nacen nuevos seres por separación. Jamás cesan
en su constante intercambio, confluyendo unas veces en la unidad por efecto del Amor y
separándose otras por la acción del odio de la Discordia. Así, en la medida en que lo uno ha
aprendido a desarrollarse a partir de lo múltiple y la pluralidad surge de nuevo de la división de
lo uno, de la misma manera nacen y no tienen una vida estable. Y en la medida en que jamás cesa
su continuo intercambio, así también existen inmóviles siempre en su ciclo.
349 Fr. 17, verso 14, Simplicio, in Phys. 158, 13 (continuación de 348)
349 Ea, escucha mis palabras, pues el aprender acrece la sabiduría. Como antes te dije, al
manifestarte los limites de mis palabras, te voy a contar un doble relato: en un tiempo lo Uno se
acreció de la pluralidad y, en otro, del Uno nació por división la multiplicidad: fuego, agua, tierra
y la altura inconmensurable del aire y, separada de ellos, la funesta Discordia, equilibrada por
todas partes y, entre ellos, el Amor, igual en extensión y anchura. Míralo con tu mente y no te
sientes con ojos estupefactos, pues se le considera innato incluso en los miembros mortales:
debido a él tienen ambiciosos pensamientos y realizan acciones de concordia, dándole el nombre
de Gozo y de Afrodita. Ningún mortal lo conoce, cuando se mueve en circulo entre ellos, pero tú
presta atención al orden no engañoso de mi discurso.
Todos ellos son iguales y coetáneos, aunque cada uno tiene una prerrogativa diferente y su propio
carácter, y prevalecen alternativamente, cuando les llega su momento. Nada nace ni perece fuera
de ellos ¿Cómo podría, de hecho, ser destruido totalmente, puesto que nada está vacio de ellos?
Porque, sólo si estuvieran en un constante perecer, no serían. Y ¿qué es lo que podría acrecer
todo esto? ¿De dónde Podría venir? Sólo ellos existen, pero penetrándose mutuamente, se
convierten en cosas diferentes en momentos diferentes, aunque son continuamente y siempre los
mismos.
En este fragmento, Empédocles desciende ligeramente del alto nivel de abstracción de 348 para
identificar las entidades implicadas en el ciclo del nacimiento con las cuatro raíces y para
atribuirles, así como al Amor y a la Discordia, los rasgos específicos de ser las fuerzas motrices del
ciclo.
Un himno al Amor ocupa la mayor parte del espacio dedicado a este último tema y está lleno de
carga epistemológica. Empédocles insinúa, en los versos 19-20, que la Discordia está reñida con
las cuatro raíces y que el Amor, en cambio, está en armonía con ellas. Es probable que la expresión
de su igualdad no pretenda implicar que el Amor y la Discordia son cuerpos. Su idea característica
emerge en los versos 27-9 del segundo parágrafo, donde enuncia su teoría del dominio alternante
de los elementos (cf. 365-6) y del Amor y la Discordia (cf. 359). La teoría expresa el mecanismo
mediante el que se mantiene la estabilidad a través del cambio continuo. Su idea se retrotrae a
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Anaximandro (110 y 111) y Heráclito (211, 217-19). Empédocles expresa una condición del ciclo
que no habían mencionado explícitamente sus predecesores y que Heráclito había denegado
implícitamente, al otorgarle la preeminencia al fuego: cada uno de los elementos implicados en la
alternancia debe ser igual a todos los demás (cf. pág. 280-87 supra); y si el Amor y la Discordia
deben regular el proceso, cada uno de ellos debe ser, en cierto sentido, el equivalente a todos los
elementos juntos.
Anaxágoras de Clazomene. (500 a.C – 428 a.C.)
Anaxágoras es otro de los grandes filósofos del periodo presocrático, cuya influencia en la filosofía
griega ática es importante. Nacido en Clazomene (Jonia) pasó parte de su vida en la polis de
Atenas. A causa de problemas políticos abandonó esta ciudad para dirigirse a la colonia de
Lámpsaco.
