Download Unidad 4 -DSI - Arquidiócesis de San José

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Transcript
Módulo 6
Identificar los principios y valores fundamentales de la DSI
para inspirar en los
miembros de la Iglesia el compromiso
con los procesos de
cambio personal y
social en la instauración del Reino de
Dios.
Principios y valores
Doctrina Social
de la Iglesia
 Los principios como criterios
de convivencia social.
 Descripción de los principios
de la DSI.
 Los valores fundamentales
de la DSI.
 Descripción de los valores
fundamentales.
En la unidad anterior se analizó la dignidad de
la persona y su dimensión social como fundamento de donde brotan los demás principios
que orientan y regulan la vida social.
La DSI se comprende como un
proceso de reflexión en el que se
discierne la voluntad de Dios
sobre las personas y sobre la
vida social, política, económica
y cultural.
Estudiaremos los elementos que la DSI ofrece
para analizar la realidad, discernir en ella el
plan de Dios y transformar su entorno social.
Estos son los llamados principios de la DSI y
se analizarán en esta unidad cinco de ellos :
 el bien común.
 el destino universal
de los bienes.
 subsidiaridad.
 participación.
 solidaridad.
Estos principios han de comprenderse y
aplicarse de manera que expresen su unidad,
conexión y articulación, para que sea
auténtica DSI.
4.1. Los principios como enseñanza social
y criterios de convivencia social
Estos principios y valores son la base de la DSI y
forman parte de la enseñanza moral de la
Iglesia.
“Es Magisterio auténtico, que exige la aceptación y
adhesión de los fieles” (CDSI, 80).
Los principios fundamentales y los valores
permanentes de la DSI pueden ser comparados con una “caja de herramientas”
que facilita a las personas en sociedad
el poder construir una sociedad más
justa, solidaria y fraterna inspirada
en el plan de salvación de Dios.
Estos principios deben ayudar en el proceso
de conocer, juzgar y transformar la realidad
social.
Los principios se asemejan a
un foco de luz que se proyecta sobre la realidad para
compararla con la visión
cristiana del ser humano y de
la sociedad, para cambiar la
realidad en que se vive según
estos cristianos criterios.
Los principios representan la parte teórica de
la DSI porque recogen conceptos y doctrinas
que proponen una visión del hombre y de la
sociedad.
Al mismo tiempo,
inspiran e impulsan
a realizar el orden
social propuesto.
A la vez, son principios universales que
pueden ser aceptados por todos, ya que
expresan ciertamente verdades de fe, pero
también elementos del orden moral natural
común a todo ser humano.
4.2. Descripción de los principios de la DSI
4.2.1. El Bien Común
¿Qué es el bien común?
Es "el conjunto de condiciones de la vida
social que hacen posible a los grupos y a
cada uno de sus miembros el logro más
pleno y más fácil de la propia perfección".GS 26
 Es el fin al que debe aspirar toda sociedad
humana.
 Es un bien, porque es conveniente para el
desarrollo de cada persona.
 Es común, porque está al servicio de una comunidad y todos los miembros de una sociedad pueden participar y beneficiarse.
 Tiene prioridad frente a bienes particulares
o sectoriales.
 Es el bien del todo y de cada una de las
partes.
Por ejemplo: el bien que procede de la paz, la seguridad
ciudadana o un medio ambiente saludable para las personas.
El bien común "pone de relieve el sentido
humano y la capacidad para animar las estructuras sociales en su totalidad y en cada
uno de sus sectores concretos, estimulando
las transformaciones en profundidad, según el criterio de la justicia social" (MM 67).
El bien común conlleva tres
elementos esenciales (CCE 1925):
 el respeto y la promoción de los derechos
fundamentales de la persona.
 la prosperidad o el desarrollo de los bienes
espirituales y temporales de la sociedad.
 la paz y la seguridad del grupo y de sus
miembros.
El principio del bien común se puede resumir en:
 Condiciones sociales externas convenientes:
 paz  justicia  seguridad  libertad social.
 Necesidades materiales básicas:
 trabajo  alimentación  vivienda  cuidado
de la salud  educación  descanso.
 Justa distribución de los bienes, de tal modo
que no se produzcan desigualdades.
