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Camilo Bustos Montoya 2009 Camilo Bustos Montoya. 2009 Periodificación de la época medieval. ALTA EDAD MEDIA S. V-X 476. Odoacro destituye al último emperador romano de Occidente 622. Hégira. Inicio del Calendario islámico. Formación de los reinos germánicos en Occidente. s V-VII BAJA EDAD MEDIA S. X-XV 1096. Primera Cruzada Resurgimiento urbano. Surge el capitalismo. 1075-1085. s. XIII Querella de las Investiduras 962. Fundación del Sacro Imperio Romano Germánico 800-843. Imperio Carolingio. Guerra de los Cien 1350. Años Peste Negra. 1453. Los turcos otomanos toman Constantinopla Feudalismo desde siglo X Camilo Bustos Montoya 2009 Las Cruzadas Las Cruzadas pueden ser definidas como una serie de expediciones enviadas hacia Oriente, contra los musulmanes, a fin de recuperar Tierra Santa. Los factores que motivaron estas expediciones son variados: - Por un lado, hacia el siglo XI, la Europa Occidental acusó un grave problema de sobrepoblación que provocó un movimiento migratorio de hombres en busca de nuevas tierras, lo que sumado al interés económico, por los posibles tesoros y riquezas en Oriente, podían motivar a nobles y campesinos a emprender el viaje a Tierra Santa. - En el plano político, existe la necesidad de conquistar nuevas tierras, no hay que olvidar que las Cruzadas son también empresas de conquista militar, en la que el papado también es protagonista. - Por supuesto, tampoco hay que olvidar el carácter religioso de estas empresas. Las cruzadas fueron vistas como Guerra Santa, y existe un sincero anhelo de defensa de la fe por parte de los cruzados, en una época evidentemente teocéntrica. De hecho, ya existía un activo peregrinaje hacia Oriente, previo a las Cruzadas, que se intensifica durante éstas. A lo anterior hay que añadir el carácter masivo y heterogéneo de las Cruzadas, en la que no sólo participaron los nobles, hay una gran cantidad de pobres, campesinos, mujeres y niños que participaron como peregrinos o soldados en estas expediciones, son pueblos enteros que se movilizan siguiendo un vivo sentimiento de piedad. A lo que se agregaba toda una serie de creencias populares respecto a la virtuosidad de las expediciones a Oriente y un misticismo especialmente fuerte por parte de la población, sumado a la promesa de perdón de los pecados si se combatía en defensa de la fe. Hay que señalar que el principal impulso de todas las Cruzadas fue el deseo de otorgar seguridad a las peregrinaciones al Santo Sepulcro Camilo Bustos Montoya 2009 Caballos peleando por sus señores. La Primera Cruzada. El Concilio de Clermont La Primera Cruzada (1095-1099) tiene características particulares: su marcado acento espiritual, su vehemencia mística, el destacado papel que en ella juega la Iglesia, quien la organiza, la participación de enormes multitudes de peregrinos (hombres, mujeres, niños, ancianos, sacerdotes, guerreros…) Es una cruzada que no fue organizada por un emperador o un rey, por el contrario, ésta tiene un alto grado de espontaneidad. A mediados del siglo XI, el Imperio Bizantino sufre los embates de los turcos seldyúcidas quienes le infringen una grave derrota en Manziquert (1071), conquistando gran parte de la península de Anatolia (Turquía), estableciendo su capital en Nicea (a sólo tres días de Constantinopla). Ante la presión de los turcos y el evidente peligro que corria la capital bizantina el emperador Alejo Comneno decide solicitar refuerzos a Occidente, un ejército de mercenarios que lo ayudasen a combatir el peligro musulman y recuperar los territorios perdidos. Paralelamente a la solicitud de Alejo Comneno, se realiza en Occidente el llamado Concilio de Clermont(1095), destinado a discutir algunos temas doctrinales, dentro de la Iglesia. Sin embargo, en el transcurso de este Concilio el papa Urbano II hace un fuerte y emotivo llamado a defender a los peregrinos, víctimas de vejaciones y sufrimientos a manos de los “infieles”, exhortando a los cristianos a levantarse en gran número para ir a liberar el Santo Sepulcro con las armas en la mano. Este llamado suscitó una fuerte ola de indignación contra los infieles, así como el deseo de servir en una cruzada. Camilo Bustos Montoya 2009 La Primera Cruzada. La Cruzada Popular y la Cruzada de los Barones Este llamado, además encontró eco en predicadores que retomaron los discursos del papa y los adornaron con llamados dramáticos y anécdotas destinadas a exaltar la imaginación, organizándose expediciones espontáneas con gente de todos los estratos sociales, muchas sin preparación militar que se dirigieron a luchar en Tierra Santa. Muchas de estas expediciones de pobres se dedicaron al saqueo y a masacrar judíos aun antes de abandonar Europa, algunas no alcanzaron a llegar a Tierra Santa, siendo despedazadas por el ejército de Hungría y el Bizantino, antes de abandonar suelo europeo. Uno de los más importantes líderes de este movimiento popular fue Pedro el Ermitaño, cuya numerosa hueste, compuesta por andrajosos peregrinos, mal preparados y dedicados al saqueo, fue recibida con recelo por el emperador Alejo Comneno. Una vez que hubo cruzado el Bosforo, y tras saquear algunas pequeñas comunidades turcas, fueron masacrados por el ejército del sultán de Nicea Kiliy Arslan. Sólo algunos pocos lograron escapar, entre ellos Pedro el Ermitaño, mientras que el resto fue asesinado, y las muchachas jóvenes, raptadas por los musulmanes. Camilo Bustos Montoya 2009 Paralela a estas fracasadas “cruzadas populares”, se organizó una poderosa expedición encabezada por el duque Godofredo de Bouillon, su hermano Balduino de Boulougne y el conde Bohemundo de Tarento. A diferencia de las “Cruzadas Populares”, Primera Cruzada propiamente tal estaba compuesta por ejércitos profesionales, y contaba en un primer momento con el apoyo de los bizantinos. De esta forma los cruzados tomaron Nicea (rendida a los bizantinos, después de lo cual se rompe la alianza entre éstos y los cruzados), Antioquía y Jerusalén. (1099). Tras la toma de Jerusalén y la muerte de Godofredo, se estableció el reino de Jerusalén, cuyo primer rey fue Balduino (1100). A este reino se sumaron los principados de Antioquía (Bohemundo se hizo nombrar príncipe tras capturar la ciudad en 1098) y Edesa (bajo el mando de Balduino antes que éste fuese rey de Jerusalén, luego se le otorgo el principado a Balduino II) y el condado de Trípoli (otorgado a Raimundo de Saint-Gilles). De esta forma la Primera Cruzada fue la única que logró el éxito al conquistar los llamados Lugares Santos. Cruzados a las puertas de Jerusalén Camilo Bustos Montoya 2009 La Primera Cruzada, además tuvo dos efectos colaterales: Por un lado se crearon las órdenes militares del Temple (Templarios) encargada de la protección de los peregrinos que iban a Jerusalén y la orden de San Juán (Hospitalarios) que debían encargarse de los heridos y enfermos en el Hospital de Jerusalén. Ambas órdenes estaban conformadas por caballeros y sargentos que se incorporaban a ellas siguiendo un estricto código de conducta y moralidad y siguiendo rígidamente las reglas de la orden. Por otro lado, los abusos cometidos por los cruzados en Jerusalén dieron lugar a la reacción musulmana a través de una Guerra Santa general (en el marco de la Yihad). Camilo Bustos Montoya 2009 Reinos cruzados de Oriente al término de la Primera Cruzada La Segunda y Tercera Cruzada Tras el término de la Primera Cruzada, tanto los reinos francos de Oriente, como los distintos señoríos musulmanes, viven una serie de luchas intestinas, entre jefes locales, junto a los enfrentamientos entre cruzados y musulmanes. Sin embargo, el señor de Alepo (Siria), Zengi dirige una campaña contra los cruzados tomando la ciudad de Edesa, que pasa entonces a manos del Islam. La toma de Edesa provocó una nueva cruzada en Europa, predicada por san Bernardo de Clairvaux. Esta Segunda Cruzada, que contó