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Hacia el Domingo XX Ordinario
HACIA EL DOMINGO XX ORDINARIO
Para Orar Cada Día
el Evangelio del Domingo Próximo
Del Lunes 12 al Domingo 18 de agosto de 2013
Hacia el Domingo XX Ordinario
Orar en el Corazón del Mundo:
 Testimonios del Papa Francisco
Una fogata
Centro de Espiritualidad Apostólica San Pablo
[email protected]
Traducción y Adaptación de Vers le Dimanche
editado por Christ Source de Vie, Toulouse
1
Evangelio de Jesucristo según san Lucas
“Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo
desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un
bautismo, ¡y qué angustia siento hasta que esto se cumpla
plenamente! ¿Piensan ustedes que he venido a traer la paz
a la tierra? No, les digo que he venido a traer la división.
2
De ahora en adelante, cinco miembros de una familia
estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres: el padre
contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la
hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la
nuera contra la suegra».
3
LUN 12
MAR 13
Traer fuego
El comienzo de este evangelio es tónico: “Yo he venido a traer
fuego sobre la tierra”. Sin ir más lejos en mi lectura, hago memoria
de la utilización de la palabra fuego en la Biblia: purifica, inmola,
destruye las ciudades enemigas, verifica la calidad de un metal.
También habla de la presencia de Dios: en una columna de fuego
que guía al pueblo en su salida de Egipto, en una zarza ardiente en
medio del desierto o incluso en el Templo de Jerusalén. También
es la imagen de la Palabra de Dios, como “un fuego que devora”,
dirá el profeta Jeremías, como “lenguas de fuego”, dirá la
narración de Pentecostés. Y yo, en mi corazón, qué fuego pienso
que Jesús ha venido a traer?
Recibir un bautismo
Después del fuego, el agua del bautismo. Jesús no teme los
contrastes. Evidentemente el bautismo del que habla Jesús es
aquel en el que se sumerge en las aguas de la muerte y su regreso
victorioso. Nosotros también, a través del bautismo, sabemos ser
sumergidos en la muerte de Cristo para resucitar con él. Jesús
emplea una fuerte expresión: “Tengo que”. Como si estuviera
consciente de su misión, de aquello para lo que ha venido. Como si
nos dejara ver y oír la determinación que habita su corazón, no en
vista de una cosa por hacer, sino en vista de una realidad por
recibir y que no puede darse a sí mismo. Y yo, en mi corazón, ¿qué
deseo recibir ardientemente?
4
MIÉ 14
5
JUE 15
Finalmente, que se cumpla
Un fuego que hay que traer, pero que no está todavía
encendido. Un bautismo que hay que recibir, pero que
todavía no se ha cumplido. Estos son los pensamientos
que habitan el corazón de Jesús. Hay una especie de
urgencia, una impaciencia, un deseo más que ardiente. Y
yo, ¿qué es lo que más deseo en el mundo? Mi oración
de este día será confiar a Dios ese fuego devorador que
me habita, o remover las cenizas para encontrar en ellas
un deseo que había olvidado; o incluso confiarle este
bautismo que dormita en mí y tarda tanto en renovar mi
vida si no me entrego por completo al Espíritu Santo.
6
Cielo y Tierra
El día de hoy, la Iglesia festeja la Asunción de la Virgen
María, es decir, su elevación al cielo después de su
muerte en la tierra. Es también la fiesta de todas las
mujeres que llevan ese nombre. En este día, pido a
María que interceda por mí ante su Hijo a fin de que me
conceda crecer en la fe. Que un poco de su cielo se
arraigue en mi tierra.