 Adecuada organización social en la que cada
sociedad ha de responder a algún aspecto del
bien común o a un bien común propio, de
acuerdo con el fin común de toda institución
-la persona humana- y a su fin propio.
4.2.2. Destino universal de los bienes.
En el relato de Gn 1, 26- 29 se narra el encargo de
Dios a los primeros padres de cuidar y beneficiarse de los recursos de la tierra.
De este mandato
se desprende
este principio del
destino común de
los bienes de la
creación.
Estos bienes tienen que llegar a todos
de manera justa y solidaria.
Y los bendijo, diciéndoles: «Sean fecundos, multiplíquense, llenen la tierra y
sométanla; dominen a los peces del mar,
a las aves del cielo y a todos los vivientes
que se mueven sobre la tierra». Y
continuó diciendo: «Yo les doy todas las
plantas que producen semilla sobre
La tierra, y todos
los árboles que dan
frutos con semilla:
ellos les servirán de
alimento».Gn 1, 28- 29.
La categoría ética del destino universal de los
bienes es una constante en la tradición de la
Iglesia:
pero fue adquiriendo primacía frente a la categoría socio-jurídica de la apropiación o propiedad
privada a partir del Vaticano II, GS 69 al 71. El Papa
Juan Pablo II le dedicó el capítulo IV de la CA.
“Dios ha dado la
tierra a todo
el género humano
para que ella
sustente a todos
sus habitantes, sin
excluir a nadie ni
privilegiar a
ninguno. He aquí,
pues, la raíz
primera del destino
universal de los
bienes de la
tierra”(CA 31).
El CDSI lo expone como un derecho natural, originario y prioritario; es decir, es inherente a la
persona concreta, a toda persona, y los otros derechos están subordinados a este (cfr. #172).
El ser humano
corresponde a
esta donación
de Dios
mediante el
trabajo.
Con su
inteligencia y
libertad llega
a dominar la
tierra, logrando que dé
frutos.
La remuneración del trabajo (el salario) es una
de las vías para tener acceso al destino universal
de los bienes.
Anteriormente
la propiedad se centraba en :
 la tierra.
 los medios de producción.
ahora
con la revolución tecnológica se centra en :
 la posesión del conocimiento.
 de la técnica.
 del saber.
En hacer llegar a todos esta forma moderna
de propiedad consiste la aplicación del destino
universal de los bienes.
Modalidades para tener acceso al
destino universal de los bienes:
 Salarios justos y adecuados.
 Los frutos y productos de la tierra que se
multiplican espontáneamente o con la ayuda
del trabajo humano.
 Los bienes para la vida humana que llegan a
través del Estado, a quien le corresponde
distribuir la riqueza de un país a través
de instituciones específicas.
 Las donaciones voluntarias e instituciones
sociales destinadas a compartir los bienes
necesarios con los más necesitados.
 La Iglesia también tiene una tarea de caridad
social que cumplir.
Opción preferencial por los pobres
« Este amor preferencial, con las decisiones
que nos inspira, no puede dejar de abarcar a
las inmensas muchedumbres de hambrientos, mendigos, sin techo, sin cuidados médicos y, sobre todo, sin esperanza de un futuro
mejor: no se puede olvidar la existencia de
esta realidad. Ignorarlo significaría parecernos al ‘rico Epulón’ que fingía no conocer al
mendigo Lázaro, postrado a su puerta
(cf. Lc 16, 19-31)». SRS 42.
Propiedad privada y destino
universal de los bienes
El derecho de propiedad, aunque sea legítimamente ejercido, jamás debe perder de vista este
principio.
La propiedad da cumplimiento al
derecho al uso de bienes en la
medida en que les facilita realizar
su finalidad.
Cualesquiera que fuesen las formas de
propiedad, debe considerarse siempre este
destino universal de los bienes que
constituye un derecho natural y fundamental.
El propietario
"no debe tener las cosas exteriores que legítimamente posee como exclusivamente
suyas, sino también como comunes, en el
sentido de que no le aprovechen a él solamente, sino también a los demás" (GS, 69).
En las naciones




la
la
la
la
previsión
seguridad social
cultura
educación
deben
contribuir al
destino común
de los bienes
4.2.3. El principio de subsidiaridad
El principio de subsidiaridad y el de solidaridad,
forman como dos caras de una moneda, donde
una complementa a la otra.