con la participación del emperador del Sacro Imperio Conrado III y el rey de Francia Luis VII, culminó en un verdadero fracaso al no poder tomar Damasco y ser vencidos por Nur al-Din, sucesor de Zengi. La Segunda Cruzada tuvo como consecuencia la división entre los cruzados y la unificación de la Siria musulmana bajo el poder de Nur al-Din. Paralelamente, comienza a surgir la figura de Salah al Din (Saladino), sobrino de uno de los generales de Nur al-Din, quien logró tomar Egipto. En Jerusalén, tras la muerte de Balduino IV (1185) enfermo de lepra, y su joven hijo Balduino V (1186), el reino quedó en manos de Guy de Lusignan, quien debió hacer frente a una ofensiva encabezada por Saladino, a raíz del rompimiento de una tregua entre cruzados y musulmanes, al ser atacada una caravana, proveniente de El Cairo, por parte de Reinaldo de Châtillon. De esta forma, Saladino logra derrotar a Lusignan en la Batalla de los Cuernos de Hattin (1187) tras la cual se apodera de Jerusalén. Camilo Bustos Montoya 2009 Batalla de los Cuernos de Hattin Balian de Ibelin entrega la ciudad de Jerusalén a Saladino, tras su victoria en Hattin La captura de Jerusalén, por parte de Saladino, provocó la llamada a una nueva cruzada, proclamada por el papa Gregorio VIII. La Tercera Cruzada (1189-1192) estuvo encabezada por el emperador del Sacro Imperio, Federico I Barbarroja, el rey de Francia, Felipe II Augusto y el rey de Inglaterra, Ricardo I Corazón de León. Sin embargo, Barbarroja fallece al llegar a Tierra Santa; mientras tanto, Felipe II abandona la cruzada tras pelearse, por disputas políticas, con Ricardo tras la captura de Acre. Tras una agotadora lucha entre Ricardo y Saladino, ambos acuerdan un tratado de paz, el 2 de septiembre de 1192, según el cual Jerusalén quedaba en manos de los musulmanes, pero se concedía a los cristianos peregrinar libremente a Jerusalén. Finalmente, Ricardo abandonaría Tierra Santa, falleciendo en Francia en 1199. Saladino, en tanto, falleció en 1193. Camilo Bustos Montoya 2009 Ricardo I “Corazón de León” Saladino La Cuarta Cruzada La Cuarta Cruzada (1202-1204) tiene un carácter radicalmente distinto a las cruzadas anteriores, ya que en ella prevalecieron los intereses económicos y además se desvió completamente de su objetivo, atacando Constantinopla, que era cristiana. La Cruzada partió como las otras, en este caso debido al llamado por parte del papa Inocencio III. Sin embargo, la cruzada se corrompe al priorizar los intereses económicos y geopolíticos de los Venecianos en los Balcanes y aceptar la oferta de Alejo Angelo, pretendiente al trono de Bizancio quien prometía cancelar la deuda que los cruzados tenían con los venecianos y apoyarlos con tropas para la cruzada, si a cambio lo apoyaban en sus pretensiones al trono. Los cruzados aceptaron y ocuparon la ciudad de Constantinopla, la que se vio envuelta en una serie de disputas internas, entre los pretendientes al trono y entre bizantinos y cruzados. Finalmente, en abril de 1204, los cruzados tomaron por la fuerza Constantinopla e instauraron un Imperio Latino que duró hasta 1261. Los bizantinos, por su parte siguieron reinando en el exilio en tres reinos griegos: el Despotado de Epiro, el Imperio de Nicea y el Imperio de Trebisonda. La Cuarta Cruzada, provocó la separación definitiva entre occidentales y bizantinos. Los cruzados entran en Constantinopla. Camilo Bustos Montoya 2009 El Imperio Latino y los reinos griegos tras la Cuarta Cruzada Camilo Bustos Montoya 2009 Las Últimas Cruzadas La Quinta Cruzada (1217-1221) tuvo como objetivo atacar Egipto, para luego conquistar Jerusalen. Sin embargo, tras un largo asedio al puerto egipcio de Damieta y un infructuoso avance hacia El Cairo, lo cruzados fueron vencidos por el sultán Al- Kamil, lo que junto a las pérdidas sufridas por las inundaciones del Nilo, provocaron la rendición de los cruzados. La Sexta Cruzada (1228-1229) estuvo comandada por el emperador Federico II Hohenstauffen, que en ese entonces había sido excomulgado por el papa, culminó con el nombramiento de éste, tras una tregua con los musulmanes, como rey de Jerusalén y la conquista de Belén y Nazaret. El regreso de Federico a Europa y la expiración de la tregua en 1239, culminaron con el dominio cruzado sobre Jerusalén, siendo reconquistada por los musulmanes en 1244. la Quinta Cruzada significó la primera de esta clase de expediciones fuera del apoyo papal. La Séptima (1248-1254) y Octava (1270) fueron convocadas por el rey de Francia San Luis IX, ambas resultaron un fracaso al no poder lograr sus objetivos en Egipto y Túnez respectivamente. En Egipto, Luis fue tomado prisionero, mientras que en Túnez los cruzados fueron diezmados por la peste, pereciendo el propio Luis. Finalmente, una expedición encabezada por Eduardo I de Inglaterra tampoco tuvo los resultados esperados en Tierra Santa. Además, hacia 1268 el Reino de Jerusalén se encontraba limitado a una delgada franja entre Sidón y Acre, las que cayeron en 1291 en manos de los musulmanes, poniendo fin al Reino de Jerusalén y las Cruzadas Camilo Bustos Montoya 2009 El Krak de los caballeros en Siria, uno de los más imponentes castillos levantados por los cruzados en Oriente y un testimonio de las Cruzadas Consecuencias de las Cruzadas - La instauración de los reinos cruzados en Oriente, provocó un mayor intercambio cultural y comercial entre los musulmanes y europeos, permitiendo a estos últimos el mayor acceso a los lujos de Oriente y la adopción de conocimientos náuticos, médicos, matemáticos, geográficos, literarios y culturales. Fomento del comercio marítimo, las industrias artesanales y la vida urbana. Mayor poder por parte del papado, que logró liderar las Cruzadas, transformándose en la máxima autoridad en Europa. Sin embargo, también los reyes lograron aumentar su poder, debilitando en parte a los señores feudales. Migración de un gran número de personas a Oriente durante las Cruzadas. Aumentaron las diferencias entre Occidente y Bizancio, y el Mundo Musulmán, esta última rivalidad se mantiene aun hoy. Camilo Bustos Montoya 2009 CONCILIO DE CLERMONT Primera Cruzada Segunda Cruzada Tercera Cruzada Cuarta Cruzada CRUZADAS Reinos Cruzados de Oriente Se Conquista Jerusalén Expediciones Militares Para Recuperar Tierra Santa Amplia participación popular Cruzados pierden Jerusalén Cruzados atacan Constantinopla Consecuencias: -Intercambio comercial y cultural -entre musulmanes y europeos -Creación de órdenes militares - Gran flujo migratorio -Rivalidad entre Occidente y Oriente -Aumento del poder del papado y los reyes La Teocracia Pontificia La lucha entre el papado y el Imperio se reactiva con la llegada al poder de Federico I Barbarroja al trono del Sacro Imperio (1152), debido a las pretensiones que éste tenía en Italia, enfrentándose al papa Adriano IV. Para el papado, el monarca alemán había recibido el Imperio como “beneficium” de la Santa Sede; mientras que para el emperador, Roma e Italia eran feudos del Imperio, recibido no por el papa sino por Dios. El dominio de Federico en Italia se incrementó con el envío de magistrados imperiales con plenos poderes a Italia. A la muerte de Adriano IV (1159) la Iglesia se sucedió en dos partidos que apoyaban a distintos candidatos: Víctor IV (apoyado por el emperador) y Alejandro III (apoyado por Luis VII de Francia y Enrique II de Inglaterra) . La muerte de Víctor IV (1164) no puso fin al conflicto, el que se prolongó por el apoyo dado, por parte del emperador al antipapa Pascual III. Sin embargo, una expedición encabezada por Federico en 1167 para someter bajo su poder a Italia cambió el giro de los acontecimientos al ser vencido el emperador por una liga de ciudades del norte de Italia (Liga Lombarda) que aclamaron como su jefe al papa Alejandro III y le infringieron una dura derrota a Federico en Legnano (1176), obligándole a firmar la Paz de Venecia (1177) Esto significó un gran