Download Valoración e integración real del Curso "Ética y Docencia"

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR
INSTITUTO PEDAGÓGICO “RAFAEL ALBERTO ESCOBAR LARA”
SUBDIRECCIÓN DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
DOCTORADO EN EDUCACIÓN
MARACAY – ESTADO ARAGUA
LÍNEA DE INVESTIGACIÓN ÉTICA Y VALORES EN EDUCACIÓN
VALORACIÓN E INTEGRACIÓN REAL DEL CURSO “ÉTICA Y DOCENCIA”
EN LA FORMACIÓN DE LOS FUTUROS DOCENTES QUE EGRESAN
DE LA UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR
Autor: Jean Carlos García Zacarías
[email protected]
Maracay, Mayo 06 de 2005
Ponencia presentada en el Simposio “Vigencia y permanencia de la ética y los valores”.
Evento organizado por la Línea de Investigación Ética y Valores en Educación,
Adscrita al Doctorado en Educación de la UPEL-Maracay.
La presente ponencia tiene como finalidad fundamental destacar la valoración e integración real
del curso de Ética y Docencia en el proceso de formación integral de los futuros docentes que
egresan de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador.
La Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL), tiene como misión esencial formar,
capacitar y actualizar el recurso humano que requiere el sistema educativo venezolano, en sus
diferentes niveles y modalidades (Universidad Pedagógica Experimental Libertador. (1999: p. 12)
Diseño Curricular Documento Base. Vicerrectorado de Docencia. Caracas: FEDEUPEL)
En tal sentido, la UPEL, a través de sus distintos Institutos Pedagógicos, distribuidos a lo largo y
ancho de la geografía venezolana, se constituye en la universidad líder del país al orientar sus
acciones de Docencia, Investigación y Extensión hacia la preparación sólida de profesionales de
la enseñanza.
La actual estructura curricular de la UPEL, que data desde 1999, está conformada por cuatro
componentes curriculares, a saber: Componente de Formación General, Componente de
Formación Pedagógica, Componente de Formación Especializada y Componente de Práctica
Profesional. (Universidad Pedagógica Experimental Libertador (1999: p. 35). Estos cuatros
componente forman una integralidad que se articulan con el fin de desarrollar en el estudiante los
conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes pedagógicas que requiere en su futura profesión
docente.
Por otra parte, cada componente está organizado, de acuerdo a sus propósitos, en áreas, cursos,
fases, tanto en bloques homologados como en bloques institucionales según los proyectos de
cada instituto.
El Componente del Currículo, Componente de Formación Pedagógica tiene como propósito la
adquisición de enfoques, conocimientos, métodos y tecnologías que aseguran la capacitación del
alumno para cumplir funciones de docencia. Asimismo, los cursos que conforman el referido
componente atiende las áreas teórico – educativo y metodológica.
Los cursos del área teórico – educativo “proporcionan las bases teóricas, filosóficas y científicas
para el estudio de la Pedagogía como área de conocimiento y como espacio de desempeño
profesional, así como para asumir el compromiso que implica el ejercicio ético de la docencia”
(Universidad Pedagógica Experimental Libertador (1999: p. 38)
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Entre los cursos que conforman el área teórica – educativo se destacan: Psicología Evolutiva,
Psicología de la Educación, Gerencia de la Educación, Sociología de la Educación, Currículum,
Filosofía de la Educación y Ética y Docencia.
Ética y Docencia es un curso de tipo obligatorio – homologado, con un valor de 4
unidades/créditos y tiene como propósito fundamental “propiciar en el estudiante (Docente en
potencia) la actitud reflexiva sobre las consecuencias de sus acciones pedagógicas en la
formación de futuros docentes” (Universidad Pedagógica Experimental Libertador (1999: p. 70)
Por otra parte, el curso de Ética y Docencia presenta las bases teóricas para que el estudiante se
identifique con los principios éticos y los deberes profesionales del ejercicio de la docencia e
incorpore experiencias de aprendizaje moral en su desempeño en cualquiera sean las situaciones
educativas en que le corresponde desenvolverse como docente.
Ética y Docencia se encuentra en estrecha relación de continuidad con los cursos de Introducción
a la Filosofía y Filosofía de la Educación. Según el programa institucional, sus contenidos
fundamentales están distribuidos en tres grandes bloques:
I. Ética y sociedad: se abordan los temas referentes a la terminología y datos de la ética
como disciplina filosófica y sus relaciones con la moral y con la axiología; el hombre como
ser moral; elementos de la conducta moral (conciencia, voluntad, libertad,
responsabilidad); acciones autónomas y heterónomas; análisis ético de la sociedad actual.