Toma su nombre de la palabra latina
subsidium, que significa “ayuda”.
¿Qué indica el principio de subsidiaridad?
“El principio de subsidiaridad indica que una
estructura social de orden superior no debe
interferir en la vida interna de un grupo social
de orden inferior, privándole de sus competencias, sino que más bien debe sostenerle en
caso de necesidad». Compendio Catecismo 403
Por este principio, toda instancia de
orden superior solo puede y debe
inmiscuirse en la solución de los
problemas de una instancia inferior
cuando esta no esté en capacidad de
hacerlo.
No es lícito ni justo
traspasar a la comunidad y quitar a los
individuos, grupos menores e inferiores, lo
que
ellos
puedan
realizar con su propio
esfuerzo e iniciativa.
La subsidiaridad exige reconocer aquello
que cada persona o grupo puede realizar
con su propio esfuerzo.
Toda acción de la sociedad, en virtud de su
propia naturaleza, debe prestar ayuda a los
miembros del cuerpo social, pero nunca
destruirlos ni absorberlos.
La encíclica Centesimus Annus 48 describe este
principio con las siguientes palabras, donde se
destacan cuatro verbos.
“Una estructura superior de orden superior no debe interferir en la vida interna
de un grupo social de orden inferior,
privándole de sus competencias, sino que
más bien debe sostenerle en caso de
necesidad y ayudarle a coordinar su
acción con la de los demás componentes
sociales, con miras al bien común”.
A la actuación del principio de subsidiaridad corresponde el respeto y la promoción efectiva del
primado de la persona y de la familia (CDSI 187).
Este principio aplicado en:
 LA FAMILIA Y EN LA ESCUELA: promoviendo
la iniciativa y responsabilidad personal, lo
que favorece el protagonismo, la creatividad y el desarrollo de los hijos.
La educación de los hijos es responsabilidad de la familia, y por el principio de subsidiaridad, la escuela y el Estado
ayudan a educar a los hijos.
Por ello, los padres de familia
deciden qué tipo de educación
han de recibir sus hijos y no a
la inversa, cuando es el Estado
quien les impone el tipo de
educación.
 EL ÁMBITO DEL TRABAJO : respetando
 la iniciativa
 la creatividad
la capacidad de decisión
de los trabajadores
 EL ESTADO: fomentando
 las iniciativas sociales  económicas
 políticas  culturales de la sociedad civil
sin olvidar su función supletoria y de ayuda
cuando los grupos de la sociedad lo requieran, pero sin destruir los espacios de libertad propios de la persona, de las organizaciones y sociedades intermedias.
“A la luz del principio de subsidiaridad, sin
embargo, esta suplencia institucional no
debe prolongarse y extenderse más allá de
lo estrictamente necesario, dado que encuentra justificación sólo en lo excepcional
de la situación” (CDSI 188).
“En la subsidiaridad
debe haber tanta
sociedad como
sea posible y tan solo
tanto Gobierno como
sea necesario”
4.2.4. El principio de participación
El catecismo de la Iglesia plantea el principio
de la DSI de la siguiente manera :
« La participación es el compromiso
voluntario y generoso de la persona
en los intercambios sociales. Es
necesario que todos participen, cada
uno según el lugar que ocupa y el
papel que desempeña, en promover el
bien común. Este deber es inherente a
la dignidad de la persona humana ».
CCE 1913.
LA PARTICIPACIÓN ES :
 un deber
 un derecho ciudadano de:
 asumir responsabilidades
 contribuir de manera voluntaria y generosa
en el desarrollo de la vida
 cultural
 económica,
 política
 social de la sociedad
La participación, que tiene como finalidad el
bien de los otros y de la sociedad, puede ser
muy variada, pero se inicia con las responsabilidades personales “por la atención prestada a
la educación de la familia, por la conciencia
en su trabajo” (CCE 1914).
La participación social permite el protagonismo
de las personas y la posibilidad de convertirse
en verdadero actor de la vida social y política.
Este principio se convierte en
una exigencia fundamental de
la naturaleza del ser humano
para alcanzar la realización
del bien común, de forma
organizada e intensa, en la
empresa, en el campo social
y político, etc., porque todos
somos miembros activos de
la vida socioeconómica, política y cultural (OA, 46-47).