triunfo para el papado, pavimentando el camino para el concepto de “Teocracia Pontificia” que alcanzará su máximo esplendor con Inocencio III. Camilo Bustos Montoya 2009 Batalla de Legnano El III Concilio de Letrán (1179) a instancias de Alejandro III asentó las bases para la Teocracia Pontificia. Ya que en este se estableció, que el Papa sólo podía ser nombrado por los cardenales, siendo válida la elección con la aprobación de los dos tercios de los electores. Reguló la vida de los prelados, condenó la simonía y el nicolaísmo, mantuvo la paz y tregua de Dios, prohibió los torneos, y llamó a una cruzada contra los herejes (Cátaros). El Concilio reforzó el concepto de la primacía papal, constituyéndose en la máxima autoridad de Europa. Con Inocencio III (1198-1216) la teocracia pontificia alcanza su máxima expresión. Siguiendo la teoría de las “dos espadas” o las “dos potestades”, reconoce que el mundo se halla dividido entre un poder temporal y uno espiritual, pero el primero se haya sometido al segundo, sobre todo en caso de pecado. De esta forma, Inocencio III implantó su pleno mandato sobre Roma y los estados pontificios y se arrogó el derecho de intervenir en cuantos asuntos políticos considerara necesarios, menospreciando la autoridad de los Estados, interviniendo en el nombramiento de diversos monarcas europeos. Con el IV Concilio de Letrán (1215) el Papa consolidó su prestigio y con su enorme poder temporal se hizo árbitro de los destinos políticos de la cristiandad, constituyendo además a la Iglesia como una institución centralizada y jerárquicamente organizada. Paralelamente, la Iglesia expandió su poder a España, Escandinavia, los países Bálticos y eslavos. Llamando a una cruzada contra los albigenses (Francia meridional) y los musulmanes, en Tierra Santa. Inocencio III Las Órdenes Mendicantes Otro elemento que caracterizó el periodo fue el surgimiento de las órdenes mendicantes. En 1206 Francisco de Asís abandonó a los suyos para vivir como ermitaño. Muy pronto se vio rodeado por varios discípulos que adoptaron su regla de pobreza, aprobada por el papa Inocencio III en 1210. Desde entonces los franciscanos, pobres monjes y mendigos, vivían de limosnas, fieles al ideal evangélico de paz y pureza, predicando por toda Italia. A contar de 1215, esta orden se expandió por el resto de los países occidentales. El ejemplo de Francisco tuvo una resonancia considerable en la cristiandad latina y marcó profundamente a la Iglesia romana y a la forma de vida religiosa en Occidente. Conducido por el papado, el franciscanismo no fue un movimiento de protesta a la Iglesia, sino más bien se concentro en un proceso de reconquista espiritual sobre todo en las ciudades. Además, la visión del mundo por parte de Francisco correspondía más a la de los laicos que a los clérigos, lo que granjeó un gran éxito para su Orden. La orden franciscana sirvió de ejemplo para otras iniciativas similares: en 1212 fue fundada la orden de las Clarisas (hermanas franciscanas) y la orden tercera de penitentes, que congregó a laicos que siguieron las enseñanzas franciscanas. Los Domínicos (1216) una orden creada para combatir a los cataros al sur de Francia, por medio de la predicación, el convencimiento y el modelo de vida franciscano. El Resurgimiento Urbano A contar del siglo Xi se produce un incremento en la producción agrícola, debido a la aplicación de nuevas técnicas y herramientas en los campos, lo que permitió alimentar a una creciente población, esto impulsó el resurgimiento de las ciudades y el desarrollo del comercio durante la llamada Baja Edad Media. Si bien las ciudades durante la época medieval no desaparecieron, si en cambio la vida urbana sufrió un fuerte retroceso a raíz de las invasiones y el desarrollo del feudalismo. En la Baja Edad Media las ciudades volvieron a florecer debido a distintos factores: - El desarrollo del comercio: ej. Pavía, Génova, París. - la aparición de centros administrativos laicos o eclesiales: ej. Barcelona, Lyon, Londres, Toulouse. - Antiguos núcleos de población urbana que evolucionaron a formas económicas más avanzadas. ej. Marsella, Milán. - Asentamiento de carácter defensivo. ej. Ávila. - Debido a procesos de expansión política. ej. Toledo, Zaragoza, Córdoba, Sevilla, Berlin. - Desarrollo de las peregrinaciones. ej. Santiago de Compostela, Tours, Munich. Se fundaron ciudades aprovechando el emplazamiento de castillos y monasterios, los cruces de caminos, la cercanía de ríos o de las rutas comerciales más transitadas. Muchos campesinos emigraron a las ciudades esperando dejar de ser siervos y convertirse en personas libres en personas libres, o en busca de mejores expectativas. Camilo Bustos Montoya 2009 La ciudad medieval Las ciudades medievales eran aglomeraciones pequeñas que muy pocas veces superaban los 10.000 habitantes. Las ciudades más prósperas eran amuralladas, con puertas de acceso, lo que garantizaba mayor seguridad, al tiempo que establecía una demarcación jurídica. Las casas se agrupaban unas con otras y generalmente eran de más de un piso, para poder destinar la planta baja a un taller o una tienda; sus calles se ordenaban de forma irregular y eran estrechas e insalubres. Estos primeros centros urbanos se llamaron burgos. Las actividades comerciales fueron siempre importantes para la ciudad medieval, pues en ellas se desarrollaban las ferias o vivían los mercaderes, banqueros y artesanos. Entre los edificios principales destacaban las iglesias, el palacio comunal, el mercado. En algunas se establecieron universidades, siendo un foco de cultura y desarrollo intelectual. Algunas ciudades lograron una gran autonomía política, a raíz del debilitamiento del poder de los señores feudales, formando gobiernos propios que velaban por la ciudad (municipios), colocándose bajo el poder real. Camilo Bustos Montoya 2009 Composición social de la ciudad medieval La ciudad medieval dio cobijo a una población heterogénea, estructurándose en torno a la posesión de la riqueza, lo que permitió una mayor movilidad social que en los feudos. La sociedad urbana era encabezada por una nobleza propietaria de gran parte del suelo urbano y de los campos aledaños a la ciudad, desarrollaron el oficio militar y ocuparon los cargos de gobierno. El alto clero desempeña un papel importante en algunas ciudades, especialmente los obispos que tuvieron un gran poder. Los artesanos, los que agrupados en gremios lograron una importante influencia en la sociedad urbana. Los gremios eran corporaciones de artesanos que realizaban un oficio en común, defendiendo sus intereses, pues nadie que n0o formara parte del gremio podía ejercer el oficio en la ciudad. Estos gremios eran jerarquizados: en cada taller había aprendices, que solían empezar desde niños en sus actividades, sin recibir salario, pero viviendo en la casa de su maestro para aprender el oficio. Tras el aprendizaje se ejercía el cargo de oficial, trabajador asalariado que ejercía junto al maestro. Los maestros alcanzaban esta categoría tras demostrar un conocimiento y destreza en el desempeño de su actividad. Luego venía un sector de menores ingresos integrado por pequeños artesanos, notarios y trabajadores asalariados. En la base de la pirámide estaban los mendigos, quienes vivían de las limosnas o rapiñas; los judíos, dedicados al comercio, pero carentes de derechos políticos. Camilo Bustos Montoya 2009 La Burguesía La burguesía constituyó una clase urbana cuya forma de vida no dependía ya del trabajo de la tierra, sino del trabajo personal y el dinero, dedicándose a los oficios que nacieron junto a la ciudad y el comercio (comerciantes, banqueros, cambistas, prestamistas, artesanos, etc) convirtiéndose en hombres jurídicamente libres y económicamente independientes. Los burgueses más ricos eran los banqueros, los grandes mercaderes y los maestros artesanos que realizaban los oficios más rentables. La burguesía