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Construcciones colectivas
Las grandes conquistas sociales no sólo requieren tiempos largos. También necesitan voluntades
colectivas, acuerdos de muchos, trabajo conjunto, una organización que empuje hacia un horizonte
común.
El archivo de esta revista da fe de eso. La Pulseada, nació dentro de la obra liderada por Carlitos
Cajade para dar una batalla ideológica. Para pelear por un país con infancia en el difícil terreno de los
medios. Nació cuando una ley preveía que a los pibes pobres había que encerrarlos en institutos, y otra
reservaba los servicios audiovisuales a las empresas comerciales.
La lucha por derribar el sistema del patronato dio sus frutos hace unos años, pero todavía hoy encuentra
un camino lleno de obstáculos, que sólo se superan con la puja de numerosas organizaciones
preocupadas por los pibes. Y mientras algunos medios reclaman detrás de las noticias dar pasos atrás y
toman el camino de la estigmatización, aquí seguiremos dando una pelea de ideas. Argumentaremos
una y otra vez contra medidas como la sanción que dio el Senado bonaerense a una ley que le permite a
la Policía retener por más tiempo a menores en comisarías.
La organización colectiva para romper la concentración mediática, mientras tanto, tuvo un gran triunfo
con la promulgación de una nueva ley de servicios comunicación audiovisual, basada en 21 puntos
consensuados y sostenidos con la militancia de decenas de organizaciones sociales, políticas y de
derechos humanos, comunidades originarias, universidades, cooperativas, sindicatos y medios
comunitarios de todo el país. La figura de Néstor Busso, referente del Foro Argentino de Radios
Comunitarias (FARCO) y de la Coalición por una Radiodifusión Democrática, es representativa de esa
lucha colectiva sostenida contra viento y marea. No es un ciudadano suelto, un tozudo líder sin base,
sino una figura que sintetiza y convoca, un faro para muchas voluntares colectivas como lo fue –y sigue
siendo- Carlitos Cajade en la lucha por los derechos de nuestros pibes.
“Estamos de fiesta. La democracia argentina está de fiesta”, dijo Busso ubicado en un lugar
preferencial del Teatro Argentino ante una sala donde estaban todos: los que siempre dijeron que
saldría y los que no lo creían posible, pero igual acompañaban. Los que, optimistas o escépticos, nunca
dejaron de luchar. Busso agradeció a Cristina Kirchner “por escuchar y asumir lo que pedimos y
reclamamos las organizaciones libres del pueblo”, y aclaró: “Este logro, lejos de ser una victoria de
un sector político sobre un grupo económico o mediático, es el resultado de un largo proceso de
construcción social, popular y democrática”.
Lo hemos dicho más de una vez en estas páginas: pocas veces una reforma legal tuvo tanto consenso
entre organizaciones populares, y pocas veces hubo un debate tan abierto. “Logramos reavivar a la
militancia y la participación popular –destacó Busso-. El debate ciudadano, especialmente con la
participación de la juventud. Logramos recuperar la política como instrumento de transformación.
Logramos la unidad del campo nacional y popular para este tema. Logramos disputar lo público en los
espacios públicos. Esta vez, la batalla no estuvo solamente en las pantallas, la batalla se ganó en el
espacio público, en el boca a boca, en las calles, en los centros culturales, las asociaciones vecinales,
las universidades, en la construcción de ese camino siempre complejo entre lo social y lo político”.
Lo que viene, claro, requerirá la misma capacidad para articular voluntades colectivas, alcanzar
acuerdos, encontrarse bajo banderas comunes.
Mientras tanto, La Pulseada, que seguirá en esa línea, necesita crecer. Con esa meta, este mes estamos
encarando una campaña de suscripciones. Para sumar nuevos lectores o recuperar viejos que se
cansaron por los problemas en la distribución que estamos tratando de superar sin perder nunca
aquellos objetivos, las convicciones que transmiten aquellos faros. Con esfuerzo y en el tiempo. Y
colectivamente. Esa, sabemos, es la única forma de dar la pulseada por un país más justo.