El principio de participación se puede realizar
en los distintos ámbitos de la vida social.
Se presentan dos de capital importancia para
el bien de la sociedad :
 En la vida política
 En la vida económica
o empresarial
EN LA VIDA POLÍTICA, mediante el ejercicio de
sus libertades y de su rol cívico como constructor permanente de la vida democrática.
El desarrollo político ha de respetar y favorecer
las libertades en la vida pública con la
participación de todos .
El Papa Juan Pablo II enseñaba a los laicos:
“Para animar cristianamente el orden temporal
—en el sentido señalado de servir a la persona y a la sociedad— los fieles laicos de ningún modo pueden abdicar de la participación en la ‘política’; es decir, de la multiforme y variada acción económica, social, legislativa, administrativa y cultural, destinada a promover orgánica e institucionalmente el bien
común [...]. Esto exige que los fieles laicos estén cada vez más animados de una real participación en la vida de la Iglesia e iluminados
por su doctrina social”. ChL 42.
EN LA VIDA ECONÓMICA O EMPRESARIAL,
la encíclica Mater et Magistra (MM) propone:
“...a los trabajadores hay que darles una participación activa en los asuntos de la empresa donde trabajan, tanto en las privadas como en las públicas; participación que, en todo caso, debe tender a que la empresa sea una auténtica comunidad humana, cuya influencia bienhechora se deje sentir en las relaciones de todos sus miembros y
en la variada gama de sus funciones y obligaciones [...]
“Todo ello implica la conveniencia de que
los obreros puedan hacer oír su voz y
aporten su colaboración para el eficiente
funcionamiento y desarrollo de la empresa. Observaba nuestro predecesor, de feliz
memoria, Pío XII, que ‘la función económica y social que todo hombre aspira a cumplir exige que no esté sometido totalmente
a una voluntad ajena el despliegue de la
iniciativa individual”.
MM 91-92.
Y la Centesimus Annus CA 43, mediante la
acción de un gran movimiento asociativo de
los trabajadores, que procure alcanzar la
liberación y promoción integral de las
personas.
En la DSI se proponen
muchas formas de
concretizarse la
participación de los
trabajadores y
empresarios que bien
se pueden aplicar a
nuestra realidad.
La vida social debe favorecer el sentido de participación en todos los ámbitos de la actividad humana, para lograrlo, se deben fomentar estructuras adecuadas de colaboración que faciliten esta
participación.
Este es uno de los cometidos de las asociaciones
intermedias que además
ofrecen la oportunidad
de unir esfuerzos para :
 satisfacer necesidades
 alcanzar bienes comunes
 motivar para el servicio a
los demás (cfr. QA 84-85).
4.2.5. El principio de Solidaridad
La solidaridad se presenta como principio
social, virtud humana y virtud cristiana, que
brota de las nuevas relaciones de interdependencia entre hombres y pueblos.
« La solidaridad, que emana de la fraternidad
humana y cristiana, se expresa ante todo en la
justa distribución de bienes, en la
equitativa remuneración del trabajo y en el
esfuerzo en favor de un orden social más
justo. La virtud de la solidaridad se realiza
también en la comunicación de los bienes
espirituales de la fe, aún más importantes
que los materiales ». Compendio del Catecismo. 414.
Según el principio de la solidaridad,
toda persona, al ser miembro de la sociedad,
está indisolublemente ligada al destino de ella,
y por el Evangelio estamos unidos al destino
de la salvación de todos los seres humanos.
En razón de la solidaridad el
hombre debe contribuir con
sus semejantes al bien común de la sociedad.
Cuando los hombres, grupos, comunidades locales, asociaciones, organizaciones, naciones y continentes participan en la vida económica, política y cultural superan el individualismo social y
político.
Acceso a la información
Libertad gremial
Acceso a la educación
Deporte
Salud
Vivienda
Cultura
Libertad de culto
Trabajo
Escolaridad básica
Derechos cívicos
Educación superior
Legislación laboral
Previsión social
La solidaridad en palabras de Juan
Pablo II se entiende como una
virtud humana que se expresa en :
"la determinación firme y perseverante de
empeñarse por el bien común; es decir, por
el bien de todos y cada uno, para que todos
seamos verdaderamente responsables de
todos. Por solidaridad vemos al ‘otro’ (persona, pueblo o nación) como un ‘semejante’
nuestro" (SRS, 38,39e).