se enfrentó constantemente con la nobleza urbana, los que en un intento por proteger su antigua posición económica y social, impusieron reglamentos e impuestos al comercio y trabaron el desplazamiento de mercancías, gravando el uso de los caminos. La burguesía se opuso a estas medidas, organizando movimientos en las ciudades, que encontraron apoyo en la monarquía, la que a través de cartas y fueros otorgó a las ciudades una serie de beneficios, como la supresión y reducción de impuestos y permitieron que los burgueses lograran acceder a la administración del gobierno urbano y de su justicia. Camilo Bustos Montoya 2009 El surgimiento del capitalismo A partir del siglo XII se produjo un incremento del comercio de los excedentes agrícolas, reactivando el comercio local. Con el tiempo, fueron apareciendo mercaderes y comerciantes que recorrían pequeñas distancias para vender sus productos, artículos de primera necesidad como la sal, cereales, lana o miel, aunque luego incorporaron productos de mayor valor como perfumes, telas lujosas, especias y tintes. Surgen las ferias que se celebraban en fechas y lugares establecidos, como los cruces de los caminos o cerca de ríos. Eran centros de intercambio donde se reunían mercaderes de distintos lugares. Las más importantes eran las de Champagne en Francia, que enlazaban los mercados del Mar del Norte con Italia. Posteriormente se agregaron otros centros como los Países Bajos y la Gran Bretaña. A este comercio local se agrega un cada vez más importante comercio internacional a gran escala, especialmente en Italia y los Países Bajos que unían Europa con Oriente. Camilo Bustos Montoya 2009 En Florencia, Italia, el comercio al por mayor significó el desarrollo de instrumentos financieros como letras de cambio, surgiendo bancos especializados en este tipo de comercio. En los Países Bajos, especialmente en lo que hoy es Bélgica, destacaron ciudades como Brujas, Bruselas y Lieja las que se convirtieron en lugares permanentes de operaciones comerciales. Las cruzadas en Oriente fueron un factor muy importante para el desarrollo del intercambio comercial en el Mediterráneo. Venecia, Génova y Pisa, prácticamente monopolizaron el comercio con el mundo islámico y Constantinopla. Venecia, en particular logró un importante desarrollo a raíz del comercio que se manifestó en la creación de un verdadero imperio marítimo en el Adriático y el control de una serie de factorías ubicadas en distintos puntos del Mediterráneo. En el Báltico y el Mar del Norte, se concentró el otro gran circuito comercial a través de la Liga Hanseática o Hansa (1369) integrada por ciudades de la actual Alemania como Lübeck, Colonia, Brunswick y Dantzig (en Polonia), a las que luego se unieron Hamburgo, Bremen, Hannover, Riga, Brujas, Leipzig, Novgorod, entre otras. Centrada en el comercio de trigo, pieles, pescado, lana, hierro, etc, llegando a puntos tan distantes como Londres en Inglaterra y Novgorod en Rusia, tuvo su auge a fines del siglo XIV Camilo Bustos Montoya 2009 El aumento de los bienes intercambiados fue tan considerable, que el sistema económico se hizo muy complejo. Esta situación provocó un resurgimiento de la economía monetaria. Diferentes monedas comenzaron a circular por Europa, desarrollando un tipo de comercio mercantil que fue la base para el surgimiento de la burguesía, un grupo que basa su poder en la acumulación de capital. A raíz de ello el crédito se hizo cada vez más común, surgiendo la banca. Los créditos a príncipes, a la Iglesia y a señores feudales contribuyeron a acumular enormes sumas de capital en manos de burgueses, aumentando el poder de éstos y permitiendo el desarrollo del sector financiero, generando grandes fortunas. Los judíos constituyeron una fuerza económica importante, realizando importantes operaciones comerciales y financieras y lucrando con los intereses de los préstamos. El intercambio entre las ciudades provocó el surgimiento de una densa red de caminos que conectaron a las ciudades europeas, pero que al mismo tiempo atrajeron un importante bandidaje. Para protegerse y a la vez defender sus intereses, los comerciantes organizaron las guildas o hermandades que organizaban las ferias y controlaban la seguridad en las rutas. Camilo Bustos Montoya 2009 Principales zonas comerciales durante la Baja Edad Media RESURGIMIENTO URBANO Crecimiento demográfico Resurgimiento del Comercio Burgos Nueva jerarquía urbana Ferias Autonomía política Municipios BURGUESÍA Nobles Urbanos (Propietarios) Artesanos GREMIOS Manifestaciones culturales Aumenta el poder de los reyes Románico Gótico Las ciudades forman Ligas Créditos Bancos Universidades Comercio Mercado CAPITALISMO Expansión El Arte Románico Se desarrolla hacia el siglo XI, surgiendo en Inglaterra y Francia para luego expandirse por España, Alemania e Italia. Recogió elementos de los estilos romano, bizantino, germánico y árabe. Constituye un arte eminentemente religioso, místico y con una gran carga emotiva, siendo una expresión de la idea de cristiandad cumplió una función esencialmente pedagógica. Los motivos del arte románico fueron principales escenas de la vida de Jesús y pasajes bíblicos, aunque también temas vinculados a vicios y virtudes, a monstruos y animales mitológicos o a la vida cotidiana. En la pintura, los personajes se representaban en distintos tamaños, según su importancia. Se utilizaban colores intensos y se privilegiaba el simbolismo por sobre la realidad. En escultura, destacó la monumentalidad, recurriendo a la simbología en la representación, todo bajo estrictas normas iconográficas. En la arquitectura, destacaron sobre todo las iglesias, con pilares de piedra para sostener las enormes bóvedas que representaban al cielo. La escasa luz en el interior era un llamado al recogimiento. Entre los exponentes del arte románico, podemos mencionar la Abadía de Cluny, las catedrales de Santiago de Compostela, Pisa, San Marcos de Venecia. Camilo Bustos Montoya 2009 El Arte Gótico Surgió en el siglo XII, alcanzando su mayor desarrollo en el XIII, sobre todo en Francia. Es un arte eminentemente urbano, de carácter religioso, pero que a la vez exaltó el poder de la monarquía, reflejando de paso las aspiraciones de la burguesía. En pintura se produce un gran desarrollo de la pintura sobre vidrio (vitrales) que en el siglo XIII adquiere un mayor realismo representando escenas de la vida cotidiana, influyendo también en la orfebrería, esmaltes, marfiles y miniaturas. En la escultura se produce un gran desarrollo de la estatuaria, y si bien no deja de lado la simbología adquiere un mayor naturalismo, supeditado a la experiencia cristiana. En arquitectura destacaron las grandes catedrales. El gótico significó la renovación de la técnica constructiva, permitiendo alzar las construcciones a grandes alturas, se impone el arco ojival. En el interior de las iglesias y las dimensiones se dilatan hacia lo alto y lo largo, y se caracteriza por fachadas con una extraordinaria decoración escultórica, con techos agudos. La luz que irrumpe por los vitrales hacia el interior a raudales, aporta intensidad a la dualidad altura-longitud. Como ejemplos del gótico encontramos las Catedrales de Chartres, Burgos, Notre Dame de Reims, Notre Dame de París, Amiens, Brujas. Camilo Bustos Montoya 2009 Vitrales de la catedral de Chartres. Francia Chartres (interior) Catedral de Notre Dame, Chartres Catedral de Burgos Las Universidades y la Escolástica Hacia el siglo XII aparecen las escuelas episcopales, bajo administración de los domínicos, destinadas a formar los cuadros directivos de la orden, los cuadros jerárquicos de la Iglesia y especialmente a los obispos. En las ciudades surgen las escuelas municipales, donde los mercaderes formaban a sus hijos en las ciencias que juzgaban necesarias como el cálculo y el derecho civil, estas escuelas, especialmente en Italia contribuyeron a la difusión de las