La doctrina atribuida por la tradición a Anaxágoras, hace de este filósofo jonio, un pluralista, al
expresar el principio (arkhé) de la naturaleza como cuerpos simples de origen material. Los
comentaristas modernos, ajustándose a aquellos fragmentos probablemente auténticos, encuentran
la expresión adecuada en la palabra (abstracta) del singular ―cosa‖ o del plural ―cosas‖. Y estos
cuerpos simples serían iguales entre sí (ni mayores ni menores); estando todas las ―cosas‖ en todo,
puesto que, todas las ―cosas‖ participan de la totalidad originaria.
Una correcta comprensión de la doctrina de Anaxágoras plantea numerosos problemas y
dificultades. A través de la tradición textual griega, principalmente, las interpretaciones de
Aristóteles y Simplicio, la filosofía de Anaxágoras ha quedado marcada y ―contaminada‖ por
términos y conceptos que no son propios de este filósofo. Así, el ejemplo más evidente, es el de la
expresión ―homeomerías‖ que Simplicio y otros doxógrafos (compiladores de opiniones de
pensadores famosos) toman de aquello que Aristóteles definió como ―homeómeras‖; es decir:
―cosas‖ que tienen partes semejantes entre sí y semejantes al todo. Este término ―homeómeras‖―homeomerias‖ es propio de la filosofía de Aristóteles, y, en Anaxágoras, en los fragmentos
conservados no se encuentra este término. En los comentarios de Simplicio, aparece un término
que sí se aproxima más al lenguaje de Anaxágoras, al denominar los cuerpos simples como
―semillas‖ ―simientes‖ o ―gérmenes‖; ―spérmata‖ en griego.
Otra de las aportaciones de Anaxágoras a la filosofía griega es la afirmación de un principio
ordenador de la naturaleza: en un intelecto divino (nous) separado y no mezclado con la totalidad
de cuerpos simples originarios. Para Anaxágoras, en el estadio inicial de la naturaleza ―todas las
cosas estaban juntas‖. Este intelecto divino (pleno de conocimiento y de mayor fuerza) separa y
ordena la mezcla, pero no participa de ella; es la más sutil y pura entre todas las ―cosas‖, ―cosas‖
que no están sometidas al movimiento-cambio de la generación (nacimiento) corrupción (muerte).
¿Cuál es el origen de la pluralidad en la naturaleza? El movimiento de rotación que ordena según
separación en pares de opuestos: raro/denso, frío/caliente, oscuro/brillante, húmedo/seco. Tal sería
el origen de los elementos naturales: aire, fuego, agua, tierra. Así, el orden de las cosas que son,
procede de la unión y separación de estos ―cuerpos simples‖. Anaxágoras mantiene el orden
parmenídeo de la naturaleza: lo que es no puede no ser; lo que no es no puede ser pensado.
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Demócrito de Ábdera. (2ª mitad del siglo V a.C.)
Hombre de variados intereses intelectuales y vitales, para muchos comentaristas, Demócrito de
Ábdera, es uno de los fundadores de la teoría atomista de la naturaleza. Demócrito pasó por la
ciudad de Atenas, y es uno de los pensadores más influyentes en la tendencia sofística de los siglos
V y IV a.C.
La doctrina física general del atomismo griego ―presocrático‖ parte de una naturaleza formada por
un número ilimitado de partículas corpóreas, impenetrables, mínimas e indivisibles, de igual
naturaleza y diferenciadas entre sí por sus figuras o formas correspondientes: los átomos24. Estos
átomos junto con el vacío serían el principio (arkhé) de la totalidad de las cosas que son. Las
partículas atómicas se desplazan atemporalmente en este vacío ilimitado lo que explicaría la
pluralidad y el movimiento. Esto sucede según ―necesidad‖, ahora bien, en el caso del atomismo de
Demócrito, esta necesidad no aparece como una fuerza divina personificada sino como una ley
física.