Por otro lado, la solidaridad como virtud
cristiana se reviste específicamente de
gratuidad total, de perdón y de reconciliación.
“Entonces el prójimo no es solamente un ser
humano con sus derechos y su igualdad fundamental con todos, sino que se convierte
en la imagen viva de Dios Padre, rescatada
por la sangre de Jesucristo y puesta bajo la
acción del Espíritu Santo. Por tanto, debe
ser amado, aunque sea enemigo, con el mismo amor con que le ama el Señor” (SRS 40).
La solidaridad debe llegar
principalmente a los menos
favorecidos (ancianos, jóvenes inadaptados, personas
marginadas, migrantes, personas en situación de calle)..
Actualmente, la interdependencia está favorecida por los medios de comunicación, que acerca a
los hombres entre sí y los empuja a buscar instrumentos eficaces para solucionar los conflictos
internacionales (SRS, 38-40b; CA 10c, 33 y 51).
Esta actitud solidaria
debe proyectarse :
 con los grupos
 las comunidades
 los países
a través del
compromiso en la
vida económica,
política y cultural.
La solidaridad abarca la responsabilidad con
el bien común de nuestros contemporáneos:
 resguardando las conquistas de las generaciones pasadas
 preparando un futuro más prometedor para las generaciones venideras.
La solidaridad como actitud humana,
virtud cristiana y principio de la vida
social, se concretiza en :
 una sana distribución de bienes.
 la remuneración del trabajo.
 el empeño por un orden social más
justo que considera los legítimos
intereses de los distintos sectores
de la sociedad.
 el compartir de los bienes culturales
y espirituales que favorecen aquellas condiciones de vida dignas de
la persona humana (CCE 1940-1942).
4.3. Los valores fundamentales de
la Doctrina Social de la Iglesia
“Una persona es un ser que tiene la capacidad y la misión de realizar en sí misma el
rico mundo de los valores, de ser un modelo vivo de bondad” (Dietrich Von Hildebrand).
Ya se han descrito los principios permanentes de la DSI.
Ahora conviene reconocer que en la base
de los mismos se encuentran unos valores
éticos que mueven a actuar de acuerdo
con las exigencias del bien moral.
Los valores tienen que ver con algo o alguien
que es “valioso”.
Tiene valor todo aquello que nos ayuda a ser
 personas más libres
 más desarrolladas
 más felices
Los valores son cualidades
necesarias para el perfeccionamiento de la persona
en orden a lograr un auténtico humanismo y una verdadera convivencia social.
Su fuente
más
profunda
es Dios,
primera
Verdad y
Sumo Bien.
Los valores están íntimamente relacionados
unos con otros, el rechazo u olvido de alguno,
reduce automáticamente la eficacia de los demás
Aquí es donde se nos hace
más necesario el discernimiento cristiano (descubrir
la voluntad de Dios para la
persona y para el nosotros
de la sociedad) y la auténtica sabiduría en el compromiso social a la hora de actuar según los principios y
valores de la DSI.
“La relación entre principios y valores es
indudablemente de reciprocidad, en cuanto que
los valores sociales expresan el aprecio que
se debe atribuir a aquellos determinados
aspectos del bien moral que los principios
se proponen conseguir. Ofreciéndose como
puntos de referencia para estructuración
oportuna y la conducción ordenada de la vida
social. Los valores requieren, por consiguiente, tanto la práctica de los principios
fundamentales de la vida social, como el
ejercicio personal de las virtudes y, por
ende, las actitudes morales correspondientes a los valores mismos”.CDSI 197
Valores fundamentales que la DSI ha reconocido en la vida de las personas y que se
derivan de su dignidad, a saber:
4.4. Descripción de los valores fundamentales
4.4.1. La Verdad
La persona, dotada de razón y voluntad libre,
por su propia naturaleza, tiene obligación
moral de :  buscar la verdad
 adherirse a ella y
 ordenar su vida según sus exigencias.
La verdad es importante en las relaciones humanas. El testimonio de
la verdad genera confianza mutua
y propicia el espíritu de cooperación, lo que facilita una convivencia ordenada, fructífera y propia
de la dignidad humana.