ciencias profanas en occidente y a la salvaguarda del legado griego y oriental. Hacia el siglo XIII, los profesores y alumnos de estas escuelas decidieron agruparse, formando su propia corporación o universitas. Gracias al apoyo de los reyes y Papas, escaparon a la tutela del obispo o de la Comuna, logrando que se rigiesen y gobernasen por reglamentos propios, elaborados por sus miembros. La enseñanza universitaria tenía dos niveles y se impartía en las Facultades, que generalmente eran cuatro: Camilo Bustos Montoya 2009 - La Facultad de Artes (nivel inferior) por la que pasaban todos los estudiantes; allí se seguían los tradicionales cursos del Trivium (Gramática, Retórica y Dialéctica) y el Quadrivium (Aritmética, Geometría, Astronomía y Música). Los estudiantes podían tener el grado de bachillerato y luego el de licenciado. Tres facultades especializadas: Teologia, Derecho y Medicina, donde se finalizaba con el título de doctor. En las Universidades se estudiaba el derecho romano, el pensamiento de Aristóteles, llegado a través del pensamiento árabe, entre otros puntos. Las clases eran en latín y en forma oral buscando desarrollar la capacidad de raciocinio, desarrollándose la idea de cátedra y tesis. Las principales universidades fueron las de Bolonia, París, Montpellier, Oxford, Cambridge, Salamanca, Sevilla, Coimbra, Praga, Colonia, entre otras. Universidad de Oxford La Escolástica La escolástica es la filosofía cristiana de la Edad Media. El origen de ésta se relaciona estrechamente con la función de la enseñanza. El objeto de la escolástica es encontrar la verdad revelada, por lo que la tradición religiosa es el centro y la norma de la investigación, para lograr su objetivo, el hombre debe apoyarse en las auctoritates, es decir, autores especialmente inspirados y sostenidos por la gracia divina. La filosofía escolástica se constituye en base a la relación entre razón y fe, aunque la primera estaba sometida a la segunda, a pesar de ello, la escolástica incentivó la especulación y el razonamiento. Los principales exponentes de la escolástica son Pedro Abelardo, San Anselmo de Aosta, Santo Tomás de Aquino, Duns Escoto y Guillermo de Occam. Tomás de Aquino El Desarrollo de los Estados Monárquicos. Inglaterra. Conforme el sistema feudal se debilitaba, algunos reyes comenzaron a recuperar su poder, a través de un proceso de unificación política y territorial que favoreció la consolidación de las monarquías nacionales. En Inglaterra, el poder real se consolida ya en la época de la conquista normanda, situación que se refleja en la sorprendente encuesta del Domesday Book, ordenada por Guillermo el Conquistador. El éxito de la monarquía inglesa se pudo deber por: - las tradiciones anglosajonas que permitían al rey disponer, en ciertas ocasiones, del apoyo de todos los hombres libres, sometidos a una ley común y gobernados por asambleas locales. - el carácter militar de esa monarquía, que establecida por la conquista, se ocupó rápidamente de dominar el país. Durante los gobiernos de Enrique II (1154-1189) y en parte en el de Ricardo Corazón de León, el rey impuso su voluntad a los barones y sometió a los señores a su obediencia, consolidando un fuerte gobierno central cuya base eran los funcionarios del rey. Enrique sometió bajo su poder a la Iglesia de Inglaterra, situación que provocó el enfrentamiento con el arzobispo de Canterbury, Thomas Becket. El asesinato de éste en 1170, provocó un sentimiento masivo de oposición, por lo que el soberano hubo de hacer pública penitencia. Sin embargo, el poder del rey, a pesar de lo anterior, logró consolidarse. Camilo Bustos Montoya 2009 Vitral que representa a Thomas Becket Tras la muerte de Ricardo, la monarquía se vio amenazada durante los reinados de Juan Sin Tierra (1199-1216) y Enrique III (1216-1272) debido a las sublevaciones de los barones. Estos impusieron en 1215 la Carta Magna que establecía que el Rey no estaba por sobre la ley, a través del Parlamento, la nobleza y parte de la burguesía alcanzaron un grado importante de unidad y estuvieron dispuestos a defender sus intereses. El reinado de Eduardo I (1272-1307) supuso una nueva restauración de la autoridad real, su prestigio aumentó tras la conquista de Gales y Escocia (1296) que buscó lograr la unidad de la isla bajo una sola corona. Sin embargo, su hijo Eduardo II (1307-1327) no logró seguir la política de su padre, perdiendo Escocia tras ser derrotado por Robert Bruce en la batalla de Bannockburn (1314), y sentir la rebelión de los nobles que lo hicieron abdicar en 1327. Con Eduardo III (1327-1377), los intereses del rey fueron defendidos por una serie de nuevas instituciones y una cada vez más sólida burocracia. Sir William Wallace, héroe de la guerra que Escocia entabló con Inglaterra para evitar la dominación encabezada por Eduardo I. En 1297 derrotó al ejército inglés en Stirling; siendo luego derrotado en la batalla de Falkirk. En 1305 fue capturado en Glasgow, siendo descuartizado por los ingleses. Tras su muerte, Robert Bruce continuó la lucha por la independencia de Escocia, venciendo en la batalla de Bannockburn. Francia Entre los siglos IX y XII, el poder político en Francia se hallaba muy fragmentado, lo que refleja la debilidad del Estado y su incapacidad para ofrecer protección y justicia. El poder efectivo quedaba en manos de los distintos señores feudales: los Capeto sólo tuvieron una autoridad simbólica dada por la consagración y el prestigio personal de determinado monarca. Sin embargo, a contar del siglo XI, los reyes comenzaron a utilizar las instituciones feudales en su provecho: exigió el supremo homenaje de sus vasallos (homenaje ligio), exigencia de ayuda militar y ayuda financiera de sus aliados y el clero. Con Luis VI el Gordo (1108-1137) el orden real comienza a suplantar al orden feudal: la corte que hasta entonces era el mero entorno del monarca, se transforma en una organización burocratizada y efectiva de gobierno, profesionalizando a los miembros de ésta, desde el reinado de Felpe Augusto (1180-1223). El reinado de Felipe Augusto es decisivo en la construcción del Estado francés debido a la expansión territorial llevada a cabo por este monarca, conquistado la Normandía, Anjou y Poitou. La unificación de Francia se logró bajo los reinados de Luis VIII (1223-1226) y Luis IX (1227-1270). Con Felipe IV el Hermoso (1285-1314), la consolidación de la autoridad real y el centralismo administrativo alcanzan un gran impulso, al someter bajo su autoridad a la nobleza, la burguesía y el papado. Coronación de Felipe Augusto Felipe IV fundamentó su política a través de la colaboración de jurisconsultos salidos generalmente de las filas de la burguesía. Guiado por ellos se enfrentó al papa Bonifacio VIII. El rey establecía la independencia del poder temporal y las libertades de la iglesia de Francia respecto al ideal teocrático, imponiendo una tributación al clero. El papa se opuso y al intentar excomulgar a Felipe, fue tomado prisionero y torturado en su residencia de Anagni, falleciendo al poco tiempo. En su reemplazo se nombro a un papa francés: Clemente V, quien trasladó la sede papala Avignon. (1309) Felipe se impone también a los Templarios, que entonces se habían hecho muy ricos a raíz de los préstamos, siendo el rey uno de sus deudores. Luego de un sorpresivo arresto masivo y un proceso judicial extremadamente inicuo, fueron ejecutados en 1314. De esta forma, el siglo XIII es un periodo de organización de los reinos de Francia e Inglaterra, de estabilización, aunque presenta caracteres opuestos en ambos casos. Inglaterra marchó desde un régimen monárquico bastante centralizado hacia una monarquía limitada por un parlamento que representaba a la nobleza y a la burguesía. Francia, en cambio, marchó desde una monarquía feudal hacia un régimen cada vez más centralizado gracias a la coalición de la monarquía con la burguesía. Felipe IV, “el