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Lectio Divina
A la escucha y meditación de la
Palabra de Dios desde
la
Tradición y Magisterio
XX Domingo Ordinario
Parroquia
Santa María Magdalena
Yacuanquer
A la escucha y meditación de la
Palabra de Dios desde
la
Tradición y Magisterio
La Palabra debe ser esperada y
escuchada
Con buena disposición interior
Oración al Espíritu Santo
Con Corazón limpio y humildad
ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
(San Agustín)
Espíritu Santo, inspíranos, para
que pensemos santamente.
Espíritu Santo, incítanos,
para que obremos santamente.
Espíritu Santo, atráenos,
para que amemos las cosas santas.
Espíritu Santo, fortalécenos, para que
defendamos las cosas santas.
Espíritu Santo, ayúdanos, para que no
perdamos nunca las cosas santas.
A la escucha y meditación de
la Palabra de Dios desde la
Tradición y Magisterio
Leer bien y sin prisa
Hay que leer dos o tres veces
Aprende a conocer el Corazón
de Dios en sus Palabras
Leer bien, es escuchar bien
Lectura del Santo Evangelio según Mateo 15, 21-28
A la escucha y meditación
de la Palabra de Dios desde
la Tradición y Magisterio
«Saliendo de allí Jesús se retiró hacia la región de
Tiro y de Sidón. En esto, una mujer cananea, que
había salido de aquel territorio, gritaba diciendo:
“¡Ten piedad de mí, Señor, hijo de David! Mi hija
está malamente endemoniada”. Pero él no le
respondió palabra. Sus discípulos, acercándose, le
rogaban: “Concédeselo, que viene gritando detrás
de nosotros”. Respondió él: “No he sido enviado
más que a las ovejas perdidas de la casa de Israel”.
Ella, no obstante, vino a postrarse ante él y le dijo:
“¡Señor, socórreme! El respondió: “No está bien
tomar el pan de los hijos y echárselo a los
perritos”. “Sí, Señor - repuso ella -, pero también
los perritos comen de las migajas que caen de la
mesa de sus amos”. Entonces Jesús le respondió:
“Mujer, grande es tu fe; que te suceda como
deseas”. Y desde aquel momento quedó curada su
hija».
Palabra del Señor
Composición general del
Evangelio de San Mateo

1,1- 4,16:
Presentación de Jesús.

4,17-16,20:
Misión de Jesús.