II. Educación Moral: construcción de una definición de educación moral en el contexto de una
sociedad democrática y plural; identificación de los factores a considerar que inciden en las
experiencias de aprendizaje moral.
III. Análisis deontológico de la profesión docente: identificación de principios éticos que
regulan el ejercicio de la profesión docente; análisis de la docencia como profesión, valores
y normas desde el marco legal (Constitución Nacional, Ley Orgánica de Educación,
Reglamento del Ejercicio de la Profesión Docente, Código Ético)
Es necesario reconocer que el Curso de Ética y Docencia está enmarcado en el Programa
Nacional sobre Ética y Docencia que impulsó la UPEL desde 1995 “como una respuesta a la
exigencia de llevar a debate la dimensión ética de la crisis nacional y de contar con ese docente
motivado, comprometido y capacitado para las complejas tareas que tiene que cumplir como
forjador de porvenir” (Yegres, Alberto (2000: p 81). Ética y Formación Docente. Caracas:
Ediciones Instituto Universitario Pedagógico Monseñor Rafael Arias Blanco)
En la administración de los cursos de corte filosófico en el Instituto Pedagógico de Maracay, se ha
percibido una tendencia generalizada en los alumnos de no establecer un equilibrio de integralidad
entre los cursos de los cuatros componentes de formación, por lo que “centran” la atención en las
asignaturas de la especialidad, brindando escaso valor e importancia a cursos como Ética y
Docencia.
Tal situación infiere que algunas asignaturas de los componentes de formación general,
pedagógica y de práctica profesional son consideradas como “materias de relleno” o
“complementarias” las cuales deben aprobarse porque constituyen un requisito académico formal
de la carrera docente. Esta presunta problemática podría ser abordada en posteriores
investigaciones.
Se hace necesario plantear, con argumentos no sólo curriculares y académicos sino también
conceptuales, filosóficos, pedagógicos y experienciales que la Ética y Docencia es inherente a la
formación integral del futuro docente. Por Ahora, permitan abordar algunas consideraciones
generales referidas al tema.
1.- Significación de la ética desde la raíz etimológica:
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Aurelio Fernández, en su obra de Teología Moral Fundamental I expone que la ética en su origen
se encuentra dos términos griegos que tienen la misma raíz semántica: “éthos” (con epsilon) y
“ethos” (con eta). En el primer término ética significa costumbres, y se refiere a las costumbres
que rigen a la comunidad. Son aquellos principios de convivencia que guían la vida de la polis. En
tal acepción acentúa el carácter social de la ética.
En cambio, desde el segundo término ética significa “residencia o lugar habitual en que se habita”.
Hace referencia a la personalidad; sería el conjunto de cualidades que distinguen a una persona y
que crean en ella un hábito de conducta. Tales sentidos plantean de la ética una relación
estrecha del actuar humano en su doble dimensión: personal (ontológico) y social.
La ética muchas veces es confundida o reducida a un catálogo de normas concretas del actuar
humano. La ética nos es meramente un conjunto de restricciones o limitaciones, es sobre todo “un
conjunto de principios que fundamentan teóricamente la conducta humana en todas sus
dimensiones”
La ética es propia de la condición humana. Como disciplina filosófica promueve en la persona una
actitud crítica y reflexiva sobre cómo debería ser el actuar humano en su dimensión individual
como social. Constituye “el conjunto de criterios orientadores desde los cuales el hombre y la
mujer asumen sus propios y auténticas responsabilidades en cuanto a su ser social que decide no
sólo por sí sino por los demás en cuanto que sus actos no son puramente individuales sino que
tiene repercusiones sociales en su entorno”.
2.- Relación de la ética y la axiología con la educación:
Rodríguez (1994) y los autores del Módulo Instruccional del Curso de Filosofía de la Educación de
la Universidad Nacional Abierta UNA (2002:), coinciden en afirmar que en la praxis educativa se
encuentran unas dimensiones filosóficas que permiten una relación sistemática y estructurada
entre filosofía y educación. Tales dimensiones filosóficas son: antropológicas, epistemológicas,
éticas y axiológicas. Por ahora centremos la reflexión en esta última.