Hermoso”. La Reconquista de España La reconquista aparece como una doble empresa. Por una parte los príncipes del oeste (Asturias y León, primero, y Castilla y Portugal, después) dirigieron a sus ejércitos hasta el estrecho de Gibraltar. Por otra parte, los príncipes del este (Barcelona y Aragón), después de una difícil campaña por la posesión de Valencia, fundaron un gran imperio marítimo orientado hacia el mar Tirreno. Aun cuando España fue invadida por los musulmanes en 711, con relativa facilidad, hacia el 718 comienzan los primeros indicios de resistencia por parte de los cristianos, en Covadonga, donde Pelayo, el primer héroe de la reconquista logra una victoria frente a los musulmanes. Con Alonso I (741-754) se multiplicaron los ataques hacia el sur, estableciendo la capital en Oviedo y conquistando la Galicia. Durante el Imperio Carolingio se estableció la Marca Hispánica que se consolidó con la ocupación de Barcelona en 801. sin embargo, esta iniciativa quebró al debilitarse el Imperio Carolingio, provocando la división entre los distintos condes. Las peregrinaciones a Santiago de Compostela y la llegada de gran número de peregrinos a este territorio hicieron de España una suerte de Tierra Santa y la Reconquista cobró un cariz de Cruzada, intensificándose la lucha contra el sur musulmán. Con Alonso III se produce la fundación del reino de Castilla y con Sancho el Mayor se consolidó el poderío del reino de Navarra. Camilo Bustos Montoya 2009 El proceso de expansión, por parte de Castilla continuó con Alfonso VI, quien conquista Toledo (1085), estableciendo también un cobro de tributos a los señores musulmanes, en este contexto se inscriben las hazañas de Rodrigo Díaz de Vivar (El Cid) considerado un héroe de la Reconquista. Con Alfonso VII se produce la batalla de las Navas de Tolosa (1212) considerada una victoria clave sobre los musulmanes, permitiendo la expansión hacia el sur (Sevilla es ocupada en 1246). Con Alfonso X, el Sabio, los castellanos se dedicaron a fortificar y consolidar sus posiciones. Este rey establecerá las Partidas, que serán la base para la legislación hispana. En las provincias orientales, Ramón Berenguer IV (11311162) consolidó la unión de Cataluña y Aragón. Jaime I logró conquistar Mallorca (1214) y Valencia (1237) A partir de la toma de Valencia, Aragón inicia un proceso de expansión hacia el Tirreno, conquistando Sicilia y Cerdeña. Con Alfonso V (1416-1458), Aragón logra su máximo esplendor al dominar un vasto imperio mediterráneo que abarcaba Aragón, Cataluña, el Reino de Valencia, las Baleares, y el sur de Italia (Nápoles y Sicilia) A fines del siglo XIV Portugal lograba consolidar su independencia al expulsar a los musulmanes y luego vencer a los castellanos en Aljubarrota (1385), consolidándose la dinastía de Avis. La Reconquista estuvo paralizada hasta 1460 aproximadamente, con el matrimonio de los Reyes Católicos, Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, se unen ambos reinos surgiendo el Reino de España, culminando la reconquista con la toma de Granada y la expulsión de los musulmanes encabezados por Boabdil en 1492. El Cid. Héroe de la Reconquista de España El Cisma de Occidente Tras la muerte del papa Bonifacio VIII quien se había propuesto reivindicar la primacía papal en 1302, fue nombrado como sucesor un francés, Clemente V, quien a instancias del rey Felipe IV el hermoso, trasladó la sede papal a Avignon (1309), de esta forma el papado quedó bajo la tutela de los reyes franceses. Esta situación se mantuvo hasta que el papa Gregorio XI (1370-1378) intentó devolver la sede papal a Roma. Sin embargo, la acción combinada de las influencias políticas y las ambiciones personales agudizaron el problema. Tras la muerte de Gregorio, fue designado en Roma el papa Urbano VI, quien debió enfrentar la rebelión de una parte de la curia que eligió un segundo papa en la persona de Clemente VII, iniciándose un periodo en el que la Iglesia latina tuvo dos papas: uno en Roma y el otro en Avignon. Durante este Gran Cisma se enfrentaron intereses opuestos en torno a la potestad de nombrar los cargos eclesiásticos, los cuales entregaban sustanciosas ganancias tanto a quienes otorgaban el nombramiento como a los que lo recibían, de ahí gran parte del interés por controlar al papado. A ello se suma el apoyo prestado por uno u otro estado a alguno de los papas, un apoyo indiscutible para el favorecido, que paralelamente a la afirmación de los estados permitía consolidar las exigencias nacionales al interior de cada iglesia. El Cisma duró aproximadamente cuatro décadas y su final ocurrió básicamente por obra de los poderes laicos, en especial del emperador Segismundo de Luxemburgo, y no tanto por la actitud de lo prelados, incluso en un momento hubo tres papas, a contar de Alejandro V, en Pisa. Tras el Concilio de Constanza (1417) que depuso a los tres pontífices y nombró a Martín V en Roma, la Iglesia volvió a estar unificada. La Guerra de los Cien Años (1337-1453) La Guerra de los Cien Años es un conflicto que enfrentó a Francia e Inglaterra a fines de la época medieval, causando graves trastornos a ambos países, pero fortaleciendo, al mismo tiempo, el poder de las monarquías y su carácter identitario. La Guerra se inicia a partir de un conflicto feudal, combinado con las aspiraciones de varios candidatos al trono de Francia. En 1328 fallece Carlos IV, el último de los reyes Capeto, sin dejar herederos. La sucesión al trono francés fue disputada por Felipe de Valois, el rey de Navarra Carlos el Malo, y Eduardo III, rey de Inglaterra. La corona recayó en Felipe VI Valois. Sin embargo, Eduardo, quien poseía territorios en Francia (Guyena) quien había rendido homenaje en 1329, se negó a reconocer a Felipe e invadió Francia en 1338, obteniendo importantes victorias militares en Crecy (1346) y Poitiers (1356) donde incluso el rey de Francia, Juan el Bueno fue hecho prisionero por Eduardo, el “Príncipe Negro”, hijo del rey inglés. En 1360 se firma el Tratado de Brétigny que entregaba gran parte del sudoeste de Francia a los ingleses, a cambio de la liberación del rey Juan. Camilo Bustos Montoya 2009 Batalla de Azincourt No obstante, hacia 1364 asume Carlos V al trono de Francia, quien logra rechazar a los ingleses hasta Bordeaux y Calais, en la costa atlántica. Sin embargo, tras la muerte de Carlos V (1380) las rivalidades entre su sucesor Carlos VI y los duques de Orleans y Borgoña, más la crisis financiera y la posterior locura del rey, provocaron un clima de desorden y guerra civil. Además el asesinato de Luis de Orleans por Juan Sin Miedo de Borgoña, originó la formación de facciones rivales (armagnacs y borgoñones) que arruinaron la autoridad y prestigio del rey. De todo ello se aprovechó el rey Enrique V de Inglaterra para lanzar una nueva ofensiva que culminó en 1417 cuando el ejército inglés, utilizando grupos de arqueros armados con arcos largos derrotaron en forma aplastante a la caballería francesa en Azincourt. En 1420 con el Tratado de Troyes, Enrique V contraía matrimonio con Catalina, hija de Carlos VI, y era nombrado heredero de la corona francesa. Efectivamente, su hijo Enrique VI se convertiría en rey de Inglaterra y de una parte de Francia. En 1422, Francia se hallaba dividida en dos reinos: en el norte, Enrique VI, con sus capitales en París y Ruan, se beneficio del apoyo de los borgoñones; mientras que al sur estaba el reino de Carlos VII, con capital en Bourges. La oposición a los ingleses provocó un sentimiento popular que fue generando una identificación “nacional” con un cariz místico. Un ejemplo de ello es la figura de Juana de Arco quien encarnó este sentimiento popular, logrando importantes éxitos, como la liberación de Orleans (1429) y la coronación de Carlos en Reims, atrayendo también a la población a la causa de Carlos VII. Aun cuando Juana fue capturada por los ingleses y condenada a la hoguera, acusada por