16,21-28,20:
Pasión, muerte y
resurrección de Jesús.
Para comprender el episodio
del vigésimo domingo, es
bueno
que
miremos
la
realidad en la que vivía
comunidad de Mateo: la
mayoría de sus integrantes
tenían profundas raíces judías
y esto hacía que en muchas
ocasiones quisieran primar
sus conceptos nacionalistas
antes que el mismo proyecto
del Reinado de Dios.
Por eso, Mateo nos trae este relato para
que comprendamos tanto nosotros
como aquella primera comunidad que
en Jesús primaba más el sentido
universal de la misión del Reino que la
misma herencia judía de creerse los
únicos llamados a la salvación.
El relato se desarrolla fuera de las
fronteras de Israel, en la zona portuaria
de Tiro y Sidón, en Mateo solo dos
veces Jesús sale de las fronteras de su
nación, la primera cuando es niño y
debe ir a Egipto y la segunda vez se
presenta en este relato.
Jesús va con sus discípulos, la
gran mayoría nacionalistas de
tiempo completo y amigos de las
normas culturales establecidas,
muchas de ellas supremamente
rígidas, por eso, vemos como se
comportan al ver y sentir el grito
de aquella mujer que los sigue.
El Evangelio de Mateo describe a la
mujer como una cananea, que
tiene una hija enferma y que clama
por la liberación de su hija.
Al inicio de su encuentro con
el Maestro, solo recibe de Él
un silencio que tuvo que
taladrar el corazón de una
mujer asustada y con un
gran problema, otra persona,
fácilmente habría desistido a
su
propósito
o
habría
reaccionado
violentamente
contra
este
Maestro
extranjero.
Pero,
aquella
mujer
persiste,
aparentemente encuentra el apoyo
en el grupo de discípulos, más
desesperados por la impaciencia
que causan sus gritos que por la
compasión por ella. Pero, el
Maestro reacciona nuevamente con
una explicación teológica que va
más dirigida al grupo de discípulos
que
no
han
entendido
la
universalidad de su mensaje y que
se han quedado en el esquema
nacionalista y privilegiado de una fe
para unos pocos.
Por eso, ante esta explicación aquella
mujer
reacciona
suplicando
nuevamente, pero esta vez llegando al
límite
de
la
humildad
y
del
convencimiento de que aquel hombre,
es más que un puñado de normas y
pensamientos teológicos.
Es en este momento, cuando aparecen
los elementos que hacen que se
suscite un verdadero diálogo, ni el
Maestro, ni aquella mujer quieren
defender sus principios, lo único que
quieren es entrar en un diálogo donde
la compasión, la caridad y la verdadera
fe construyen.
Terminado el diálogo donde
cada una de las partes
expresa sus sentimientos y
verdades, el Maestro se
admira de la fe y sinceridad
de aquella mujer, por eso,
finaliza el Evangelio diciendo:
que desde aquel momento su
hija quedo curada.
Nuestras comunidades de fe
fácilmente
han
perdido
el
horizonte
misionero
olvidándonos que la verdadera
misión no exige imponer nuestras
ideas, más bien, deberíamos
retomar
este
pasaje
para
redescubrir
nuestro
diálogo
religioso y cultural que da
espacio para todos y todas que
quieran edificar el Reinado de
Dios en el mundo.
DESCUBRIR LOS “AFECTOS” QUE
LA PALABRA VA GENERANDO EN
MI CORAZÓN:
Alegría, compromiso,
interrogantes, nuevas posibilidades
Lo dicho, lo narrado por la Palabra tiene,
ahora, que ser leído con el corazón
Meditemos la Palabra con el Papa
«En este XX domingo del tiempo ordinario la liturgia nos
presenta un singular ejemplo de fe: una mujer cananea, que
pide a Jesús que cure a su hija, que "tenía un demonio muy
malo". El Señor no hace caso a sus insistentes
invocaciones y parece no ceder ni siquiera cuando los
mismos discípulos interceden por ella, como refiere el
evangelista san Mateo. Pero, al final, ante la perseverancia
y
la
humildad
de
esta
desconocida,
Jesús
condesciende: "Mujer, ¡qué grande es tu fe! Que se cumpla
lo que deseas" (Mt 15, 21-28).
"Mujer, ¡qué grande es tu fe!". Jesús señala a esta humilde
mujer como ejemplo de fe indómita. Su insistencia en
invocar la intervención de Cristo es para nosotros un
estímulo a no desalentarnos jamás y a no desesperar ni
siquiera en medio de las pruebas más duras de la vida. El
Señor no cierra los ojos ante las necesidades de sus hijos
y, si a veces parece insensible a sus peticiones, es sólo
para ponerlos a prueba y templar su fe.
Este es el testimonio de los santos; este es,
especialmente, el testimonio de los mártires,
asociados de modo más íntimo al sacrificio redentor
de Cristo. En los días pasados hemos
conmemorado a varios: los Papas Ponciano y Sixto
II, el sacerdote Hipólito y el diácono Lorenzo, con
sus compañeros, que murieron en Roma en los
albores del cristianismo.
Invito a todos los bautizados, y de modo especial a
los jóvenes que participan en la Jornada mundial de
la juventud, a contemplar estos resplandecientes
ejemplos de heroísmo evangélico. Invoco sobre
todos su protección y en particular la de Santa
Teresa Benedicta de la Cruz, que pasó algunos años
de su vida precisamente en el Carmelo de Colonia.
Que sobre cada uno de vosotros vele con amor
materno María, la Reina de los mártires, a quien
mañana contemplaremos en su gloriosa asunción al
cielo».
Benedicto XVI. Ángelus 14 Agosto 2005
Da gracias, intercede por los hermanos,
por las situaciones que el texto te haya
traído a la memoria.
Da curso libre a tus capacidades
creativas de sensibilidad en la oración.
Lo dicho, lo narrado por la Palabra tiene,
ahora, que ser hablado con el corazón
A la escucha y meditación
de la Palabra de Dios desde
la Tradición y Magisterio
Oh Dios de todos los pueblos, que
has escogido y llamado a todos para
que cada uno se encontrara contigo
por su propio camino, el camino por
el que tú le has acompañado siempre
con cariño paterno y cercanía
materna. Danos el optimismo de la fe
que sabe descubrir la presencia del
Reino y de la «fe» también en los
hombres y mujeres de otros Pueblos
que hasta ahora nos han parecido
equivocadamente «alejados».
Ayúdanos a hacer nuestros la
esperanza y el optimismo que Jesús
nos manifiesta en el Evangelio.
Nosotros te lo pedimos apoyados en
el ejemplo de Jesús, hijo tuyo,
hermano nuestro. Amén.
Ponte en medio de la comunidad y deja
que rebose de tu interior la paz y la
bendición que has recibido.
Actúa con ellos para volver a
reencarnar en la historia a
Jesucristo, la Palabra hecha carne.
Lo dicho, lo narrado por la Palabra tiene,
ahora, que ser practicado en la vida
Mi compromiso en esta semana será:
1. ¡Una fe admirable e indómita! Ante la fe de la mujer cananea
¿Cómo está mi fe? ¿Cómo la vivo en los momentos de
dificultad? ¿En las tentaciones? ¿En mis propias
fragilidades?
2. Soy de aquellos “cristianos” que creo en el Señor y su Iglesia
pero guardo sentimientos xenofóbicos, religiosos y
culturales? Volveré a leer este pasaje para cambiar esa
mentalidad que destruye el Evangelio de Cristo y su misión en
el mundo.
(Desde el Evangelio de San Mateo 15,21-28)
Estamos en http://koinoniadeamor.blogspot.com/