Según muchos comentaristas, el atomismo surge como respuesta a las dificultades de la teoría del
ser en Parménides, en concreto: movimiento y pluralidad de las cosas que son. De modo general el
ser de las cosas serían los átomos materiales y el no-ser el vacío ilimitado donde esas partículas
indivisibles corpóreas se moverían en orden continuo. El argumento básico del atomismo es la
imposibilidad de dividir los cuerpos hasta el infinito. Ahora bien, siguiendo la doctrina atomista
transmitida por la tradición, los átomos son distintos en cantidad 25, e infinitamente distintos entre
sí por su forma y magnitud26 y sin cualidades. Así los átomos serán ilimitados numéricamente
porque no hay evidencia que en la totalidad de las cosas que son, haya una forma de ser con
preferencia, manifestándose así a través de la ilimitada variedad de fenómenos naturales.
Importancia de la “filosofía presocrática” dentro de la historia de la filosofía occidental.
Algunos de los grandes temas de la filosofía griega fueron planteados por los filósofos del periodo
presocrático. A su vez, los grandes temas de la filosofía occidental proceden, en su mayoría de la
filosofía griega. Por tanto, la ―filosofía presocrática‖ es el inicio incuestionable de la historia de la
filosofía occidental. Mencionando sólo a Heráclito, el pitagorismo antiguo y Parménides,
expresaron, si bien dentro de la tradición arcaica griega, un modo de comprender e interpretar la
verdad del orden de la naturaleza, característico de toda la reflexión filosófica de la antigüedad.
Pude resumirse en los siguientes aspectos:
a) La totalidad de las cosas que son procede de un principio originario (arkhé) y el orden de
esta totalidad puede conocerse y expresarse mediante el lógos.
b) Esta totalidad entre las cosas que son, naturaleza o physis, y el lógos se manifiesta como
verdad, sólo a aquellos hombres que siguen la vía o camino de la inteligencia (epistéme)
átomo. (Del lat. atŏmum, y este del gr. ἄηομον).1. m. Fís. y Quím. Cantidad menor de un elemento químico que tiene
existencia propia y se consideró indivisible. Se compone de un núcleo, con protones y neutrones, y de electrones
orbitales, en número característico para cada elemento químico.2. m. Partícula material de pequeñez extremada.3. m.
Cosa muy pequeña.
25
cantidad. (Del lat. quantĭtas, -ātis, y este del gr. ποζόηης).1. f. Porción de una magnitud.2. f. Cierto número de
unidades.
26
magnitud.(Del lat. magnitūdo).1. f. Tamaño de un cuerpo.
24
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frente al resto de los hombres comunes que sólo siguen la opinión (doxa) propia de los
mortales.
c) El orden de la naturaleza es cíclico, a través de la alternancia de los opuestos o contrarios,
que, paradójicamente no se excluyen sino que, armónicamente se complementan27.
d) Si bien entre los filósofos presocráticos existen grandes diferencias doctrinales respecto a
fenómenos físicos originales como son, unidad/pluralidad, estático/dinámico,
inmutabilidad/mutabilidad, todos ellos coinciden en el carácter superior del lógos.
27
La excepción a esta concepción cíclica de la naturaleza es la doctrina del ser de Parménides.
18
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1.1.
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Sócrates y Platón.
1.1.1. Sócrates: la fundación de la filosofía moral.
1.1.2. Los dos mundos: el mundo suprasensible o el mundo de las ideas y el mundo sensible.
1.1.3. Teoría del conocimiento: Grados del conocer y división de las ciencias. La dialéctica.
1.1.4. La concepción antropológica.
1.1.5. Ética y política: la organización ideal de la República.
1.2.
Aristóteles.
1.2.1. Física y metafísica: las causas. El ser y sus significados. La sustancia. Acto y potencia.
1.2.2. El alma y el conocimiento.
1.2.3. Ética y política.
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