brujería, la recuperación francesa siguió su curso. En 1435, Carlos VII logró la paz con Felipe el Bueno de Borgoña y en 1436 capturaba París. En los 15 años siguientes los ingleses sufrieron múltiples derrotas hasta que fueron finalmente expulsados en 1453, con lo que Francia lograba su unificación. Aun así la Guerra de los Cien Años, debido a los gastos militares y al arrasamiento de las tierras, provocó una fuerte sangría económica en Francia. Sin embargo, logró despertar un sentimiento difuso de identidad francesa, reafirmando el poder de la monarquía. Guerra de los Cien Años Reconquista de España La Guerra de las Dos Rosas (1455-1485) En Inglaterra, la paz interna se vio seriamente comprometida por la larga minoría de edad de Enrique VI y los fracasos militares en la Guerra de los Cien Años. Mientras el bandolerismo, los desórdenes y las sublevaciones campesinas se extendían por el país y el poder real se debilitaba por la locura del rey, se produjo el enfrentamiento entre dos facciones rivales que buscaban reivindicar para sí la corona, iniciándose la Guerra de las Dos Rosas, entre la casa Lancaster (rosa roja) y la de York (rosa blanca). En 1453 el rey sufrió un primer episodio grave de su enfermedad que obligó a nombrar un Consejo de Regencia, encabezado por Ricardo Plantagenet, Duque de York, quien fue despedido, por la reina Margarita de Anjou, una vez que el rey se hubo recuperado, frustrando sus ambiciones de hacerse con el poder. (1455) Las ambiciones de Ricardo, la incapacidad del rey y el poder de Margarita provocaron el estallido de una guerra entre las dos facciones que asoló los campos ingleses. En 1460 el ejército de York logró derrotar a los Lancaster en Northampton, capturando luego a Enrique VI. Luego de un frustrado intento por deponer a Enrique, Ricardo aceptó un Acta de Acuerdo que lo nombraba sucesor del rey y Lord Protector de Inglaterra (1460). Esta situación provocó la reacción de los Lancaster, encabezados por la reina Margarita, logrando vencer en Wakerfield, donde Ricardo muere y su hijo, Edmundo, es capturado y decapitado. Debido a los pillajes causados por el ejército de la reina Margarita, la casa Lancaster obtuvo una fuerte impopularidad, siendo aprovechada por Eduardo, hijo de Ricardo quien tras vencer a los Lancaster fue coronado como Eduardo IV (1461), consolidando su poder definitivamente en 1471, tras el asesinato de Enrique en la Torre de Londres y derrotar a los últimos Lancester en Tewkesbury. Tras la repentina muerte de Eduardo (1483) se produjo una nueva lucha dinástica, debido a la minoría de edad del heredero al trono (Eduardo V). De esta forma se alzó la figura de Ricardo de Gloucester quien fue nombrado Lord Protector y regente. Posteriormente, Ricardo capturó y encerró en la Torre de la Londres al joven príncipe, de doce años, y a su hermano, de nueve, quienes fueron probablemente asesinados. Gloucester se coronó como Ricardo III. Ricardo III tuvo que enfrentar como rival a Enrique Tudor, emparentado con los Lancaster, siendo vencido en la batalla Bosworth (1485) falleciendo en combate. Enrique se casó con la princesa Isabel de York, fortaleciendo su posición y uniendo a las dos casas rivales. De esta forma Enrique VII Tudor logró restaurar el orden en Inglaterra, bajo el cetro del poder real, inaugurando la dinastía de los Tudor. Enrique VII Tudor La Europa del siglo XIV La Crisis del siglo XIV Junto con el impacto de la Guerra de los Cien Años, entre otros conflictos europeos, Europa sufrirá los efectos de una serie de graves problemas que ponen fin a la época medieval. Hacia 1250 comienza un periodo de malas cosechas en Europa, lo que sumado al aumento de la población provoco hambrunas generalizadas, debido a la baja en la producción agrícola y la destrucción de los campos durante los continuos conflictos europeos. La crisis agrícola provocó una caída en las rentas feudales, lo que llevó a los señores a imponer medidas que atentaban contra las libertades personales, llegando a un estado semiservil. Esta situación provocó un profundo descontento, agravado con la carga considerable del impuesto real (taillie) estallando graves motines en Flandes (Bélgica), Francia, Inglaterra, Cataluña, Jutlandia (Dinamarca), Finlandia y Alemania; de extrema violencia y en la que los soberanos ahogaron las rebeliones con sangre. En Francia, las rebeliones fueron conocidas como Jacquerie, y si bien tuvieron una breve duración temporal, lograron alcanzar una gran intensidad y violencia, dejando una profunda huella en la conciencia colectiva del campesinado galo. Camilo Bustos Montoya 2009 La Peste Negra Uno de los peores desastres ocurridos en el siglo XIV fue la llamada Peste Negra (o Muerte Negra) que se propagó por casi toda Europa, alcanzando enormes proporciones. Esta pandemia tuvo su origen en Asia, llegando a Europa a través de los barcos mercantes (especialmente genoveses) que comerciaban con los puertos del Medio Oriente, y es que el agente transmisor de la peste correspondía a la pulga de la rata negra, habitual “pasajero” de los navíos de la época. Debido a las malas condiciones de vida, el hacinamiento, los rudimentarios conocimientos médicos, la mala alimentación de la población, entre otros factores, la Peste Negra se expandió rápidamente por Europa, causando graves estragos en la población (existen cálculos que hablan de un tercio de la población europea como víctimas de la Peste). Entre las consecuencias principales de la Peste Negra, podemos mencionar: - Una fuerte caída demográfica en Europa, debido a la alta mortalidad y el despoblamiento de varios pueblos del continente. - Un fuerte impacto sicológico, reflejado en una nueva actitud frente a la vida y la muerte que se observa a través de las obras literarias (El Decamerón, los Cuentos de Canterbury), las expresiones artísticas o la búsqueda de una religiosidad radical que ponía énfasis en la idea del castigo divino, el “fin del mundo” y la flagelación. En el arte proliferan las “danzas macabras” El despoblamiento otorgó a las clases pobres una potencial mejora en sus condiciones de vida, debido a la disminución en el consumo de alimentos y la mayor cantidad de tierras disponibles; sin embargo, generó un conflicto con los grupos poderosos al negar éstos al orden inferior la mejor fortuna debida a la despoblación, aumentando las cargas. De esta forma, la descomposición del sistema trifuncional y las recargas hechas por la nobleza llevaron a enfrentamientos violentos en distintos puntos de Europa (ej. Jacquerie) Camilo Bustos Montoya 2009 feudal, La Peste resquebrajó las instituciones que sostenían al sistema como el señorío y la Iglesia, generándose nuevas condiciones que se proyectarían hacia el inicio de la época moderna. La Decadencia de Bizancio El año 867 se inició, con Basilio I la dinastía macedónica en Bizancio, inaugurando una etapa de resurgimiento político en la cual el Imperio logro vencer a los Búlgaros (Romano I Lecapeno, Basilio II Bulgaróctonos) e impulsó algunas campañas en Oriente (Juan Tzimiscés, Niceforo Focas), importantes avances en el plano legislativo (León VI, Constantino VII Porphyrogéneta), a lo que se suma la misión evangelizadora por parte de Cirilo y Metodio a Moldavia, Rusia, Bulgaria, entre otros países eslavos. Tras la muerte de Basilio II Bulgaróctonos (1025) se acaba la etapa de esplendor de la dinastía macedónica: la paz reinante no fue bien aprovechada por sus sucesores, provocando un “adormecimiento” del cual derivaron serias consecuencias para el futuro, se produce la disolución de la pequeña propiedad, entrando Bizancio a una etapa semifeudal, con graves derivaciones militares y fiscales que redujeron los recursos y la eficacia del Estado. A ello se suma la debilidad de los sucesores del Bulgaróctonos: al breve reinado de Constantino VIII, lo suceden una serie de emperadores débiles controlados por sus hijas Zoe y Teodora. A