La verdad tiene que ver con
la veracidad, la sinceridad y la franqueza.
No se puede crecer y madurar
como persona (Yo-Tú), si las
relaciones humanas están basadas en : la falsedad, el engaño
o la mentira.
La mentira daña :  el prestigio
 la fama
 el buen nombre  la reputación a la que toda
persona tiene derecho.
 El juicio temerario
 la maledicencia
 la calumnia
denigran la dignidad
de las personas
(cfr. CCE, 2486).
Por el contrario, quien se esfuerza y vive en la
verdad va camino de alcanzar la sabiduría
“porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas, ninguna cosa apetecible se
le puede igualar” (Prov 8, 11).
“Nuestro tiempo requiere intensa actividad educativa y un compromiso correspondiente por parte de todos, para que la
búsqueda de la verdad, que no equivale al
conjunto de opiniones o a alguna de ellas,
sea promovida en todo ámbito y prevalezca sobre todo intento de relativizar sus
exigencias o de ofenderla” (CDSI 198).
4.4.2. La libertad
La libertad se entiende como una capacidad de
 autodeterminación propia
 de no injerencia en las decisiones
cada persona es dueña de sí misma y de sus
opciones para alcanzar el auténtico bien, en el
horizonte del bien común universal.
La verdadera libertad
es signo de la imagen
divina en el hombre.
Dios ha querido que lo busquen en libertad, se
adhieran a Él y consigan su plena perfección.
La dignidad de la persona requiere que actúe
según su conciencia y libre elección, por
convicción, no por presión exterior.
“porque mejor es
la sabiduría que
las piedras preciosas, ninguna
cosa apetecible
se le puede igualar” (Prov 8, 11).
La primera condición de la libertad es
La obediencia a la verdad sobre Dios y
sobre el hombre
es lo que permite satisfacer las propias
necesidades según una justa jerarquía de
valores, en la que se privilegia las
necesidades principales y auténticas.
Por el contrario, quien
“se preocupa sólo o prevalentemente de
tener y gozar, incapaz de dominar sus
instintos y pasiones y de subordinarlas
mediante la obediencia a la verdad no
puede ser libre” (CA 41).
El ser humano es libre cuando :
 en la verdad y con justicia
se une a los demás en el
servicio del bien común
cuando le es permitido vivir su propia
vocación:
 buscar la verdad.
 profesar sus creencias.
 expresar sus ideas.
 decidir sobre su vida.
 asumir iniciativas bajo su
responsabilidad.
“El valor de la libertad, en cuanto expresión
de la singularidad de cada persona humana,
es respetado cuando a cada miembro de
la sociedad le es permitido realizar su
propia personal vocación; es decir, buscar
la verdad y profesar sus propias ideas
religiosas, culturales y políticas; expresar
sus propias opiniones; decidir su propio
estado de vida y, en cuanto es posible, su
propio trabajo; asumir iniciativas de
carácter económico, social y político”
(CDSI 200).
4.4.3. La justicia
La justicia es la virtud moral que consiste en
dar a Dios y al prójimo lo que le es debido.
Es la virtud de la convivencia social
la que hace que el encuentro de las
personas en sociedad
no derive hacia formas de violencia
u opresión ni en un desorden que
promueva anarquía.
Con la justicia se respetan los derechos
de cada uno y se promueve la equidad
respecto a la persona y al bien común.
La Justicia se convierte en el criterio de moralidad en la relación interpersonal y social.
Este valor se hace patente
cuando la sociedad posibilita
las condiciones que permiten
a los grupos y personas
conseguir lo que le es
debido según su naturaleza
y su vocación.
La Justicia está ligada al bien común y
al ejercicio de autoridad.
La DSI promueve el respeto de las formas
tradicionales de justicia:
 la justicia conmutativa: se encarga de regular las relaciones entre las personas en el
respeto exacto de sus derechos.
Exige:
 la salvaguardia de los derechos de
propiedad,
 el pago de las deudas,
 cumplimiento de las obligaciones
libremente contraídas (CCE 2411).
 la justicia legal: que se encarga de velar por el
acatamiento de las leyes con miras al aporte
de los ciudadanos a la comunidad civil.
 la justicia distributiva: que se encarga de favorecer un reparto justo de los bienes que la sociedad debe a los ciudadanos de acuerdo con las
contribuciones y necesidades de las personas.
 la justicia social : que representa el desarrollo
de la justicia general
“es una exigencia vinculada con la cuestión social, que hoy se manifiesta con una dimensión
mundial; concierne a los aspectos sociales, políticos y económicos y a la dimensión estructural de los problemas y las soluciones correspondientes” (CDSI 201).