7
VIE 16
SÁB 17
Seguir a Cristo divide
Estas palabras son duras. ¿Cómo puede afirmar Jesús, el príncipe de
la Paz, que en cada una de sus apariciones después de su
resurrección comienza diciendo “La paz esté con ustedes”, que trae
la división? Ciertamente estas palabras nos obligan a reconocer que
la conversión –elegir convertirnos en cristianos- no nos pone
necesariamente en la paz. La historia de los primeros tiempos del a
Iglesia está suficientemente llena de mártires para no olvidar el
precio que algunos pagaron. Esta división la conoció también Jesús
entre sus discípulos: uno de los suyos lo traiciona con un beso. Jesús
no deja a nadie indiferente. Sus palabras cortan de raíz. Señor, aleja
de mí cualquier falsa paz. Que tu palabra separe en mí la luz de las
tinieblas.
Familias separadas
Jesús no mide sus palabras: la gente de una misma
familia se volverá unos contra otros, no por cuestiones de
herencia –que es más común- sino a causa de él y de su
Evangelio. Y yo, ¿cómo hablo de la fe, de Jesús, de la
Iglesia… a los miembros de mi familia?
9
8
DOM 18
Un fuego que engendra otros
Jesús no es un incendiario: no trata de destruir el mundo con el
fuego de no sé qué cólera divina. Jesús no es un jefe de guerra: no
nos pide que nos volvamos unos contra otros en nombre de no sé
qué fe intransigente. El Evangelio transpira suficientemente la
bondad, la ternura y la misericordia como para ceder a estas sirenas
alarmistas. El evangelio de este domingo nos revela en cambio la
pasión que anima a Jesús y que puede animarnos. Un deseo loco de
ver a cada ser humano resplandecer un día con la luz de la
resurrección. Una esperanza loca de ver a los cristianos salir de su
tibieza para seguir a Jesús. En breve, ¿la urgencia del anuncio del
Evangelio nos quema a cambiar de vida?
10
Orar en el Corazón del Mundo
Intención del Papa Francisco
Oremos para que los padres y los
educadores
ayuden
a
las
nuevas
generaciones a crecer con una conciencia
justa y una vida coherente.
11
TESTIMONIOS DEL
PAPA FRANCISCO
ORAR EN LA CASA
"Francisco ha llegado de improviso, sin que nadie nos
hubiera advertido. Nos lo hemos encontrado delante,
imagínese nuestro estupor", afirmó uno de los carpinteros,
en declaraciones a la agencia de noticias italiana (9 de
agosto 2013).
Si el tiempo nos lo permite podemos planear hacer un fuego al
anochecer, una fogata hermosa que ilumine…
una suave velada, solos o con amigos… He aquí un hermoso
ejercicio al que podemos entregarnos: encender una fogata. Y no
es fácil hacerlo. Requiere paciencia y buena preparación.
Primero, para que las brasas se enciendan rápidamente,
para que luego se prenda la madera seca y poco a poco se eleven
las flamas, para finalmente atizar las brasas y que el fuego
permanezca encendido.
12
13
ORAR EN LA CASA
Y no hay nada más bello que contemplar un fuego vivo.
Podemos recordar estos fuegos que durante la vida nos
han calentado, purificado, alegrado o destruido, agobiado
o desarmado. Podemos recordar también todos esos
sueños que tuvimos o todavía hoy tenemos: nada es
nunca demasiado tarde para Dios, atrevámonos a darnos
cuenta de ello: confianza, “Yo he venido a traer fuego
sobre la tierra”.
14
“Yo he venido a traer
fuego sobre la tierra”
San Lucas 12, 49
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tu vara y tu bastón me infunden confianza.
Tú preparas ante mí una mesa,
frente a mis enemigos;
unges con óleo mi cabeza
y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu gracia me acompañan
a lo largo de mi vida;
y habitaré en la Casa del Señor,
por muy largo tiempo.
El Señor es mi pastor,
nada me puede faltar.
El me hace descansar en verdes praderas,
me conduce a las aguas tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el recto sendero,
por amor de su Nombre.
Aunque cruce por oscuras quebradas,
no temeré ningún mal,
porque tú estás conmigo:
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