La dimensión ética y axiológica de la educación se revela hoy dentro de un mundo conflictivo y en
crisis, como aspectos dentro de la discusión pedagógica, pues de estas dimensiones dependen la
manera de concebir a la educación como practica orientada a la libertad o la manipulación, a la
formación de la criticidad o a un adiestramiento más complejo.
En todo caso, la educación está estrechamente relacionada con la ética y la axiología, ya que todo
proceso educativo aspira a la formación de un hombre y una mujer cuyas conductas sea
autorregida por sólidos valores éticos. Un hombre y una mujer que sean capaces de seleccionar
valores que orienten su vida hacia una sana convivencia.
Bajo el concepto de Educación Integral, la praxis educativa se concibe como un proceso de
formación integral que debe contemplar de una manera suficientemente equilibrada, la adquisición
de los conocimientos intelectuales como los aspectos éticos y valorativos, todo ello en función del
desarrollo armónico de la personalidad del individuo, para su inserción con plenos deberes y
derechos en una sociedad más humana y digna.
3.- Valoración real de la Formación Ética:
Llama mucho la atención como la formación moral, que hasta hace unos años atrás se reservaba
en los primeros niveles de la escolaridad se hace cada vez más necesaria en el nivel de
educación superior. Basta con apreciar los pensum de estudios de muchas carreras técnicas y de
pregrado para constatar la presencia de asignaturas de corte ético y axiológico: Ética o
Deontología Profesional, Formación Humana – Cristiana, entre otras.
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El Profesor Alberto Yegres Mago plantea que “la moralidad de un profesional no se logra en el
momento de obtener el diploma o el título; es decir, en el momento de juramentarse como nuevo
profesional requerido por el país. El perfil ético profesional se forja a través de la formación ha
adquirido durante su vida familiar, escolar y académica”
En este sentido, se puede apreciar que la formación ética está estrechamente relacionada con la
formación académica, y ha de llegar a ser indisoluble de ésta, en la medida en que se trata de una
auténtica formación y no de una mera acumulación de información.
Si en otras carreras se “valora” la importancia de la formación moral, cuanto más debería ser en el
proceso formativo del futuro profesional de la docencia. Pues la una Educación integral se
requiere de un docente formado integralmente. Aquí se aplica el viejo adagio: “Nadie da de lo que
no tiene”
En Educación se requiere de un profesional no sólo bien formado en pedagogía, didáctica o en
conocimiento específicos de historia, química o matemáticas, sino también en actitudes y valores
básicos que permitan configurar e integral el ser con el quehacer docente.
Curricularmente se concibe al curso de Ética y Docencia como el espacio para la reflexión, la
sistematización, la consolidación, y la adquisición de experiencias y aprendizajes sobre educación
moral. Sin embargo, es obvio reconocer que no agota toda la formación ética y axiológica del
futuro docente. Por consiguiente, la invitación es a los colegas, para que desde los cursos o fases
que ellos administran, puedan fortalecer esta dimensión constitutiva del proceso formativo de
nuestro Instituto Pedagógico de Maracay.
El ejercicio de la Docencia requiere de profesionales con profunda vocación del SER DOCENTE
llamados a trascender los espacios del ámbito educativo, promoviendo entre los alumnos valores
profundamente humanos, no sólo con la palabra sino sobretodo con el testimonio de vida, que
ayuden a contrarrestar los efectos de una sociedad profundamente golpeada por la violencia, el
egoísmo, el relativismo, la corrupción y la deshumanización.
Definitivamente se nos plantea un gran reto: dar un “salto cualitativo” , el cambio de concepción y
la interiorización de la formación ética no como un añadido o una mera exigencia académica sino
como una realidad consubstancial al SER y al proceso formativo de los futuros docentes.
REFERENCIAS
Estacio, Ana y otros (2002). Curso de
Nacional Abierta. Caracas: Publicaciones UNA.
Filosofía
de
la
Educación
Universidad
Fernández, Aurelio (1995). Teología Moral I. Moral Fundamental. Burgos: ALDECOA
Rodríguez, Eudoro (1994). Introducción a la Filosofía. Bogotá: USTA.
Savater, Fernando (1999). Las Preguntas de la Vida. Madrid: Ariel.
Universidad Pedagógica Experimental Libertador (1999). Diseño Curricular Documento Base.
Vicerrectorado de Docencia. Caracas: FEDUPEL.
Yegres, Alberto (2000). Ética y Formación Docente. Caracas: Ediciones Instituto Universitario
Pedagógico Monseñor Rafael Arias Blanco. (4a Ed.)
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