4.4.4. La caridad
“el amor es la respuesta al problema de la
existencia humana”. Erich Fromm
La caridad debe ser considerada como criterio
supremo y universal de toda ética social.
La caridad presupone y trasciende la justicia, si la justicia es darle a cada uno lo que corresponde, la caridad sería darle al otro
lo mío, que viene a ser un valor
superior que procede de Dios; así
ella estimula y enriquece la justicia, puesto que se convierte en la
fuente donde se desarrollan y crecen los valores.
“El hombre, más allá de la justicia, tiene y
tendrá siempre necesidad de amor” (DCE 29).
Una sociedad se hace cada vez más
humana y fraterna cuando es vivificada y
completada por el amor
 que hace propias las necesidades y
exigencias del otro.
 que intensifica la comunión en los valores
espirituales y la solicitud por las necesidades materiales.
La caridad cristiana es : “disponibilidad para
socorrer al prójimo necesitado” (DCE 30), “es
ante todo y simplemente la respuesta a una
necesidad inmediata en una determinada situación”, es “un corazón que ve dónde se necesita amor y actúa en consecuencia” (DCE 31).
Además, el ejercicio de la caridad es un
deber de toda la Iglesia, pues
“forma parte esencial de su misión
originaria, al igual que el servicio de
la Palabra y los Sacramentos”(DCE 32).
“La vida cristiana
no
se
expresa
solamente en las
virtudes personales, sino también
en las virtudes
sociales y políticas”. DI 3.
La caridad social o política
La vida de los laicos y su actividad en favor
del establecimiento de estructuras justas en
la sociedad DEBE ESTAR ANIMADA POR LA
CARIDAD: es fuerza inspiradora de la acción
individual y social, que impulsa la renovación
de las estructuras, organizaciones sociales y
ordenamientos jurídicos.
Esta forma de caridad pretende todo el bien
para la comunidad en conjunto; esto es,
eliminando los factores socioeconómicos que
causan su indigencia, los cuales no son solo
individuales sino estructurales.
Cuando hablamos de “amar al prójimo” este
“se presenta ‘en sociedad’, de modo que
amarlo
verdaderamente,
socorrer
sus
necesidades o su indigencia puede querer
decir algo diferente del bien que se le puede
hacer a nivel puramente interindividual,
amarlo en el nivel social significa, según
las situaciones, valerse de las mediaciones
sociales para mejorar su vida o también
remover los factores sociales que causan
su indigencia… Es un acto de caridad, otro
tanto indispensable, el compromiso orientado a organizar y estructurar la sociedad a
modo que el prójimo no tenga que encontrarse en la miseria” (CDSI 208).
Lecturas complementarias:
 Pontificio Consejo “Justicia y Paz”. (2004).
Compendio de la Doctrina Social de la
Iglesia. (Numerales del 160 al 208)
 Documento de Aparecida, num. del 391 al 430
 Catecismo de la Iglesia Católica, num.
del 1877 al 1885; del 1905 al 1927;
del 1939 al 1942 ; del 2411-2412
 Benedicto XVI. (2005). Encíclica Dios es Amor
num. del 26 al 31
 Congregación para la Doctrina de la Fe. (2002).
Nota doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los
católicos en la vida política.
Bibliografía recomendada:
 AA.VV. (1996). Doctrina Social de la Iglesia.
Manual Abreviado. BAC.
 Benedicto XVI. (2005). Deus Caritas Est.
 Calvo, R. (2002). La Pastoral Acción del Espíritu.
Ed. Monte Carmelo.
 García, E. (1993). La Doctrina Social de la Iglesia
en el nuevo Catecismo. Madrid: Unión Editorial.
 Madrigal, A. (2011). Comprometidos por un
mundo mejor. San José: Ed. CENACAT.
Nota: El Compendio, los documentos del Papa y de la
Santa Sede están en la página Web del Vaticano:
http://www.vatican.va