la muerte de esta última (1056) se extingue definitivamente la dinastía macedónica. Tras la extinción de la dinastía macedónica, se produjeron una serie de luchas partidarias que provocaron el descontento por parte de los sectores más perjudicados y en el que se suceden una serie de emperadores de escasa duración. La grave derrota militar que los bizantinos sufren en Manzikert (1071), a manos de los turcos seldjúcidas y que le cuesta el trono a Romano IV Diogenes, sumado a la pérdida del sur de Italia, a manos de los normandos, son un reflejo de la decadencia que Bizancio alcanza en esta época. Camilo Bustos Montoya 2009 Basilio II Bulgaróctonos El año 1081, llega al trono Alejo I Comneno (1081-1118), un hábil emperador que logró detener por un tiempo el proceso de descomposición del Estado e incluso fue capaz de devolverle a éste parte de su antigua gloria; situación que aumentó con el reinado de su hijo Juan II Comneno (1118-1143) y su nieto Manuel I (1143-1180). No obstante, esta suerte de recuperación que vive el Imperio durante el gobierno de Alejo, se inicia un periodo que afectará gravemente al Imperio: las Cruzadas, que lo expondrán paulatinamente a las ambiciones de Occidente, hasta que en 1204 se produzca la invasión por parte de los Cruzados y la caída de la propia Constantinopla en manos de occidente, durante la Cuarta Cruzada. Tras la Cuarta Cruzada, se establece el Imperio Latino de Constantinopla (1204-1261) en manos de los cruzados, mientras que los bizantinos formaron tres reinos paralelos con pretensiones de ser los verdaderos representantes de Bizancio: el Imperio de Nicea, fundado por Teodoro I Láscaris, el Imperio de Trebisonda y el Despotado de Épiro. En 1261, se produce la recuperación de Constantinopla por los bizantinos, a través de Miguel VIII Paleólogo, emperador de Nicea, iniciándose una última etapa de lenta agonía por parte del Imperio Bizantino, agotado ya por su lucha con Occidente y amenazada por el peligro de los Turcos Otomanos, a ello se agregan la fuerte sangría económica tras el gobierno de Miguel VIII, y los efectos causados por la Guerra Civil entre Juan V y Juan VI Cantacuceno, y la Peste Negra. De esta forma, cuando en 1453, el turco Mehmet II, conquiste Constantinopla, el Imperio Bizantino será solo un imperio moribundo, constituyéndose éste episodio en sólo un golpe final en esta larga decadencia. La Invasión Otomana El Imperio Otomano nace hacia el 1300 en el noroeste de Anatolia (Turquía), siendo uno de los muchos principados que habían surgido en la zona durante las dos últimas décadas del siglo XIII, con motivo del debilitamiento seldjúcida y bizantino en la región a raíz de la invasión mongola. Si bien fue un tal Osman el fundador del Imperio Otomano, será su hijo Orján (1324-1362) quien siente las bases para su futuro poderío, conquistando ciudades como Nicea y Nicomedia y sometiendo algunos de los reinos vecinos. Sus sucesores, Murat y Bayaceto, seguirán la expansión osmanlí hacia Europa, derrotando a los búlgaros, en Adrianópolis (1369),servios (en Maritza (1371 y Kosovo Polje (1389) y valacos (rumanos). En 1394, Bayaceto pone sitio a Constantinopla, la cual no podría resistir sin la ayuda de Occidente. De esta forma, a instancias del rey Segismundo de Hungría se lanzó una cruzada contra los turcos, al mando del conde de Borgoña Juan Sin Miedo, siendo derrotada en Nicópolis (1396). Una nueva invasión de los mongoles (1400-1405), esta vez encabezados por Tamerlan, frenó el impulso de los otomanos al ser éstos derrotados en la batalla de Ankara, donde Bayaceto es capturado, falleciendo en cautiverio, lo que generó una guerra civil entre los sucesores y una suerte de respiro para Bizancio. La división del Imperio Otomano y las guerras civiles culminaron con la hegemonía de Mehmet I (1413-1421) y el advenimiento de su hijo Murat II (1421-1451) quien junto con someter a sus competidores al trono y derrotar a los emiratos de Anatolia, logró importantes triunfos en Europa al vencer al valaco Vlad Dracul, capturar la ciudad de Tesalónica, poner sitio a la ciudad de Belgrado y derrotar al ejército húngaro del rey Ladislao en Varna (1444) y de Juan Hunyadi en Kosovo (1448). A la muerte de Murat, lo sucede su hijo Mehmet II (1451-1481) quien logra conquistar Constantinopla (29 de mayo de 1453), donde fallece el propio emperador bizantino, Constantino XI, defendiendo la ciudad, poniendo fin al Imperio Romano Oriental y estableciendo una nueva capital en el Imperio Otomano: Constantinopla que desde ese momento se llamaría Estambul (Istanbul). Tras la conquista de Constantinopla, el Imperio Otomano se expande conquistando Serbia (1459), Valaquia (1462) donde derrota al voivoda Vlad “el Empalador”, Bosnia (1463). Más tarde, durante el gobierno de Solimán el Magnífico, los turcos derrotaban a los húngaros en Mohacs y amenazaban Viena. De esta forma, se consolida el poderío del Imperio Otomano en la región, estableciendo un férreo control, a través de un poder centrado en la persona del Sultán, manteniéndose hasta el siglo XIX, siendo un factor importante para la separación entre oriente y occidente. Harem del Palacio Imperial de Topkapi, en Estambul Mehmet II, El Conquistador Hacia una nueva época… El panorama europeo, hacia mediados del siglo XIV, refleja una serie de cambios que están transformando fuertemente la civilización medieval. A la formación de los estados monárquicos en Occidente, a raíz de la Guerra de los Cien Años, en Francia e Inglaterra; o la Reconquista, en España y Portugal. Se suman los efectos causados por la Peste Negra, las hambrunas y la invasión turco otomana en oriente, que causó la caída del Imperio Bizantino. En el Sacro Imperio, el poder del emperador se debilita ante las rivalidades internas y la cada vez mayor autonomía de los principados alemanes. En Italia, el papado se resiente fuertemente debido a los efectos del Cisma de Occidente, mientras que paralelamente la burguesía comienza a adquirir un mayor grado de autonomita y poder, producto de la riqueza de las ciudades italianas, especialmente Venecia y Florencia. En estas últimas comienza a desarrollarse un tipo de literatura burguesa, cada vez más crítica con la sociedad de su época y de un carácter cada vez más humanista, destacan Petrarca, Bocaccio y especialmente Dante de Alighieri. También en el plano cultural, la emigración de sabios bizantinos a Occidente, especialmente a Italia, permitiría un mayor conocimiento de la vieja cultura grecolatina, constituyendo la base para el pensamiento humanista y el renacimiento. El desarrollo de la navegación en la Península Ibérica, la aplicación de las técnicas e instrumentos como la brújula y el astrolabio, el mayor contacto con Oriente a raíz de la expansión económica, serian factores esenciales para la expansión europea y los grandes descubrimientos que se inician en la segunda mitad del siglo XV. De esta forma, en el plano político, militar, social, económico y cultural el siglo XV es una etapa de transición que conducirá a la transformación del mundo medieval y al surgimiento del mundo moderno… Camilo Bustos Montoya 2009 Para complementar: Romero, José Luis. La Edad Media. Santiago. 1994. Marín, José. Cruzada, guerra santa y yihad. La Edad Media y nosotros. Valparaíso. 2003. Heers, Jacques. La primera cruzada. Santiago. 1997. Houraní, Albert. La Historia de los Árabes. Barcelona. 2003. Huizinga, Johan. El Otoño de la Edad Media. Madrid.1967. Malleros, Fotios. El Imperio Bizantino. 395-1204. (Historia, cultura y derecho) Santiago. 1951. Bréhier, Louis. La Civilización Bizantina. México. 1955. Duby, Georges. El Año Mil. Barcelona. 2000 Le Goff, Jacques. El Hombre medieval. Madrid. 1995. Le Goff, Jacques. La Baja Edad Media. Madrid. 1971. Bloch, Marc. La Sociedad Feudal. Madrid. 1986. Imber, Colin. El Imperio Otomano. Barcelona. 2002. Maalauf, Amin. 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